Por Nick Hasted para The Comics Journal nº 175 (abril de 1995). Traducida por Frog2000. PARTE 1, PARTE 2, PARTE 3.
EL MISTERIO RELIGIOSO
Hasted: El diálogo entre el Diablo y el detective
martirizado que aparecía en “El Misterio Religioso” era verdaderamente
llamativo. ¿De que lado estabas tú?
Morrison: De ninguno de los dos, en serio. Porque en
realidad acabo de escribir (en el quinto número de Los Invisibles) un diálogo parecido entre Byron y
Shelley que trata exactamente sobre lo mismo, por lo que parece obvio que todos esos temas han seguido rondando por algún lugar de mi cerebro. Sigo sin saber por quién
decidirme. De nuevo, es probable que cuando empiezas a leer el diálogo, te decantarás por una opción u otra dependiendo de tu particular forma de pensar. Algunas
personas son más optimistas y avanzadas y otras son todo lo contrario. El
Diablo que aparecía en “El Misterio Religioso” intentaba tomar el punto de
vista de Nietszche (la Naturaleza sólo existe para ser ordenada y manipulada
por la voluntad del hombre). Sin embargo, el punto de vista del detective era más romántico. Para él los humanos tienen libre albedrío y capacidad de elección. También tienen la capacidad de alterar las cosas.
Hasted: La idea de imponer un orden sobre los elementos más
débiles existía incluso en el último episodio de Animal Man, donde
mencionabas que esa es la forma habitual de actuar de un montón de gente.
Morrison: Sencillamente, me parece que ambos puntos de vista son equivalentes, todo depende de lo que te ocurra en la vida.
Hasted: Retorcer las cosas hasta darles la forma que más te
agrade, tal y como aparecía en la historia del detective, es algo que
obviamente también se puede aplicar a tu trabajo, además de a tu forma de ver el mundo.
Morrison: Bueno, creo que no sé lo
suficiente como para considerarme un experto en nada. De repente eres arrojado en el mundo con todo
un conjunto de circunstancias a tu alrededor y tu misión es intentar entenderlas. Prefiero hacer
algo con lo que sea feliz en lugar de sentirme miserable, y creo
que es algo tan sencillo como eso. Obviamente, estamos sufriendo una catástrofe
ecológica, hay demasiadas personas, hay demasiadas guerras y puedes pensar que
el Mundo está condenado, y eso me puede hacer gemir durante el resto de mi vida
o puedo decidir que en realidad existe alguna escapatoria a dicha situación,
pero, ¿por dónde debo empezar? ¿Con quién debería hablar? ¿Cómo se puede encontrar una
salida? Intento vivir una vida que me haga feliz, en lugar de una que me haga
sentir miserable. Básicamente, eso es todo lo que puedo decir.
Hasted: ¿Te gusta que las cosas encajen?
Morrison: Bueno, claro, pero tampoco quiero que siempre encajen
de la misma forma, porque entonces te quedarías atrapado en una percepción en
particular. Así que obviamente existen cosas en las que creo y cosas que me
gustaría que fuesen ciertas, pero eso no significa que para ti lo sean, y puede
que tampoco lo sean para nadie más.
Hasted: ¿Crees que Dios ha muerto?
Morrison: Si y no. [Risas]. Incluso de joven intuía lo que
Jesús quería decir cuando hablaba de que todos estábamos en el Reino de los
Cielos. Creo que eso es lo más importante. Aunque también me parece que
cualquiera que juzgue de forma muy severa a los humanos debería estar muerto, o
deberíamos asesinarlo nosotros mismos.
Hasted: La mayor parte de la religiosidad que puede verse en
tu trabajo trata sobre el infierno, y sobre que ese infierno en realidad se
puede encontrar en el interior de las personas.
Morrison: Eeeh...
Hasted: Hay unas cuantas ocasiones en las que has mencionado esa idea.
Morrison: [Pausa.] Debo ser alguien verdaderamente pesimista.
Supongo que lo que en realidad intentaba decir es que en lugar de culpar a
fuerzas externas, deberíamos... Supongo que ahora me debería poner en el lado del
detective, porque si te fijas bien, te darás cuenta de que
todo lo que suele sentir cualquiera en realidad puede ser auto-infligido. Y lo que para
ti puede ser un día horrible y pesadillesco por culpa de la muerte de tu madre,
para otra persona puede ser el día más feliz de su vida. Es el mismo día, pero
todo depende de las particulares impresiones y sensaciones que tiene cada uno. Y eso no
significa que el mundo sea malo en sí mismo.
Hasted: Cuando diseñas y mezclas diversos elementos en tus
historias, ¿tratas de dejarlos completamente fijados? ¿O en realidad lo que
haces es ir encajando las cosas de una forma extraña, combinando las piezas de
la misma forma que lo haría el detective de El Misterio Religioso, intentando no dar la
sensación de que, definitivamente, las cosas están conectadas entre sí?
