El primer número de Tower of Shadows contaba con las contribuciones de algunos de los mejores autores de Marvel: Stan Lee, John Buscema, John Romita y Don Heck, así como la ayuda del veterano de la EC Johnny Craig, pero la mejor de las tres historias del número era "At the Stroke of Midnight" del propio rey de los inconformistas, James Steranko. La historia en sí apenas abría nuevos caminos (una pareja cascarrabias asesina al tío del marido para heredar su fortuna y luego se encuentra con un destino horrible en la extraña mansión), pero la forma de contarla era realmente impresionante y muy especial. Steranko ya se había hecho un nombre como pionero e innovador del medio, y aquí tiró de todos los trucos del manual: páginas multi-viñeta al estilo Krigstein, coloreado de figuras al completo, ángulos vertiginosos, viñetas en blanco y negro, claroscuros, y algunos de los mejores dibujos de su carrera. En el segundo número se podía leer la típica historia preciosista de Neal Adams, "One Hungers", mientras que los primeros números de Chamber of Darkness también fueron el hogar de lo mejor de los habituales de Marvel, aunque incluso en esta etapa inicial, se pueden encontrar indicios de que Marvel no estaba muy segura de qué hacer con estos cómics.
Inicialmente, cada título presentaba al ahora narrador cadavérico estándar -el "Old Digger" en TOS y "Headstone P. Gravely" en COD, que se hacían eco respectivamente del Caín de House of Mystery y el Tío Creepy de la Warren-, pero pronto se vieron superados por el innovador hallazgo de que los creadores de cada historia apareciesen ellos mismos como narradores, presumiblemente sobre la base de que personas como Tum Sutton y Sal Buscema dan más miedo que cualquier mera urdimbre literaria. Más significativamente, las estrellas establecidas fueron reemplazadas por una mezcla de talento joven, en ocasiones bastante crudo, y algunos de los veteranos más temperamentales del cómic. Si bien les brindaron a escritores como Len Wein, Allyn Brodsky y Steve Skeates la oportunidad de participar con sus guiones, había posibilidad de que los dibujantes escribiesen su propio material, una situación que Wally Wood aprovechó sin dudarlo. Sus cuatro historias en TOS 5 a 8 son tremendamente divertidas, lo que le permite sumergirse en sus temas favoritos, con Tolkien y Príncipe Valiente a la cabeza. Ninguna es intelectualmente desafiante pero, chico, ¡son muy bonitas! Probablemente, "Flight Into Fear" del TOS 5 sea el culmen.
En Chamber of Darkness, al cada vez más infeliz Jack Kirby le dieron un par de raras oportunidades de escribir un guión, aunque al menos uno de ellos, "The Monster", en el número 4, fue alterado considerablemente antes de su publicación. Ninguna historia era exactamente revolucionaria, pero al menos el atrevido entintado de John Verpoorten es agradablemente fiel a los lápices de Kirby.
Verpoorten aparece en seis números de la línea de cómics de terror, superando al dibujante neófito Barry Smith como colaborador más prolífico. Las cinco historias de Smith llegan justo antes de subir al estrellato gracias a su participación en Conan y su obsesión por Kirby todavía muy presente. Su trabajo durante los 60 se caracterizaba por todo tipo de trucos visuales recogidos en el molde de Steranko, y por su forma de dibujar a los personajes, que aunque dejaba bastante indiferente, era muy enérgica. Smith siempre está a merced de sus entintadores, y mientras que Dan Adkins lleva a cabo un hermoso trabajo en "Demon That Devoured Hollywood" de TOS 5, Vince Colletta definitivamente asesina al artista británico dos números después.
Bernie Wrightson, una de las estrellas en ascenso de DC, e incondicional del terror, hace una aparición tardía en las series de terror de la Marvel, contribuyendo con cuatro grandes portadas para TOS y COD y una historia bastante decente para COD 7. Su portada del noveno número de Tower of Shadows es un regalo especial para los estudiantes de moda por publicar un autorretrato de Wrightson luciendo un par de pantalones cortos a cuadros muy atractivos y mocasines de estilo indio. ¡Qué bonito! El siguiente número está bendecido por otra contribución de Wrightson, pero no es una historia de terror, y el cómic ya no se llama Tower of Shadows. Significativamente, es un ejemplo de la falta de confianza y dirección que afectaría a Marvel mientras funcionaba su línea de terror. Ya en TOS 6, las reimpresiones empezaron a hacer su aparición, y para el último número de COD, apenas seis meses después, el material nuevo se redujo a unas irrisorias seis páginas.
