Hace mucho que Pat Mills y Kevin O´Neill prometieron seguir sacando nuevas aventuras de su personaje de culto Marshal Law, al que han ido tratando con cuentagotas desde aquella mítica miniserie inicial editada bajo el paraguas del sello Epic de la Marvel de los ochenta. En ocasiones se han visto obligados a juntarlo con personajes más famosos en crossovers tan insólitos como Marshal Law/ The Mask o Marshal Law/ Savage Dragon y algunas otras de sus hazañas han aparecido en soportes diferentes igual de extraños, como ocurría en la novela titulada "Cloak of Evil", escrita por el guionista e ilustrada por el dibujante. Pero las obligaciones contractuales de O´Neill con La Liga de los Hombres Extraordinarios y las de Pat Mills con un porrón de cosas (entre otras la increíble saga titulada "Réquiem") les ha obligado a dejar el personaje en barbecho. Por ahora.
Este tebeo es uno de lo mejores y más vitriólicos de su generación. En su interior se pueden encontrar grandes cantidades de desinformación, crítica social y mutilación del ideal superheróico clásico. Es puro entretenimiento y puro tebeo, y no creo que sus autores lo vayan a descartar para siempre tan fácilmente.
La siguiente entrevista realizada por Bruce Costa a Pat Mills y Kevin O´ Neill del 25 de noviembre de 1997 se celebró con motivo de la publicación de Marshal Law/ Mask, aunque no recuerdo dónde pude conseguirla. La traducción es mía.
-Frog2000
Pat Mills y Kevin O´Neill son excelentes personas (aunque no te lo imaginas leyendo la locura que supone Marshal Law.) Mezclarlo con La Máscara ha convertido el concepto en algo aún más loco. Tuve el placer de conversar con ellos una mañana de noviembre en su casa de Inglaterra por medio de internet.
Bruce Costa: Con la muerte del cómic de superhéroes que creo que ha ocurrido en los últimos años ¿no os parece que ahora vuestra propuesta del personaje de Marshal Law es mucho más apropiada?
Pat Mills: Sí, tienes razón. Lamentablemente los superhéroes siguen proliferando y la mayoría de lo que se publica no parece que tenga algo nuevo o interesante que contar (lo cuál es un poco frustrante cuando vas a escribir Marshal Law). Nuestro personaje sólo caza a los clásicos. Eso no significa que cuando tengamos cubiertos los principales arquetipos de héroes lo hayamos hecho todo. Al contrario, Law es un personaje primario que se puede insertar en un gran número de escenarios. Muchas de las ideas que inspiraban el cómic son ajenas al género de los superhéroes. Por ejemplo, nos inspiramos en películas como "Victor o Victoria" y otras cosas parecidas. Y utilizamos esa base para crear una historia sólida de Marshal Law. En lugar de decirnos: "oh, bueno, quizá deberíamos echar un vistazo a la Liga de la Justicia", decidimos empezar por desarrollar nuestros propios superhéroes. Nosotros no operamos fijándonos en el resto. Creo que si lo hiciésemos el personaje se convertiría en una parodia. Law iría cazando personajes estereotipificados y terminaría acabándose. La gente nos exigiría que hiciésemos el final del personaje. Pero Law no es eso. Creo que tiene mucha más energía.
Kevin O´Neill: Sí, creo que Law ejerce una labor mítica y además hemos elaborado un gran muestreo de pandillas de superhéroes con varios tipos de habilidades. Pero como Pat ha señalado antes, si nosotros trabajásemos con una lista de héroes, sería relativamente pequeña, porque en ella sólo aparecerían los superhéroes primarios. Supongo que la habríamos agotado hace tiempo. Si escoges personajes más modernos te podrás fijar que comparados con los prototipos más antiguos, sus cimientos son ofensivamente pobres.
