viernes, 29 de agosto de 2014

ANNUS HORRIBILIS, por Warren Ellis

Artículo de "Desde el escritorio", volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

Este es el último "Desde El Escritorio" de 1999. Las próximas entregas aparecerán en pantalla en forma de nubosas señales irregulares durante la pesadilla sombría de la Edad de Piedra que nos traerá la futura debacle post-"Efecto 2000". 

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Durante la época de Navidad y el Año Nuevo, estaré ausente y sin posibilidad de comunicarme, porque estaré viajando por el mundo como un Rey de Reyes, siguiendo un glorioso camino atravesando países y continentes, siendo recibido en los hogares de los creyentes como un símbolo de tiempos mejores, mientras los descreídos sufren el horror y la plaga. Mientras tanto, no responderé ningún e-mail hasta el Siglo XXI o algo parecido. Echa un vistazo de vez en cuando para comprobar si hay algún "Desde El Escritorio" a mediados de enero de 2000.

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A principios del próximo año espero poder hablar finalmente sobre todos esos planes radicales de publicación en los que llevo trabajando y volcándome durante este verano. Las últimas piezas han empezado a encajar en su sitio. Creo que el 2000 va a ser un año my interesante para el medio, y cuando acabe no seré la misma persona que cuando lo empecé. Lo dejo de lado para no aburriros con los detalles.

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Feliz Navidad y próspero Año Nuevo... a quién le importe, que le Jodan a todo el Mundo y todo eso.

Pasadlo bien. Que todos seamos afortunados durante el 2000.

Gracias por escucharme.

Warren Ellis

Southend, Londres
17 de diciembre de 1999

[Nota: esta fue la última columna escrita por Warren Ellis para "Desde el Escritorio/ FromThe Desk Of"].

jueves, 28 de agosto de 2014

BAH, por Warren Ellis

Artículo de "Desde el escritorio", volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

Berkeley Books me ha enviado la notificación oficial donde me informa que no van a publicar la novela de Daredevil que había escrito para ellos. El título era "New York Underground". En primer lugar, el motivo es que Marvel ha revocado la licencia, y a continuación Byron Priess ha renegociado una licencia menor que no incluye a Daredevil. Francamente, estoy bastante contento. Mi corta relación con Byron Preiss me ha parecido infame. Cuando un amigo mío que también había tenido relación con la editorial se enteró de que él mismo estaba en la lista negra de Preiss, le dijo a un colega: "Eso es como si Hitler pensara de ti que eres un gilipollas".

Así que de todas formas, lo del libro se ha echado a perder. Una vez Michael Moorcock me contó la historia del escritor inglés Jack Trevor Story, que primero escribió un libro para la Sexton Blake Detective Library, y luego tecleó rápidamente el mismo libro para otro proyecto en el que cambió todos los nombres, para más tarde volverlo a vender a una respetable casa de literatura de ficción por un respetable adelanto. Creo que estaba intentando insinuarme algo, pero en su lugar me parece que dejaré que el libro se pudra tan rápidamente como pueda.

Southend, Londres

10 de diciembre de 1999

miércoles, 27 de agosto de 2014

METAL MIKE, ALISON & JULIA - GNARLY XMAS SINGLE



Metal Mike, Alison & Julia - Gnarly Xmas Single
(Triple X Records, 1991)

A1-Deck The Halls
A2-S&M Party
B-Slave To My Dick

AQUI.

martes, 26 de agosto de 2014

ISLANDIA, por Warren Ellis

Artículo de "Desde el escritorio" de Warren Ellis, volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

Regreso de Islandia, donde he pasado el fin semana respondiendo entrevistas, dando charlas, firmando y tomando whisky. Me lo he pasado estupendamente, en su mayor parte gracias a mi anfitrión y organizador, Petur Yngvi Yamagata. La charla (celebrada esta vez en un auditorio de -aproximadamente- 350 plazas) estuvo repleta de gente (especialmente para haberse celebrado a la una y media del mediodía de un sábado, cuando la mayoría de islandeses están inconscientes o todavía borrachos.) Las firmas se realizaron a una hora concurrida, la sesión improvisada de preguntas y respuestas en la Kaffi Thomsen fue bastante tranquila y agradablemente cómoda, y todas las entrevistas transcurrieron sin problemas. Aunque eso sí, típicamente, la gente de la radio estaba tan despistada como cualquier otra persona de la radio de cualquier otro sitio sobre todo eso de la cultura que no es la suya propia, y la entrevista supuso la habitual sesión incómoda en la que intentas ayudar a alguien respondiendo un ramillete de preguntas generales sobre los cómics en jodido directo. Pero eran tíos majos, y tuvimos un breve pero entretenido coloquio sobre pornografía y música durante el que para mi sorpresa terminaron describiéndome las aterradoras arrugas y la falsa tonalidad naranja de la piel de Hyapathia Lee.

En Reikiavik los bares no cierran hasta las seis de la mañana, si es que lo hacen. Los islandeses no suelen tener prisa y se quedan más allá de las tres o cuatro de la mañana, y parecen estar bebiendo casi constantemente, simplemente porque pueden hacerlo. Un caballero épicamente destrozado, orgulloso de su título de "jefe de cocina" y glorificado con el nombre de Waldemar, se derrumbó encima mío en un bar calle abajo llamado The Ugly Duckling, presentándose y contando en un magnífico tono estentóreo que me había visto en el periódico y que le parecía un hombre guapo, guapo. Su esposa permanecía detrás suyo, con los ojos llenándose de lágrimas desesperanzadas.

Gracias a Petur, Gisli, Dora, la periodista que me presentó en el escenario el sábado y cuyo nombre soy incapaz de deletrear, al personal del excelente Hotel Holt y a Elizabeth, cuya compañía fue muy positiva para preservar mi salud haciendo frente a enloquecidos jefes de cocina y hobos internacionales (sí, me refiero a ti... ¡si ni siquiera tienes un jodido curro!) de la noche de los sábados. Pasé una estancia agradable, las cosas marcharon estupendamente, y quizá vuelva el próximo año.

Puedes encontrar un diario más detallado del viaje en Come In Alone, donde suelo charlar sobre cómics y otras cosas.

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Aviso Para Llamar La Atención: a continuación más cosas de la red que tratan acerca de los webcomics y todo eso. No es mucho, pero posiblemente resulte más interesante que los desvaríos previos sobre el tema. Si te aburres puedes dejar de leer a la voz de ya.

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Al empezar a parlotear y reflexionar sobre los "webcomics" y el resto, me he dado cuenta de que lo que suelo hacer es meter todo tipo de cosas dentro de la ecuación. He estado buscando obras de audio online que me parezcan bien hechas y que hayan sido grabadas utilizando software del estilo de Real Audio/ Realplayer. Pero me parece más interesante lo siguiente: ¿qué tipo de configuración necesitarías para lograr algo parecido en tu propia casa? Si grabas algo con una duración apropiada (y una obra completa debería tener algo menos de 74 minutos), podrías quemarla en un CD y venderla. Demonios, si has grabado algo que dure una cantidad de tiempo considerablemente menor a los 74 minutos, incluso podrías grabar una segunda obra que complementase la primera y reunirlas en el mismo CD para venderlas juntas.

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste algún serial decente en la radio? La red tiene este interesante efecto sobre los medios de comunicación, un efecto muy de finales de Siglo XX: de repente nos encontramos en una posición en la que podemos re-evaluar y volver a usar las viejas formas artísticas, utilizar todos los antiguos enfoques y apropiarnos de los viejos medios en un intento por crear algo novedoso que lo abarque todo. De repente, una de las más antiguas formas, los seriales dramáticos radiofónicos, parecen brillantes y novedosos, simplemente se pueden etiquetar como un nuevo medio y un nuevo arte.

Supongo que la gente se las podría arreglar para grabar episodios de cinco minutos de audio streaming que se pudiesen escuchar en el Realplayer, ¿no crees?

