martes, 24 de noviembre de 2009

ENTREVISTA A GRANT MORRISON EN SUICIDE GIRLS

Entrevista a Grant Morrison en Suicide Girls por Daniel Robert Epstein (Marzo de 2005). Traducida por Frog2000.

Grant Morrison es un nombre muy conocido en Suicide Girls. De hecho, la gente me ha estado chinchando durante años para que consiga una entrevista para la página. Bueno, pues lo he hecho y le he preguntado sobre lo que más me interesaba. Estuvimos hablando sobre drogas, cómics como su nuevo título para DC “Seven Soldiers”, algo de sexo y sobre ir a la escuela para tomar zumo de naranja.

Daniel Robert Epstein: Hey Grant, ¿te has tomado hoy un descanso del trabajo?

Grant Morrison: ¡Me gustaría poder tomarme un descanso! Ahora mismo estoy acabando mi novela "the IF" porque ya me he pasado de la fecha límite. También estoy haciendo este cómic de “Shining Knight” para DC, así que no tengo demasiado tiempo libre.

DRE: ¿“the IF” es una novela completa?

GM: Hasta el momento tiene 320 páginas y ya me encuentro algo más cerca de la fase de edición. Me ha dado mucho trabajo y tengo muchas ganas de descansar.

DRE: ¿De qué va la novela?

GM: Trata sobre un ex-soldado de las fuerzas especiales SAS al que secuestran y obligan a escribir el manifiesto de un grupo terrorista. El grupo terrorista está formado por adolescentes que dicen provenir del espacio exterior [risas]. Es un poco como una mezcla de “El Pueblo de los Malditos” y “La Naranja Mecánica” y la idea básica era hablar sobre lo que podría ocurrir si los niños decidieran declararle la guerra a los adultos. El héroe tiene que escribir el relato de lo que sucede y yo tengo que escribir sobre lo que él escribe.

DRE: ¿La trama de la novela es totalmente lineal o se parece más a tu trabajo en los cómics?

GM: Conceptualmente es agradablemente más directa y la trama es la misma que la de un simple thriller, pero dentro de esa idea hay espacio para un montón de cosas raras y echo un vistazo al mundo de la misma forma diferente en que lo mirarían los ojos de unos jóvenes sobrenaturales.
DRE: ¿Es tu nuevo cómic de DC, ”Seven Soldiers” una miniserie que se cruza con otras?

GM: Es un concepto un poco diferente. He decidido llamar megaserie al evento, porque nadie había hecho antes nada parecido, así que le puse ese nombre tan tonto. He guionizado siete miniseries de cuatro números mensuales cada una protagonizadas por un montón de superhéroes de serie B que he cogido del fondo de catálogo de DC Comics. Se parece a uno de esos “reality-shows” en los que ciertas personas que quieren disponer de sus quince minutos de fama tienen la oportunidad de demostrar al mundo lo que saben hacer. Así que tenemos siete personajes y cada personaje dispone de cuatro números en los que cuentan una historia muy distinta y en los que se presentan al público como si fuese la primera vez. Cada uno de los cuatro números también son autónomos, porque quería intentar hacer una historia completamente modular. Si los lees todos juntos se parecerá a una película de Robert Altman. Cada uno de ellos está conectado con el resto, y lo que ocurre en la serie de Mister Miracle, por ejemplo, podría repercutir seis meses después en la serie de Shining Knight. Ha acabado siendo algo parecido a siete personas que tienen que salvar el mundo sin encontrarse unos con otros en ningún momento. Y a diferencia de los superhéroes tradicionales, estos personajes son bastante reticentes a trabajar en equipo (son artistas, supervivientes de accidentes o exiliados con habilidades especiales que se encuentran en una situación en la que se ven obligados a utilizar todos sus recursos para poder superarla.)