Morrison: Oh, por supuesto. Creo que lo hago de forma bastante
deliberada. Es una técnica fundamental del surrealismo, como cuando
Leautremont hablaba sobre la oportunidad de juntar una máquina de coser, un
paraguas y una mesa de disección. Tomas ideas u objetos que no pegan entre sí y
los combinas todos de forma que la mezcla sea un comentario sobre la naturaleza de
esos objetos o ideas. Pero sin que haya ninguna otra finalidad detrás.
Hasted: Realmente, el detective es alguien anti-surrealista
y creo que además se opone a tu forma de ser, porque quiere combinar las cosas sin
yuxtaponerlas entre sí, quiere dejarlas fijadas y dejarlo todo claro y conciso para a continuación poder seguir adelante con su vida.
Morrison: Bueno, es alguien que intenta buscar un sentido a
las cosas, y a mí me interesa mucho ese sinsentido, porque de esa forma todo
se puede entender mejor.
Hasted: Hay algo referente a la estructura de los cómics que
aparece más a menudo en tus obras que en otras, y Kid Eternity me parece un buen
ejemplo de ello, porque en ese título se puede observar una especie de fragmentación y algunos retazos de narrativa intercalados, como en una película de Nicolas Roeg. ¿Te
gusta hacer las cosas de esa forma, te gusta que la fragmentación sea la
conductora de toda la obra?
Morrison: Claro. Simplemente es una forma de hacer las
cosas, pero de nuevo, parece que a la gente le molesta mucho. Parece preferir una especie de narrativa de película, aunque obviamente puedes hacer
cualquier cosa combinando palabras y dibujos. Esta obra en concreto estaba
basada en lo que hace Nicolas Roeg. Además acababa de leerme a James Joyce.
Por el contrario, creo que “Bible John” fue una forma completamente diferente
de combinar palabras y dibujos, utilicé otros elementos para contar la historia.
HECHO EN INGLATERRA
Hasted: ¿Crees que el hecho de haber escrito tanto para el mercado
americano ha afectado a tu trabajo?
Morrison: Supongo que absolutamente, en el sentido de que me
he dado cuenta de que tengo un público que se compra todo lo que hago, y eso me da
la seguridad suficiente como para intentar hacer determinadas cosas. Pero eso es todo. La verdad es que no me da miedo que mi público sea específicamente americano o que yo tenga
que tratar algunos temas específicamente americanos. En realidad parece que no les
gusta que lo haga. Supongo que será parecido a las películas de
Merchant/ Ivory. Si escribes sobre Inglaterra es fácil tener éxito en el extranjero, porque a los lectores americanos les parece un lugar extraño y exótico.
Hasted: Supongo que estarás interesado en América, porque cuando me fijo
en lo que escribes y me doy cuenta de que suele estar ambientado en América, creo que también tienes que tener en cuenta que ese sitio está lleno de superhéroes y que parece
ser lo único que tienen bastante claro. ¿Hay más cosas que te interesen de ese país?
Morrison: No creo que esté interesado en Estados Unidos de
la misma forma que alguien como Garth Ennis o Dave Gibbons. Particularmente,
nunca me ha gustado la música norteamericana, siempre he preferido la inglesa. Tampoco me he sentido atraído por conceptos como las hamburguesas y los Cadillacs de
la misma forma que lo ha hecho otra gente. En realidad prefiero el
punto de vista de Morrissey y Phillip
Larkin sobre Inglaterra, porque me parece mucho más bizarro. Supongo que es porque nacieron cerca de donde yo estuve creciendo y eso te ata mucho más a las cosas. En realidad no necesito ampliar más mis horizontes.
Hasted: Obviamente, “St. Swithin´s Day” es el trabajo más localmente centrado de todos los que has escrito. Parece muy cercano a Morrissey en el sentido de que
destila una concreta sensibilidad británica. ¿Es lo que intentabas
conseguir con la obra?
Morrison: Bueno, ese tebeo proviene del momento en el que me
encontré de nuevo con un montón de diarios que había escrito cuando tenía 19 años.
Hasted: Entonces, ¿trata sobre tu vida?
Morrison: Claro. Básicamente lo que ocurrió fue que cuando
estuve haciendo algo de dinero en DC Thompson, me fui de viaje por Inglaterra con la intención de encontrarme a mí mismo. Conservo los diarios de aquella etapa, y sencillamente no puedo ni creer lo ridículos
que suenan en la actualidad, en realidad son como las canciones de los Smiths. Y me dije:
“Bueno, claro que podría usar todo esto.” Verdaderamente me gusta el tono en el
que están escritos, porque es la forma de pensar de la gente cuando tiene
19 años, o como de todos modos suele pensar un montón de gente. Los diarios son
muy obsesivos, dan la sensación de que quien los ha escrito es una persona
incomprendida, y pensé que podrían funcionar muy bien en forma de historieta.