Y mientras estaba pensando en todo esto se me ha ocurrido que quizá lo que estoy empezando a vislumbrar es una especie de, Dios no lo quiera, compañía de telecomunicaciones por internet. Películas en flash, algunas reconocibles como una especie de cómics online, prosa ilustrada, contenidos con spoken-word… quizá sea la codiciosa parte trasera de mi cerebro diciéndome que lo que realmente quiero ser es otro jodido emprendedor de internet…

Southend, Londres
30 de noviembre de 1999

lunes, 25 de agosto de 2014

ESTRANGULANDO ELECTRONES, por Warren Ellis

Entrevista de "Desde el escritorio", volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

Aviso Para Intentar Llamar La Atención: esto de los webcomics me sigue perturbando un montón. Siéntete libre de descartar este texto si no te interesa. 

Macromedia flash es la tecnología preferida para crear webcomics, porque puedes elaborar pequeños archivos con montones de animaciones que ocupan muy poco. Arte, color, sonido, animación, todo muy fácil de meter en tu módem. En la red se utiliza un montón, y el software que necesitas para verlo prácticamente está incorporado en todos los nuevos navegadores de forma rutinaria. Lo más probable es que si navegas por la web te encuentres con archivos flash. Supuestamente es una tecnología maravillosa.

También parece la respuesta a por qué en la mayoría de los casos el aspecto artístico de los webcomics en flash es un poco deficiente.

Porque alguien me ha explicado que cuando importas dibujos a flash para poder trabajar con ellos, incluso aunque utilices un formato de compresión óptimo como jpg, terminarás con archivos flash demasiado pesados. Todo ese rápido y sexy acceso que funciona como recompensa, se evapora. Para conseguir un tamaño menor tienes que hacer los dibujos con el propio flash, que utiliza algo basado en vectores que no entiendo cómo funciona. 

Así que si quieres webcomics para todos (es decir, visibles con una conexión de 28,8), lo que tienes que aprender es a reproducir tu obra y tu estilo en flash con una calidad aceptable, o seguir tirando con dibujos deficientes. Si quieres que tu obra destaque por el elemento artístico, entonces tus webcomics sólo serán visibles para los clientes que dispongan de banda ancha.

Me parece fatal.

Por otro lado, hace poco he estado hablando con alguien que tiene la intención de producir webcomics para un público que disponga específicamente de banda ancha. (Me ha sugerido que se pueden dibujar los cómics en otro programa artístico por ordenador y luego importarlos en flash sin que el archivo pese demasiado, pero tampoco me parece una solución ideal.) 

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Acaban de publicar un gran artículo en Reuters sobre webcomics. En concreto, trata sobre Stan Lee. Va a lanzar nuevas propiedades superheróicas utilizando su página web. Estarán hechos como Flashcomics. Serán todo cantos, todo bailes, "como pequeñas películas de superhéroes".

Steve Gerber, que formó parte de esos webcomics abortados nada más empezar que mencioné a principios de este mes, ha terminado trabajando para Stanlee.net como editor. Nadie lo menciona en el artículo, pero en el texto acerca de que los Webcomics Son Aquello Hacia Lo Que Tienden Las Cosas sí que se habla del tío que se encarga del webcomic titulado The Gifted. O debería decir que hacía The Gifted, porque desde que trabaja para Stanlee.net, no ha producido ni una sola página en todo el año... 

Southend, Londres 

25 de Noviembre de 1999

jueves, 21 de agosto de 2014

¿CÓMICS O COMIX?, por Jaxon, miembro de Rip Off Press (5 de 5)

Artículo aparecido en Blab nº 4 (1989). Traducido por Frog2000. Parte 1parte 2parte 3, parte 4

¿Por qué se detuvieron las ganancias iniciales del comix underground y no se pudo ganar un hueco en los mercados de la industria tal y como anticipé en mi artículo para Infinity? Se puede encontrar un puñado de razones, todas entrelazadas unas con otras, aunque resulta difícil evaluar su relativo significante. En primer lugar hay que considerar que aquella fue una época de cambios, además de que se debería tener en cuenta el giro hacia la derecha que se produjo en nuestra sociedad como reacción a los tumultuosos años sesenta. Durante el proceso, las drogas (uno de los puntales del estilo de vida hippie) se pasaron de moda y las personas que abogaban por su uso o que exaltaban los aspectos humorísticos de la cultura de las drogas (una de las temáticas principales de los comix) se convirtieron en parias sociales. Una de las características más dañinas de este giro hacia la derecha provino de la legislación estatal / local contra las "head-shops", porque muchas tuvieron que cerrar o convertirse en inofensivas boutiques. Las "head-shops" suponían un recurso vital a la hora de difundir los comix, porque los comercializaron con un compromiso que excedía los imperativos habituales del negocio. Los dueños de las tiendas tenían una mentalidad típica de los sesenta, y creían en lo que representaban, por lo que con su desaparición, los comix quizá perdieron su defensor más acérrimo en el mercado.

Junto con las presiones al estilo de "Tan Sólo Dí No" contra las drogas, también aparecieron decisiones judiciales desfavorables contra el contenido sexual. El miedo a ser arrestado y encerrado por hacer circular una historia ofensiva fue la causa de que muchos vendedores redujesen sus compras de underground. Del mismo modo, en los ochenta algunos distribuidores simplemente dejaron de ofertar comix, fuese por culpa de la disminución de la demanda o por sus escrúpulos personales. Mientras los tensos ideales yuppies reemplazaban las actitudes hippies habituales en todos los niveles del sistema de distribución, saltaban todas las alarmas en cuanto al material que se podía considerar ofensivo. Los cuerpos desnudos y el jolgorio sexual, elementos comunes de los comix desde el principio, hacían sacar la bandera roja a estos jóvenes conservadores. ¿Por qué enredar con un título que podía interrumpir el flujo de beneficios y causar molestias innecesarias? Impensable en la Era Reagan, cuando la búsqueda del todopoderoso dólar desarraigó cualquier otro objetivo que pareciese menos importante.
¿Quizá con el paso del tiempo creció la determinación del "establishment" por reunir una serie de tácticas opresivas contra el fenómeno de los comix, contra el medio en sí mismo? ¿Cómo llegó a hacer frente creativamente el comix a esta amenaza? ¿Quizá comprometiéndose e intentando fortalecer esta forma artística? Al observar la década anterior se puede concluir que sus esfuerzos han sido bastante pobres. Tan sólo unos pocos miembros de la primera ola de autores del comix siguen publicando nuevo material, pero muy poco sigue vibrando con la energía y la visión de los primeros años. Tal vez era inevitable, al igual que arar el suelo envejecido nunca es tan útil como hacerlo en terreno virgen.  

Pero aunque actualmente el comix nos parezca repetitivo, como si no ofreciese nada nuevo, su legado seguirá influyendo en los artistas que se ven atraídos por el medio. Si los "Viejos Autores" siguen sin cambiar, si su próximo material parece un refrito de sus primeras obras, los nuevos artistas se empezarán a basar en esos conceptos para realizar sus nuevos proyectos, al igual que los autores del underground se basaron en las innovaciones de la EC. De este modo, aunque todos los editores de comix cerrasen sus puertas mañana mismo, el medio del cómic nunca volverá a ser el mismo que antes de su llegada. Tal vez suponga un pequeño consuelo para los artistas que siguen en activo en el medio de los comix, pero la Historia siempre refrendará su labor.

