viernes, 24 de junio de 2011

EL EVANGELIO DE SAN JOHN: LA ENTREVISTA CON CHESTER BROWN 3 (de 3)

El Evangelio de San John: La entrevista con Chester Brown 3 (de 3). Entrevista realizada por Sean Rogers para The Comics Journal (2011). Traducida por Frog2000. Primera partesegunda parte.
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ROGERS: De acuerdo, en tus anteriores obras autobiográficas solías transmitir directamente la información a base de “speeches” que formulaba un sosias. Se podía ver tanto en el Playboy como en algunas viñetas aisladas de “Helder” (donde hablabas sobre tu vuelta a casa después del trabajo.) También en “My Mom Was a Schizophrenic”, donde hacías que tu personaje le hablase directamente al lector. ¿Quisiste hacer lo mismo en esta obra, transitar caminos parecidos?

BROWN: No creo ni que llegara a pensarlo. Siempre he recelado a la hora de utilizar cuadros de texto para narrar la historia. Y ese es el motivo por el que en las obras anteriores intenté evitar su uso. Así que a pesar de usar cartelas donde se indican algunas cosas como “Llego a casa después del colegio,” o lo que sea, 
en el Playboy también hice aparecer a un pequeño y demoníaco Chester comentándole directamente ese tipo de cosas al lector. Supongo que en “Paying for It” intenté evitar las cartelas de texto tanto como me fuese posible, y cuando las usaba utilizaba la viñeta completa para incluir el texto narrativo, un poco como lo que suele hacer Chris Ware. No estoy seguro de si así será mejor o peor. Tan sólo estaba intentando experimentar, probar algunas cosas diferentes.

ROGERS: Hablando sobre experimentación, tanto en esta obra como en Louis Riel estructuras la página a base de una estricta cuadrícula de fondo blanco. ¿Por qué has cambiado la forma de hacer las cosas de obras anteriores (o el enfoque que tenías hasta el momento)?
BROWN: Probablemente tan sólo sea por nostalgia. Ese es el aspecto tradicional del comic-book, esa forma de dividir la página. Sobre todo en el tipo de obras que más me gustan, como por ejemplo en las de Gray, y a pesar de que Gray no solía utilizarlo habitualmente, cuando te fijas en su trabajo reproducido parece una parrilla con todas las viñetas unas encima de otras. No es que no me gusten los experimentos que llevé a cabo en el Playboy o en “I Never Liked You”, pero creo que me resulta más interesante hacer que las viñetas estén aisladas unas de otras. Además, cuando utilizas una rejilla suelen caber más viñetas por página. Pero puede que la verdadera razón sea la nostalgia.

ROGERS: ¿Y por qué han desaparecido los fondos negros? Incluso en [la nueva edición de] “I Never Liked You”, ¿por qué te parece preferible el blanco al negro?

BROWN: Para mí el blanco parece estar más… enriquecido… es como... demasiado. Prefiero que aparezca un montón de espacio en blanco. Y eso a pesar de que en “Paying for It” dejase muy grandes los márgenes, más grandes de los que suelen poner muchos dibujantes en sus viñetas. En realidad, mi forma de conseguir esa gran cantidad de espacio en blanco en la página suele ser dejando más anchura en los márgenes. Supongo que responderá a mi intención de ser austero. Quiero que todo quede muy limpio y blanco.
ROGERS: Al intentar dar con la clave para poder relacionar “Paying for It” con el resto de tus obras, terminé fijándome en algunas conexiones que existen entre dicha obra y los Evangelios. Cuando adaptaste a Mateo al final de Underwater, dibujaste una secuencia en la que Jesús le decía a la gente que no debería casarse, y que si eran capaces de renunciar al sexo a cambio del Reino de los Cielos, entonces deberían hacerlo.

BROWN: Claro, me parece sorprendente la cantidad de cosas contra el matrimonio que aparecen en el Nuevo Testamento. Tanto Jesús como Pablo dijeron cosas parecidas sobre el matrimonio, y San Pablo tiene una famosa declaración sobre el matrimonio en [una de] sus cartas, en donde comenta que si el matrimonio te parece un simple compromiso, entonces deberías evitar casarte y que tan sólo deberías hacerlo si realmente quieres hacerlo. Dice que es mejor casarse que quemarse o algo parecido.

