martes, 31 de mayo de 2011

lunes, 30 de mayo de 2011

ENTREVISTA CON TOM SHANNON (CHEATER SLICKS)


Entrevista con Tom Shannon (Cheater Slicks),2006. Rescatada de philhonolulu y traducida por Frog2000)

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Os ofrezco una entrevista que le hice meses atrás a Tom Shannon, de los Cheater Slicks. Tienen un nuevo disco grabado que podremos escuchar el próximo año, y como son una banda en la que se puede confiar y que siempre ha producido grandes discos a lo largo de toda su extensa carrera, haré una conjetura y os diré que estoy seguro de que va a ser un disco increíble.

Phil Honolulu: ¿Qué edad tenías cuando empezaste a tocar?

Tom Shannon: Tenía cerca de 21 años, probablemente David tendría unos 25 y Dana ha estado tocando desde que era un adolescente. David y yo empezamos a tocar bastante dos años después de dejar la Universidad. David se pasaba el tiempo pintando y yo me dedicaba a trabajar. Ambos habíamos tocado otros instrumentos cuando estábamos en el instituto. David era un trompetista muy bueno. Provenimos de una familia de músicos. Nuestro padre es pianista. Pero de alguna forma esa situación nos frustró un poco y no nos ayudó demasiado.

PH: ¿Habías tocado en alguna otra banda antes de hacerlo en Cheater Slicks?

TS: Estuve tocando en una que se llamaba The Fishers cuando todavía iba al instituto, alrededor de 1984. Tan sólo lo hacía para divertirme, pero realmente fue como una especie de precursora de muchos de los grupos que más tarde hicieron garage y soul. Teníamos una cantante de color. Cuando empezamos, yo sólo llevaba un par de meses tocando la guitarra. Era divertido, pero no teníamos ambición alguna. Dana estuvo en un grupo de punk metal en el instituto que se llamaba Four Letter Words. Era el cantante. Formó la banda con algunos amigos fumetas y tocaron en un concierto de jóvenes talentos del instituto. Creo que cantaron "Gloria". También estuvieron tocando en Boston un par de veces e incluso llegaron a llamar ligeramente la atención, porque eran unos extraños tipos de instituto de una ciudad poco conocida. Para dar los conciertos se fueron en tren hasta Boston. David también estuvo tocando con algunos amigos de Nueva York, pero creo que el proyecto no era nada demasiado serio.
PH: ¿En qué momento te diste cuenta de que eras capaz de cantar?

TS: Creo que sabía que podía cantar desde que era un crio. Siempre he escuchado todo de forma musical, pero supongo que era demasiado tímido y derrotista como para intentar cantar de verdad. Me imagino que sabía bien que tenía la habilidad de hacerlo. Por supuesto, tocar la guitarra y cantar a la vez era otro asunto, y me llevó un par de años de estancia en la banda hasta que empecé a controlarlo. Dana fue el primer cantante de Cheater Slicks. "Leave My House" fue la primera canción en la que puse voz. Nuestros primeros conciertos fueron instrumentales. Teníamos un violinista que tocaba con nosotros. Hacíamos un rock drogado, ruidoso y drónico. Luego empezamos a probar cantantes durante todo un año, pero ninguno funcionó. Empezamos a hacer las voces nosotros mismos para lograr lo que queríamos hacer. Simplemente éramos demasiado extraños para la mayor parte de cantantes que lo intentaron. Sentíamos que nosotros podíamos hacerlo mucho mejor.

PH: ¿Cómo conociste a Dana?

TS: Dana estaba en un grupo con un tío con el que yo había estado estudiando. Acababa de llegar a Boston, aunque David todavía no lo había hecho. De todas formas, este colega del instituto ya estaba metido en la escena musical y era amigo de Stephen Merritt y otros tíos de su pandilla. Cuando llegó David teníamos otro batería. Era un amigo mío del instituto que estaba a punto de dejarlo. David y yo seguimos haciendo cosas juntos después de que él lo dejara. Este amigo de la universidad me comentó que podíamos usar su local de ensayo (pagándolo, claro) y nos “prestó” al tío que tocaba la batería con él, que resultó que era Dana. En el mismo momento en el que empezamos a tocar juntos sabíamos que allí había algo. Era crudo y terrible pero el sonido básico ya se encontraba allí. ¡Cuando formas una banda resulta algo muy importante! Tuvimos suerte. Después ya daba igual a quién intentáramos meter en la banda, porque de alguna forma nosotros tres siempre éramos el núcleo esencial.

PH: ¿Calculásteis a conciencia cómo queríais que sonaran los Cheater Slicks, o fue una cosa mucho más orgánica?

TS: Siempre hemos intentado sonar de una forma orgánica, sin copiar a nadie más. Queríamos que el sonido se desarrollase por sí mismo y pensábamos que era bueno hacerlo de esa forma. Siempre quisimos hacerlo así. Empezamos a tocar los temas y estuvimos haciéndolos evolucionar a lo largo de varios años antes de grabarlos, porque queríamos esperar a que madurasen hasta dar con su formato definitivo. Primero los hacíamos como instrumentales y a continuación, 
en cuanto la música se había desarrollado lo suficiente, añadíamos las voces. Nunca hemos debatido cómo tiene que ser una canción. Nunca nos ponemos a hablar sobre su estructura ni nada parecido. Cogemos y la tocamos hasta que encuentra su propia lógica. 

PH: Alguien me dijo que eras un tremendo fan del disco 'Like Flies On Sherbert' de Alex Chilton, que también es uno de mis favoritos. Me pregunto qué es lo que piensas del resto de su material...

TS: Pude ver a Alex Chilton en Boston en el año 1986 o algo así, y me pareció grandioso. Fue un concierto bastante caótico, no como lo que empezó a hacer un poco más tarde, cuando se convirtió en algo más profesional. Así que me empecé a pillar todo el material de Chilton que pude encontrar. Me gustan bastantes cosas hasta “High Priest”, pero luego mi interés va disminuyendo. Me encanta la forma en la que era capaz de hacer grandes canciones basadas en el caos. Creo que incluso Big Star tiene elementos similares. “Sister Lovers” es una obra maestra y creo que “Flies on Sherbet” estaba influenciado por su trabajo con los Cramps. Como yo era un gran fan de los Cramps en ese momento, también me encantaba el rock n roll sucio de “Flies”. Panther Burns también eran muy buenos en esa época. Sigo respetándolo mucho y de ninguna forma podría decir nada malo de él.
PH: ¿Qué tipo de música desprecias?

De muchos tipos. La mayor parte de grupos suelen aburrirme, y creo que ese es el peor insulto que se puede decir. Me gusta que la música sea profunda y emocional, y últimamente parece que eso es lo que falla. No me gusta la basura lloriqueante “suburbana”. Creo que se puede hacer algo más profundo. También echo de menos el rock´n´roll. Ya no se suele hacer demasiado. Hay toneladas de punk rock, pero muy poco RNR experimental original. La gente no parece saber cómo volver a pillar ese “toque”. Cada vez nos estamos alejando más de esa forma de hacer las cosas. Me parece que la gente lo ve como algo cursi. Realmente no parece que se esté haciendo algo que sea amenazador o escandaloso. No soy demasiado fan de ese folk neo-psicodélico que tanto se lleva en la actualidad. Me gustaría que esa moda se acabase de una vez.PH: ¿Hay alguna canción de los Cheater Slick de la que estés orgulloso?

TS: Siempre he pensado que “Possession” es uno de los grandes logros del grupo. Para mí fue con esa canción cuando realmente nos convertimos en un grupo de verdad. Realmente destacaba sobre todo lo demás. Y la hicimos entre nosotros tres. Nos permitió darnos cuenta de todo lo que éramos capaces de hacer. Estoy muy orgulloso de muchas de nuestras canciones, pero no soy egoísta. Para mí se formaron gracias a la atmósfera positiva que existía entre nosotros, y creo que nosotros tan sólo las canalizamos. He escuchado decir lo mismo a muchos compositores. Por lo tanto, no somos los completos responsables de su creación. Y ese es el motivo de que aún sigamos tocando. Creo que no hemos cambiado gran cosa nuestra forma de hacer las cosas, nuestra metodología, y aún así seguimos vivitos y coleando. Estoy orgulloso de muchas de las canciones más silenciosas, aunque hayan obtenido un reconocimiento menor, que de muchas de las más ruidosas. Nuestra banda no sería lo que es si no hiciésemos también material más melódico.

PH: ¿Sigues escuchando vuestros primeros discos? ¿Desearías cambiar alguna cosa?

TS: En cuanto se quedan arraigados en mi recuerdo, no vuelvo a escuchar demasiado nuestros discos. Sí, me gustaría cambiar algunas cosas, pero nunca lo hemos hecho. Las canciones son lo que son. Ser consciente de tus defectos es una parte del proceso de crecimiento. Son momentos que se quedan congelados en el tiempo... fotografías de nuestras ideas. Se quedan fijados en el tiempo. En algún momento me gustaría hacer un disco en directo para demostrar las diferencias que existen cuando tocamos esas canciones en directo. Muchas de esas canciones son más duras en directo.
PH: ¿Cuánto hace que pintáis tú y tu hermano?

TS: Mi hermano se especializó en Arte en el instituto. Siempre ha sido una persona extremadamente artística. Aún sigue haciendo obras artísticas, pero ahora mismo no está pintando mucho. Estoy seguro de que volverá a hacerlo. Últimamente ha estado esculpiendo y trabajando con moldes. Yo pinto ocasionalmente. Empecé hace un par de años como apoyo terapéutico para algunos problemas que había sufrido. Pero hace como un año que no hago nada.

PH: ¿Lees reseñas sobre el grupo? ¿Cómo llevas las malas críticas?

TS: Cuando empezamos recibimos algunas críticas pésimas. Supusieron todo un obstáculo a superar, pero realmente no nos importaban demasiado, porque teníamos la idea de que las cosas no podían ser revocadas o modificadas. Quizá en aquella época teníamos bastante estrechez de miras. Pero ser ignorados porque éramos diferentes seguía resultando muy desalentador. En cuanto a lo musical, creo que finales de los ochenta y toda la década de los noventa apestan un montón. Había muy pocas bandas con las que podíamos emparejarnos. Muchas bandas nos odiaban y nos sometieron a su odio y desprecio. Eso por no hablar de la audiencia a la que expulsábamos de los shows cada vez que tocábamos. Éramos capaces de vaciar una sala más rápido que cualquier otra banda de la historia. ¡Y a veces nos sigue ocurriendo! Por suerte para nosotros, a algunos otros les gustábamos mucho y eso nos dio la suficiente confianza como para pensar que “¡algo debíamos estar haciendo bien”. Ahora las reseñas son mucho más amables, pero hasta cierto punto seguimos siendo bastante ignorados.
PH: ¿Hay música reciente que te guste?

TS: Disfruto con bandas de noise bastante jodidas que siguen teniendo raíces en el rock n´roll. Y eso no significa que tengan que ser tradicionales. En los últimos tiempos hemos tocado con un montón de buenos grupos. Es bastante alentador, nos mantiene jóvenes y vivos, y nos respetan porque saben que nosotros nunca lo hemos dejado.

PH: ¿Te gusta leer? ¿Qué has leído últimamente?

TS: A todos nos gusta mucho leer. Últimamente mis lecturas han sido más esporádicas. Voy leyendo a trozos. A veces he sido un lector más ávido, pero luego tengo que dejarlo y vivir un poco. Últimamente no estoy leyendo demasiado y lo siento en el alma. El último libro que he leído ha sido una biografía de Djuna Barnes. No sé qué están leyendo los otros.

PH: ¿Conoce la gente de tu vida del día a día a los Cheater Slicks (los tíos con los que trabajas, etc, gente de fuera del entorno de la banda)?