Hay otra dimensión del negocio que demanda nuestra atención, la de los títulos "ground level" [títulos realizados casi siempre por profesionales que la mayoría de las veces trataban temas cercanos al underground. La revista más famosa y consistente fue Star Reach] que hace poco han aparecido de forma prominente. Recuerda que esta vía de publicación no existía en 1971, cuando escribí lo que pensaba acerca de los comix y los aburridos productos de la industria mayoritaria. En esos días tan sólo éramos nosotros contra los colosos de Madison Avenue, y no había nada más en medio, salvo algún bicho raro en forma de revista en blanco y negro, como los títulos de terror de la Warren, el Mad y algunos fanzines dispersos. Sin embargo, durante los años siguientes los autores del cómic "ground-level" han realizado importantes avances en el mercado mientras que los comix han pasado apuros para poder mantener su parte del pastel.
Se podría argumentar que son el resultado lógico de lo que estaba ocurriendo antes. En su mayor parte, los autores de comix no estaban dispuestos a poner en peligro su trabajo e imponer la necesaria auto-censura que se pedía para entrar en el mainstream. Pero la demanda por parte del público de algo más que las tonterías superheróicas de la industria era muy real, incluso aunque los autores del underground no quisieran atenderla o aprovecharse de ese potencial. Sin embargo, otros artistas y editores acudieron rápidamente para cubrir dicha necesidad. Básicamente empezaron a centrarse en autores que por diversas razones no podían romper del todo con la industria, o que aunque ya estaban trabajando dentro, no les gustaba lo que se les exigía de su talento. También eran conscientes de lo que habían hecho los autores underground hasta el momento, aunque no aprobasen del todo su contenido. Cualquiera que fuese el caso, debieron descubrir que si esos locos de San Francisco podían dibujar, imprimir y vender comic books, ellos también podían hacerlo.

Empezaron utilizando el más barato formato del comix, por lo que estas editoriales empezaron a proliferar rápidamente. Hoy suponen una porción bastante considerable del mercado, más que la que los comix fueron nunca capaces de capturar y retener. De hecho, actualmente existe un exceso de títulos en blanco y negro, hasta tal punto que incluso amenazan con sepultar por completo a los undergrounds en las estanterías.

Al igual que ocurrió con la locura de los pósters psicodélicos, al colapsar una porción del mercado, el extracto más marginal es el que más sufre durante el proceso. Los cómics siempre se han producido con un presupuesto reducido y deben vender un porcentaje sustancial de sus tiradas tan sólo para cubrir costes. Tener que competir con una gran cantidad de títulos parecidos lo hace mucho más difícil.
Y entonces, ¿qué es lo que ocurre con estos títulos "ground-level"? ¿Han ampliado el concepto de los cómics y fomentado las ganancias hasta un punto que ha permitido sobrevivir a sus predecesores de dudosa reputación, los autores de los comix? Resulta triste decirlo, pero sobre todo esta es la historia de un sueño traicionado. Al principio había ciertas razones para creer que estos productos podrían enarbolar la antorcha creativa allí donde los comix habían fracasado. Empezaron a hacer aparición títulos de mucha calidad, algunos con buen papel y a color, pero estas editoriales pronto se hincharon hasta el exceso, creciendo con demasiada rapidez. Por ejemplo, Pacific estaba formada por un equipo con una fuerte visión artística que sabía lo que quería hacer, aunque tampoco les ayudó demasiado. Aquellos que han sobrevivido tienden a ser los más mediocres del grupo, produciendo títulos mediante una base de ráfagas rápidas que emula las técnicas de la industria y sus fechas de entregaEn cuanto a los contenidos, estaban (y están) formados por algo mucho más cercano a los estándares del sector que los del underground. No nos equivoquemos al respecto, estos títulos intentan copiar a los Tipos Importantes usando las mismas fórmulas aburridas ​​que empujaron a los lectores descontentos a leer la Marca X en primer lugar. Hay excepciones, por supuesto, pero si una dieta estricta de superhéroes resulta mala en color, resulta insufrible en blanco y negro. Por tanto, es de esperar que este exceso de basura sea tan sólo temporal y que las pocas empresas que quedan todavía produciendo comix genuinos, de alguna forma sobrevivan a la inminente caída que se va a producir cuando el mercado ya no lo soporte más.
Es cierto que las perspectivas son poco halagüeñas. Los últimos años han sido testigos de otro acontecimiento que amenaza cualquier tipo de libertad de expresión de una manera muy seria. Me refiero al creciente papel adoptado por los distribuidores y ejecutivos de cadenas de tiendas que en lugar de permitir que el mercado sea libre de determinar qué es lo que se demanda, son los que vigilan los contenidos de los títulos que se ponen a la venta. Estos empresarios, groupies frustrados de la escena con gustos yuppies, se han arrogado la figura de quién decide qué títulos resultan "seguros" para el público lector. Se les ha empezado a escuchar mucho en las Convenciones mientras exponen sus ideas cocinadas a medias acerca de la clasificación de los títulos y de que se debería salvar a la juventud americana de las influencias malsanas. Además, algunas redes de distribución se han metido en el mundo editorial, directa o indirectamente. ¡Sin importar la calidad, sin importar la rapidez con la que intercambian unos títulos que normalmente podrían vender bastante bien por otros mucho más mediocres! Huelga decir que este tipo de vigilantes y controladores mentales (cualquiera que sea su apariencia) suponen la censura de la peor especie. En la medida en que los comix dependan de este tipo de sistema de distribución orwelliano, terminarán por desaparecer. Igual ocurrirá con cualquier otra cosa que ofenda a estos piadosos cambistas, embriagados con ese nuevo poder con el que le dictan a los artistas lo que pueden y no pueden decir.

Todo esto es resulta un poco deprimente para alguien como yo, que recuerda los días de libertad, cuando las extravagancias eran premiadas, no rechazadas. En los años sesenta nuestros editores estaban dispuestos a confiar en la visión del artista y respetaban su integridad creativa. Del mismo modo, los vendedores estaban más preocupados por vender títulos no aprobados en lugar de resolver si debían o no hacerlo. Algunos distribuidores, como Bud Plant, se esforzaron mucho por conseguir que los títulos underground estuvieran expuestos hasta en el quinto pino y tuviesen la oportunidad de llegar a los estantes de cualquier tienda. En comparación con esta Época de Oro, donde se podía ver con entusiasmo el libre flujo de las ideas visuales, esta carrera de ratas actual dominada por los distribuidores parece bastante triste. Tal y como están las cosas, no envidio la difícil situación de un joven talentoso que intente meterse en la industria.
Así que... ¿qué es lo que nos queda? Es cierto que las grandes empresas han aflojado un poco y están haciendo cosas sin atenerse al Code. Pero aunque se han tomado en serio algunas de las críticas que se les hace, la cuestión sobre un sistema de clasificación que regule los desnudos y la violencia todavía sigue en el aire. No hace falta ni decirlo, pero buena parte de los productos del medio están orientados a los adultos y ya no parecen adecuados para lectores más jóvenes. Pero aún está por ver si las grandes compañías están dispuestas a admitirlo. Sin duda seguirán vendiendo novelas gráficas sadomasoquistas protagonizadas por Batman a los niños, siempre y cuando puedan hacerlo.

Algunos de los títulos del estilo "ground-level" lo están haciendo bastante bien, y otros incluso han sido absorbidos por la industria mainstream (como yo esperaba que podría suceder con los mejores del underground). Aquí se puede ver que las independientes están actuando como una especie de "sistema de granjas" para las Grandes Ligas: en cuanto un título demuestra tener posibilidades de venta, la industria se cierne encima sin tener que arriesgar a la hora de crear el producto. ¡Astutos bastardos! Pero siempre que se plieguen a las normas de los editores alternativos, tal vez los nuevos talentos que aún no están interesados en unirse a las grandes puedan engrosar sus filas.

Fantagraphics es la primera compañía progresista que se me ocurre con capacidad para convertirse en un buen lugar para los jóvenes artistas, e incluso para pasar a convertirse en una fuerza vital de la industria.
Si nuestra sociedad sigue repudiando los estilos de vida diferentes y si las tendencias represivas continúan dominando los estados de ánimo intelectuales del país, a los undergrounds nos esperan tiempos difíciles. Kitchen Sink, por ejemplo, ha tenido que diversificarse, haciendo de las reimpresiones de cómics clásicos una parte clave de su programa de publicaciones. Rip Off ha comenzado otra serie de sus propios "clásicos" con la esperanza de encontrar compradores entre la generación más joven que está desembarcando en el medio por primera vez. Con títulos como WeirdoLast Gasp sigue siendo un bastión de la desfachatez sin posibilidad de redención, mucho más refrescante en una época en que la mayoría de los editores se apresuran a cubrirse el culo. Después de todo, tíos, lo que más importa no es el destino de este viaje, ¡sino de lo memorable que sea el viaje en sí mismo! Visto bajo este criterio, los que formamos parte del comix underground hemos disfrutado de cosas con las que las almas tímidas ni siquiera podrían soñar. Espero que seamos capaces de arrugar unas cuántas narices más antes de que se acabe la fiesta... 

