Entrevista con Pete Shore y Chris Spencer realizada por Jordan Mamone para Please Kill Me, 2021. Traducción: Frog2000.
Unsane, el poderoso trío de noise-rock, creó música directamente salida del abismo del Nueva York de finales de la década de los ochenta y principios de los noventa. Cuando el grupo grabó su debut "Improvised Munitions", la ciudad sufría los últimos estertores de decadencia antes del aburguesamiento de Giuliani. El disco nunca llegó a aparecer por culpa del hundimiento del sello y porque que su fundador había desaparecido. La banda continuó como tal durante la década de los noventa, acumulando un gran número de devotos seguidores a nivel internacional, pero durante mucho tiempo se pensó que este álbum se había perdido para siempre. Su hallazgo casual en una tienda de discos lo cambió todo. Jordan N. Mamone retoma la historia a partir de ese punto para Please Kill Me.
Las décadas de los setenta y ochenta en la ciudad de Nueva York se han idealizado demasiado. Tampoco es que no se lo merezcan. Pero con mucha frecuencia, los cronistas casuales saltan de un retrato idealizado de la oscuridad de la era de Koch a la época de la ley y el orden de Giuliani, ignorando la historia intermedia. A principios de los noventa, la ciudad ardía más brillante y sórdidamente de lo que la mayoría de la gente admitirá nunca. La tasa de homicidios alcanzó su punto álgido, el consumo de crack aumentó sin control, y los disturbios raciales se desataron en Crown Heights. Sin embargo, esto produjo fertilidad cultural entre la miseria gentrificada a fuego lento. El alquiler, la comida y los estudios de música a bajo precio favorecidos por la recesión significaban que los artistas y los músicos aún no necesitaban fondos millonarios o semanas de trabajo de 40 horas. A pesar de la inminente desinfección, Nueva York todavía parecía Nueva York.
Es en este entorno precario donde Unsane concibió "Improvised Munitions", programado como el debut del power-trío de noise-rock. Grabado en noviembre de 1989 para ser lanzado en el desventurado sello Circuit, el mini-álbum supuso un patrón abrasador. Los LPs posteriores de la banda para sellos con marca reconocible como Matador, Amphetamine Reptile y Alternative Tentacles, respectivamente, modificaron la receta, pero no encajaban tanto con la implacable abrasión de esta avalancha de siete canciones llenas de chirridos y discordantes guitarras, ritmos abruptos y voces repletas de distorsión y estática. Equivalente sónico de una película de Abel Ferrara, "Improvised Munitions" evoca perfectamente el tiempo y el lugar donde se había forjado.
Pero algo sórdido sucedió en el periplo de Unsane hacia la eminencia post-hardcore y pre-grunge: el turbio jefazo de Circuit, Ernie, empezó a ahogarse en un montón de nieve cocaínica y deudas. Llegaron a aparecer hasta tres test-pressing del disco, quizá más, pero la empresa y su fundador desaparecieron literalmente antes de empezar a fabricar más unidades. Nadie está seguro de si el pobre idiota cabreó al dealer equivocado o huyó apresuradamente del Estado. El inventario de Circuit, con referencias de Cop Shoot Cop, Surgery y Monster Magnet terminó por agotarse, y los planes futuros se quedaron en nada. La única evidencia del 12 pulgadas de Unsane fue una troika de copias de prueba que no estaban destinadas al consumo público. Y así ha sido hasta ahora.
Pero primero, permitidme desviarme por mis meandros personales hasta el año 1994. Rudolph Giuliani acababa de ser elegido alcalde, pero Times Square seguía apestando más con el ajetreo de los chulos y proxenetas que con émulos del Elmo más "funky". Yo estudiaba periodismo, era guitarrista, y vivía en el East Village de Manhattan, donde ocupaba una habitación sin ventanas por 400 dólares al mes. "Improvised Munitions" era simplemente un rumor entre coleccionistas. Su existencia era dudosa, o eso creía yo. Un día poco habitual que estaba pasando el rato en Stooz, una tienda de discos local, me fijé en una funda blanca de DJ genérica con una pegatina garabateada a mano. Las palabras “Test-pressing de Unsane no publicado” se intercalaban con un número de catálogo escrito a mano: CIRCUIT-006. Me quedé flipado. El precio de venta, quizá 30 dólares, parecía un poco elevado en aquel entonces, unos cuantos billetes de diez dólares te permitían un par de noches de libertinaje. Por supuesto, visto en retrospectiva fue un maldito robo. A pesar de mi admiración por los escalofriantes shows en directo de Unsane, particularmente los anteriores al fallecimiento en 1992 de su frenético batería Charlie Ondras, balbuceé y me quejé. Al final, la escasez manifiesta en el mercado de aquel objeto terminó por convencerme. Así que me llevé el premio a casa y lo coloqué con cuidado en el tocadiscos. ¡La hostia! El resultado fue muy provechoso.