Costa (riéndose): Así que no sólo yo me había fijado en eso. Leer Mask/ Marshal Law me recuerda lo agradable que parece que en Law demostréis cierta inconsciencia a la hora de infringir marcas registradas. Quiero decir, las estanterías están inundadas con testosterona y látex y cuero y armas y pechos cada mes... ¡y es muy refrescante encontrarte con un cómic lleno de testosterona y cuero y armas!
(O´Neill y Pat Mills se ríen.)
Mills: Pero al mismo tiempo, lo primero que hicimos fue echar un vistazo a las razones de por qué la gente lee los cómics de superhéroes. Mejor coger con pinzas lo que voy a decir a continuación... pero creo que todo trata sobre tener y no tener poder. Claramente la gente se siente invencible al leer estos cómics. Resultan impactantes. Si bajas hasta otro nivel más simple, puede que quizá vivas en un barrio que te resulta amenazador, que seas joven y que leas sobre ese tipo que es capaz de machacar a los matones locales y que tiene una vida de fantasía más interesante que la tuya. Así que entiendo el valor que tienen los héroes en la actualidad. Y creo que esa idea de "no tener poder de hacer nada" está muy relacionada con Marshal Law. No nos resulta tan antipático como a veces se muestra con los superhéroes. Al contrario, creo que es un verdadero seudo-héroe. Pero me gusta pensar que es sincero, alguien que se opone a la mierda que ocurre a su alrededor. Aquí tenemos a un chico que aborrece cierta parte de sí mismo, y ese es el alter-ego de Marshal Law. Pero su otro lado se compadece de la gente que han sido héroes, y por eso trabaja obsesionado en un hospital para ayudarlos. Obviamente existe un conflicto entre ambos aspectos de su personalidad. Creo que es aquí donde diferimos de lo paródico, porque la parodia sólo busca la risa fácil. Quiero decir, en Marshal Law queremos provocar la risa fácil (se ríe), pero también queremos mostrar algo de humanidad en el cómic y enseñar las necesidades que tenemos de que existan este tipo de personajes. La gente tiene necesidad de héroes y creo que la cosecha actual es, en ocasiones, algo sombría. Creo que Law sirve para revisar con ojo crítico muchas de las propuestas actuales y algunos aspectos comunes del género. ¡No es que estemos intentando mejorarlo! (se ríe) ¡Sino que lo vamos a dejar peor!
O´Neill: Gracias a la forma en que se nos suelen presentar estos héroes, creo que nuestro personaje genera un interesante intercambio de polaridad. Actualmente casi ninguno de ellos tiene una identidad secreta. Ahora existe la tendencia de que los personajes vivan siempre con el disfraz puesto, que siempre se estén topando con problemas y que estén haciendo alguna superheroicidad todo el tiempo. Hace que todo parezca hiperactivo, lo que seguramente será un reflejo del lector. La gente no se molesta en leer (como se hacía antes) cómo Clark Kent espera a entrar en acción. Ese fenómeno ha dado paso a un paradigma terrible. No tienes a nadie a quién recurrir para poder soportar la fantasía de Superman. Mucha gente pensará que identificarse con Clark Kent no es demasiado correcto, pero es que nadie puede identificarse todo el tiempo con Superman, a menos que se estén comiendo demasiados filetes rellenos de esteroides en América. Todos los personajes son tremendamente superficiales. ¡Por eso Marshal Law es el más serio de todos, aunque también sea el más divertido!
Mills: Y mucho, es muy evidente en Mask/ Marshal Law. No es que nos sentásemos y nos dijéramos: "vamos a hacer Marshal Law contra la Máscara". Primero empezamos a pensar en las oportunidades que la Máscara nos estaba dando para explorar el universo de Marshal Law, y meterlo todo en una nueva historia. Y la Máscara nos ofrecía en particular grandes posibilidades. La Máscara es como una llave al subconsciente. Se puede tratar de muchas formas. Tenemos un personaje (El Durmiente) que queríamos hacer volver desde ¿cuánto hace, Kev, doce, trece años?
O´Neill: Creo que unos cuantos, sí.
