miércoles, 27 de abril de 2016

RUTA 66 NÚMERO CIENTO CUARENTA Y NUEVE

RUTA 66 NÚMERO CIENTO CUARENTA Y NUEVE (Abril, 1999).
AQUI.

"Se ha aprendido todas las frases/ Ahora no tartamudea al hablar/ ¡Y es cierto!/Ha pillado un ritmo de jazz muy enrollado cuando camina/ Dios mío, si incluso se ha peinado". Así le describía Rickie Lee Jones hace veinte años en "Chuck E.´s in love", canción que abría excelsa el primer elepé de las cantautora californiana. Se trataba de una auto-declaración de amor en la que ella aseguraba ser la responsable del diametral cambio sufrido por Chuck, aunque al parecer este se encontraba en paradero desconocido y no podía confirmar tal extremo. Con los años, la canción perduró en la memoria personal de este cronista a través de muchas madrugadas ebrias, y más fiables informaciones identificaron al enigmático Chuck E. no ya como una preciada amistad de la pareja entonces formada por la Jones y Tom Waits, sino tal que una de las influencias primordiales del beatnik-lounge de autor californiano que ambos idealizaban. Pues bien, con un bagaje tan misterioso y un influjo histórico similar al de otro desaparecido como Fred Neil, han sido precisas dos décadas para saber qué tenía de especial Chuck E. Weiss. Su padrino, naturalmente, ha sido Waits, con el que lleva compartidos tantos escenarios como bacanales dipsómanas, co-productor, co-autor de dos canciones y guitarrista de "Extremely Cool", primer trabajo de Weiss en 18 años, según parece. Piropeado hasta por Willie Dixon, judío como Dylan y con pinta de no haber acabado en el trullo por puro milagro, Weiss es básicamente un bluesman blanco urbano del que efectivamente cuesta creer que se pueda peinar alguna vez. Delincuente juvenil entrado en años, carnes y ojeras, irradia aureola de pecador y esgrime voz tabernaria, factores muy capaces de hacer pasar por alto a gacetilleros irresponsables que Weiss y su disco no serían nada sin aquello de lo que se nutren, el legado afroamericano. La prensa se deshace en elogios porque Weiss es un blanco haciendo (bien) un trabajo de negros, y entre uno y otros descubren la pólvora. Pólvora que si bien quema en una clasicista exhibición de oficio condimentada con sabrosas raciones de blues, boogie pantanoso, jazz y R&B, no es otra cosa que placebo. Después de todo, puede que lo verdaderamente enigmático y pertinente de este asunto sea averiguar si la paternidad de esa garganta escamosa y de las extravagantes historias que relata pertenecen a Waits o a Weiss."

Expeditivo, en su reseña para este Ruta 66 número ciento cuarenta y nueve Jaime Gonzalo se ocupaba del legado (algunos dirían expolio) negro que podía encontrarse en la magistral obra de Chuck E. Weiss.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola darte las gracias por estos 150 rutas 66, creo haber leido que solo subirias los primeros 150 primeros numeros. Se Acabo verdad.

Saludos De Pixies

frog2000 dijo...

Gracias, todavía tengo que subir el número 150 durante esta próxima semana.
Un saludo...

Anónimo dijo...

Ok muchísimas gracias.

Saludos de pixies

Un eroe dei nostri tempi (1955)(2012) (Grazie Amarcord) dijo...

Has puesto en mis manos una auténtica enciclopedia del rock.

A partir de ejemplares que cuestan de conseguir.

Utilizando los sumarios que circulan en la red de los números de la revista ,se convierte en una obra de consulta habitual cuando buscas dossieres o información sobre cualquier artista o estilo. Más fiable y bien escrita que mucho de lo que hay en internet.

Gracias por tu trabajo.

Anónimo dijo...

Gracias por tu trabajo.

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