jueves, 19 de diciembre de 2013

ENTREVISTA CON GRANT MORRISON EN BARBELITH (1 DE 6)

Entrevista con Grant Morrison en Barbelith, 3 de Diciembre de 2002 (1 de 6). Traducida por Frog2000.

¿Algunas vez has imaginado que eras Mickey Mantle dando un paso al frente listo para batear? ¿O te has preguntado quién es el colega con el que Alice Cooper juega al golf? Ahora que lo pienso, ¿por qué "falta" uno de los pupilos del señor Kelly? Grant Morrison nos responderá de una forma espectacular a estas y otras preguntas en la primera entrevista de temática deportiva que le hacemos. Pero intenta recordarlo: tan sólo es un juego. ¿O sólo son hula hops?


Al ser personalmente fan y crítico de su obra desde hace bastante tiempo, concerté una entrevista con Grant Morrison y su novia, Kristan, en el Tchai Ovna Tea House de Glasgow. Nos sentamos en una mesa baja aposentada sobre una plataforma elevada y nos quitamos los zapatos. Y entonces empezamos a hablar. La siguiente conversación tuvo lugar entre las seis y diez y las nueve menos cuarto de la tarde del 2 de septiembre de 2002:


Hermano Bostezo: Acabo de conseguir la revista Cut.


Grant Morrison: mm -hmm


HB: Quería empezar por revisar los viejos tiempos, 1989, un momento positivo para la industria del cómic en el que parecía haber mucho movimiento en la estela de Watchmen y Dark Knight, el interés en los cómics por parte del público se había renovado completamente. Tu historia protagonizada por Hitler ("New Adventures of Hitler", originalmente serializada en la revista Cut) provocó algo de ruido y causó mucha confusión, por lo que me preguntaba cómo te afectó en aquel momento, porque acababas de introducirte en el "mainstream" y te habías convertido en la estrella que esperabas ser en ese momento. ¿Qué implicaciones tuvo para tu propia confianza como escritor y en el caso de tu libertad de expresión?


GM: Me pareció muy emocionante y aterrador. C
uando gente como Pat Kane empezó a alejarse de la revista me pareció muy emocionante, pero más tarde, cuando los chicos de The Sun me telefonearon y pretendieron ser el "Wakefield Inquirer", me entró pánico.

HB: ¿En serio?


GM: Sí, porque me decían: "sabes, sólo somos un pequeño periódico de provincias, en realidad este tema no nos interesa mucho, excepto el asunto principal, por lo que ¿eres un nazi?


HB: (risas)


GM: Y yo les dije, no, no, tíos. No soy nadie, los nazis han desaparecido. También solía recibir muchas llamadas de teléfono extrañas, así que fue una época un poco aterradora, pero el resto de lo que ocurría fue muy emocionante. ¡Me gustaba causar controversia! ¡Avivar el fuego!


HB: En su momento la obra me sorprendió un montón. Ya sabes, llevaba metido en los cómics desde que tenía cinco o seis años y sabía que había algo en ellos que hacían que mereciesen la pena. La mayoría de las personas no parecían entenderlo, aunque también les gustasen, así que cuando todo esto empezó a suceder, cuando Pat Kane escribió su artículo y a continuación se marchó de la revista, y luego tú cogiste y empezaste a comentar lo que pensabas... me animó mucho a seguir leyendo cómics...


GM: "Iros a la mierda y moríos."


HB: Sí, creo que así fue como terminó todo, pero tenías listos argumentos muy potentes, lo más positivo para un adolescente como yo era que alguien como tú, un tipo que venía de ese medio tan apartado e incluso desechado que no le importaba a nadie, estaba básicamente pateando el culo del "mainstream", ya sabes, era en plan: "Vete a la mierda, las cosas son así". Me parece que fue una época bastante importante que no ha quedado recogida lo suficiente en los medios, los guionistas de cómic se expresaban de forma adecuada y ofrecían opiniones fundadas sobre política, cultura y medios de comunicación, pero al final dejaron de estar presentes en los propios medios.


