miércoles, 9 de septiembre de 2020

TRINA ROBBINS, LA PRIMERA DAMA DEL COMIX UNDERGROUND (2 de 3)

Entrevista de Bill Sherman a Trina Robbins para The Comics Journal nº 53 (1980). Traducción: Félix Frog2000. Parte 1.

SHERMAN: En Babe publicaste una historia titulada "I Remember Telluria" donde utilizabas varios aspectos mitológicos del matriarcado. Es un elemento que has usado muchas veces en tus primeras obras. Me gustaría saber qué tipo de background conocías sobre el tema.

TRINA: Solo lo que había leído. En los sesenta me leí "La Diosa Blanca" de Robert Graves y otros libros del autor, y descubrí que habían existido varios matriarcados a lo largo de la Historia; las primeras formas de religión se centraron en las Madres Diosas que eran adoradas. Y parecía como si todo el mundo lo hubiese olvidado: nadie conocía sus raíces. Ni siquiera las propias mujeres. Por mí parte me quedé fascinada. Después de mis lecturas de Graves, estaba lista para sacar mis propias conclusiones sobre los significados, sobre cómo funcionaron las primeras religiones y sobre cómo el patriarcado había ido modificando las cosas. Aunque en realidad era bastante obvio, y tampoco había que darle más vueltas. Así que escribí sobre el tema. Hoy en día me sigue fascinando. Me considero una pagana, y si adoro algo en este mundo, es a la Diosa.

SHERMAN: ¿Has planeado alguna vez dedicarle una historieta al tema en general?

TRINA: Por supuesto.

SHERMAN: Creo que tus historias recientes no lo tratan en modo alguno.

TRINA: Últimamente no. Pero el pasado diciembre estuve por Europa, y me metí en el tema de lleno de nuevo: siempre me han fascinado los monolitos, los menhires, así que viajé hasta Stohenge por segunda vez. Fue incluso mejor que la primera, porque fui caminando hasta allí con mi hija de ocho años, que en ese momento acababa de cumplir siete y medio. Era invierno y no había autobuses de turistas, así que nos pusimos a caminar. Cogimos el tren hasta el pueblo más cercano, y desde allí nos dimos un paseo de dos millas y media. Fue fantástico, una experiencia increíble. Caminar hasta Stohenge. Llegas a un punto en el que te giras y puedes verlo absolutamente todo. Todo a tu alrededor. Fue muy impresionante, algo importante que compartí con Casey (mi hija).

Cuando fui más tarde a Inglaterra, me puse a charlar con varias personas sobre el tema, y me contaron que todos los menhires de Europa están alineados. Eso no quiere decir que todos estén alineados en linea recta uno tras otro, sino que puede que haya tres en línea, otros cuatro en otra, y que las líneas se van cruzando unas con otras. Me recomendaron un libro del escritor John Mitchell. Es un tema apasionante, y de alguna forma encaja con lo que siento sobre todo esto de ser pagana. Sé que los viejos druidas adoraban parcialmente a una diosa. Tiene sentido para mí, y me encantaría hacer una historia centrada en las Altas Sacerdotisas.

SHERMAN: Elizabeth Gould Davis ("El primer sexo") comenta también que los druidas eran Adoradores de la Madre. Otra de mis preguntas es sobre las influencias de tus comienzos...

TRINA: En su mayoría fueron los cómics que leía de niña. Solía hacer lo que supongo que hacen un montón de niños, copiar los dibujos que les gustan. Uno de los dibujantes era Wally Wood. Aprendí a dibujar las caras desde una perspectiva en tres cuartos junto con el sombreado, y todo gracias a los dibujos de Wood en los cómics de ciencia ficción, que me encantaban. Otra influencia fue la de Matt Baker, que dibujaba para Fiction House, mi editorial favorita de la Edad de Oro. Matt Baker era muy interesante, porque además de dibujar las mujeres fabulosamente, algunas se convirtieron en mis heroínas favoritas. Había algo en él que lo hacía tan extraño como las mujeres que trabajaban en el cómic de los cuarenta, porque era negro. Era incluso más extraño que el hecho de que una mujer trabajase en el cómic. Murió muy joven, a los 36 por una enfermedad del corazón.

SHERMAN: ¿Alguna influencia más?