TS: Yo diría que no. En nuestros trabajos sí que nos conocen. Más allá… ni les importa ni nos conocen demasiadas personas. Somos una banda muy poco conocida, y fuera de la escena musical nadie habla del grupo. En realidad la banda no tendría demasiado sentido para la mayoría de esa gente y tampoco quiero molestarlos.

PH: ¿Te gusta Boston?

TS: Personalmente no me parece el mejor sitio para vivir. Es una ciudad interesante y hemos hecho muchos amigos, pero... La música de Boston suele ser mejor que la de otros sitios y tenemos una buena radio, la WMBR. No tengo más sentimientos positivos por la ciudad. Nos pateó el culo, pero eso sólo forma parte de nuestra propia historia. Aquí hemos tocado con algunos buenos grupos y también hemos tenido buenas oportunidades. Pero la ciudad sigue teniendo ese molesto rasgo de que te pueden apuñalar por la espalda, por lo que...
PH: Parece que finalmente la gente está empezando a darles a los Cheater Slicks el crédito que se merecían desde hace mucho tiempo, ¿a qué atribuyes este reciente aumento de popularidad? ¿Crees que ha sido por algo específico?

TS: No creo que el crédito que estamos recibiendo sea tan enorme. Para nosotros todavía es casi imposible tocar en directo, ya que nuestra base de seguidores sigue siendo muy pequeña. Creo que para las bandas actuales somos una especie de influencia, pero tampoco tiene demasiado efecto en la prosperidad de nuestra banda. Es algo muy extraño. Estoy satisfecho de que llevemos tanto tiempo. Hemos tenido mucha suerte de que nuestras ideas les sigan pareciendo interesantes a la gente. Es algo que me parece más importante que todos esos clubs llenos de gilipollas que no se enteran de nada. No me gusta ir a conciertos repletos de esa gente. Para nosotros es como una maldición.

PH: ¿Puedes describirnos cómo se originó “Thinkin' Some More” [del LP “Whiskey” (In The Red)]?

TS: La verdad es que ahora mismo no sería capaz de hacerlo. Lo que sí que te puedo decir es que es una canción que compusimos de forma muy estructurada, con marcas y todo tipo de señales internas que nos guiaban como un mapa durante toda la improvisación. Y nos bebimos una botella de whisky antes de grabarla que se acabó justo cuando la cinta se estaba terminando... fue muy extraño. Es nuestro tributo personal a The Velvet Underground... resulta bastante obvio... es nuestra manera de demostrar que éramos capaces de improvisar y que no sólo éramos otra banda de “garaje” más... la ensayamos mucho y me acuerdo de que fue un ensayo enloquecido y complejo... ¡tal vez ese sea su origen!

domingo, 29 de mayo de 2011

DESDE EL INFIERNO: CORRESPONDENCIA ENTRE ALAN MOORE Y DAVE SIM (7 de 7)

“Desde el Infierno: Correspondencia”, (1997), cartas entre Alan Moore y Dave Sim en Cerebus números 217 a 220; reimpresas en “The Extraordinary Works of Alan Moore”. Parte 7 de 7. Traducido por Frog2000. Primera parte, segunda parte, tercera parte, cuarta parte, quinta parte, sexta parte.

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From Hell (Conclusión)


Nota a pie de página de Dave Sim.

En realidad no me considero un “seguidor” del Cristianismo. Soy capaz de distinguir claramente entre la descripción de Jesucristo como “Cordero de Dios” que se puede encontrar en el Evangelio de Juan, a la que tengo un tremendo respeto, y el Jesucristo “Hijo del Hombre” descrito en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. También quiero aclarar que, de hecho, la primera descripción la considero menos herética que las otras tres, aunque también creo que las cuatro son tan oportunas como inevitables. No obstante, las cuatro fueron además lamentables corrupciones Judáicas. También estoy de acuerdo con la opinión que tiene Alan sobre los “mandos intermedios” teológicos.

Alan Moore

Bueno, ya que me has invitado a corregir las conjeturas que hayas podido idear después de leer mi último mensaje, por mi parte sería una grosería no hacerlo. Todas las supuestas razones que enarbola el Doctor Gull sobre la existencia de una guerra eterna entre la fuerza masculina solar y racional y la fuerza femenina lunar e irracional no tienen nada que ver con mi propio punto de vista.

Tiendo a ver ambas fuerzas como partes de una balanza dinámica mucho mayor, y también suelo rehuir posiciones extremistas como: Sol vs. Luna, Hombre vs. Mujer, Cristianismo vs. Satanismo, Lobo vs. Lobezno, y etcétera.

Lo admito, tengo serias objeciones... hay campos repletos de huesos por culpa de sus guerras. De hecho... deberíamos arreglar cuentas con cualquier tipo de religión organizada. Esto es una crítica contra algunos organismos puramente puntuales que (en mi opinión) han terminado siendo más un obstáculo para la humanidad y contra cualquier noción de espiritualidad o divinidad que cualquiera pueda suscribir por sí mismo, que como una apertura de puertas hacia todo el mundo. Para mí, la diferencia entre Divinidad e Iglesia es como la diferencia que existe entre Elvis y el Coronel Parker... aunque quizá este argumento pueda conjurar visiones en las que Dios muere en un lavabo, pero en realidad no es lo que quiero exponer.

Lo que quiero decir es que creo que la religión organizada parece ser una acumulación de rituales mortecinos, dogmas sin vida y creencias que en su mayor parte se basan en el miedo y que han ido adhiriéndose a un núcleo que en un principio parecía estar basado en experiencias genuinamente espirituales. Por ejemplo, mis investigaciones sobre los Esenios originales me han hecho descubrir que eran gnósticos. Que es como decir que su espiritualidad no estaba basada en la fe o en las creencias, sino en una percepción y conocimiento personal, o gnosis, de los poderes que conforman el Universo. No creían, sino que conocían. Si alguna vez ha llegado a existir un personaje histórico como Jesucristo, y si es cierto que a esa persona la rodeó un grupo de Apóstoles, éstos no actuaban a partir de unas creencias. Saúl / Pablo tuvieron una revelación celestial durante su viaje hacia Damasco. El Fuego Pentescostal bailó en sus lenguas. Tomás... un pura-sangre gnóstico al estilo de los de Missouri, si es que alguna vez he oído hablar de alguno... incluso llegó a poner sus manos sobre la herida del propio Mesías resucitado. Gnosis... conocimiento y experiencia personal de lo espiritual... con estos conceptos no tengo problema alguno.
Con los que sí que tengo problemas es con los mandos intermedios que se interponen entre la fuente original tan eficientemente como han hecho con el resto de áreas humanas, y aquellas personas que quieren calmar su sed en el campo de la espiritualidad. Es lo que me parece que ocurrió exactamente cuando el Emperador Constantino lanzó su proyecto de Fe Cristiana moderna a través de su departamento de marketing, porque en su mayor parte fue construida para resolver un par de problemas terrenales inmediatos que Roma se vio forzada a encarar en aquella época. La ciudad estaba divida por diferentes facciones teológicas. Probablemente los más numerosos y ruidosos fuesen los primeros Cristianos Zelotes. Luego teníamos el culto a Mithras, que aunque era menos numeroso, estaba formado por el grueso del Ejército Militar. Finalmente estaba el culto al Sol Invictus, el Sol Invicto, relativamente pequeño pero muy popular entre la clase mercantil.

Lo que hizo Constantino consistió en componer una religión que unificaría Roma: la Cristiandad incorporaría bastante pedazos del Mitraísmo, incluyendo todo aquello del nacimiento en una cueva rodeado de pastores y animales y el 25 de Diciembre, y también haría ciertas concesiones al culto al Sol Invictus, el Sol Invicto, pegando detrás de la cabeza del Mesías 
en todos los folletos publicitarios un gran símbolo que representaba al Sol. Esta fue la política que siguió. 

Si lo expresamos en términos espirituales, el efecto que consiguió fue que se empezó a dejar de enfatizar la genuina experiencia espiritual de cada uno. Mientras que para los gnósticos originales el conocimiento personal y la comunicación directa con la deidad era la piedra angular de su vida espiritual, el clero que vino después se movía bajo unos presupuestos básicos completamente diferentes:

“No necesitas haber tenido una experiencia personal que te transforme, y de hecho, tampoco nadie del clero necesita haberla tenido. Lo más importante es que tenemos entre manos este libro que habla sobre gente que vivió hace mucho tiempo, y que sí que tuvieron todas esas experiencias transformadoras.Y si vuelves el próximo domingo te contaremos más sobre ellos, y eso será para ti una experiencia transformadora.” Me suena como una especie de fagocitación del impulso divino que canaliza las aspiraciones espirituales de cada individuo y las dirige con la ayuda de un mecanismo de regulación social.

Así que no, la verdad es que no soy un gran fan de las religiones organizadas de cualquier tipo.
Por otra parte, no tengo otra cosa que respeto por tu reciente adherencia al Cristianismo, aunque me sorprendiese bastante. Despojado del dogma y de las estructuras que la religión organizada ha hecho crecer a su alrededor, la historia de los inicios de la Cristiandad me produce una enorme simpatía. La simbología y los conceptos judeo-cristianos componen una parte importante del pensamiento mágico, y mis propios trabajos han tocado alguna de estas áreas con una fiera intensidad. No os aburriré ni a tus lectores ni a ti con los enmarañados detalles, pero durante una de mis investigaciones sobre la Cábala pude descubrir su punto de vista sobre los Misterios de la Crucifixión, y ni que decir tiene que me dejó una profunda impresión. Imagino que es posible que mi idea sobre Jesucristo sea mucho más inmediata y real que la que tienen un gran número de personas que se declaran cristianos practicantes.

Supongo que mi forma de definir las relativas posiciones que existen entre el lenguaje y la lingüística es la siguiente: en mi opinión, el paisaje espiritual subyacente de todas las religiones y sistemas de creencias a nivel mundial es el mismo territorio, al igual que un cánido cuadrúpedo es esencialmente el mismo animal en todo el mundo, sin importar demasiado que optemos por etiquetarlo como “chien” o “hund” o “dog”. Igual que con los perros, lo mismo ocurre con los dioses. Para el sistema de lenguaje, todas las religiones y creencias son un rango de íconos y símbolos con los que intentamos conformar el infinito y todo lo que no está definido. Al igual que ocurre con el lenguaje, muchos sistemas de creencias tienen su propia y exclusiva belleza, sus propias ventajas e inconvenientes. Creo que en su forma más pura, el Cristianismo es un lenguaje sagrado, poderoso y emocionante, y a veces me gusta utilizar sus términos para encuadrar el Universo. La magia no la veo como algo opuesto al Cristianismo, al Islam o incluso al Humanismo secular, sino que todas estas categorías son como lenguajes de la existencia, aunque la magia está más cerca de la lingüística, como si fuese la ciencia del lenguaje. Espero que te des cuenta de que todo esto no implica necesariamente que la magia sea una forma de estudio superior. Al igual que nunca sería capaz de mirarte por encima del hombro si hubieses aprendido ruso mientras yo estaba dando cursos de lingüística.