ROGERS: Me parece que en tus Evangelios aparecen un montón de cosas parecidas. Supongo que cuando Jesús reprende a los fariseos o se pone en contra de todos los aspectos de la cultura en la que estuvo viviendo, es como si esas escenas también pudiesen formar parte de “Paying for it”. No es que me parezca que tengas complejo de mesías o algo parecido, claro, pero ¿no te llamó mucho la atención al leer los Evangelios? Me refiero a esa rebelión o postura en contra de una sociedad que era capaz de inhibir la libertad personal.

BROWN: Claro, supongo que son aspectos que también se pueden encontrar en estos libros. ¿Que si me atrajeron? Obviamente me parece uno de los grandes atractivos de los Evangelios. Creo que es una de las razones por las que mucha gente también se siente atraída por ellos. Creo que las figuras contra-culturales suelen parecernos más atractivas. O las personas que de alguna forma están dispuestas a luchar contra de las restricciones de la sociedad en la que están viviendo. Pero el motivo principal por el que quise hacer los Evangelios fue porque yo era cristiano y estaba intentando averiguar si quería seguir siéndolo o no. Esa fue mi verdadera forma de estudiar las raíces de mis creencias, la fe en la que me crié.

ROGERS: ¿Existe alguna conexión entre esta obra y, por ejemplo, “My Mom Was a Schizophrenic”?

BROWN: ¿Respecto a si en ambas aparecen razonamientos similares o…?

ROGERS: Creo que en ambas aparecen razonamientos parecidos. También creo que coges una inhibición cultural o un tabú y lo analizas para intentar saber por qué se ha convertido en una inhibición o tabú. Supongo que pensaste: ¿por qué nuestra sociedad reacciona contra la esquizofrenia como algo que debe ser temido y tratado clínicamente?, ¿por qué nuestra sociedad cree que la prostitución es algo que debería ser controlado o erradicado?
BROWN: Claro. Cuando cumplí los treinta y empecé a interesarme por la política, rápidamente empecé a preguntarme: “¿Cómo podría incluir todo estas ideas en mi trabajo?” Me resultaba bastante complejo. Por una parte quieres crear una historia interesante que pueda ser leída por todo el mundo. Pero si la centras demasiado en tus ideas, entonces ¿por qué no escribir un ensayo? Los cómics parecen requerir cierto nivel de compromiso, por lo que de alguna forma estuve esforzándome para encontrar la forma de incluir mis ideas en ellos. El caso de “My Mom Was a Schizophrenic” fue un poco diferente, porque era una historia corta. Como sólo tenía seis páginas o algo parecido sentía que no tenía que contar ningún tipo de historia en ella. Sin embargo, cuando haces una obra más extensa, ¿cómo puedes mantener interesado al lector? Ni siquiera yo estaba demasiado seguro de querer que el lector se comprometiese demasiado con lo que yo había contado en “My Mom was a Schizophrenic”. Por lo que, claro, me parece bastante difícil de hacer. Tampoco parece haber muchos historietistas que sientan que tengan que incluir sus ideas en sus obras. El primero con el que recuerdo haberme topado fue con Steve Ditko. Recuerdo que empecé a leer lo que había hecho en Mr. A cuando tenía unos 18 años y supongo que llegó a afectarme un montón, aunque no me convirtiesen en objetivista. Pero me impresionó mucho que alguien estuviese intentando expresar sus ideas a través de un cómic. Y supongo que la otra persona que también lo ha intentado hacer es Dave Sim, aunque diría que con resultados variados. A pesar de todo lo que me gusta Cerebus, creo que mucha gente suele alejarse de la serie por la forma en que está realizada.

ROGERS: Creo que fue en “Reads” donde se produjo el cambio crucial, ¿no es cierto?

BROWN: Claro, fueron esas ideas misóginas las que hicieron alejarse a todo el mundo. Pero también las páginas llenas de texto. Supongo que hasta cierto punto fue un error. El primer historietista que recuerdo que había hecho algo parecido fue... supongo que Steve Gerber en cierta parte del material del Hombre Cosa (Man-Thing) que estuvo guionizando para la Marvel Comics de los setenta. Recuerdo que en esa época fui capaz de darme cuenta de que cuando estaba leyendo los cómics y de repente aparecía una página de texto, mi primer impulso era el de saltármela. Incluso aunque me gustase leer esa parte. También me gustaba leer narrativa. Pero cuando estás leyendo un cómic tu cerebro piensa de otra forma. Cuando llegas a una página de texto estás leyendo en “modo cómic”. Es una forma de leer diferente. Así que recuerdo que me dije: “De acuerdo, creo que nunca voy a querer hacer algo parecido.” [Ambos se ríen.] “No quiero que mis páginas aparezcan repletas de texto.” Así que siempre he intentado evitarlo.
ROGERS: Bueno, pero sí que has hecho algunas páginas por el estilo. Aparecen a
l final de “Paying for It”, o cuando has vuelto sobre alguna de tus obras anteriores... 