TRINA: Eisner. Me volvía loca. Mis padres solían comprar un periódico que incluía un suplemento de Spirit los domingos, que siempre me quedaba para coleccionar.

SHERMAN: En "Panthea" las influencias de Eisner parecen más claras.

TRINA: Me gusta mucho que te hayas fijado, porque ahí están.

SHERMAN: Apareces junto a Art Spiegelman, Kim Deitch y Yosarrian en Swift Premium...

TRINA: Oh, dios. ¿Qué horrible nombre has dicho?

SHERMAN: Swift Premium Comix. Era un tomo de tapa blanda. ¿Cómo fue el proceso?

TRINA: Sencillamente que el chico que se encargaba del proyecto nos llamó a todos, -oh, Dios, me he olvidado de su nombre, era uno de los editores del East Village Other-, y de alguna forma contactó con la editorial, Bantam (creo que era esa), para hacer un comic book. Y se vino a San Francisco y nos pidió cómics a todos. Así que yo le entregué una historia. Hace poco la he revisado, y la verdad es que se mantiene fresca. (Swift Premium Comix, 1971, "June Mooney, Head Agent"). El dibujo es un poco atroz, pero si se me permite decirlo, me parece una buena historia.

SHERMAN: Vista desde el contexto actual, es como si esa historia transcurriese en un universo alternativo.

TRINA: Lo sé. [Risas.] Nada de lo que sugería llegó a ocurrir en la realidad.

SHERMAN: Eso creo. También recuerdo que leí que el diseño del uniforme de Vampirella es tuyo.

TRINA: Lo hice.

SHERMAN: ¿Te lo pagaron?

TRINA: Bueno, se suponía que tendría una suscripción a Vampirella de por vida. Pero lo que realmente me dieron fue una suscripción durante cuatro años, y entonces mi nombre se borró de sus listas. Se lo recordé una vez, y me pusieron de nuevo en la lista durante otro año, y luego se volvieron a olvidar. Hubiese sido una molestia volver a recordarles que la suscripción era de por vida, y no lo hice.

SHERMAN: ¿Qué piensas sobre el personaje?

TRINA: Oh, me gusta mucho. Está estupendamente diseñado. En serio, puede que suene a coña, pero ese personaje está muy bien diseñado. Me encanta Pendragon, es un personaje magnífico. Todo lo del viaje de Van Helsing y lo demás, me gusta mucho. Empezó de esa forma tan absurda con la que Tom Sutton solía hacer las cosas, pero rápidamente fue evolucionando a mejor. Seguro que es el personaje femenino más elaborado de los cómics.

SHERMAN: ¿Sueles seguir muchos cómics del mercado mainstream de chicos?

TRINA: Me gusta el concepto de Red Sonja. La prefiero cuando la dibuja Frank Thorne, pero en realidad no me suele apetecer leer sus historias. Me encanta su dibujo, y me gusta él como persona, pero hay algo en su interpretación del personaje que parece... se parece a Danger Rangerette con más maquillaje. Me gustan sus mujeres, solo que no es mi idea de Red Sonja. Me parece un personaje magnífico. En comparación con las otras mujeres Marvel, me parece la mejor, las otras son un grupo de bobas. No puedo con ellas... pero me gusta Vampirella... me temo que, además de Vampirella y Red Sonja, no se me ocurre ninguna heroína contemporánea más. Me gustan los cómics europeos.

SHERMAN: ¿Cuáles?

TRINA: Hay un tío que se llama Jacques Tardi que es absolutamente fantástico. Hace novelas en forma de cómic, y también las protagoniza un personaje femenino (algo bastante raro en un hombre). Está muy bien elaborado, es un personaje bien desarrollado. Es como una persona real. Es magnífica. Me gusta que sus cómics los protagonice una mujer. Hay más artistas europeos que me gustan. Por supuesto, todos conocen a Moebius, es de lo mejor, y me parece magnífico. No es una influencia, pero, por supuesto, su obra me parece fantástica.

SHERMAN: ¿Estarías dispuesta a hacer cómics para alguna editorial actual?

