Entrevista realizada por Lisa Fary, 3 de marzo 2008.
Fuente: Pink Raygun. Traducida por Frog2000.
Cuando voy a una entrevista creo que lo hago con algo de ventaja por el hecho de no ser una aficionada al cómic desde hace mucho tiempo. Como no llevo veinte años leyéndolos, se me hace más fácil acercarme a las personas. Aunque por otra parte, ¡me parece poco elegante que todo lo que sepa sobre el entrevistado me lo haya susurrado John diez segundos antes de tender la mano al autor mientras le digo: “¡Hola, soy Lisa Fary de Pink Raygun!”
Diez segundos antes de acercarme al invitado en el stand de Hero Inititive, en la Convención de Cómic de Phoenix, John me susurra: "¡Es Howard Chaykin. Dibujante. Guionista. Escritor. American Flagg!” Lleva en los cómics desde los años 70. ¡Considerando que es la primera vez que he oído el nombre de Howard Chaykin y que no aprendí a leer hasta 1980, calculo que estoy a punto de ponerme en un aprieto mayor que de costumbre! Chaykin estuvo de acuerdo en que realizásemos una entrevista telefónica más adelante, en febrero, así que estoy bastante segura de que en ese primer intento no habría conseguido gran cosa.
Pink Raygun: Tengo que ser honesta contigo. Cuando me acerqué para charlar en la Fénix Comicon no estaba muy familiarizada con tu obra. Me pillé mi primer cómic hace tres años, así que hay bastante material pululando por ahí que estoy descubriendo por primera vez.
Howard Chaykin: ¿Qué haces implicándote en un campo que te resulta tan desconocido? ¿Cómo has terminado involucrándote en el mundo del cómic? ¿Cuántos años tienes?
PRG: Tengo 31 años.
HC: ¿Así que leíste tu primer cómic con 28? ¿Cuál fue?
PRG: Kingdom Come.
HC: ¿Te gustó lo suficiente como para seguir leyendo cómics?
PRG: Sí. Kingdom Come fue mi entrada en el medio y luego lo he seguido explorando. Últimamente me frustra bastante que haya tantos nuevos títulos que no me interesan nada de nada, así que leo cómics más antiguos. He leído algunos de los tuyos desde la última vez que estuvimos hablando, y rápidamente me he convertido en una fan (groupie en el original, N. de T.), una seguidora de Howard Chaykin.
HC: No suelo tratar con condescendencia o adular fácilmente a nadie, así que intenta ser paciente con mis respuestas. Tengo una opinión bastante realista de cuál es mi posición en el comic book. No tengo ninguna nueva meta que alcanzar o una falsa modestia sobre cómo es la calidad de mi trabajo. También reconozco que la excelencia y el virtuosismo realmente no importan demasiado en los cómics. Lo que importa de verdad es la conexión con el público, pues esa sensación me parece tan efímera como auténtica.
Se parece un poco a la forma en la que una banda de garage rock conecta con la sensibilidad de su público.
PRG: Con eso en mente, empecemos por hablar de American Flagg!
Sé que la obra influyó mucho en los cómics que se hicieron después de su aparición, pero pareces tener una perspectiva diferente sobre cómo ha transcurrido tu carrera en el mundillo. ¿Qué piensas sobre la influencia de American Flagg! en el medio después de su publicación y el lugar que ocupa actualmente en el mundillo del cómic?
HC: American Flagg! es un tebeo profundamente influyente porque, sobre todo, fue difícil conseguirlo cuando se publicó por primera vez. Lo editó una pequeña compañía que se definía como independiente. Tenía muchas referencias sobre el jazz y de programas de televisión, y lo mejor que puedo decir sobre cuál ha sido su influencia es hacer un paralelismo con las grabaciones que Miles Davis grabó junto a Gerry Mulligan y Gil Evans a finales de los años 40 y que no se editaron comercialmente hasta finales de los 50.
Para entonces ya se había escuchado lo que hacían cientos de músicos de jazz. El álbum se tituló "The Birth of the cool", y posee las ideas que más tarde o más temprano se desarrollarían en la escena del Jazz de la Costa Oeste durante los años 50 y 60. Pero el álbum nunca había llegado al gran público hasta ese momento, así que al oyente le parecieron que las ideas del disco provenían de alguna otra parte.
