Entrega nº 3 de la columna "Come In Alone" escrita por Warren
Ellis. Aparecida el 17 de Diciembre de 1999 en Comic Book Resources. Traducida
por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no tenía
ningún encabezado.
Todavía no existen suficientes cómics.
Sé que ahora todos vais a empezar a mirarme como si me hubiese vuelto loco.
No, en serio.
Me estaba leyendo un excelente libro sobre cultura pop
japonesa titulado JAPAN EDGE (Cadence Books, 1999) cuando se me ocurrió que... Me di cuenta de que todavía no hay suficientes cómics después de fijarme en un pasaje del libro en donde se apuntan las relaciones existentes entre el anime
(animación japonesa) y el manga (cómic japonés) y la disparidad existente entre ambos. El anime suele centrarse en un par de géneros. Durante
el año se emiten cerca de cincuenta shows de anime en televisión, se editan
unos quince vídeos originales cada mes, y se estrenan dos o tres
películas al año. El manga cubre casi cualquier género que merezca la
pena nombrar, e incluso se ha inventado algunos más, y además tenemos que contar
con el tremendo mercado de novelas basadas en el manga existente. En Japón se publican algo más de 200 revistas
sobre manga cada mes. Es un montón de páginas. Algunas de estas revistas
antológicas sobre manga tienen cientos de páginas, con muy pocos anuncios. Comparada con el manga, la producción de anime es bastante pequeña y su realización
conlleva un largo período de tiempo por cada obra. El manga tiene la oportunidad de poder examinar los diferentes géneros de ficción en su
totalidad. El anime suele centrarse en lo que va a funcionar para el público
que sabe que ya ha conseguido.
Durante mi búsqueda, he encontrado un montón de mangas con los que disfruto un montón. Me
he dado cuenta de que la mayoría del anime que he visto solo son gilipolleces sin
sentido. ¿Será sólo por culpa de mis extraños gustos y de mi pésimo humor? ¿O es porque el manga revisa muchos de los géneros y preocupaciones que me
interesan y el anime no lo hace? Sospecho que será una pizca de la opción A y otra de la opción B. También tendrá algo que ver la supuesta ley universal que sólo es capaz de nombrar la gente que se ha leído demasiada ciencia ficción durante su
juventud: La Ley de Sturgeon. Puede que tú también estés familiarizado con
ella. Theodore Sturgeon, el escritor de ciencia ficción, está considerado como
el primero en reducirlo todo a una ley física, aunque me han dicho que el porcentaje
real puede variar según la cita. Pero ese es el quid de la cuestión: el 90% de todo es
basura. De todo. Completa y disparatadamente, tal y como dicen hoy en día los jóvenes ingleses
de la Vieja Inglaterra. Sólo el diez por ciento de todas las cosas
es bueno.
Eso significa que he sido capaz de encontrar mucho más manga con el
que divertirme, ya que su diez por ciento global es jodidamente mayor que
la producción de anime. A lo sumo estamos hablando de cincuenta programas de
TV al año frente a los cientos de mangas serializados mensualmente.
Lo que significa que necesitamos más cómics.
Si hablamos de términos como magnitud y pureza visionaria, y el resto de criterios de calidad o de importancia cultural, hay factores en los cómics comerciales anglosajones que los obstaculizan masivamente. Gran cantidad de la energía que podemos encontrarnos en los productos artísticos está dirigida a seguir insuflando vida a los cientos de cómics de superhéroes
propiedad de las grandes empresas. Es como esa lamentable estructura empresarial que aparecía
en los Simpsons, ese sucio secreto: esa masa de personas necesarias para llevar
a cabo todos los horribles actos que tienen como intención que el Sr. Burns
siga vivo durante una semana más. Es la mentira hipnótica que se repite la gente, por
lo demás inteligente y talentosa, para prestar soporte vital a ideas antiguas, no sólo durante cortos periodos con la intención de establecerse en el duro
mercado, sino durante años y años.