TRINA: Claro. Hasta donde sé, lo que necesitan para darle un impulso a sus líneas es una mujer historietista que se encargue de sus colecciones protagonizadas por personajes femeninos. O una mujer guionista. Parece bastante obvio. Es muy extraño, porque todo el mundo suele hablar sobre el tema, pero nadie hace nada. Me han dicho que van a cerrar Ms. Marvel, y me parece vergonzoso. Me habría encantado ponerme con el personaje o con... Jesús, ahora que Frank Thorne ya no está en Red Sonja, estoy segura de que me encantaría hacer un número. Sin ninguna duda.

SHERMAN: ¿Te puedo preguntar sobre el affair en Ms.?

TRINA: ¿Qué sabes sobre el tema?

SHERMAN: No mucho, solo lo que he leído en el libro de Estren ("A History of Underground Comics"), pero no me queda muy claro.

TRINA: Bueno, Lee Marrs y yo, no a la vez, pero de forma separada en la misma época, solicitamos y conseguimos algo de trabajo en Ms. No puedo hablar por Lee, porque la verdad es que no sé a ciencia cierta lo que ocurrió en su caso, pero sé que a mí me dieron la bienvenida literalmente con los brazos abiertos: Gloria Steinem llegó y me dio un abrazo. También me dijeron que les gustaba mucho mi trabajo y me preguntaron si quería hacer algo. Lo hice, me inventé un personaje. Solo les envié las páginas a lápiz, no estaba acabado del todo, por supuesto, y entonces su director artístico me las devolvió con una nota donde indicaba: “A Gloria le gustan, pero quiere que realices algunos cambios. Por favor, llámala para que te los indique”. Bueno, a lo largo de los seis meses siguientes intenté ponerme en contacto con ella, primero para reunirme en persona, y luego simplemente para hablar por teléfono, y siempre parecía estar de reuniones o muy ocupada, y me decía que ya me devolvería la llamada, o nunca estaba al otro lado de la línea. Era absolutamente inalcanzable. Así que me puse en contacto con mi abogado y tuvo que enviarles una carta donde les decía: “Mi cliente está muy enfadada por la forma en la que la están tratando, y si no vais a utilizar su trabajo, entonces al menos deberíais pagarle una tarifa de compensación.” Y eso es lo que hicieron. Y un par de meses después, me llegó una carta personal firmada por Gloria como: “En Hermandad, de parte de Gloria”, donde me decía que esperaba que me hubiesen dado la tarifa, y se disculpaba de verdad por la brecha existente a la hora de comunicarnos entre dos continentes, pero que esperaba que pudiéramos intentarlo de nuevo, y que si alguna vez me pasaba por su ciudad, me pusiera en contacto con ella. Tengo la filosofía de “olvidar e intentarlo de nuevo”. Y lo intenté. Suelo pasar por Nueva York, y cada vez que voy la llamo y le pregunto si podemos charlar, pero siempre está demasiado ocupada, o en una conferencia, o no hay nadie que pueda coger mi número. Supongo que Lee recibió el mismo tratamiento que yo.

SHERMAN: Desde entonces, te has ido haciendo un hueco en magazines como Lampoon, High Times, y ahora Playboy. ¿Cómo lo conseguiste?

TRINA: Bueno, la gente de Lampoon son un auténtico grupo de encantos. Estuve en la Convención de Nueva York, donde también estaba Michael O´Donoghue –cuando aún era el editor de Lampoon- y le dijo a uno de mis amigos: “Guau, me gustaría que Trina hiciese algo para el Lampoon”, y mi amigo me dijo: “¿Por qué no vas y hablas con él? Es un tío majo.” Así que dejé a un lado todas mis reticencias, y le dije: “Perdona que te moleste, me llamo Trina Robbins y me gustaría mucho hacer algo para Harvard Lampoon”. Y así la cagué por completo. [Risas.] Concertamos una cita, bajé al día siguiente y me pidió que le empezara a enviar cosas. Y lo hice. Así es como empecé con ellos. Como he dicho, me parecen un verdadero encanto. Todos lo son.

SHERMAN: ¿Y en el caso de High Times?