Es un equipo de superhéroes puramente conceptual, y básicamente he hecho un montón de cosas con algunos títulos realmente oscuros de DC que creía que tenían el suficiente potencial para ser investigados, actualizados y recargados de nueva energía. No puedes hacer demasiados esfuerzos por intentar cambiar a Superman, Batman o a cualquiera de los personajes icónicos. Pero me parecía que todos los héroes que aparecen en los Siete Soldados eran muy poderosos y adaptables, y que nadie les había vuelto a dar una oportunidad desde que habían sido creados. Se me han ocurrido algunas ideas bastante interesantes para convertir estas series en franquicias de la Warner Bros. Hemos visto ya muchos cómics convertidos en películas y programas de televisión, así que quería coger algunos personajes olvidados y pulirlos hasta convertirlos en propiedades de primer orden para los amos de mi empresa.
DRE: ¿La serie ha sido idea totalmente tuya o fue DC quien te sugirió que la hicieses?

GM: Fue idea mía. DC quería que hiciese a Superman, algo a lo que también he accedido, pero Seven Soldiers era mi propio juguete. Estaba terminando mi larga etapa en Nuevos X-Men, que ha sido una experiencia interesante pero muy restrictiva, porque ya se han hecho muchas cosas con el concepto antes y los aficionados tienen muchas ideas acerca de cómo deberían ser los X-Men. Resulta muy difícil retorcerlos o innovar en la serie sin ofender a alguien. Y cualquier cambio de estilo que realice en una serie siempre será revertido o dado la vuelta, porque los que tienen las licencias demandarán los trajes típicos o un retorno a los valores tradicionales, o lo que sea. Así que en mi opinión, marcharme de la propiedad más grande del mundo del cómic y volver a jugar en salas más pequeñas ha sido una buena forma de regresar a un lugar donde poder probar algunas ideas nuevas. Tan sólo quería hacer algunas locuras [risas]. Y no podía hacerlas con los personajes icónicos más grandes así que he tenido que coger a los perdedores que ya no le importaban a nadie, porque así tienes mucha más libertad creativa y se pueden empujar más los límites.

TR: No suena demasiado diferente a lo que hiciste con Animal Man, pero espero que sea algo más sencillo que lo que pudimos leer en esa serie.

GM: Será como Animal Man, en el sentido de que he tenido la idea de renovar a cada personaje muy seriamente y he pensado mucho en estos personajes y su importancia desde una óptica actual. No hay ninguna de las cosas meta-textuales de tripi que aparecían en Animal Man, pero es una buena historia acerca de los que están a nivel de la calle, y en las series hablo sobre los orígenes de las super-personas y de cómo podrían salir adelante. Trata sobre aquellos que no tienen mansiones o una base secreta en la luna. 


La mayoría de las historias están situadas en la versión de Nueva York del Universo DC. Muchas historias de Marvel Comics trancurren en Nueva York, pero rara vez hemos visto a esa ciudad en el Universo DC. Normalmente las historias tienen lugar en Gotham City, Metrópolis, Star City o algún otro lugar parecido. El Nueva York de los “Siete Soldados” es conocido como "La Ciudad Cenicienta" porque tiene dos "hermanas feas” a cada lado, la amenazante Gotham City de Batman y la futurista Metropolis de Superman. Lo que hemos hecho para que el lugar sea aún más inconfundible ha sido terminar de construir todos los grandes proyectos de arquitectura de Nueva York que nunca se han completado en la realidad. Así que tenemos la enorme localización de Chinatown con su Plaza de Confucio, que fue una idea que se propuso una vez y que nunca se llegó a realizar. También hay un hotel impresionante que continúa las propuestas del mismísimo Gaudí y que en nuestra ciudad de ficción se yergue orgullosamente. Luego tenemos el concepto diseñado para Ellis Island por Frank Lloyd Wright, que era un asombroso domo futurista y que presentamos como la guarida del “Guardian” en el tercer número. Y además aparece el Expreso de Manhattan Central que, de nuevo, tampoco llegó a construirse nunca, pero que atraviesa directamente este Nueva York ficticio. Para estas series quería crear un mundo tan textual y táctil que fuese casi como una realidad virtual. El escenario me parece muy importante.
DRE: ¿Sueles viajar a Nueva York?

GM: He estado allí un montón de veces como turista. No hace mucho he estado en Rhinebeck, Nueva York.

DRE: Acabo de recibir The Filth y el segundo tomo de Doom Patrol.