A medida que pasaban las décadas, los fans de Unsane se enteraron de mi compra y ocasionalmente me empezaron a acosar online. En algún momento, me llegaron a ofrecer hasta 750 dólares por mi copia. Los rechacé. También rechacé las súplicas que me hicieron para que compartiese digitalmente las canciones, accediendo solo a grabarlas en casetes arcaicos para almas de confianza. Hace poco recibí un sorprendente mensaje de un chaval europeo para preguntarme si podía enviar mi información de contacto al cantante y guitarrista de Unsane, Chris Spencer. Claro, adelante. El líder del grupo pronto me envió un correo electrónico. Me dijo que estaba intentando en reeditar su obra a través de su propio sello Lamb Unlimited, y se preguntaba si seguía poseyendo la copia de prueba. Él no la tenía. ¿Podría su equipo de producción tomar prestada la mía, remasterizarla y presentar oficialmente "Improvised Munitions" al público? Tuve el honor de complacerlo, gratis.
Más de 30 años después desde que se archivara, el álbum debut perdido de Unsane finalmente está disponible, ampliado con cuatro extravagantes bonus de una demo de 1988. El resultado es espléndido. Estuve charlando sobre su extraña génesis con Spencer, quien ha regresado a la ciudad después de un largo descanso. Actualmente toca en Human Impact con ex miembros de Swans y Cop Shoot Cop. El bajista y vocalista intermitente Pete Shore, quien dejó Unsane en 1994, agregó su versión personal desde su residencia en Queens.
PKM: Sospechas que el test-pressing que me encontré era el tuyo. ¿Te importaría recapitular la historia?
Chris Spencer: Una noche estaba en el Pyramid Club, y apareció Ernie y me pasó una copia. Lo siguiente que supe es que simplemente desapareció del mapa. La tuve conmigo durante un tiempo, hasta que me fui a vivir a un sótano en [la zona de] Clinton y Stanton. Un absoluto agujero. Mis compañeros de piso y el resto consumían toneladas de drogas y todo el mundo se quedaba hecho polvo durante tres días. En mi habitación tenía escondidas todas mis mierdas, pero no había puerta. Un día me subí a la camioneta con Charlie y Pete y nos fuimos de gira. Volví y todo, todos mis vinilos, ya no estaban: entre ellos nuestro primer single y el test-pressing.
PKM: ¿Dejaste de vivir con esas personas que te habían robado tus cosas?
Chris Spencer: Un día se vino a la casa una chica de Minneapolis a la que conocía uno de mis compañeros de piso, que era de esa zona, así que ella se apoderó de nuestra sala de estar. Luego la secuestraron unos puertorriqueños a los que solía comprar drogas, y la ataron en una silla en una habitación, desnuda, durante tres días. Y finalmente la asesinaron. Me marché poco después. Era un ambiente muy negativo.
PKM: Por decirlo suavemente.
Chris Spencer: Teníamos de vecinos a unos traficantes de cocaína colombianos. Un día, llegué a casa y había sangre deslizándose por debajo de la puerta, junto a los cubos de basura. Simplemente las cosas se pusieron extrañamente, aterradoramente violentas.
PKM: La gente olvida lo intensos que fueron los primeros años noventa.
Chris Spencer: Absolutamente. Colas de gente calle abajo para comprar coca y droga en Attorney Street, Second Street, Avenida D. Era la vieja escuela de Nueva York. Podías beber cerveza en los conciertos si querías, en una bolsa de papel.
PKM: Pienso de nuevo en ese momento y me parece una locura. Pero en aquel entonces ni lo daba importancia.
Chris Spencer: Yo me decía: “¡Esto es increíble! Puedo hacer lo que quiera. Hay un montón de drogas por todas partes, puedo beber donde me plazca, nadie te molesta". Era genial.