BROWN: Eso es diferente. Creo que lo erróneo es incluir una página de texto en mitad del cómic.

ROGERS: Así que crees que leer anotaciones al final del cómic es una experiencia diferente a encontrarse una página de texto por la mitad, ¿no?

BROWN: Bueno, hasta cierto punto mi forma de pensar sobre los cómics se basa mucho en los super-héroes que estuve leyendo cuando era adolescente. Recuerdo que disfrutaba un montón haciéndolo y que luego me quedaba decepcionado al final del número, porque no había más. Pero de repente ¡sorpresa! todavía tenía algo más para leer, aún me faltaba la página de correo... Me gustaba mucho ser capaz de ralentizar la lectura en un punto determinado y leer las cartas de esa página. Así que no creo que sea un error darle a la gente una página de texto al final de la obra. “De acuerdo, he terminado el cómic. Ya puedo cambiar a modo de lectura narrativa.” Supongo que esa es la diferencia entre incluir una página a mitad del tebeo o al final.

ROGERS: En una de las secciones de las anotaciones titulada “Más Sobre la Normalización de la Prostitución,” presentas un futuro hipotético en el que pagar a cambio de sexo 
es algo rutinario y normal. Pero en esas situaciones hipotéticas siempre parece que se paga a las mujeres en vez de...

BROWN: Sin embargo me parece que también hacía algún comentario acerca de que muy bien podría funcionar al revés. Si hubiese querido entrar en más detalles sobre cómo se llegaría a esa situación, tendría que haber escrito algún apéndice más, pero en cambio intenté que el texto tuviese una extensión más corta. Creo que en mi texto reconocía que las mujeres podrían llegar a pagar a cambio de sexo tanto como los hombres.
ROGERS: Me hizo preguntarme una cosa... En tu sección sobre la prostitución masculina comentas que existe una especie de actitud paternalista hacia las mujeres que se dedican a la prostitución y que sobre la prostitución masculina no se suele hablar tanto.

BROWN: Tienes razón. Es que parece como si no fuese lo mismo. [Risas.] Bueno, supongo que debería haber abordado el tema de alguna forma, porque los que critican la prostitución suelen centrarse mucho en la prostitución femenina y menos en la prostitución masculina. Así que supongo que si hubiese escrito el apéndice desde el punto de vista de un hombre que paga por sexo, los críticos habrían dicho: “Sí, pero eso no es lo que nos preocupa. Lo que nos preocupa son las mujeres a las que se las paga a cambio de practicar sexo.”

ROGERS: Claro. Me pregunto si crees que esa especie de política de género está haciendo avanzar las cosas hacia el futuro. Esa especie de actitud paternalista...

BROWN: Bueno, ahora hay un montón de mujeres que pagan a cambio de sexo. Me compré un libro que creo que se titulaba “Romance on the Road”. Era un libro que había escrito una mujer que había viajado por muchos sitios, desde países del Tercer Mundo hasta el Caribe y hasta... bueno, en realidad había viajado por todo el Mundo, y contaba las experiencias de las que había disfrutado al pagar a cambio de sexo. Incluso entrevistaba a unas cuantas mujeres que también habían tenido sexo a cambio de dinero. Así que aparentemente es algo habitual que les suele ocurrir a muchas mujeres cuando viajan. Obviamente será a la mayoría, pero había unas cuántas mujeres a las que les había ocurrido algo parecido. También me pillé un libro sobre gigolós que hablaba de mujeres que pagaban por acostarse con chicos jóvenes. Al leer el libro tuve la impresión de que esas cosas suelen ocurrir más a menudo de lo que pensamos. Creo que en nuestra cultura los hombres pagan por tener sexo mucho más a menudo que las mujeres. Aunque también tendemos a no centrarnos demasiado en las mujeres que sí que lo hacen. Y como la mayor parte de la gente que ha creado nuestra cultura son hombres, tendemos a centrarnos más en las mujeres a las que pagan a cambio de sexo que en el caso contrario.

ROGERS: Parece como si las dinámicas de poder de nuestra sociedad quedaran reflejadas en lo que pensamos sobre la prostitución, y también en nuestra preocupación acerca de en qué punto pueden tener los hombres una posición desde la que poder controlar las relaciones, pero luego ignoramos todo esto de inmediato, lo dejamos de lado...