GM: Ah, bien, cuando se publicó todo el mundo odiaba The Filth, pero ahora la gente parece estar entendiéndolo. Ha sido uno de mis tomos más vendidos.

DRE: Parece que algunas series llegan a la audiencia adecuada solo cuando son recopiladas.

GM: Sí y pienso que con Seaguy pasará lo mismo. Parece que algunos tienen algún problema en comprarla mensualmente, pero la serialización es la base más importante para que las colecciones funcionen.

DRE: ¿Alguna vez has pensado en hacer series que no salgan de forma mensual, por lo menos series del mismo estilo que The Filth?

GM: Pregunté si podía hacer algo parecido con Seaguy y We3. Queríamos sacar unos libros de 96 páginas con el tamaño de los Manga, pero DC no quiso escucharme. Lo que decidieron fue sacar la historia como números sueltos para el mercado de comic-book, lo que está muy bien porque son los fans del comic-book los que se encuentran en la primera línea de este hobby y resulta provechoso dejar que sean los primeros en catar el nuevo material. Me gusta el tamaño de los Manga porque prefiero que el material nuevo llegue a un público más joven y eso es lo que parece que está triunfando ahora. El mercado tradicional de la tienda de cómics es cada vez más adulto y conservador, así que puede ser muy difícil poner en marcha nuevos personajes o historias en ese campo.
DRE: Para prepararme para la entrevista me leí The Filth y el segundo tomo de Doom Patrol de una sentada. No sé si le recomendaría a cualquiera hacer lo mismo.

GM: Doom Patrol puede hacerte sonreír y The Filth deprimirte. ¿O era al revés? Son excitantes y calmantes. Te sentarán bien si haces malabarismos con ambos.

DRE: Has hablado abiertamente sobre tu uso de las drogas a lo largo de todos estos años. Hace tiempo tuve un profesor que también era cura y nos argumentó lo que pensaba sobre las drogas. Decía que los mismos sentimientos que puedes experimentar con ellas los puedes conseguir de forma natural a través de la meditación.

GM: Eso no es cierto, pero entiendo lo que quería deciros. Teóricamente puedes recrear todos los estados de la conciencia tan solo pensando en ellos, pero lo he intentado tanto con las drogas como con la meditación y a veces con ambos al mismo tiempo y no lo tengo tan claro. Es como si dijeses que puedes recrear el sentimiento de la Cena de Acción de Gracias usando la meditación. Quizá pudieses hacerlo, pero ¿sería lo mismo? La meditación puede llevarte a algunos lugares donde también pueden hacerlo las drogas, pero no creo que la meditación pueda reproducir una experiencia de ácido o un colocón con setas o un viaje de DMT, ni siquiera sería demasiado útil si lo hiciese. No creo que se pueda reproducir algo parecido a la experiencia con el éxtasis. Los que reclaman que son capaces de recrear todos esos estados conseguidos con las drogas a través de la meditación, seguramente no estarán demasiado familiarizados con las mismas, porque en realidad están siendo bastante ingenuos.

DRE: Acabas de mencionar tres drogas. Cuando escribiste Animal Man ¿utilizaste una droga en concreto, otra con Los Invisibles y así con el resto de series?

GM: Lo más extraño que me ocurrió es que me introduje más en la magia que en las drogas y comencé muy tarde mis experimentos psicodélicos como complemento de mi trabajo mágico. Me comí un poco de hachís cuando tenía 24 años y tomé algunos hongos con 28, pero por otra parte fui totalmente straight edge hasta que cumplí 31. ¡Estaba en una banda punk psicodélica donde no se bebía, no se fumaba ni se tomaban drogas! Sólo tomaba drogas cuando me sentía lo suficientemente fuerte emocionalmente como para lidiar con sus efectos y tenía buenas razones mágicas para hacerlo. Luego, en los 90 me uní al movimiento rave y conseguí pasar todos los días de la década totalmente destruido a base de alterar mi mente con sustancias, lo cuál debo admitir que me gustó muchísimo. Nunca estuve interesado en estimulantes como la cocaína y el speed, ya que no me parecían útiles o interesantes, pero me encantaban la drogas psicodélicas que podían retorcer mi cabeza, borrar mi nombre y dirección, abrir mi subconsciente y convertir mi cerebro en un superconductor, así que me drogué como un loco durante diez años, estudié los efectos y lo escribí todo, especialmente en The Invisibles y Flex Mentallo. Zenith, Animal Man y Arkham Asylum son bastante straight edge y Doom Patrol muestra la influencia de los hongos a lo largo del tiempo con todos esos números con telarañas, pero cuando los escribía estaba totalmente limpio. El trabajo de los 90 surgió de la cabina de un cohete impulsada por una montaña rusa de LSD, cannabis, hongos, DMT, 2CB, éxtasis y champán.