Además, en cuenta empiezas a ver a través de los símbolos y miras detrás de ellos, probablemente puedas darte cuenta de que nuestros diferentes puntos de vista tienen mucho más en común de lo que habíamos supuesto en un principio. La deidad con forma de serpiente por la que tengo una afinidad particular atañe también a la serpiente enroscada en el árbol del Edén. De acuerdo con el sistema numerológico de la Gematría, la serpiente del Edén y Jesucristo poseen un valor equivalente: de alguna forma se entiende que son lo mismo. Esa era la base de las creencias de los primeros cristianos gnósticos ofitas, que creían que Jesús era una forma de energía divina e iluminada llamado el Christos y que dicha energía era idéntica a la divina e iluminada serpiente de energía conocida como Kundalini. Puede que no te parezca aceptable, pero cuando mi mente se centra mi deidad serpiente / amigo imaginario, entonces en parte también se está centrando en la serpiente que es Jesús. De alguna forma, la serpiente es Jesús descrito con otro lenguaje: la redentora fuerza solar que nos trae la luz y el conocimiento, que renace después de mudar su propia piel. Por lo tanto, me imagino que la mayoría de diferencias entre nuestros respectivos puntos de vista tan sólo serán diferencias de lenguaje. De todos modos, seguramente podamos estar de acuerdo en que lo mejor será llevar una coexistencia pacífica. Si tú no me quemas en una hoguera, yo no agriaré tu leche o provocaré cojera a tu descendencia.
En cuanto a mi relación con la industria del cómic y con el medio del cómic... que son, tal y como has apuntado, dos cosas diferentes... debería decir que mientras que sigo manteniendo una fuerte relación con los cómics en todos sus aspectos, esa relación ha cambiado y se ha ido modificando a lo largo de todos estos años. Dado que el propio campo de los cómics ha cambiado de forma tan radical durante el mismo período de tiempo, puede que esto no te resulte tan sorprendente. Algo ha ocurrido en el medio, y creo que ninguno de nosotros tiene mucho que ver. Los parámetros han cambiado y los paradigmas se han desplazado. Mi opinión, seguramente egocéntrica e indignantemente subjetiva, es la siguiente:

Creo que ocurrió algo a mediados de los ochenta. Básicamente, todos nuestros sueños se hicieron realidad y acabaron resultando ser, a pesar de todo, sueños muy pequeños. De una forma u otra he estado en estado en contacto con en el campo de los cómics desde la época que milité en la periferia de los fanzines de cómic ingleses de finales de los sesenta, y el sueño casi siempre ha sido el mismo con ligeras variaciones temporales. La idea era la de que todos terminaríamos reconociendo que los cómics eran una forma de arte tan noble y válida como cualquier otra, que no sólo eran un entretenimiento para críos, y que si tan sólo nos diesen una oportunidad, entonces todo el mundo también podría darse cuenta de la misma idea. Los comics podrían alcanzar la atención de público y crítica que se merecían y luego... bueno, y supongo que luego todo el mundo viviría feliz para siempre. O algo parecido. En su mayor parte nuestras fantasías no llegaron tan lejos. Los vírgenes suelen fantasear sobre su primer coito, pero nosotros conseguimos alcanzar el orgasmo con nuestro sueño. Pero no gastamos ni un segundo en pensar cómo evitar el chorro húmedo posterior, o lo que íbamos a decirle a nuestra pareja a la mañana siguiente. Y resulta que ahora ya es por la mañana.
A mediados de los ochenta el comic-book finalmente quedó establecido como algo más importante. Consiguió la atención de los medios. Frank Miller aparecía en Rolling Stone y MTV. Maus se hizo con el Pulitzer. Watchmen estaba en la lista de lecturas recomendadas de las Universidades. La moda y el mundo musical deliraban con Love & Rockets. Joder, tío, tuvimos el “Cerebus-the-Aarvark-Party” en marcha durante las elecciones inglesas del ´88. La razón empezó a tambalearse en su trono. Todo el mundo estuvo un tiempo en el Top of the Pops. Conseguimos todo lo que queríamos, tal y como, a veces, cualquiera puede conseguirlo tanto en la vida real como en las mejores historias de fantasía. Y como suele ocurrir en ambos sitios, terminó convirtiéndose en una mierda. Durante unos años todo lo que tocábamos se convertía en oro, y ahora ¿qué cojones íbamos a hacer con tanto metal dorado? ¿Con toda esa mierda? Con nuestros honestos y sinceros esfuerzos produjimos los cómics tal y como queríamos que fuesen: tan populares como cualquier otro producto fabricado por los medios de mediados del S. XX. Tan respetados como cualquier otro de mediados del S. XX. ¿En qué demonios estábamos pensando?


En su esencia más pura y platónica, el medio de los cómics sigue manteniéndose sin cambios. Tan sólo nuestras relaciones con el mismo son las que han cambiado. Las consecuencias de toda esta lucha Darwiniana, desde la sangrienta riqueza de los cincuenta hasta el pináculo de la evolución durante los ochenta, es que ha terminado convirtiendo en una desilusión. La hermosa habitación, por decirlo con las palabras de Edmund White, está vacía. Nuestro punto de vista Darwinista sobre nuestro firme progreso y evolución hacia lo más alto ha sido sustituido por la teoría de la catástrofe. Dicho más crudamente, la teoría de las catástrofes determina que en realidad no importa lo sangrientamente evolucionado que estés o lo apto para la supervivencia que seas, porque te puede tocar una situación en la que tengas que lidiar con una enorme avalancha, o con un cometa que está cayendo a la tierra, o hacer frente a un enorme glaciar. Si sobreviene un acto aniquilador lo suficientemente grande, sencillamente ni Dios ni el ADN tendrán otra alternativa que reconstruir las cosas lentamente mediante la diversificación de algunos de los fragmentos que hayan logrado salir con vida de tal destrucción.

Nuestra visión tenía sus límites. Nuestros motivos para hacer comic-books... para elevar el medio hasta la posición cultural que se merecía por derecho... se han desintegrado de éxito, bajo todo el peso que ha tenido el darnos cuenta de que esta cultura en la que intentábamos hacernos sitio realmente no era cultura. Necesitamos otra razón para seguir trabajando en nuestro material, un motivo que no esté tan desconectado de la moda, de la novedad y de las miopes preocupaciones cortoplacistas del negocio. Necesitamos crear cómics sin una agenda social por delante, sin metas basadas en nociones contemporáneas de lo que está ocurriendo en el Mundo. Durante el transcurso de los veinticinco años (?) que llevan en acción piezas monstruosas como Cerebus, tú mismo te has dado cuenta de que el negocio de los cómics ha ido cambiando y fluyendo más que el resto, y sin embargo, Cerebus ha sido una constante que sugiere que la misma obra es lo más importante de todo. Mucho más que la evolución del medio de los cómics. Dudo que en los último cincuenta años haya habido alguien interesado en (por poner un ejemplo) la relación del Cerebus de Dave Sim con el fenómeno de los cómics auto-publicados de los últimos ochenta. Supongo que lo que ha despertado más interés es el propio Cerebus, el hecho de que fuese creado y que haya sido realizado durante un período de tiempo tan increíble. En menor medida, los estudiosos estarán interesados en los elementos artísticos no constreñidos por el tiempo que indudablemente se pueden encontrar en la obra, en lugar de la relación que pude tener la obra con sus cómics contemporáneos.
La obra en sí es lo más valioso. From Hell fue creada sin ninguna pretensión sobre cómo iba a ser recibida por la industria del cómic, ni tampoco pensando en el efecto que iba a tener en el medio. Cuando la estaba creando no tenía ninguna agenda y simplemente la realizamos por la obra en sí. Cerebus es lo mismo, al igual que en la actualidad también existen algunos buenos títulos más que honran el medio. Me parece que el único curso de acción que podemos seguir sería el de permitir que el propio medio del cómic sea su mejor motivación, que nuestra motivación sea tan simple como para producir cómics de cualquier tipo, tan buenos como duraderos, sin ningún tipo de aspiraciones más allá que la de pertenecer al medio. Que la obra hable por sí misma y si lo que dice tiene profundidad, eso hará que sea duradera. No deberíamos preocuparnos por nada más.

En lo que me atañe, ahora me encuentro al final de un gran ciclo personal que incluye los ocho o nueve años que he pasado con From Hell, los cinco que gasté en “La Voz del Fuego”, Lost Girls (que se está acercando a su final), un par de años con A Small Killing, Big Numbers (que puede que se complete pronto como serie de televisión), y alguna cosa más. Mi trabajo para Image y Extreme ha sido muy divertido, y lo suficientemente lucrativo como para financiarme proyectos menos comerciales (ver más arriba), y espero que haya sido de alguna pequeña utilidad en mi lucha por volver a instalar los valores adecuados en el cómic comercial. Imagino que haré más cosas de este tipo, al menos en un futuro inmediato, y además es algo que quiero hacer. Algo un poco más refinado, pero que puede jugar en la misma liga, es el proyecto que Kevin O´Neill y yo vamos a sacar próximamente juntos, The League of Extraordinary Gentleman


En cuanto a otras obras en el campo del comic-book estrictamente más serias, probablemente me mude a la costa durante unos meses antes de comprometerme con otra obra mayor. Tengo una idea para hacer una historia extensa, en absoluto comercial, sobre el desarrollo de la magia y cómo ha ido evolucionando en sintonía con el desarrollo del lenguaje, el conocimiento, el arte y la cultura. Puede que termine constando de unos nueve volúmenes. La estoy realizándolo junto con mi colega ocultista Steve Moore (aunque no somos parientes). Quizá trabajen en el proyecto nueve dibujantes diferentes. Aún no tengo nada decidido. Más allá, Neil Gaiman y yo hemos estado hablando en varias ocasiones para hacer una especie de revista o antología. No tengo ninguna duda de que al final terminaremos haciéndola, pero todavía es algo demasiado nebuloso como para tomarlo en consideración. Estos son mis únicos planes para hacer cómics más serios y un poco más ambiciosos, pero primero he de terminar Lost Girls. Por encima de todo estoy trabajando en un CD-ROM junto a Dave Gibbons, finalizando mi tercera grabación en CD (un doble álbum de música techno dance, si es que hay alguien a quien le pueda interesar), y también estoy revisando La Voz del Fuego, que en la actualidad tiene como título de trabajo “Revisando la Gramática”.
Cuando haya finalizado todo lo que acabo de comentar, probablemente haya cumplido los cincuenta años. Cerebus se habrá terminado. Estaremos en el Siglo XXI y viviremos en la luna calzados con zapatos anti-gravedad. Entonces veremos cómo han permanecido (o flotado) las cosas.

Espero que esto responda a tus preguntas y me disculpo si esta última parte me ha llevado tanto tiempo. De nuevo, creo que ha sido una gran conversación virtual, y no puedo pensar en otro foro más noble en el que podría haberse celebrado. De paso, tan sólo me gustaría apuntar que el fantasmal retrato mío que has pegado en este número que precede al comienzo de esta charla, está tomado del libreto interior de The Moon & Serpent. ¿Encontraste finalmente una copia o qué?

De todas formas, como siempre tanto tú como Ger tenéis todo mi amor. Cerebus sigue fortaleciéndose hasta el punto de que incluso aunque hayamos tenido esta conversación número tras número, es bastante probable que tu base de lectores no haya disminuido por completo. Cuidaos, ya hablaremos, aunque probablemente la próxima vez no será en público.

Paz.

Alan.

sábado, 28 de mayo de 2011

THE DIRTBOMBS – SCION A/V Remix


The Dirtbombs – Scion A/V Remix
(Scion Audio/Visual, 2011)

1-Sharevari (Omar S Remix)
2-Jaguar (Ectomorph Remix)
3-Bug In The Bassbin (Kyle Hall Remix)
4-Sharevari (Original Dirtbombs Version)

AQUI.

jueves, 26 de mayo de 2011

ENTREVISTA A DAN KROHA (THE GORIES) EN PREFIXMAG

El Regreso de los Gories de Detroit. Entrevista en PrefixMag por Matthew Kantor (13 de Agosto de 2010). Traducida por Frog 2000.

