miércoles, 30 de junio de 2010

ENTREVISTA A PETER BAGGE EN THE COMICS JOURNAL 3 (DE 3)

ENTREVISTA A PETER BAGGE EN "THE COMICS JOURNAL" Nº 159. Junio de 1993 - Y 3 (DE 3). Por Carole Sobocinski. Traducido por Frog2000. PARTE 1, PARTE 2

GRACIAS A TODOS LOS QUE LO HAN ANUNCIADO: La cárcel de papel, Sigue al conejo blanco, SpidermanEntrecomics.


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SOBOCINSKI: Bien, ¿cómo te sientes al tener un espacio para poder expresar tu rabia ante una gran audiencia?

BAGGE: Bueno, me parece algo fabuloso. Y me estremezco al pensar el tipo de persona que sería si no tuviese esa salida.

SOBOCINSKI: Probablemente estarías haciendo pintadas en un parque.

BAGGE: Correcto. Sería todo un mamón. Amenazaría a los chavales. No sé. Me alegro de disponer de mi propia forma de expresión. Me gusta pensar que de no tenerlo, de una forma u otra estaría haciendo algo parecido. No puedo entender cómo alguien puede llegar a decir: “Oh, estoy muy frustrado, tú puedes expresarte y yo no.” Bien, también puedes expresarte. Cualquiera puede. Incluso si tan solo haces algún pequeño mini-comic que no vaya a llegar a mucha gente. ¿Qué más da el número de personas que lo lea? Por supuesto, si realmente crees en lo que haces y vives de ello, querrás que lo lea tanta gente como resulte posible. Pero cualquiera puede darse la oportunidad de tener una salida creativa, ¿sabes? ¿Quién tiene ocupado su tiempo las 24 horas?

SOBOCINSKI: [Se ríe.] Por ejemplo, yo.

BAGGE: Bueno, no sé. ¿Sientes como si pudieras expresarte..., crees que editar el Journal te llena creativamente?

SOBOCINSKI: Oh, claro. Por supuesto.

BAGGE: Ahí lo tienes. Quiero decir: estoy hablando de personas que sienten como si tuviesen trabajos que no les ofrecen nada, que tan sólo son una forma de pagar el alquiler. Pero sí, me doy cuenta de que soy un tipo afortunado al ser capaz de criticar y despotricar y aullar a la luna y de que encima me paguen por ello.
SOBOCINSKI: ¿De dónde provienen tus historias?

BAGGE: Bueno, de bastantes sitios que pueden ser de muchas clases. Cuando empecé con Odio, fue justo en la época en la que iba a ser padre. A mitad de camino empecé a hacer dinero de forma decente, y además me sentía bien a mis treinta años, así que empecé a distanciarme de una forma natural del estado de ánimo que tenía cuando todavía estaba pagando un alquiler mínimo. Abandoné la vida bohemia. También empecé a ser capaz de juzgar de una forma objetiva todos esos años que había pasado en Nueva York y Hoboken. Por fin era capaz de resumirlos. Y tanto a mis amigos como a mí empezaron a ocurrirnos muchas otras cosas que se convirtieron en una gran fuente de ideas, una tonelada de ideas que se me vinieron encima de repente. No me sorprendería en absoluto (aunque no es que tenga unos planes definidos) que en cinco o 10 años a partir de ahora mismo estuviese haciendo un comic-book que más o menos estuviera basado en lo que estoy haciendo actualmente o experimentando en este mismo momento, en la vida que estoy viviendo ahora mismo. Mira, ahora no puedo pensar directamente en cómo podría construir una historia o un tebeo interesante con todo eso. Pero al mirar hacia atrás de nuevo, hace cinco o diez años tampoco pude prever que me estuviera pasando algo con lo que idear un cómic que resultara interesante en el futuro.
SOBOCINSKI: Supongo que el tiempo y la perspectiva son buenos editores.

BAGGE: Claro, es difícil ser objetivo en el mismo momento en el que te están pasando esas cosas. Además, podría resultar algo embarazoso, porque aunque soy capaz de reírme de algunas de las cosas que hace Buddy Bradley, si aún tuviese 24 años e hiciese un tebeo sobre una persona con la misma edad... ¿cómo podría reírme de algo a lo que admiro?

SOBOCINSKI: Durante todos estos años has estado trabajando como historietista, ¿cuál es el mejor consejo que te ha dado alguien, y quién fue la persona que lo hizo?

BAGGE: Fue de John Holmstrom, que me dijo: “El mejor tipo de humor es el que se está a nivel visceral. Personalmente no puedo soportar el humor que no es capaz de provocar una reacción visceral en el lector. Con un cómic no vas a ser capaz de salvar el mundo. Métetelo ya en la cabeza. No intentes iluminar a la gente de una forma deliberada. Nunca escojas la actitud de "la persona que se lee mi tira es porque es muy lista". Eso siempre será una chorrada.” Y aunque sé que él sabía que no me iba a tomar sus consejos totalmente en serio, por lo menos me ofreció su opinión personal. Esa era su actitud en cuanto a los cómics. Pero en aquella época tenía mucho sentido, y cuanto más lo pensaba y más lo comprendía (al menos respecto a lo que pretendía hacer), sé que estaba en lo cierto. 


Por otro lado, aparte de este consejo no sería capaz de repetirte ningún consejo en particular de todos los que me han dado hasta ahora, aunque bien podría decirte que trabajar con Robert Crumb fue genial. Cuando me pidió que me hiciese cargo de Weirdo, algunas de las personas que conocía y que ya habían conocido a Crumb personalmente (yo aún no me relacionaba con él en ese momento...) casi todas las que le conocían me dijeron: “Mira, Crumb es un gran artista, pero es mejor advertírtelo, puede dejarte completamente colgado. Es un tío muy raro e impredecible. Nunca se queda enganchado con algo durante demasiado tiempo, así que no debería sorprenderte en absoluto que te deje tirado. No esperes nada de ese tío porque está completamente chiflado.” Y lo más interesante es que nada de todo lo que me dijeron resultó ser verdad. De lejos creo que fue la persona más digna de confianza con la que he trabajado nunca. Puede que estuviese haciendo un esfuerzo especial por mí. Por lo que sé, creo que se sentía culpable de haber cogido a un chico joven e inocente y haberle puesto en ese extraño puesto, y se sintió obligado a hacer lo imposible por cubrirme las espaldas cada vez que me surgía algún problema.
SOBOCINSKI: Es que me parece poco probable. Crumb es un hombre agradable, muy razonable, y yo también le respeto un montón.