BROWN: Claro, creo que hay varias motivos por los que se tiende a ignorar a las mujeres que pagan por tener sexo, incluso aunque siga ocurriendo. No es que sea algo habitual, como ya he comentado, pero sigue pasando. Creo que un poquito sí que puede que ocurra. Y si se descriminalizase la prostitución creo que entonces pasaría más a menudo. Creo que  habría muchas más mujeres planteándose pagar a cambio de practicar sexo.
ROGERS: Me parece asombroso lo oportuno de la edición del libro, justo cuando se va a fallar la sentencia este septiembre. Me pregunto si estás de acuerdo con la resolución que se va a tomar finalmente.

BROWN: Bueno, obviamente creo que la juez Susan Himel es una santa. Supongo que deberíamos explicar quién es Susan Himel y cuál ha sido su decisión. Básicamente lo que ha ocurrido fue que elevaron un caso de prostitución hasta el Tribunal Superior de Ontario, y ella emitió una sentencia que anuló las tres leyes principales sobre la prostitución. [De acuerdo con el Toronto Star: “Himel encontró que las prohibiciones del Código Penal en contra de mantener un prostíbulo comunal y vivir de los beneficios de la prostitución y su comercio, a todos los efectos violaban... la Carta de derechos de las mujeres, su libertad de expresión y la seguridad de las personas.”] Si su sentencia permanece ratificada, entonces lo que va a ocurrir es que básicamente la prostitución en Ontario dejará de ser un crimen, y por lo tanto (probablemente dentro de poco tiempo) también lo será en todo Canadá. Cuando se adoptó esa decisión me quedé bastante frustrado, porque quería que el tomo apareciese justo en ese momento. Me dije: “¡Mierda!” [Rogers se ríe.] Quería que esta obra formase parte del debate. Muchas personas se decían: “Oh, esto lo va a cambiar todo, ahora ejercer la prostitución no será ningún crimen.” Me di cuenta de que no iba a pasar, ya fuese porque el gobierno apelaría, que es lo que hizo, o porque si perdían dicha apelación intentarían volver a tipificarlo como delito. Ciertamente, si los conservadores siguen en el poder y pierden la apelación, entonces tratarán de volver a penalizar la prostitución, probablemente utilizando el modelo sueco (haciendo que pagar a cambio de sexo se convierta en algo ilegal.) Así que pensé: “Sí, seguro que este debate seguirá en los medios en primavera, cuando aparezca el libro.” Y parece que así va a ser. Dudo que en mayo las cosas vayan a resolverse. El debate sigue vivo. Pero tienes razón, parece un buen momento para que aparezca mi obra.
ROGERS: ¿También tus amigos se encuentran más próximos a la descriminalización de la prostitución?

BROWN: Bueno, hay gente que está de acuerdo conmigo y que, para empezar, se acordaron de mí. Jeet está a favor de la descriminalización. Mi hermano también está a favor de que deje de ser un acto criminal. Los tres amigos con los que más he hablado sobre el tema, Seth, Sook-Yin y Colin Upton, están a favor de la legalización de la prostitución, aunque no de su descriminalización. ¿He convencido a alguno? No sé cuál será la postura actual de Sook-Yin. Colin sigue estando a favor de su legalización, aunque no de su descriminalización. Y en cuanto a Seth no estoy seguro de cuál puede ser su postura actual. Pero claro, probablemente no estará a favor. [Después de hacer la entrevista Sook-Yin le contó (a Chester) que también apoyaba la descriminalización.]
ROGERS: Creo que haber incluido a tus amigos en la obra es una estrategia muy interesante, porque actúan como una especie de caja de resonancia o de compañeros de debate. Cuando te planteaste incluirlos en ella, ¿lo hiciste para abrir un espacio para que (de alguna forma) el lector estuviese de acuerdo con alguna de tus argumentaciones o incluso que llegasen a considerarlas seriamente?

BROWN: ¿Estás seguro de que lo van a hacer? [Risas.] Me refiero a que tampoco espero que el lector se ponga automáticamente de acuerdo conmigo. De hecho, me doy cuenta de que muchos de mis lectores van a leerse mis argumentos y de que mi punto de vista no les va a convencer para nada. Ellos aparecen en la obra para estimular la reflexión sobre el tema que he propuesto. No sé si eso va a convencer o no a alguien... espero que lo haga con algunos, pero por supuesto, tampoco creo que vaya a convencer a todo el mundo.