GM: Bueno, la gente empezó a buscar nuestras cosas, pero pronto todo se convirtió en una moda. Sencillamente empezaron a verse como si fuesen hula hoops, ya sabes. Creo que cuando los miran un par de veces, la gente empieza a ver los cómics de esa forma. Tan sólo como si fuesen hula hoops, y mientras se piensen que son "cool", comprarán cosas con máscaras y guantes y otras cosas por el estilo, pero más tarde acabarán desvaneciéndose. Aunque los cómics siempre están orbitando cerca de la gente y nunca desaparecen del todo. Simplemente se quedan en barbecho y vuelven a ponerse de moda, que es lo que creo que estaba sucediendo en ese momento. Había algunos autores muy interesantes (Brendan McCarthy, los chicos de Deadline) haciendo grandes cosas en ese momento. Todo parecía interesante, era como pop: en aquellos días la revista "Speakeasy" solía ser como el NME (New Musical Express), sacaban fotografías de alguien borracho con algún titular, había un muy buen ambiente pop en todo. Era como estar en un banda. Era genial, pero se terminó en cuanto cerró "Speakeasy". Fue el final de una era.
HB: Creo que ahora estamos en pleno acercamiento gravitatorio, ciertamente lo parece por la forma en la que los creadores se han empezado a relacionar entre ellos. Básicamente todos están trabajando para el mismo editor, que es Marvel. ¿Sientes algo parecido, o en realidad te parece más superficial, como si no hubiese conexión alguna entre ellos?

GM: Es menos gracioso de lo que sugieres, como más de derechas, más conservador y orientado hacia el dinero, o eso es lo que creo cuando lo comparo con aquellos tiempos, que eran más como... ¡bah, supongo que todo el mundo dice siempre lo mismo!, ya sabes: ¡Hijo, el pasado fue brillante! Supongo que las cosas se mueven por ciclos. No soy un gran fan de lo nostálgico, pero durante los últimos dos años he empezado a sentir nostalgia por los noventa, porque ahora la gente es mucho más conservadora, tienen miedo de lo que van a decir y las cosas les dan pavor, así que... no, ahora también se hacen cómics interesantes, pero es el mismo interés que tiene el granjero por sus nabos. (Risas.)


HB: ¡No estoy seguro de haberlo entendido!

GM: Bueno, esas personas están aquí tan sólo para cosechar lo que hagamos, y si estamos dispuestos a vivir con ello, creo que es bueno para los tebeos (es lo que hay), pero el interés de la prensa por los cómics es bastante superficial. Están más interesados ​​en cómo nos relacionamos con el mundo de las películas, porque ya no van a poder dejar de transformar estos dibujitos en películas, creo que también hay algo de eso. Nah... Es sólo que no sé... Si nos fijamos de nuevo en la escena de los noventa, me parece ver cierto tipo de libertad en cuanto a drogas y alcohol, en torno a 1989, 1990, 1991, que simplemente ya no existe. Así que es como la diferencia entre Linkin Park y Kurt Cobain, ya sabes, un tío se dispara mientras el otro hace su (inaudible)


HB: Pero ya sabes, en la época en la que surgieron Kurt Cobain y Nirvana, sentía como que Nirvana era en realidad el primer paso hacia el enlatado del "angst". Sé que [Kurt Cobain] tuvo un trágico final, pero había algo en lo que nos estaban vendiendo en esa época que me hizo pensar: "esto ya lo he visto antes", pero no podía acordarme dónde había sido exactamente.

GM: Pero su angustia era genuina, el empaquetado también era auténtico, aunque tal vez tengas razón, por primera vez se notaba que... por primera vez se estaba dando cuenta todo el mundo... que puedes ir a comprarte cuadernos de notas de Emily Strange Posse en los salones de videojuegos y que... ya sabes, esas son las chicas del Fin del Mundo que alguna vez fueron marginadas o góticas, o la gente que se sentía sola o que se sentía alejada de una cultura que apestaba y que la había empezado a rodear y que no la dejaba escapar, así que creo que todo eso sólo fue como una parte de lo que se estaba cociendo por todos lados en ese momento.