BAGGE: Claro, para mí fue un modelo a seguir de muchas formas. Realmente me impresionó mucho, y sé que a mucha gente va a chocarle, pero lo hizo como persona, me impresionó mucho cómo vivía su propia vida. Nunca ha perdido de vista aquello que le importa y está dispuesto a soportar una buena cantidad de mierda para mantenerlo. Por eso, en cuanto a tu pregunta de si alguna vez me ha dado alguien algún consejo, no puedo mencionar ninguno de los pocos consejos que me dio Crumb, aunque todos los que me han dado siempre los asocio con él.

SOBOCINSKI: ¿Entonces lo consideras como una especie de modelo a seguir?

BAGGE: Bueno, es el único al que he respetado en todo, tanto en lo que hace como en su vida privada. Por supuesto, durante los últimos cinco años también he podido ver la cara oculta de Crumb. Parece como si cada vez que lo viese pensara: “Ya tengo calado a este tío.” Y supongo que básicamente será así. Pero siempre hace o dice algo que me deja completamente descolocado. No es necesariamente algo de lo que esté haciendo, sino esa actitud verdaderamente sombría, muy negativa y amarga que tiene ante la vida, que en parte debe ser genética, porque toda su familia la sufre por igual. Tiene ese gran ego que grita por todos lados: “¡El mundo me debe tantísimo!”

SOBOCINSKI: Quizá es que piensa en cosas que la mayoría de la gente no presta atención y que le afectan mucho.

BAGGE: Claro, pero eso también me parece algo infantil, porque claro, a él le gustaría tenerlo todo. O quizá es que sea honesto: “Hey, soy realista, sé qué esperarme, pero eso no va a hacer que deje de querer tenerlo todo. Y de decir que lo quiero.” Pero sólo es una forma de... casi es como si se aferrara a esas actitudes negativas. Es como si generara miseria. Y probablemente es algo que se siente obligado a hacer, porque es toda esa miseria y alienación lo que le convierte en un gran artista.
SOBOCINSKI: Examinado algunos antiguos números de Comical Funnies, y también algunas de las revistas punk en las que participaste, me intrigó mucho el hecho de que tus ilustraciones sufrieran una evolución tan notable en el tiempo. Es algo más que un simple refinamiento en tu técnica, es como un cambio definitivo. ¿Hiciste un esfuerzo consciente para cambiar de estilo?

BAGGE: Bueno, supongo que como cualquier otro artista que está decidido a mejorar, mirar mi antiguo trabajo me hace temblar. Realmente me resulta difícil examinar mi antiguo material, especialmente esos números de Comical Funnies, porque tan sólo se trata de mi primera obra publicada.


Durante todo el tiempo que mi trabajo ha estado disponible, creo que mi estilo de dibujo ha sido el mismo. Todavía hace alarde de toda esa exageración y de las bocas grandes y los codos y las rodillas curvadas. Nunca he sabido abocetar correctamente, especialmente en los primeros tiempos. Tuve que luchar en serio con la pluma y el pincel. Nunca me he dedicado a perfeccionar mi oficio durante mis años de juventud, en el Instituto, y ni siquiera en la Escuela de Arte. Nunca me he sentado y me he puesto a dominar el entintado...
SOBOCINSKI: ¿Dirías que lo que haces, lo haces por instinto?

BAGGE: Oh, no. En el momento en que decidí convertirme en historietista, que sería alrededor de 1978-1980, estaba cogiendo por primera vez todas esas herramientas y, por lo menos yo soy capaz de notarlo muchísimo. Para empezar no tenía buen pulso, así que básicamente no sabía lo que estaba haciendo. Diría que simplemente soy mejor de lo que era entonces. [Risas.] Notaba todo lo que me estaba esforzando y no conseguía hacer nada. Lo que tenía en la cabeza y lo que surgía de mi brazo y de mis dedos, a través del lápiz al papel, se encontraba mucho más lejos de lo que quería conseguir de lo que hago actualmente. Lo que quiero decir es que ahora, lo que acaba en el papel está mucho más cerca de lo que tengo en mente. Además, mi dibujo es mucho más expresivo y me gusta pensar que estoy mejorando en algunas de las expresiones más relajadas, en las más sutiles. Es algo que aún tengo que seguir entrenando. No tanto en los momentos en los que alguien grita y aúlla como en los que alguien tiene levantada una sola ceja, o en los que quiero que se note la perturbación de alguien que se ha vuelto loco, justo antes de que estalle. O la diferencia entre el dibujo frontal y las cejas de una persona cuando se siente avergonzada o cuando en cambio, está enferma. Esas pequeñas sutilezas. Creo que sigo entrenándolo todo el tiempo. Pero todavía me encuentro alejado de donde me gustaría llegar. Cuando me comparo con algunos de los artistas que me vienen a la mente, siempre me sorprende lo bien que se trabajan las pequeñas expresiones. Los dos en los que pienso inmediatamente son Chester Brown y Jaime Hernández. Empaquetan mucha información en todos esos momentos de calma. Me da mucha envidia y hace que afloren mis instintos competitivos.
TIRA DE J.D. KING


SOBOCINSKI: Parece que tu trabajo del principio estaba fuertemente influenciado por J. D. King. Los dos mostráis una notable similitud en vuestros estilos desde etapas muy tempranas. En tu trabajo actual no se puede ver, pero sí que la puedo observar en esos primeros trabajos. Incluso Holmstrom tiene elementos parecidos. ¿Alguna vez os habéis reunido para hacer alguna sesión de dibujo?

BAGGE: No, no demasiado a menudo. De hecho, me acuerdo de coger el Comical Funnies número 2 y fijarme en un dibujo de J.D. King. Como editor de la revista había aceptado ese dibujo antes de incluso haberlo conocido. Simplemente teníamos las mismas influencias. Quiero decir, tan pronto como nos conocimos, nos hicimos buenos amigos, y eso no me sorprende en absoluto, porque es algo bastante razonable en dos chavales que dibujaban tan parecido y que tenían intereses muy similares y las mismas influencias y manías, etc. Creo que Holstrom me ha influido mucho, sobre todo con su actitud y su enfoque en cuanto a los cómics. Pero aún así, nuestros estilos podrían haber sido bastante similares, no porque nos copiásemos el trabajo unos a otros, sino porque las similitudes entre nuestros estilos fueron más o menos lo que nos unió, por eso es por lo que nos convertimos en colegas y también empezamos a hacer la revista. No nos estábamos copiando. Aunque sí que creo que estaba muy influido por los dibujos de J.D. King. Y la verdad es que su obra estaba mucho más depurada que la mía. Por lo tanto creo que resultó ser un buen ejemplo de por qué también debería depurar mi propia obra; lo que estaba haciendo él no tenía nada que ver con esos nerviosos y rayados abocetados que estaba haciendo yo. No sabía muy bien lo que estaba haciendo, tan sólo emborronaba el papel.
LA IRA DE KAZ


SOBOCINSKI: ¿Te ayudó compartiendo contigo algunos consejos o principalmente aprendiste estudiando su...?