En su décimo número, Tower of Shadows pasa a llamarse Creatures on the Loose y Chamber of Darkness se convierte en Monsters on the Prowl. La historia de Bernie Wrightson del primer Creature no es de terror, sino la primera adaptación al cómic del legendario Rey Kull de Robert E. Howard. Aunque el dibujo de Wrightson está pobremente impreso, fue tan aclamada por el público como para que Marvel se planteara editar un título protagonizado por Kull. Mientras tanto, aparentemente inadvertidas, Monsters y Creatures siguieron publicando nuevas historias, aunque detrás de unas cuantas reimpresiones de Kirby y Ditko. En total, durante el año y medio siguiente aparecieron nueve nuevas historias de terror, casi con toda certeza material de inventario para TOS y COD. Entre las muchas sorpresas agradables se encuentra una escalofriante y hermosa historia de Ralph Reese, una colaboración poco probable entre Jack ("First Kingdom") Katz y Barry Smith, y uno de los últimos trabajos artísticos de Reed Crandall.
La moraleja de la historia parece ser que es mejor no venderse a [Stan] The Man o terminarás en el infierno, un sentimiento que todos podemos entender, ¿verdad, chicos? El dibujo de Herb Trimpe es perfecto todo el tiempo, desde la tira cómica a lo Crumb de Krass hasta su pelucón bouffant y su medallón con el signo de la paz. Nadie dibuja hippies como Herb. Lamentablemente, una vez que se agota el material de inventario (con una última tira sobre un solitario dibujada por Rich Buckler en Where Monsters Dwell nº 15), Monsters on the Prowl se convierte en una colección de reimpresiones (no sin antes publicar otra tira de Kull, aunque esta vez ejerza de "teaser" de un Kull vuelto a la vida). Por su parte, Creatures on the Loose nº 16 nos descubre otra serie de espada y brujería, la subestimada "Gullivar Jones" de Roy Thomas y Gil Kane, que seguirá durante algunos números más antes de ser reemplazada por otro bárbaro, "Thongor de la Lemuria Perdida" de Lin Carter.
Sin embargo, Creatures on the Loose se opone a dicha tendencia. Si bien Marvel aparentemente carece de la voluntad de competir cara a cara con las series antológicas de DC, están felices de inundar el mercado con reimpresiones. Desde Where Monsters Dwell hasta Tomb of Darkness, el editor saca diez títulos llenos de reimpresiones por completo que saquean los archivos de misterio y terror de los 50, y las historias de monstruos de Kirby y Ditko de principios de los 60. Sin inmutarse gran cosa, la línea de terror de DC crece y no para de crecer con nuevos títulos como Ghosts y Weird War Tales, pronto acompañados por Swamp Thing, Weird Mystery Tales, Forbidden Tales of Dark Mansion y Secrets of Sinister House. El terror vende, y en DC aparentemente cualquier cosa podría recibir un cambio de imagen hacia lo misterioso, desde westerns extraños y aventuras raras hasta romance gótico e incluso humor bizarro (¡como la inmortal "Plop!"!).
En 1972, finalmente a Marvel le toca la lotería con Marvel Spotlight, una versión de terror de la serie Showcase de DC, donde idearán "Hombre Lobo", "Motorista Fantasma" e "Hijo de Satán", mientras que La Tumba de Drácula, "El Hombre Cosa" (asumiendo el control de la serie Fear donde apareció previamente) y El monstruo de Frankenstein encuentran una audiencia entusiasta. Estas series son esencialmente variaciones del enfoque de "superhéroes con problemas" patentado por Marvel (o por así decirlo, "monstruos con problemas") donde se convierte a los monstruos en estrellas e introduce una fuerte continuidad, asegurando la lealtad del lector. Aún así, la continua presencia de las colecciones de DC tuvo que suponer un constante desafío que Marvel, y el editor de editores Roy Thomas en particular, simplemente no pudieron ignorar, por lo que entre octubre de 1972 y mayo de 1973, cuatro nuevos títulos antológicos llegaron a las estanterías.
Al darse cuenta de que los títulos antiguos a veces carecían de dirección, Thomas decide construir una nueva línea en torno a las adaptaciones de historias clásicas de terror y ciencia ficción. El primer número del revivido Journey Into Mystery establece el patrón de lo que vendrá después con una poderosa adaptación de "Dig Me No Grave" de Robert E. Howard producida por Roy Thomas y Gil Kane, y respaldada con contribuciones de Ralph Reese, Steve Englehart, Jim Starlin y Steve Skeates. Puede que el estreno del mes siguiente, el primer número de Chamber of Chills, no sea tan impresionante, aunque los números posteriores lo compensan con unas preciosas historias de Frank Brunner. Un mes después, se publican más novedades en la misma onda: Supernatural Thrillers, que presenta adaptaciones largas de libros de diversa calidad. El recuento en el primer número de "It!" de Ted Sturgeon por parte de Thomas, Marie Severin y Frank Giacoia es ciertamente potente, aunque lo diluya un poco su similitud con La Cosa del Pantano, el Hombre Cosa, The Heap, y demás. La última de las cuatro series en hacer aparición supone para Thomas un trabajo de amor: Mundos Desconocidos, donde se adaptan historias clásicas de ciencia ficción y es una especie de ensayo para la revista en blanco y negro que se publicará años después, la mucho más respetada Unknown Worlds of Science Fiction.
(Finalizará)
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