Ruta 66, NUMERO VEINTICINCO (Enero, 1988)
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En el análisis con el que Jaime Gonzalo nos redescubría a The Stooges en este número 25 del Ruta 66, Especial Detroit, está la génesis de “Combustión Espontánea”, un libro donde el crítico diseccionaba a Iggy y a sus huestes de forma tan lúcida y amena que me parece una de las biografías sobre el rock más gratas que me haya echado nunca al coleto. Visto con la perspectiva de los años, el artículo de la revista, acompañado por otros dedicados nada más y nada menos que a MC5, Suicide, La Banda Trapera del Río o Motorhead, sería una especie de acelerado resúmen de todo lo que sobre el grupo ha escrito el autor.
Para completarlo, incluyo aquí una sonora denuncia recogida en su blog sobre lo que algunos vimos como la panacea y que para Jaime tan solo fue un esforzado ejercicio de vacuidad (símbolo de los tiempos que corrían –y corren-).
“Intento olvidar la extraña sensación de ersatz o dobles de sí mismos que [The Stooges] me produjeron cuando pisaron por primera vez suelo hispano, en Azkena el 2003, sexagenarios invocando mecánicos una ferocidad que espiritualmente sólo puede cocerse en el horno de la juventud, proyecciones de sí mismos, sombras de cuando eran otros, de los muchos en que uno se reencarna a medida que la vida se le escapa. No deja de ser esa reflexión impertinente por filosófica, cuando la técnica de simulación, el oficio, y la mansa abnegación colectiva, son lo único que hoy día se necesita para hacer de un trámite una experiencia. Las sensaciones, en el rock, ya sólo pueden ser de índole materialista. Mejor pienso en los incentivos, o en los lenitivos según cómo acabe el tema, ya que de todos modos tengo decidido presentarme a la cita, escéptico pero no desmotivado.”
Nota: es necesario utilizar Google Chrome para poder bajar el archivo.
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