BAGGE: Claro, básicamente todo lo que tenía que hacer era observarlo y preguntarle cómo hacer algo. Lo mismo ocurría con Kaz. Kaz es un verdadero crítico, muy riguroso. Muchas veces llegaba al apartamento donde vivíamos en Hoboken y empezaba a repartir algunos consejos. Le gustaba mucho hacerlo. [Risas.] Algo que para mí era muy bueno. Apreciaba mucho sus críticas sin reglas ni restricciones. Y siempre estaba haciendo hincapié en que me deshiciera de todo ese maníaco emborronamiento que realmente no me servía para nada, y que hiciese que cada trazo tuviese importancia. Hay alguien en el que sigo pensando como referencia cuando intento economizar mi trazo o cuando quiero dibujar austeras zonas en blanco y negro: Jaime Hernandez. La verdad es que le he copiado mucho. [Risas.] Tanto es así que tengo sus cosas cerca de mí para usarlas como referencia, tan a menudo que cuando quiera podría acusarme de haberle robado en numerosas ocasiones. Pero nadie se ha dado cuenta excepto él, en cada una de las ocasiones en que lo he hecho, por supuesto. La última vez que vi a Jaime estuvimos bromeando de que el diseño de la portada del número ocho de Hate estaba inspirado en el número 19 de Love and Rockets, donde Maggie y Hopey corrían delante de una fila de policías. Les robé el diseño de esa portada por completo, aunque los personajes fuesen distintos. Y en el siguiente número la contraportada de Hate 9 estaba fusilada de una tira llamada "Hey Hopey," en la que ella estaba sentada en la bañera diciendo: "Hey is for horses, ass bite". Ya no sabía qué más hacer; había dibujado completamente la segunda de cubiertas en blanco y negro y la obra de Jaime estaba ahí delante. Me quedé mirándola. Ese comienzo siempre me había hecho sonreír, me encanta el comienzo de esa tira en particular. Pensé que sería divertido poner en Odio: "Hey Stinky," y empecé a dibujar sin ninguna idea de hacia dónde quería ir. Y aunque esperaba que me acusara de plagio, también creía que con suerte se lo tomaría como un homenaje. [Risas.]

SOBOCINSKI: ¿Y fue así?

BAGGE: Bueno, por lo menos no me dio una paliza.

SOBOCINSKI: Sabes, nuestro genial departamento de producción va a buscar ambas escenas para reproducirlas junto con la entrevista.

BAGGE: Ahora que el daño ya está hecho me parece bien.

SOBOCINSKI: Vamos a hablar del robo desde un ángulo diferente. Tienes un paquete de personajes que suelen operar en un entorno determinado que has creado. Aún así, algunas de las historias que escribes están inspiradas en personas o situaciones de la vida real. ¿Cuándo decides incluir algo que proviene, esencialmente, de la vida real, y cuándo incluyes algo que está sacado de tu propia experiencia o de la de tus conocidos?

BAGGE: No lo tengo pensado en términos de porcentaje. Mi respuesta típica para esta pregunta es contestar que una tercera parte de la historia está basada en mi propia vida, otra tercera parte se basa en sucesos que le han ocurrido a otra gente, y un último tercio está totalmente inventado. Desde que empecé, mis cómics se han basado directamente en cosas que me han pasado o que he sentido que podría adaptar para un personaje determinado. Dos personajes en los que estuve trabajando casi exclusivamente desde un principio fueron Junior y Studs Kirby, y casi desde ese principio sabía que representaban dos caras de mí mismo. Eran alter-egos. Junior era ese personaje patético y debilucho al que podría acusar y victimizar de por vida. Me apresuro en señalar a la gente que realmente no me gustaba el personaje y que, sencillamente, encarnaba todo lo que no me gusta de mí mismo. 


Studs Kirby es mi parte más desagradable. No tiene ese tipo de control que al resto nos mantiene civilizados. Y también me pareció natural convertirlo en un tertuliano de televisión o un locutor de radio, ya que al mismo tiempo nunca había sido un gran fan de esos tipos. Siempre me he imaginado a esas personas que hacen ese tipo de trabajo, ya sabes, como alguien que simplemente no pueden fundamentar sus opiniones, simplemente no son capaces de callarse.
SOBOCINSKI: Y eso fue durante los primeros años de los debates en la radio tal y como los conocemos ahora.

BAGGE: Claro, pero tal y como recuerdo, siempre hubo al menos una emisora de radio con debates durante todo el tiempo que estuve viviendo en Nueva York. Y las cosas que debatían me sobrepasaban, pero me daba cuenta de que las opiniones más bulliciosas y locas tendían a ser muy conservadoras. Y yo tenía unos instintos tan progresistas cuando iba al instituto y cuando empecé la universidad, que no podía soportar escuchar todos esos programas.

SOBOCINSKI: ¿Entonces crees que ahora las cosas son diferentes?, ¿ya no serás más ese tío progresista?

BAGGE: Me he vuelto más equilibrado y realista, pero no me considero un ultraderechista.

SOBOCINSKI: ¿Te inclinas hacia alguna filosofía política en particular?

BAGGE: Sí, tiendo a inclinarme hacia el libertarianismo bastante fuertemente.
SOBOCINSKI: Interesante. Háblame sobre ello.

BAGGE: Sí, bueno, hay un montón de posturas que el partido Libertariano ha tomado y que a nadie más parece importarle, pero creo que son muy importantes. Son el único partido que está abiertamente en contra de la guerra contra las drogas y que quieren legalizarlas, y de hecho, quieren legalizar todas las cosas que están clasificadas como "delitos sin víctimas", como las drogas, la prostitución, y cosas parecidas. Están totalmente en contra de enviar nuestras Fuerzas Armadas al extranjero. Nuestras Fuerzas Armadas únicamente deben existir para proteger nuestras costas y nunca deberían ser enviadas al extranjero. A la larga sólo estamos empeorando la situación de la gente a la que estamos intentando ayudar porque no están aprendiendo cómo poner en orden sus propias problemas o resolver sus propios problemas. Es tan espantoso como parece. Incluso en un situación como la de Somalia, y sé que sonará muy insensible, pero aunque puede que nos haga sentir bien alimentar a gente hambrienta, tan sólo será una solución a corto plazo a un problema que hemos ayudado a crear, no sólo por entrometernos durante la Guerra Fría, sino por la introducción de todo tipo de tecnología e ideas occidentales que tienden a crear más caos del que están diseñadas para evitar.
SOBOCINSKI: O sea, que ese punto de vista permite apelar al sentido de la responsabilidad de la comunidad mundial o sólo se trata de un enfoque más aislacionista o...