ROGERS: Dado que también has adaptado las Escrituras, me pregunto qué es lo que piensas acerca del Génesis de Crumb.

BROWN: Bueno, ahora que Crumb ha escrito algo muy agradable sobre mí que irá incluido en “Paying for It”, la verdad es que no estoy autorizado a decir nada de nada. [Risas.] Es una obra preciosa (Crumb es un dibujante sorprendente.) La obra es preciosa y agrada a la vista. Vale la pena comprarla tan sólo por las imágenes. Pero su propuesta de incluir todo el texto del original creo que va en contra de cómo funcionan los cómics. Porque ha recogido toda la prosa y la ha puesto en el cómic directamente. Los cómics no deberían tener toda esa prosa en cada página. Obviamente, creo que mi enfoque es diferente. Recuerdo que en una de sus entrevistas para The Comics Journal, Steve Gerber dijo que no debería haber bocadillos con más de veinte palabras, y en ese momento me pareció que era cierto. Porque no está bien que la página aparezca recargada de palabras. Es mucha prosa. Ralentiza la experiencia de lectura. La lectura de un cómic debería ser algo relativamente sencillo. Porque no quieres que tu lector tarde demasiado en pasar de página. Y creo que eso es lo que sucede con esa novela de Crumb: hay que gastar demasiado tiempo en cada página.
ROGERS: ¿Así que no crees que esa fuese su forma de resolver el mismo tipo de problema que se te presentó en tu adaptación?

BROWN: Bueno, yo sabía bien cuál era el problema que me traía entre manos, así que intenté solventarlo utilizando un enfoque diferente. Y creo que mi forma de resolverlo no es la misma que la suya. Pero creo que su libro sigue siendo un material estupendo.

ROGERS: Bueno, supongo que tú también hiciste tu propio Génesis en Underwater, ¿verdad?

BROWN: Oh, es cierto. Claro. [Risas.] Pero tampoco es una adaptación tan fiel como la de Crumb.

ROGERS: Durante la entrevista has mencionado a Steve Gerber un par de veces, y me preguntaba qué es lo que te gusta de él.

BROWN: Bueno, para alguien que ha leído la mayoría de cómics de super-héroes de los setenta, Gerber resulta alguien muy interesante. Sus dos series principales fueron el Hombre Cosa y Howard, el Pato, y ninguna de las dos eran la típica serie. Claramente se podía ver que Gerber era muy inteligente y sus series tenían un tono diferente. ¿Has leído algo suyo?

ROGERS: Cuando era niño leí Omega, algunos números de los Defensores y Howard, el Pato.
Omega es una de las colecciones que he vuelto a leer hacer poco.

BROWN: Claro, incluso Omega... incluso aunque sea un cómic de super-héroes, parecía diferente del típico cómic de la época. Así que definitivamente creo que Steve Gerber influyó mucho en mi forma de pensar. Si alguna vez estuviese interesado en hacer super-héroes, o en hacer un material más genérico, él sería uno de los modelos que escogería para hacer alguna de las series de una editorial grande, porque lo que hacía Steve Gerber era algo distintivo y muy personal. Es uno de los escritores que más me gustaron en aquel período, junto con Steve Englehart.
ROGERS: ¿Has vuelto a revisar alguno de los cómics que te leíste durante tus años de aprendizaje?

BROWN: Claro, de forma ocasional. Hace poco intenté leer el Kamandi de [Jack] Kirby. Tenía la intención de leerme toda la serie, pero no pude pasar más allá de los dos primeros números. En cuanto al resto, he seguido leyendo cosas de Gerber o de Steve Englehart según se iban editando. Probablemente habré releído algunas otras cosas, pero sólo algunos números sueltos aquí y allá, y desde hace un par de años no he vuelto a leer nada de aquella época. Así que no estoy seguro que me fuese a gustar en la actualidad.


ROGERS: Cuando empezaste a fijarte que esa forma individual de hacer las cosas también se estaba filtrando en los cómics “mainstream”, por ejemplo, en las series que hacían Gerber o Englehart, ¿te diste cuenta de que los primeros que lo estaban haciendo eran los guionistas en lugar de los dibujantes?

BROWN: Oh, definitivamente pude darme cuenta de que los dibujantes también lo hacían. Quiero decir, si quieres ahora podemos hablar de los dibujantes de Marvel o DC que me gustaban durante esa época. [Risas.] Mike Ploog, que definitivamente me ha influido un montón, Marshall Rogers, por supuesto, también [William] Kaluta, Bernie Wrightson…

ROGERS: ¿Te llamaban la atención porque eran diferentes a los que dibujaban con el habitual estilo Marvel o con un estilo parecido al del Neal Adams de la época, o era porque...?

