Artículo para la entrega número 50 de la columna "Come In Alone" de Warren Ellis. Apareció el 16 de diciembre de 2000 en Comic Book Resources. Traducido
por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no tenía encabezado alguno.
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Primero dejadme felicitarles a mis lectores de Estados Unidos porque por fin han conseguido que salga un Presidente elegido por ellos
mismos. Mis contactos con las estructuras de poder político de allí me informan de que el himno
nacional estadounidense ha sido cambiado en enero por el de "Duelling
Banjos" de la película
“Deliverance”.
Llevo desconectado un tiempo. Lo he estado porque me puse enfermo un par de minutos, por las vacaciones familiares en la Laponia Finlandesa
(y por favor, no me enviéis más correos contándome que, obviamente, gano
demasiada pasta. En mi descargo os diré que suelo vivir en Inglaterra, a sólo tres horas de distancia de Laponia). También he estado ocupado con los guiones de mis series y combatiendo en una lucha wrestling a muerte con varias compañías que no pertenecen al sector del cómic para sacar ciertos tratos adelante. Seguro que algunos de vosotros ya habréis escuchado hablar un poco sobre mis intentonas para desarrollar algunos proyectos con MTV Animation, y los
variados proyectos de contenido online en los que estoy involucrado. Tengo
un par de cosas en el horno que posiblemente anunciaré la próxima
semana, incluyendo un acuerdo con un famoso actor y su empresa de producción del
que tengo totalmente prohibido hablar ahora mismo, algo que encuentro ligeramente
irritante. Por lo que por supuesto, llevo un tiempo bastante ocupado.
No es que esté intentando dejar los cómics de lado, pero sé que
Dios tiene claro que no voy a volver a hacer más series de largo recorrido, y cuando
más transcurre el tiempo menos me apetece escribir ese tipo de series, porque en su lugar me apetece estirar un poco las piernas. Siempre me he considerado un escritor, no sólo un guionista de cómics. Siempre he estado haciendo otras cosas aparte de guionizar cómics.
Por supuesto, mi actitud no es única. Si hiciese un rápido e incompleto repaso a los guionistas de cómic que además escriben para otros medios ajenos podría ser tan largo como tu brazo. Scott Lobdell tiene lista una tonelada de películas y proyectos para TV en diferentes etapas de desarrollo. Grant Morrison es un dramaturgo
galardonado. Mark Millar está escribiendo y dirigiendo una serie para Channel
4 Television. James Robinson cuenta con una floreciente carrera como guionista
para la pequeña pantalla. Adam Pollina ha estado desarrollando varias ideas para
películas. Peter Milligan, Steven Seagle y JM DeMatteis también han colaborado en algunos trabajos para el cine. Steve Gerber estuvo guionizando una
buena porción de series de animación. Frank Miller está escribiendo de nuevo guiones después de un largo paréntesis tras su guión para RoboCop 3. Peter
David ha creado y producido su propia serie de televisión y ha escrito más novelas que los habitantes que tienen algunos países.
Y luego está Alan Moore.
Habitualmente suelo escuchar todo tipo de quejas maleducadas sobre la
línea ABC, desarrollada por Alan para Wildstorm. La gente se pregunta el motivo
de por qué, de repente, Alan se ha convertido en un guionista de género,
produciendo a granel obras sobre proto-superhéroes o en el límite de esa clasificación. Se preguntan sobre cuál puede ser el motivo de que ahora produzca entre
cuarenta y ochenta páginas de ese tipo al mes, en lugar de generar un volumen de
trabajo similar que se parezca un poco a FROM HELL o a LOST GIRLS. Las obras más serias,
los trabajos que son capaces de cambiar las cosas.
Y esas preguntas tienen dos
sencillas respuestas. La primera: él mismo se ha dado cuenta
de que se divierte mucho más como (de nuevo) escritor de género. Y la segunda, sigue escribiendo proyectos más serios, trabajos capaces de cambiar las cosas. Pero no sólo en el cómic.
De hecho, lo mejor que ha escrito desde FROM HELL es un CD.