BAGGE: Los libertarianos tienen una ideología a la que nunca me he adherido completamente, y muchos de ellos tampoco lo han hecho: los que ocupan un puesto político se dan cuenta de que simplemente no puedes deshacerte de las escuelas públicas u otras cosas parecidas. Pero creo que con la forma en que se ha gobernado este país durante los últimos 30 o 40 años, e incluso la forma en que se ha gobernado en los municipios, pienso que una fuerte dosis de filosofía libertariana es exactamente lo que necesitamos ahora mismo. El gobierno se ha metido en un montón de zonas en las que realmente no debería haberse metido. Básicamente su verdadera y explícita filosofía debería ser preocuparse por la violencia y el engaño. Violencia en el sentido de protegernos contra otros gobiernos que quieran invadirnos. Por ejemplo tu vecino no puede entrar en tu casa y golpearte en la cabeza. Y respecto al engaño, el gobierno debería intervenir si alguien te ha estafado, o si violan un contrato o cualquier otra cosa por el estilo. Eso es todo de lo que debería preocuparse. Todo lo demás debería estar al cuidado de la empresa privada. Pero actualmente han ido un poco más allá, siempre han ido mucho más allá. [Risas.] Así que el gobierno se está metiendo en áreas para las que no están capacitados, pero el pueblo ha decidido que esas cosas deberían ser atendidas por los gobiernos, y ahora mucha gente parece creer que la salud debería estar manejada por el gobierno. Y realmente no tengo ningún argumento respecto a ese tema, pero si lo vamos a hacer así, deberíamos asegurarnos de que estamos haciendo un buen trabajo. El gobierno tiene que demostrar que es capaz de hacer un trabajo mucho mejor que la empresa privada, porque si no, ¿para qué demonios estamos haciéndolo? El gobierno está jodidamente loco. No tiene ninguna credibilidad. No me importaría darle al gobierno un solo centavo si pensara que se lo va a gastar correctamente. Pero su mayor gasto actual es para pagar su gran endeudamiento. Estamos liquidando la deuda de la gente que compró bonos del Tesoro para que el gobierno pudiese seguir funcionando, y una tremenda cantidad de esas personas somos tanto particulares como bancos o empresas en el extranjero, lo que significa que todos esos dólares que salen de los impuestos que estamos pagando, todo esos intereses que estamos pagando, van directos al gobierno. Es como si directamente estuviéramos espalando el dinero fuera del país, y no consiguiéramos nada a cambio. [Risas.]


Es una locura. Por lo tanto, yo estoy a favor de los libertarianos cuando dicen, “No gastes ni un solo centavo en nada, incluyendo el cuidado de la salud, hasta que seas capaz de aumentar los ingresos del estado o por lo menos hasta que estén equilibradas las cuentas públicas.” “Ni siquiera empieces a hablar de pagar impuestos por más cosas, ya que tenemos al gobierno haciéndose cargo de más cosas cada vez. Primero deberían servirnos por lo que ya hemos pagado hasta ahora, cosa que no están haciendo ahora mismo. Y mientras tanto seguimos perdiendo una cantidad fenomenal de dinero pagando su endeudamiento. Lo que significa pagar dinero para hacer nada, una locura. Tan sólo es un trillón de dólares al año o algo así. [Risas.] Probablemente quitarás toda esta parte, es bastante aburrido.
SOBOCINSKI: No. No lo creo, porque necesariamente tu sistema de creencias influye en tu trabajo. Es interesante que los lectores vean qué te parecen otros campos distintos a los cómics.

BAGGE: Sí, bueno, otra cosa que me interesa mucho es que el partido libertariano es el único partido que hace uso -y esto no es en absoluto hablar por hablar- del derecho de las personas a tener libertad de expresión. Que puedas decir lo que quieras y que nadie tenga derecho a vigilarte o censurarte ni nada así
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Hablando sobre ese tema, creo que aunque no tienes derecho a ponerte de cara a la gente para que lo vea todo el mundo, también creo que una tienda pornográfica tiene derecho a existir y nadie debería ser capaz de poder cerrarla, aunque por otro lado no deberían mostrar fotografías explícitas de personas practicando el sexo y ponerlas en el escaparate frontal para que toda la gente que quiera o no quiera verlas pueda verlas. Quiero decir, me parece una cuestión de buen gusto y decoro que todo el mundo debería estar obligado a cumplir, simplemente me parece de sentido común. Así que supongo que esto también contará como censura por lo que ya estoy empezando a hablar por hablar. Con algo como la pornografía infantil tengo un problema simplemente con la misma revista, con el soporte. Si en ella hay fotografías de niños practicando sexo, o de adultos practicando sexo con niños, eso implica que existe una coerción detrás. Porque sabes que esos niños no lo están haciendo de forma voluntaria. Muchas veces la gente puede quejarse de que están contra las revistas pornográficas argumentado: “Bueno, ya sabes, a muchas de esas mujeres las drogan o las violan y las arrojan a hacer esas cosas o a posar en fotos chupando el pene de esos hombres,” y esas cosas pueden o no ser ciertas, pero sabes que no siempre serán verdad, y la propia fotografía no es una prueba en sí misma, no cuenta como prueba, aunque a algunas personas les guste mostrarla como tal. Por ejemplo: “¡Yo nunca haría esto!, ¡por lo tanto a ellas las han forzado!” Pero con los niños, la pornografía es obviamente una prueba en sí, no puedes negar que con la misma existencia de la fotografía ya existe una prueba de que alguien está cometiendo un delito en alguna parte, así que puedes perseguir a esa gente que es culpable de rapto, coerción y asalto y todo lo demás. Pero incluso siendo así, el hecho de que exista esa revista, si alguien la posee, incluso así, creo que no debería servir como prueba de que deban arrojar al poseedor de la misma a la cárcel. El hecho de que haya buscado, comprado y se haya masturbado con la revista demuestra que tiene un problema, y lo va a seguir teniendo, disponga o no de la revista, ¿sabes a lo que me refiero? Así que detener a alguien y montar un gran escándalo porque posea pornografía infantil... Casi todo el mundo se pone como loco. En plan “¡Oh, Dios mío, está fuera de los límites, es claramente un criminal!” ¡No, no lo es! [Risas.] No creo que deba ser arrestado por hacer esas cosas. ¿Sabes lo que quiero decir? Así que sí: vota a los Libertarianos. [Risas].
SOBOCINSKI: ¿Votaste al partido Libertariano en las elecciones?

