Artículo de Peter David para “Wizard Press Collectors Library Series Volume One: The Dark Book: A
Comprehensive Look at Comic Book Villains”, 1994. Traducido por
Frog2000.
La ficción tradicional protagonizada por héroes suele estar realizada a base de patrones
específicos: el joven héroe debe abandonar los confines de su hogar campestre,
embarcarse en una gran búsqueda, hacer frente a formidables villanos que se
interpondrán entre su meta y él, vencerlos, y regresar a casa con riquezas/
sabiduría/ una esposa.
Por supuesto, todo esto podría variar. El héroe podría ser adulto.
O un rey guerrero en lugar de un granjero. Definitivamente me parece que
el héroe es el instigador, el que empuja las cosas e intenta agitarlas, el protagonista. Es quien hace que las cosas ocurran y nosotros nos solemos quedar encantados con sus hazañas,
con su fortaleza e ingenio, y con sus unidimensionales propósitos.
Pero en los comic books no suele ocurrir de la misma forma.
Las metas de los héroes más antiguos (enriquecerse/
encontrar el amor verdadero/ o convertirse en el rey de un gran imperio) verdaderamente no son propósitos viables en el rutinario día a día del
superhéroe de los cómics.
En consecuencia, los superhéroes tienen un solo y único propósito en su vida: detener a los villanos.
Pausa.
Eso es todo.
No quieren enriquecerse. Ni conseguir grandes fortunas.
Ni crecer como héroes. (Hasta el punto de adoptar personalidades
alternativas que modestamente les evitan disfrutar de sus acciones.)
Así que, ¿cómo combatir la villanía?
Ellos lo suelen hacer de dos formas: bien sea patrullando la ciudad en busca de actos criminales, o bien quedándose quietos para ver si escuchan algún comentario sobre un suceso que va a ocurrir próximamente (o incluso se quedan plantados esperando que alguien los ataque) antes de balancearse
hasta la acción. Los villanos no son meros obstáculos como el Cíclope de La
Odisea. De hecho, son la “raison d´etre” de los superhéroes. Sin los villanos,
los héroes podrían estar perdidos en infructuosas patrullas una noche tras otra, o
perder la cabeza mermados por el aburrimiento mientras esperan alguna señal de batalla.
En esta ocasión son los villanos los que empujan y agitan las cosas. Los
villanos planean e intrigan, conspiran y maquinan. Son ellos los que tienen
metas que alcanzar, sueños, deseos a largo plazo de convertirse en seres más
poderosos, de enriquecerse, de conseguir chicas, fama, poder (en definitiva, de todo). Muchas más metas que las que
se esfuerzan por conseguir los héroes de marras.
Por otra parte, los superhéroes se convierten en el
obstáculo. Su sencilla meta: “detener a los villanos”, es un pensamiento unidimensional tan angosto como la actitud de “detener al héroe”
de las habituales sirenas, arpías o cíclopes de la Literatura.
En algún lugar en el camino, los héroes y los villanos
han intercambiado sus papeles. Es en la actualidad cuando los villanos han empezado a
servir como necesidad dramática para la historia. Ahora los relatos
tratan sobre los villanos. Los villanos sirven como protagonistas de formas
mucho más variadas que como lo hacen los héroes, porque los villanos hacen que
la historia suceda.
Los héroes necesitan perverdamente a los villanos mucho más
que lo que los villanos necesitan a los héroes. Sin héroes, los villanos serían
capaces de lograr todas sus variadas metas y lograrían éxitos increíbles.
Liderarían el mundo, controlarían el universo, re-ordenarían el tiempo y el
espacio para que se ajustase a sus fantasías. Vivirían momentos absolutamente
magníficos.
Sin los villanos, los héroes participarían en sesiones de
entrenamiento sin fin, o se quedarían a jugar al póquer en sus bases.
Definitivamente, los héroes continúan existiendo porque es así como lo quieren los
villanos.
Considera esa idea por un momento.
Los villanos se esconden en guaridas secretas. Los grupos de
superhéroes tienen lugares de retiro públicamente conocidos: mansiones, plazas fuertes y
demás. Fácilmente nuclearizables.
Los villanos se esconden hasta el momento justo en el que
están completamente preparados para dar su mejor golpe. Los héroes patrullan la ciudad
abiertamente. Son blancos fáciles.
Por lo que: ¿por qué los villanos nunca eliminan a sus
enemigos?
La única respuesta lógica que existe es que a los villanos
les motiva un bizarro sentido de la tolerancia, e incluso del juego limpio. Se
esfuerzan por ser tolerantes. Tienen grandes sueños, grandes metas, y saben bien que
los héroes sirven –en su mayor parte- como diversión temporal.
Porque las historias mitológicas y las narraciones siempre
han sido muy claras al respecto: el que persigue una meta definitivamente
triunfa sobre todos los obstáculos. Los villanos persiguen metas y los héroes
son los obstáculos. Más tarde o más temprano los obstáculos serán superados y
dejados atrás, como simples porquerías que otros se encontrarán y barrerán de
en medio.
Desde que el objetivo de los héroes se ha convertido únicamente en detener al
villano, igualmente los héroes se encuentran definidos por sus villanos. Si Batman sólo
combatiese con gente común, no tendría la estatura que le otorga el Joker:
porque la policía también puede detener a un matón normal, pero el Joker está más allá
de sus posibilidades. De hecho, Superman sin Luthor, Spider-Man sin Dr. Octopus, La
Patrulla X sin Magneto... serían pálidas criaturas. Quién sabe si
Sherlock Holmes habría adquirido el mítico estatus del que hace gala si no
fuese por su resurrección tras el combate con el pavoroso Profesor Moriarty.
Incluso en el campo literario los villanos han asumido alguna vez el
estatus de protagonistas. Fu Manchu es atormentado por Neyland-Smith, Dracula
es frustrado por Van Helsing. Es curioso que en la literatura heróica el héroe
salga triunfante y alcance sus metas, a pesar de todos los esfuerzos de sus oponentes para que no lo consiga. Pero en la literatura “villanesca” se
considera que la historia acaba positivamente cuando el bellaco protagonista no ha sido capaz de conseguir las metas que se había propuesto. Aún así, en un primer vistazo las metas
de héroes y villanos parecen bastante similares... al menos desde el punto
de vista del villano.
Algún día... quizá antes de lo que pensamos... los villanos
empezarán a demandar mayor equidad.
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