HB: ¿Crees que era definitivamente negativo o...?

GM: Nah, sólo formaba parte de lo que estaba ocurriendo. Las personas que están obsesionadas con ese tipo de divisiones pueden encontrarlo negativo, pero la verdad es que no podemos escaparnos del espectáculo.

HB: Claro.

GM: Si tenemos que tragar de todas formas, supongo que también podremos digerirlo.

HB: Cuando hablas de que el espectáculo lo reclama todo, me recuerda a que seguramente haya un poder que controla todo ese espectáculo. Ahora parece como si el más bien aburrido "mainstream" estuviese teniendo en cuenta todas las ideas interesantes para luego reproducirlas mediante muchas de las películas de Hollywood, a través de estrellas del pop, etcétera, pero creo que estaría mucho mejor que esa vibración subterránea dominara el espectáculo y difundiese la información para todo el mundo. ¿Significa eso que el subcontexto emergente va a ser este ambiente corporativo y blando que se puede ver ahora...?

GM: No. El supercontexto tiene 5 dimensiones. La fase corporativa es mucho más mundana. Es interesante, porque he estado pensando mucho en el tema, intentando averiguar de qué va, pero es bastante complejo. Es demoníaco, ese mundo corporativo... pero nos está alcanzando, y creo que tendremos que lidiar con todas sus ramificaciones. Se parece un poco a lo que dije en el cómic de los Invisibles, todo el mundo será famoso durante 24 horas al día, las vidas de las personas simplemente serán consumo. "Celebridades" es el mejor programa de la televisión, así lo llamamos todos: simplemente lo llamamos "Celebridades". Ni siquiera sé cuál es el nombre del programa: ¡son famosos que vemos todas las noches en un programa...!

HB: ¿Es el que transcurre en la jungla? (Soy una celebridad: ¡Sacadme de aquí!)

GM: Sí (risas).

HB: Si, Uri Geller se ha tenido que ir...

GM: ¡Nunca lo vio llegar!

HB: Si, ¡estoy de acuerdo!
GM: Pero no. Me refería a que... ¿Por dónde íbamos? El Espectáculo lo devora todo y a todos. Se está aproximando una fase corporativa a la que podríamos llamar La Edad Oscura, ¿quién sabe? Veremos cómo operamos a través de ella, cómo la enfocamos. Han empezado a suceder muchas cosas raras: niños apalizados que siguen sintiéndose atraídos por quienes lo han hecho, lo cuál es genial, porque significa que cuando los secuestren les cortarán las manos (risitas) o los brazos. Ah, bueno, sus captores tendrán que esforzarse mucho más (¡risitas de nuevo!)

HB: Creo que los intentan atraer con cosas bastante estúpidas...

GM: (Risas) nadie pensaba que podría pasar...


HB: Una de las características de Marvel Boy más interesantes (soy arquitecto de profesión, es lo que estudié y tiendo a mirar la mayoría de obras de arte desde esa perspectiva), y que me emocionó un montón, fue el tercer número de Marvel Boy y Hexus, la Corporación Viviente, la idea de una sociedad que muda espacialmente sus oficinas como si fuesen una piel. Ya sabes, pensé que era una idea increíble. Doy clases en la Universidad y me gusta coger esa clase de ideas y utilizarlas dentro de un ambiente educativo, en las clases de Arquitectura. Demostró ser muy útil...

GM: Me parece muy bien.

HB: ...empezar a ver todo como si fuesen memes o ideas como virus...

