Red Aunts acaban de anunciar hace unos días en su página de facebook que en breve todos sus fans podremos disfrutar de un doble vinilo con canciones escogidas de sus discos y singles (y espero que alguna inédita, por supuesto) que editará el sello de Larry Hardy, In The Red Records. Tentativamente el nombre del artefacto será "Come Up For A Closer Look". Para celebrarlo he decidido escuchar de nuevo sus cincos estupendos discos mientras indago y me leo algunas de las críticas con las que fueron acogidos los susodichos en diversas casillas de la web.
Frog2000
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Drag
(Sympathy For The Record Industry, 1993)
"Desde los primeros gritos que aparecen en "Drag", Red Aunts desenmascaran los roles femeninos tradicionales dando una hábil patada llena de estrógenos a temas típicamente alimentados de testosterona como el sexo, los coches, el alcohol y la violencia vengativa. Canciones como "Built for a Barstool", "Hot Rod" y "Lonely Beer Drop" suenan como si las amígdalas de alguien fuesen afeitadas con trozos de cristal. Pero sin embargo la banda tiene otra cara, porque el grupo no le hace ascos a cantar adecuadamente algunas de las canciones: "Lethal Lolita" es una tomadura de pelo juguetón, mientras que el humor de "Sleeping in the Wet Spot" está lo suficientemente inspirado como para poder tararearse. Por otro lado, la mejor fusión del estilo hosco y femenino de Red Aunts es la poderosa "Teach Me to Kill."
---Marlene Goldman en TrouserPress
Bad Motherfucker 40 O-Z
(Sympathy For The Record Industry, 1994)
"Sólo por el hecho de que Red Aunts sea uno de mis grupos favoritos no significa que no vaya a ser objetiva con este disco. Con eso quiero decir que el álbum sólo es bueno en lugar de magnífico. En primer lugar, si no aprecias el garage punk blues femenino ni siquiera te molestes con este CD. La mejor forma de describirlo es que es pura diversión, un fuerte ruido lascivo. "Batman a Go-Go" es una canción hilarante acerca de una stripper de edad avanzada. Mi tema favorito es «My Impala ´65". Al comienzo de "M. M" se escucha un trozo de un disco en directo donde Johnny Cash dice: "Hola, soy Johnny Cash", y sabes que inmediatamente se desencadenará el infierno. Pronto se puede oír la frase: "Soy un desgraciado" una y otra vez, y entonces te das cuenta de que esto es una deliciosa locura "cool". Y encima, las canciones son lo suficientemente cortas como para que si te resultan molestas tan sólo lo hagan durante un corto período de tiempo."
---Ladytron1980 en Amazon
#1 Chicken
(Epitaph, 1995)
"La parte trasera de la portada proclama orgullosamente "14 canciones, 23 minutos". El primer disco de Red Aunts para Epitaph Records, de acuerdo con la ética punk del sello discográfico, tiene la duración de un disco de los Ramones. En cuanto acaba una canción empieza la siguiente con la misma energía maníaca que su predecesora. La temática del álbum parece ser la alienación, particularmente en canciones como "Krush" y "Hate" (con letras como "Odio a todo el mundo excepto a ti"). pero en lugar de cabreada, la música parece celebratoria (en particular en "Mota" y en el tema que abre el disco "Freakathon", que podría funcionar como una especie de estándar). A pesar de que las canciones parezcan un anteproyecto de punk, las guitarras slide y los inesperados cambios de ritmo mantienen cada tema bien lejos de resultar predecible, lo que suele ser el mayor problema de la mayoría de la música del sello Epitaph."
---Brian Flota para AllMusicGuide
Saltbox
(Epitaph, 1996)
"Y el rock n´ roll continúa... pero esta vez sin la crudeza estridente y lasciva de "Number One Chicken." En su lugar este disco está más cerca de las primeras entregas de la banda, que a su vez tenían mucho más que ver con Bo Diddley y con la producción de mediados de los setenta de los Rolling Stones que del jodido y atronador garage de su anterior disco. Aparecen toques de blues, como si el grupo fuese a tientas con el género en un rincón de un oscuro club, para impactar a continuación encima del escenario con el pelo revuelto y el lápiz labial manchado mientras se reelabora y reestructura cada uno de esos viejos riffs en algo que se pueda adaptar bien a la tesitura de la banda. Creo que en algún lugar Bo Diddley estará sonriendo."
