Cable: un héroe renovado (rescatado y readaptado de mi antiguo fanzine Fuck You, We are the Best!, nºs 1 -especial cómic- y 5, Dic. 1998-Sept. 2001)
Después de una etapa de triste recuerdo de la que sólo se salva la miniserie Cable: Sangre y Metal (y por el dibujo de John Romita Jr., siempre agradable al ojo), Cable llega a un período (en su número 25 de ediciones Forum) en el que tras despojar a una colección que funcionaba como mero fill-in de la Patrulla-X de todos sus pesados lastres se consigue un cómic innovador que nos lleva a revisitar en la memoria aquellas pequeñas maravillas con las que Marvel nos regalaba a mediados de los 70 y principios de los 80. Sí, un tebeo innovador aunque parezca que el dibujante (un excelente Ladronn) se haya aprendido el método Kirby como si fuera una teoría filosófica. Los guiones son incluso mejor que el dibujo: la nueva etapa de la colección contó con un acertado James Robinson en sus números iniciales, dando paso a un excelente Joe Casey (*).
Joe Casey se vale del rico universo en el que se circunscribe Cable para emocionarnos sin situaciones absurdas o forzadas, destacando sobre un ajado Claremont (**) y superando a nuevos valores como Seagle, el pesado de Waid o un Kurt Busiek que se pierde en su propia nostalgia.
Todo empieza en el número 25 de Forum, perteneciente al mes Flashback (en el que se narraban diferentes anécdotas de cada personaje en su correspondiente pasado). Robinson y Ladronn sitúan la acción durante la llegada de Cable a la Tierra desde un futuro apocalíptico. Madelyne Pryor y Cíclope de la Patrulla-X enviaron a su hijo al futuro. Allí fue/ será criado por una extraña secta hasta convertirse en adulto y volverá a nuestro presente convertido en un hosco guerrero adulto.
Randy Green y Rob Haynes serán los desatinados dibujantes de los números 26, 27 y 28 correspondientes al mega-cruce Operación: Tolerancia Cero y que, sorprendentemente para lo que suelen significar estos eventos, se leen de forma muy agradable gracias al tratamiento de película de acción hollywoodiense que marca James Robinson.
En el número 29 tenemos al mismo guionista, siendo el primer núemero en la colección del asombroso Ladronn. El autor mejicano realiza uno de los más redondos trabajos que se pueden haber visto hasta la fecha donde se nos narrarán los problemas de una periodista que investiga la vida privada de Sebastián Shaw, líder de la corrupta asociación Club del Fuego Infernal.
Se inicia así una epopeya en la que Cable y la periodista Merryweather, que asociada con el héroe intentará ayudarlo mientras recoge todos los datos posibles de su trayectoria, intentarán detener al Fuego Infernal antes de que estos resuciten al Heraldo del Apocalipsis, villano de la función. La historia se prolongará durante los apoteósicos números 30 y 31, mientras que los números 32 al 34 serán donde se produzca el cambio de guionista, con un Casey que finaliza estupendamente la trama. Es obligado hacer referencia al número 33, dibujado por el español Germán García de forma contundente.
El número 35 es una excelente aventura en la Wakanda de Pantera Negra y que supura espíritu pulp por todas las viñetas.
En el 36 se nos contará otra de esas anécdotas al estilo Marvel, pequeñas pero grandiosas, donde Cable conoce a una camarera de un bar de la Cocina del Infierno.
Dibujados por Ryan Benjamin, los números 37 y 38 pecan de ser transitorios hasta la siguiente gran saga, El Contrato Némesis, que abarca desde el prólogo del número 39 hasta el 43 y en el que Cable se enfrenta a Shield y a uno de sus típicos cazadores de hombres llamado Jack Truman (que se convertirá en el nuevo Deathlock -***). La saga es imprescindible, con contínuas referencias a los cómics que la Marvel publicó a lo largo de su historia, haciéndose eco de los hallazgos conseguidos por Steranko, Frank Miller y el resto de genios de la editorial.