TRINA: El chico que me compró el material para High Times me había llamado años antes para que colaborara con él. Bueno, Bob Singer me envió un flyer que había enviado a más gente para preguntarme si quería trabajar en una revista nueva, y yo le envié un cómic. Fue en la época en la que todavía no me había enterado de que era mejor enviar los preliminares de la obra, -mi tebeo estaba acabado, con color y todo. Me dijo que le encantaba, tanto que lo iban a imprimir a todo color en el primer número. Pero ese magazine nunca llegó a salir. De todas formas, como conocía mi trabajo, cuando empezó a trabajar en High Times me preguntó si me gustaría colaborar.

SHERMAN: En ambos casos, te confirmaron las cosas antes de que hicieses realmente algo para ellos.

TRINA: En realidad, no. Michael O´Donoghue me pidió que le enviase material, pero nunca me dijo: “Si no te lo compro, te pagaremos una compensación”.

SHERMAN: Entonces, ¿escribes conscientemente dependiendo del mercado?

TRINA: Si.

SHERMAN: La mayoría de tu material reciente tiene mucho que ver con la época de la Segunda Guerra Mundial.

TRINA: Me encanta esa época. Tampoco es que todo mi material actual se sitúe en ella, pero me vuelven loca los cuarenta.

SHERMAN: Me preguntaba si llegaste a alimentar tu presentación de diapositivas con el tema, o si fue al revés y fue tu trabajo el que se vio influido por la presentación.

TRINA: Las dos cosas, me encantan los cuarenta, y por eso, muchos de los cómics de la presentación eran de los cuarenta.

SHERMAN: Quería preguntarte sobre la presentación de diapositivas, específicamente sobre tu decisión de saltarte los cómics de los cincuenta y sesenta.

TRINA: Si alguna vez hubo una Edad de Oro y una Edad de Plata, los finales de los cincuenta y principios de los sesenta fueron probablemente la Edad de Hojalata. Los cómics eran horribles, no quiero hablar de ellos porque no se lo merecen.

SHERMAN: ¿Horribles en cuanto a los personajes femeninos?

TRINA: Horribles en general. Después de Wertham, los cómics llegaron a su punto más bajo. Eran terribles. Tampoco hablo sobre los cómics contemporáneos porque solo están hechos para venderse. Sabemos bien cómo son los cómics contemporáneos. Me gusta hablar sobre cosas que puede que muchos no conozcan.

SHERMAN: ¿Dónde sueles ofrecer esas charlas de diapositivas?

TRINA: Oh, tío… por todos lados. Aquí, en California. También en Fresno y Sacramento, Berkeley. En Eugene, Oregón. En Montreal, Quebec…

SHERMAN: ¿Para qué tipo de público? ¿Siempre se han celebrado en Convenciones?

TRINA: También en institutos.

SHERMAN: ¿Qué recepción suelen tener?

TRINA: Le suelen gustar a todo el mundo. Tú fuiste el primero en criticarlas.

SHERMAN: En Imagine nº 2 colaboraste con Steve Leialoha. Era la primera vez que vi que alguien entintaba tu obra.

TRINA: Si, me pareció divertido.

SHERMAN: ¿Has planeado hacerlo de nuevo?

TRINA: En realidad, sí. He escrito la segunda parte, y hecho el lápiz de las dos primeras páginas. Pero me temo que nos va a llevar mucho tiempo, porque ahora estoy metida en ese tipo de proyecto que se hace por dinero, y en el que lo más importante son las fechas de entrega. Así que lo otro lo estoy haciendo entre medias.

SHERMAN: ¿A qué velocidad sueles trabajar?

TRINA: Oh, soy muy rápida. Pero la mano humana tiene sus límites.

SHERMAN: Una de tus primeras colaboraciones fue con Sharon Rudahl [Wimmen´s Comix nº 2, “Overload”]. ¿Cómo lo hicísteis?

TRINA: Fue mucho menos planeado de lo que parece. Nos sentamos y empezamos a charlar sobre la historia y la guionizamos juntas. Puede que yo me encargase del lápiz de una viñeta y ella lo entintara después, y en la siguiente viñeta lo hacíamos al contrario. Fue más parecido a una jam que a una colaboración. Con Steve fue una colaboración más formal.

SHERMAN: En las historias de Wimmen´s resulta un poco difícil darte cuenta de dónde empieza y dónde acaba cada artista.

TRINA: Cierto. Además, todavía no éramos demasiado buenas.

SHERMAN: Tengo varias preguntas en torno al sexismo.

TRINA: Dispara.