Mills: Y así, usando la Máscara como vehículo, o más bien usándola como un recurso para satirizar a los superhéroes, la parodia queda en un segundo plano. Por ejemplo, al final del primer número había algo que me entusiasmó. El Ojo en el Cielo que alertaba a Marshal de que tenía que volver a casa era completamente ignorado mientras el personaje "forcejeaba" con su última novia. Entonces aparecían nuevos mensajes en el cielo: "devolvedme el dinero" y otras cosas parecidas. Y finalmente aparecía la frase: "El Durmiente está vivo". Marshal apartaba a su novia a un lado (justo cuando estaban en la posición más cómoda) y decía "¡tengo que volver!" El Ojo en el Cielo parodia todos esos métodos de comunicación maravillosamente arcaicos de los años de La Edad de Oro de los Superhéroes. Pero en realidad no estábamos buscando reírnos de ello, sino que nos salió de una forma natural. Seguramente ese puede ser nuestro punto fuerte, el de que no intentamos arrancarle la médula a las cosas o simplemente rendirles homenaje. Como son cosas que nos salen de forma natural, entonces nos desenvolvemos mucho mejor al hacerlas.
Costa: ¿Podéis contarles qué es Marshal Law a los nuevos lectores?
O´Neill: Es un antiguo super-soldado de los E.E.U.U. que luchó en la Guerra de América Central (La Zona). Al regresar a su país los soldados que estaban en el conflicto empiezan a montar bandas a lo largo de la Costa Oeste, de forma similar a lo que hicieron los chicos de las Fuerzas Aéreas al formar Los Ángeles del Infierno cuando se terminó la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia de su identidad anterior, Law es nombrado policía por el comisario McGlande de San Futuro (el San Francisco futurista), otorgándole la capacidad de utilizar sus propios métodos (es una especie de vigilante autorizado). Opera al margen de la fuerza policial normal para poder controlar a las bandas de superhéroes. Sin querer entrar en detalles más concretos... creo que así está bien explicado ¿no, Pat?
Mills: Maravillosamente exacto, creo. Agradablemente aplastante.
Costa: ¿Podéis anticipar una sinopsis incompleta (más que nada para mantener el suspense) de la historia Mask/ Marshal Law?
Mills: Te adelantaré algo, pero por favor, Kev, si suelto demasiado, córtame. Todo comienza cuando Marshal Law va a a dejar de ser un cazador de superhéroes. Está harto y ha dejado de lado toda la mierda relacionada con ellos. Creo que es una de las escenas más gratificantes que hemos hecho en Marshal desde hace mucho tiempo, porque aquí tenemos a un tipo que ya no odia a los superhéroes. Todos nuestros lectores exclamarán: "¡oh, no! ¡ahora que ya no los odia, no va a pasar nada interesante!" Me temo que será al revés, ahora el personaje siente mayor inclinación a cometer actos horribles. Puede que se encuentre golpeando a algunos superhéroes y empiece a pensar que ya no es divertido. "Más papeleo, más sangre en mis botas...!" Tiene la intención de dejarlo. Ha dado con una superheroína que quiere hacerse cargo de su trabajo. Mientras tanto, la sede científica de S.H.O.C.C. (Superhéroes Operación Comando y Control) ha encontrado un misterioso artefacto: La Máscara. Los científicos descubren que posee un extraño poder psíquico, la habilidad de cambiar la realidad. Así que por razones bien conocidas por todos y siguiendo la larga tradición de científicos locos...
(Costa se ríe).