Después de una saga tan agotadora a nivel creativo, el número 44, dibujado por el excesivo Stephen Platt, parece estar metido con calzador, pues proviene de un cruce con la Patrulla X llamado "Hermanos de Sangre". Sin embargo el número 45 es un repaso a la caudalosa biografía del protagonista. Casey preparaba una saga (truncada) en la que iba a resolver el misterio de los Doce, un argumento que se originaría en las colecciones mutantes "mayores" y al que Alan Davis pondría fin años después.
En los números 46 a 50 (68 USA) prosiguen los acontecimientos denominados como "la Saga de los Doce", con el Heraldo de Apocalipsis de némesis principal, pero Forum decide cortar la colección por lo sano a tan sólo dos números del desenlace. Mientras tanto se publicará el intrascendente anual compartido con Lobezo "Agallas y Gloria", donde nos encontramos de nuevo con Stephan Platt al dibujo.
Los últimos dos números se publicarán en Universo-X, una grapa gorda donde se aglutinan colecciones con bajas ventas (Mutante X, Masacre y Cable). La saga tiene un desenlace cerrado aunque un poco apresurado (se atarán todas las tramas y nos encontramos en las últimas viñetas con un final feliz con el que podrían haber echado perfectamente el cierre a la colección). Marvel tomó la decisión de que el horrible Rob Liefeld dibujase las siguientes entregas así que Joe Casey, solidarizado con su amigo Ladronn, también abandonó la colección. Para el recuerdo quedará una etapa de la que sólo disponemos de la edición de Forum y que debería ser rescatada en la nueva línea de Panini, Marvel Gold.
* Nadie sabe muy bien qué le pasó al prometedor autor visto sus innanes números posteriores de X-Men.
** Aunque aún no había regresado a Marvel, su trabajo en la Distinguida Competencia dejaba mucho que desear.
*** Originó una colección de corta vida inscrita en la nueva Marvel-Tech, guionizada por Joe Casey y dibujada por Leonardo Manco.
Después de una etapa de triste recuerdo de la que sólo se salva la miniserie Cable: Sangre y Metal (y por el dibujo de John Romita Jr., siempre agradable al ojo), Cable llega a un período (en su número 25 de ediciones Forum) en el que tras despojar a una colección que funcionaba como mero fill-in de la Patrulla-X de todos sus pesados lastres se consigue un cómic innovador que nos lleva a revisitar en la memoria aquellas pequeñas maravillas con las que Marvel nos regalaba a mediados de los 70 y principios de los 80. Sí, un tebeo innovador aunque parezca que el dibujante (un excelente Ladronn) se haya aprendido el método Kirby como si fuera una teoría filosófica. Los guiones son incluso mejor que el dibujo: la nueva etapa de la colección contó con un acertado James Robinson en sus números iniciales, dando paso a un excelente Joe Casey (*).
Joe Casey se vale del rico universo en el que se circunscribe Cable para emocionarnos sin situaciones absurdas o forzadas, destacando sobre un ajado Claremont (**) y superando a nuevos valores como Seagle, el pesado de Waid o un Kurt Busiek que se pierde en su propia nostalgia.
Todo empieza en el número 25 de Forum, perteneciente al mes Flashback (en el que se narraban diferentes anécdotas de cada personaje en su correspondiente pasado). Robinson y Ladronn sitúan la acción durante la llegada de Cable a la Tierra desde un futuro apocalíptico. Madelyne Pryor y Cíclope de la Patrulla-X enviaron a su hijo al futuro. Allí fue/ será criado por una extraña secta hasta convertirse en adulto y volverá a nuestro presente convertido en un hosco guerrero adulto.
Randy Green y Rob Haynes serán los desatinados dibujantes de los números 26, 27 y 28 correspondientes al mega-cruce Operación: Tolerancia Cero y que, sorprendentemente para lo que suelen significar estos eventos, se leen de forma muy agradable gracias al tratamiento de película de acción hollywoodiense que marca James Robinson.
En el número 29 tenemos al mismo guionista, siendo el primer núemero en la colección del asombroso Ladronn. El autor mejicano realiza uno de los más redondos trabajos que se pueden haber visto hasta la fecha donde se nos narrarán los problemas de una periodista que investiga la vida privada de Sebastián Shaw, líder de la corrupta asociación Club del Fuego Infernal.