Pete Shore: Fue un momento divertido, aterrador y muy inspirador. Soy un firme creyente de que los tiempos difíciles y las peleas generan mejor arte y mejor música. No quiero sonar cursi, pero nosotros, y muchas otras bandas de la época, éramos simplemente un reflejo de nuestro entorno.
PKM: ¿Alguna cosa particularmente jodida que hayas experimentado?
Pete Shore: Me robaron a punta de pistola en un islote en mitad del paso de tráfico en Houston [Street], entre las Avenidas A y B. Había coches por todas partes, alguien me puso una pistola en el estómago y me sentí tan indefenso como te puedas imaginar. Pero lo más perturbador que sufrí fue [en otra ocasión], cuando iba hacia mi apartamento: en la esquina de la calle 11 había un tipo sosteniéndose la barriga y con la sangre brotando por todos lados. Recuerdo que me acerqué a él, a ver si podía ayudarlo, y se volvió hacia mí, me miró directamente a los ojos y básicamente me amenazó y me dijo que siguiera mi camino. Y eso hice.
PKM: La cultura de las drogas en la época era muy bestia. ¿Te arrepientes?
Pete Shore: Definitivamente, consumir drogas me jodió muchas veces, pero cualquier arrepentimiento es en su mayoría un tormento personal. Si las cosas no hubiesen sucedido como lo hicieron, es posible que no tuviese la familia y los niños que atesoro y a los que amo. Sé que parece un cliché, pero cuando tocas fondo las veces suficientes, la única dirección es hacia arriba.
Chris Spencer: Yo lo superé sin problemas. Pete también. Todos nos escondíamos con nuestros amigos y fumábamos coca y nos inyectábamos drogas. Parecía extrañamente normal. Durante un puñado de años, fue una buena época. Luego Charlie Ondras se murió en el antiguo apartamento de Jon [Spencer, de Pussy Galore, Blues Explosion y Boss Hog] y [la cantante de Boss Hog] Cristina [Martinez], en la calle Eighth Street y la Avenida D, donde le dejaban quedarse a Charlie. Nos solíamos quedar a dormir sobre un pedazo de colchón de espuma, en un suelo lleno de cucarachas. En el vestíbulo, la gente vendía heroína desde las tres de la mañana hasta las 11. Los bares cerraban a las cuatro. Sencillamente Charlie pillaría algo de mierda en el vestíbulo, subiría las escaleras y se drogaría antes de irse a dormir.
Pete Shore: Charlie era un verdadero rockero y se quedaba despierto noches enteras, de fiesta. Supongo que su cuerpo estaría destrozado por estar toda la noche bebiendo, y la droga que pilló sería suficiente para empujarlo hasta el límite. A lo largo de los años siguientes, también perdimos a nuestro buen amigo Sean [McDonnell], [el cantante] de Surgery. Admito que fue una época muy triste.
Chris Spencer: Pero Charlie estaba simplemente divirtiéndose. Era una persona muy bondadosa. No quiero ensombrecer su legado en absoluto.
PKM: Era una figura muy querida. Y un batería inimitable, con un estilo suelto y oscilante, pero también rápido y contundente.
Pete Shore: Charlie era un tipo súper culto e inteligente, y podía ser realmente divertido e increíblemente auto-crítico. No tenía ningún tipo de pretensiones, por lo que la gente que lo conoció lo apreciaba muchísimo. También tenía un gran conocimiento de toda la música, desde la clásica hasta el punk rock, y eso se notaba en su estilo.
Chris Spencer: Estaba influenciado por [el batería de Jimi Hendrix Experience] Mitch Mitchell y Ginger Baker [de Cream], y era capaz de tocar como esos tíos. Cuando empezamos, no queríamos a nadie al frente. No me importaba expresarme líricamente, pero nadie quería ser el cantante. Así que simplemente nos poníamos frente a Charlie y montábamos una muralla de sonido y ruido.
