sábado, 21 de septiembre de 2019

LA ENTREVISTA CON S. CLAY WILSON EN THE COMICS JOURNAL (2 DE 7)

Por Bob Levin, para The Comics Journal nº 293 (noviembre de 2008). Traducción: Frog2000. Parte 1.

BOB LEVIN: Siempre he leído artículos en los que se comentaba que nuestra generación estaba influenciada por haber crecido "a la sombra de la bomba". Recuerdo los ejercicios en los que nos hacían aprender a agacharnos debajo de los escritorios para protegernos, pero no recuerdo que la extinción nuclear llegase a ser una verdadera amenaza. ¿Fue en tu caso un factor importante?

S. CLAY WILSON: En el instituto fui consciente sobre todo de quién fue el primer asesino de masas, Charles Starkweather. [Nota del entrevistador: otro chaval de Nebraska.] 

Me gustaba dibujar. Siempre estaba dibujando, dibujando, dibujando. Me obsesionaban el ajedrez y el dibujo. Era un recluso, dibujaba historietas de forma compulsiva. Así que me empezaron a llamar "ardilla", que en ese momento significaba algo así como "nerd" o "friki". Odiaba a todo el mundo excepto a Ace, a quien todavía suelo ver, y a su hermano, ya fallecido, Muth, mi amigo del Ejército, que también era un artista brillante. Estábamos alienados y hechos polvo. Queríamos ser beatniks, algo en plan: "Oye, tío, dejémonos caer por el Bar Zoo y, ya sabes, veamos qué pasa, ¿no?".

"En el camino" se editó en el '57, pero antes, cuando aún eras un crío, ¿qué más te gustaba, la EC, libros, películas, música...?

Me gustaban Little Richard y "Aullido". Salía mucho con muchachos judíos intelectuales. Como que me caían bien, pero es que yo era una ardilla muy extraña. Salí con novias que estaban muy bien. (Todavía conservo alguno de sus dibujos). Muchas de esas artgirls eran muy sexys. Montones de bellas muchachas letonas. Arties y sexys. En el instituto nadie practicaba sexo, pero todos sabían defenderse en una pelea. Cuando cumplí 14 años, James Mosely insultó a mi madre en la clase de arte.

"Retíralo".

"No me quiero retractar, jódete."

"Jódete". Así que tenías que ser todo un macho. Era como si estuvieses en la cárcel, tenías que demostrar que tenías huevos. Así que tuve que pelearme con Mosely. Pero había un marinero que tenía un loro llamado Mabel, y que esa noche me apetecía comprárselo para cumplir mis fantasías piratas. Entonces pensé: “Lucharé con Mosely. Me lo quitaré de encima. Y si sigo vivo después, me podré comprar el loro como premio de consolación”.
De todos modos, quedamos en los baños para pegarnos. Lo golpeé tan fuerte como pude. Me devolvió el golpe y limpió el suelo conmigo. Bueno, pues ya me puedo relajar, limpiarme la nariz y comprarme ese maldito loro. Pero la gente seguía intentando joderme. "Wilson es toda una ardilla. Wilson es una ardilla”. Así que cuando Charlie Starkweather se volvió loco, me identifiqué mucho con su hermana, que se arrastró acurrucada por todo el pasillo. "¡Esta es la hermana de Charlie Starkweather!" Y empezaron a arrojar mierda y otras cosas. Fui a la escuela con ella, y cuando mi madre estaba trabajando en el Coney Island Cafe de Lincoln, Nebraska, solía servirle el desayuno. A Charlie y a toda su familia. Sé que él también quería ser dibujante, pero marchó en otra dirección.

De todos modos, volvamos al episodio de la pelea: así que le estaba dando vueltas a lo de comprar a Mabel, y ese tipo coge y me dice: "Estás colgado, mira que pelearte con Mosely, si es el campeón de los Guantes de Oro Junior", algo que no sabía. Para él yo era un mierda. De todas formas, pasé del tema y ni siquiera volví a pensar en ello.