Lo que quiero decir es que estoy seguro de que Peter David pasó un buen
rato haciendo SUPERGIRL, pero para ser honesto, ver desperdiciado su talento natural para los
diálogos y ese ingenio que he podido comprobar en persona en esos delgados cuadernillos
que nunca van a volver a ser vistos cuando se pase la semana de su lanzamiento me
parece una jodida pérdida. Sé que Walt Simonson es tan feliz como un lombriz
trabajando en el material del Cuarto Mundo de Kirby, y he de admitir que su
ORION es una serie magnífica (me envió algunas fotocopias en blanco y negro del primer
número), pero me jode mucho ver a uno de los artistas más progresistas de los cómics
olvidar sus propias creaciones para mantener con vida las de Kirby (cuando a
decir verdad, creo que se merecen un entierro digno). No tengo
derecho a negarle a Walt su felicidad (aunque de todos modos no creo que me haga demasiado caso), pero sí que puedo enarbolar mi derecho a gemir todo lo que jodidamente quiera,
tanto como lector como profesional del medio.
Pero de todos formas... para nosotros es el equivalente de lo que podríamos llamar el problema del anime: gran parte de la
energía creativa y financiera de las empresas debería estar dedicada a proporcionar más
de un género que funcione como gancho para el público. Pero al menos el noventa por ciento
es una mierda.
Y aún así, 1999 ha producido algunas obras maestras. Tengo a
mi lado la edición recopilada de FROM HELL, de Alan Moore y Eddie Campbell,
que además también nos han proporcionado THE BIRTH CAUL [EL AMNIOS NATAL]
durante el presente año.
Me parece que la última parte de EL CORAZON DEL IMPERIO de Bryan Talbot
debería aparecer en las tiendas en una semana o dos. Chris Ware ha producido un
nuevo y sorprendente tomo de ACME NOVELTY LIBRARY. El tercer volumen de LOS
INVISIBLES está a punto de terminar. Y hay más. No tanto como, por ejemplo, la ficción en prosa editada en este año ´99. Pero la prosa de
ficción es un campo mucho mayor, y su diez por ciento de buenas obras nos
supera con creces. Cristo, solo con nombrar SUBMUNDO, de Don DeLillo y TODO UN HOMBRE, de Tom Wolfe, hemos superado todas nuestras propuestas.
Lo que necesitamos es que los suficientes creadores con la suficiente
habilidad y pasión se dediquen a producir aún más obras. Suena tan obvio
que casi podría resultar irrelevante. Y sin embargo hay muy pocos Larry Young
(que por sí mismo fue capaz de guionizar su propio título, encontrar dibujantes
que aportasen su dibujo al mismo y a un editor que se lo editase, el resultado es ASTRONAUTS IN
TROUBLE) mientras que se puede encontrar un buen montón de gente que no tiene las suficientes
ganas de producir más obras si no es bajo contrato.
Si deseamos leer más FROM HELL y más EL CORAZON DEL IMPERIO... si deseamos un medio en el que se produzcan obras tan excelentes como las que
aportan la novela o la música... si deseamos que ese diez por ciento expulse al otro noventa de las estanterías de las tiendas de cómics... entonces vamos a tener
que hacerlo nosotros mismos. Vamos a tener que obligar a la basura a que se muera
de hambre haciendo nuevas obras nosotros mismos, y tan a menudo como nos resulte posible.
Y ahora, si me perdonas, me voy a tomar algo con Garth
Ennis. Feliz Navidad de gilipollas.
INSTRUCCIONES: Leed “Dreamland Japan: Writings On Modern
manga”, de Frederik L. Schodt (Stone Bridge Press, 1996), escuchad “Fear Of
Fours”, de Lamb (1999) y entrad en la web del Extropy Institute. La novela gráfica recomendada de hoy es “2001 NIGHTS”,
de Yokinobu Hoshino (tres volúmenes, Cadence, 1995).
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