martes, 31 de mayo de 2022

EMBUSTES, POR GRANT MORRISON /11

Columna para Speakeasy nº 111 (1990), traducción: Frog2000. 

MAGICKAS DECLARACIONES DE GRANT MORRISON 

Sometiéndome a una intensa presión, he decidido que esta y las siguientes columnas de EMBUSTES deberían ir acompañadas de una fotografía de mi persona haciendo algo comprometido. Esta en particular la tomó un paparazzi con instinto de sabueso que me pilló desprevenido "practicando" en el santuario de mi hogar. Con suerte, la inclusión de este retrato pondrá fin a las solicitudes irreproducibles que me llegan en cascada a través de myletterbox.

Escribo todas estas ironías que no le importan a nadie a toda prisa antes de mi inminente eliminación o 'adaptación' a mi siguiente piso. El viejo y querido lugar nos ha servido admirablemente a Judy, a los gatos y a mí estos últimos cuatro años, pero ahora está en un estado terminal y necesita que lo reparen.

Lo que me lleva al primer tema del que quería hablar:

VAYA HISTORIA

Tras el éxito obtenido con The New Adventures of Hitler, he decidido proponer a la revista Crisis otra idea fabulosa.

No sé lo que tendrá el mes de julio, pero siempre consigue que me preocupe por el medio ambiente y los prejuicios, y también por el hecho de que parece que nunca he vuelto a comprar sellos de Correos, ¡y más desde que han empezado a venderlos! El otro día, mientras estaba afuera quemándome bajo un sol abrasador, se me ocurrió que alguien debería agitar una vara en nombre de una minoría amargamente oprimida y ridiculizada, un grupo de personas cuyas vidas han sido destruidas por los prejuicios y la intolerancia. Por supuesto, hablo de todas esas estrellas radiantes de los escenarios, de la pantalla, y no nos olvidemos, de la radio, que participaban en los minstrels en negro y blanco. Hubo un tiempo en los que dichos minstrels aparecían en la tele todas las noches de la semana, pero ¿dónde están ahora? Discriminados por ambos bandos. Son las víctimas de una cruel campaña de discriminación. No más Camptown Races, no más disfraces de Quality Street ni cálidos pasos de baile. Si nos ponemos a calcular la escala de esta ligera y cruel tragedia del entretenimiento puede que sus repercusiones nos parezcan increíbles. Por supuesto, nunca confiaría en alguien como yo mismo para escribir una acusación tan importante sobre el privilegiado capitalismo occidental de posguerra. Afrontémoslo, ¿qué sabremos del sufrimiento que han tenido que soportar estos pobres? ¿Qué derecho tengo a hablar en su nombre? Sería una situación similar a la de esas personas que conducen coches y pontifican sobre el medio ambiente. No sería diferente de todos los ricos revolucionarios de salón, de clase media y media-alta que toman la iniciativa y hablan en nombre de los pobres, aunque parezcan extrañamente reacios a distribuir algo de su propia riqueza. En una palabra, sería un irremediable hipócrita sin esperanza. Algún otro, alguien más comprometido, tendrá que ponerse a realizar una exhaustiva investigación para contar una historia que tiene que ser contada. Especialmente ahora que la Tercera Guerra Mundial está a punto de terminar.

¿Alguna sugerencia?

¡CARAMBA, VAYA COINCIDENCIA!

¿Por qué? Justo el otro día estaba dando vueltas por las afueras de Saxone esperando oler algún nuevo rumor, cuando apareció un colega con una copia de aquel viejo libro titulado Super-Folks de Robert Mayer encima.

Había oído hablar de él pero no lo había visto. Así que me fui para casa y enterré mi nariz dentro de las páginas de este tesoro de saldo.

¿Y cómo fue la lectura? Da comienzo con aquella brillante cita de Friedrich Nietzsche: "Yo os enseñaré al superhombre: es este relámpago, es esta locura". 

¡Y entonces arranca de verdad! 

Todo trata sobre un hombre de mediana edad que siempre ha querido ser como Superman.

También sobre una extraña conspiración que involucra a varias corporaciones de extraños nombres. Y una burbujeante trama para asesinar a este tío al estilo Superman que desata horrores desconocidos en el mundo. Tenemos a otro personaje de mediana edad en una casa de reposo que ha jurado no volver a decir la palabra mágica que lo transforma en Capitán Mantra. Hay un Capitán Mantra Junior corrupto y demoníaco, y muchas otras cosas acerca de lo que ocurriría si los superhéroes fuesen verdaderamente reales. Al final, el villano resulta ser un diablillo de la quinta dimensión llamado Pxyzsyzgy, que ha decidido convertirse en absolutamente malvado en vez de ser simplemente travieso. Permíteme decirlo, pero es un libro visionario y también sería un gran cómic.

O incluso tres grandes cómics. Si hubiese leído este libro en 1978, habría hecho algo con mi vida que hubiese tenido sentido, y habría obviado todas esas cosas de Batman pomposas y pretenciosas que me han convertido en el hazmerreír de todo el mundo. Oh, bueno, no importa, hay más libros en las estanterías para repasar.

ESE MORDISCO DEL FINAL

De repente, sufro un terrible dolor de cabeza. Es uno de esos desagradables dolores de cabeza por despecho, y no tengo a nadie más que a mí mismo a quien culpar. Este mes me he excedido con la forma de ingenio más baja de todas y ha llegado la hora de pasar página.

¿O no?

¡El adorable tío con mocho de los cómics!

miércoles, 4 de mayo de 2022

EMBUSTES, POR GRANT MORRISON /10

Columna para Speakeasy nº 110 (1990), traducción: Frog2000. 