Pero un poco más tarde, algunos rednecks empezaron a decirme: "Hola, Wilson, hey Wilson".

"Calláos, imbéciles neandertales".

Y de repente suena una voz retumbante al fondo de la sala, y ese gran chulito negro dice: "Si queréis joder a Wilson, nosotros lo respaldamos". Tenía a toda una jodida banda de peña negra detrás mío, porque había demostrado tener huevos y me había peleado con Mosely, y también era una jodida ardillita. Estaba todavía más puteado que ellos, así que que se joda todo el mundo. Fue mi momento álgido en el instituto.

Eso y mi cita con Astrida.

¿Qué tipo de influencias tenía tu trabajo artístico de entonces?

Carl Barks. G.I. Joe, Babe Darling of the Hills, y todo lo de la EC. (Para mí es la EC.) Siempre quise ser dibujante, pero cuando vi el material de la EC, el deseo se solidificó, porque tenía estilos diferentes y eran muchísimo más artísticos, a años luz de otros cómics de la época. Me encantaba. "¡Espera, mira! Si es que puedes dibujar como quieras".
Después del instituto, ¿entraste en la Universidad de Nebraska?

Había ganado una beca Hallmark Greeting Card. Debería haberla aprovechado. No sé cómo podría haber terminado: más rico o quizá sería un don nadie, pero Hallmark suponía ir al Instituto de Arte de Kansas City, que era como una especie de fábrica, y mi madre me dijo: “Será mejor que te consigas una educación universitaria. Bla, bla, bla."

¿Fuiste entonces estudiante de arte?

Estudié principalmente antropología. Estaba a medio camino entre el departamento de antropología y el de Arte. Se produjo como una especie de fricción en mi interior. Era como si me hubiese vuelto esquizofrénico. Me gustaba más la antropología que la asignatura de Arte porque, por no mencionar a nadie... Gale Butt (Dios lo perdone), era un maricón sádico que no era capaz de dibujar ni de pintar. Destruía mis pinturas y también me pegaba. "¡No! ¡No! ¡No! Nunca llegarás a ser artista". Y su trabajo se parecía al de las portadas de las revistas Ford Times, un material expresionista abstracto horripilante.

Yo prefería la antropología. "Wilson, deberías estudiar antropología en lugar de Arte, porque allí te odian".

¿Qué tipo de obras solías hacer?

Cosas figurativas. Llámalo cómics. Llámalo ilustración. Llámalo como quieras. Siempre estaba haciendo historietas, pero en ese momento, el expresionismo abstracto era lo que más se llevaba. Así que tampoco es que estuviese aprendiendo a dibujar en plan dibujos a lápiz con perspectivas profundas, ni nada así. No estaba aprendiendo nada, así que me dije: "Esto me parece una mierda", y para demostrar que su idea del Arte era una mierda, hice un gesto Dadaista y me puse a admirar revistas sobre arte. “Está bien, Jackson Pollock. De acuerdo, Willem de Kooning. ”Y conseguí un montón de pintura y lienzos y me puse a hacer cuadros abstractos expresionistas, y llené todo el pasillo.

Empezaron a decir [susurrando]: "Wilson, a tu manera esto parece muy potente". Pero todo era una completa basura. Una vacilada. Fue una pésima puesta en escena que me trae malos recuerdos. Me expulsaron de la escuela y luego tuve que volver, y casi ni consigo el título. Debería haber escogido la beca en su lugar, pero tienes que empezar con lo que tienes.
¿Hiciste el servicio militar después de la universidad?

La Universidad de Nebraska era una universidad que tenía una concesión de tierras, por lo que tenía que mantener el entrenamiento militar. Y me empecé a preguntar [resollando]: "¿Qué estoy haciendo? Podría haber ido al Instituto de Arte de Kansas City, echar un polvo, pasar un buen rato, hacer arte, en lugar de aprender a disparar con el maldito rifle M-1". (Hubiese preferido cualquier otra arma. Tal vez la Thompson). Pero me expulsaron de la escuela porque allí tenías que usar el uniforme del ejército para los ejercicios de simulacro. Si no te lo ponías, necesitabas una excusa. Siempre usaba la misma. "Wilson, ¿dónde está tu uniforme?", me preguntaba el Sargento Ryan.