BAGGE: Hubiese votado por Clinton si hubiese sentido que necesitaba mi voto. Por ejemplo, hace cuatro años voté por Dukakis porque sabía que tenía buenas posibilidades de ganar en el Estado de Washington. Así que sabía que si votaba por él, lo ayudaría a ganar las elecciones. Pero no tenía ninguna duda de que Clinton iba ganar en el estado de Washington. Claramente, aquí todo el mundo le iba a votar. Así que básicamente habría sido un voto en contra de Bush. Clinton es directamente una mejora respecto a lo que ha hecho Bush. Realmente me emocionaron sus dos primeras semanas de mandato, como cuando iba a firmar para abolir la ley mordaza, e iba a permitir al menos el debate sobre la píldora abortiva RU486. Un montón de cosas, teniendo en cuenta que soy pro-muerte. [Risas.]

SOBOCINSKI: ¿Así que estás diciéndome que votaste por Clinton?

BAGGE: No, voté al partido Libertariano.

SOBOCINSKI: Pareces ser muy franco respecto al tema de la calidad de vida. ¿Dirías que apoyas al Dr. Jack Kevorkian?

BAGGE: Oh, absolutamente. Porque mejora la calidad de vida de todos. También puedo simpatizar con las personas que están en contra del aborto. Es un problema dificultoso y emocional, ya que estamos hablando de, por lo menos, un ser humano en potencia, y la verdad es que no estamos considerando su opinión. Pero no hay manera de tener en cuenta la vida de un feto sin tener en cuenta la vida de la madre. Por lo menos nos puede dar su opinión y su vida es tan valiosa como la del bebé, y ya está por ahí caminando y hablando, formando parte de la comunidad. Lo que afecta a su vida afecta a la de todos nosotros. Nunca he tenido ninguna duda en cuanto a cómo me siento al respecto ni sobre lo que siento acerca del control de natalidad. Pero en cuanto a la eutanasia, ahí tenemos a una persona que está diciendo claramente: “No quiero vivir de esta manera.” Literalmente es como torturarla. Y los que se oponen de forma tan vehemente... Bueno, no sé, no quiero empezar a destrozarlos. Supongo que simplemente me gustaría cambiar de tema. [Risas.] Sí, estoy totalmente a favor. Hay demasiados seres humanos en este planeta, creo que somos una plaga, un cáncer. Nos estamos quedando sin espacio.
SOBOCINSKI: Hay algunos espacios grandes en Wyoming, Pete.

BAGGE: El planeta necesita esos grandes espacios vacíos. Veo a los seres humanos del planeta como si fuesen las bacterias del cuerpo humano, el cuerpo humano necesita bacterias, o las bacterias pueden funcionar dentro del cuerpo mientras éste se encuentra en equilibrio. Pero durante los últimos 100 años más o menos, la población humana ha crecido casi completamente fuera de control. Podríamos controlarlo, la verdad. No tenemos por qué empezar con guerras y plagas, no tenemos que depender de una naturaleza cruel para reducir nuestro número a la mitad, lo cuál creo que será inevitable en alguna parte del camino... esperemos que sea después de mi muerte. [Risas.]
SOBOCINSKI: De acuerdo, ahora que los lectores entienden que tienes un punto de vista político definido, que definitivamente eres consciente de las preocupaciones sociales, y que has estado reflexionando sobre cómo se podrían resolver algunos de los problemas...

BAGGE: ¿...por qué son tan estúpidos mis cómics? [Risas.]

SOBOCINSKI: No, no, no, no. Lo que quiero preguntarte es el por qué la gente te ha asociado con el papel de portavoz de la generación de los veintitantos, o más exactamente, como el cronista de dicha generación; los estudiantes universitarios son el grupo que con más fuerza se identifica contigo y con tu obra. Sabiendo que ese es tu público principal, ¿con qué énfasis intentas incluir tu propio punto de vista político en las historias que escribes?

BAGGE: Eso es algo muy duro de contestar. Honestamente te diría que no lo he intentando hacer de una forma consciente, no tengo una agenda política, y nunca he tratado de convencer de forma deliberada a mis lectores de que piensen políticamente como yo. Hay un montón de cosas de las que hemos estado hablando, que creo que la forma en la que bromeo sobre ellas, o el tono en el que los personajes discuten de un determinado tema, realmente se dirigen a algunos pocos de entre todos mis lectores, o al menos a los que tienen ideas afines a las mías, que piensan como lo hago yo o que yo pienso como lo hacen ellos. [Risas.] Es difícil decir cómo aquello que pienso o siento sobre un tema concreto podría servirle como guía al lector. Me da problemas pensar en todo eso de que soy el portavoz de esta generación.
SOBOCINSKI: ¿Qué problema tienes al respecto, más allá del hecho de que no formes parte de esta generación?

BAGGE: Bueno, tú misma has dicho que esa generación parece estar relacionada de alguna forma con mi trabajo. Y todo tiene que ver con la edad que tienen Buddy Bradley y sus amigos, y ese es el estilo de vida que a ellos les importa. Y supongo que la forma en que se relacionan entre sí, las situaciones que viven, el trabajo que tienen, sus intereses, sus actividades creativas... Ciertamente todo eso son cosas con las que no creo que se relacionen todos los que están al final de su adolescencia, sus 20 años. Pero por lo menos la gente que se molesta en pillar Hate, que es un considerable porcentaje de la población, sí se ve reflejada en la revista. Cada generación tiene ese factor rebelde del 5%, algo marginal. Precisamente por eso sintonizan con el estilo de vida que plasmo en estas páginas. Todas esas otras cosas, lo que pienso acerca de otros temas, como por ejemplo el aborto, tal vez las personas que, de nuevo, se identifican con Buddy Bradley y están viviendo un estilo de vida parecido, creo que hay muchas posibilidades de que estén de acuerdo conmigo en muchas de ellas. Pero incluso siendo así, hay un montón de gente de esa misma edad que no lo estará. Aunque sí que contará para ese pequeño porcentaje de la población del que estaba hablando antes, esos marginados que se sienten atraídos por algo como Odio –y que ante todo, la única forma de que conozcan Hate es entrando en una tienda como Fallout o T
he Beguiling o Quimby's en Chicago. Lugares donde sólo un bicho raro entraría por su propio pié sin largarse corriendo atemorizado. 

