sábado, 3 de mayo de 2008

ANIMACION ACTUAL

Desde que los Simpsons aparecieron en nuestros receptores de TV en aquel lejano diciembre de 1987 para convertirse en la sitcom definitiva, nada volvió a ser como antes. Ni para la propia televisión -que mutaría gradualmente de esporádico aparato doméstico de ocio a centro mediático de miles de animales de sofá- ni para la evolución de la animación, ni mucho menos para las múltiples series que emitirían las cadenas en lo sucesivo, compitiendo entre sí para realizar el producto de adicción catódica definitivo.

El televidente evoluciona con el ritmo que le marca la sociedad del espectáculo (más rápida, más fuerte, más violenta, sin profundidad) así que demandará contenidos más “adultos” en sus series favoritas, lo cuál aprovecharán rápidamente unos avispados Matt Groening y equipo a la hora de desparramar ácido (pues The Simpsons pegará un salto de gigante entre la primera temporada y la segunda)para enganchar tanto al padre como al hijo a las cortantes aventuras que sufrirá la familia de Homer. Gracias al retorcido tempo del que hace gala la serie y a la sólida labor en sus guiones, se ofrecerá un magnífico entretenimiento con diferentes niveles de información que se complementan entre sí perfectamente.
A poco que se rasque en su estructura, se podrá percibir en las series actuales que los modernos guionistas han aprendido unos cuantos trucos de los bichejos amarillos de Springfield.

En un lapso de tiempo relativamente corto surgirán productos con mayor enjundia que la basura habitual que se emitía en horario de audiencia infantil en USA, marcando la pauta del resto de Occidente. Habrá de todo, a veces se rozará la genialidad tanto en la pequeña pantalla (Ren y Stimpy, las delirantes salvajadas de John Dilworth, Futurama, Vaca y Pollo) como en la grande (las películas de Bill Plympton, los imaginativos tour de force de Brad Bird, Ice Age, la primera de Shreck) pero después de dos décadas de hallazgos se llegará a la repetición aburrida por culpa de la invasión del 3D, la decadencia de los mismísimos Simpons (por cansancio o abandono del antiguo equipo creativo) y se desembocará en el pastiche más manido, con la pueril y estúpida Padre de Familia, posiblemente el mejor ejemplo de peor serie de animación avanzada (tanto en argumento como en dibujo).
¿Cuál es la última serie que nos congratulará con la televisión como forma de entretenimiento y hará que rastreemos cada capítulo como si fuera la (penúltima) sensación insuperable?: esta será ni más ni menos que La Casa De Los Dibujos, la cuál analizaré con bisturí en mi próxima entrega.

Continuará...

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