martes, 27 de junio de 2017

BRAINPOWERED 16: SINGLES, por Warren Ellis

Últimamente lo único que hago es escuchar singles. Pequeños bombazos artísticos. Se te ocurre una idea y la ejecutas en más o menos tres minutos. Justo antes de Navidad, pude encontrar algunos perdidos dentro de álbumes largos. Low, un combo minimalista postrock slowcore de Utah, editaron un CD de canciones de Navidad. Y en él se puede encontrar la mejor canción de Navidad desde "Fairytale Of New York". No llega a la compleja grandeza de esa canción, pero es el único tema navideño que va a quedarse en mi casa. "Just Like Christmas" está diseñado a base de guitarras acústicas y una pista que samplea las campanas de un trineo, con una música de fondo que suena como que se está emitiendo por una frecuencia de radio AM de los años sesenta, puntuada con explosiones de batería que suenan como si estuviesen tocando barriles de gasolina en la habitación de al lado. Es la única canción de Navidad que estuve escuchando en Estocolmo y Oslo, y me parece gloriosa. Y está escondida en un CD que probablemente ni siquiera habría conocido si no supiese ya quiénes son Low.

En cuanto a música, este año ha sido uno de esos, todo lo he descubierto echado en mi sofá. He escuchado algunos álbumes sorprendentemente decepcionantes de artistas con los que anteriormente había disfrutado mucho, y de repente algunos repuntes brillantes en los lugares más inesperados. The Flaming Lips siempre me encantaron, aunque ahora son un poco más prog de lo que me gustaría, y aunque no llegue a la percepción peculiar de cosas como "The Spiderbite Song", el nuevo CD, que pude escuchar por primera vez en un coche en Berkeley en mitad de la noche, tiene un momento indeleble de perfecta locura pop en la canción "Yoshimi Vs The Pink Robots Pt. 1". Esa extraña combinación de electrónica y guitarras acústicas con letras sesudas sobre una mujer en lucha contra robots malvados que se quieren comer al narrador... bueno, cuando me lo contaron por primera vez, también puse esa cara. Pero está entre lo mejor del años, porque es capaz de producir alegría. De alguna manera, te hace mirar hacia el cielo y sonreír. El efecto no funciona tan bien en "Do You Realize", probablemente porque es un poco más directa y de mensaje bienintencionado, pero esa y "Fight Test" siguen siendo maravillosas e inesperadas.

Para mí, son el tipo de cosas han sido capaces de mantener viva la música. Como "Soldier Girl" de The Polifonic Spree, sobre la que ya he escrito en algún otro sitio. Es una banda que surge de las cenizas del grupo tejano Tripping Daisy. También el desafiante "Pretty Like Drugs" de Queen Adreena, los restos destrozados de los aspirantes a héroes de la guitarra de los noventa Daisy Chainsaw. Puede que se pueda encontrar un patrón. Una vez Damon Albarn dijo que... oh, que uno de esos viejos clanes experimentales, Can o Faust, le comentaron en una charla que durante los veinte te los pasas aprendiendo, y a los treinta colocas junta toda la información. La horrible evidencia de "Don't Bomb When You're the Bomb" de Blur demuestra que a ellos no les ha funcionado, pero tal vez puede que ese sonido parta de la misma teoría de todos modos.

El último minuto del "Go" de Kait0, con la púa del guitarrista rascando las cuerdas como un cohete que acaba de despegar de Cañaveral fue un momento de este 2002 que vale la pena atesorar. Por su parte, Sigur Rós se metieron en arenas movedizas [probablemente Warren Ellis se refiera al tema "Untitled 1"] y Godspeed You Black Emperor gastaron demasiado tiempo ensimismados, y si alguien se piensa que sencillamente me parece que se les han acabado las cosas que decir, momentos como ese fueron importantes para ratificarlo [quizá el autor se refiera al decepcionante álbum "Yanqui U.X.O." de 2002]. Especialmente con el mainstream en peores condiciones que nunca. Será interesante fijarse en si los mejores exponentes del "electroclash" de estilo clásico de este 2002 como Ladytron tendrán tiempo para desarrollarse más allá del pastiche, o si simplemente serán barridos como Wit y el resto.

Si te soy honesto, me gustaría que se editasen más novelas gráficas pensadas como tomos recopilatorios. Recolecciones de singles, historias cortas. A menudo se aclaman las primeras novelas gráficas como un nuevo "Contrato con Dios", pero en realidad suelen ser una recolección de historias cortas. Mi novia suele comprar sólo las colecciones de relatos cortos porque simplemente no tiene más tiempo, casi nunca lo tiene, para enfrentarse a la lectura de una novela. Ella quiere algo en lo que pueda meterse y quedarse absorta durante poco tiempo, pero que le ofrezca una experiencia completa. Lo mismo que consigue un single de vinilo.

Es a lo que le estoy dando vueltas últimamente. Hola, buenas noches, bienvenido, y adiós.

-Warren (artículo publicado en algún momento entre 2002 y 2004.)

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