---Reseña aparecida en Punkrockacademy.com
Ghetto Blaster
(Epitaph, 1998)
"Cuando escuché por primera vez cantar a las Red Aunts "Sleeping in the Wet Spot" me resultó difícil creer que hubiesen sacado un álbum como Ghetto Blaster. Durante años habían sido las princesas de lo obsceno, culminando con el sublime disco Number One Chicken. Ese disco, con sus ritmos supersónicos y sus gritos desesperados y crudos y sus letras nerviosas, fue el mejor del momento, pero en su siguiente disco, Saltbox, sufrieron una verdadera evolución. Casi se podía sentir el crecimiento de una banda que ahora contaba con más adrenalina y coraje a la hora de tocar. Por primera vez comenzaron a enseñar algunos signos de verdadera musicalidad. Visto en retrospectiva, Saltbox supuso sobre todo un puente entre las viejas Red Aunts y las nuevas. Pero en realidad no es como si hubiesen cambiado de estilo. Sería más escéptico si fuese de esa forma. Más bien su estilo ha evolucionado hasta alcanzar un nivel superior. Su anterior trabajo abordaba lo destructivo, pero ahora han empezado a deconstruir las diversas influencias musicales que siempre habían aparecido en sus canciones. Heavy blues, new wave y otros estilos diversos de rock clásico son separados y arrojados dentro del gigantesco procesador de alimentos de Red Aunts, convirtiéndose en una pasta que son capaces de moldear en forma de canciones tan intensas como impresionantes. Es algo así como la Jon Spencer Blues Explosion despojada de todas las pretensiones de Spencer. Su marca de fábrica gritona y los cambios de ritmo que producen latigazos cervicales siguen presentes, sólo que ahora las chicas parecen entender bien de dónde proviene su música. Es muy similar a cuando en las artes visuales un pintor abandona la pintura únicamente por instinto y comienza a alcanzar una verdadera visión. Siempre existe la posibilidad de que este disco decepcione a muchos de los aficionados de las Red Aunts que estaban enamorados de ellas...
Bueno, ese es su problema. Escúchalo de nuevo y date cuenta de qué va el tema, no se trata de grabar el mismo disco cada dos años. Estoy muy contento de haber sido testigo de la evolución y madurez alcanzada por las Red Aunts. Si este disco fuese mejor aún, seguro que sería ilegal."
---Phil Bailey para Ink Nineteen Zine
Frog2000
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Drag
(Sympathy For The Record Industry, 1993)
"Desde los primeros gritos que aparecen en "Drag", Red Aunts desenmascaran los roles femeninos tradicionales dando una hábil patada llena de estrógenos a temas típicamente alimentados de testosterona como el sexo, los coches, el alcohol y la violencia vengativa. Canciones como "Built for a Barstool", "Hot Rod" y "Lonely Beer Drop" suenan como si las amígdalas de alguien fuesen afeitadas con trozos de cristal. Pero sin embargo la banda tiene otra cara, porque el grupo no le hace ascos a cantar adecuadamente algunas de las canciones: "Lethal Lolita" es una tomadura de pelo juguetón, mientras que el humor de "Sleeping in the Wet Spot" está lo suficientemente inspirado como para poder tararearse. Por otro lado, la mejor fusión del estilo hosco y femenino de Red Aunts es la poderosa "Teach Me to Kill."
---Marlene Goldman en TrouserPress
Bad Motherfucker 40 O-Z
(Sympathy For The Record Industry, 1994)
"Sólo por el hecho de que Red Aunts sea uno de mis grupos favoritos no significa que no vaya a ser objetiva con este disco. Con eso quiero decir que el álbum sólo es bueno en lugar de magnífico. En primer lugar, si no aprecias el garage punk blues femenino ni siquiera te molestes con este CD. La mejor forma de describirlo es que es pura diversión, un fuerte ruido lascivo. "Batman a Go-Go" es una canción hilarante acerca de una stripper de edad avanzada. Mi tema favorito es «My Impala ´65". Al comienzo de "M. M" se escucha un trozo de un disco en directo donde Johnny Cash dice: "Hola, soy Johnny Cash", y sabes que inmediatamente se desencadenará el infierno. Pronto se puede oír la frase: "Soy un desgraciado" una y otra vez, y entonces te das cuenta de que esto es una deliciosa locura "cool". Y encima, las canciones son lo suficientemente cortas como para que si te resultan molestas tan sólo lo hagan durante un corto período de tiempo."