GM: Esa es la idea. Llegué hasta ellas (a las ideas que estaban revoloteando por ahí)... es obvio que puedes dar con una gran idea y que dos semanas más tarde te llegará el feedback de la misma a través de otra persona, pero es que empecé a pensar en todo esto un día que estaba meditando sobre Disney. De repente pensé: ¿Qué diablos es Disney? Walt Disney está muerto, pero ahora Disney persiste como concepto, y la gente que nació después de la muerte de Walt Disney crece y asume posiciones dentro de Disney. ¿Qué están haciendo al asumir posiciones dentro de la empresa? También existe todo ese aspecto de la devoción. ¿Qué hace que crezcas para llevar puesta una cabeza de Mickey Mouse y darte la vuelta y asustar a los niños? O también eso de: "Intentaré formar parte del Consejo de Administración de Disney". ¿Por qué, por qué ocurren ese tipo de cosas? Así que estaba pensando en esos temas de la misma forma en la que se ven los Demonios en los viejos grimorios, como si cediesen un poco de poder para que la gente pudiese hacer ostentación o unirse al culto de moda, y me dije que si quería podría hablar con ellos de la misma forma y usar métodos mágicos ceremoniales para hablar con las empresas, encontrar las formas de hacerlo, y esa es la razón de que ahora use siempre traje: es mi atuendo mágico para este trabajo. Por eso evocamos a gmWORD Ltd. [Las empresas] Son muy poderosas, cosas extrañamente voraces... las corporaciones son algo extraño con lo que tratar.

HB: ¿Ves tu trabajo dentro de las empresas como si estuvieses intentando dirigirlo de cierta forma diferente a lo habitual, o estás intentando habitar dentro de una estructura que está ahí y que...?

GM: Es más como si jugase con ellas...

HB: ¿Para diseminar información?

GM: Sí, la difusión de información, porque estas personas tienen hambre de lo que les parecen ideas radicales, pero que son nuestras ideas rutinarias. Cuando se piensa en las cosas de cierta manera tan sólo son cosas, pero luego, 
en esa extraña economía de la imaginación se convierten en un producto que se puede vender. Es una evolución interesante... quiero decir, cuando hablo con estos chicos me parece muy extraño, porque quieren que aporte soluciones para sus negocios, y me consultan para llevar a cabo la gestión de la formación de los empleados, etcétera. Todo lo que necesitas hacer es contarles la cosa más ridícula y cómo aplicarla a sus negocios, y al mismo tiempo estarás recibiendo el tipo de pensamiento influyente de lo más ridículo que impregna el mundo de los negocios. Los negocios son el lugar ocultista más extraño de la Tierra.

HB: Supongo que la masonería se fundó en un entorno empresarial.

GM: Si, existen los juramentos de lealtad, los logos...


HB: Claro...

GM: El poder de un logo, el poder que tiene un eslogan, las palabras mágicas, esas cosas que aparecen en la pared en Marvel Boy, estábamos intentando parodiarlo: "el Océano devora las gotas de agua" (risas). Esos mensajes inspiradores que también son bastante perturbadores.

HB: Recuerdo cuando estuve trabajando en Woolworths en quinto grado (tenía dieciséis años), en Helensburgh, y nos llevaron a las sesiones de entrenamiento en Shawlands (un suburbio de Glasgow). A todos los que íbamos a empezar a trabajar en la empresa nos llevaban hasta una pequeña habitación y éramos...


GM: ¡Sodomizados! (Risas.)

HB: Si (risas). ¡Nunca llegó a ocurrir! Es otra de las cosas de las que quería hablar: ¡el humor de Glasgow y cómo ha influido en tu trabajo!

GM: (risas)
HB: En aquella sesión de entrenamiento nos sentaron a todos y lo primero que nos dijeron fue: "¿cuál es la fuerza más poderosa que existe en el universo?, ya sabes, yo me puse a mirar a mi alrededor y a pensar: "¡Quiero salir a tomar una copa, quiero cualquier cosa en lugar de estar aquí!" Porque no me lo esperaba, se supone que estoy en un curso de formación para el personal de Woolworths, para un trabajo a tiempo parcial, y estoy sentado allí y hay una especie de tío muy serio haciendo esa pregunta tan curiosa. Creo que fue mi introducción a ese concepto de, bueno, no sé, casi es como una especie de religiosidad... la forma de hablar en el entorno empresarial. Me resultó muy inusual en ese momento.