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Danny Kroha, de los Gories, todavía se encuentra emocionado. Al hablar con el guitarrista y vocalista del recientemente reunido grupo de garage-blues de Detroit, deja claro que su música y su vida son una y la misma, y él lo siente más que nunca. Kroha formó The Gories en 1986 con Mick Collins y Peggy O'Neill. Eran un grupo de proto-punk, garage y blues que no imitaban a nadie, sino que lo que hacían era celebrar su música favorita, utilizando su inexperiencia como una baza más. Así hicieron gala de una magia que producía canciones que parecían un himno tras otro. Con el áspero y saturado estruendo producido por una batería que se encontraba en un punto intermedio entre Moe Tucker y Bo Diddley, la banda abogaba por los restaurantes de pollo frito, el vino barato y ellos mismos, entre otras pasiones.

Evidentemente, el grupo no era ningún vacile, porque ahora se han vuelto a reunir para ofrecer unos conciertos que han agotado las entradas. En ellos han tocado para sus admiradores con una fuerza más visceral que nunca. Arraigados en el linaje del rock de la Ciudad del Motor, han demostrado la capacidad de resistencia de unas canciones de primera categoría, engañosamente simples y rítmicamente necesarias. Collins pasó a formar parte de los aclamados Dirtbombs, O'Neill tocó con los '68 Comeback y Darkest Hours, y Kroha estuvo durante 13 años en los Demolition Doll Rods, que hacían áspero y atascado rock 'n' roll al estilo de las “girl-groups” de los sesenta.

Pero si reduces todo a lo más básico, The Gories son para Kroha como el hogar, y es cierto que describir su mezcla de géneros no tiene ningún sentido cuando se trata de esta música. Guitarras fuertes y batería, tres acordes y pasión son el resultado, y The Gories siguen teniendo el instinto más agudo a este lado de la calle. Kroha también está dispuesto a escuchar y a ser sorprendido por la música de otros, así como también se encuentra listo para aturdir a algunos más con su estrépito amplificado.


En la víspera del regreso de The Gories al Maxwell, el garito de Hoboken (New Jersey), estuvo charlando con nosotros sobre la historia de la banda y la reunión que había tenido lugar en Detroit.
Matthew Kantor: ¿Cuál era el telón de fondo musical en el Detroit de 1986, cuando empezaron los Gories?

Dan Kroha: Había algunas grandes bandas en activo como Hysteric Narcotics, que hacían una especie de garage de los sesenta realmente bueno: armonías vocales a tres voces, un chico que tocaba la guitarra y el órgano y otro que era un gran guitarrista, músicos muy buenos, tenían muy buenas canciones. Solíamos ir a verlos casi siempre. Otro grupo se llamaba 3-D Invisibles. Hacían todo tipo de temas sobre monstruos y ciencia ficción. Sus canciones también eran muy buenas. Tenían otra banda con los mismos componentes, un grupo de surf que se apodaba Zombie Surfers. Estuvieron funcionando alrededor de 1985 o 1986, por lo que supongo que nadie más estaba haciendo música surf en ese momento, y nos parecían jodidamente increíbles. Hacían ese estilo de música mucho mejor que cualquier otra banda que yo haya escuchado desde entonces. Había otra banda que se llamaba The Vertical Pillows. En esa estaba María de los [Detroit] Cobras, fue su primera banda, y Paula, una cantante muy buena, y también contaban con un batería genial. Esas eran nuestras tres bandas favoritas de la ciudad, solíamos ir a verlas siempre.

MK: Así que había como una especie de escena con la que The Gories podía conectar.

DK: Oh, ¡joder! ¡por supuesto que sí! En Detroit siempre estaban pasando cosas, había todo tipo de bandas. En los ochenta también había una gran escena de metal y algunas cosas de hardcore punk, grandes bandas de rockabilly, magníficos grupos de blues, había de todo. En los ochenta teníamos todo tipo de cosas de primera.

MK: Algunas de esas bandas se han perdido en el tiempo, pero The Gories son ahora más conocidos que nunca. ¿Te sorprende que 25 años después estés haciendo entrevistas y además hayáis agotado las entradas de vuestros próximos shows?

DK: No sé cómo sonará lo que voy a decir, pero siempre he sabido que The Gories eran algo especial, no puedo hablar por otras bandas, pero siempre he tenido fe de que nosotros terminaríamos funcionando. Velvet Underground y su actitud nos inspiraron muchísimo: no nos importaba a quién le gustaba lo que hacíamos, lo hacíamos para complacernos a nosotros mismos, y tocábamos el tipo de música que nos gustaría escuchar, eso es todo. Hicimos lo mismo que hicieron los Velvet. Nos inspiraron mucho, y aunque The Gories terminasen como lo hicieron, finalmente la gente se dio cuenta de que éramos geniales, y como esa es la percepción que se tenía ya entonces, estoy muy contento de que al fin el tiempo me haya dado la razón.
MK: La banda fue aclamada por la crítica como “algo importante”. ¿Te agradaban todos esos elogios sobre vuestra importancia en la historia de la música o no significaban nada para ti?

DK: Significaban un montón, tío. Soy muy consciente de ello. Es curioso, porque cuando he vuelto a pensar en los años ochenta, me he dado cuenta de que había muchas bandas de garage revival en la época, y me alegro de que esperásemos hasta finales de la década para hacer lo que hicimos. Vimos a un montón de bandas que hacían cosas al estilo de los sesenta, y el revival de garage fue una cosa bastante grande durante los ochenta. Nos dimos cuenta de lo que estaba haciendo todo el mundo y nos dijimos: "bien, en realidad ese no es nuestro rollo.” Había un montón de bandas en la Costa Oeste, grupos como The Gravedigger Five, que aunque sus componentes eran muy majos, sentíamos que a la música le faltaba algo. Queríamos hacer algo realmente crudo, cosas muy crudas, algo como las bandas que tocaban el doble tiempo al final de una canción y lo llamaban R&B. Solíamos decirnos: “mierda, tenemos que volver a traernos el verdadero blues a la actualidad.” Queríamos ser capaces de tocar una especie de R&B completamente crudo. Creo que las bandas de principios de los ochenta estaban más influenciadas por ese tipo de recopilatorios en plan Pebbles. Cuando se editó “Back from the Grave” nos aferramos a esa música, eso era lo nuestro. Todo el rollo estético de Tim Warren en plan super-crudo y primario, la ineptitud y todo lo demás, [pensábamos]: "sí, esta es la mierda que más nos gusta, se trata de esto, es una materia prima estupenda."
MK: En medio de todo ese enfoque primario y crudo, las canciones de los Gories se sostienen perfectamente. Son grandes canciones. ¿Cómo saber cuándo es bueno un tema? Vosotros tres debíais saber cuándo, porque teníais que sentir lo que estábais haciendo.

DK: Claro, por supuesto que sí. No te puedo asegurar que fuesemos verdaderamente conscientes de ello, pero... creo que todos teníamos una especie de sensación que nunca nos dio por analizar. Pero sí que te puedo decir que cuando miro las fotografías de los Gories y escucho los discos, me siento muy orgulloso, orgulloso de que no sonemos como una banda determinada de una época concreta. Eso es lo que me me ocurre cuando reviso algunas fotos de grupos de los ochenta y cuando escucho sus discos, porque realmente parecen de los ochenta y suenan a música de los ochenta. Definitivamente éramos conscientes, y creo que no queríamos parecernos a un grupo de los ochenta. Quiero decir, estábamos totalmente obsesionados con los sesenta y queríamos parecernos a un grupo de los años sesenta, pero en ese momento existía como una especie de cliché garagero y sabíamos que no lo queríamos para nosotros, por lo que tuvimos que encontrar alguna otra cosa que realmente no pareciese un cliché, sino algo recogido de los sesenta, pero que no existiese en la época en la que empezamos con el grupo. No sé. De alguna forma terminamos encontrando una forma de hacer las cosas que acabó siendo bastante clásica, algo que me llena de orgullo.

MK: El lugar del que veníais era crudo y primario, pero vuestras canciones son divertidas y un poco afiladas y peligrosas al mismo tiempo. ¿Seguís teniendo las mismas vibraciones? ¿Cómo describirías la sensación que tenías en ese entonces y la que tienes ahora cuando las tocas?

DK: Por una parte, claro que teníamos sentido del humor y nos gustaba componer canciones divertidas. De todas formas la banda casi empezó como una broma. Fue en plan: “Oh, vamos a ser la peor banda del mundo y vamos a conducirnos por todo los clubs chillando y gritando, espera a escucharnos, ya verás.” Eramos crudos y desafinados de una forma intencionada. ¿Y ahora? Realmente hacer ese material me parece muy extraño. Estoy muy contento de la forma en que suena. Cuando decidimos que íbamos a reunirnos de nuevo, lo discutimos entre todos y coincidimos en que queríamos que sonara lo más cercano posible a lo que solía ser en aquel entonces. No queríamos añadir nada nuevo, no queríamos que sonara más novedoso, no queríamos ponerlo al día. Todos habíamos visto reuniones de grupos y no siempre nos parecían buenas, somos conscientes de por qué a la gente le encantaban los Gories, qué es lo que hacía sonar a los Gories como lo hacían, y queríamos mantenernos fieles. Creo que lo conseguimos y me siento muy feliz por ello.
MK: ¿Y por qué hacer una reunión?

DK: Tim Warren [el fundador de Crypt Records] iba a celebrar la fiesta del 25º aniversario de Crypt y nos preguntó si queríamos tocar en ella. Peggy es una buena amiga de Eric, de los Oblivians, y ambos estuvieron hablando y Eric dijo: vale, si vosotros lo hacéis nosotros también, y Mick y yo estuvimos de acuerdo. Bueno, si ellos lo hacen, nosotros también, y además hay que tener en cuenta que “Back from the Grave” nos había inspirado bastante, así que... adelante. La fiesta del 25 aniversario terminó por no celebrarse, pero ya habíamos comenzado a hablar de la reunión, y Eric y Peggy dijeron que deberíamos hacerla de todos modos, que deberíamos hacer una gira conjunta, y Peggy se emocionó mucho y a mí también me pareció bien. Así que detuve la actividad de los Doll Rods, y además en ese momento Mick se encontraba sin hacer nada, entre la grabación de dos álbumes de los Dirtbombs, y Peggy había perdido su trabajo, así que era la ocasión perfecta.

MK: Has tocado durante mucho tiempo. En general, y hablando como músico, ¿crees que hay algún punto al que te hayas esforzado por llegar, o por lo menos has llegado a uno en el que estés a gusto, o en el que estás intentando perfeccionarte?

DK: Me he sentido a la deriva desde que dejé a los [Demolition] Doll Rods. Doll Rods se acabaron. He estado en esa banda durante 13 años, así que cuando todo acabó me sentía bastante desorientado... la mejor forma de describirlo es a la deriva, necesitaba encontrar mi identidad fuera del grupo. Me ha costado unos cuantos años, me he sentido como que no tenía una base desde la que partir, que marchaba sin rumbo sin saber qué hacer. Durante un tiempo tuve una banda llamada The Readies, hacíamos algo parecido al hard rock inglés de principios de los setenta, cosas en plan pub-rock, música mod y también estábamos influidos por el freak-out de los setenta. Sacamos un single en Cass Records del que estoy bastante orgulloso, pero luego, de alguna forma terminé perdiendo el interés. Así que volví a tocar de nuevo música de estilo garagero y pensé: “wow, este es mi hogar, de aquí es de donde yo vengo y donde me siento perfectamente.” Me gusta mucho poder tocar esas canciones de nuevo, siguen siendo sólidas y es bonito tocar con el resto del grupo. 


También estuve aprendiendo a tocar blues con la afinación abierta, al estilo del Doctor Ross, y además no sabía que John Lee Hooker también tocaba con afinación abierta, por lo que me pasé cinco o seis años ensayando, automatizando el aprendizaje para aprender a hacer finger-picking acústico. Así que claro, me resulta mucho más fácil tocar este tipo de material.
MK: Me doy cuenta de que no tienes problemas en usar el término “garage.” ¿Cómo le explicarías ese término a alguien que no lo conozca?

