miércoles, 27 de junio de 2018

LOST IN TRANSLATION: LOS CHICOS DE HOY, LAS HISTORIAS CORTAS DE KAZU YUZUKI, por Bill Randall (1 DE 3)

 Artículo de Bill Randall para The Comics Journal nº 285 (2007). Traduccion: Frog2000.

Mizu No Machi (Water-Town)
por Kazu Yuzuki

Biwa No Ki No Shita De (Under the Loquat Tree)
por Kazu Yuzuki

Incluso los niños más inocentes pueden pasar por una racha traviesa en los cómics. Charlie Brown es depresivo, y Shin Chan es un brutote. Sin embargo, persiste la imagen de los cómics como material para niños, de modo que incluso las obras adultas más serias, por ejemplo "Lost Girls", tienen que intentar reconciliarse con la literatura infantil. Mientras tanto, los trabajos centrados en los niños, incluso obras maestras como Barefoot Gen [Pies Descalzos], pueden ser también para niños, pero tienen la forma de los recuerdos de un adulto. Por supuesto, las mejores obras son las que analizan la tensión entre las perspectivas de los niños y los adultos. Es lo que hace exactamente el autor japonés Kazu Yuzuki al crear un mundo que nos habla acerca de la inquietante complejidad de los recuerdos de la infancia, todo desde un neblinoso tiempo presente.
Desconocido en los Estados Unidos, Yuzuki tampoco es una celebridad en Japón, pero ha creado un sólido corpus de trabajo. Desde finales de la década de los ochenta hasta principios de los noventa estuvo trabajando para revistas como Gekiga Panic y Garo. Sin embargo, encontró su hogar en Comic Baku, la antología avant garde de Hiroshi Yaku. De 1986 a 1993 se publicaron cuatro recopilaciones de historias de Yuzuki en editoriales como Kawade Shobo Shinsha y Tokyo Sanseiesha. Luego las recopilaciones se agotaron, justo cuando Comic Baku despareció después de publicar unos 15 números. Es de lo más común, pero gracias a la editorial progresista Seirinkogeisha, las historias de Yuzuki han aparecido recientemente recopiladas en dos tomos de "lo mejor de", así como en un solo volumen publicado en Francia. A diferencia de muchas series más populares de la época, estos trabajos cortos no parecen reliquias, aunque una de las historias de Yuzuki en particular se abre echando un vistazo hacia el pasado. 

En la primera viñeta de "The Ascension of the Goldfish", el texto anuncia que llegó un día en el que el vendedor de peces dorados llegó a la ciudad. El tono nostálgico parece que está hablando un adulto, pero nunca se nombra a ningún narrador, y tampoco hay nada que lo defina como adulto. Por el contrario, un niño observa todo lo que ocurre desde las alturas. Kouichi, tal y como se le nombra, vigila desde un balcón con prismáticos, espiando a sus amigos mientras importunan al malhumorado vendedor que acaba de llegar a la localidad. Los chicos son chicos, por lo que la atención de Kouichi se distrae y capta detalles al azar, como las braguitas que cuelgan de un tendedero para secarse, o una joven que saca la lengua. Al principio, estos detalles parecen no tener conexión con la historia que gira alrededor de los peces dorados.
Además de la llegada del vendedor, el evento clave tiene lugar en la verdulería del otro lado de la calle. La adolescente Yuriko discute de forma insolente con sus padres. Luego se pone a llover. Yuzuki ha admitido en alguna entrevista su fascinación por el poder de las lluviosa tormentas del sudeste asiático, y aquí las dibuja como barras negras sobre fondo blanco. La lluvia borra los detalles específicos del pueblo. De hecho, las tormentas son tan fuertes que los peces de colores pueden nadar en su interior, el milagro que da título a la historia. Los niños chillan, el vendedor se desespera. Kouichi se ríe mientras observa al vendedor con sus prismáticos, aunque no lo hace cuando vuelve el instrumento hacia Yuriko. Cuando la ve refrescándose la desnuda pierna bajo la lluvia se queda mudo. Rica en sugerencias, la historia relaciona la impotencia de la vejez con la falta de control de la juventud y la sexualidad incipiente con el agua torrencial. Sin embargo, ninguna voz adulta señala estas conexiones, sino que más bien son implícitas. El que mira estas instantáneas es un niño, son imágenes que brillan aisladas en la página y que sugieren tanto como crecen con desmesura en la imaginación de Kouichi.
Aunque la historia puede sonar autobiográfica, no es nada por el estilo. De alguna forma Kouichi ensambla las diferentes imágenes con sus binoculares, pero él no es necesariamente el narrador. Además, Yuzuki no revela en el epílogo ninguna conexión personal con estas obras, solo su deseo de dibujar historias que le recordaran "el sudeste de Asia, sus altas temperaturas y humedad, el agua y la vegetación". En otras palabras, no es realmente Japón, que aunque no siempre, bien puede contener todas estas cosas en la temporada de lluvias (aunque sin los monzones). Por eso el artista titula esta recopilación Water Town. Su otra antología de historias también comienza como un sueño, son sus recuerdos de la época en la que el joven autor vivió en Tokio. Vagabundeando por los callejones encontró jardines cuidados, pero también fuera de control. Tal y como escribe en el epílogo, esa imagen se le quedó clavada: "Si dibujaba un jardín, plantas y una niña entre el verdor, estaba absolutamente convencido de que sería capaz de idear un manga interesante". El resultado fue su otra recopilación titulada "Under the Loquat Tree".