FIN

miércoles, 20 de agosto de 2014

EGO SUMMIT - THE ROOM ISN´T BIG ENOUGH


Ego Summit - The Room Isn't Big Enough 
(Old Age/ No Age, 1997)

1-Beyond The Laws  
2-Illogical  
3-Novacaine  
4-Wife Blues  
5-Rise Sherry  
6-Queen Of The Underground  
7-American Dream  
8-Half Off Floyd Collins  
9-Ego's Bridge (Love Theme)  
10-We Got It All  
11-Black Hole  
12-Small Piece Of Germany

AQUI.

lunes, 18 de agosto de 2014

PATEANDO ELECTRONES, por Warren Ellis

Artículo de "Desde el escritorio", volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

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Estoy en plenos preparativos para un viaje. Volaré a Islandia para ofrecer una sesión de firmas, dar una charla, y probablemente otras mierdosas sesiones improvisadas por los bares a lo largo y ancho de Reikiavik durante todo el fin de semana. Para ver todo esto con más detalle puedes echar un vistazo en la tienda de cómics "Nexus-VI" de la ciudad de Reikiavik, o pasarte por el fórum de Warren Ellis para consultarme acerca del viaje.

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En SciFi (la web del Sci-Fi Channel) se emite algo titulado Dystopia. Es una cosa satírica, no demasiado buena, que recuerda vagamente al dibujo de un manga humorístico con un estilo feísta. Casi es un cómic. Pero está animado. Utiliza Macromedia flash, que se ha promocionado como excelente herramienta web para hacer cómics online. Además han incluido efectos especiales y música. En realidad se parece a construir un cómic. Pero está animado y le puedes dar la vuelta a "la página". Y accedes a la siguiente pantalla de arte secuencial donde se muestran los siguientes pasos narrativos de forma animada, aunque dispone de su propia velocidad, no la que tú elijas.

Brevemente me involucré en un conato de webcomic que fue abortado rápidamente. La intención era utilizar flash para adornar un webcomic. Las cosas se desarrollarían de forma parecida a la de los cómics, ofreciendo unas cuántas viñetas por "página", pero con flash se podrían mostrar pequeños elementos animados. Imagina algo un poco más orgánico, estilizado y estéticamente agradable que los "cibercómics" de Marvel, en donde Spider-Man mueve dramáticamente un brazo y se ladea un poco, y eres tú quien consigue que lo haga.


Pero Dystopia y sus compañeros con el cerebro destrozado como Whirlgirl y otros, podrían ser otra cosa. Porque se apropian del formato de los cómics y luego lo esparcen por la red, donde se transforma en algo nuevo. Se convierten en un producto que se disfruta como una historieta, pero con el movimiento de una película de animación y el sonido de un vídeo musical, y todo en cinco minutos, como una ráfaga de DMT directa al lóbulo frontal.

Podríamos imaginar fácilmente una versión de este formato de cómic realizado con el flash para la web, (después de todo, el cómic ya era una especie de forma bastarda), donde cada viñeta que se mostrase dispondría de sus propias animaciones, donde el diálogo jugaría con toda una diferente maraña de sonidos, donde la prosa cedería su lugar al "spoken word", donde la sucesión de viñetas tendría banda sonora y las ilustraciones silenciosas serían ensordecedoras... puede que no fuesen cómics, sino algo directamente derivado de las habilidades y libertades y actitudes de los mismos. Serialízalo y difúndelo a través de la red, y luego edítalo en CD-ROM o DVD, y véndelo como un producto completo. Tal vez revista el suficiente interés.

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Por fin hay planes para publicar uno de mis proyectos "perdidos": City of Silence, titulado originalmente "Silencers", una miniserie de tres números guionizada por mí y dibujada por Gary Erksine. La preparamos a principios de los noventa para Epic Comics. En el momento en el que esa condenada cosa estuvo acabada y programada, Epic se derrumbó y la serie se quedó sin hogar desde entonces. Pero ahora hay nuevos planes para lo que para mí supone un importante precursor creativo de Transmet, una especie de enlace perdido entre esa serie y Lazarus Churchyard. Ya contaré más según evolucionen las cosas.

Southend, Londres
22 de Noviembre de 1999

sábado, 16 de agosto de 2014

ENTREVISTA CON THE SCREAMERS EN SLASH MAGAZINE 2 (1977)

Slash Magazine nº 2, junio de 1977. Fotos de Steve Samiof y Melanie Nissen. Traducción de Frog2000.

Entrevista con The Screamers:


Tomata du Plenty (voces), Gear (sintetizador), K.K. (batería) y David Braun (piano). 

Debido a la inusual naturaleza de este grupo, definitivamente esta no podía ser la típica entrevista. En pos de la claridad, todos los chascarrillos, insultos y juegos de palabras esotéricos se han eliminado. ¡Lo que ha quedado es en gran parte un importante sinsentido y ciertas observaciones profesionales aquí y allá! 

Slash: Describid vuestra música con unas sencillas cinco palabras... (sin reacciones)... ¿con una? 

Tomata: En una palabra: ¡ansiedad!

Slash: Describid cómo ha sido la respuesta a vuestra música hasta el momento.

Tomata: ¡Religiosa!

K.K.: ¡Devota!

Slash: ¿Es cierto que no usáis guitarras?

Tomata: Tenemos una. Yo suelo utilizarla.

Gear: La verdad es que no solemos usarla como una guitarra convencional, sino como instrumento percusivo o un piano, pero no de la forma tradicional.

Slash: ¿Estáis intentando algún tipo de ruptura con lo habitual?

K.K.: Sencillamente el elemento de la guitarra no era...

Gear: Debería haber otras alternativas al sonido de guitarra, a su simbolismo.
Slash: ¿Pero creéis que sin ellas se puede seguir pareciendo sexy en el escenario?

K.K.: ¡Sin ellas somos sexy incluso fuera del escenario!

Slash: ¿Y vuestras influencias musicales?

K.K.: De todo tipo... cada uno de nosotros tiene su favorita. De alguna forma estamos bastante influenciados, aunque no directamente.

Tomata: Me gusta un montón el bubble-gum, los Bay City Rollers...

Gear: ¡Soy uno de los mayores fans de Nico de la historia!

David: ¡Creo que James Brown es Dios!

Slash: ¿Los Monkees?

Tomata: ¡Me encantan!

Slash: ¿The Archies?

Tomata: Tengo todos sus discos. También me gusta la Sadistic Mika Band.

Slash: ¿The Troggs?

Tomata: ¡Definitivamente sí! "I can't control myself", una canción fabulosa...

Slash: ¿Sois un grupo punk?

(Un largo silencio.)

Tomata: Yo no diría eso.

Slash: ¿Teméis serlo?

Tomata: En realidad es un rollo de la prensa... Me gustaría decir que hacemos sonidos.

Gear: Me gusta pensar en nosotros como "Nouveau Vague".

Slash: ¿Qué opináis sobre los singles de la new wave inglesa?

Tomata: Me gusta The Clash. ¡"White Riot" es brillante!

Gear: Todos esos singles de ahora están muy bien. Lo mejor es que son accesibles para la gente.

Slash: También tienen canciones cortas. En su mayoría.

K.K.: Es como la barrera del sonido, ¡todo el mundo intenta alcanzarla!

Slash: ¿Qué hay de los grupos locales?

Tomata: La semana pasada vimos a los Zeroes [se refiere a los Zeros] en San Diego. Son fantásticos, ¡como los Ramones mejicanos!... Me gustan los Weirdos, se parecen un poco a los Seeds.

Slash: Sky Saxon ha vuelto...

Tomata: Solía ser uno de mis ídolos.