Se inicia así una epopeya en la que Cable y la periodista Merryweather, que asociada con el héroe intentará ayudarlo mientras recoge todos los datos posibles de su trayectoria, intentarán detener al Fuego Infernal antes de que estos resuciten al Heraldo del Apocalipsis, villano de la función. La historia se prolongará durante los apoteósicos números 30 y 31, mientras que los números 32 al 34 serán donde se produzca el cambio de guionista, con un Casey que finaliza estupendamente la trama. Es obligado hacer referencia al número 33, dibujado por el español Germán García de forma contundente.
El número 35 es una excelente aventura en la Wakanda de Pantera Negra y que supura espíritu pulp por todas las viñetas.
En el 36 se nos contará otra de esas anécdotas al estilo Marvel, pequeñas pero grandiosas, donde Cable conoce a una camarera de un bar de la Cocina del Infierno.
Dibujados por Ryan Benjamin, los números 37 y 38 pecan de ser transitorios hasta la siguiente gran saga, El Contrato Némesis, que abarca desde el prólogo del número 39 hasta el 43 y en el que Cable se enfrenta a Shield y a uno de sus típicos cazadores de hombres llamado Jack Truman (que se convertirá en el nuevo Deathlock -***). La saga es imprescindible, con contínuas referencias a los cómics que la Marvel publicó a lo largo de su historia, haciéndose eco de los hallazgos conseguidos por Steranko, Frank Miller y el resto de genios de la editorial.
Después de una saga tan agotadora a nivel creativo, el número 44, dibujado por el excesivo Stephen Platt, parece estar metido con calzador, pues proviene de un cruce con la Patrulla X llamado "Hermanos de Sangre". Sin embargo el número 45 es un repaso a la caudalosa biografía del protagonista. Casey preparaba una saga (truncada) en la que iba a resolver el misterio de los Doce, un argumento que se originaría en las colecciones mutantes "mayores" y al que Alan Davis pondría fin años después.
En los números 46 a 50 (68 USA) prosiguen los acontecimientos denominados como "la Saga de los Doce", con el Heraldo de Apocalipsis de némesis principal, pero Forum decide cortar la colección por lo sano a tan sólo dos números del desenlace. Mientras tanto se publicará el intrascendente anual compartido con Lobezo "Agallas y Gloria", donde nos encontramos de nuevo con Stephan Platt al dibujo.
Los últimos dos números se publicarán en Universo-X, una grapa gorda donde se aglutinan colecciones con bajas ventas (Mutante X, Masacre y Cable). La saga tiene un desenlace cerrado aunque un poco apresurado (se atarán todas las tramas y nos encontramos en las últimas viñetas con un final feliz con el que podrían haber echado perfectamente el cierre a la colección). Marvel tomó la decisión de que el horrible Rob Liefeld dibujase las siguientes entregas así que Joe Casey, solidarizado con su amigo Ladronn, también abandonó la colección. Para el recuerdo quedará una etapa de la que sólo disponemos de la edición de Forum y que debería ser rescatada en la nueva línea de Panini, Marvel Gold.
* Nadie sabe muy bien qué le pasó al prometedor autor visto sus innanes números posteriores de X-Men.
** Aunque aún no había regresado a Marvel, su trabajo en la Distinguida Competencia dejaba mucho que desear.
*** Originó una colección de corta vida inscrita en la nueva Marvel-Tech, guionizada por Joe Casey y dibujada por Leonardo Manco.
3 comentarios:
¡¡Ojalá Panini te oiga!!, es una etapa memorable, con una complicidad autoral única.
Oiga, por lo visto Panini tiene prevista la edición del Cable definitivo, dentro de la línea Marvel Superhéroes, edición pobre pero a buen precio, al menos nos da una oportunidad de conseguir buenas obras cómo esta e Inhumanos de Jenkins y Lee.
Batroctilos saludos.
Lo he visto, y me la voy a pillar de nuevo, que ya no sé ni dónde tengo las grapas viejas (o en el almacén central o en la Bat Cueva). Saludones!!
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