UN MES DESPUÉS, EN LA VIDA DE GRANT MORRISON

Para empezar, creo que debería aportar mi opinión personal acerca del tema del Poll Tax. En el Speakeasy del mes pasado se publicó una carta de Paul Buck donde esbozaba una nueva manera de ayudar a los dibujantes a recuperar los impuestos que habían pagado relacionados con el Poll Tax. El propio Paul lo explicaba mucho más lúcidamente de lo que yo podría esperar: el concepto básico consistía en incorporar cheques dibujados en las páginas de los cómics. La idea era que esto obligaría a los bancos a devolver los dibujos artísticos/ cheques que luego el artista podría vender y, al hacerlo, recuperar el dinero que había pagado por el Poll Tax. Ciertamente me parece una idea interesante, aunque terriblemente enrevesada, por lo que no estoy muy seguro de que pueda funcionar. Si los dibujantes de cómics se toman en serio el consejo de Paul Buck, pronto veremos cheques elaborados astutamente en los fondos de Hellblazer y Deadline, y en Dios sabe qué más.

No hay duda de que esta medida podría lograr que una buena cantidad de cómics fuesen mucho más interesantes de lo que lo son hoy, y también es el tipo de invención que haría sonreír a Andy Warhol desde el cielo, pero tampoco hay que esforzarse demasiado para imaginar lo terriblemente cansado que se puede volver el asunto después de, más o menos, la primera docena de páginas. Y no es que ayude gran cosa a los guionistas.

Sin embargo, como es mi costumbre, le he dado muchas vueltas y creo que hay una forma mucho más fácil de derrocar las tasas del Poll Tax.

No las pagues.

Es tan simple como eso. La verdad, en Escocia ya lleva más de un año en vigor y una cantidad de personas inmensa se han negado a pagar un solo centavo. Ya ha pasado un año y el sistema se ha visto tan afectado que nadie ha tenido que enfrentarse aún ni a procesos penales ni a la incautación de bienes. Si esta forma completamente pacífica de desobediencia civil se practica en una escala lo suficientemente grande, la recaudación del impuesto se volverá imposible y aceleraremos el feliz día en que el Poll Tax dejará de existir en cualquier forma reconocible.

Simplemente di no.

DON´T BELIEVE THE HYPE

Una de las cosas más enojosas de escribir una columna como esta es que, por lo general, hay temas de los que realmente no puedo hablar. Verás, los que más me hacen enfadar son los que tienen que ver con mi propio trabajo, porque no sería honesto escribir cada mes en Speakeasy para quejarme y lamentarme sobre mis cosas (ja, ja). Dicho eso, y dado que nadie más parece estar preparado para saltar al cuadrilátero en mi nombre, he de desenterrar el tema del jodido Arkham Asylum por última vez. Esta es mi fiesta y me quejo cuando quiero, así que ten algo de paciencia conmigo o vuelve la página y sigue adelante.

Puede que la idea de que Arkham Asylum haya sido votado como el Mejor Álbum Gráfico del año me provoque la risa histérica, pero haré una excepción y hablaré de él por el simple hecho de que también ha sido tildado de Mayor Hype de todos. Como si yo no hubiese sufrido lo suficiente sin que este vicioso y criminal ente se extendiese por todo el mundo como la cuajada de limón... Tampoco es que me importe tanto eso de ¡es que Arkham Asylum se ha promocionado a tope!, aunque meditar en un revés a la verdad tan sobrenatural hace que mi presión arterial se dispare y la gasa de la herida se humedezca.

Si no entiendes por dónde voy, échale un vistazo a los Speakeasy del último año (eso es, si es que no los has arrojado al incinerador. Yo tiendo a guardar estas cosas porque Valerie Singleton me comentó una vez que están muy bien para poder utilizarlos para fabricar máscaras de la muerte Vudú de papel maché, ¡un regalo de Navidad estupendo para tu pariente más joven!) Si revisas los números, verás un montón de artículos publicitarios de 3 y 4 páginas sobre, entre otros, Revolver, Big Numbers, The Spiral Cage, Viz, etc. Me parece justo: es una de las funciones de la revista. Lo que no vas a encontrar es ningún artículo importante sobre A de Antipasti Asylum. De hecho, la publicidad previa de Arkham Asylum en esta revista equivale a una entrevista de una página, que es lo único que ha aparecido durante todo un año antes de la publicación de la obra. Además, también saltó hasta la sección de noticias cuando se canceló brevemente... y de nuevo cuando estaba a punto de ser lanzada.

Por otro lado, doctor Finlay, tampoco se imprimieron pósteres del pre-lanzamiento de Arkham. Sí que se pudo conseguir una especie de flyer promocional a todo color (como los que se prepararon para Orquídea Negra, Digital Justice y otros proyectos de DC). Así que no sé de dónde vendrá eso de "todo el hype que se le ha dado a este tomo".

El motivo para todo el secretismo que ha rodeado a la obra ha sido que DC recibió instrucciones de su monolítica empresa matriz para restar importancia a su publicación, porque podía interferir con la imagen de la película del millón de dólares de dicha compañía. De hecho, Warner Brothers insistió en que había que retirar el anuncio de Arkham del New York Times y de las listas de más vendidos de otros periódicos, porque podían alertar a los lectores de que había una obra de Batman sin relación con la película.

No sólo eso, sino que Titan Books jodió toda la promoción de la edición en tapa dura y más aún de la de bolsillo, que escapó hace poco como una crisis de terror nocturna para terminar desvaneciéndose en el aire.

¿Hype publicitario? ¡El azar funciona mucho mejor!

Disculpa mientras hago una pausa para limpiarme el ceño enfurecido, y si te apetece, échale un vistazo a mi sentido del humor otra vez.

No. No lo podrás encontrar por ningún lado. Más suerte el mes que viene, ¿eh?

Firmado: el nuevo Mark Millar.

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...