lunes, 28 de agosto de 2017

LOST IN TRANSLATION: "THE WAY WE WERE", SOBRE DOUSEI JIDAI (3 DE 4)

Artículo de Bill Randall para The Comics Journal nº 295 (2009). Traducido por Frog2000. Parte 1, parte 2.

El primer volumen narra los típicos altibajos de la convivencia en pareja. Se ponen de los nervios o se pasan el día encamados. Van a la playa y dibujan, o pelean y se hacen carantoñas. A veces son infieles o coquetean con la idea. En lugar de una fantasía romántica, Kamimura nos recuerda que su estilo de vida los está limitando. Viven en un apartamento húmedo. No tienen trabajo estable. No les llega el dinero. También tienen dificultades para explicar a sus conocidos la naturaleza de su relación. Pero las cosas van mejorando. Recuperan su puesto en el trabajo y la vida mejora un poco. El primer volumen termina de buena manera. Después de comprar un tocadiscos se ponen a cantar juntos "Let It Be" con toda la fuerza de sus pulmones.

Sin embargo, Kamimura no les permite llevar una vida tranquila. Para ello crea interferencias mediante advertencias, presagios y cosas verdaderamente extrañas. Por ejemplo, en el octavo capítulo titulado "Bluebird", él termina causando estragos en su vida sexual. El capítulo contiene una imagen bien conocida de la sombra de un pájaro que cubre sus cuerpos desnudos. Frederik Schodt la incluyó en su libro "Manga! Manga!" mencionando que la historia "trataba acerca del incesto". Se olvidó mencionar el indicio de necrofilia y el hecho de que un chico arrogante viva en una choza con el cadáver podrido de su hermana muerta bajo una sábana y que apuñale pájaros con un clavo y guarde sus cadáveres en una cómoda. O que también se las arregle para atraer y matar al pájaro de la pareja. Así que cuando se le aparece la sombra del fantasma de su mascota, la vemos echarse a volar desde debajo de la sábana que cubre el cadáver de la hermana. En parte, Kamimura dibujó esta escena para poderse saltar la censura, porque no podía mostrar directamente las relaciones sexuales. Lo solucionó identificando la vida sexual del personaje con el hecho de encontrar un animal que lleva seis meses muerto bajo el colchón. Por cierto, el título del capítulo alude a Maurice Maeterlinck. En serio, Kamimura, ¿en qué diablos estabas pensando?
Estas historias que rodean a los jóvenes amantes protagonistas enfatizan una y otra vez que las cosas acabarán saliendo mal. El incesto, la enfermedad terminal, la violencia, los látigos, un tipo viscoso cuya presencia evoca un caracol flotante, una anciana con fetichismo por las muñecas, y lo peor de todo, un extranjero locuaz. En otro de los capítulos ven a un hermoso joven en la playa, el vivo retrato de Kyoko. Jiro intenta llamar su atención. Finalmente el niño se ahoga mientras la pareja practica sexo en la playa (me refiero al sexo en sí, no al combinado. [En el original: "sex on the beach"]). Claramente, las probabilidades están en su contra. Cuando Kyoko empieza a bromear sobre el suicidio del amante en el primer capítulo, le está guiñando un ojo al lector como si dijera: "si fuese una vieja historia habría terminado de esta forma, pero esta es una nueva historia para una nueva época de amor y libertad". Sin embargo, la historia antigua solo se está demorando.

En el segundo volumen se empiezan a examinar esas viejas historias. Ahora los amantes se han separado, Kyoko ha sufrido un colapso nervioso. Su familia la envía a un hospital psiquiátrico en las montañas de Nagano. Jiro se aísla pintando. Un día se encuentra con unos conocidos cuya carrera ha despegado. Después de una noche de beber a lo grande, los amigos echan un polvo delante de Jiro, que les suplica que le dejen mirar. Pronto los dos hombres se empiezan a pelear en la nieve. Derrotado, Jiro se marcha a casa y se dedica a escribir cartas a Kyoko. Ella no las lee, al menos por un tiempo. Sigue herida. Pero cuidar de algunas plantas en el invernadero la ayuda a sanar.
Los egos heridos, y la escena con la pareja de conocidos de esta segunda parte revela parte de la trama clave: ambos están completamente enamorados a pesar de la inestable base de su relación. Ella descubre que está embarazada justo después de un capítulo en el que casi le suplica que se case con ella. Inundada de lágrimas incontrolables, le dice que van a tener un niño. Las letras de la canción aparecen en la página siguiente. Las palabras parecen burlarse de la situación. Kyoko decide abortar por su cuenta. El capítulo donde se describe es absolutamente insoportable. Por culpa de la censura, Kamimura sugiere más bien que muestra, pero esto sólo lo empeora.

En el tercer volumen su relación llega a su lenta conclusión. Tratan de arreglar las cosas, pero no es posible. En especial, una de las cosas que falla es el sexo. El primer capítulo del volumen muestra a Jiro en una página tras otra modeladas mediante una rejilla de ocho viñetas, visitando una sala de "masaje". El ritmo de las viñetas hace que el acto parezca casi mecánico. Después de que la "masajista" se ponga loción en la mano, una doble splash page la muestra sentada junto a Jiro marturbándole. Cuando volvemos la página se revela otra doble splash parecida donde vemos a Jiro de vuelta en el hogar, pero esta vez es Kyoko quien sentada a su lado. Jiro parece tener menos conexión con ella que con la "masajista".
Sin embargo, a veces los dos creen que lo van a conseguir. Tristemente, sus intentos recuerdan las escenas del primer volumen. Kamimura ata los cabos sueltos de los primeros capítulos, revisitando algunos personajes clave. Eventualmente Kyoko regresa a su casa en la lejana Tottori para quedarse con su familia. Jiro sigue su rastro. Sus acciones, sexo furtivo, suplicante, pucheros agresivos, no pueden detener lo inevitable.

En el capítulo 75, durante su última noche juntos, se quedan sentados en un banco del parque. Han acordado separarse al amanecer. Ella desea que el sol no salga para que puedan quedarse allí para siempre. Se hace de día. Este capítulo se abre con cuatro splash pages dobles de la pareja en el banco mirando hacia el cielo, un texto enorme detrás describe sus pensamientos y sentimientos. De las 28 páginas del capítulo, la mitad son splash pages. Las más llamativas son las últimas. Se encaran sobre las dunas de arena para decirse adiós. Luego vemos la imagen de la penúltima página, una composición de los dos mirando la arena, con todo el peso de su relación dibujado de una forma absolutamente maravillosa. En la última página las huellas en la arena reposan al lado de la letra de la canción.

Aunque se llama el Capítulo Final, todavía hay uno más. Un año más tarde, Jiro vuelve a Tottori. No ha ido a buscar a Kyoko, y aunque el viaje ha sido impulsivo, encara las cosas un poco mejor que la vez anterior. Su relación está claramente acabada. Pero estos dos amantes tienen una conexión que trasciende el tiempo.

(Finalizará)

1 comentario:

Juan O. dijo...

Al final, me he comprado el primer tomo. En francés!

Voy a tardar la vida en terminarlo.

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