DRE: ¿Y ahora?

GM: The Filth son tranquilizantes.
DRE: ¿Te los tomaste específicamente para ver qué pasaba con la escritura de The Filth?

GM: En realidad no me los tomé. Estaba saliendo del subidón que había supuesto la década de los 90 y eso es todo lo que se puede encontrar en sus páginas. El nuevo material está inspirado por la música y la naturaleza, pero supongo que parecerá mucho más trabajado. Se parece a intentar hacer The White Album después del Sergeant Pepper y Yellow Submarine.

DRE: La gente quiere que haga este tipo de preguntas.

GM: Es mejor saber toda la verdad porque la gente tiene un montón de ideas extrañas sobre cómo ocupo mi tiempo.

DRE: He leído mucho sobre cuán personales y autobiográficos fueron los Invisibles para ti. No he visto los guiones pero ¿alguna vez has incluido hechos autobiográficos en ellos?

GM: Francamente no. Ahora estoy escribiendo un libro titulado Pop Mag!c en el que de alguna forma hablo de todas las cosas ocultas que he estado estudiando y el sistema mágico personal que he ido desarrollando a lo largo de todos estos años, por lo que sí que será bastante autobiográfico. Al contrario, en los cómics intento darle la vuelta a los acontecimientos que ocurren en mi propia vida, algo que se puede ver en el material simbólico que plaga mis historias. Todo mi material autobiográfico termina en mi trabajo: cuando me siento deprimido, llamo a la depresión algo así como “Primordial Annihilator” y envío a la Liga de la Justicia para que le patee el culo. Los Invisibles fueron sobre todo hechos y acontecimientos que ocurrieron en mi propia vida. Puede que de aquella vez que estuve sobre una colina sagrada de Nuevo México tomando ácido con un hombre-medicina y todo eso. De hecho, todo el diálogo de esa escena se basa en las grabaciones que hice de las conversaciones que había mantenido en esa colina con mis amigos. Ha habido un montón de cosas que se han ido directas a la serie, como cuando visité a Ladakh o Ulruru, o los clubes de sexo de San Francisco.

DRE: ¿Preferirías hacer menos cómics y hacer en su lugar otro tipo de material?

GM: No me importaría, pero en 2004 escribí entre otras cosas una novela, un guión para DreamWorks y algo así como 40 cómics. Sería agradable disponer de todo un año en el que sólo tuviese que hacer un proyecto importante para tener más tiempo para crear música o viajar y pasar el rato con los amigos. Todavía me encantan los cómics y creo que no puedo dejar de volver a ellos, pero no creo que quisiera escribir de nuevo una serie mensual de larga duración. Aunque otras veces ya he dicho lo mismo y he terminado haciéndolo.

TR: ¿Sobre qué trata el guión para DreamWorks?

GM: Es una película sobre Halloween titulada "Sleepless Knights".
DRE: He leído que algunas veces has escrito algunas escenas en Los Invisibles que luego te han sucedido realmente.