Como Flagg! tuvo una tirada pequeña, las únicas personas que prestaron atención a la serie fueron otros profesionales. Se vendió bastante bien en el contexto y mercado de los años 80, pero nunca alcanzó a un público masivo ni consiguió subir las ventas o alcanzó la fama, porque en realidad era una obra bastante oscura. En serio, leer la serie resultaba complicado. En ocasiones era opaca y con frecuencia obtusa. Le pedía más al lector que la mayor parte de los cómics de la época, por lo que cuando la gente suele hablar sobre cómics de los 80, nombran Watchmen y Dark Knight. El tercer tebeo de ese triunvirato creo que debería ser American Flagg!, por lo que su poca transparencia me produce bastante frustración.
He aprendido a aceptar la forma en que se mueve el mundo, aunque me resulta bastante frustrante, y por supuesto, no ayuda nada que la reimpresión del cómic se haya retrasado durante tanto tiempo.
PRG: Otros creadores de los años 80 y principios de los 90 están regresando ahora a la escena. Matt Wagner ha vuelto con Grendel, Steve Rude volvió a dibujar Nexus el año pasado. ¿Tienes pensado traer de regreso a American Flagg! para un nuevo público?
HC: No lo sé, Flagg! fue una expresión de cómo me sentía durante los 80. Refleja mis sentimientos sobre la administración Reagan y sobre hacia dónde se estaba dirigiendo el país. Mucha gente me comenta que conseguí predecir cómo iba a ser el futuro, pero a la larga es algo que me parece irrelevante. En realidad, era un tratado sobre la cultura popular y mi relación con la cultura popular. Tengo una relación de amor/ odio con la cultura pop. Soy una persona diferente a como era en aquel entonces. Si me presionan sí que puede que me anime a hacer más American Flagg! ¿Pero debería hacerlo?, la verdad es que no lo sé.
Si te digo la verdad, debería centrar todo mi interés en realizar otro volumen de Time2, porque fue un producto mucho más personal. Es una fantasía sobre la historia de mi familia. Me gusta definir American Flagg! como una distopía post-holocausto con toques de comedia paródica. El público actual está mucho menos interesado en temas tan complejos.
Uno de mis profesores describió el trabajo de un autor bien conocido como "lo serio confundiéndose con lo espectacular" y a un nivel muy profundo, creo que a día de hoy los cómics son de esa manera. Flagg! era un cómic con su parte divertida. Leí un ensayo de los 60 que aseguraba que los únicos cómics que podían llegar a un público adulto eran las revistas humorísticas. En esa época me repelía la idea, porque pensaba que las revistas de humor eran para niños.
Actualmente, como adulto he empezado a creer que dicha argumentación es cierta. Sin un humor atenuante en la historia, y no estoy pensando en un humor banal sino en humor genuino, el material sigue permaneciendo en el nivel más adolescente. Para mí, los mejores cómics son aquellos que combinan el drama con el melodrama y el humor.
PRG: Quiero preguntarte una cosa que acabas de comentar: a los aficionados actuales no les interesan mucho las tramas complejas. ¿Es algo que se puede encontrar en toda la cultura americana y no solamente en el mundo del cómic?
HC: Es algo que está ocurriendo en la cultura en general. Los lectores han disminuido muchísimo estos últimos años. Lo acepto como algo natural y no hay nada que tú puedas hacer para cambiarlo. No se puede luchar contra ello ni pelear contra la tendencia dominante. Pero supongo que terminará apareciendo algo nuevo que sustituya la lectura como sistema de refuerzo intelectual.
Al público todo esto no le importa. En las películas, la televisión, los cómics, en cualquier ficción, incluso en el "mainstream", lo que la gente quiere es algo que colme sus expectativas. Ese es el motivo por el que The Wire, el mejor programa de TV que he visto en mi vida, no haya satisfecho más que a los críticos. The Wire demanda cosas del público como no lo hace ninguna otra serie de TV, y es su completa atención.
Mientras estás viendo The Wire no se puede hacer nada más que no sea ver The Wire. La mayor parte de la televisión está hecha para poder verse con los ojos entrecerrados, al igual que muchos otros productos ajenos a la TV. Me encantaría tener una actitud panglosiana por la que todo fuese como debería ser y que este fuese el mejor de los mundos posibles; y me alegra ser mayor, así no tendré que vivir todo esto durante mucho más tiempo.
PRG: ¿Te alegras de ser mayor?