"No se va a creer lo que me ha pasado. Anoche me emborraché y vomité por todas partes”, y como de costumbre, le enseñaba mi calzoncillos deshilachados.

El Sargento dejó de creerme. "¡Y córtate el pelo, Wilson!" Si te quedabas fuera del servicio militar, estabas fuera de la universidad, y si estabas fuera de la universidad, estabas listo para ir el ejército. Así que entré en el ejército.

¿Cuánto estuviste allí, dos años?

Fueron seis meses de actividad. Entrenamiento básico, infantería, estuve en Fort Leonard Wood; luego entrenamiento médico en San Antonio. Soy un maldito médico entrenado. Me dieron una ambulancia. "Conduce este coche". ¡BAM! Justo contra un árbol. "Os jodéis. Mejor conduces tú la ambulancia". Tampoco es que los marines me mandasen a la mierda ni nada. Fue algo más educado. Sin embargo, los cocineros me amaban, porque tenía acceso a tabletas de metanfetamina. Pensaba que eran de sal. No tenía ni idea. Y también a las de morfina. Así que si querías subidones o bajones, podía proporcionarte ambas.

Los cocineros me decían: "Wilson, tú que eres médico..."

"Sí."

"¿Conoces esas tabletas de sal extra fuerte, y esa gran botella marrón...? Consíguenos unas de esas".

"Claro". Así que me adoraban.

[Después del servicio activo] me uní a la Guardia Nacional de Nebraska. Mantenía reuniones todos los meses y tenía que hacer un jodido viaje de dos semanas a Pikestone, Minnesota, o algún otro agujero infernal. Y me quedaba en plan: "¿Qué demonios? Esto es realmente jodido”. Vietnam retumbaba allá al fondo, y yo soy médico, así que puede que enviasen en cualquier momento mi trasero a los arrozales para salvar al tipo que no quieres salvar, el tipo que te había estado jodiendo. Todos los campesinos querían irse para allá. Pero yo no, muchas gracias. Me decía: "No voy a hacerlo". Soy demasiado cobarde.

Finalmente acudí a un psiquiatra judío y [risas]... Gracias a Dios por la existencia de los psiquiatras judíos. Me recuerdas un poco a él. Le dije: "Soy demasiado sensible. No puedo afrontar una situación como esa".

Me dijo: "No te preocupes por eso". Estaba en contra de la guerra, y yo ciertamente también lo estaba; así que me prescribió no sé qué y me perdí esa batalla.

¿Qué hiciste después de acabar el servicio?

Volví a la escuela para obtener este jodido e inútil título, pero aún tenía que hacer el servicio militar de la Universidad: uniforme, arma, los nueve metros completos; pero me dijeron: "No puedes usar ese uniforme".

Les dije: "Me lo he ganado. Soy el único aquí con un rango. He estado en el ejército. He vuelto y quiero acudir a las clases. ¿Qué más queréis de mí?"
¿Y entonces?

Estuve un tiempo viviendo en Nueva York. Mi amigo Jack Shurbach, que es un chico muy hogareño, se mudó a Nueva York, así que finalmente me marché para buscarlo. "¿Dónde puedo conseguir un trabajo?"

Me dijo: “Ve a ver a Mark y David. Seguro que te contratan".

"¿Quiénes son Mark y David?"

"Llevan la tienda de cuero de Mark y David Jonish. En Six Jacob Street.

Así que me acerqué y les dije: "¿Puedo trabajar con vosotros?"

"Sí, píllalo", y me lanzó un gran jodido rollo de pieles desgarradas, y lo atrapé en el aire. "Ponlo allí arriba".

"Está bien, gracias". Eran unos tipos bajitos, y yo estaba en un estado perfecto, sin una onza de grasa. Me cogieron en el acto.