BROWN: Cada uno tenía su propio estilo, aunque por ejemplo, Mike Ploog imitaba a [Will] Eisner, aunque en ese momento no me hubiese dado cuenta. Si recuerdo bien, leí una entrevista con Ploog en la que decía que había estado trabajando para Eisner, al menos durante un período muy corto de tiempo, así que se puede ver bien qué es lo que le pudo haber influido. Otro del que me había olvidado es Paul Gulacy. Me gusta mucho su período en Master of Kung-Fu. Pero claro, en su momento no pude darme cuenta de que estaba imitando a Jim Steranko. Cuando más tarde conocí a [Jim] Steranko me dije: “De acuerdo, de aquí es de donde sacó Gulacy su estilo”. Pero es que en aquella época, lo que hacía Gulacy me parecía tremendamente inusual. Cuando empecé a leer cómics de Marvel no sabía quiénes eran Eisner o Steranko. Por supuesto, cada paso que estaba dando Steranko lo alejaba muchísimo más de la fuente, y a su manera consiguió un estilo distintivo y extraño.

ROGERS: Últimamente pienso mucho en el underground. Por ejemplo en Jack Jackson, no sé si habrás leído su obra.

BROWN: Oh, claro. Me pillé su material sobre Quanah Parker, Comanche Moon, que es lo primero que hizo. Estoy bastante seguro de que me he ido comprando todas sus obras desde entonces, aunque nunca he sido capaz de conseguir una copia de su obra sobre El Alamo. La estuve buscando un tiempo, e incluso le pregunté a Peter [Birkemoe], de The Beguiling, por ella, para que me la enviase a casa. Estoy seguro de que en algún momento, en algún sitio, daré con ella. Porque lo considero otra influencia, y cuando estaba trabajando en Riel me fijaba mucho en su forma de hacer las cosas. Definitivamente es alguien a quien la gente debería leer. Pero no estoy seguro de si sus cosas se seguirán editando.
ROGERS: Cuando antes hemos hablado de Gray, mencionaste que te influyó porque era diferente a los cómics de super-héroes que solían leerse en esa época, llenos de emociones, primeros planos, angustia y todo lo demás. Pero también hemos hablado sobre Ditko. ¿Crees que Ditko es alguien emocional? ¿O hay algo en los cómics de super-héroes de Ditko que hace que se diferencie del resto?

BROWN: Bueno [risas], claro que lo hay. Sus cómics son muy diferentes de los del resto. Pero... quiero decir, cuando juntamos la emoción y Ditko, inmediatamente pienso en Mr. A, que lleva puesta esa máscara blanca que no cambia nunca. E incluso hay algunas escenas en las que Mr. A se ríe y su cara sigue siendo la misma [risas]. No se puede ver reflejada ningún tipo de sonrisa en la cara ni ninguna otra emoción. Por supuesto, también tenemos a Spider-Man, y tampoco podríamos encontrar absolutamente ninguna emoción en su cara. O muy poca. Tal vez haya alguna variación en los ojos. Pero, sí, resulta curioso. Al menos dos de sus héroes más importantes no muestran ninguna emoción en su cara. [Risas.]

ROGERS: Bueno, también tenemos a The Question, ¿verdad?

BROWN: Es verdad. The Question. [Risas.] Probablemente si seguimos buscando aparecerán más héroes suyos que no muestran ninguna emoción.

ROGERS: ¿Has leído alguna serie manga? En la mayoría de los casos me parecen totalmente opuestas a tu estilo. Tengo curiosidad por saber si has leído alguna.

BROWN: No demasiadas. Cuando Frank Miller estuvo hablando en los ochenta de “Lone Wolf and Cub” me pillé un montón de las ediciones japonesas sin traducir, y realmente me divertí mucho mirándolas, aunque no fuese capaz de leerlas. A continuación me compré la edición completa en inglés. Y también me lo pasé muy bien. De alguna forma era más divertido leerlo que cuando simplemente me estaba imaginando lo que ponía en la obra. [Rogers se ríe]. Ese material me parece magnífico. Me divertí mucho con el Buda de [Osamu] Tezuka. ¿Qué más? Bueno, no he leído mucho más material.
ROGERS: ¿Y qué hay del que está más orientado a un público adulto que se ha publicado más tarde, cosas como lo que hace [Yoshihiro] Tatsumi?