SHERMAN: En el pasado, has criticado duramente a los dibujantes de comix masculinos. En el libro de Estren los tildas de “cretinos políticos”.

TRINA: Lo son.

SHERMAN: ¿Crees que las cosas han mejorado en los últimos tiempos?

TRINA: Claro. Han mejorado porque ha aparecido todo un nuevo grupo de artistas masculinos en el underground. Por cierto, has de saber que solo me refiero a underground cuando me refiero a él de tal forma: si algo es mainstream, específicamente me referiré a ello como mainstreamDesde que Mark Estren escribió el libro, ha aparecido todo un nuevo grupo de historietistas en el underground. La mayoría son chicos mucho más majos, y me parecen más concienciados. Al primer grupo se le podría definir como la panda del Zap, excepto que no solo eran los colegas que dibujaban para el Zap, sino el primer grupo de historietistas underground de finales de los sesenta y principios de los setenta. Sus afiliaciones políticas y su “concienciación” consistían en cosas que hasta donde a mí me conciernen, me parecen anticuadas, lo que todo el mundo ya debería saber, cosas que datan de los cincuenta. “Oh, estoy tan jodido porque mi mami y mi papi de clase media me educaron así... Por lo tanto, como es culpa suya, puedo seguir estando todo lo jodido que quiera, y ponerme a escribir y dibujar sobre el tema para celebrarlo.” Bueno, me he cansado de escuchar sobre Cómo Me Educaron Papi y Mami. Hasta donde sé, tenemos que asumir las responsabilidades de nuestra vida, y yo no debería culpar a nadie de lo jodida que estoy. Soy completamente responsable de quien soy, y odio los gimoteos y el echarle la culpa a los demás, en especial odio echar la culpa a nuestros padres. Echarles la culpa de todo es la excusa más fácil.

SHERMAN: De esa forma, la gente puede ignorar el hecho de que en realidad se está jodiendo a sí misma.

TRINA: Por supuesto. ¿Vas a seguir sentado encogido en la silla, o vas a dar un vuelco a la situación y hacer algo?

SHERMAN: En Girl Fight nº 2, también respondías a las críticas de las feministas sobre tus dibujos de mujeres bonitas. ¿Te importaría ser más específica?

TRINA: Si, me encanta dibujar mujeres bonitas. Siempre me ha gustado. Solía coleccionar eso que llaman Dibujos de Chicas Bonitas, y me hace mucha gracia que algunas veces, ciertos coleccionistas tampoco lo entendiesen. Suelo ir a Convenciones, y allí tienen a la venta un montón de material descerebrado que ahora se llama “Good Girl Art” cuyos precios son muy buenos, así que me compré un buen puñado, y uno de los coleccionistas se quedó pasmado de que una mujer quisiera comprarse ese material. Años antes, alguien me dejó un artículo de un fanzine que trataba sobre ese tipo de dibujos. (No sé cómo los llamaría entonces, o si siquiera tenía un nombre.) El artículo estaba escrito por un tío. Me gustaría recordar el nombre del fanzine o el del escritor, pero no es así. Pero él hablaba sobre su experiencia de crío, cuando le encantaban el Capitán América y los demás superhéroes, porque podía identificarse con ellos, y quería ser tan fuerte y estupendo como el Capitán. Luego empezaba a hablar sobre las heroínas, las heroínas de la jungla que tanto me gustaban, y decía que no se podía imaginar que eso se lo leyeran las chicas, porque se las imaginaba leyendo ese tipo de material y sufriendo complejos de inferioridad –estaba seguro de que las heroínas solo estaban dibujadas para los lectores masculinos, a los que les parecían como pin-ups. Y a ese idiota nunca se le ocurrió que las mujeres son exactamente como los hombres, y que también pueden tener modelos para seguir, y que puede que se leyeran esas cosas y se dijeran: “Quiero ser tan fuerte, poderosa y guapa como esas mujeres”. Me refiero a que él quería ser tan fuerte y poderoso como el Capitán América, ¡y no parecía sufrir complejo de inferioridad ninguno! ¡Y esa forma de pensar me parece sexista! ¡Es un macho que no entiende que las mujeres piensan exactamente como los hombres porque los dos son personas!   