GM: Me enfrasqué tanto en la serie que estuve ideando efectos vudú holográficos y me di cuenta de que podía hacer que algo ocurriese en la realidad tan solo escribiendo sobre ello. Al final del primer volumen dejé al personaje de King Mob en una situación en la que le estaban torturando y en la que hablaba sobre unas bacterias que le estaban devorando la cara, y pocos meses después mi propio rostro estaba carcomido por una infección. Aún tengo la cicatriz. Es una cicatriz muy cool pero también me produce mucha angustia. Luego dejé al personaje muriéndose y a los pocos meses yo me estaba muriendo en el hospital por envenenamiento de la sangre y por una infección producida por la bacteria “staph aureus”. Como me estaba muriendo escribí que mi personaje no sufriese más problemas y de alguna forma pude sobrevivir. La escritura se convirtió en una forma de mantenerme con vida. Utilicé el texto como una medicina para poder librarme de los problemas. En cuanto salí del hospital hice que mi personaje disfrutase de una buena época y que se sintiese relajado y unos meses después yo estaba pasando por el mejor momento de mi vida.
TR: ¿Por qué te cautivan tanto los cómics?

GM: Son mágicos. Siempre me ha resultado fascinante que Superman sea mucho más mayor que yo y que sin embargo yo pueda llegar y escribir sus aventuras y añadirlas a la historia de su vida. Luego moriré y Superman seguirá adelante, y otras personas escribirán sus historias para mantenerlo con vida. Es más real de lo que lo soy yo, porque tiene una vida útil mucho más larga e influyente, de ahí que me guste tanto este concepto de lo "real" en el mundo 2-D de los cómics y lo que este puede enseñarnos a nuestros "verdaderos" mundos en 3-D con gente real. Realmente eso es lo que conectó tanto conmigo y me ayudó a lidiar con los grandes conceptos sobre el Universo, la vida y la muerte. Por eso me propuse “contactar” con ese mundo y conectar con sus pobladores. Es algo que veo como el eje central de mi magia. Los universos del cómic son mundos alternativos vivientes que respiran y que podemos visitar. Y si tenemos la suerte de ser guionistas de cómic vamos a poder interactuar directamente con sus habitantes y con los entornos en 2-D de esa dimensión. Yo quería viajar por esos mundos. Cuando estaba haciendo Los Invisibles, sencillamente se me ocurrió la idea de incluir un dibujo de mí mismo en un cómic, como ya hice en Animal Man. Quería tratar esa historia como una realidad verídica. Quería involucrarme realmente con el cómic, con la superficie de dos dimensiones del propio cómic y con ese punto donde la interfaz en 2-D se convierte en 3-D y luego se vuelve 4-D. Quería ver si podía intercambiar mi sitio con un personaje de cómic, así que empecé a parecerme a King Mob y empecé a vivir aventuras, de esa forma ya tenía cosas sobre las que escribir. No es que volase por encima de instalaciones militares o matase a terroristas japoneses, pero viajaba alrededor del mundo vestido con botas militares y vestido con cuero negro, haciendo magia y conociendo a todas esas chicas verdaderamente sorprendentes que, de hecho, se ponían cachondas con el espíritu de King Mob que se había encarnado en mi cuerpo.

DRE: ¿Te lanzarías ahora a realizar algo parecido a lo que hiciste en Los Invisibles?

GM: Lo haría otra vez porque no puedo evitarlo, pero últimamente no he hecho mucho más allá de estar sentado en mi habitación escribiendo, así que tengo que salir e intentarlo de nuevo. Me ocurrió lo mismo con The Filth, excepto que allí utilicé muchas de las cosas negativas de mi propia vida. Me gusta entregarme y sumergirme en el entorno del cómic. Es una experiencia que siempre me enseña algo importante.
TR: En los 80, Jim Valentino era un dibujante de cómics autobiográficos poco conocido. Cuando se reimprimió su obra autobiográfica durante los 90 reflexionaba acerca de que los superhéroes en los que trabajaba le parecían fantasías de poder adolescente, pero que tenía que hacerlos por razones fiscales. ¿Crees que es tu misma situación?

GM: Nunca he sentido que “tuviese” que escribir historias de superheroes en lugar de un material más serio. Para mí los superheroes funcionan muy bien y parecen ser capaces de expresar todas las cosas que necesito expresar. El superhéroe como metáfora puede ser muy profundo y significativo si quieres utilizarlo de esa forma. Todas las historias provienen de la propia experiencia y al menos dicen algo sobre de la condición humana gracias a su propia naturaleza. Todo depende del público. Creo que los cómics eran mucho más interesantes cuando se escribían para niños porque cuando la gente escribe para ellos se siente más libre y es menos auto-consciente. Ahora los cómics americanos tradicionales de superhéroes están escritos para un público más mayor. Creo que desde que los cómics de superhéroes están dirigidos a los adultos se han convertido en algo demasiado auto-consciente y son mucho menos visionarios. No sé por qué habrá pasado esto, pero los adultos deberían disfrutar de las cosas fantásticas mucho más que cualquier niño.