Slash: ¿Love?

K.K.: ¡Love Love!

Slash: ¿Qué le ha ocurrido a Johnny Rotten?

Gear: ¡Es probable que en cuanto ha ganado algo de dinero se haya arreglado los dientes!

Slash: The Screamers son muy misteriosos respecto a la música que hacen, ¿no es así?

Tomata: ¡Sí, lo son!

Slash: ¿Dónde y cuándo podremos pillar sus discos?

Gear: Cuando sintamos que estamos listos, en el lugar adecuado, en el momento apropiado... muchos de los que vienen a vernos son menores menores de 18 años...
Slash: ¿Os tomáis la música en serio?

Tomata: ¡Mucho!

Gear: Lo hacemos, pero eso no significa que no tengamos sentido del humor. El humor es necesario para poder sobrevivir.

Slash: ¿Sois una banda "musical"?

Gear: Personalmente no me gusta la música per se.

Tomata: Es algo más esencial... sensacional...

Gear: ¡Te dije que hacíamos Nouveau Vague!

Slash: ¿Cuánto lleváis juntos?

Tomata: Seis meses.

Slash: ¿Tenéis muchas canciones?

Gear: Un puñado, pero nos estamos intentando limitar, queremos tener unas cuantas que no sean demasiado largas, así nadie se aburre... es lo que ocurre cuando lo intentas y no consigues hacer algo tan eficaz, aunque hayas planeado que sea fuerte, rápido y duro.

Slash: ¿Tenéis algún solo?

Tomata: ¡Definitivamente no!

Slash: Decidnos algunos títulos.

Tomata: "Eva Braun" es una canción de amor, "Going Steady with Twiggy", "You don't love me you love magazine"...

Gear: Una canción que se llama "Punish or be damned", otra que se titula "Peer Pressure", otra que es una versión de Billie Holliday: "Gloomy Sunday"...

David: Una canción sobre la santísima Virgen María titulada "Mater Dolores", Mother of Sorrow [se puede traducir como la Madre del Dolor].

Tomata: ¡Es una de nuestras mejores canciones para bailar!

K.K.: ¡El watusi renacerá..!

Slash: ¿Quiénes eran los Tupperwares?

Tomata: Gear y yo estuvimos en los Tupperwares, pero teníamos problemas con el nombre, teníamos que cambiarlo.

Slash: ¿Tomáis drogas?

Tomata: ¡No tenemos tiempo!

Gear: Ya no, no me lo puedo permitir.

David: Tengo un botiquín en casa lleno de cosas, pero no tengo tiempo para tomarlas.

K.K.: ¿Gotas para los ojos?

Tomata: ¿Has escuchado a Martin Denny? Es una de nuestras mayores influencias.

jueves, 14 de agosto de 2014

ELECTRONES EN MOVIMIENTO, por Warren Ellis

Artículo de "Desde el escritorio", volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

"Recuerda, recuerda, 
el cinco de noviembre, 
el complot de la pólvora y la confabulación. 
No existe motivo 
para el olvido de la pólvora 
y la traición" 

(antiguos versos ingleses)

"Y la próxima vez usaremos
bombas jodidamente más grandes"

(un perro viejo inglés)

Últimamente he estado dedicando buena parte de mis pensamientos a Internet. Me sigo esforzando para en algún momento poder subir algunos cómics online, porque creo que cada vez se parece más a una actividad maldita. (Hace poco contactó conmigo una gran empresa con la intención de convertir en digital uno de mis proyectos terminados pero nunca publicados, pero la falta de respuestas directas a mis sencillas preguntas, la falta de contacto con las personas que realmente deberían haber hablado conmigo y el tratamiento mierdoso en general, lo convirtió en irrealizable. Vergonzoso.)

Por supuesto, Internet supone todo tipo de cosas para todo tipo de personas. Como farfullé en la conferencia que ofrecí en la Universidad de Trieste, la gran belleza que posee la red es que es un igualador instantáneo, el pequeño Johnny de la calle de abajo puede conseguir tener en la net el mismo peso escénico que un director de la Corporación GranPene. Como punto com, no existe una diferencia apreciable entre el tamaño de mi órgano y el de IBM. La diferencia aparece cuando miras el número de personas que te visitan y el contenido que les impulsa a clickear en tu página. El contenido es la clave, tal y como pudieron apreciar los visitantes del Forum, donde estuvimos hablando sobre Internet y el Contenido como alimento del pequeño pero ahora claramente visible renacimiento del periodismo en los cómics. Está ocurriendo en la net ahora mismo. Es una reacción directa a la escasez de buenos textos en la prensa física sobre cómics. En la red todo se está igulado, y los nuevos magazines sobre cómic seudo-profesionales (definidos de esta forma por su presentación y control de calidad, y por su ausencia de beneficios y de sueldo) ocupan el mismo "espacio en las estanterías" virtuales que Wizard o The Comics Journal. De hecho, dos revistas sobre cómic en papel que se han derrumbado, Submedia y Tripwire, han renunciado al espacio de verdad en los estantes y han empezado a aparecer únicamente en la web.

Sequential Art y PopImage, de entre las seudo-profesionales, parecen hacer las cosas en paralelo. Comic Book Resources ha empezado a llevar a cabo innovadores planes financieros que les permitirá empezar a cerrar el círculo hasta llegar a una situación profesional completa. Recientemente Psycomics [parece que ya no existe] ha comenzado a extenderse como un lugar de periodismo sobre cómics totalmente profesional, haciéndose un hueco en Mania, cuya joya central es la columna Newsarama de la industria, el Variety de Mike Doran.

Gracias a sus sólidas credenciales, todas son recomendables. En Mania contamos con Mike Doran. Sequential Tart posee algunas de las críticas y textos en general más apasionados y transparentes del campo de los cómics, y si vas a hacer caso a este manifiesto (y te sugiero que lo hagas), debería ser tu primera parada. Popimage es otra de las nuevas, está cuidadosamente diseñada, y su temática gira en torno a las características de cada edición física, creando en apariencia una experiencia de lectura muy completa. Recomiendo muchísimo leer lo último que han publicado, porque cuenta con un excelente grupo de artículos-satélite en torno a una poderosa entrevista con Bryan Talbot.

Considerando que he empezado a escribir una columna semanal en Comic Book Resources el uno de diciembre, espero que confíes en lo que he mencionado sobre esta página. Te diré por qué me lo tomé tan en serio cuando me ofrecieron la oportunidad: porque proporciona nuevos contenidos diariamente, y porque esos contenidos son diversos y sólidos, y además la web está claramente consolidada. Porque la columna de noticias de Yarborough -dos veces semanal- ha establecido rápidamente su propia identidad y el escritor está haciendo su trabajo condenadamente bien. Ya os he comentado que deberíais leeros "Steven Grant´s Master Of The Obvious", pero también Rob Worley parece estar haciendo muy bien su especializado trabajo en su Comics2Films (aunque me temo que todavía no lo puedo asegurar del todo). Augie DeBlieck se ha convertido en el mejor escritor de todos los tiempos, y Dios me ayude, Gail es una cabrona retorcida, pero me hace sonreír. La página todavía no es completamente perfecta, pero está llena de vida. Y para mí eso es lo que marca la diferencia.

Psycomic también está viva, pero da la impresión de que necesita agitarse un poco. Me parece que su página inicial resulta casi indescifrable, está demasiado abarrotada y ocupada. Creo que en cuanto lo reformen, el sitio resultará más convencional y fácil de leer, triunfando de alguna forma en el terreno entre los cómics comerciales y los cómics alternativos más accesibles del que Hero se estuvo ocupando durante su último año de publicación, y además creo que podría superarlo. El actual gran activo de Psycomic son los críticos que se encargan de los cómics en Usenet, Siskel y Ebert, además de Randy Lander y Don McPherson. De alguna forma son frívolos, pero también buenos escritores, claramente enfocados y perceptivamente inteligentes. Sus textos son una lectura entretenida.