Mejor disfrutadas en conjunto, estas recolecciones revelan un rico y sugerente mundo. Las historias se centran en un elenco de personajes sueltos, pero sobre todo intentan retratar la perspectiva de la juventud. Estos jóvenes viven en una ciudad costera donde hay una vibrante calle comercial central, una escuela y jardines repletos de plantas verdes. Algunos personajes, como Kouichi, una joven llamada Hiwako, y el adolescente Mizuho, ​son ​recurrentes, pero son más mecanismos con los que dar contexto al relato que personajes. Quiénes son importa menos que la visión de este mundo, una ensoñación apasionada y embelesada de la vida sin la presencia de adultos.
Para crear esta visión, Yuzuki se basa principalmente en su trazo. La unidad más pequeña del universo del dibujante ofrece una visión táctil y onírica. Al igual que los niños que representa, su estilo se podría catalogar de "naïve", aunque seguro que "autodidacta" sería mucho más apropiado. Aparentemente hecho a sí mismo, el autor elude los abundantes clichés del manga incluso cuando sigue el ejemplo de Yoshihiro Tatsumi y dibuja fondos ricamente detallados. Ambos diseñan personajes simples, pero a diferencia de los de Tatsumi, el pulso de Yuzuki es más vital. Sus personajes todavía no han sido derrotados. Ni siquiera se han pasado aún por la urbe. Es cierto que de vez en cuando el trazo de Yuzuki parece irresponsable. A veces dibuja de forma inconsistente, especialmente la figura humana, pero nunca en detrimento de la composición general. En apariencia, estos dibujos sueltos tienen una sólida base, al igual que la cuadrícula de seis viñetas que consolida la mayoría de las páginas. Puede que sea exagerado sugerir que las ocasionales rupturas de estilo tienen mucho que ver con la agitación que sufren sus personajes, pero tampoco debe estar muy alejado de las intenciones del autor. Además, sus dibujos no se parecen realmente a los de sus colegas más prominentes. Le falta la fragilidad del gekiga de los sesenta y la precisión mecánica de las obras más populares de los ochenta. De hecho, su falta de un obvio linaje hace que su trabajo parezca intemporal. Trabajos influyentes como Touch [Bateadores] no pueden decir lo mismo. A diferencia de ellos, Loquat Tree y Water Town son obras de un solo individuo. 

Como estas historias se publicaron entre 1982 y 1995, el estilo de dibujo varía ligeramente. Todos los artistas evolucionan gradualmente a lo largo del tiempo, y la confianza de Yuzuki para acometer la figura y el uso de las texturas fue creciendo entre ambas fechas. También cambió los diseños de los personajes, eligiendo un estilo más cartoon en un par de las historias más recientes. De igual modo, a veces sus relatos retratan sueños en lugar de meras ensoñaciones y se pueden ver perros que caminan erguidos y niñas que se convierten en calabazas suspendidas. Si se leyeran tal cual, estos detalles podrían alterar la lógica interna de las historias recopiladas. Sin embargo, una obra que se ha desarrollado a lo largo de 14 años necesita de otros criterios diferentes.

(Continuará)

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