GM: Incluso puede serlo más aún, más ocultista de lo que se puede ver en la religión tradicional, porque utiliza un lenguaje oculto e hipnótico, el lenguaje neurolingüístico, un lenguaje de programación casi todo el tiempo que es lo que se utiliza en las empresas y en esos cursos de formación, y la gente extraña habla de negocios, tratan de pensar de forma diferente. Así que todo se lleva a cabo de esa forma, mediante programación, re-programación y de nuevo programación, constantemente.

HB: Así que estás colaborando con empresas escocesas, ¿o es algo más global?

GM: ¡Es con cualquiera que me lo solicite! (risas). Hace poco he estado hablando con gente en Escocia, y me han llegado correos en los que me solicitan hablar conmigo, así que estoy acudiendo allí donde me requieran.

HB: Mejor cambiemos de rumbo. Estuve leyendo algunas entrevistas y saqué todas mis cosas de Grant Morrison. Dios, ¡tiene que haber sonado extraño! (risas). Y allí estaba la entrevista del Fantasy Advertiser...

GM: La recuerdo, recuerdo el titular: "Fantasy Advertiser: ¿esto es lo que ha conseguido tu hijo?"

HB: Si, lo sé, ¡eso es! ¡Absolutamente horrible! ¡vergonzoso!

GM: (risas)

HB: A mi padre le siguen desagradando los cómics. Ayer mismo me lo dijo, porque estaba en casa de mis padres cogiendo algunos cómics para leerlos y hacer esta entrevista, y me dijo: "he notado que has empezado de nuevo a comprar cómics", y yo le dije: "si, es para investigar sobre el medio". Ya sabes, cuando se trata de cómics, sigo teniendo esa relación increíblemente inmadura con mi padre.

GM: (risas)

HB: De repente es como volver a tener quince años.


GM: Fue ese otro chico, él me los dio. ¡Está enfermo, papá! ¡está enfermo!

HB: ¡Claro! (risas). En el Fantasy Advertiser aparecía una entrevista con Mark Millar.

GM: (Volviéndose hacia Kristan.) ¡Fantasy Advertiser era una revista maravillosa!

HB: En realidad, la entrevista era muy graciosa. Terminaba contigo hablando sobre tus días en el colegio, y que había sido un entorno muy fértil para el cómic, y pensé: de acuerdo, los X-Men también habían empezado a virar en esa dirección y a menudo has hablado acerca de que IF (la película de Lydsey Anderson, [1968]) supuso una gran influencia, me refiero a que: ¿crees que era una época en la que te parecía que se estaba haciendo frente al mainstream, a los X-Men de Claremont o a lo que fuese?

GM: No, no creo que lo pensara. Cuando hablas ahora sobre algunos temas pueden sonar bastante ridículos. Es como cuando se intenta explicar en la escuela lo que pasó en "La Guerra", porque ahora mismo no hay nada parecido que poner como ejemplo. Si el profesor quiere castigarte, tan sólo le tiene que enviar una carta a tus padres (no digas nada o ya verás), pero en esos días había profesores que empujaban los pupitres físicamente contra nosotros (esos enormes pupitres de 15 pies de largo), ¡tan solo empujaban y empujaban hasta que se quedaban exhaustos y se caían de rodillas! (risas).

HB: ¿Y el profesor hacía ese tipo de cosas?

GM: ¡Claro! Puede que hiciera eso, o puede que le ordenase a otro alumno mantener la mano sobre la llama de un mechero bunsen porque no había sido capaz de responder a una pregunta, o que le pegase repetidamente en la cabeza hasta que emitiese algún tipo de respuesta y luego el chaval se terminaba desmayando. 

HB: Cuando empecé a ir a la escuela todo había empezado a cambiar.