SOBOCINSKI: [Risas.] Yo he estado comprando en alguno de esos sitios.

BAGGE: Claro, no hay nada de lo que avergonzarse si eres ese tipo de paria. Incluso es algo de lo que enorgullecerse, si es que eres uno de ellos. Pero la mayoría de la gente no se arriesgaría a entrar en esos sitios.

SOBOCINSKI: De acuerdo, pero tu trabajo trata sobre esa gente que está más allá del ámbito de los cómics. Trabajas mucho con elementos de la escena musical, en muchos de tus números...

BAGGE: Claro, pero no es sobre la escena musical, no trata sobre la gente que compra o vende música de Whitney Houston. Es sobre la gente que empaqueta, vende y compra Jesus Lizard y Lubricated Goat. [Risas.]

SOBOCINSKI: Esa es la vanguardia, Pete. Eres ese viejo que está por ahí haciendo esta cosa vanguardista para esos jóvenes. La gente dice que eres como su gurú.
BAGGE: Claro, pero de nuevo tan sólo lo soy para ese pequeño segmento de mercado. Por ejemplo, ahora que lo mencionas, creo que hay una verdadera mezcla variopinta entre la gente que compra cómic alternativo y la que compra discos de rock alternativo editados por pequeños sellos y también libros de pequeñas editoriales como RE/search y Amok y Farrow House y Loompanics, y sitios así. Nunca irían a ver una película de Spielberg. [Risas.] Se leen el Film Threat. Es como si el medio fuera lo más importante. No sé como llamarlo, cultura anti-corporativa. Esta gente no está dispuesta a comprar nada que forme parte de una corporación, porque sienten que el material ha sido suavizado y convertido en algo inofensivo.

SOBOCINSKI: ¿Entonces cuál es tu compromiso con esta comunidad?

BAGGE: No es una intervención deliberada. Es una participación natural. Por ejemplo, aunque haya este tremendo cruce entre el cómic alternativo y la música alternativa, no hay prácticamente ninguno entre el cómic alternativo y el mainstream. Por eso mis cómics se venden mucho mejor en un lugar como Fallout, que principalmente es una tienda de discos, que en cualquier tienda de cómics especializada. Porque la mayoría de las personas que entran en las tiendas de cómics compran material de Marvel o DC, que reflejan muy bien la cultura dominante. Las cosas que puedes leer en los cómics mainstream siguen reforzando los valores dominantes. El estadounidense medio se siente cómodo con eso -incluso con la violencia gratuita. Obviamente la mayoría de la America mainstream no tiene problemas con la violencia gratuita, como bien se puede ver en las películas más taquilleras y en los shows populares de TV donde los protagonistas están física y sexualmente idealizados y donde la mentalidad del bueno y el malo se extiende hasta las mujeres, que son tratadas o como santas o como zorras, lo que es una de las características fundamentales de la demagogia y demuestra una gran falta de imaginación.
SOBOCINSKI: ¿Y tienes algún problema con eso? [Muchas risas.]

BAGGE: Bueno, eso es una generalización bastante despectiva que puede resultar un poco
injusta, pero expresa todo lo que pienso sobre el tema. De acuerdo, esto es lo que realmente pienso: rara vez tengo críticas, y si las tengo son increíblemente negativas en lugares como el Comics Buyer's Guide o cualquier otra publicación que se ocupa del cómic mainstream. Considerando que en las revistas musicales -y de nuevo no estamos hablando del Billboard, sino de Your Flesh y Chemical Imbalance, y otras por el estilo, básicamente de revistas musicales- es donde he tenido todo el respaldo, todas las buenas reseñas, Dios los bendiga, les estoy muy agradecido.

SOBOCINSKI: Bueno, eres un hombre del pueblo. Lo has dicho antes. Así que quizá te lo estén reconociendo.

BAGGE: Bueno, un hombre de ese pueblo. [Risas.]

SOBOCINSKI: ¿Cuáles son tus gustos musicales, te gusta la música de esas revistas?

BAGGE: Desafortunadamente, no me gusta mucho esa música. Algunos grupos sí, pero desearía que me gustasen más grupos tan sólo porque muchas de esas personas leen mis cómics, hacen esa música y la sacan en los sellos discográficos de los que hablábamos antes. Me refiero a que alguna banda me gusta, pero... Como el grunge rock –con el que estoy perdiendo el tiempo, porque en gran parte suena como una versión más fuerte, más ruidosa o más desmadejada de lo que yo escuchaba cuando... Simplemente no es tan bueno. Prefiero...

SOBOCINSKI: Claro, lo sé, Sly and the Family Stone.

BAGGE: O Slade. Ya sabes, muchos de esos grupos suenan como si estuviesen influidos por Iggy and the Stooges, que nunca me tiraron demasiado. Me llamaban la atención de forma muy limitada. Lo mismo me pasa con The Velvet Underground o con los New York Dolls. Esos grupos de los que hablábamos están tan fuertemente influenciados por esos otros grupos que suenan exactamente igual. Entonces, ¿qué gracia tienen? [Risas.] Esa música me parece un poco gratuita. Estoy en el servicio de prensa de muchos de estos sellos independientes y me llega algún disco, lo abro y empiezo a rezar: “Por favor, no dejes que lo primero que se oiga sea una muralla de guitarras distorsionadas, y por favor, no dejes que todo acabe con una guitarra, un bajo y una batería, raaaa, raa, raa, con letras indescifrables y pretenciosas, ególatras- a ver si ya se han salido de todo eso. Y así acaba siendo siempre: raa, raa, raa... Bueno, no siempre, pero muy a menudo. Así que: ¡parad de hacerlo, tíos! [Risas.] Libráos del pedal de distorsión. No le déis más vueltas al asunto, es algo ridículo. Pero es algo tan fácil de hacer... y te consigue chicas de inmediato.

SOBOCINSKI: Oh, por supuesto, sólo un gemido de guitarra en mi dirección, y ya estoy ahí para ti...
BAGGE: Como ya tienes esa recompensa inmediata, ¿a quién le importa una mierda si haces historia musical? Llegas volando hasta el escenario, y te comportas como un idiota y ondeas la polla ante la multitud, y luego, cuando acaba el show, la gente te compra una cerveza y las chicas te hacen una mamada. ¿Cómo vas a convencer a ese tipo de que haga otra cosa? [Risas.] Con muchos jóvenes aspirantes a autores de cómic, y de hecho hay cada vez más jóvenes autoras de cómic con las que me carteo, siendo el trabajo de todos muy prometedor, invierto mucho tiempo y energía tratando de alentarles y que se centren en sus cómics, pero cada vez más a menudo también forman parte de una banda de rock y con el grupo reciben una gratificación inmediata. Es evidente que actualmente no hace falta que seas un gran músico, ¿sabes? Incluso si apenas sabes tocar el bajo o la batería, puede coger y hacer el idiota por ti mismo. Y aquí estoy yo perdiendo el tiempo mientras les digo: “¡No, no hagas eso, quédate en el sótano de tu casa, y aboceta, aboceta, aboceta, ¡perfecciona tu arte!” Todo para no conseguir ningún tipo de remuneración cuando te conviertas en una autora de cómic alternativo [Risas.]
SOBOCINSKI: Pero piensa en todo lo que se divierten.