Pete Shore: No queríamos melodías. No queríamos que la gente necesariamente disfrutara con nosotros. Recuerda que Mötley Crüe, Poison y otras bandas por el estilo sonaban en la radio y eran muy populares. En nuestros primeros días, solíamos medir el éxito de un show por la cantidad de personas que se habían marchado. Recuerdo que muchos conciertos comenzaban con una multitud entregada y terminaban con un par de maníacos que se estaban divirtiendo un montón. No creo que nadie sueñe con ganarse la vida como músico, pero yo sentía como si lo hubiésemos logrado, porque nos pasábamos dos semanas de gira, y a algunos chavales de Follaculos, en NingúnSitio les encantaba nuestra música.
PKM: Unsane se formó en 1988, en el Instituto Sarah Lawrence, de Yonkers. Ese lugar no era precisamente un hervidero de brutal y ruidoso rock. ¿Cómo os conocísteis?
Pete Shore: Éramos bastante "outsiders". Al principio conocimos a Charlie porque tenía una gran bolsa de marihuana y todos queríamos fumar. Intentamos tocar con él [antes de formar Unsane], pero en ese entonces no era tan asombroso: su sincronización no era de las mejores. Luego se marchó a Bali durante un año, donde vivió todo tipo de locuras: estuvo en los arrozales con los lugareños y formó parte de los círculos de tambores que se solían formar en la zona. Cuando volvió, era un batería completamente diferente.
PKM: ¿Cómo os influyó mudaros a la ciudad?
Pete Shore: Crecí en Long Island, justo al lado de Queens, así que empecé a venir a la ciudad tan pronto como mis padres me dejaron, con 13 años.
Chris Spencer: Queríamos reflejar el volumen, el feedback extremo y los sonidos de la maquinaria. Y además queríamos estar simplemente rodeados por el caos total del Lower East Side de 1988: alarmas de coches, gente gritando, locuras de todo tipo. Nuestro barrio era muy ruidoso. Todos estábamos sobreestimulados.
PKM: Hoy en día, la gente cree que conducir mientras estás insultándote en las redes sociales es el colmo de la sobreestimulación.
Chris Spencer: Está todo muy homogeneizado. Lo nuestro tendría su equivalencia si la gente montase escenas snuff para TikTok: una mierda realmente dura y jodida. No creo que pasara nada parecido. Te pillarían rápido. En aquel entonces, los teléfonos no tenían cámara.
PKM: ¿Cómo conocísteis a otras bandas con ideas afines?
Pete Shore: La primera banda noise del centro que conocimos, que nos acogió como teloneros en uno de sus conciertos, fueron los Reverb Motherfuckers. Más tarde, tocamos con Pussy Galore, también como teloneros y, finalmente, Jon nos preguntó si queríamos compartir su local de ensayo, en la Avenida B. Es como si todas las bandas cercanas ensayaran allí en uno u otro momento. Lo que atraía a todos esos grupos no era que tocásemos música parecida; acabamos por compartir la idea de rechazar la música popular actual de la época. Además, las bandas se apoyaban mucho entre sí. Todas iban a los conciertos de los demás y, con el tiempo, se fue formando una pequeña comunidad.
PKM: ¿Qué recuerdas de las sesiones de "Improvised Munitions"?
Chris Spencer: [El ingeniero] Wharton Tiers era un tipo muy agradable. Nos dijimos: "¡Mierda, quizás nos cueste 20 o 40 dólares la hora grabar con el tipo que grabó a Sonic Youth!" El estudio estaba situado en su sótano. Hicimos los temas de una sola toma. Si se producían pequeños errores, no nos importaba una mierda. Estábamos intentando capturar el momento. Era parecido a estar en nuestro local de ensayo.
PKM: Las letras de "My Right" y "Concrete Bed" recuerdan un poco a Taxi Driver. ¿De qué tratan?
Chris Spencer: “Concrete Bed” trata sobre un tipo que dormía en el suelo de cemento en el exterior de nuestro local de ensayo. Para "My Right", Pete quería que escribiésemos una canción sobre el derecho a tener armas. He crecido toda mi vida rodeado de armas: mis abuelos vivían en el este de Texas, junto a un pantano. Me gustaba mucho ir a pescar en canoa. Mi abuelo me dejaba su 30-30 [un rifle Winchester] y me decía: "Si ves a un caimán o a una nutria, dispara". Así que hay mucho contenido lírico sobre el acto de matar y disparar cosas.
Pete Shore: Yo era más un tirador de estilo deportivo. Empecé cuando formaba parte de los Cub Scouts, y con mi padre solía tirar al plato obcecadamente.