Mark y David Jonish me enseñaron todo sobre ese puto trabajo. Esos tipos trabajaban más duro que cualquiera que haya visto en mi vida sin importar dónde. Usaban esas pieles de vaca de mierda, y estampaban en ellas piel de cocodrilo falsa, o serpiente, o lo que fuese, para convertirlas en billeteras baratas. Eran algo así como de cartón. Allí parecía haber un orden, pero todo era un desastre. Tampoco estaba tan mal. Tenía un trabajo [con acento yiddish.] "¿No puedes comerte un arenque para almorzar?" Me gustaban esos tíos. Vestían con pijamas. Eran como de lunares. Allí había una buena cantidad de esas pieles de vaca seccionadas y toda una tripulación y yo. Se hablaban como cinco, seis o siete idiomas diferentes. Judío, puertorriqueño... Cuando se produjo el apagón, se convirtió en la Torre de Babel. "¡Yeahhh!" Larguémonos. Había un montón de piel de vaca seccionada. También me pilló la huelga de trenes. Solo estuve allí seis meses, pero pude experimentar mucha actividad urbana.

¿Que solías hacer?

Medía las pieles de vaca seccionadas: ¡Fshht! "Nueve, quince" con una máquina. ¡Fshht! Trabajaba con Mark o con David.

[Acento yiddish] "¿Te gusta Chagall?"

"Sí."

"A mí también. Ocho, catorce. La bombilla desnuda apenas alumbraba la plataforma para medir. Era un sitio acogedor. Había cierto orden. Me recordaba un poco a la tienda de mi padre. Ellos sabían dónde estaba todo, tú no. Ya aprenderás si andas por aquí el tiempo suficiente. Así que ese era mi trabajo. Luego tomé un poco de ácido y decidí largarme de Nueva York.
¿Solías consumir drogas cuando...?

Me metí muy pronto en el ácido. Mi amigo Stewart Hitch, Dios lo tenga en su gloria... era pintor, y se había marchado, y en la víspera de Navidad de 1963, o en el ´64, vinieron los colegas desde Lincoln, Nebraska. Fue la primera vez que escuché la palabra hippy. "¿Eres un hippy?"

"¿Qué es un hippy?"

De todos modos me fui con esos tipos, uno de ellos llevaba traje, a deambular por las calles de la vieja Nueva York. [Acento de Yokel] "Garsh, es un verdadero bohemio. Es bastante emocionante". Estábamos lejos de los campos de maíz, ya sabes. Esas personas querían celebrar la víspera de Navidad, así que me dijeron: "Consigamos algo de ácido".

"¿Qué es el ácido?"

"Es un terrón de azúcar manipulado. Pero te puede dejar realmente jodido".

Así que lo conseguimos: "¿quién quiere probarlo para ver qué pasa?"

"Yo lo haré. Quiero saber qué pasa. Quiero verlo".

No teníamos dinero. Nos compramos algunos regalos de Navidad, pero no te podías gastar más de un dólar. Fue un momento muy tierno. Tenía una camiseta de béisbol de los Twilighters negra y amarilla con estrellas negras. La llevaba puesta, y se me cayó un poco de ácido encima. Entonces me miraron y me preguntaron: "¿Qué está pasando?"

Habíamos fumado marihuana alguna vez, pero esto era absolutamente diferente. Entonces el ácido me subió y les dije: "Es genial. Movámonos.” Entonces se tomaron un poco de ácido, y dimos una vuelta por el Lower East Side, y fue como una verdadera noche mágica. Fue estupendo, el oropel volaba por la calle. Yo terminé por volver, pero Hitch se lo pasó tan bien en su viaje de ácido por el Lower East Side que decidió irse a vivir allí y se convirtió en un pintor reconocido.