GM: Exactamente. Nadie se creía todas esas cosas. Me refiero a que nuestra escuela cambió de ser una escuela de muchachos a ser más amplia, fue cuando se eliminaron todas las antiguas escuelas públicas y la mitad de los profesores se marcharon, los sodomitas, que al instante desaparecieron por la puerta. Simplemente desaparecieron por completo. Desaparecieron en algún manicomio de algún sitio.

HB: ¿Pero de verdad era un sitio tan malo?

GM: Claro, era como en "IF". Ese es el motivo de que me guste tanto esa película. Al mismo tiempo que sufríamos esas cosas en clase, ingresaron a dos chicos con sendas crisis nerviosas porque había empezado una guerra.

HB: Claro.
GM: Y durante una época se produjo una verdadera guerra en el patio de recreo: a un chico le arrancaron las pelotas con un cincel, golpearon a un profesor en la cabeza con carbón, todo el mundo se peleaba en el patio de colegio. Intenté incluir algo parecido en mis X-Men, una pelea en el colegio de Xavier

HB: ¿Está esa revuelta influida por tus propias experiencias en el colegio?

GM: Esa saga consiste en mis memorias sobre la reyerta en el patio de colegio, los chicos de la escuela contra los chicos de la escuela pública, los profesores metiéndose en medio de la refriega, todo el mundo se vio envuelto y tenía sed de sangre. Recuerdo haber visto al señor Kelly, el profesor de francés, derribando a un muchacho... (Risas.) Fue horrible: escalabas hasta la ventana y te deslizabas por los canalones, y huías de la escuela, te marchabas a la ciudad por tu bien mental... la escuela estaba en la ciudad.


HB: Así que así era la Escuela Allan Glens ... Leí algo parecido en la entrevista con Mark Millar... Allan Glens, ¿no tiene algo que ver con la historia de Glasgow, no son famosos algunos pocos graduados de esa escuela?

GM: (risas) Dirk Bogarde.

HB: ¿En serio?

GM: Si, claro, probablemente la propia Allan Glens llegara a publicitarlo de una forma bizarra.

HB: Lo presentaba de una forma...

GM: (Risas.) Además de por Dirk Bogarde, sobre todo, los alumnos acababan en el mundo de la Ciencia. No sé si a él le hizo algún bien. Pero era un tío risible, ya sabes, tan sólo parecía terrible cuando te marchabas a casa por la noche. 

HB: ¿Os marchábais a la ciudad?

GM: No -habría sido aburrido-. No había nada que hacer allí. Todos mis amigos acudían a la escuela desde muchas partes de la ciudad, así que sólo nos veíamos durante el día para a continuación, causar problemas y volvernos a casa por la noche.

HB: ¿Y a dónde volvías tú?

GM: De regreso a Anniesland. ¡Justo encima de Fine Fare!

HB: ¡Me parece graciosísimo! Cuando estuve leyendo tu reciente entrevista en el primer Sequential Tart, me dí cuenta de que mencionabas el apartamento ubicado encima del Fine Fare (una cadena de supermercados que ahora ya no existe), y estuve pensando en la serie que escribiste de Animal Man, y en las secuencias ambientadas en Anniesland, y me dije: "Apuesto a que ese era el Fine Fare de Anniesland...! (Risas.)

GM: Ese era.

HB: Así que vivías cerca del Canal de Braeside Street, suelo caminar bastante por ese canal, y me parece extraño, ¡porque soy capaz de reconocer todos esos puntos de referencia de aquella zona de Glasgow que aparecía en Animal Man!

GM: ¡Es como en la serie de televisión, "Taggart"! (Risas.)

HB: (Risas.) ¡Eso es! ¡Incluso soy capaz de acordarme de los acordes de guitarra de la introducción!

GM: (Risas.)

HB: Cuando hablamos de Glasgow, supongo que lo que piensas de ese sitio es que...

GM: Dirigiéndose a Kristan: ¿QUIERES tomar algo? ¿Qué quieres? ¿Qué era eso?

Kristan: Es té.

GM: ¿Quieres algo más?

Kristan: ¿Zumo de naranja?

HB: ¿No te apetece más té?

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