miércoles, 15 de julio de 2020

¡A TOPE CON TODO EL TEMA DEL KUNG-FU! (1 de 2)

Artículo de Tom "The Comics Savant" Stewart para Back Issue nº 13 (2005), traduccion: Félix Frog2000. Más Kung-Fu en Frog2000: ¡Todo el mundo se fijaba en el Kung-Fu! 1 y 2.
 
¡En los setenta, todo el mundo practicaba el KUNG-FU!
 
En 1973, Bruce Lee era el tío más cool del Planeta Tierra. Tenía la pinta, el estilo, la habilidad, el talento y los fans. Un montón de ellos. Se convirtió en una industria de un solo hombre del que se hicieron pósters, libros, camisetas (¡incluso podías pillar la tuya en los cómics! Y si llevabas una de esas, y también de las de "Mickey the Rat" o "Keep On Truckin´", ¡te convertías en el rey del cotarro!), pósters de terciopelo, pósters de luz negra, y por supuesto, películas. Bruce lo estaba rompiendo con su popular película "Operación Dragón", que se estrenó en cines ese mismo año, llegando a los 11 millones y medio en taquilla, más que cualquier otra película de kung-fu. Mucho más.

¡El Kung-Fu estaba de moda! Como cualquier otro género a la moda, la gente estaba buscando alguna forma de participar en ella antes de que se enfriase. Además de la explosión mediática de Bruce Lee, también aparecieron varios "seudo-Bruce Lees": cualquier actor chino que recordase vagamente a Lee y que fuese capaz de demostrar su técnica en las artes marciales protagonizó una película y fue proclamado a los cuatro vientos el "nuevo Bruce Lee". Sonny Chiba, Tom Laughlin (Billy Jack), y Jim Kelly se convirtieron brevemente en estrellas solicitadas en América. Algunas películas antiguas se retitularon y proyectaron de nuevo en los grind houses de los setenta, en sesiones ininterrumpidas de 24 horas, o se vendieron en masa a cadenas de televisión locales que las emitían a altas horas de la noche. Era una época bastante divertida para ir al cine, para leer cómics y para los que padecían de insomnio.

MASTER OF KUNG FU
 
La televisión no tenía un Bruce Lee (no desde que este había interpretado a Kato, el ingrediente más interesante de la serie "Green Hornet"), sino al actor no asiático David Carradine en el papel de Kwai Chang Caine, un ex-monje inmerso en una misión en la inmensamente popular serie de la pequeña pantalla Kung Fu. Kung Fu tenía todo lo que un chaval de instituto podía pensar que era el kárate, y recordando el gran "hit" de Carl Douglas, ese placer culpable en forma de canción, Kung Fu Fighting (la estarás tarareando ahora mismo, ¿no?), la serie era lo suficientemente popular como para generar su propio comic book.
 
Pero nunca apareció el tebeo.
 
Así que Steve Englehart y Jim Starlin quisieron darle la vuelta a la tortilla. Pero mejor dejaré que Steve os lo cuente en mi lugar:
 
"Algunos amigos solían venirse a mi apartamento los fines de semana, y un día estábamos cenando por allí con Steve Harper, el artista, que nos dijo que quería ver el segundo episodio de un show televisivo que le encantaba titulado "Kung Fu". Dudamos un poco, pero pospusimos la cena durante una hora, y caí completamente enamorado del programa, y lo mismo le ocurrió a Jim Starlin, que también estaba con nosotros. Cuando se iba a emitir el tercer episodio, Jim y yo estábamos dando un paseo por Nueva York, -creo que entonces Jim no tenía televisión-, así que le pregunté a Roy Thomas si podíamos ir a verlo en su casa. Roy tenía sus dudas, y siguió teniéndolas, pero estábamos enganchados, así que no pudo ponernos ninguna excusa, por lo que finalmente, Jim y yo creamos nuestra propia versión de aquello que tanto nos había gustado." Más tarde, a Roy, al que le encantan los viejos pulps [al igual que a mí], se le ocurrió añadir a Fu Manchu a la mezcla." Warner era la propietaria de "Kung Fu", y también de la DC Comics, pero DC nunca había adaptado ninguna serie. Marvel, que no quería esperar a pagar la licencia (y es probable que de todos modos pudiera salirse con la suya), empezó a editar su propio título, donde incorporaron a Fu Manchú, porque de todas formas tenían los derechos del personaje. La serie se llamó Master of Kung Fu (las dos últimas palabras eran la parte del logo que más se veía en portada, seguro que con la esperanza de llamar la atención de aquellos que estaban cautivados por la serie de TV, y por las artes marciales patea-culos en general). Su héroe era Shang-Chi, un arma viviente, criado por su padre Fu para eliminar a sus enemigos. Shang Chi se rebelaba contra su progenitor, escapaba de la vigilancia paterna, y unía su destino al de Denis Nayland-Smith (otro personaje de las novelas de Rohmer), el jefe de la agencia anti-terrorista británica, que desde entonces sería su guía y mentor. Durante la etapa posterior a Englehart/ Starlin, la serie adquiriría en manos de Doug Moench y Paul Gulacy un ángulo más cercano al espionaje y la intriga, ¡aunque lleno de pateamiento de traseros!

En palabras de Doug Moench: "Intentaba que en cada número apareciesen al menos un par de peleas, quiero decir, ¡el título de la serie no era sino Master of Kung Fu! Hice un par de números que solo consistían en peleas, pero también algún otro en el que no aparecía lucha alguna. ¡Esos eran mis favoritos!"

¿Por qué Shang-Chi duró tanto tiempo (diez años)? "¡Por sus maravillosos guiones!", ríe Moench. "Sabía por el correo de los lectores que había muchos interesados en todos los elementos diferentes que metíamos en la serie. La filosofía, el triángulo amoroso, los elementos de James Bond, todos tenían sus fans."

Master of Kung Fu empezó con Steve al guión y Jim Starlin al dibujo, y más tarde Doug Moench y Paul Gulacy se hicieron cargo de la serie. Doug se mantuvo durante una larga etapa en el título. Su exitoso estreno produjo una revista en blanco y negro aledaña, Deadly Hands of Kung Fu, que intentó ser una especie de revista de artes marciales en general en la que Bruce Lee aparecía en portada tanto como se podía, y además la serie de "Kung Fu" llegó a estar en la cubierta, todo embellecido por los dibujos de Neal Adams, Gil Kane, Howard Chaykin, Michael Golden, y Barry Windsor-Smith, además de artículos sobre Lee y el fenómeno del kung-fu. Además, en sus páginas se podían encontrar cómics (¡por supuesto! después de todo, esta revista la publicaba Marvel), y aparte de Shang-Chi (con guiones de Moench y dibujo de Mike Vosburg, y más tarde Rudy Nebres), aparecieron una variedad de maestros de las artes marciales como Los Hijos del Tigre.

(Continuará)

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