DK: Proviene de las bandas de los años sesenta que literalmente ensayaban en garajes. En la primera banda que estuve con 18 años ensayábamos en un garaje, pero la policía nos llamó la atención y tuvimos que mudarnos al sótano, ese puede ser un buen ejemplo como otro cualquiera. Para mí es música popular. El garage es un grupo de chicos jóvenes que se reúnen para tocar rock 'n 'roll de tres acordes, que para mí es música popular. Garage es una forma de folk y rock 'n' roll, es simple y cualquiera puede hacerlo. Pero dentro de ese marco, la magia puede aparecer en cualquier momento. No todo el mundo puede hacer que surja, pero cuando aparece es muy hermoso. Durante un buen montón de tiempo y a falta de poner una fecha concreta, era un garage muy extraño de los sesenta hecho con tres acordes. Lo más raro es lo que más suele gustar a la gente.

MK: ¿Sigue teniendo el blues el mismo impacto visceral?

DK: Claro. A mí me sigue impactando de la misma forma. Todo ese material… el primer Muddly Waters, Howlin Wolf, Bo Diddley… todos influyeron mucho a The Gories. “She Moves Me” de Muddy Waters, Leonard Chess golpeando el bombo, un pesado golpe de bombo, nos enseñó que no necesitábamos una batería completa para hacer un disco. Un montón de los discos de Bo Didley no tenían ni bajo; sólo percusión y guitarra. En “She’ s Fine She’s Mine” no hay bajo, sólo guitarra y batería. Eso nos abrió los ojos: no necesitas bajo ni timbales, sólo necesitas un buen ritmo que funcione. Sigo teniendo esa sensación. Me siguen gustando los discos de blues crudo. Todavía me encienden.

MK: ¿Y qué hay de Detroit y de su conexión con el blues?

DK: Lo que ocurría en Detroit es que mucha gente del Sur se había trasladado hasta aquí para trabajar en las fábricas de coches, por lo que, literalmente, había un montón de gente de Mississippi, Alabama, Georgia, Carolina del Sur, Kentucky, Tennessee. Detroit es como una gran fusión de los Estados del Sur, que es de donde procede nuestro rico y fértil panorama musical, y no sólo lo introdujo la gente afro-americana que venía a trabajar, sino también la gente blanca que llegó desde los Apalaches y se trajo el estilo hillbilly. Hay un rico tejido sureño de todo tipo de música en Detroit, y nos lo trajeron ellos.

MK: Detroit tiene la reputación de saber sacar las cosas al escenario, como que no importa la música que se toque, sino que tiene que ser algo real. Si finges, tendrás un disgusto. ¿De dónde crees que proviene esa idea?

DK: Supongo que tiene mucho que ver con la gente que trabaja en las fábricas. Había un montón de gente trabajando en las fábricas. La gente trabajaba duro, y cuando salían también querían que los músicos tocasen duramente, por lo que demandaban músicos que se lo currasen tanto como lo hacían ellos.
MK: ¿Eso es lo que representa el rock 'n' roll?

DK: Su belleza radica en que no tiene ninguna idea en segundo término. Es como una sensación. Puedes levantarte y hacer un montón de ruido y tal vez acabes haciendo algo grande. Creo que esto va sobre sensaciones y magia. Si el rock tiene alguna idea en segundo plano, esa es, por supuesto, hacer que la gente sienta algo, hacerlos bailar, hacer que las cosas se pongan en marcha. Pero a veces el mejor material no tiene una segunda intención, sino que tan sólo consiste en aullar todo lo que se pueda.

MK: ¿Estáis planeando nuevas grabaciones de los Gories?

DK: En realidad no. Tenemos algunas fechas más, pero todos tenemos nuestras propias vidas y cosas que hacer. Esto es como volver a examinarnos. De alguna forma sientes como si estuviéramos haciendo un acto a la “antigua”, que es algo que nunca había sentido antes. En muchos sentidos, creo que no me gustaría vivir así para siempre, pero ten por seguro que me ha gustado mucho volver a revisitar todas estas sensaciones.


BONUS:

*** CLIP
*** SINGLES
*** HOUSEPARTY!
*** DOLL RODS - GET IT ON CLIP
*** DEMOLITION DOLL RODS SITE
*** DOLL RODS FIRST SINGLE EN DETAILED TWANG
*** PEG O´NEILL INTERVIEW
*** DAN KROHA AND THE DARLEANS LIVE REVIEW
*** BIOGRAFIA DE MICK COLLINS EN LIBRO DE NOTAS
*** GORIES HISTORY (SAVAGE MAGAZINE) - PARTE 1 Y PARTE 2

lunes, 23 de mayo de 2011

DESDE EL INFIERNO: CORRESPONDENCIA ENTRE ALAN MOORE Y DAVE SIM (6 de 7)

“Desde el Infierno: Correspondencia”, (1997), cartas entre Alan Moore y Dave Sim en Cerebus números 217 a 220; reimpresas en “The Extraordinary Works of Alan Moore”. Parte 6 de 7. Traducción de Frog2000. Primera partesegunda partetercera partecuarta partequinta parte.

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Dave Sim

Bueno, en realidad no estoy muy seguro de si me quería referir a pecado, a maldad o a Maldad tal y como suena. Si finalmente es cierto que las andanzas y el movimiento de las antenas de una hormiga pueden afectar todo el continuo (y creo que en esto podemos estar de acuerdo), entonces también supongo que la elección personal entre “0” y “1” significará muy poco en cuanto a lo que solemos referirnos como las proporciones convencionales: tan sólo es una especulación más, o quizá una reflexión (a partir de este punto continuaré intentando expresarme a mi manera, ¿de acuerdo?), pero aunque revise el 
“pasado”, el “presente” o el “futuro” de una situación concreta, creo que seguiré viendo la moral y la elección ética presentes en esa situación tal y como son. Creo que cuando intentamos explicar de forma más compleja nuestra percepción y / o la verdad, o cuando intentamos catalogar de mil formas diferentes los hechos mediante los que se produce el conocimiento, solemos equivocarnos. En mi opinión, los mejores telescopios y análisis espectro-gráficos siguen sin poder refutar la noción de que Dios es el creador de las estrellas. 

Me parece que en realidad estamos hablando acerca de un paisaje infinitamente más complejo que cualquiera que nos podamos llegar a imaginar… un lugar donde literalmente ocurren todas las cosas. Por no buscar un término mejor, el Fin Científico de Todas las Cosas. Si juzgásemos (soportando un terrible dolor de cabeza) 
todas las filosofías arcanas, todo lo mágico y lo alquímico bajo una apariencia estructurada y gastando durante el proceso una gran cantidad de tiempo y energía (tal y como claramente has hecho tú mismo), también podríamos terminar alcanzando un lugar igualmente complejo, un vasto sitio donde tienen lugar todas las cosas que nos podamos imaginar, el Fin Místico de Todas las Cosas. Incluso aunque asumamos que a lo largo de los próximos (pongamos por caso) veinte años, ambos modelos podrían terminar convirtiéndose en algo mucho más grande e importante, la cuestión más apremiante puede que sea la siguiente: ¿es Dios (tal cuál) la acumulación, la suma total de todas esas estructuras, o por el contrario, fue Él quien creó todas esas estructuras? Para mí existe una gran diferencia entre “formar parte del páncreas de Dios” y ser conscientes de que “posiblemente nos encontremos alojados en un páncreas en un lugar cercano al infinito que fue creado por Dios”. Se parece mucho a esa noción de que Dios es la acumulación de todas las percepciones que existen sobre Él. Estoy bastante de acuerdo con tu analogía del hormiguero (me encanta lo que, análogamente, hizo Rick Veitch en la escena de la colmena de Maximortal, un ser creado a partir de la suma de toda la Humanidad, la vida de todas las plantas, de las bestias del campo, de las aves en el cielo, de los peces del mar, etcétera.) Una Conciencia Total Acumulada compuesta por los Arquetipos y las Complejidades Fractales que se pueden encontrar más allá de las capacidades que la conciencia de cada individuo es capaz de concebir, por no hablar de percibir, por si mismo. Sencillamente, en esa estructura (o en todas las percepciones que yo poseo o que conozco) hay demasiados microcosmos como para que seamos remotamente capaces de creer que su existencia no sea cierta. 
Pero para mí eso no es Dios. Si quieres llamarlo de alguna forma, llámalo Bang-Bulge-Crunch (visto por última vez en Strange Tales, nº 77, estoy seguro de que recordarás la clásica portada de Kirby: “Nadie escapa del terror de: Bang-Bulge-Crunch”) pero Ello, o Él, seguirá siendo un sistema cerrado y finito. Dios es infinito, por lo que por definición, Bang-Bulge-Crunch no puede ser Dios.

Recogiendo (de todo corazón) el guante arrojado en tu optimista último párrafo, te diré que estoy (preparados, listos, ya) completamente de acuerdo. Podríamos citar un argumento altamente persuasivo que asegura que nos encontramos en la cúspide de una genuinamente Era Más Madura donde la conciencia y la expresión individual tienen una cualidad parecida a la de la frase “no hay dos copos de nieve iguales”. Puede que sea una especie de bonus imprevisto: finalmente creo que no hemos hecho tan mal el trabajo de llegar hasta 1997 de (más o menos) una pieza. Quizá no hayamos logrado erradicar la Guerra, la Pobreza, la Enfermedad y el Hambre por completo, pero por lo menos hemos aprendido unas cuántas lecciones por el camino. Bajo la actual coyuntura resulta difícil imaginar a alguien que se vaya a presentar como el Próximo Nixon o como un Stalin Mejorado, o como la respuesta del S. XXI a Joe McCarthy. Si seguimos progresando como hemos hecho hasta ahora, quizá lleguemos hasta un punto en el que las filosofías y las opiniones divergentes serán vistas tal y como son (y no como nichos desde los que se puede justificar la encarcelación, la opresión o las purgas masivas (o incluso las purgas más pequeñas), y creo que la mayor parte de nosotros se podría quedar bastante sorprendido de la mejora general que vamos a lograr.

No quiero que te pienses que estoy intentando evitar el tema del que hemos estado intentando hablar desde el principio (a pesar de que deberíamos dejar claras las diferencias entre nosotros de la forma más minuciosa que resulte posible, a menos que te interese que durante una ronda de respuesta de tres minutos de duración, exponga mis propias percepciones sobre ese Dios Combativo del que también hablaba Norman Mailer. Pero sí, te concedo que esta sigue siendo tu entrevista). Creo que has escrito una maravillosa Novela Gráfica titulada From Hell. ¿De qué trataba? Estoy seguro de que a mis lectores les podría fascinar…

Es broma.


Cierto tiempo después de haber acabado uno de los tomos de Cerebus, pude darme cuenta de que durante el transcurso de la historia también había estado intentando contar algo sobre mí mismo. Quiero decir, además de todo lo que suelo incluir de forma consciente (también me he dado cuenta de que cuando me tropiezo con algo que había incluido en un principio y de lo que me había olvidado, me pongo contento). Mi inconsciente me hace estar alerta frente a lo que tengo delante en ese mismo momento, y hace que perciba más claramente lo que estaba pensando mi mente consciente.

¿Hay algo en From Hell que haya sorprendido a Alan Moore cuando lo ha vuelto a revisar de nuevo?
Alan Moore

Lo siento, Dave, pero tus creencias teológicas me parecen una mierda: seguro que te has olvidado de ese número de Amazing Adventures de los setenta en el que Roy Thomas probó de forma concluyente que el Bang-Bulge-Crunch tan sólo es una parte más de Eternidad o de Ego, el Planeta Viviente. Olvidé de cuál de los dos. Por otra parte, en realidad todos ellos eran Kang, el Conquistador desplazándose a través del tiempo. Supongo que este esquema fundamentalmente religioso se encuentra bastante cerca de todo lo relacionado con la “Iglesia Teológica-de-Alan-y-Dave” de la que hemos estado hablando en privado, y de hecho, ya he tomado precauciones declarándote como Anti-Papa y Enemigo de Toda la Humanidad. Espero que no haya resentimientos.