BROWN: Ah, claro, las obras de Tatsumi. Bueno, cuando Catalan editó Good-Bye de Tatsumi, en los ochenta, me lo pillé y me gustó un montón. Me quedé en plan: “me encantaría que sacaran más material de este tío”. Así que me alegró mucho que Drawn and Quarterly empezara a reeditarlo un par de años más tarde. Porque me divertía mucho leyéndolo. Creo que era fabuloso. Y si hablamos de gente a la que le haya influido el manga, tenemos que nombrar a Bryan Lee O’Malley. En particular su primer libro de Scott Pilgrim, donde recogía el estilo manga y lo convertía en algo propio. Creo que su aspecto era magnífico. No sé si lo consideras mangaka o no, pero sin duda es un historietista capaz de hacer cosas muy interesantes con ese estilo.

ROGERS: La siguiente es una especie de pregunta típica, pero: ¿a cuál de los historietistas actuales deberíamos prestarles atención? [Brown se ríe.] ¿A quién le prestas atención? ¿No crees que ya has leído suficientes cómics?

BROWN: Bueno, es probable que sea porque estoy asociado con los premios Doug Wright, y también porque soy amigo de los que los entregan, pero ahí tienes a esa peña, esa pandilla de historietistas de Toronto: Jason Kieffer, Nick Maandag y Ethan Rilly. Los tres son chavales jóvenes que están haciendo cosas muy interesantes ahora mismo. Jason es una persona bastante peculiar y te puedes dar cuenta de que su personalidad es rara. Es como si fuese un personaje. En realidad Nick también es así. Nick tiene ese humor seco y una forma de ver el mundo muy inexpresiva. Las cosas de Nick son una extraña mezcla de ironía y sinceridad. Y ambos tienen estilos artísticos muy diferenciados.
ROGERS: Definitivamente creo que no se les podría confundir con ningún otro dibujante.

BROWN: No. (Realmente es un poco como Fletcher Hanks), pero Nick tiende a dibujar las cosas con un aspecto rígido, mientras que los dibujos de Jason son algo más fluidos. Su trazo es rígido pero no de la misma forma. Me gustan mucho los dos. Aunque creo que todavía no han hecho algo sustancioso. Quiero decir, lo más cercano a una gran obra que ha hecho Nick es Streakers, que creo que tiene cerca de sesenta páginas. Pero me parece que todos ellos van a hacer alguna obra interesante en el futuro.

ROGERS: Claro, me parece que Streakers le abrirá caminos a Nick. Creo que la gente que disfruta con Michael Kupperman o con un humor excéntrico parecido podría gustarle. Es muy divertida.

BROWN: Estás en lo cierto. Si hablamos de historietistas jóvenes y de cosas divertidas también tenemos a Kate Beaton, que sé que acaba de ser fichada por Drawn & Quarterly. Me encanta lo que hace. Es alguien a la que aún no se le ha prestado mucha atención, o al menos esa es la impresión que tengo. Se acaba de auto-editar un libro, pero por fortuna, cuando Drawn & Quarterly publique su material creo que llamará más la atención.

ROGERS: Creo que en internet ha llamado un poco la atención, e incluso llegó a publicar en el National Post y en otros sitios parecidos. Pero claro, su obra está muy bien.

BROWN: Es que es muy divertida. Probablemente me haya carcajeado muchas veces mientras estaba leyendo su obra, pero incluso las veces en las que tan sólo sonreía, me daba cuenta de que ella tiene su propia forma de contar las cosas. No sé cómo lo hace, pero es muy divertida.

ROGERS: Sí, resulta difícil analizarla, pero de alguna forma la elegancia de su estilo de dibujo también se ajusta bastante bien a su sentido del humor.

BROWN: Estoy deseando ver hasta dónde puede llegar, porque lo único que he visto suyo últimamente son cosas de una sola página. Y me pregunto, ¿va a seguir haciendo eso? Me parece bien que lo haga, porque lo que hace, lo hace muy bien. Pero... ¿cuándo empezará a hacer cosas más largas? Sería muy interesante. ¿O renunciará del todo como hizo Julie [Doucet]? Ya veremos.
ROGERS: También espero que Ethan Rilly dibuje algo nuevo. No he visto nada desde que hizo Pope Hats.

