domingo, 6 de octubre de 2019

LA ENTREVISTA CON S. CLAY WILSON EN THE COMICS JOURNAL (4 DE 7)

Por Bob Levin, para The Comics Journal nº 293 (noviembre de 2008). Traducción: Frog2000. Parte 1parte 2, parte 3.

BOB LEVIN: En algún momento, Crumb les regaló el copyright de la revista Zap a los dibujantes, por lo que supongo que tú también eres propietario.

S. CLAY WILSON: Sí, en esencia somos una empresa, así que tenemos que hacer un seguimiento de las publicaciones y mantener en activo los derechos de autor que detentamos. Y aún no hemos perdido ni una sola demanda. Es uno de los motivos por los que Turner se cabrea tanto. [Ron Turner es el editor de Zap.] No me importa, me parece bien: ¿hemos actualizado ya el copyright? ¿Cuántos cómics se han vendido durante los últimos años? ¿A quién le estamos pagando? ¿Cuántos hemos impreso? Cosas básicas del negocio. Lo de siempre.

Como entidad, ¿cómo decidís cuándo ha llegado el momento de sacar un nuevo número?

Con mucha dificultad y jolgorio [risas], y mucho ego también. Yo hago mis trucos en esa pequeña celda sacerdotal de allí [señala el estudio] y me pongo a escuchar lo que pasa desde mi escondite.

Siempre me ha gustado hacer cosas en colaboración desde que era un niño. A mis amigos de la infancia y a mí nos encantaba dibujar todos juntos. Solíamos ir a un sitio en donde imprimían a lo grande en gigantescos rollos de papel. Pasada la zona de impresión -¡guau!- tiraban los rollos que les sobraban en un gran contenedor de basura. Eran rosas y amarillos, a veces blancos. Cogíamos esos restos y nos los llevábamos a mi sótano, en la 1730 North 29th, Lincoln, Nebraska. Y allí dibujábamos unas escenas de batalla gigantescas. Y seguimos haciendo algo parecido. TCH-TCH-TCH. Solíamos imitar sonidos de aviones y todo eso. Moscoso también. Todos han participado alguna vez. Todos los tíos de Zap. Es una especie de pegamento de contacto que nos mantiene unidos junto con nuestras respectivas obras. Es divertido, aunque yo soy muy exigente. Si participamos todos juntos, creo que todos los muchachos que lo hagan deberían ponerse a dibujar en la misma jodida habitación, para poder discutir, y gritar: "¿A qué te refieres?" Y charlar sobre política. Hay mucha conversación, fumamos mucho, bromeamos. Luego, enviar lo que sale a quien sea es lo único que me molesta. Pero me parece bien ganar algo de dinero. Hay gente que quiere filmar una de esas jam session, pero son "verboten". No quiero convertirme en una celebridad o en un payaso que baila al ritmo de otro. ¿Responde esto a tu pregunta, Bob?
Si, de alguna manera. Pero cambiaré la cuestión. En la entrevista de "Spain" en el The Comics Journal...

[Rugidos.] ¡La entrevista a "Spain" está llena de errores!

...dijo que después de que los invitaran a Williams, Shelton y a él al grupo, Moscoso y tú decidísteis no dejar entrar a nadie más.

Eso no es cierto.

¡Me parece bien! Corrijamos el error.

¡Absolutamente! La forma de funcionar de esta asociación es la siguiente: la única forma de abandonar la pandilla de Zap es muriéndose. Así que cuando se reemplaza a alguien como Griffin, tenemos que votarlo de forma unánime. Así que todos votamos por Paul Mavrides como el nuevo tipo de Zap.

¿Por qué no agregásteis a nadie más después de conformar el grupo de siete miembros original?