Estos son los sitios donde los críticos asqueados con la pobre prensa amarilla están cogiendo las cosas con sus propias manos y tratando una vez más de construir un periodismo sobre los cómics esforzado e inteligente. Habrá más como ellos. Hay que mantenerse vigilante. No me he puesto a repasar muchos de los cómics online, pero cada vez leo más y más periodismo sobre cómics en la web. Quizá antes estábamos apostando al caballo equivocado. 

O tal vez es que todo estaba señalizado con neones y no nos habíamos dado cuenta. Después de todo, el correo electrónico es la aplicación más asesina de la red. La web está hecha para charlar.

Sin embargo, el otro día un foro de Compuserve me produjo cierto interés (lo sé, suena que son términos contradictorios.) El guionista escribió un piloto para un show en directo online para una empresa. Mierda, ni siquiera estoy seguro de que siga existiendo, aunque los seriales online explotaron en la cara del Pueblo hace ya tiempo. De todas formas... tiene preparación en todo lo que se refiere a la tecnología digital, etcétera, lo que limita un poco el atractivo de lo que será capaz de hacer, pero aún así... decidió que de todos modos quería filmar el episodio piloto. 

Así que se hizo con un equipo de actores y durante tres días los estuvo grabando con una cámara digital, alquiló un micrófono y una mesa de mezclas para poder pre-mezclar el sonido antes de que entrara por la cámara, lo metió en su ordenador personal a través de un puerto Firewire y lo editó con el ordenador. Su esposa grabó la música, que metieron en la máquina con una DAT portátil, etcétera. Por un coste en total de setecientos dólares yanquis.

A pesar de tener la suerte y la tecnología disponible de su parte, y toda su habilidad, me dejó fascinado. Porque ha sido capaz de arruinar todas las barreras existentes a la hora de filmar. No tengo ni idea de qué tipo de conexión se necesitará para ver este tipo de contenido en la web (aunque ahora tengo algún acceso ocasional a los 56k de velocidad en el PC que le compré a mi hija, porque todo lo que tengo en mi oficina es un malhumorado 486 con un una conexión aún peor de 28,8, que es con lo que estoy escribiendo esto, y un ordenador portátil P120 destrozado y sin RAM suficiente que corre a 33,6.) Me gustaría averiguarlo. Supongo que el aumento de velocidades a 33,6 y 56k estará revitalizando el concepto de difusión por Internet. Me llama mucho la atención, porque todas las restricciones de formato de la televisión y el cine van a desaparecer. Todo se convertirá en algo mucho más fluido, un poco como un programa de radio británico, donde tu historia puede tener 90 minutos seguidos de duración, o sesenta, o treinta, o quince minutos por noche durante dos semanas, o diez minutos cada noche durante una semana.

Ya sabes, podría ser muy interesante. Un serial en directo emitido online cuyos episodios son de diez minutos cada uno, la historia entera en cinco o diez episodios... es raro para el mercado inglés, alienígena para los EE.UU., una invitación a un paseo subversivo por el corazón del "monocultivo" para los anglófonos de cualquier otra parte del mundo...

Southend, Londres

15 de Noviembre de 1999

lunes, 11 de agosto de 2014

¿CÓMICS O COMIX?, por Jaxon, miembro de Rip Off Press (4 de 5)

Artículo aparecido en Blab nº 4 (1989). Traducido por Frog2000. Parte 1, parte 2, parte 3

Claro que hay excepciones, y algunos autores han dicho claramente lo que piensan en público e incluso han perseguido sus propias quimeras hasta el punto de llegar a auto-publicarse arriesgando su dinero, normalmente para quedarse abrumados y consternados por todas las molestias y el consumo de energía que conlleva, que habría sido mejor que hubiesen utilizado para dibujar. 

Probablemente no hay nada que fuese capaz de trastornar tanto a la industria como la repentina aparición de un genio del underground en su seno, alguien con un estilo tan único e inusual que instantáneamente fuese reconocido por los lectores. Alguien tan bueno que su talento (de él o de ella) no fuese malgastado o copiado a base de los clichés con los que se suele abastecer la industria. La aparición de un genio del underground sería recibida con gran regocijo, en lugar de con aprensión. Y tampoco tendríamos que "decidir" qué se ha de hacer con esa persona, porque él o ella podría decidir su propio camino. Creemos que a los artistas se les debería dar la oportunidad y animarles a revelar su compulsiones internas en el contexto de su trabajo. Reconocemos los méritos intrínsecos de la originalidad estilística y sabemos que esas variaciones individuales fortalecen nuestro resultado colectivo en lugar de desvirtuarlo. No estamos interesados en fomentar una generación de historietistas que se acercan a su obra de uno en uno, una en la que uno sólo haga los lápices, otro las tintas, y el de más allá la rotulación. Queremos autores que se conviertan en creadores en el sentido completo de la palabra, para reflejar la vida mientras se filtra a través de su sistema nervioso central con el fin de divertirnos, y en fin, explorar la condición humana, sus posibilidades y limitaciones.

Creo que mientras los comix continúen adelantándose al "establishment", los artistas serán capaces de ver el amplio espectro que puede alcanzar este medio completamente libre, y cada vez se sentirán más atraídos por su potencial. Especialmente desde que el medio de los comix ha ido doblando su expansión cada trimestre, por lo que pronto tendrá la capacidad de pagar tasas similares a los autores que trabajan actualmente para la gran industria, por no mencionar cómo afrontamos nosotros el asunto de los derechos.
Me pregunto lo alta que tendrá que construir la industria su valla para que los artistas no se les escapen. ¿Y qué es lo que los artistas pueden ofrecerle a la industria, en particular los recién llegados, que no les pueden ofrecer ahora mismo los comix? Nuestros tebeos no son un sandwich entre anuncios interminables y tampoco eliminamos material óptimo para dar paso a reimpresiones de cosas de hace quince años que reduzcan costes y rellenen un título. No nos interesa perpetuar personajes más allá de las intenciones que en un principio les dieron vida y significado tan sólo para perseguir fines económicos y administrativos. Tampoco atamos a nuestros creadores en una jornada laboral competitiva y con horarios, o compartimentamos su talento en las distintas zonas de una línea de producción. Cualquier proceso técnico que esté disponible para los autores de la industria, inevitablemente también se encontrará a disposición de los comix, pero consideramos obligatorio intentar desarrollar otros novedosos.
Cuando finalmente se editan, nuestros títulos se buscan meticulosamente, son apreciados por los lectores, que se los pasan de mano en mano, de un país a otro. Sabemos que podemos cometer errores, y hemos creado una estructura económica que puede solventarlos y seguir adelante. ¿Cuántas veces podrá la industria darse el lujo de cometer errores antes de que la estrangule su propio volumen? ¿Resulta tan interesante seguir aferrándose a lo poco que queda de la herencia de los cómics como para no contemplar llevar a cabo ningún cambio? Quizá pueda sugerir que la industria del cómic debería re-evaluar su actual rumbo en relación a cómo ha evolucionado el mainstream durante los últimos setenta años. Si no es capaz de recoger ninguna conclusión de dicho examen, si persiste en perpetuar la falacia central de los tediosos "superhombres" que han sido el tema principal durante el transcurso de su historia, en lugar de la innominada y olvidada humanidad ordinaria, puede que los cómics terminen falleciendo por causas naturales, como lo hicieron los "Stockyards" de Chicago. Y si mueren, tal vez nadie se dé cuenta, porque el comix underground ya habrá conseguido que la industria mainstream se convierta en algo superfluo.
EPÍLOGO: UN SUEÑO TRAICIONADO 

El problema de escribir manifiestos inspiradores es que uno tiene que leérselos años después y ponderar en qué momento se echaron a perder las cosas. Esto es lo que ocurre con mi artículo de 1971 para Infinity, que escribí en los excitantes días de agitación y fermento artístico, cuando el futuro parecía brillar con las formas de expresión alternativas que existían en este país, especialmente con los comix underground. Dos décadas después, al echar un vistazo al fenómeno del "comix" y a la promesa de libertad que inspiraba el término, he de confesar una cierta tristeza por los magros resultados. A fuerza de presionar contra los usos convencionales del medio, creo que mis compañeros autores y yo esperábamos conseguir tener un profundo impacto en los cómics que hubiese sido más duradero. Aun así, bajo mi punto de vista esas anticipadas ganancias creativas han sido malgastadas, y la victoria me parece más bien hueca, tanto es así que me pregunto si habremos ganado algo.