Otro pequeño detalle que divertirá a los lectores... Estuve viviendo en el distrito de almacenes de juguetes, en Ludlow, 153 Ludlow, en el Deli de Katz. Me cobraban 38,50 dólares de alquiler al mes y tenía mi propio baño, por lo que pensé que vivía en el paraíso. En el distrito se produjeron varios incendios de locales judíos, ya sabes, gente que incendiaba sus locales para conseguir el dinero del seguro. Antes de que mis amigos del Medio Oeste se separasen, encontramos enormes cajas de brazos hinchados de muñecas rosas. Se pensaron que sería una buena idea llevárselos. Estaban viajando en un enorme Buick lleno de brazos de muñecas, brazos por todas las puertas, en ruta hacia Nebraska.

¿Por qué te marchaste de Nueva York?

Por culpa de un mal viaje de ácido. Lo que me asustó es... Decidí tomar ácido de nuevo porque me intrigaba mucho, fue antes de que saliese la propaganda anti-droga: todo el mundo salta por las ventanas y toda esa mierda. (No conocía a nadie al que le hubiese pasado. Al menos en Nebraska). En algún momento me encontré en la parte superior de mi edificio, mirando a esa masa urbana gris, esa vasta ciudad de Nueva York. Durante una fracción de segundo, estuve alucinando que eran las trincheras de la Primera Guerra Mundial, y yo estaba en la tierra de nadie. Así que entré dentro, todavía puesto de ácido, y me miré en un espejo, y en el reflejo vi como me salía humo por los ojos. ¡Mierda! Y en ese momento, alguien empezó a golpear la puerta. Todo eso estaba sucediendo como si fuese de verdad, y me estaba volviendo loco. ("Enloqueciendo", sí, esa es la palabra, "enloqueciendo".) Alguien golpeó en la puerta: BAM, BAM, BAM, BAM. Me pregunté: "¿Como es que puedo escucharlo? No saben quién soy. No saben ni dónde estoy".

Y entonces me dijeron: "¿Wilson? ? ¿Wilson? ¿Estás ahí? "Era la voz de una chica. "¿Wilson? Vamos, abre. Estoy asustado. No me gusta este edificio".

"A mí tampoco me gusta. ¿Quién eres?” Era Ellie May Moritz, mi novia, que venía de visita, aunque ni había llamado ni me había enviado una tarjeta postal. Estaba asustada, porque el edificio estaba lleno de adictos a la metanfetamina y había jeringas en el pasillo. Podría seguir y seguir hablando sobre ese edificio. Así que al final me dejó. Mucho más tarde me dijo: "Era yo quien estaba ese día en la puerta", pero yo creí que estaba alucinando.

Estas visiones se fueron acumulando, así que me dije: "Sencillamente siéntate aquí y tal vez todo se te pase".
¿No hubo una vez que estuviste trabajando en unas excavaciones arqueológicas?

Eso ocurrió a mitad de mi etapa universitaria. Mi madre trabajaba para el Instituto Smithsonian, así que me reclutaron para viajar hasta una excavación en la reserva india Crow Creek, en Dakota del Sur. Era donde los chicos que tomaban peyote solían pasar el rato, pero en ese entonces no había peyote. Estuve tentado de tomarlo, porque había indios en el equipo. ¿Cómo funcionaba ese curro? Bueno, primero cavabas, y luego se tomaban fotografías aéreas que mostraban cambios en la vegetación a partir del área en el que se había cavado. Querían saber qué había pasado con la gente que había formado parte de la tribu. Los indios regentaban la tierra. Eran cultivadores de maíz sedentarios. Estaban jodidos. Necesitas algo de pasta para poder largarte de Dodge.