Por citar a Víctor [acento estridente de Nueva York]: "Oye, tío, si vamos a hacer un cómic, ganemos también algo de dinero con él. Venga, tío, vamos, ya sabes de qué va el tema". Al principio éramos cuatro, luego siete; y ahora somos ocho. Es una especie de sistema de voto a lo "blackball". O se vota de forma unánime, o no podrá funcionar. Así que todos nos decidimos por Mavrides, porque nos parece un tío muy astuto. También es muy gracioso. Es un genio de los ordenadores. Un tipo aseado. Cada uno tenemos nuestro propio estilo que aportar, por eso mola tanto. Es como el mejor ejemplo de cadáver exquisito, ya sabes, el término surrealista donde alguien dibujaba una cabeza y doblaba la hoja. Alguien dibujaba un cuerpo y luego doblaba la hoja, hasta que por fin se podía ver el resultado: "Oh, mira, es el dibujo de una persona con una pequeña cabeza graciosa". Así que ampliamos el concepto del cadáver exquisito hasta convertirlo en una gran tira de cómic.
¿Interactuáis entre vosotros en las historias individuales que hacéis para cada número de Zap?

Lo juntamos todo. Ni ellos ven lo que hago hasta que lo entrego, ni yo he visto todavía su material. Lo apilamos todo junto y nos las arreglamos para componer el número. En cuanto al material "jam session" de un número, siempre celebramos como cuatro sesiones de improvisación, que suelen ser de una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho páginas, una increíble cantidad de dibujos, aunque casi tienen un tamaño filatélico. Casi que se necesita una lupa de joyero para poder advertir los detalles. ¿Y qué narices? Ver algo así ampliado me parecía... Por supuesto, cuanto más grande, mejor se ve. Pensaba que de alguna forma quedaría peor, pero sigue teniendo un aspecto estupendo.

En el Zap nº 14 aparecía la historia de Crumb-Moscoso. Sé que al principio Crumb no quería participar...

¿Era aquella dónde Crumb aparecía asesinado por un picahielo? ¡THWAK! Como Lenin. No John Lennon, el otro. [Trotsky.] ¡Era un piolet!

Se hicieron tres versiones, y en todas ellas, inusualmente, apareces prácticamente en silencio sin hablar nada. Los únicos sonidos que se ven aparecen en la versión de Crumb, donde emites algo así como "Belch" y "Slurp". Apareces bebiendo una cerveza al fondo, pero no dices nada, y como tampoco has dibujado tu propia versión, quería preguntarte sobre lo que ocurrió.

Crumb es abstemio y yo soy un borracho, ¿de acuerdo? En la viñeta se podía leer: "Ahí va Wilson hacia la nevera para tomarse otra cerveza". Me hizo sentir todo sonrosado y nostálgico.

Me pregunto por qué en ninguna de las historias te metes en la discusión. ¿Por qué nadie le pone diálogo a tu personaje?

¿Cuántos idiotas necesitas para intentar ser gracioso?

Bueno, metí algo de diálogo en un bocadillo con la intención de utilizar algo de espacio, pero lo que no me gusta de ilustrar la Biblia, o lo que sea, es que tienes que enfrentarte a algo en plan: ¿no estaré poniendo demasiado texto? Sí, mejor quítalo todo. Mira toda la investigación que tuvo que hacer él [Crumb] y todo lo demás. Creo que deberíamos editar un cómic de Zap de carácter universal sin palabras. Sería la verdadera esencia del cómic, porque tienes que tener en cuenta lo que vas a poner [se refiere al texto], y revisar la ortografía y todo lo demás. Está bien que el texto ocupe un espacio, pero cosas como "¡BOOM!" ocupan mucho más que el dibujo de tres mujeres, por ejemplo, peleando a patadas entre ellas sobre el suelo de un bar.

Más recientemente, has empezado a hacer algunas ilustraciones individuales...

Son ilustraciones para un libro que aún no se ha escrito.

No tienen diálogo ni subtítulos. Ni siquiera usas tus efectos de sonido habituales, que me encantan. ¿Los echas de menos?