BROWN: Creo que tiene dibujadas veinte o treinta páginas de un nuevo proyecto. Creo que se llama Marta. ¿O es Marla? Editó un minicomic el año pasado, y también tenía unas cuántas páginas de algo más largo en lo que había estado trabajando y que me parecía magnífico. Desafortunadamente decidió que no le gustaba y lo abandonó. Yo también he hecho lo mismo alguna vez. Algunos historietistas lo hacen a veces. Por otra parte, supongo que también tengo que nombrar a los autores habituales: Chris Ware, Dan Clowes y Seth. Joe Matt, Adrian Tomine. Gente a la que conozco en persona. Oh, hay alguien más al que debería mencionar: Pascal Girard. Me encantó su Bigfoot. Supongo que no se ha vendido tanto como debería, pero todo el mundo debería conocerlo. Me parece que va a convertirse en un autor muy interesante.

ROGERS: ¿Qué es lo que te llama la atención de sus cómics?

BROWN: Bueno, en realidad existen similitudes entre Pascal y Ethan [Rilly]: ambos se centran en las vidas de la gente joven, y también los dos dan una sensación de naturalidad, una sensación como de casualidad. El dibujo de Ethan es más realista y el de Pascal es ligeramente más estilizado, pero sin llegar a caer en lo dramático. Me gusta que el dibujo dé esa sensación de distancia, no es lo que se llamaría melodramático. Así que me gustan ambos. Hace ya un par de meses que me leí Bigfoot, por lo que no soy capaz de recordar bien los detalles, pero me gustó muchísimo.
ROGERS: Claro. Supongo que al haber crecido en la zona periférica de Quebec, tiene que haber un montón de cosas que le pueden llamar la atención.

BROWN: Realmente es capaz de captar esa ambientación. También lo hace Ethan con su barrio céntrico [de Toronto], ya sabes. En particular se puede notar mucho en el trabajo de Ethan, porque por ejemplo, en su obra aparece dibujado un determinado Kentucky Fried Chicken que se puede encontrar en la esquina. [Rogers se ríe.] Y entonces me digo: “conozco bien ese Kentucky Fried Chicken.” Bueno, supongo que ahora se llamará KFC. Pero sé dónde está situado. También me suele ocurrir con las obras de Pascal, aunque no conozco su barrio, o cuando le da por dibujar algunos sitios específicos, porque tengo la sensación de saber dónde están exactamente.

ROGERS: ¿Estás leyendo el trabajo de los jóvenes dibujantes americanos, o en realidad no te interesa en absoluto?

BROWN: Si alguien me lo recomienda, me intereso por él. Seth tiene el ojo puesto en la escena de cómic mucho más que yo, y suele leer cosas de jóvenes autores americanos. Así que si me dice que me lea algo y me insiste, suelo hacerlo. Pero ahora mismo no soy capaz de pensar en alguien en concreto. Tal vez sea porque estoy muy metido en las obras de todos esos historietistas canadienses a los que conozco personalmente.

ROGERS: Antes nombrábamos a Sammy Harkham. ¿Qué opinas de Crickets 3?

BROWN: Oh, me encantó. Me parece una obra asombrosa. Tiene mucho talento. Parece que su nueva obra también va a ser magnífica. Me encanta su trabajo.
ROGERS: ¿Qué es lo que te llama la atención?

BROWN: Tiene un estilo precioso, muy suelto, se parece al de los dibujos animados. Comenzó siendo menos realista y ha ido aprendiendo a dibujar cada vez mejor, o puede que esté intentando hacer las cosas de forma más realista, pero también se le da muy bien. Su trabajo cada vez se adentra más en la realidad. Pero al igual que ocurría con su estilo suelto, su estilo realista también me parece muy hermoso. Y también su forma de contar las historias. Esa historia del recopilatorio de Drawn & Quarterly sobre una adolescente que está pasando el rato en su casa...

ROGERS: “Somersaulting.”

BROWN: En realidad no había casi nada de historia en ella, pero me di cuenta de que de todas formas la estaba disfrutando mucho. No tenía ningún tipo de densa trama detrás, pero de alguna forma su trabajo se podía leer estupendamente. No estoy seguro de poder analizarlo. Se lee muy bien, a pesar de que hasta ahora no ha hecho un trabajo más extenso con un guión más prolongado en el que vaya evolucionando la trama o algo parecido. Tal vez lo haga en esa novela gráfica en la que está trabajando actualmente.

2 comentarios:

David dijo...

Gracias. Este tipo de cosas va a hacer que me olvide de esa cabezonería tuya con los FAB4.
Un saludo.

frog2000 dijo...

:)

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

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