En cuanto a las sorpresas retroactivas que el inconsciente es capaz de depararnos durante el transcurso de una obra, aunque ya estoy muy familiarizado con ese fenómeno, cuando he intentado recordar algún ejemplo concreto sacado del proceso creativo que tuvo que ver con la realización de From Hell, he tenido ciertas dificultades. Supongo que la sorpresa principal no tiene tanto que ver con una secuencia o con un episodio en concreto, sino con toda la obra al completo: aunque confío mucho en el uso del “mapa de gran resolución” descrito anteriormente, los fragmentos de información que he ido desenterrando posteriormente sobre el tema me dejaron ligeramente desconcertado, ya que podrían haber encajado sin problemas dentro de los parámetros de mis primeros garabateos esquemáticos. Un ejemplo entre docenas podría encontrarse en los detalles de la muerte de John Netley, cuando su caballo chocaba contra el obelisco. Mientras estaba escribiendo el cuarto capítulo, donde hacía hincapié en el tema de los obeliscos y en el creciente malestar de Netley relacionado con los mismos, no estaba completamente seguro de que no hubiese existido alguna vez un cochero llamado John Netley, y tampoco que hubiese muerto de una forma tan completamente apropiada.
Lo que quiero decir es que si From Hell no hubiese sido etiquetado como ficción y melodrama desde un principio, si From Hell hubiese sido catalogado como "real", al igual que casi todas las demás ficciones sobre El Destripador, entonces no hay duda de que yo habría sido tremendamente aclamado, porque la gente se pensaría que había acertado al airear mi punto de vista sobre “la verdad”. Todos los expertos sobre El Destripador se disfrazan vistosamente con los ropajes de la fantasía para a continuación arroparse con el serio telar forense de las pruebas concluyentes. El problema es que a muchos de ellos les gustaría que su obra resultante no se percibiese como ficción.


Lo que yo describo como “mi argumento de ficción” ellos lo describen más complacientemente como su propia Teoría de lo que ocurrió en realidad. Esa forma de pensar, que le puede sonar familiar a todos aquellos seguidores de las teorías conspiratorias y Expediente X, recoge cada fragmento, rumor o mito urbano 
de lo ocurrido que pueda encajar dentro de todo el patrón evolutivo, conformando su propia teoría sobre lo que pasó en realidad de una forma evidente y tajante. Pero lo mejor de todo es que la falta de pruebas también puede ser interpretada como una confirmación que valide la teoría: ¿Por qué la policía no aportó más pruebas en la época en la que ocurrieron los hechos? Porque estaban conchabados para ocultarnos los hechos. ¿Por qué no hay ninguna evidencia verificable sobre el platillo volante que se estrelló en Roswell? Porque “ellos” lo están ocultando. 

Mientras estaba escribiendo el guión de From Hell conocí a un autor cuyos libros me parece que son bastante populares en el mercado de las Ciencias Ocultas. Son libros que tratan sobre algo llamado “la búsqueda de lo psíquico”. Por lo que pude entender, la premisa es la de empezar una búsqueda junto a otro par de compañeros psíquicos. Quizá haya que buscar el Santo Grial o la Espada del Destino o, no sé, las llaves de tu coche o lo que sea. Los colegas psíquicos te llevarán hasta un montón de piedras, iglesias antiguas y otros sitios parecidos, dejando un montón de pistas durante el camino (muchas de ellas son pistas psíquicas. Tan sólo, ya sabes, para crear ambiente. Espero que seas capaz de entenderlo.) Es bastante posible que durante la búsqueda las cosas empiecen a marchar mal. Normalmente eso es signo de que te encuentras bajo ataque psíquico, y si realizas una rápida comprobación junto a tus otros compañeros psíquicos casi te lo podría confirmar del todo. Si buscas en el periódico, quizá encuentres la noticia de que el tren de las cinco y cuarto que viajaba de Liverpool a Londres ha descarrilado durante ese mismo día, con lo que plausiblemente te darás cuenta de que la causa más probable haya sido la malévola energía psíquica lanzada contra ti por tu adversario astral, y gracias a tu pantalla protectora de luz astral blanca el ataque ha rebotado causando el caos sobre esos pasajeros inocentes. Al final se podría escribir todo un libro sobre tus aventuras en la vida real. Estoy seguro de que estoy siendo muy injusto, pero creo que coges bien la idea.

De todas formas, durante la breve conversación que mantuve con dicho autor, me comentó que él mismo había estado investigando los residuos astrales de Whitechapel junto con un par de compañeros paranormales, y que se había dado cuenta de que mi “teoría” propuesta en From Hell era muy parecida a la forma en que la que todo había sucedido de verdad. Aunque sabía que estaba siendo muy cruel, educadamente le apunté que, de hecho, From Hell era una historia en forma de cómic, y que probablemente era tan real como la película Pocahontas de Disney. No tenía nada personal contra él, entiéndeme, y estoy seguro de que su enfoque sobre la psicogeografía será tan válido como el mío, pero en lo que respecta a mi obra no quiero poner ni un solo dedo de mi pie dentro de la tentadora piscina de “La Verdad”. Está bastante bien documentado que la Verdad es una mentirosa patológica. Sin embargo, a la Ficción la solemos vestir de forma invariable con ropajes de fantasía. Pero la proclamada Ficción me parece mucho más honesta, porque cuando aparece lo hace vociferando bien alto: “soy una mentirosa”, justo ahí mismo, en la cubierta de atrás. Si me pusiera a leer la biografía del próximo Primer Ministro Tony Blair (le vi paseando por el centro de la ciudad hace algunas semanas y parecía un jodido muñeco de los Thunderbird), al final seguro que voy a seguir sin saber quién es Tony Blair. Sin embargo, con Hannibal Lecter o El Mago de Oz me encuentro pisando terreno firme.

Volviendo sobre el punto central de esta divagación, mientras estaba trabajando en From Hell, constantemente me desconcertaban y sorprendían la gran cantidad de “evidencias” confirmadas con las me que iba tropezando y que reforzaban mi teoría, precisamente porque yo ya sabía que no formaban parte de ninguna teoría: eran totalmente ficticias. Resultaba un fenómeno mucho más extraño y asombroso que si simplemente hubiese proclamado: “¡Yo estaba en lo cierto! ¡William Gull fue Jack el Destripador!”

Cuando el Universo al completo parece estar confirmando nuestras ficciones en vez de nuestras supuestas teorías, podría estar sugiriéndonos la existencia de una extraña relación entre la ficción, la mente, la percepción y el cosmos mucho más cautivadora que la simple resolución de un acertijo.
En una ocasión escuché una anécdota sobre magia contemporánea que nos viene de perlas: alguien estaba decidido a poner la siguiente disciplina a examen: empezaría a creer en algo tan raro que seguramente nadie podría confundirlo con algo real, para ver qué pasaba a continuación. El ser en el que se pondría a creer sería Noddy, el pequeño conductor de un coche de juguete tocado con un sombrero en forma de campana que protagonizaba los libros para niños de Enid Blyton. De hecho, a partir de ese momento para él sería el creador absoluto del Universo y el Dios de todos los Dioses. En un par de semanas abandonó el experimento completamente alarmado, porque estaba empezando a convencerse de forma concluyente de que Noddy era el Ser Supremo de todas las cosas. Se topó con varios artículos en revistas que mostraban que se habían descubierto recientemente algunos dibujos prehistóricos en el interior de cuevas donde se representaba a una figura obviamente sagrada que vestía lo que aparentemente era un largo gorro puntiagudo con una pequeña campana en la punta. También había leído en algún sitio una entrevista con Enid Blyton en la que ella misma describía una extraña visión que había tenido mientras se encontraba bajo la influencia del gas adormecedor del dentista, siendo conducida hasta el otro extremo del Universo a la velocidad de la luz para reunirse con el mismísimo Dios, aunque la verdad es que no fue capaz de describir detalladamente la conversación. Todo esto, entre otro barullo de cosas y significados que previamente se encontraban ocultos en algunos pasajes de la Biblia (por ejemplo, Cain había sido expulsado hacia la Tierra de Nod), le hicieron creer que Nod era Dios y Enid Blyton su profeta.

A la luz de todo lo anterior, supongo que debería decir que si e
From Hell fui capaz de escribir una sola línea que fuese capaz de golpear alguna cuerda resonante del inconsciente, esa podría ser una de las frases que aparecían en el prólogo y que fue enunciada por Robert Lees e incluida por ninguna razón en particular, sino tan sólo porque me sonaba bien y me parecía bastante apropiada: “lo disfracé todo y terminó convirtiéndose en la verdad de todas formas. Esa es la parte más divertida.”
Dave Sim

¿Yo, Anti-Papa? ¿Por qué motivo? A no ser que pienses que 
ahora que Él ha sido expulsado del redil de cinco nalgas de la Imagen Sagrada, tu estratégica alianza con uno de los Extremos pueda servir a tus nefandos propósitos…

En realidad no debería tomarme estas cosas a broma, ya que he tenido que terminar resignándome a ser “el líder” de los editores que también se auto-publican, mientras que en la CBC Radio fui catalogado como “el padrino” de la auto-edición, y además acabo de recibir una carta de un nuevo editor independiente que he dejado encima de mi mesita de café donde me califica como “el santo patrón” de la auto-edición (sin las comillas). En serio, encuentro bastante engorroso todo esto: me parece que sencillamente deberían describirme como la persona que se encuentra al frente de un proyecto 
que despierta la curiosidad colectiva a finales del S. XX.

No puedo ayudarte mucho más, aunque me parece que tu última respuesta era completamente válida: claro que somos unos mentirosos, aunque deberían describirnos más caritativamente como fabricantes o inventores. Porque lo que solemos hacer es robar un pedazo de conversación por aquí, una pizca de un libro que leímos una vez (y que la mayor parte de las veces hemos olvidado) por allá, recolectar un fragmento de nuestro propio pasado, y luego procedemos a elaborar una mentira que intentamos que parezca todo lo interesante de lo que seamos capaces. Creo que el valor de tu última contestación reside en que en realidad podría resultar de interés (o al menos eso creo) a todos los aspirantes a escritor (o mentirosos profesionales), porque bien les puede servir como nota de advertencia sobre lo que se van a encontrar cuando se sumerjan del todo en esta profesión. Llámalo Karma, Hubris, o “trampa para incautos” (en el sentido bíblico de la frase). Si vas a ganarte el sustento mediante la mentira, es muy posible que, desconcertantemente esas mentiras se pongan en tu contra (tal y como tú mismo has comentado). Pensándolo bien, me parece hasta normal, e incluso me parece algo que deberíamos tener presente. “¿No te parece interesante?”. Luego volveré sobre todo lo que he estado haciendo últimamente. Pero todo esto bien podría ser una “señal” de algo, aunque también es probable que no lo sea. Y si te lo tomas de esa forma quizá empieces a deslizarte por la inclinada pendiente hacia la Tierra de L.-Ron-Hubbard. “¿No te parece interesante? Bien... Oh, pero si casi me olvido de la pasta de dientes. Debería salir a comprarla.” 

También me acuerdo del momento en el que Oscar Wilde escribió “El Retrato de Dorian Grey”, justo antes de conocer a Alfred Douglas.