Durante los últimos años, Alan ha interpretado varios “spoken-word”
en vivo junto a colaboradores como Tim Perkins y David J (uno de los
componentes de Bauhaus). Esto forma parte de su “descubrimiento” como
mago, y también funciona como un retorno a sus raíces de actor desde aquellos días en el “Northampton Arts
Lab” y los varios grupos con las que se ha ido mezclando a lo largo de su carrera hasta llegar a donde está ahora. Sus colaboradores proporcionan un fondo
musical a los monólogos y poesías de Alan. Las propias “performances” son
evidentemente ingeniosas y curiosas (aunque todavía no he tenido la oportunidad de asistir
a ninguna), pero en la más reciente incluso los acompañó un bailarín. Estas
actuaciones se pueden ver tanto en vivo como ser escuchadas en su recreación en un
estudio.
La primera de ellas, “THE MOON AND SERPENT GRAND EGYPTIAN
THEATRE OF MARVELS” es la más abiertamente ocultista de todas, porque se trata de una
exploración de la magia de Alan y también es una invocación de la vieja deidad romana en
la que se ha estado centrando en los últimos tiempos, así como un recorrido por la magia
salvaje de la zona de Londres donde se llevó a cabo la “performance”. Algunas partes
de la obra se pudieron ver primero como piezas introductorias para FROM HELL y en
el mockumentary que rodó Iain Sinclair para Channel 4 sobre el matón Tony Lambrianou
de los Krays, donde también se puede ver al propio Alan al final de esta ficción
para televisión interpretando a un fanático ocultista que se encuentra atrapado en una
habitación con extraños libros antiguos a su alrededor. Probablemente tampoco sea algo tan extremadamente alejado de la realidad.
Niki se
acercó a la oficina mientras estaba sonando el CD. “¿Qué es ese ruidoso
sonido?”, me dijo. “Alan Moore cantando”, le contesté.
La segunda [“performance”] es THE BIRTH CAUL [El Amnios
Natal]. Y probablemente sea la cosa más conmovedora que Alan haya escrito
nunca. Cumple lo prometido en su libro “LA VOZ
DEL FUEGO” [Planeta], en BIG NUMBERS y en las mejores partes
de FROM HELL. Ahí está Alan Moore invocando todos sus poderes y
finalmente entregando su puramente explosiva forma de ver las cosas,
divorciándose de géneros, obsesiones y jugueteos post-modernos, y otras piedras
de toque con las que habitualmente asociamos las obras de Alan Moore. Sencillamente
es una revisión de la muerte, la vida y el nacimiento tal y como los entendemos
actualmente, explorándolos por medio del propio Amnios Natal (la
membrana de piel con la que nacen algunos bebés). De esa forma, el Amnios se convierte
en un talismán, un instrumento de adivinación que nos hace recorrer de
principio a fin los años que componen nuestras vidas.
¿No te parece que [The Birth Caul] suena tan seco como el polvo? Ni siquiera te acercas. Tiene la pegada emocional de un Alan Moore que
se encuentra en su mejor momento (de hecho, incluso mucho mejor), porque en la grabación hay momentos en los que se puede escuchar que lo está viviendo de
verdad. Cuando habla sobre cómo la muerte te aplasta en el patio del colegio, puedes
escuchar también cómo su voz tiembla genuinamente, puedes oír cómo a medida que nos conduce por su árbol genealógico hasta llegar al corazón de su nacimiento, el comienzo de todo, su voz se empieza a arrastrar lentamente y a convertirse en algo extraño y fascinante…
Existe una excelente adaptación al cómic de “THE BIRTH CAUL”
realizada por Eddie Campbell (del que tengo apuntado que al menos me
debe tres cervezas) que está disponible a en Eddie Campbell Comics. Da el coñazo en tu tienda de cómics habitual para que te lo
traigan, y si eso no funciona, cómpratelo online.