[Pausa]

Me estimula mucho, ¿sabes? Me estimula toparme con esos comportamientos verdaderamente sexistas. De niña, solía fantasear conque era una belleza y que vestía con un traje de leopardo, me balanceaba por los árboles, y vivía en una casa construida en una rama. Seguro que muchos chicos se imaginaban que llevaban pieles de animal encima y se llamaban Tarzán. Y es la misma forma de pensar. Si vas a idear una criatura callejera que sea mejor que todos los demás, no hace falta decir que esa criatura también debería ser más atractiva que los demás. Pero los hombres seguro que piensan: mira, son cuerpos perfectos.

SHERMAN: Siempre he querido leer sobre héroes masculinos sin un cuerpo perfecto.

TRINA: ¿Cómo vas a acabar con los villanos si eres demasiado delgado y no tienes músculos suficientes?

SHERMAN: Quizá con algún otro poder que lo compense.

TRINA: Siempre tendremos a Herbie, el chico gordo.

SHERMAN: O a Brain Boy. Me gustaría preguntarte sobre tu historia bondage para Wet Satin nº 1 (subtitulada "Women´s Erotic Fantasies").

TRINA: También edité la revista, y le pedí a todas las mujeres que participaron que hablasen sobre sus fantasías. Me asombró mucho cuántas me entregaron material fetichista, cosas de bondage, fetiches variados, escenas que incluían botas y cadenas. Me temo que forma parte de la psique femenina. Puede que las feministas me salten encima por decirlo, pero se puede rastrear hasta Wonder Woman. Todos sabemos que en sus páginas aparecían escenas de bondage. Charles Moulton, su guionista, era psicólogo, y sabía bien de lo que estaba hablando al meter el tema en sus historias. Al leerlas, soy capaz de interpretar sus significados sobre el poder, que el hombre intenta dominar a la mujer, y al final es la mujer quien domina al hombre. Cuando hice mi historia no lo pensé conscientemente. Sencillamente la hice porque la tenía en mente. Pero más tarde, me fijé detenidamente, y me dije: "Hey, si en realidad estoy hablando sobre sentimientos de poder". Pero oye, eso no significa que no me gusten las botas de tacón alto.

SHERMAN: La historia hace más hincapié en el hombre que domina a la mujer, en lugar de la mujer dominando al hombre.

TRINA: Mucho mejor si ella ganase al final, ¿no?

SHERMAN: Pero aún así trata sobre roles sexuales: tus personajes masculinos, la mayoría de los que lucen una personalidad positiva, parecen el reverso de las femme-fatale de Eisner. En realidad no se puede confiar en ellos, pero si alguna vez te encuentras en apuros, se pondrán de tu parte.

TRINA: Cierto.

SHERMAN: ¿Por qué?

TRINA: Es por la misma razón por la que Eisner estaba fascinado con las mujeres de la misma manera: me intriga que en el sexo opuesto haya alguien peligroso que finalmente no sea tan peligroso como parece, que incluso puede que te ayude cuando lo necesites. Como has dicho: "en realidad no se puede confiar en ellos..." Lo has clavado. Es una forma de hablar sobre la lucha de sexos, aunque es una lucha medio en broma.

SHERMAN: Denny Colt guiñando un ojo al público.

TRINA: Me encanta que también te fijases. Eso está bien.

SHERMAN: Sin embargo, otra faceta del mismo tema tiene que ver con los chicos y chicas gay. En una de tus tiras para Wimmen´s nº 1 aparece una lesbiana, y en Manhunt...

TRINA: "I Was a Fag Hag."

SHERMAN: Muchas de tus heroínas son o gays, o bisexuales. Muchos de los dibujantes masculinos no suelen tratar ese tipo de temas. 

TRINA: Si, es cierto que mis heroínas lo son. Creo firmemente en que todo el mundo está compuesto por dos sexos, y si no admites la presencia de tu lado femenino siendo un hombre, creo que es únicamente porque estás demasiado aterrorizado como para admitirlo. Sé que en mí hay una buena parte masculina. Sería muy aburrida si no fuese así. Y los hombres sin cierta cantidad de feminidad, son un verdadero coñazo. Personas repugnantes y machotes con los que no quiero tener nada que ver. Demasiados autores de la historieta son de esa forma. 

 (Continuará)

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