Hablando de “trampas para incautos”, Jaka ha vuelto a mi vida en tres o cuatro ocasiones más, pero por lo menos siempre se queda a distancia, o se me aparece de tal guisa que me resulta bastante fácil evitarla. Y eso es lo que he hecho por el momento. Ya he descrito antes la época en la que tuve que sufrir todos sus arbitrarios arbitrajes, y por eso sé reconocer la diferencia entre algo que se le parece y el artículo genuino. Me detuve a mirarla fijamente unos segundos: “¿me parece lo suficientemente interesante o no me lo parece?, bueno, la verdad es que me basta con mirarla,” y luego volví sobre lo que fuese que estuviese haciendo.

Somos traficantes de alegorías, metáforas y símbolos. No sé tú, pero casi todas mis conversaciones suelen celebrarse al menos a dos niveles: el agradable nivel humano y el nivel en el que nos encontramos con la muy ocupada mente del escritor diseccionando cada pedazo y encajándolo en espacios alegóricos, metafóricos o simbólicos. Me he dado cuenta de que me siento mucho mejor cuando presto más atención al primer nivel que al segundo. Cuando es al revés 
(cuando es la mente del escritor la dominante y el lado humano de las cosas se queda en un distante segundo plano), ser escritor me parece toda una carga. Es algo que siempre he tenido bien presente.

Me acaba de llegar una carta de un fan en la que me pregunta si Neil, tú y yo hemos salido y nos hemos emborrachado juntos, como si fuésemos colegas de toda la vida. Ya hemos hablado antes sobre el tema y he recordado mis días de borracheras (y me refiero a días de grandísimas borracheras) y creo que la última persona con la que me gustaría emborracharme es con otro escritor. Lo primero que quiero hacer después de asistir a un Salón o a una sesión de firmas en la que me he tomado unas copas con otros tipos creativos, es pillarme un morado más adecuado y tan sólo charlar sobre cómo van los Toronto Leafs o si el entrenador o el director general deberían ser despedidos. Sólo quiero hacer el bobo con los chicos. Virtualmente ninguno de aquellos con los que socializo en Kitchener tiene ni la más vaga idea de lo que hago para ganarme la vida. “Así que, ¿sigues haciendo esos dibujos animados?” “Claro, siguen consiguiendo techo y cama”. Mis viajes siempre les parecen interesantes. Les encanta que haya algún iluso o cualquier otro tipo de persona dispuesta a pagarme un buen dinero para que vuele hasta una ciudad americana y me instale en un hotel. Y que la gente acuda para que les autografíe mi obra. Pero ahora que no suelo ir a salones ni a otros sitios parecidos ya no me preguntan tanto: “¿qué hay de nuevo o excitante en tu vida?”. “En realidad no mucho, trabajo muy duro. Siempre estoy trabajando”.

Parece que tengo lo mejor de los dos mundos: la satisfacción que produce trabajar como dibujante o guionista, cierto renombre dentro de la profesión escogida, trabajo regular, unos ingresos un poco mayores de la media y todo eso, pero si quiero también puedo ser un rostro más entre la multitud, alguien que no tiene que soportar que le recuerden la otra parte de su vida cuando se marcha a casa por la noche.

Como me he pasado gran parte de este intercambio postal discutiendo sobre la realidad y la “realidad” (creo que ambas pueden ser EL TEMA), me gustaría darte la oportunidad de que le digas a todo el mundo que en realidad no estás instalado en un loft del estilo del Doctor Extraño, envuelto con ropas de terciopelo y con retortas y vasos burbujeando a tu alrededor mientras algunas puertas se abren y se cierran hacia otras dimensiones mientras están leyendo este párrafo.

¿Cómo es Alan Moore cuando se va a tomar una copa “al pub”?
Alan Moore


Oh, Dave, si todo fuese tan sencillo... 


Tan alarmado y preocupado por mi bienestar como estoy, (y como también (estoy seguro) de que lo estará el lector medio de Cerebus), me gustaría asegurarle a todo el mundo que a pesar de todas las divagaciones y murmullos acerca de mi persona, sigo teniendo una vida ordinaria, aunque me temo que si quisiera podría retorcer muchísimo esa descripción. El interior de mi casa se parece cada día más a algo dibujado por Steve Ditko, sólo que quizá sea un ambiente un poco menos paranoico y anguloso. La habitación en la que me encuentro tecleando esto ahora mismo, que es mi sala de estar, está dividida por un tabique de madera que tiene una ventana arqueada y con vidrieras en la que hay un diseño de Otz ChIIM que hace que las estrellas con la que está decorado resalten un montón. El techo está pintado con un color entre violeta y morado y cubierto por estrellas doradas. La librerías arqueadas y diseñadas en madera lo llenan todo, y rebosan con todo tipo de libros sobre la magia: grandes y maravillosas cosas sobre las que posar la vista. Un par de biblias de 1776. “The Magus” escrito por Barrett. Una primera edición firmada de “Golden Hind” de Austin Spare. Una bonita edición en facsímil de “A True and Faithful Relation Of What Passed For Many Years Between Dr. John Dee and Some Spirits.” Tres Necronomicones diferentes.

En la estantería superior reposa el cráneo de un monje Tibetano de dos mil años de antigüedad que tiene incrustaciones de plata. La tapa del cráneo puede quitarse para poder beber en él. También puedo ver una carta enmarcada de Leah Hirsig escrita en Suiza en 1927 y firmada por Crowley. Cerca de la vidriera de Otz ChIIM hay una única página “emborronada” por Veitch donde describe un sueño en el que aparecíamos mi madre y yo y que tuvo durante la misma semana en la que ella cayó enferma y fue desahuciada por los médicos... un encantador, edificante y pequeño dibujo que nos muestra a ambos rellenando una garganta con flores de plástico. Cálices. Una tabla Ouija. Una espada. Una máscara. Varitas. Recipientes para incienso. Cuadros de Dioses y Demonios y otras cosas imaginarias. La túnica está en un armario escaleras arriba. Sólo me la pongo en ocasiones especiales, ya que sería demasiado sencillo holgazanear por la casa durante todo el día con ella puesta. Es de seda naranja, a juego con un collar y un cinturón morados. Tiene mucha más clase que ese traje idiota comprado en una tienda Oxfam de segunda mano que siempre lleva colgado encima el Dr. Extraño.
Aunque puede que la idea que he dado a entender antes es la de que
 cuando me “convertí” en Mago me pasé todo el tiempo vestido como una chirriante drag queen. Pero en realidad estuve hablando abiertamente con todo el mundo (desde los taxistas hasta mi propia familia) acerca de mis experiencias e ideas. Lo más maravilloso y misterioso de todo fue que no se produjo ni la más ligera controversia con nadie. Ahora que lo pienso, todo el mundo aceptó mi discurso como si fuese la cosa más normal del mundo. Yo me empeñaba en hablar sobre demonios, ángeles y un gigantesco dios-serpiente con la capacidad de hablar conmigo como si formasen parte de mi rutina diaria... y por lo tanto, como algo que también formaba parte de la existencia cotidiana, y me lo discutió. De hecho, una gran parte de los interlocutores se aventuraron tímidamente y me contaron alguna bizarra experiencia propia, como si por fin pudiesen revelársela a alguien, como si ya tuviesen a alguien con el que poder abrirse y comentar sus secretos. 

De nuevo, insisto en que la Magia se puede encontrar en cualquier sitio de la Vida Real. Yo siempre actúo como si esto fuese una gran verdad, y en menor medida, me parece que todo el mundo también suele hacerlo. La una (Magia) y la otra (Vida) están completamente unidas.

No sé, puede que mis relaciones en Northampton sean un poco diferentes de las que tienes tú mismo en Kitchener. Yo siempre he vivido en esta ciudad, e 
incluso antes de que me terminara convirtiendo en profesional de los cómics ya era alguien relativamente conocido. Si tienes un aspecto diferente del resto y has estado viviendo durante casi toda tu vida en un sitio pequeño, al final acabarás formando parte del paisaje. Eso si no te conviertes en alguien inmutable y eterno, mucho más estable y duradero que la mayoría de los edificios que ahora mismo se erigen en el centro. Creo que por culpa de toda la exposición que he tenido a lo largo de los años ochenta en revistas, televisión y en algunos sitios un poco más extraños, hay mucha más gente que parece saber quién soy y lo que suelo hacer. Dicho esto, normalmente todo el mundo suele dejarme a mi aire, así que ese es uno de los motivos por los que sigo viviendo en este pueblo. Cada dos semanas alguien se me acerca en el pub o en la calle y me hace un comentario bastante agradable sobre mi obra, pero también hay mucha gente que me recuerda porque en una ocasión estuve trabajando en la empresa que se dedicaba a instalar cañerías o porque soy el sobrino de Chick Moore. O el nieto mayor de la Loca Ginger Verson. O el padre de Leah y Amber, guionista de cómics y que una vez se pilló un disco de Pop Will Eat Itself.

Es una continuidad de la que formo parte y que me parece mucho mayor que la de la industria de los cómics. Por otro lado, uno de los rasgos sobre esta continuidad… y como te he enviado una copia de “La Voz del Fuego” al menos te podrás hacer una idea de lo que intento decir… es que es muy antigua, tiene las cicatrices y erudición suficientes, algo que (sorprendentemente) no se puede encontrar en ningún otro sitio. Cuando empecé a hablarle a mi familia (que son los muy tradicionales y sin ningún doble sentido miembros de una familia de clase trabajadora) sobre mi intención de convertirme en Mago, nadie movió ni una sola ceja. A mi madre le asaltó un estado emocional parecido al de una niña excitada y se quedó maravillada al ver el cuadro que había pintado del Dios Serpiente, por lo que quiso hacerse con una copia de inmediato para ella, al igual que mi tía, que es católica devota. Por el contrario, ninguna de las dos quiso colgar el cuadro de Asmodeus en su casa. La gente mayor que ha escuchado el CD “The Moon and Serpent Grand Egyptian Theatre of Marvels” parece ser a menudo más receptiva y quedarse menos aterrorizada con lo que suena en él que algunos de los jóvenes que han podido escucharlo. Durante aquellas primeras semanas casi tuve la sensación (al menos en lo que respecta a mis familiares) de que si alguien decide convertirse en mago en esta familia, simplemente es una de esas cosas que suelen ocurrir un par de veces cada cientos de años. Algo interesante, pero tampoco demasiado excitante, porque hay que seguir pagando las facturas. Tampoco es que sea un gran acontecimiento, pero por lo menos parece ser digno de respeto. Probablemente se merezca mayor respeto que trabajar como guionista de cómics, que parece una labor mucho menos universal.
Además, para mí la Magia no es un planeta extraño y alienígena que tengo que esforzarme en visitar, sino una nueva forma de observar este Planeta, un nuevo lenguaje con el que nuestras rutinarias vidas puedan ser expresadas de forma mucho más luminosa. Para un Mago, caminar por la calle hasta la tienda de la esquina para comprar un paquete de cigarrillos supone toda una experiencia mágica. Cualquier cosa, desde las matrículas de los coches hasta la envoltura de un caramelo tirada en la cuneta, incluso las observaciones casuales de los transeúntes, pueden ser una fuente potencial de información e inspiración. 


El Mago interpreta las cosas de acuerdo a una gramática diferente, pero al mismo tiempo, él o ella también están leyendo el mismo libro que se lee todo el mundo. En realidad, no existe una verdadera necesidad por parte del Ocultista de distanciarse del Mundo a través de su comportamiento, aunque parezca que un gran número de ellos actúe de esa forma. Creo que una notable excepción podría ser Austin Osman Spare, el único Mago de este siglo que rivaliza seriamente con Crowley. Spare rechazó su prometedora carrera artística en el West End, volcándose por entero en el mundo de la magia, viviendo en los barrios más pobres de Brixton o del East End, y haciendo exhibiciones en los cuartos traseros de los bares en vez de en las galerías que le ofrecieron hacerlo. Se asoció casi exclusivamente con la pobreza urbana crónica, y no por culpa de una deformada noción de caridad propia de la clase media, sino porque ellos eran la gente con la que más le gustaba alternar y vivir. Probablemente también aceptó vivir de esa forma debido a su personalidad: era un buen dibujante, un tío risueño con el que tomarse un trago, muy cuidadoso con sus compañeros, y además podía hacer llover dibujando un garabato en un pedazo de papel arrugado. Lo que se dice un tipo imponente.