Henchidos del entusiasmo juvenil de nuestro modesto éxito, quizá me apresuré al predecir el eventual colapso de la industria tradicional. Siendo instituciones tan arraigadas, a pesar de su envergadura difícil de manejar su propia naturaleza les oferta la habilidad de poder resistir a los cambios y perseverar a largo plazo. De alguna forma se las arreglan para sobrevivir e incluso prosperar, haciéndose con las innovaciones de sus inconformistas competidores. Hemos visto que hasta cierto punto y desde 1971, esto es lo que ha ocurrido dentro de la industria. Algunas de las prerrogativas solicitadas por los artistas que trabajan en el underground han sido aceptadas (a regañadientes) por la industria. Hablo de la concesión de la propiedad de los originales, del reconocimiento de los derechos del creador y de la participación en los royalties en los títulos extremadamente lucrativos. Estas concesiones han convencido a muchos artistas de la industria para seguir permaneciendo en sus "establos" y han impedido el despegue que predije. Pero al aflojar su tenaza, la industria ha logrado hacer que su mandato de hierro parezca inapreciable, tanto en cuanto a los procesos creativos como a sus recompensas financieras. Este negocio sigue siendo terreno habitual de los peces gordos. 

Por supuesto, el underground también ha sobrevivido. Last Gasp, Rip Off Press y Kitchen Sink continúan publicando cómics veinte años después de sus tambaleantes comienzos. Pero tampoco se ha producido un crecimiento significativo, no existe expansión del mercado más allá de la que proporciona la industria del mainstream, y nunca se ha producido una deserción masiva hacia las filas del comix por parte de los artistas desencantados con el medio. Algunos observadores han visto este estancamiento como un signo de que los comix han muerto. Pero de hecho son los únicos que siguen con vida, aunque su precaria posición frente a los gigantes de la industria exija cierta reflexión.

(Continuará)

viernes, 8 de agosto de 2014

PREPARANDO EL MONOCULTIVO, por Warren Ellis

Artículo de "Desde el escritorio", volumen II. Avatar, 2000. Traducido por Frog2000.

-Del Manifiesto Rozz-Tox de Gary Panter, 1980:

"Si tienes un medio mejor, a por él".

Por el momento estamos atrapados en los cómics de 32 páginas en forma de panfleto flexible. 

Los editores y distribuidores siguen (y seguirán) casados con ese formato. Por otra parte, ha llegado el momento de adaptarlo a nuestros propios fines, como un paso más para librarnos de una vez.

Me refiero a que, ¿por qué no nos intentamos desligar de este formato en cuanto podamos?, ¿por qué no? 

Subvirtámoslo. 

Es una vieja lección. Demonios, ya era antigua cuando Gary Panter escribió el Manifiesto Rozz-Tox, una declaración de intenciones para la comunidad de jóvenes historietistas de la época. Usa los medios de comunicación como quieras. ¿Por qué quemar la Bastilla cuando puedes escalarla por la parte de atrás y abrir la puerta principal desde dentro? Ese era el concepto. Toma la cultura mainstream para ti. El punto de vista "Rozz-Tox" nos dio los Simpsons. Matt Groening era contemporáneo de Panter y uno de los defensores del Rozz-Tox. No estoy seguro de si diseñar los escenarios de uno de los Pee-Wee Herman, que es lo que hizo Panter, tiene la misma importancia. Pero aún así se podría calificar como una infección exitosa de la cultura de masas "más sencilla".

(Nunca he visto sus programas de TV, porque no los emiten en Inglaterra, donde las cosas americanas en directo de Pee-Wee tradicionalmente sólo son compradas por los canales de cable americanos, pero siempre he pensado que la interpretación de Pee-Wee sobre [Paul] Reubens parecía gritar la palabra "pedofilia" por todos lados, pero bueno, ya sabes... sea como sea...) 

Los panfletos de 32 páginas son el formato "más sencillo" definitivo. Para ser honesto, para los geeks son una cosa totalmente segura. Todo lo que no se acerque a "lo correcto" en la cultura de los comic books parece provocar desconfianza básica. Algunos de nosotros recordamos los problemas que surgieron cuando se editó "Big Numbers", porque muchos decían que no encajaría en las estanterías de forma apropiada. ("Jodidamente desafortunado" era la respuesta general del distribuidor cuando empezaba a lloriquear sobre el tema.) Por lo tanto, si queremos introducir nuestras ideas en la cultura mainstream de los cómics, vamos a tener que disfrazarnos.

De todas formas ya lo sugería el Rozz-Tox. Y a Matt Groening le funcionó. Da que pensar.

Southend, Londres

1 de Noviembre de 1999

miércoles, 6 de agosto de 2014

¿CÓMICS O COMIX?, por Jaxon, miembro de Rip Off Press (3 de 5)

Artículo aparecido en Blab nº 4 (1989). Traducido por Frog2000. Parte 1Parte 2.

Sin embargo, hay ciertos conceptos equivocados a los que sí que me gustaría referirme, porque definitivamente su función parece resultarles conveniente a los que los utilizan. Uno de ellos es la idea de que los artistas del comix en realidad aspiran a entrar "por la puerta grande" del negocio y que su trabajo en el underground no es más que una incómoda etapa en sus carreras. Tradicionalmente (en la industria), los artistas primero han trabajado como aprendices (un eufemismo de "chico de los recados"), y gradualmente han ido escalando puestos en la organización hasta que un día, en el cénit de sus poderes creativos, se han sentado detrás de una mesa y han hecho frente a complicaciones tales como las fechas de entrega y otros detalles parecidos. No sé si alguno de los dibujantes que trabajan en los comix aspirarán a dicha forma de estar muerto. Y no parece que la industria sea capaz de convencer a cualquiera de estos artistas para que trabajen para ella, a menos que se lleven a cabo drásticos cambios en su jerárquico enfoque sobre el cómic.

Otra noción falsa es la de que nos contentamos con mantener una distribución equivalente a una mota de polvo, y que nunca hemos considerado hacer las cosas a una escala similar a la de la industria. Es probable que a la industria le guste pensar de esa forma, a juzgar por la suerte que corrió una próspera EC cuando cayó en manos de sus celosos competidores, pero estamos tirando ediciones de cientos de miles, no sólo de cientos. Estamos explorando métodos alternativos de distribución para proseguir con nuestra expansión, basándonos en la convicción de que las rutas habituales se han quedado obsoletas.

Otra idea todavía más equivocada que ha ganado bastante credibilidad es la de que somos un "grupo cerrado" y hostil con el resto de dibujantes que se encuentran fuera de nuestra "escena". Creo que cualquier dibujante con una chispa de fuego que haya intentado entrar en los comix, ha podido hacerlo sin problemas, y además se le habrá dado la bienvenida con los brazos abiertos. Eso no quiere decir que no tengamos nuestros propios criterios, aunque estén basados en el intercambio de ideas creativo, no en trivialidades como el estilo de vida, raza, género, etc.
Pero quizá el concepto más erróneo sobre los comix y que "explica" o "justifica" cosas para la gran mayoría de los que lo critican sea el de su aparente preocupación por el sexo, la violencia y las drogas. No sé si seré capaz de ofrecer una respuesta aceptable a toda esa gente que se hace la pregunta de cuál es el derecho que tienen los comix para tratar estos (u otros) tópicos "prohibidos". Sé que en el fondo de sus objeciones no está la preocupación por la forma en la que describimos estos temas, sino nuestro derecho a hacerlo.