Mills: ...deciden que la persona ideal con la que usar el objeto es el Durmiente, el personaje que se encuentra en estado comatoso en la bóveda de S.H.O.C.C. desde hace trece años. De hecho, que sea el superhéroe más peligroso y letal de toda América ni siquiera los desanima, porque piensan: "no hay problema, tenemos varios dispositivos de seguridad. Nos hemos anticipado a cada situación peligrosa que pueda ocurrir. Sabemos que no va a haber ningún problema. Si las cosas se salen de madre, ya contábamos con ello." Y todos decimos en ese punto: Oh, Dios, ¿qué es lo que pasa con esta gente? Ya sabes, así ha funcionado la Ciencia a lo largo de la historia ¿no? La bomba atómica... la verdad es que los científicos la fastidiaron. Así que tratamos a la Máscara de una forma algo diferente. La tratamos más como si fuese un objeto científico. Nos fijamos en el proceso de unión entre la Máscara y la cara del Durmiente. Es algo que resulta muy grotesco y se producen algunas metamorfosis horrorosas mientras la Máscara está sondeando la psique de Dany (El Durmiente). Quiero decir, la mente de ese tipo es como una enorme cloaca, es alguien atormentado por culpa de una infancia desestructurada.
O´Neill: Al ponerse La Máscara se incrementa esa inestabilidad. Rompe sus ataduras e inmediatamente se activan los mecanismos de seguridad. Entonces lo bombardean con prozac...
Mills: Así que ahí tienes esa extraña Máscara con una sonrisa enorme...
Costa: Me encanta ¡la clásica sonrisa del prozac! Me gustó tanto que casi recorto la viñeta y se la envío a todos los hospitales del país. Hubiese sido bonito.
(Mills se ríe).
O´Neill (riendo): Parece más chula en verde, ¿no?
Mills: Y después de ocurrir todo esto, los científicos deciden hacerle al Durmiente una craneotomía completa.
O´Neill: Sí, lo bueno de la Máscara es que nos permite aventurarnos y hacer cosas que de otra forma no podríamos, como decapitar al personaje principal. Normalmente el lector no se espera verlo caminar por ahí unas cuantas viñetas después, pero La Máscara nos ofrecía esa oportunidad.
Costa: Supongo que fue muy divertido trabajar con el personaje.
Mills: Creo que nos lo pasamos muy bien. Hicimos cosas con Marshal Law que no habíamos hecho antes. Cosas que podríamos describir como cercanas a la magia. Porque la Máscara no arrastra un mito complejo y no teníamos a nuestro editor, Scott Allie, diciéndonos qué es lo que podíamos hacer y lo que no. Es un arquetipo muy manejable, nos ofreció más libertad creativa que si hubiésemos estado trabajando con un personaje de la DC. No tiene una larga historia detrás y por eso fue mucho más fácil trabajar con este personaje.
Entrada de Marshal Law en la wikipedia.
Este tebeo es uno de lo mejores y más vitriólicos de su generación. En su interior se pueden encontrar grandes cantidades de desinformación, crítica social y mutilación del ideal superheróico clásico. Es puro entretenimiento y puro tebeo, y no creo que sus autores lo vayan a descartar para siempre tan fácilmente.
La siguiente entrevista realizada por Bruce Costa a Pat Mills y Kevin O´ Neill del 25 de noviembre de 1997 se celebró con motivo de la publicación de Marshal Law/ Mask, aunque no recuerdo dónde pude conseguirla. La traducción es mía.
-Frog2000
Pat Mills y Kevin O´Neill son excelentes personas (aunque no te lo imaginas leyendo la locura que supone Marshal Law.) Mezclarlo con La Máscara ha convertido el concepto en algo aún más loco. Tuve el placer de conversar con ellos una mañana de noviembre en su casa de Inglaterra por medio de internet.
Bruce Costa: Con la muerte del cómic de superhéroes que creo que ha ocurrido en los últimos años ¿no os parece que ahora vuestra propuesta del personaje de Marshal Law es mucho más apropiada?