La tercera obra, Brought to Light, es en realidad una obra más
antigua. Alan recita el monólogo central
de su novela gráfica “Brought to Light” en CD. Esta es una de mis piezas favoritas
de Moore, sencillamente por el dominio de recitado que demuestra
este monólogo. Basándose en las investigaciones realizadas por
el equipo de activistas jurídicos del Christic Institute,
“Brought to Light” es una historia oral sobre la CIA
y su violación del resto del planeta, expuesta por... un águila americana. Este surrealista y
depravado accidente antropomórfico impulsado por
gasolina y empapado en alcohol ES LA AGENCIA, y su
anfetamínico monólogo hace gala de la misma
intensidad eléctrica que las reveladoras viñetas
centrales sobre JFK. En el CD Alan recita con acento americano, y aunque puede que sí, que decaiga una o dos veces, durante el resto del tiempo demuestra que el único diálogo bien
escrito es aquel que te pone en pie en cuanto
se empieza a formular en alto.
Lo más reciente ha sido “THE HIGHBURY WORKING”. Se puede [se
podía] encontrar en la página de Steve Severin. Steve solía ser uno de los componentes de Siouxsie And The Banshees. Esta obra es una especie de evocación // innovación sobre un área específica de Londres al estilo de la
realizada en "Moon And Serpent". El lugar elegido esta vez es Highbury. En estos ocho monólogos Alan declara que el sitio es una
“zona libre de anécdotas”:
"No se quedó en la puerta de la muerte, sino que se dirigió justo hasta la mitad del paso por donde transitaba la propia muerte para colgar su capa… también podría estar en la luna.”
HIGHBURY es descrita como "una rítmica sesión de espiritismo", y a través de las ocho piezas que la componen podemos ver cómo Alan va excavando la blanda superficie de Highbury con la intención de sacar a la luz sus secretos olvidados, sus dolores y glorias del pasado. Utilizando el Arte como arqueología, Alan resucita a la diosa-caballo adorada por los romanos cuando Highbury todavía era una colonia del Imperio, además de hacerlo con el caballo que se cayó al pozo en ese mismo lugar para terminar falleciendo mientras se excavaban sus alcantarillas más de mil años después. En la pieza aparece Joe Meek, el atribulado Phil Spector de Inglaterra, y Aleister Crowley, la despreocupada Gran Bestia De Cefalu. THE HIGHBURY WORKING es un acto de magia cultural que consigue que se eleven los secretos fantasmas de las profundidades muertas de la ciudad, iluminando Highbury con el fuego de su resurrección; abajo se recuentan historias humanas arropados por la oscuridad. No se necesita estar familiarizado con Highbury o Londres para que sus palabras también resuenen en tu interior.
"No se quedó en la puerta de la muerte, sino que se dirigió justo hasta la mitad del paso por donde transitaba la propia muerte para colgar su capa… también podría estar en la luna.”
HIGHBURY es descrita como "una rítmica sesión de espiritismo", y a través de las ocho piezas que la componen podemos ver cómo Alan va excavando la blanda superficie de Highbury con la intención de sacar a la luz sus secretos olvidados, sus dolores y glorias del pasado. Utilizando el Arte como arqueología, Alan resucita a la diosa-caballo adorada por los romanos cuando Highbury todavía era una colonia del Imperio, además de hacerlo con el caballo que se cayó al pozo en ese mismo lugar para terminar falleciendo mientras se excavaban sus alcantarillas más de mil años después. En la pieza aparece Joe Meek, el atribulado Phil Spector de Inglaterra, y Aleister Crowley, la despreocupada Gran Bestia De Cefalu. THE HIGHBURY WORKING es un acto de magia cultural que consigue que se eleven los secretos fantasmas de las profundidades muertas de la ciudad, iluminando Highbury con el fuego de su resurrección; abajo se recuentan historias humanas arropados por la oscuridad. No se necesita estar familiarizado con Highbury o Londres para que sus palabras también resuenen en tu interior.
Intenta buscar todas estas obras. Son los mejores trabajos que Alan
Moore ha editado últimamente.
Por qué no han aparecido en forma de cómic lo dejo a vuestra consideración.
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Más info en Glycon.
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