París es fría y brumosa. Desde mi ventana en el Hotel Raphael puedo ver la parte superior de la Torre Eiffel oculta por la niebla. El reflector de su cumbre destaca entre la bruma mientras ilumina el balcón en su lento giro por toda la ciudad.
Una de las cosas que hago mientras estoy en la ciudad es reunirme con Jean-Pierre Dionnet, al que conozco desde hace dos años. Comenzó como guionista de cómics en la revista PILOTE y estuvo trabajando brevemente en la editorial L'ECHO DES SAVANES antes de convertirse en uno de los fundadores de la legendaria MÉTAL HURLANT, la seminal antología francesa que cambió significativamente el transcurso de los cómics europeos. En ese punto se introdujo en el medio del cine como productor y escritor, y en la televisión como periodista y presentador. Hay una serie de DVDs de películas asiáticas editados en Francia donde su nombre aparece como director de colección. Conoce a todo el mundo. La semana que viene volará a Nueva York para reunirse con Martin Scorsese, y la semana siguiente viajará a Japón para ver a Takashi Miike. Nunca parece detenerse. En algún momento me pone al teléfono con el jefe de Humanoids, la editorial en la que terminó convirtiéndose MÉTAL HURLANT, mientras deglute una Coca-Cola y estruja su cigarro, que por lo visto ha ido puntuando cada segundo de su vida. Dionnet me dice lo siguiente: cuando empezó a leer cómics existía un muro entre lectores y creadores que ahora se ha terminado derrumbando. En las páginas de los cómics no siempre se acreditaba al creador. Para buscar su labor tenías que encontrar sus firmas y repasar bien las páginas. Él no sabía que sería capaz de guionizar cómics. Un dibujante lo agarró por la pechera y le dijo: a partir de ahora vas a ponerte a escribir cómics. Nunca se creyó que los otros, la gente real, pudiesen hacer esto.
Y como cualquiera realmente apasionado resultó que sí que podía. (También estuvo colaborando con gente seria: Tardi, Druillet, Bilal.) Pero ese es el gran cambio que se ha producido entre entonces y ahora. Ahora sabemos que los autores de cómics también son personas, y que literalmente, cualquier persona puede ponerse a fabricar cómics.
Tenlo en cuenta mientras hojeas este Artbomb y te lees las biografías proporcionadas por los creadores que sustentan la página. Por muy sombría que pueda parecer la escena de la novela gráfica a veces, tampoco es que estemos viviendo la más oscura de las épocas. Y no lo es gracias a personas como Jean-Pierre Dionnet, que formó parte de la generación que fue capaz de darse cuenta del potencial del medio y quiso que fuese más grande y mejor.
Nota: recientemente han relanzado MÉTAL HURLANT (que cesó su primera etapa en 1987) en un formato más amigable para las tiendas de cómics. No se debe confundir con HEAVY METAL, que comenzó como una versión americana a tamaño magazine de MÉTAL HURLANT. Probablemente la relación calidad-precio de HEAVY METAL sea mejor, porque tiende a reimprimir un álbum autónomo en cada número y su aspecto parece más dramático, pero es el pasatiempo de su editor Kevin Eastman, y creativamente parece algo moribunda. MÉTAL HURLANT es el conjunto más bellamente producido, pero es más pequeña y en estos primeros números su contenido es dispar y la línea editorial es un poco insegura. Dicho esto, obviamente está arrancando y ha empezado a seguir su senda, si es que entiendes lo que quiero decir.
En cuanto a lo otro: sí, sí, los mini-comics, tengo aquí a mi lado cientos de esos bastardos.
-Warren (artículo publicado en algún momento entre 2002 y 2004.)
Una de las cosas que hago mientras estoy en la ciudad es reunirme con Jean-Pierre Dionnet, al que conozco desde hace dos años. Comenzó como guionista de cómics en la revista PILOTE y estuvo trabajando brevemente en la editorial L'ECHO DES SAVANES antes de convertirse en uno de los fundadores de la legendaria MÉTAL HURLANT, la seminal antología francesa que cambió significativamente el transcurso de los cómics europeos. En ese punto se introdujo en el medio del cine como productor y escritor, y en la televisión como periodista y presentador. Hay una serie de DVDs de películas asiáticas editados en Francia donde su nombre aparece como director de colección. Conoce a todo el mundo. La semana que viene volará a Nueva York para reunirse con Martin Scorsese, y la semana siguiente viajará a Japón para ver a Takashi Miike. Nunca parece detenerse. En algún momento me pone al teléfono con el jefe de Humanoids, la editorial en la que terminó convirtiéndose MÉTAL HURLANT, mientras deglute una Coca-Cola y estruja su cigarro, que por lo visto ha ido puntuando cada segundo de su vida. Dionnet me dice lo siguiente: cuando empezó a leer cómics existía un muro entre lectores y creadores que ahora se ha terminado derrumbando. En las páginas de los cómics no siempre se acreditaba al creador. Para buscar su labor tenías que encontrar sus firmas y repasar bien las páginas. Él no sabía que sería capaz de guionizar cómics. Un dibujante lo agarró por la pechera y le dijo: a partir de ahora vas a ponerte a escribir cómics. Nunca se creyó que los otros, la gente real, pudiesen hacer esto.
Y como cualquiera realmente apasionado resultó que sí que podía. (También estuvo colaborando con gente seria: Tardi, Druillet, Bilal.) Pero ese es el gran cambio que se ha producido entre entonces y ahora. Ahora sabemos que los autores de cómics también son personas, y que literalmente, cualquier persona puede ponerse a fabricar cómics.
Tenlo en cuenta mientras hojeas este Artbomb y te lees las biografías proporcionadas por los creadores que sustentan la página. Por muy sombría que pueda parecer la escena de la novela gráfica a veces, tampoco es que estemos viviendo la más oscura de las épocas. Y no lo es gracias a personas como Jean-Pierre Dionnet, que formó parte de la generación que fue capaz de darse cuenta del potencial del medio y quiso que fuese más grande y mejor.
Nota: recientemente han relanzado MÉTAL HURLANT (que cesó su primera etapa en 1987) en un formato más amigable para las tiendas de cómics. No se debe confundir con HEAVY METAL, que comenzó como una versión americana a tamaño magazine de MÉTAL HURLANT. Probablemente la relación calidad-precio de HEAVY METAL sea mejor, porque tiende a reimprimir un álbum autónomo en cada número y su aspecto parece más dramático, pero es el pasatiempo de su editor Kevin Eastman, y creativamente parece algo moribunda. MÉTAL HURLANT es el conjunto más bellamente producido, pero es más pequeña y en estos primeros números su contenido es dispar y la línea editorial es un poco insegura. Dicho esto, obviamente está arrancando y ha empezado a seguir su senda, si es que entiendes lo que quiero decir.
En cuanto a lo otro: sí, sí, los mini-comics, tengo aquí a mi lado cientos de esos bastardos.
-Warren (artículo publicado en algún momento entre 2002 y 2004.)
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