Pat Mills: Sí, tienes razón. Lamentablemente los superhéroes siguen proliferando y la mayoría de lo que se publica no parece que tenga algo nuevo o interesante que contar (lo cuál es un poco frustrante cuando vas a escribir Marshal Law). Nuestro personaje sólo caza a los clásicos. Eso no significa que cuando tengamos cubiertos los principales arquetipos de héroes lo hayamos hecho todo. Al contrario, Law es un personaje primario que se puede insertar en un gran número de escenarios. Muchas de las ideas que inspiraban el cómic son ajenas al género de los superhéroes. Por ejemplo, nos inspiramos en películas como "Victor o Victoria" y otras cosas parecidas. Y utilizamos esa base para crear una historia sólida de Marshal Law. En lugar de decirnos: "oh, bueno, quizá deberíamos echar un vistazo a la Liga de la Justicia", decidimos empezar por desarrollar nuestros propios superhéroes. Nosotros no operamos fijándonos en el resto. Creo que si lo hiciésemos el personaje se convertiría en una parodia. Law iría cazando personajes estereotipificados y terminaría acabándose. La gente nos exigiría que hiciésemos el final del personaje. Pero Law no es eso. Creo que tiene mucha más energía.
Kevin O´Neill: Sí, creo que Law ejerce una labor mítica y además hemos elaborado un gran muestreo de pandillas de superhéroes con varios tipos de habilidades. Pero como Pat ha señalado antes, si nosotros trabajásemos con una lista de héroes, sería relativamente pequeña, porque en ella sólo aparecerían los superhéroes primarios. Supongo que la habríamos agotado hace tiempo. Si escoges personajes más modernos te podrás fijar que comparados con los prototipos más antiguos, sus cimientos son ofensivamente pobres.
Costa (riéndose): Así que no sólo yo me había fijado en eso. Leer Mask/ Marshal Law me recuerda lo agradable que parece que en Law demostréis cierta inconsciencia a la hora de infringir marcas registradas. Quiero decir, las estanterías están inundadas con testosterona y látex y cuero y armas y pechos cada mes... ¡y es muy refrescante encontrarte con un cómic lleno de testosterona y cuero y armas!
(O´Neill y Pat Mills se ríen.)
Mills: Pero al mismo tiempo, lo primero que hicimos fue echar un vistazo a las razones de por qué la gente lee los cómics de superhéroes. Mejor coger con pinzas lo que voy a decir a continuación... pero creo que todo trata sobre tener y no tener poder. Claramente la gente se siente invencible al leer estos cómics. Resultan impactantes. Si bajas hasta otro nivel más simple, puede que quizá vivas en un barrio que te resulta amenazador, que seas joven y que leas sobre ese tipo que es capaz de machacar a los matones locales y que tiene una vida de fantasía más interesante que la tuya. Así que entiendo el valor que tienen los héroes en la actualidad. Y creo que esa idea de "no tener poder de hacer nada" está muy relacionada con Marshal Law. No nos resulta tan antipático como a veces se muestra con los superhéroes. Al contrario, creo que es un verdadero seudo-héroe. Pero me gusta pensar que es sincero, alguien que se opone a la mierda que ocurre a su alrededor. Aquí tenemos a un chico que aborrece cierta parte de sí mismo, y ese es el alter-ego de Marshal Law. Pero su otro lado se compadece de la gente que han sido héroes, y por eso trabaja obsesionado en un hospital para ayudarlos. Obviamente existe un conflicto entre ambos aspectos de su personalidad. Creo que es aquí donde diferimos de lo paródico, porque la parodia sólo busca la risa fácil. Quiero decir, en Marshal Law queremos provocar la risa fácil (se ríe), pero también queremos mostrar algo de humanidad en el cómic y enseñar las necesidades que tenemos de que existan este tipo de personajes. La gente tiene necesidad de héroes y creo que la cosecha actual es, en ocasiones, algo sombría. Creo que Law sirve para revisar con ojo crítico muchas de las propuestas actuales y algunos aspectos comunes del género. ¡No es que estemos intentando mejorarlo! (se ríe) ¡Sino que lo vamos a dejar peor!