DRE: ¿Quién te gustaría que leyese los cómics de superhéroes que haces?

GM: Escribo para gente inteligente de 14 años porque tenía esa edad cuando me enganché a los cómics. Yo era un chico inteligente al que le gustaban el Warlock de Jim Starlin y el Dr. Extraño de Steve Englehart, porque a pesar de que escribían y dibujaban sobre cabezas que hacían ácidas cosas cósmicas y filosóficas, también eran cómics de acción al estilo soap-opera con monstruos y villanos que me nutrieron a varios niveles.
DRE: En tu prólogo al primer tomo de Doom Patrol mencionas que habías estado leyendo un libro, When Rabbit Howls, para tu investigación sobre el personaje de Crazy Jane. Eso es lo que me hizo leer ese libro. ¿Alguien más te ha dicho que le has inspirado a la hora de estudiar filosofía o alguno de los otros conceptos que has tocado?

GM: Ha habido algunas pocas personas. Doom Patrol fue muy popular y Steven Shapiro realizó un estudio posmoderno que está muy bien considerado titulado "Doom Patrols”, en el que hablaba mucho sobre la serie. También he recibido cartas de personas que sufrían de trastorno de personalidad múltiple y me decían que encontrar a un personaje como Crazy Jane les había ayudado mucho a la hora de relacionarse. ¡A menudo comentaban que les gustaría que todas sus personalidades múltiples comprasen una copia del cómic y así harían aumentar las ventas!

DRE: No sé con qué frecuencia te leerás tu antiguo trabajo, pero ¿qué recuerdos te trae cuando lo haces?

GM: Cuando lo hago, a menudo me hace sentir de forma muy parecida a como si estuviese leyendo algo que nunca había leído antes. Cuanto más viejo te haces, las cosas del principio se convierten en una comprensión retrospectiva de lo que has escrito a lo largo de tu carrera. Acabo de recibir el segundo tomo de Doom Patrol y creo que es estupendo. Por lo general, tan pronto como termino de trabajar en algo comienzo a odiarlo seriamente, y eso incluye tanto a Los Invisibles como al resto de mis favoritos. Es una especie de depresión post-parto. Tengo que esperar un poco antes de poder mirarlo de nuevo, pero a continuación vuelvo a enamorarme de ello por razones diferentes.

DRE: ¿Cuánto tiempo de investigación sueles dedicarle a un proyecto?

GM: No demasiado, no suelo tener demasiado tiempo para ello. Siempre tengo encima alguna fecha de entrega. Concretamente, para Doom Patrol utilicé más lo que iba conociendo mientras estaba guionizando la serie en lugar de realizar una investigación especializada ex-profeso. Lo que escribía en las historias provenía de lo que estaba haciendo en el mundo real en ese momento. Yo tenía 28 años cuando empecé con Doom Patrol y hubo como una especie de explosión en mi interior relacionada con el arte y con el “realismo mágico” escrito por Calvino, Borges o Landolfi, con el surrealismo de la televisión postmoderna de artistas como David Lynch y Vic Reeves. Empecé a ver películas de Jan Svankmajer, conocí la obra de Thomas DeQuincey, Cocteau, Joyce, Anais Nin, Leonora Carrington, Maya Deren y otros parecidos. Cualquier nueva información que se introducía en mi cabeza, afectaba el sabor de las historias que estaba haciendo. Estaba devorando libros sobre Dadá, el Decadentismo, los Futuristas, Wyndham Lewis, Austin Spare, el Situacionismo y todos los sospechosos habituales de la época de la Doom Patrol, pero poco después dejé de leerlo todo.

DRE: ¿Dejaste de leer libros?