Así que estábamos allí, en la excavación. Hacía más calor que en el infierno, y yo usaba un sombrero de vaquero de paja, y descubrí a un hombre enterrado en un escondite. Fue mi primer contacto con la muerte, de cerca y muy personal. Cavamos una zanja de prueba y luego la empezamos a perfilar. Aramos el suelo. Si ves un círculo en la trinchera de prueba de un color diferente, tiene que estar conectado a otro círculo, lo que significa que es el arco de una logia terrestre. Significa que estás en un pueblo. Si estás en un pueblo, ¿dónde podría estar la siguiente casa? Así que empecé a cavar una zanja de prueba, y me topé con una cáscara de naranja. (Me da escalofríos incluso de pensarlo). Era como esponjosa y orgánica. Empecé a raspar y había más. El líder del equipo se acercó y me dijo: "Aquí tienes tu pala. Entra en ese agujero. Es un escondite con un entierro”. Un escondite es la caja de hielo donde almacenaban la comida. Un entierro en la caja significa... No tenían caballos. Era mejor tener caballos para poder cazar y recolectar, no solo quedarte sentado y cultivar maíz, porque si te quedas sin maíz, no te queda nada para comer. En invierno. Entonces sí que la has fastidiado. Así que solo te queda ese agujero donde antes solía haber comida. Allí había siete esqueletos, de niños y adultos.

Me encantó encontrarlo, pero todos se cabrearon conmigo, aunque quería participar en ese trabajo porque era más fácil, un trabajo más fresco. "Este es mi proyecto. A la mierda, chicos. Voy a averiguar qué es lo que sucedió aquí". Tenía que meterlos [los esqueletos] en un camión con control termostático del Instituto Smithsonian en exactamente ese mismo lugar" Lo haré. Os lo haré saber. Ya me pondré en contacto con vosotros".

Cuando salió el sol y alumbró uno de los cráneos, se puso de color naranja y un poco elástico, por lo que todo lo que habíamos descubierto se empezó a estropear. Vi cómo iba cambiando de color. Era gomoso, elástico y naranja, e intenté ponerlo en frío y meterlo en el camión. Estaba como a 110 grados, helado de repente. Pasó de estar naranja orgánico, como una cáscara de naranja, a blanco, luego a gris blanco, luego se convirtió en una jodida tiza. Había encontrado todas esas cosas tan geniales como rascadores de piedra de piel de búfalo afiladas como cuchillas. Y ellos nos vigilaban como si fuésemos a robar toda esa mierda ¿Cómo, nosotros? Empecé a hablar como un descosido para que no descubriesen los cadáveres del escondite. Empecé a gritar y ellos me dijeron: "Wilson, cállate la boca".

“Tío, cállate la boca. ¿Has escuchado eso de...?” Yo simplemente empecé a gritar, a una distancia como estoy yo de ti ahora. Estábamos a mitad de semana, había sido un día realmente largo, más caluroso que el infierno, así que hicieron un trato conmigo. La apuesta era bebernos unas KP y siete Seven u´ps, siete Seven Seagram y 7-Ups. Eso si guardaba silencio durante toda la tarde. Nos fuimos al Pierre. Se suponía que no íbamos a ir, porque era donde solía empezar todo el rollo entre los indios y los vaqueros borrachos. Estaba al otro lado del río llamado Bad River. Es como una zona horaria diferente. No hay nada más que bares, y permanecen abiertos dos horas más que el resto. Vas allí, y si vas vestido como un vaquero, será mejor que seas uno. Pero me empezaron a incitar, intentando hacerme charlar. Me insultaron, pero no me importó una mierda. Así que gané la apuesta, y de inmediato nos fuimos al Fort Pierre, y alineé mis siete Sietes y 7´s. Empecé a trasegarlos: ¡PANG! ¡BANG! ¡BANG! Las cosas se empezaron a poner muy nebulosas, y lo siguiente que ocurrió es que alguien me levantó de mi silla y me sentó en el callejón. Así que nos fuimos hasta ese otro bar, The Snake Pit. Había un montón de indios gastándose el paro, cagándola. Todos pillaban otra ronda hasta que todos se ponían como cubas. Gritaban y gritaban sin parar, y el lugar estaba pintado como si fuese el infierno. Llamas pintadas en las paredes y todo eso. Había un pequeño cartel brillante: The Snake Pit. También me emborraché bastante, pero al final sobreviví. Creo que me lo pasé bastante bien.

(Continuará)

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