O´Neill: Gracias a la forma en que se nos suelen presentar estos héroes, creo que nuestro personaje genera un interesante intercambio de polaridad. Actualmente casi ninguno de ellos tiene una identidad secreta. Ahora existe la tendencia de que los personajes vivan siempre con el disfraz puesto, que siempre se estén topando con problemas y que estén haciendo alguna superheroicidad todo el tiempo. Hace que todo parezca hiperactivo, lo que seguramente será un reflejo del lector. La gente no se molesta en leer (como se hacía antes) cómo Clark Kent espera a entrar en acción. Ese fenómeno ha dado paso a un paradigma terrible. No tienes a nadie a quién recurrir para poder soportar la fantasía de Superman. Mucha gente pensará que identificarse con Clark Kent no es demasiado correcto, pero es que nadie puede identificarse todo el tiempo con Superman, a menos que se estén comiendo demasiados filetes rellenos de esteroides en América. Todos los personajes son tremendamente superficiales. ¡Por eso Marshal Law es el más serio de todos, aunque también sea el más divertido!
Mills: Y mucho, es muy evidente en Mask/ Marshal Law. No es que nos sentásemos y nos dijéramos: "vamos a hacer Marshal Law contra la Máscara". Primero empezamos a pensar en las oportunidades que la Máscara nos estaba dando para explorar el universo de Marshal Law, y meterlo todo en una nueva historia. Y la Máscara nos ofrecía en particular grandes posibilidades. La Máscara es como una llave al subconsciente. Se puede tratar de muchas formas. Tenemos un personaje (El Durmiente) que queríamos hacer volver desde ¿cuánto hace, Kev, doce, trece años?
O´Neill: Creo que unos cuantos, sí.
Mills: Y así, usando la Máscara como vehículo, o más bien usándola como un recurso para satirizar a los superhéroes, la parodia queda en un segundo plano. Por ejemplo, al final del primer número había algo que me entusiasmó. El Ojo en el Cielo que alertaba a Marshal de que tenía que volver a casa era completamente ignorado mientras el personaje "forcejeaba" con su última novia. Entonces aparecían nuevos mensajes en el cielo: "devolvedme el dinero" y otras cosas parecidas. Y finalmente aparecía la frase: "El Durmiente está vivo". Marshal apartaba a su novia a un lado (justo cuando estaban en la posición más cómoda) y decía "¡tengo que volver!" El Ojo en el Cielo parodia todos esos métodos de comunicación maravillosamente arcaicos de los años de La Edad de Oro de los Superhéroes. Pero en realidad no estábamos buscando reírnos de ello, sino que nos salió de una forma natural. Seguramente ese puede ser nuestro punto fuerte, el de que no intentamos arrancarle la médula a las cosas o simplemente rendirles homenaje. Como son cosas que nos salen de forma natural, entonces nos desenvolvemos mucho mejor al hacerlas.
Costa: ¿Podéis contarles qué es Marshal Law a los nuevos lectores?
O´Neill: Es un antiguo super-soldado de los E.E.U.U. que luchó en la Guerra de América Central (La Zona). Al regresar a su país los soldados que estaban en el conflicto empiezan a montar bandas a lo largo de la Costa Oeste, de forma similar a lo que hicieron los chicos de las Fuerzas Aéreas al formar Los Ángeles del Infierno cuando se terminó la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia de su identidad anterior, Law es nombrado policía por el comisario McGlande de San Futuro (el San Francisco futurista), otorgándole la capacidad de utilizar sus propios métodos (es una especie de vigilante autorizado). Opera al margen de la fuerza policial normal para poder controlar a las bandas de superhéroes. Sin querer entrar en detalles más concretos... creo que así está bien explicado ¿no, Pat?
Mills: Maravillosamente exacto, creo. Agradablemente aplastante.
Costa: ¿Podéis anticipar una sinopsis incompleta (más que nada para mantener el suspense) de la historia Mask/ Marshal Law?