---Ladytron1980 en Amazon
#1 Chicken
(Epitaph, 1995)
"La parte trasera de la portada proclama orgullosamente "14 canciones, 23 minutos". El primer disco de Red Aunts para Epitaph Records, de acuerdo con la ética punk del sello discográfico, tiene la duración de un disco de los Ramones. En cuanto acaba una canción empieza la siguiente con la misma energía maníaca que su predecesora. La temática del álbum parece ser la alienación, particularmente en canciones como "Krush" y "Hate" (con letras como "Odio a todo el mundo excepto a ti"). pero en lugar de cabreada, la música parece celebratoria (en particular en "Mota" y en el tema que abre el disco "Freakathon", que podría funcionar como una especie de estándar). A pesar de que las canciones parezcan un anteproyecto de punk, las guitarras slide y los inesperados cambios de ritmo mantienen cada tema bien lejos de resultar predecible, lo que suele ser el mayor problema de la mayoría de la música del sello Epitaph."
---Brian Flota para AllMusicGuide
Saltbox
(Epitaph, 1996)
"Y el rock n´ roll continúa... pero esta vez sin la crudeza estridente y lasciva de "Number One Chicken." En su lugar este disco está más cerca de las primeras entregas de la banda, que a su vez tenían mucho más que ver con Bo Diddley y con la producción de mediados de los setenta de los Rolling Stones que del jodido y atronador garage de su anterior disco. Aparecen toques de blues, como si el grupo fuese a tientas con el género en un rincón de un oscuro club, para impactar a continuación encima del escenario con el pelo revuelto y el lápiz labial manchado mientras se reelabora y reestructura cada uno de esos viejos riffs en algo que se pueda adaptar bien a la tesitura de la banda. Creo que en algún lugar Bo Diddley estará sonriendo."
---Reseña aparecida en Punkrockacademy.com
Ghetto Blaster
(Epitaph, 1998)
"Cuando escuché por primera vez cantar a las Red Aunts "Sleeping in the Wet Spot" me resultó difícil creer que hubiesen sacado un álbum como Ghetto Blaster. Durante años habían sido las princesas de lo obsceno, culminando con el sublime disco Number One Chicken. Ese disco, con sus ritmos supersónicos y sus gritos desesperados y crudos y sus letras nerviosas, fue el mejor del momento, pero en su siguiente disco, Saltbox, sufrieron una verdadera evolución. Casi se podía sentir el crecimiento de una banda que ahora contaba con más adrenalina y coraje a la hora de tocar. Por primera vez comenzaron a enseñar algunos signos de verdadera musicalidad. Visto en retrospectiva, Saltbox supuso sobre todo un puente entre las viejas Red Aunts y las nuevas. Pero en realidad no es como si hubiesen cambiado de estilo. Sería más escéptico si fuese de esa forma. Más bien su estilo ha evolucionado hasta alcanzar un nivel superior. Su anterior trabajo abordaba lo destructivo, pero ahora han empezado a deconstruir las diversas influencias musicales que siempre habían aparecido en sus canciones. Heavy blues, new wave y otros estilos diversos de rock clásico son separados y arrojados dentro del gigantesco procesador de alimentos de Red Aunts, convirtiéndose en una pasta que son capaces de moldear en forma de canciones tan intensas como impresionantes. Es algo así como la Jon Spencer Blues Explosion despojada de todas las pretensiones de Spencer. Su marca de fábrica gritona y los cambios de ritmo que producen latigazos cervicales siguen presentes, sólo que ahora las chicas parecen entender bien de dónde proviene su música. Es muy similar a cuando en las artes visuales un pintor abandona la pintura únicamente por instinto y comienza a alcanzar una verdadera visión. Siempre existe la posibilidad de que este disco decepcione a muchos de los aficionados de las Red Aunts que estaban enamorados de ellas...
Bueno, ese es su problema. Escúchalo de nuevo y date cuenta de qué va el tema, no se trata de grabar el mismo disco cada dos años. Estoy muy contento de haber sido testigo de la evolución y madurez alcanzada por las Red Aunts. Si este disco fuese mejor aún, seguro que sería ilegal."
---Phil Bailey para Ink Nineteen Zine
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