¡Nah! Estuve pensando en las ilustraciones para libros, y a diferencia de lo que suelo hacer en los cómics, me apetecía ser más clásico, pero luego caí en la cuenta: "Hey, espera un minuto... si esto también les gusta". Así que ahora eso es en lo que estoy trabajando. Lo mejor es que ocupa cierto espacio. Es más fácil dibujar letras: "¡BOOM!", que dibujar toda una viñeta. Además, me gusta que la obra de arte se quiera salir del marco. ¿Cuánto dibujo puedes contener en la viñeta, cuánto aparece en el maldito cómic? De todo esto tienen la culpa los de la EC, que fueron unos artistas muy buenos. Eran grandes dibujantes. Tenían agallas. Tal y como se puede ver en la revista Juxtapoz, ahora tenemos a la Nueva Escuela de lo Bonito. Todos son “spin-offs” y más “spin-offs”. Imágenes católicas que sirven como dibujos para tatuajes. Tipos que rocían spray sobre buzones. Es [levantando la voz] un desperdicio. ¿O igual sueno como un viejo?
Una de las cosas más interesantes que pude leer en el perfil que reuní sobre tu carrera fueron unas reflexiones sobre tu propio estilo donde empezabas a explicar los diferentes niveles en los que podía funcionar: la intensidad de los detalles más próximos son como una especie de remolino expresionista, también muy parecido al dibujo del estampado japonés...

Si, si, sí. Y en cuanto a perspectiva, “Spain” siempre me ha importado una mierda. Una vez le dije: “Mira, mejor dibuja lo que quieras. Y en cuanto a la perspectiva…, ya sabes". Soy como Kurosawa en “Yojimbo”, con esos chicos caminando hacia el espectador... Todo es plano. Es como un diseño plano. Y en cuanto a la perspectiva no soy demasiado bueno, por lo que tengo que meter muchas otras cosas.

¿Cómo surgió ese estilo?

Fue de forma gradual. A medida que vas progresando, cada vez te vas volviendo estilísticamente más elaborado. Estoy seguro de que a los escritores les pasa lo mismo. ¿Conoces el trabajo de Ray Carver? ¿Has leído algo de [Gordon] Lish en el New Yorker? La edición creó el estilo que vendió los libros. Para eso tenemos al editor. Pero, mira, yo no tengo a ninguno. Así que hago todo esto porque me parece divertido. Es como un engaño. Pero al final dibujas muchísimo. Consigues ser el centro de debates estéticos y matices críticos sobre los detalles que incluyes y las demás mierdas. Tienes que coger y dibujar como un hijo de puta, y ya discutirás sobre ello más tarde. Argumentos y críticas sobre tus posturas machistas. Quién es un personaje calenturiento y quién no lo es.

Zap ha sido editado por Apex Novelties, The Print Mint y Last Gasp, pero Rip Off nunca os llegó a publicar, ¿verdad?

Acudí a Rip Off con mi cómic “Checkered Demon”, pero me dijeron: "No. Tus cosas son demasiado enloquecidas o demasiado izquierdosas, o demasiado violentas", o algo parecido. Necesitaban algo más tierno. Y yo me quedé en plan: "No, no. En realidad, dibujo lo que quiero". Ese es el concepto detrás del comix underground. Es underground. Lo que significa que es pornográfico. Ya sabes. Underground significa subterráneo. Ahora todo se está volviendo cada vez más bonito. A mí me gusta hacerlo más y más y más y más y más horrible, pero al mismo tiempo tiene que tener su parte humorística. Claro que hay diferentes formas de ver estas cosas, así que cuando montamos el tomo, tuvimos que componerlo visualmente...

¿De qué tomo estás hablando?

Del nuevo Zap en el que hemos estado trabajando. Lo miramos y lo empezamos a componer visualmente. Es bastante denso. Bastante. En blanco y negro. Es en blanco y negro. El cómic tiene que poseer cierto ritmo. Eso es lo bueno de los artistas con un estilo individual, porque se puede comprobar bien quién está haciendo qué. Pero todos están también intrigados por el esfuerzo grupal. Es todo un dolor de cabeza, pero muy divertido. Rebosa camaradería. Williams me dijo: "Echo de menos la camaradería".