PKM: ¿Os dijeron algo al respecto vuestros compañeros músicos del centro?
Chris Spencer: Ni lo más mínimo. En algunos círculos, el tema les producía una extraña fascinación. Fuimos con [el cineasta y fotógrafo] Richard Kern al campo de tiro un par de veces. También con Bruce Pavitt [co-fundador] de Sub Pop [Records]. Había un campo de tiro en Long Island donde podías disparar contra televisores y demás. Todavía tengo un montón de armas, pero si te soy honesto, en realidad ya no suelo disparar tanto.
Pete Shore: En aquel momento, ser propietario de un arma no se asociaba de inmediato con ninguna creencia política o social, como suele ocurrir ahora. Así que la mayoría de las reacciones eran simplemente de fascinación y curiosidad. Todavía tengo armas, y me encanta disparar, pero nunca he llevado una pistola encima, y creo firmemente que las armas no se deberían usar para la defensa propia. Me parece que cuando compras un arma de fuego pensando en la defensa propia, más bien la estás comprando pensando en la violencia. Me siento muy cómodo con las armas de fuego, pero no tengo fuerzas para dispararle a alguien ni querría hacerlo nunca. Una vez, un oficial de policía me dio un buen consejo: dales tu dinero, trágate tu orgullo y, si tienes la oportunidad, escapa de la situación problemática. Soy estrictamente un tirador deportivo y disfruto con un buen tirachinas tanto como con un rifle.
PKM: ¿Cómo conociste a Ernie, la persona que dirigía Circuit? ¿Cómo era?
Chris Spencer: Éramos amigos de los chavales de Surgery. Sean era una especie de A&R de Circuit. Comparado con nosotros, Ernie era un poco más suburbano. Parecía un tipo de zona residencial. Llevaba el pelo largo, rizado y con permanente.
PKM: ¡El corte al estilo caniche! Vaya.
Pete Shore: Ernie era un bobo de South Shore [de Long Island]. Una escoria con un toque de idiota. Era extraño que fuese él quien publicase nuestro disco. Podría haber trabajado en una cadena de coches usados y habría sido el mismo personaje.
Chris Spencer: Todos éramos un montón de músicos jodidos, y Ernie era el tío de la pasta. Se fijó en la escena del East Village y el Lower East Side, y decidió gestionar un sello discográfico. Y aparentemente, desarrolló un fuerte hábito por la cocaína. Así que empezó a no pagar las facturas. ¿Quién sabe qué diablos pasó con él? Tal vez terminó acumulando una deuda importante y se asustó la hostia. Cuando desaparece el tipo que se supone que tiene que sacar tu disco, empiezas a hacer preguntas. Yo hice de todo menos contratar a un detective. Ernie acababa de desaparecer.
PKM: Pete, en esos días trabajabas conduciendo un taxi. He leído que te pasaste por la casa de Ernie en Long Island y estaba vacía.
Pete Shore: Había una tienda de armamento que sigo frecuentando y que estaba a unas calles de su casa. No sé si en ese momento iba conduciendo el taxi o no, pero recuerdo que vi que la casa estaba en venta. Conduje un taxi durante casi toda mi insensata carrera. Evité cualquier cosa que pusiera en peligro mi vida, e incluso conseguí que no me robaran, pero ha sido el peor trabajo que he tenido nunca: jornadas de 14 horas, a veces llevando a idiotas por poco dinero.
Chris Spencer: Me pase año y medio conduciendo en la misma compañía. ¡Friendly Car Service, quizá el grupo de personas más mezquino que puedas conocer alguna vez! Fue muy divertido. En la radio, el coordinador nos decía: “¡Que se jodan todos esos tíos! ¡Los odio!" Siempre muy cabreado. Lo suyo tuvo cierto impacto en Pete y en mí, en nuestra actitud negativa hacia la humanidad: solo eran un montón de borrachos que tenías que llevar a casa. Una mujer intentó subirse al asiento delantero y agarrarme de la pechera. Siempre ocurrían ese tipo de mierdas estúpidas. O puede que llevase a gente para que tomase metadona, y en su lugar cogían y se iban a pillar. Me sentaba en el coche, con una caja de zapatos llena de dinero bajo el asiento, mientras se me quedaba mirando un grupo de tíos. Por fortuna, no me llegaron a joder nunca.