Supongo que lo que estoy intentando decir es: “lo que ves es lo que hay.” En la actualidad, después de haber pasado por un período en el que he tenido que hacer frente a una gran cantidad de duro trabajo, he ido refinando esa maldita Hidra hasta convertirla en algo que tan solo tiene una cabeza. Mientras charlo con mis hijas, para ellas soy Alan Moore, o para mi tía de 89 años, o para la policía, o para mis lectores, o para mí mismo. Soy Alan Moore cuando estoy escribiendo Supreme o From Hell o esta parte de esta charla. Soy la misma persona cuando saco la bolsa de basura los jueves por la noche. No es fácil, pero al menos es posible serlo, y también creo que quiero serlo
.

De acuerdo. Supongo que seré Alan Moore hasta el final. He mirado el fondo de la pantalla y he visto que estoy en la página 38 del documento que he bautizado como “SIM 1”. Debería arrojarme sobre esta oportunidad de pedir disculpas personalmente a tus lectores, ya que es cierto que nunca me han deseado ningún daño por hacerles sufrir una experiencia bastante similar a la de quedarse atrapado en un ascensor detenido entre dos pisos en compañía de David Koresh y Charles Manson. Pero por supuesto, por otra parte tampoco es que hayan intentado ser amables conmigo, así que solo puedo decir: que les jodan. Deberían sentirse agradecidos de que ellos mismos no se hayan visto involucrados en esta conversación, por lo que no tendrán que sufrir tu dolor de cabeza y tampoco tendrán que hacer uso de tus pastillas. Deberían estarme doblemente agradecidos de que no estemos sentados en la misma habitación mientras les hablo y cruzo mi mirada con la suya, en cuyo caso dejarían de tomarse pastillas para el dolor de cabeza y empezarían a elucubrar tantísimas cosas que su lóbulo temporal terminaría convulsionando. Y no estoy bromeando. Al menos durante estos días.
Dave, esta ha sido una conversación de la que he disfrutado mucho. Gracias por darle a un anciano la oportunidad de hablar sobre sí mismo durante tanto tiempo y en un cenáculo tan prestigioso. Por supuesto, sé que si realmente te caigo bien obtendré un cameo en "Guys" al igual que lo tuvo mi descuidado y olvida-cabezas colaborador, pero supongo que podré vivir con ello. Cerebus (como si necesitase que yo lo recalcara) sigue significando para el medio del cómic lo mismo que el hidrógeno para la tabla periódica, y es uno de los pocos comic books que sigo leyendo y disfrutando de forma regular cada mes. De acuerdo, así que esto se ha convertido en una petición, porque tengo la esperanza de verme a mí mismo mirando de frente un charco de mi propio vómito en alguna viñeta sin importancia de "Guys", aunque antes deberías aprender a tomarte todos estos cumplidos con un poco de misericordia.

Una vez soñé con el último número de Cerebus... de hecho, con su última página. El personaje se estaba elevando gracias a alguna especie de efecto especial minimalista pintado de colorines. Recuerdo que había mucho azul celeste. Eso es todo lo que te puedo comentar.

Mis mejores deseos para Gerhard y para ti. Vuelve por aquí tan pronto como puedas y podremos continuar esta conversación frente a unas cervezas frías y haciendo que nuestros lóbulos temporales se convulsionen hasta quedarse completamente rojos.

Dave Sim

Bueno, me tomaré en serio tu oferta. Quizá el mes más apropiado es este próximo noviembre, dado que finales de otoño es la fecha presente en cada uno de los capítulos de “La Voz del Fuego” (ISBN 0-575-05249-X, Victor Gollancz imprint, the Cassell Group, Wellington House, 125 Strand, London WC2R OBB, 10 libras además del coste del envío).

Como nota aparte, me leí el libro durante mis últimas vacaciones con mi novia (después de que se me olvidara en una habitación al cambiar de hotel generó lo más cercano que tuvimos a una seria discusión cuando la insistí en que debíamos volver YA, AHORA MISMO, a por él.) Enorgullecido por mi particular (y reciente) inmersión 
en mi herencia Judeo-Cristiana, me imaginé al ectoplásmico Alan Moore vestido con su capa naranja, riéndose de mi devoción por el Cordero de Dios, viajando a toda velocidad por la autopista de Florida con muchas ganas de volver sobre el Libro del Mago. 
Gracias por piropear Cerebus con mucha más gracia que la que yo podría tener. Por supuesto, todos los cameos de "Guys" fueron auto-editados, y se utilizaron personajes auto-editados (tuve que sustituir a Hilly Rose por Katchoo en el último minuto, cuando Terry Moore “saltó por la borda” –la verdad es que fue como si hubiese tenido que modificar todo el paisaje-), pero todavía tengo que hacer tres tomos más para acabar la saga de Cerebus y mi naturaleza competitiva no me permite que tu encarnación en la serie de tu ancestralmente desafiante colaborador, Bacchus [Baco, Astiberri], siga siendo el lugar definitivo donde apareció Alan Moore como personaje en el campo de los cómics (hasta el momento todavía lo es).

Mi relación con Kitchener es muy diferente de la que tienes tú con Northampton. Teniendo en cuenta que esta ciudad es relativamente nueva, por lo que no es “
muy antigua, tiene las cicatrices y erudición suficientes”, probablemente fuese algo que esperar. Como me gusta decir, la mayor parte del Reino Unido tiene pubs miles de años más antiguos que los que se pueden encontrar en Canadá. La “Voz del Fuego” es un libro maravilloso porque transmite de forma muy conveniente esas profundísimas raíces que tan bien permean la conciencia norteamericana (y también a mí, desde luego) cuando viajamos por tu pintoresca y pequeña isla (claudico, pero no me arrodillo, Alan, ya me conoces.)

Nuestro intercambio de puntos de vista ha supuesto una experiencia estimulante (aunque cuando metí el archivo del fax del segundo trimestre encima del enorme archivador parecía bastante corta). Quizá nuestro respectivo sistema de creencias permanezca intacto, pero por mi parte creo que Alan ha caído presa de las limitaciones implícitas del Bang-Bulge-Crunch y sus Legiones de Caídos, y de ese Que No Me Levante y Tampoco Puedo Hacerlo, y puede que pienses (corrígeme si me equivoco) que Dave ha sido timado [gulled] (si, lo indico como referencia oblicua a From Hell) por ese peculiar culto Redentor al Sol que se le fue de las manos, y también se cerró en banda ante todo ese material Verdaderamente Cool que, de todas formas, tan sólo se compone de un pentagrama y un ritual...

Bueno, al menos evitaremos sacar a relucir lo verdaderamente antiguo que es ese negocio. Tan antiguo como Nerón, que inmoló a nuestros chicos crucificados cuando se dio cuenta de lo que debía hacer al pasar por debajo de un farol del patio durante una de las fiestas de su pequeño jardín. O tan antiguo como todos los magníficos templos y estatuas paganas que cayeron bajo la bola de demolición. Verdaderamente "
muy antiguo, con las cicatrices y erudición suficientes".

Además de la recriminación, dispongo de otras cualidades para seguir tirando, así que espero que por lo menos lleguemos hasta un lugar en la historia en el que, con la percepción que nace de nuestra visión de conjunto, sea posible asumir la culpa por la mayoría de atrocidades cometidas en el pasado, por los sistemas de creencias impuestos por la fuerza... y que podamos llegar a conocer lo que nos ha sido impuesto (que no debería tener nada que ver con las propias creencias) y que sería necesario eliminar.
En cuanto a tu observación de que eres una parte mucho mayor de la continuidad de Northampton que de la industria del comic-book, me gustaría comentar que... es algo con lo que yo no puedo... ni podría querer estar... en desacuerdo. Pero también me gustaría decir que la distinción que se puede hacer entre medio e industria es muy, muy pronunciada. Si tenemos en cuenta la evolución que han facilitado tus contribuciones al medio: desde La Cosa del Pantano a Watchmen y V de Vendetta, desde Brought to Light hasta Un pequeño asesinato, y con tu (hasta ahora) logro cumbre From Hell, me parece muy triste considerar que la oportunidades futuras para un guionista de cómic de tu estatura se limiten a Spawn o Supreme, aunque también me parezca un material entretenido. Y créeme, lo encuentro muy entretenido.

No lo veo como una equivocación tuya, sino como un error del medio y su configuración actual, culpa de su estado actual. Me parece que el medio siempre ha sido (y nunca lo ha sido tanto como ahora) amorfo, compuesto por la suma de conciencias y acciones de la holgada comunidad de personas que lo conforman, de sus profesionales más activos. Un argumento persuasivo podría ser el de que no existe la suficiente gente tarada que disponga de mucho dinero a nuestro alrededor, como puede ser el caso de Bissette, cuando se deshizo de su correa y puso sobre la mesa su soñada antología de terror. Pero veinte mil dólares o algo parecido tienen la culpa de que le dieran la patada en el culo, para a continuación tener que gastarse miles de dólares de su propio bolsillo (los cuáles no tenía) para mantener viva la revista hasta que fue barrido hacia la singular y desinteresada locura de la Tundra de Kevin Eastman, donde con el tiempo emergería gracias a Denis Kitchen (que había enloquecido muchos años antes que cualquiera de nosotros. Loco y desinteresado.) La locura y el dinero se marcharon hacia el oeste y se mezclaron con los super-héroes y con Hollywood, dos maldiciones para aquellos de nosotros que siempre hemos tenido asuntos más importantes que atender.

Quizás parte de la culpa (y no es que sea muy pequeña) la tenga ese peculiar instinto inglés que hace que un autor aumente rápidamente su imagen icónica y luego se apresure a quedarse apartado a un lado (una habilidad que ya fue mejorada hasta la perfección durante la Rock n´ roll British Invasion). Creo que tanto Neil como tú habéis tenido vuestros quince minutos de gloria y habéis disfrutado de la corona de laurel antes de que vuestros posibles sucesores y también admiradores empezasen a bajaros del Panteón y os arrojasen hacia un metafórico Elba Inglés. Una pintoresca... y peculiar... pequeña isla mucho más grande.
Tuve la oportunida de ver a Neil y a Scott McCloud durante el 80º cumpleaños de Will Eisner (pregúntame por alguien y te diré si estuvo allí). Creo que la suerte ha tenido mucho que ver para que haya sido capaz de trabajar tan sólo en Cerebus durante estos casi veinte años. Los pequeños intereses que he tenido en otras formas de arte, entretenimiento y comunicación son insuficientes y no me siento tentado de apartarme del campo de los cómics (y francamente, no creo que eso vaya a cambiar en el próximo 2004). Reconozco que otros no han podido dejar de hacerlo. Si Neil está escribiendo una serie de TV o una novela o un libro ilustrado como Stardust, si Scott se encuentra perdido en el ciberespacio (creo que yo también he caído, pero es difícil decir por qué no me puedo “levantar”), y si vas a poner todas tus energías en otro libro o CD, entonces, bien...

Por lo menos, antes de que os vayáis el medio, (“el medio”, no el negocio), ha conseguido Sandman y Mr. Punch y Zot y Understanding Comics y From Hell. Y quizá simplemente te hayas tomado unas vacaciones y regreses cuando la locura y el dinero tengan otra configuración. O quizá no lo hagas.

De todas formas, quiero darles mis más sinceras gracias a aquellos de nosotros que no nos vamos a ir de vacaciones en un futuro inmediato, por darnos (por ofrecerle al medio), algo parecido a logros de primera.

(Continuará)

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...