"Bueno, baja el culo hasta aquí y dibuja con nosotros entonces". Cuando no estás dibujando las figuras del otro, se pierde espontaneidad aquí y allá. Oye, ¿igual he cambiado de tema?
Te iba a preguntar sobre las personalidades de Bob Rita, de Print Mint, y sobre Ron Turner...

Rita me gustaba. Tuvimos algún problema... ¡pero vaya sorpresa! No quiero hablar mal sobre los muertos. Me llevaba bien con él, pero nos fastidiaron un poco. Y como bien sabes: "Ponte en contra del poder". "Tenemos que llevarnos bien". Menos mal que ahora hay mucha gente interesada [en mi trabajo], a la que no le he importado una mierda durante los 53 años que llevo dibujando historietas. Si te quedas aquí el tiempo suficiente...

¿Cómo te sientes acerca de la forma en la que ahora os analizan a ti y a tus contemporáneos? ¿Crees que has recibido un trato justo?

Aquí parece que vale todo. [Mascullando.] Siempre quise ser un beatnik. Era demasiado joven para serlo, y demasiado viejo para ser hippy.

Comenzaste aproximadamente en el ´68, te diste a conocer con una serie de cuadernillos de 75 centavos, de cinco por siete pulgadas: Jiz, Felch, Snatch, Pork...

¿Cuántos quieres? Todavía los tengo.

Creo que los conseguí todos. Tengo el doble de algunos que me has ido vendiendo a lo largo de los años. Iba a traerlos para que me los firmaras.

Fue por aquel entonces cuando Crumb cogió la bola de obscenidades y la echó a rodar. Y ahora lo niega.

He notado que en ninguna de esas historias firmaste con tu propio nombre. ¿Tenías miedo de que te llevasen a juicio? ¿Creías que habías ido demasiado lejos?

No. No. Te contaré todo el asunto del nombre. La gente me suele preguntar: "¿Qué significa esa "S"? Dios, ¿habré escuchado alguna vez la misma pregunta las suficientes veces? Ok, es una pequeña anécdota. En las familias hillbillys todo el mundo tiene un apodo. Antes de que yo naciese, mi padre, John Wilson, y su encantadora esposa, solían jugar a las cartas con un vecino que se llamaba John. Y mientras estaban jugando, también escuchaban un programa de radio titulado Steve Wilson of the Illustrated Press. Mi padre se llamaba John, y el nombre del otro tipo también era John, así que empezaron a llamarlo Steve. ¡Tah-DAH! Ahí lo tienes. Fue antes de que yo naciese. Mola.

Ese programa de radio aún seguía siendo popular cuando yo estaba en parvulitos o en primer curso, y como me encantaba dibujar, me decían: "Ahí tienes a Steve Wilson, de la Illustrated Press". Fue como si hubiesen dado con la respuesta a un enigma. Yo no tenía nada que ver con el nombre, pero fue como una sublime iluminación. Así que terminé por hartarme del tema: "Joder". Por eso empecé a utilizar "S. Clay Wilson". Está bien, seré "S. Clay Wilson de la Illustrated Press”, por lo que bien podría haber conservado incluso lo de “Steve Wilson”.

Entonces mi hermana empezó a llamarme "Steven Henry". No sé… Aunque mi padre también solía llamarme "Hank", que es la abreviatura de "Henry". Debería haberme llamado "Hank Wilson", que de todos modos suena más chorra que S. Clay Wilson. Pero uno de mis amigos artistas me dijo que S. Clay Wilson suena como el nombre de un pistolero. Así que ahí lo tienes. Posee como una especie de tono decadente sureño. 
¿De dónde venía lo de "Collingswood" y "Long-Whatever-It-Was"? [Nota del autor: eran los nombres utilizados por Wilson en los cuadernillos mencionados antes.]

"Hank Long Elephant Boy’ Longcrank" era un cariñoso apodo que me puso una de mis muchas zorras.