HC: Oh, mataría por tener 25 años de nuevo, pero me estremezco sólo de pensar en cómo van a ser las cosas más adelante. Tengo 57 años, algo que solía mantener en secreto hasta que llegó internet. Y estoy absolutamente horrorizado viendo en lo que se ha transformado nuestra cultura, y además odio que nos hayamos convertido en nuestros padres.
Soy un producto de la cultura popular. Me gusta la televisión, me gustan los cómics, voy al cine dos o tres veces por semana. Me gusta esa mierda con absoluta pasión. Pero me gusta atenuarlo de vez en cuando con algo que no sea una mierda. The Wire es el ejemplo perfecto. Aún así, veo una cantidad vergonzosa de televisión. Flagg! es un reflejo de mi relación de amor y odio con la TV.
PRG: En Power & Glory se hablaba un poco sobre el tema y la omnipresencia de los media y el marketing, y el hecho de ser famoso simplemente por serlo. Leí en algún sitio que te habían presentado la oportunidad de que Power & Glory se convirtiese en película en 2010. ¿Tienes alguna relación con el proyecto?
HC: Si, compraron la opción.
PRG: Parecía como si los cuatro números los hubieses creado para que luego se convirtiesen en una película, ¿era la intención inicial de la serie?
HC: Totalmente.
PRG: Hace poco vi que habías trabajado en la serie de TV de Flash. A mi madre le encantaba la serie.
HC: Fue mi aprendizaje para escribir guiones para la TV. Hice Power & Glory mientras estaba trabajando en otras series para aquellos tipos. Me patearon el culo tanto psíquica como emocionalmente.
PRG: Después de pasar por televisión, volviste con mucha fuerza al cómic. Seguro que te lo han preguntado más veces pero, ¿dónde prefieres trabajar, en el mundo de los cómics o en el de la TV, o te da igual?
HC: Me vine al sur de California a finales de los ochenta para entrar en el mundo del cine porque había adquirido algo de fama por Flagg! y tropecé con la TV después de haber escrito un par de películas que no se llegaron a realizar nunca. En serio, me gustaba trabajar en TV. Era como trabajar en los cómics en el sentido de que el medio se basa en las fechas de entrega, era algo participativo y también muy solitario. Había una energía real que me gustaba bastante. Nunca llegué a trabajar en un programa que me hubiese gustado ver alguna vez, porque no estoy interesado en ese tipo de material.
Pero me lo pasé bien trabajando en el medio, y me encanta el dinero. En televisión el dinero parece algo asombroso si consideras que en los últimos dos años estuve escribiendo basura absoluta y me pagaron enormes cantidades.
En el 2002 fui despedido por primera vez, y de muy malas maneras. En cuanto me recuperé del shock, sentí que era mucho más feliz. Perdí ingresos, pero también se me fue el agobio. Tuve la afortunada experiencia de disfrutar de la primera etapa de mi carrera como escritor de TV con unas personas con las que estaba totalmente a gusto, pero la segunda etapa fue en uno de los ambientes más tóxicos que he experimentado jamás. Le pregunté a mi mujer si estaba de acuerdo en que no volviese jamás a escribir para TV y le pareció perfecto, porque me había convertido en una criatura insoportable como consecuencia de trabajar en el medio.
Como te pagan una fortuna, te pueden tratar de una forma horrible. Es exactamente como decía Hunter Thompson: “la televisión es un cruel y mezquino pozo de dinero, un largo vestíbulo de plástico en el que los ladrones y los chulos caminan como hombres libres y los buenos hombres mueren como perros. Y por supuesto, también tiene su lado negativo.”
No quiero extenderme, pero así es como lo veo. Por otra parte, también había algunas personas maravillosas. Estuve trabajando con algunos grandes tipos durante la primera mitad de mi carrera, pero luego me sentí como un miserable y no volví nunca más. Ahora yo escojo el proyecto en el que quiero trabajar, por lo que estoy viviendo una buena época gracias a mi trabajo en los cómics.
Cómo me ven los aficionados de los cómics y cuál es mi reputación son cosas absolutamente diferentes. No soy un autor "hot", pero soy de culto: el Van Morrison de los cómics, el Robert Altman del mundillo.