BAGGE: Claro, de acuerdo. Pero entonces, si no están yendo a ninguna parte y de repente deciden: “Oh, quiero seguir en el oficio de autora de cómic”, van a echar de menos los cinco años que se han perdido. Eso es lo que siento, y yo nunca me metí en el rock 'n' roll... Bueno, estuve en un grupo de rock 'n' roll cuando tenía 14 o 15 años, pero éramos tan incompetentes que nos negábamos totalmente a tocar delante de la gente. Tan incompetentes que no sabíamos ni como tocar "Louie, Louie". Así que componíamos todas las canciones nosotros mismos.

SOBOCINSKI: Simplemente eras un adelantado a tu tiempo, fue debido a tu incompetencia. [Risas.]

BAGGE: Estás en lo cierto y además escríbiamos la canciones entre todos. Primero, el grupo sólo lo formábamos otro tío y yo. Teníamos una grabadora de dos pistas. En una pista metíamos la guitarra y la batería y en la otra el bajo y la voz. Lo hacíamos todo entre los dos. Tratamos de convertir en realidad una ópera-rock que iba a durar como una hora. Se llamaba "La época del Pleistoceno," y trataba sobre el regreso a la Edad de Hielo. [Risas.] La mayoría de las canciones iban sobre desastres –como ser comido por ratas, etc. Supongo que estábamos influidos por Alice Cooper o algo así. Mi mejor amigo, ese tipo llamado John Yarusso, era con el que había estado haciendo música desde un principio, y tenía un verdadero sentido del humor morboso. Estaba muy obsesionado con la muerte.
SOBOCINSKI: ¿Fue una de las influencias principales que reforzó tu punto de vista a favor de la muerte?

BAGGE: [Risas] Sí, claro. No, mis canciones eran parodias aunque fuesen muy retorcidas. La ópera rock me parece hilarante. Pasado un tiempo ya no pudimos hacer letras más inteligentes y las canciones fueron perdiendo forma. Así que empezamos a gritar “¡me congelo!”, tratando de llevar a buen término el tema de que estaba volviendo la Edad de Hielo. Finalmente, los otros músicos del grupo empezaron a evolucionar, mientras que yo no lo hice. Por eso se separó la banda y se volvieron a juntar sin contar conmigo. Fue un alivio porque pude ver que se estaban volviendo ambiciosos y que querían tocar frente a un público, y esa idea me aterrorizaba. No puedo entender ese impulso de subirte a un escenario y empezar a gritar y chillar.

SOBOCINSKI: Y sin embargo, estás a punto de embarcarte en la gira de HateBall. ¿Qué sientes cuando haces esas giras y la gente va a verte y gritan y te vitorean con entusiasmo?

BAGGE: Dudo que haya nadie que grite y chille. De eso se trata. No tengo que hacer nada, tan sólo quedarme quieto.
SOBOCINSKI: Claro, ¿pero no te dan guerra tus fans?, ¿no has tenido ninguna experiencia extraña?

BAGGE: Sí, algunas veces, pero no de una forma negativa. Como cuando quieren que les dibuje algo. Quieren que les firme su carne. Si es una mujer estoy de acuerdo, pero si es un chico siempre me niego. [Risas.] Algunas veces puede que esté con alguien, incluso puede ser otro dibujante, que se queda horrorizado y consternado por el comportamiento e incluso la apariencia de alguno de mis fans. Supongo que tendrán menos tolerancia con la gente rara. Dan Clowes y yo estuvimos firmando juntos el pasado año en Minneapolis, y no quiero ser cruel, pero simplemente nos sorprendió lo que era básicamente una extraña multitud, un grupo de gente extraña. Era la colección de bichos raros más divertida que yo haya visto nunca, ¿sabes? Un tío con los pantalones hasta aquí, cinturones hechos con cuerdas, personas que se montan su propia apariencia. Muy bizarro. Algunas parejas verdaderamente raras. Una pareja con crestas moradas. Muy extraños.
SOBOCINSKI: Bueno, eso me lleva hasta mi siguiente pregunta. Hablando de cómo desarrollas los personajes a lo largo de la historia, hay gente que dice que al principio parecías mostrar más empatía o simpatía hacia ellos. Eras capaz de ridiculizar su estilo o hábitos de vida, pero seguías manteniendo la humanidad esencial de los personajes. En fechas más recientes algunos críticos han dicho que tus guiones tienden a caricaturizar en vez de retratar a tus personajes, que ya no tienes el mismo respeto por las peculiaridades que los hace humanos.

BAGGE: ¿De verdad?

SOBOCINSKI: Sí. ¿Qué piensas sobre eso?

BAGGE: Pienso todo lo contrario.

SOBOCINSKI: ¿Y eso por qué?

BAGGE: Bueno, con Junior ese desagrado personal siempre ha existido, pero fue creciendo hasta el punto de que la única vez que lo usé, las únicas veces que me sentí impulsado a usarlo, fue para ridiculizarlo, sólo para hacer que pareciese un completo idiota.

SOBOCINSKI: Pero, ¿no crees que antes tenías un poco más la sensación de que, sí, es un completo idiota, pero podías llegar a entenderlo...?

BAGGE: ...como que al final parece alguien adorable.

SOBOCINSKI: No me refiero a adorable en el sentido Hallmark, sino que el lector podía llegar a entender sus motivaciones, los rasgos diferenciadores del personaje, por qué se comportaba como un idiota, por qué reaccionaba como lo hacía.

BAGGE: Bueno, quizá la gente captaba mi falta de interés o mi desprecio hacia esos personajes.

SOBOCINSKI: Y respecto a la evolución, empezaste a concentrarte más en...