GM: Dejé de leer ficción alrededor de 1990. Después no he leído demasiada porque he estado muy ocupado haciendo cosas y escribiendo. Ni me molesto en leer libros, porque suelo saber qué es lo que va a pasar a la altura de la tercera página [risas]. Muchas personas siguen pensando que leo libros sobre ciberpunk o montones de obras de Philip K. Dick o lo que sea, pero no he tenido ningún interés en la ciencia ficción desde mi breve pero inspiradora obsesión adolescente con la generación “new wave” encarnada en Moorcock, Ballard y Ellison. No sé. Me gusta la poesía y prefiero la escritura experimental, no-lineal, automática o surrealista, aunque durante estos últimos días he estado leyendo algunos cómics y he visto películas en DVD para cubrir mi necesidad de consumir ficción.
DRE: Ya será agua pasada, pero ¿no crees que la controversia provocada por el hecho de que las películas de Matrix fuesen una copia de Los Invisibles fue muy exagerada?

GM: Al final todo es muy sencillo. Lo cierto es que al equipo que se ocupaba de los diseños para Matrix le enviaron colecciones de Los Invisibles y le sugirieron que la película debía parecerse a mi serie. Es algo que sido contrastado por algunas personas. Los hermanos Wachowski son creadores de cómics y
 coleccionistas, y eran fans de mi trabajo, por lo que no resulta nada sorprendente. Incluso me llamaron antes de hacer la primera película de Matrix y me preguntaron si me gustaría contribuir a su página web con alguna historia.

Entonces, que gran parte de Matrix fuese una copia de Los Invisibles viñeta a viñeta, plano a plano, imagen a imagen no es una “coincidencia” tan desconcertante, por lo que no debería haberse generado ninguna controversia. Los hermanos Wachowski robaron ideas de Los Invisibles y todos los que lo saben son muy conscientes de ello, pero por supuesto, es muy poco probable que vayan a decirlo alguna vez en público.

Por otro lado, el hecho de que la segunda y tercera parte se desviasen tanto del patrón filosófico de Los Invisibles me parece una verdadera lástima, porque se sumergieron sin remedio en la aburrida teología católica, algo que demuestra que no fueron ellos los “contactados”, ni vivieron las experiencias que me llevaron a realizar algo como Los Invisibles, y eso arroja tanto a “Reloaded” como a “Revolutions” contra los acantilados de la incomprensión absoluta. 

Deberían haber seguido usando el material que me robaron y tal vez así habrían conseguido algo de lo que poder estar orgullosos, unas películas que fuesen capaces de cambiar mentes, corazones y mundos. Me encanta la primera película de Matrix porque creo que es una auténtica obra de genio cinematográfico y resulta muy oportuna, pero he hablado con varias de las personas que trabajaron en The Matrix y todas me han confirmado que les entregaron los cómics de los Invisibles como referencia. Es un hecho. Ahora ya no estoy tan enfadado, aunque al mismo tiempo sí que lo sigo estando, porque ellos ganaron millones con algo que básicamente es una fotocopia de mi trabajo, y honestamente, sería más feliz con un solo millón de lo que ganaron, así no tendría que trabajar trece horas cada puto día, incluyendo los fines de semana.

Al final me alegré mucho de que esparciesen mis ideas por todos lados, pero también estoy muy decepcionado de que lo hiciesen tan mal y distorsionaran todos los aspectos gnósticos trascendentales que hicieron que la primera película fuese algo tan pavoroso y potente. Si hubiesen sido más perspicaces, se habrían hecho amigos míos en vez de cabrearme. Porque parecen buenos chicos.
DRE: Este mismo año se acaba de editar el tomo de Sebastian O, pero todavía no he podido leerlo.

GM: ¡También tiene un toque en plan Matrix! Seguramente sea uno de esas series que hace que la gente piense que me gusta el cyberpunk, o el steampunk o lo que sea. Sebastian O surgió porque yo estaba leyendo un montón de cosas de autores decadentistas y de gente como Oscar Wilde y Baudelaire. Pensé que sería divertido crear a un personaje en plan Oscar Wilde e introducirlo en una época victoriana futurista con ordenadores. Los autores decadentes estaban obsesionados con el artificio y les impregnaba un gran odio hacia la pegajosa y viscosa Naturaleza, así que pensé que las ideas sobre la realidad virtual que estaban haciendo aparición mientras estaba escribiendo la serie casarían perfectamente. Yo veía la realidad virtual como el sueño hecho realidad de los decadentistas: un mundo donde todo el mundo puede ser sintético, artificial y lucir una belleza perfecta.