Sin embargo como profesional soy bastante respetado porque soy serio y honesto. Entrego lo que digo que voy a entregar cuando digo que lo voy a entregar. Y nunca quemo puentes. Esa es una de mis reglas de oro para mantener las buenas relaciones con todo el mundo que conozco, porque ya no doy nada por sentado.
(Continuará)
Fuente: Pink Raygun. Traducida por Frog2000.
Diez segundos antes de acercarme al invitado en el stand de Hero Inititive, en la Convención de Cómic de Phoenix, John me susurra: "¡Es Howard Chaykin. Dibujante. Guionista. Escritor. American Flagg!” Lleva en los cómics desde los años 70. ¡Considerando que es la primera vez que he oído el nombre de Howard Chaykin y que no aprendí a leer hasta 1980, calculo que estoy a punto de ponerme en un aprieto mayor que de costumbre! Chaykin estuvo de acuerdo en que realizásemos una entrevista telefónica más adelante, en febrero, así que estoy bastante segura de que en ese primer intento no habría conseguido gran cosa.
Pink Raygun: Tengo que ser honesta contigo. Cuando me acerqué para charlar en la Fénix Comicon no estaba muy familiarizada con tu obra. Me pillé mi primer cómic hace tres años, así que hay bastante material pululando por ahí que estoy descubriendo por primera vez.
Howard Chaykin: ¿Qué haces implicándote en un campo que te resulta tan desconocido? ¿Cómo has terminado involucrándote en el mundo del cómic? ¿Cuántos años tienes?
PRG: Tengo 31 años.
HC: ¿Así que leíste tu primer cómic con 28? ¿Cuál fue?
PRG: Kingdom Come.
HC: ¿Te gustó lo suficiente como para seguir leyendo cómics?
PRG: Sí. Kingdom Come fue mi entrada en el medio y luego lo he seguido explorando. Últimamente me frustra bastante que haya tantos nuevos títulos que no me interesan nada de nada, así que leo cómics más antiguos. He leído algunos de los tuyos desde la última vez que estuvimos hablando, y rápidamente me he convertido en una fan (groupie en el original, N. de T.), una seguidora de Howard Chaykin.
HC: No suelo tratar con condescendencia o adular fácilmente a nadie, así que intenta ser paciente con mis respuestas. Tengo una opinión bastante realista de cuál es mi posición en el comic book. No tengo ninguna nueva meta que alcanzar o una falsa modestia sobre cómo es la calidad de mi trabajo. También reconozco que la excelencia y el virtuosismo realmente no importan demasiado en los cómics. Lo que importa de verdad es la conexión con el público, pues esa sensación me parece tan efímera como auténtica.
Se parece un poco a la forma en la que una banda de garage rock conecta con la sensibilidad de su público.
PRG: Con eso en mente, empecemos por hablar de American Flagg!
Sé que la obra influyó mucho en los cómics que se hicieron después de su aparición, pero pareces tener una perspectiva diferente sobre cómo ha transcurrido tu carrera en el mundillo. ¿Qué piensas sobre la influencia de American Flagg! en el medio después de su publicación y el lugar que ocupa actualmente en el mundillo del cómic?
HC: American Flagg! es un tebeo profundamente influyente porque, sobre todo, fue difícil conseguirlo cuando se publicó por primera vez. Lo editó una pequeña compañía que se definía como independiente. Tenía muchas referencias sobre el jazz y de programas de televisión, y lo mejor que puedo decir sobre cuál ha sido su influencia es hacer un paralelismo con las grabaciones que Miles Davis grabó junto a Gerry Mulligan y Gil Evans a finales de los años 40 y que no se editaron comercialmente hasta finales de los 50.
Para entonces ya se había escuchado lo que hacían cientos de músicos de jazz. El álbum se tituló "The Birth of the cool", y posee las ideas que más tarde o más temprano se desarrollarían en la escena del Jazz de la Costa Oeste durante los años 50 y 60. Pero el álbum nunca había llegado al gran público hasta ese momento, así que al oyente le parecieron que las ideas del disco provenían de alguna otra parte.
Como Flagg! tuvo una tirada pequeña, las únicas personas que prestaron atención a la serie fueron otros profesionales. Se vendió bastante bien en el contexto y mercado de los años 80, pero nunca alcanzó a un público masivo ni consiguió subir las ventas o alcanzó la fama, porque en realidad era una obra bastante oscura. En serio, leer la serie resultaba complicado. En ocasiones era opaca y con frecuencia obtusa. Le pedía más al lector que la mayor parte de los cómics de la época, por lo que cuando la gente suele hablar sobre cómics de los 80, nombran Watchmen y Dark Knight. El tercer tebeo de ese triunvirato creo que debería ser American Flagg!, por lo que su poca transparencia me produce bastante frustración.