Mills: Te adelantaré algo, pero por favor, Kev, si suelto demasiado, córtame. Todo comienza cuando Marshal Law va a a dejar de ser un cazador de superhéroes. Está harto y ha dejado de lado toda la mierda relacionada con ellos. Creo que es una de las escenas más gratificantes que hemos hecho en Marshal desde hace mucho tiempo, porque aquí tenemos a un tipo que ya no odia a los superhéroes. Todos nuestros lectores exclamarán: "¡oh, no! ¡ahora que ya no los odia, no va a pasar nada interesante!" Me temo que será al revés, ahora el personaje siente mayor inclinación a cometer actos horribles. Puede que se encuentre golpeando a algunos superhéroes y empiece a pensar que ya no es divertido. "Más papeleo, más sangre en mis botas...!" Tiene la intención de dejarlo. Ha dado con una superheroína que quiere hacerse cargo de su trabajo. Mientras tanto, la sede científica de S.H.O.C.C. (Superhéroes Operación Comando y Control) ha encontrado un misterioso artefacto: La Máscara. Los científicos descubren que posee un extraño poder psíquico, la habilidad de cambiar la realidad. Así que por razones bien conocidas por todos y siguiendo la larga tradición de científicos locos...
(Costa se ríe).
Mills: ...deciden que la persona ideal con la que usar el objeto es el Durmiente, el personaje que se encuentra en estado comatoso en la bóveda de S.H.O.C.C. desde hace trece años. De hecho, que sea el superhéroe más peligroso y letal de toda América ni siquiera los desanima, porque piensan: "no hay problema, tenemos varios dispositivos de seguridad. Nos hemos anticipado a cada situación peligrosa que pueda ocurrir. Sabemos que no va a haber ningún problema. Si las cosas se salen de madre, ya contábamos con ello." Y todos decimos en ese punto: Oh, Dios, ¿qué es lo que pasa con esta gente? Ya sabes, así ha funcionado la Ciencia a lo largo de la historia ¿no? La bomba atómica... la verdad es que los científicos la fastidiaron. Así que tratamos a la Máscara de una forma algo diferente. La tratamos más como si fuese un objeto científico. Nos fijamos en el proceso de unión entre la Máscara y la cara del Durmiente. Es algo que resulta muy grotesco y se producen algunas metamorfosis horrorosas mientras la Máscara está sondeando la psique de Dany (El Durmiente). Quiero decir, la mente de ese tipo es como una enorme cloaca, es alguien atormentado por culpa de una infancia desestructurada.
O´Neill: Al ponerse La Máscara se incrementa esa inestabilidad. Rompe sus ataduras e inmediatamente se activan los mecanismos de seguridad. Entonces lo bombardean con prozac...
Mills: Así que ahí tienes esa extraña Máscara con una sonrisa enorme...
Costa: Me encanta ¡la clásica sonrisa del prozac! Me gustó tanto que casi recorto la viñeta y se la envío a todos los hospitales del país. Hubiese sido bonito.
(Mills se ríe).
O´Neill (riendo): Parece más chula en verde, ¿no?
Mills: Y después de ocurrir todo esto, los científicos deciden hacerle al Durmiente una craneotomía completa.
O´Neill: Sí, lo bueno de la Máscara es que nos permite aventurarnos y hacer cosas que de otra forma no podríamos, como decapitar al personaje principal. Normalmente el lector no se espera verlo caminar por ahí unas cuantas viñetas después, pero La Máscara nos ofrecía esa oportunidad.
Costa: Supongo que fue muy divertido trabajar con el personaje.
Mills: Creo que nos lo pasamos muy bien. Hicimos cosas con Marshal Law que no habíamos hecho antes. Cosas que podríamos describir como cercanas a la magia. Porque la Máscara no arrastra un mito complejo y no teníamos a nuestro editor, Scott Allie, diciéndonos qué es lo que podíamos hacer y lo que no. Es un arquetipo muy manejable, nos ofreció más libertad creativa que si hubiésemos estado trabajando con un personaje de la DC. No tiene una larga historia detrás y por eso fue mucho más fácil trabajar con este personaje.
Entrada de Marshal Law en la wikipedia.
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