DRE: ¿Te gustaría intentar vivir en un mundo parecido?

GM: Me gustaría llevar su misma ropa, pero no quiero ser Sebastian. No creo que practique demasiado sexo, y si lo tuviese, sería un poco de color de rosa.
DRE: Como has dicho antes, las series prosiguen su rumbo incluso después de que cualquier guionista o dibujante haya dejado de trabajar en ellas, ¿qué opinas de que Joss Whedon haya vestido de nuevo a los X-Men con sus antiguos trajes?

GM: Joss Whedon está haciendo un buen trabajo, pero el vestuario cambia cada par de años sin que haya que tenerlo demasiado en cuenta. Sé que la decisión de volver a un aspecto más antiguo con spandex se ha llevado a cabo por culpa de los que han comprado los derechos a Marvel, porque creían que el aspecto “urbano” de color negro y amarillo no quedaba demasiado bien en las tarteras escolares o en las pantallas de los videojuegos. Querían que fuese más brillante y colorido. Básicamente querían un Lobezno amarillo. Si me hubiese quedado en la serie tendría que haber escrito algún argumento acerca de su cambio de vestuario. También he de decir que los nuevos trajes parecen bastante
 retro.

DRE: Me gusta el diseño de
 John Cassaday.

GM: Cassaday está haciendo un buen trabajo. Pleno de aciertos.

DRE: ¿Qué religión profesas?

GM: Ninguna [se ríe]. Mi padre era ateo y mi madre católica no practicante, así que no entendía nada. Vivo en Glasgow, que es una ciudad que se encuentra desgarrada por la violencia sectaria, pero de alguna manera, en mi ingenuidad, crecí sin poder comprender ninguna de las supuestas diferencias entre protestantes y católicos. Fui a la escuela con baptistas, ateos, judíos, sikhs, hindúes y musulmanes, mientras que algunos de mis amigos fueron a una escuela segregada que sólo aceptaba a "católicos". Nunca me pregunté cuál sería el motivo y no tenía ni idea de que estaba viendo la intolerancia y el separatismo en directo. Solía acudir a la escuela dominical, pero era por el zumo de naranja gratis que daban allí.
DRE: He leído en alguna parte que habías sufrido una adolescencia miserable.

GM: Mi niñez fue genial, pero luego mi adolescencia fue horrible. Me aislaba de la gente. Fui a una escuela solo para chicos y fue un gran error, porque yo no era gay. La odiaba porque no sabía nada de chicas, y mi madre, mi hermana y yo estuvimos viviendo en una pequeña casa que estaba encima de un supermercado durante más años de lo que me parece saludable para un hombre joven. Me sentaba y leía cómics y escuchaba discos, todos del estilo de Morrissey, durante todo el santo día hasta que tuve 19 años y formé un grupo y empecé a salir fuera. Por otro lado, supongo que si yo no hubiese padecido esa intensa época tan horrible, no estaría escribiendo para ganarme la vida a día de hoy. Hacer cómics me ayudó a sobrellevar mis años de adolescencia y me impuso una disciplina que frenase mis energías rebeldes que ha funcionado de una manera muy eficaz.

DRE: ¿Qué es lo siguiente que vas a hacer después de terminar la novela?

GM: Quiero acabar Pop Mag!c y luego probablemente haré más We3, que es el cómic con animales cibernéticos que acaba de salir. Algunas personas están interesadas en hacer una versión cinematográfica, así que me parece que si me dejan, yo soy quien escribiré el guión. Luego guionizaré doce números de Superman junto con Frank Quitely para la nueva línea de DC llamada “All-Star”.

DRE: ¿Te gustaría dirigir películas?

GM: No, no podría hacerlo. Odio decirle a la gente lo que tiene que hacer.

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Entrevista realizada por Daniel Robert Epstein (nombre en Suicide Girls: AndersWolleck)

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