En Felch aparece la historia “The Felching Vampires Meet the Holy Virgin Mary...” Probablemente sea una de tus historias que más me he leído. Tuviste...

Se la vendí al tipo que solía dirigir el Strand Theatre. Era católico de verdad, y compró los dibujos originales porque eran como el ejemplo más extremo de... Ok, también yo tuve una educación muy bíblica. Odio a la jodida iglesia. Me bautizaron, y por eso no voy a nadar nunca, pero ya sabes, me invadieron una y otra vez con los conceptos. Así que esa historia está hecha para los católicos; es una doble sátira, intentar mantener virgen a la Virgen María. Quiero decir, que puede que Cristo fuese el producto de un parto rectal... [Risas.] Así que te la metes en tu pipa y te la fumas. ¿Ha quedado lo suficientemente claro? ¿Qué opinas?

¿Me estás preguntando si quiero darte alguna explicación? ¿Si todavía espero saber si llegaste a sentir algo de aprensión por hacer esa historia?

Bueno, sí, en realidad fueron a por Felch. El policía que entró en la tienda donde se vendía el número ni siquiera llegó a aparecer [en el juicio] con la copia. El juez me dijo: "¿Qué es eso de Felch? ¿Dónde puedo verlo?". Tal vez ese tipo decidió quedarse con el cómic hasta hacerse viejo y venderlo por 25 dólares.

¿Han llegado a destruir alguno de tus trabajos?

La Real Policía Montada del Canadá destrozó algunas de mis cosas. Pero cuando van a por las tiendas que venden el material no suelen perseguir también al artista. El que más sufre es el que vende los cómics. Así que de alguna manera se hace poca justicia.
¿Hay algo que nunca llegarías a mostrar en tus historias? ¿Alguna vez te has dicho: "estoy yendo demasiado lejos? No quiero dibujarlo".

No. El arte es terapéutico, y no me importa si la gente lo odia. Tampoco si les encanta. Tal vez esté intentando parecer muy culto, pero todo el ímpetu detrás de la creación es: "Dibuja lo que quieras".

Y la gente igual te dice: "Bueno, es algo barato y está lleno de sexo y violencia".

“Bueno, yo soy el que lo dibuja. Alguien tiene que hacerlo". Asumo la responsabilidad sobre mis humildes hombros cubiertos con un tweed de Harris. Se llama: "asombrar y atemorizar”.

¿No llegaste a meterte en problemas con Ken Kesey cuando te pidió que le dibujases la cubierta de “Demon Box”?

Oh, sí. ¿Te he enseñado la cantidad de cambios que quería que hiciese? Ken Lopez, un anticuario a quien le vendí mi colección Carver, tiene un nuevo catálogo con la portada que hice en su momento para “Demon Box”. Porque me la devolvieron. Ken Kesey quería que yo dibujase la cubierta porque le encantaba mi “Checkered Demon”. Así que dibujé el demonio a cuadros, pero él quería ser el demonio a cuadros en persona. Pensó que le estaba robando el mojo. Entonces quiso que empezase a hacer millones de cambios. Borra esto de aquí [se golpea la nariz], no sé. Me dijo: "Es mi libro, no el tuyo. Cambia esto. Cambia eso. Cambia esto otro. Cambia aquello."

[Paul] Krassner tildó a Kesey de quaker psicodélico. Puede que todos estos rumores malvados llegasen a cabrearlo. Si hubiese continuado, nos habríamos puesto a discutir extrañas argumentaciones. "¿No querías el demonio a cuadros?"

"El demonio a cuadros es malvado. Hazlo más bonito.”

"Proviene del infierno. No es una cosa bonita, ¿es que no lo entiendes?" Así que al final no llegaron a utilizar mi portada, pero gracias a Kirby McCauley, mi agente irlandés, me pagaron por el trabajo. Mi visión me parecía perfecta, pero la portada que le pusieron tenía el aspecto de un maldito papel de regalo navideño arrugado.

(Continuará)

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