PKM: A Pete y a ti os gustaba mucho el cine grindhouse. ¿Cuáles eran vuestras películas favoritas?
Chris Spencer: Las de [el director italiano de gore de los 70 y 80] Lucio Fulci. También solíamos ver mucho cine hecho en Hong Kong. Maratones de terror. La de [Ruggero Deodato] "Holocausto Caníbal" [de 1980], "Cannibal Ferox" de [Umberto Lenzi, también conocida como "Make Them Die Slowly", de 1981]. Toda la mierda clásica de serie Z. Los 80 fueron un buen momento para las películas de terror. Solíamos ir al Lyric Theatre de la calle 42.
Pete Shore: Los cines de Times Square y el Essex [Theatre], en Grand Street, programaban las peores películas, y algunas nos parecían geniales. A menudo emitían una triple sesión, la primera de un director conocido y dos más oscuras. Ahí es donde vimos "Unsane" (la película de 1982) de Dario Argento y de la que cogimos nuestro nombre. Mi momento favorito fue cuando fuimos a ver "Shogun Assassin" [de Robert Houston, 1980], una película que era una fusión de muchas otras [japonesas] basadas en Lobo Solitario y su Cachorro [de principios de los 70, dirigidas por Kenji Misumi y basadas en el manga]. Tenían la mayor cantidad de sangre que había visto nunca en una película.
Chris Spencer: Hacían películas gore sin recortar que no censuraban, y luego proyectaban el resultado a un público realmente volátil: gente que fumaba crack, que bebía mucho, que gritaba en el cine. Una mierda total. La entrada [costaba] 3.50 dólares y podías ver tres películas. Recuerdo a un tipo que, mientras estaba mirando la película, gritaba: “¡Mata a esa perra blanca! ¡Mata a esa perra blanca de una vez!" Pero también era mejor tener cuidado, a Pete casi le asaltan en los baños.
Pete Shore: Primero tenías que ir al menos con dos colegas. En cuanto entrabas al retrete, te asaltaba el olor a crack y marihuana, que estaba por todas partes. Si tenías que ir al baño, íbamos todos. Recuerdo que queríamos ir a ver la nueva versión de David Cronenberg de "La Mosca" [de 1986], y muchos conocidos nos echaron una mirada en la que se podía adivinar que estaban diciendo: "¿Se os ha ido la olla? ¿Os habéis vuelto jodidamente locos?" Creo que sí que estábamos jodidamente locos.
PKM: ¿Cómo influyeron esas películas en la banda?
Chris Spencer: Pete empezó a construir prótesis y efectos especiales sangrientos. Me enseñaba cómo hacer pulmones, moldes y escayolas de yeso. Para la portada de "Improvised Munitions" nos imaginamos una sola gota de sangre. Más tarde, para el álbum [homónimo], conseguimos la imagen del tipo en las vías [decapitado].
Pete Shore: Un amigo tenía otro amigo que trabajaba como fotógrafo de homicidios, y me pasó la foto años antes. Era tan perturbadora y desagradable como nuestra música, así que encajaba como un guante.
PKM: Regrabásteis algunas de las canciones de "Improvised Munitions" para vuestro álbum homónimo de 1991, editado por Matador. ¿Por qué estabáis decididos a seguir adelante?
Chris Spencer: En cierto modo, el hecho de no poder editar el primer disco nos benefició mucho, porque nos dio tiempo para hacer una gira. Publicamos un montón de singles. Y seguimos evolucionando. Nos dio un poco más de espacio para saber cómo queríamos abordar nuestro primer disco. "Improvised Munitions" era muy crudo.
Pete Shore: Lo que pasó con Ernie no nos pareció un completo revés. El trato con Matador llegó poco tiempo después, y simplemente avanzamos y no miramos hacia atrás. Seguimos adelante porque nos encantaba tocar nuestra música.
PKM: La música se fue volviendo cada vez más dura. Pero ese elemento salvaje y espástico desapareció después de la muerte de Charlie, y mientras tanto, Unsane siguió adelante. ¿Cómo crees que evolucionó vuestra música?
Chris Spencer: Con más riffs densos, se hizo más minimalista. Pasamos de la muralla de ruido a una mierda más densa.
PKM: Chris, tu banda actual, Human Impact, se aparta del camino transitado por Unsane. ¿Qué te ha hecho moverte en una dirección más matizada?