He aprendido a aceptar la forma en que se mueve el mundo, aunque me resulta bastante frustrante, y por supuesto, no ayuda nada que la reimpresión del cómic se haya retrasado durante tanto tiempo.
PRG: Otros creadores de los años 80 y principios de los 90 están regresando ahora a la escena. Matt Wagner ha vuelto con Grendel, Steve Rude volvió a dibujar Nexus el año pasado. ¿Tienes pensado traer de regreso a American Flagg! para un nuevo público?
HC: No lo sé, Flagg! fue una expresión de cómo me sentía durante los 80. Refleja mis sentimientos sobre la administración Reagan y sobre hacia dónde se estaba dirigiendo el país. Mucha gente me comenta que conseguí predecir cómo iba a ser el futuro, pero a la larga es algo que me parece irrelevante. En realidad, era un tratado sobre la cultura popular y mi relación con la cultura popular. Tengo una relación de amor/ odio con la cultura pop. Soy una persona diferente a como era en aquel entonces. Si me presionan sí que puede que me anime a hacer más American Flagg! ¿Pero debería hacerlo?, la verdad es que no lo sé.
Si te digo la verdad, debería centrar todo mi interés en realizar otro volumen de Time2, porque fue un producto mucho más personal. Es una fantasía sobre la historia de mi familia. Me gusta definir American Flagg! como una distopía post-holocausto con toques de comedia paródica. El público actual está mucho menos interesado en temas tan complejos.
Uno de mis profesores describió el trabajo de un autor bien conocido como "lo serio confundiéndose con lo espectacular" y a un nivel muy profundo, creo que a día de hoy los cómics son de esa manera. Flagg! era un cómic con su parte divertida. Leí un ensayo de los 60 que aseguraba que los únicos cómics que podían llegar a un público adulto eran las revistas humorísticas. En esa época me repelía la idea, porque pensaba que las revistas de humor eran para niños.
Actualmente, como adulto he empezado a creer que dicha argumentación es cierta. Sin un humor atenuante en la historia, y no estoy pensando en un humor banal sino en humor genuino, el material sigue permaneciendo en el nivel más adolescente. Para mí, los mejores cómics son aquellos que combinan el drama con el melodrama y el humor.
PRG: Quiero preguntarte una cosa que acabas de comentar: a los aficionados actuales no les interesan mucho las tramas complejas. ¿Es algo que se puede encontrar en toda la cultura americana y no solamente en el mundo del cómic?
HC: Es algo que está ocurriendo en la cultura en general. Los lectores han disminuido muchísimo estos últimos años. Lo acepto como algo natural y no hay nada que tú puedas hacer para cambiarlo. No se puede luchar contra ello ni pelear contra la tendencia dominante. Pero supongo que terminará apareciendo algo nuevo que sustituya la lectura como sistema de refuerzo intelectual.
Al público todo esto no le importa. En las películas, la televisión, los cómics, en cualquier ficción, incluso en el "mainstream", lo que la gente quiere es algo que colme sus expectativas. Ese es el motivo por el que The Wire, el mejor programa de TV que he visto en mi vida, no haya satisfecho más que a los críticos. The Wire demanda cosas del público como no lo hace ninguna otra serie de TV, y es su completa atención.
Mientras estás viendo The Wire no se puede hacer nada más que no sea ver The Wire. La mayor parte de la televisión está hecha para poder verse con los ojos entrecerrados, al igual que muchos otros productos ajenos a la TV. Me encantaría tener una actitud panglosiana por la que todo fuese como debería ser y que este fuese el mejor de los mundos posibles; y me alegra ser mayor, así no tendré que vivir todo esto durante mucho más tiempo.
PRG: ¿Te alegras de ser mayor?
HC: Oh, mataría por tener 25 años de nuevo, pero me estremezco sólo de pensar en cómo van a ser las cosas más adelante. Tengo 57 años, algo que solía mantener en secreto hasta que llegó internet. Y estoy absolutamente horrorizado viendo en lo que se ha transformado nuestra cultura, y además odio que nos hayamos convertido en nuestros padres.