Podría estar tentado de ofrecer una respuesta, como hizo el Mr. Natural de Robert Crumb cuando le preguntaron por el significado de "diddy-wah-diddy": "Señora, si no sabe lo que significa, NO LO CRITIQUE". Pero si los inquisidores hubiesen sido también fans, probablemente les habría preguntado si se han imaginado alguna vez lo que habría ocurrido si Frazetta, Wood o Williamson hubiesen podido describir el sexo con total libertad en una tira. O si creen que si hubiesen podido hacer lo que quisieran con total libertad, quizá Alex Raymond habría hecho algo con Flash Gordon y la Reina Frigia cuando se quedaron solos allá, en la cueva de hielo (excepto que ella sí que vestía con un ceñido abrigo). O que piensen qué habría hecho Hal Foster en el momento en el que el Príncipe Valiente se llevaba a la Princesa Aleta de las Islas Brumosas para arrastrarla a la fuerza por todo el Lejano Oriente.

Me alegro del rico tapiz que hemos heredado de estos artistas, pero también me gustaría mucho que hubiesen tenido la oportunidad, como nosotros, de elaborar sus propias fantasías sexuales. Tengo la sensación de que habría sido increíblemente hermoso y que nunca habría desembocado en una sociedad ni con la mitad de psicóticos que tenemos en la actualidad.

Lo mismo tengo que decir para el retrato explícito de la violencia en los comix. Como ya han dicho otros antes que yo (a los que por supuesto, se ha desatendido completamente), se podría pensar que una buena forma de disuadir a alguien de que utilice la violencia podría ser mostrando lo que ocurre realmente cuando le pones a alguien una pistola en la cabeza o un cuchillo en la garganta, en lugar de enseñar decorosamente que no deja ni una sola marca. Si las víctimas de los cómics no sangran nunca, ¿qué es lo que provocará en las almas más impresionables esa falsa idea de que matar o mutilar no está tan mal, ya que, obviamente, la víctima no sufre daño alguno? Esta forma de hipocresía proviene del Comics Code: "Si pretendemos que no pase nada, entonces nunca pasará". La realidad es muy diferente, y la verdadera pregunta es la de si los cómics deberían tratar de hacer frente a estas cuestiones o ignorarlas, pretendiendo hacer como que no existen.
Aparte de estos conceptos erróneos y objeciones sobre el sexo y la violencia en los comix, aunque en verdad los dos resulten bastante próximos y queridos por todos los americanos de sangre roja, todavía nos quedan las objeciones sobre el tema de la droga. Creo que los artistas han mostrado sus efectos de multitud de formas a lo largo de cientos de años. Un breve estudio de los artefactos artísticos de la Antigüedad puede hacer que cualquiera se pregunte si la gente de "recta" mente sería capaz de crear algo tan diferente. Probablemente no podrán, porque por lo general estarán colocados con algo que va desde un simple zumo hasta otra cosa un poco más químicamente compleja.

En cuanto a los cómics, difícilmente me puedo imaginar un historietista del underground, sin importar lo lejos que haya ido con las drogas, capaz de producir una tira tan consistentemente extraña como Little Nemo de Winsor McCay o el Krazy Kat de George Herriman, cuya influencia en el desarrollo del medio está fuera de toda duda. También han existido otras “antiguas” tiras igual de extravagantes. Por ejemplo, un puñado de las tiras de periódico de los treinta y los cuarenta se basaban en los aspectos más humorísticos de la Prohibición, una situación sin parangón en los comix sobre droga contemporáneos. Sin duda, mucha gente se tuvo que quedar asombrada por lo que hacía Snuffy Smith en sus comienzos, al igual que ocurre actualmente con Dealer McDope. Creo que no es asunto de nadie si un artista fuma hierba, ni tampoco si bebe Scotch o le gusta oler asientos de bicicleta. Si a él le va bien, perfecto. Si le parece una mierda, también es bastante obvio a quién tiene que importarle.

Hay otro ángulo de los comix que me parece incluso más revolucionario que los cambios e innovaciones que han aparecido entre las propias cubiertas de los títulos. Me refiero a los cambios que se han producido en las estructuras económicas y editoriales y que los artistas de los comix han empezado a iniciar y a preocuparse por preservarlos.

El primero es que todos los editores de comix trabajan con los dibujantes en lo que prácticamente equivale a un acuerdo asociativo. Me refiero a que los dibujantes se involucran directamente en el éxito continuo de cada uno de los tomos que se producen. Aparte de los adelantos aportados por los editores, los dibujantes reciben un cierta suma de royalties por las reediciones de su trabajo. Nunca hemos vendido nuestra obra sobre una cantidad estipulada anteriormente. Preferimos retener nuestro porcentaje por los derechos hasta su eventual éxito, incluso aunque nuestra compensación inmediata pueda ser menor que si hubiésemos aceptado una cantidad estipulada y renunciado a nuestra propiedad. Me parece un concepto esencial del medio de los comix: que los artistas tengan el derecho de percibir un beneficio directamente proporcional al éxito financiero de su trabajo.
También mantenemos el copyright de nuestra obra publicada, así como los originales. Trabajamos a nuestro propio ritmo particular. Algunos títulos aparecen cada tres o cuatro semanas, y otros lleva todo un año prepararlos. Creemos que es mejor pasarse todo un año produciendo una gema en lugar de tener que hacer frente a las fechas de entrega para producir un montón de mierda de forma regular.

No reconocemos una autoridad editorial superior que la de nuestro propio juicio particular. Los comix han evolucionado como la matriz de un fermento artístico basándose en ideas que han ido alimentándose entre ellas, por lo que han sido capaces de sugerir otras formas más efectivas de representar escenarios particulares, etcétera. Los comix van emergiendo lentamente, y solo cuando las obras están completamente terminadas, el editor podrá hacerse cargo del producto. Esto no está sujeto a sus gustos ni a su aceptación. En los raros casos que no se ha querido hacer de esta forma, siempre ha habido otro editor dispuesto a hacerse cargo.

Creemos (y en este punto nuestros editores también lo hacen) que es labor de los artistas saber lo que quieren decir y que saben la mejor forma de hacerlo. Por otro lado, puede que el editor también se capaz de dibujar la tira él mismo. Esto lo entienden todos, aunque también se debería poder aplicar en el caso de los editores de la industria mainstream.
Desafortunadamente, la realidad es bastante diferente. La industria mainstream no trabaja CON sus artistas. No está interesada en el crecimiento personal ni en la individualidad artística. De hecho, teme ese crecimiento, porque supondría una amenaza a su propia posición de poder. En consecuencia, la industria ha hecho todo lo posible por asegurarse de que todos esos artistas sean unidades intercambiables que pueden mover de un personaje a otro, de un título a otro, sin que exista una diferencia apreciable entre ellos, basándose en los mandatos de las respectivas fechas de entrega.

Por alguna extraña razón la industria ha decidido que no tiene interés en potenciar la diferencia entre sus dibujantes de cómic. Está claro que la mejor forma de mantener la vitalidad y las ventas, y quizá la única forma de que los dibujantes sigan sanos y tengan autoestima, es haciendo justo todo lo contrario: permitir al artista que persiga libremente sus propias inclinaciones naturales y sus aspiraciones. ¿Y qué hay sobre las actitudes de los propios artistas del “establishment”? ¿Podemos aceptarlas porque así continúan ganándose diariamente el pan trabajando en la industria, ratificando necesariamente su situación laboral como la mejor de todas las estructuras posibles? Me parece que no. Irónicamente, los artistas que “acatan las normas” pero que se enorgullecen de su trabajo y se toman más tiempo para realizarlo, parecen sufrir más que los dibujantes que no hacen más que un trabajo pasable, por lo que no parece este el mejor sistema de incentivos para promocionar la excelencia. Resulta indudable que al igual que a cualquier otro trabajador asalariado, a los historietistas de este país se les ha animado a pensar en sí mismos como “profesionales”: que cumplan con sus fechas de entrega y que no se hagan muchas preguntas o demuestren demasiada iniciativa. 

Mientras que esta forma de pensar no tiene demasiado que ver con la idea histórica sobre el temperamento artístico, sus ventajas para la industria son indudables.

(Continuará)

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...