BAGGE: Claro, en los Bradleys, y especialmente en Buddy Bradley, sencillamente se convirtió en una mina de ideas de oro. Básicamente empezó con ciertos rasgos autobiográficos, y los Bradleys, comparados con todas los otros personajes con los que he trabajado, eran los únicos que más claramente se asentaban en la realidad. Y el mundo en el que se mueven, siendo el de esa típica familia de las afueras, tenía mucho de mi pasado, de mi experiencia personal. [Risas] Y siempre me ofrecía grandes oportunidades de retorcerlo.
SOBOCINSKI: ¿Desprecias el estilo de vida de las afueras?

BAGGE: Claro, prefiero de lejos el estilo de vida urbano. Vivir en las afueras no está hecho para mí. Me divierte pensar que cuando mis amigos de Nueva York, que son hiper-urbanos, vinieron a Seattle y vieron como vivía, dijeron algo como “Pete, esto parece Suburbia.” [Risas.]

SOBOCINSKI: ¿Has notado alguna diferencia en la reacción del público ante tu trabajo?, ¿cualquier cambio en sus tendencias u otra cosa de naturaleza parecida?

BAGGE: Supongo que lo que más he notado recientemente es que ahora que he estado produciendo una serie regular de cómics durante todo este tiempo, y he tenido gente que ha seguido lo que hago durante mucho tiempo, muchos han desarrollado expectativas en cuanto a lo que va a suceder en el siguiente número de Hate, y si no ocurre lo que se imaginaban se sienten decepcionados. Así que últimamente cada nuevo número de Hate genera unas primeras misivas que siempre me atacan por algún sitio. La gente pierde los estribos con ciertas cosas.
SOBOCINSKI: ¿Qué tipo de situaciones provocan dichas reacciones?

BAGGE: A veces lloriquean y gimen diciendo: “Me gustaría que no te hubieras deshecho de Valerie. Tráela de vuelta.” O “Lisa me vuelve loco”, cosas así. O simplemente me hacen notar cada cambio perceptible que han detectado en el carácter o la personalidad de Buddy, en plan: “Parece más mezquino” o “parece que se está volviendo demasiado blando”, insisten mucho en todas esas cosas. Además, y creo que esto es inevitable, pero como el número de lectores va aumentando y estoy atrayendo la atención de más lectores ocasionales, parece que he llamado la atención de la Policía del Pensamiento. He provocado algunas
 reacciones viscerales de las auto-proclamadas feministas que observan todas estas cosas y siempre suponen que sé exactamente lo que piensan ellas. En cada carta airada que me llega se puede leer algo como “Por lo que respecta a Hate número 10”, se lanzan, “Por lo que respecta a Hate número 10, tú hijo de puta, espero que termines en la cárcel y te violen”. Pero nunca dicen qué es lo que les ha molestado y por qué se han cabreado. Y me parece verdaderamente insultante, porque suena como si pensaran que yo sé exactamente cómo molestarlas y que lo hago intencionadamente, que me siento a dibujar diciendo: “¡Ja, ja, ja, creo que a esa Jane Doe de Lexington, Kentucky, le joderá realmente leer esto!” Quiero decir, quizá podría adivinarlo. Pero me resisto a hacerlo. Podría dejar grabado en esta misma grabadora lo que creo que les ha molestado, sobre todo del Hate número 10, que es donde Lisa se vestía con el saco de patatas. ¿Qué es lo que les ha cabreado tanto? Incluso ha habido algunas mujeres que cuando saqué ese número... algunas amigas mías me dijeron: “Bueno, ya sabes, también me ha cabreado a mí.” Pero aunque lo hayan pasado fatal, no entran en detalles, ni tampoco parece que quieran pasar un mal rato describiendo qué fue lo que exactamente las molestó de esa historia en concreto. Incluso algunas me llegaron a decir: “¿Esto es realmente lo que sientes hacia las mujeres, ya que hasta cierto punto Buddy Bradley es tu alter-ego? ¿Es esto lo que piensas de todas las mujeres?”
SOBOCINSKI: ¿Y qué les respondiste a las mujeres que te dijeron eso?

BAGGE: Bueno, la gente que se molestó en conseguir éste número específico también me comentaba: “El problema es que también sé que existen mujeres como Lisa. Si no lo supiera, pensaría que eres una persona horrible.” Así que supongo que les molestaba saber que existen mujeres como Lisa. Y que hay muchísimas. [Risas.] Así que supongo que tendría que fingir que no existen. Por supuesto, hay una gran cantidad de personas que insisten en que nunca han conocido a alguien como Lisa. Por lo tanto... no sé, supongo que es un personaje verdaderamente polémico. Es mi primera polémica: Lisa. Y también es mi personaje favorito.
SOBOCINSKI: ¿Y por qué?

BAGGE: Me encanta trabajar con este personaje. Es grandioso. Un gustazo. Hay tantas cosas que puedo hacer con ella... Me llevó mucho tiempo reconocer que era un estereotipo, pero siempre he tenido un montón de amigas que al menos me han servido como modelo para Lisa. Pero nunca me pude imaginar una buena forma de construir un personaje a partir de ellas, reunirlas a todas en uno, un personaje que funcionase. Y ahora ya lo tengo. [Risas] Pero de nuevo, cada vez que recibo cartas críticas, siempre me da por pensar en ese tema, no importa cuán disparatadas sean las críticas o quejas. Siempre me detengo y me digo: “¿Estará esta persona tocando un tema delicado que me resulta completamente ajeno? ¿Realmente soy tan insensible? ¿De alguna forma, soy un ignorante y esta persona está tratando de abrirme los ojos?” Me disgusta recibir cartas de ese estilo, y suelo darle muchas vueltas. Pero cuando todo está dicho y hecho, siempre llego a la misma conclusión.

SOBOCINSKI: ¿Y cuál es?

BAGGE: ¡Que los demás se quedan jodidos y yo soy el mejor! [Risas.] ¡Fin!

6 comentarios:

Unknown dijo...

No te habia dicho nada hasta ahora porque lo he ido leyendo en el trabajo en ratos libres y ahí no podía poner comentarios, pero muchas gracias por la entrevista, tanto esta como la del otro dia.

frog2000 dijo...

Muchas gracias!!

Miguel S. dijo...

Enhorabuena por el trabajazo que seguro te llevó traducir esta entrevista, y sobre todo muchas gracias por compartirlo!

frog2000 dijo...

Gracias por todo!!

PAblo dijo...

Enorme fin de fiesta. Extracto y enlazo.

Impacientes Saludos.

Anónimo dijo...

Hola solo unas lineas para como los comentaristas anteriores darte muchisimo las gracias por traernos las palabras de Bagge al castellano.Despues de unos años abandonado he vuelto a reecontrarme con sus comics,y buscando en la red me he encontrado con la maravillosa entrevista que subio.Gracias otra vez.
Josea.

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