Soy un producto de la cultura popular. Me gusta la televisión, me gustan los cómics, voy al cine dos o tres veces por semana. Me gusta esa mierda con absoluta pasión. Pero me gusta atenuarlo de vez en cuando con algo que no sea una mierda. The Wire es el ejemplo perfecto. Aún así, veo una cantidad vergonzosa de televisión. Flagg! es un reflejo de mi relación de amor y odio con la TV.
PRG: En Power & Glory se hablaba un poco sobre el tema y la omnipresencia de los media y el marketing, y el hecho de ser famoso simplemente por serlo. Leí en algún sitio que te habían presentado la oportunidad de que Power & Glory se convirtiese en película en 2010. ¿Tienes alguna relación con el proyecto?
HC: Si, compraron la opción.
PRG: Parecía como si los cuatro números los hubieses creado para que luego se convirtiesen en una película, ¿era la intención inicial de la serie?
HC: Totalmente.
PRG: Hace poco vi que habías trabajado en la serie de TV de Flash. A mi madre le encantaba la serie.
HC: Fue mi aprendizaje para escribir guiones para la TV. Hice Power & Glory mientras estaba trabajando en otras series para aquellos tipos. Me patearon el culo tanto psíquica como emocionalmente.
PRG: Después de pasar por televisión, volviste con mucha fuerza al cómic. Seguro que te lo han preguntado más veces pero, ¿dónde prefieres trabajar, en el mundo de los cómics o en el de la TV, o te da igual?
HC: Me vine al sur de California a finales de los ochenta para entrar en el mundo del cine porque había adquirido algo de fama por Flagg! y tropecé con la TV después de haber escrito un par de películas que no se llegaron a realizar nunca. En serio, me gustaba trabajar en TV. Era como trabajar en los cómics en el sentido de que el medio se basa en las fechas de entrega, era algo participativo y también muy solitario. Había una energía real que me gustaba bastante. Nunca llegué a trabajar en un programa que me hubiese gustado ver alguna vez, porque no estoy interesado en ese tipo de material.
Pero me lo pasé bien trabajando en el medio, y me encanta el dinero. En televisión el dinero parece algo asombroso si consideras que en los últimos dos años estuve escribiendo basura absoluta y me pagaron enormes cantidades.
En el 2002 fui despedido por primera vez, y de muy malas maneras. En cuanto me recuperé del shock, sentí que era mucho más feliz. Perdí ingresos, pero también se me fue el agobio. Tuve la afortunada experiencia de disfrutar de la primera etapa de mi carrera como escritor de TV con unas personas con las que estaba totalmente a gusto, pero la segunda etapa fue en uno de los ambientes más tóxicos que he experimentado jamás. Le pregunté a mi mujer si estaba de acuerdo en que no volviese jamás a escribir para TV y le pareció perfecto, porque me había convertido en una criatura insoportable como consecuencia de trabajar en el medio.
Como te pagan una fortuna, te pueden tratar de una forma horrible. Es exactamente como decía Hunter Thompson: “la televisión es un cruel y mezquino pozo de dinero, un largo vestíbulo de plástico en el que los ladrones y los chulos caminan como hombres libres y los buenos hombres mueren como perros. Y por supuesto, también tiene su lado negativo.”
No quiero extenderme, pero así es como lo veo. Por otra parte, también había algunas personas maravillosas. Estuve trabajando con algunos grandes tipos durante la primera mitad de mi carrera, pero luego me sentí como un miserable y no volví nunca más. Ahora yo escojo el proyecto en el que quiero trabajar, por lo que estoy viviendo una buena época gracias a mi trabajo en los cómics.
Cómo me ven los aficionados de los cómics y cuál es mi reputación son cosas absolutamente diferentes. No soy un autor "hot", pero soy de culto: el Van Morrison de los cómics, el Robert Altman del mundillo.
Sin embargo como profesional soy bastante respetado porque soy serio y honesto. Entrego lo que digo que voy a entregar cuando digo que lo voy a entregar. Y nunca quemo puentes. Esa es una de mis reglas de oro para mantener las buenas relaciones con todo el mundo que conozco, porque ya no doy nada por sentado.
(Continuará)
1 comentario:
gracias por esta traducción también.
soy un incondicional de este queridísimo gamberro. una de los autores más lúcidos y maravillosos del comic book americano.
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