Chris Spencer: Al final de Unsane [en 2019], empecé a hacer ejercicios de calistenia todos los días. Y logré lo que quería. Así que ahora quiero probar otra cosa. Me gusta tener que concentrarme de verdad en las palabras, y se puede escuchar lo que digo, todo un cambio respecto a Unsane. Improviso un poco más con la guitarra, pero escogiendo los momentos. No tengo que estar tocando todo el rato, porque ya no estoy en un trío. Musicalmente, el grupo es más evolucionado.
PKM: Vuelves a mudarte a Nueva York. ¿Tienes algo que decir al respecto?
Chris Spencer: La ciudad ha sufrido una gentrificación masiva. Cuando paseo por ella me vienen a la mente algunas cosas que sucedieron en ciertos lugares, y ahora básicamente la ciudad se ha convertido en un centro comercial. Las corporaciones han ganado. De acuerdo. Nueva York es el sitio donde pasan las cosas. Pero sigue siendo un centro cultural mundial, todavía hay muchas mierdas por hacer y diferentes personas a las que les gusta experimentar.
PKM: Y tú nunca te has marchado, Pete.
Pete Shore: Todavía no he encontrado ningún otro lugar mejor, excepto por Los Palos, que es donde me gustaría vivir. Antes de la pandemia, Nueva York era un poco deprimente. Todos los días desaparecía algún lugar antiguo que me encantaba y al que reemplazaban por una tienda o algún bar o restaurante de mierda, y la ciudad parecía estar cada vez más gobernada por la riqueza. Pero la pandemia ha arrojado una llave inglesa en la maquinaria. Aquí en Queens se puede comprobar que han vuelto los graffiti, y algunos sitios parecen los mismos de los años 70. Los que nos hemos quedado, como yo, es de por vida. Y no tengo planes de marcharme a ninguna otra parte. Las cosas se han calmado un poco, pero solo por un tiempo, definitivamente la ciudad está empezando a parecer el Salvaje Oeste de nuevo. Tal vez en estos tiempos de mierda, se haga música o arte novedoso y genial. Ciertamente espero que sea así.
PKM: ¿Ahora estás menos cabreado?
Chris Spencer: Me encanta el impacto crudo de Unsane. Pero, en cierto modo, me digo: "¿Cuál es la idea detrás de tanto cabreo? De esa forma estoy jodiendo mi vida". Prefiero hacer algo que me parezca genial, pero no perder todo mi tiempo en ello. La vida es demasiado corta como para gastarla siempre cabreado.
2 comentarios:
Ké bueno!! Gracias x traducirlo!!
Anécdota personal:
Hace años fui solo a verlos a Alicante. Antes del concierto me senté en unas escaleras a hacerme un porrillo. En esas ke vienen x la acera d enfrente dos chavales gitanos ke iban mamaos atizando retrovisores. Me vieron "en faena" y se sentaron cada uno a un lao y, mientras me vacilaban, se liaron un canutillo también. Me lo pasaron, con la mala fortuna ke uno, gesticulando, le dio con la mano al capullo.
"Me has kemao, cabrón!!"
Me dio un puñetazo en el pómulo y, al intentar zafarme, el otro me agarró d la camiseta y me dio una patada en los riñones.
Salieron corriendo y ahí me kedé, en medio d la calle con la camiseta rota, el pecho al aire y un poco d dolor en la espalda.
Pensé "a ver si tienen merchandising d ese en el concierto"...
Entré a la sala y estaba Chris Spencer sentao vendiendo cds y demás.
Me planté delante mientras soltaba los jirones con los ke iba tapándome.
"I need a t shirt" (jojojo)
C.S.: "Of course, of course" (jajaja).
Le dije "two guys, in one moment... Pum, pum!!" (no sé mucho inglés...) y con cara preocupada me contestó:
"Is a crazy World".
Pensé "tanta sangre en las portadas y tanta agresividad en la música y en el fondo son unos jipis..." (jojojo)
La putada es ke la camiseta ke compré (muy guapa con un una especie d símbolo masón), al primer lavado me ekivoké y lo hice en caliente. Se encogió y no me la he podido poner más.
Eso sí, x supuesto me la guardé d recuerdo...
brutal la anécdota!
Publicar un comentario