Así que al principio sólo era algo basado en
esos diarios. Pero además, en los diarios aparecían mis reacciones sobre la primera vez que Thatcher fue elegida
en 1979, y me sorprendieron un montón, porque había escuchado decir a todos
los comerciantes lo fantástico que sería esa elección para el país. De
repente, el hecho de encontrar ese material diez años después arrojó una cruel
luz sobre todo lo que había ocurrido. Así que en lugar de escribir algo que tan sólo estaba
basado en mis diarios, algo que podría ser bastante aburrido, quise abarcar
más cosas, y de esa forma se me ocurrió la idea de un asesinato. Había un montón de
gente que decía que era una obra política, pero no lo era del
todo. El tema político tan sólo era un elemento con el que conducir el relato. El
material más importante de la obra consistía en la atmósfera que parecía flotar alrededor de alguien de 19 años, y ese ambiente es muy favorable para lograr que la
gente piense de una forma determinada.
Hasted: ¿Alguna vez tu actitud ha sido más abiertamente política? ¿O crees que habría sido algo bastante reduccionista?
Morrison: ¿Algo de lo que he escrito? Bueno, algunas de mis cosas lo son. Pasé por una etapa específica en el 89 en la que sencillamente me volví loco
con el tema, porque sentía que no estaba haciendo lo suficiente, porque mis
padres habían sido activistas políticos bastante radicales. Así que hice “Las
Nuevas Aventuras de Hitler”, que era una obra mucho más abiertamente política, y
también escribí una obra de teatro con una buena cantidad de contenido muy
político. Y entonces me di cuenta de que no tenía sentido, porque lo que estaba
haciendo eran cosas con fecha de caducidad. Específicamente eran cosas contra Margaret Thatcher. Creo que aunque ahora también incluyo algo de contenido político en mis cómics, están basados en rasgos mucho más amplios. En
realidad me parece que suelo atacar los cimientos de las políticas malvadas en lugar de atacar a sus
figurantes.
Hasted: Supongo que a los ingleses les habrá supuesto bastantes
dificultades creativas, y me refiero a todos los medios en general, que los Tories
detenten el poder en la actualidad. Cosas como tu obra “Really and Truly” me
recordaban a los Happy Mondays o Stone Roses y a toda esa escena musical hedonista
de principios de los noventa. Parecía una reacción mucho más
positiva, tan agradable que podías olvidarte de las personas
que están al cargo de las cosas.
Morrison: Claro. Así de negativas se han vuelto las cosas.
La gente se ha dado cuenta de que no pueden articular ningún tipo de respuesta
política, así que lo mejor que puedes hacer es tomarte un éxtasis, ponerte a
bailar y esperar a que cuando vuelvas de donde quiera que te hayas ido, los
Tories se hayan marchado.
Hasted: ¿También formaba parte Dare de esa actitud más política?
Morrison: Por supuesto. Lo escribí en el mismo período, y
obviamente era muy anti-Thatcher. De nuevo me parece que tenía añadida la fecha
de caducidad.
Hasted: En Dare aparece una frase que me gusta mucho que dice que la Inglaterra que sólo existe en la mente de Dare es una que el
Estado no puede tocar. ¿Se parece a tu forma de pensar?
Morrison: Bueno, supongo que sí. Mi Inglaterra se compone de
gente que viste con ropas fantásticas y que se patea el Támesis arriba y abajo, es un lugar en el que el sol siempre está resplandeciente y todo el mundo se lo está
pasando bien. Pero no tengo una agenda política concreta con la que poder llegar
a conseguirlo. En realidad creo que no se podría llegar a crear un lugar parecido a través de la política. Actualmente creo que más que la política, lo que se
debería hacer es utilizar más la imaginación, la gente debería ejercitar más
su imaginación, porque es en la imaginación donde se crean todas estas cosas y
donde son intocables.
Hasted: ¿Te parece relevante la política? ¿O más allá de tu imaginación no tiene sentido?
Morrison: Me parece irrelevante, porque la política no puede
manipular mi imaginación. Todavía no han sido capaces de inventar la máquina con la que puedan
meterse en la mente y robarte las ideas. Así que nunca afecta a mi trabajo,
excepto cuando utilizan algo como la censura. E incluso entonces tampoco afecta mucho a
mis ideas. No afecta a mi obra.
Hasted: ¿Crees que otras obras que son directamente
políticas como V de Vendetta quizá se equivocan?
Morrison: No son un error, porque me parece que los
sentimientos detrás de su creación son muy fuertes. Es lo que haces cuando
ves al país convertirse en algo cada vez más y más desagradable, y cuando ves
que está siendo administrado por gente que obviamente es incompetente o
malvada, e intentas dar alguna especie de respuesta desesperada, aunque estás
demasiado aterrorizado como para ir y volar el Parlamento, porque todo lo que
eres realmente es un guionista. Así que puedo entender ese tipo de obra. Creo
que V de Vendetta es un gran cómic. De nuevo, me parece que algunos de sus elementos han envejecido mal, pero tampoco importa mucho, porque era la
respuesta de Alan a lo que sentía en ese momento y era lo único que podía
hacer. Supongo que hubiese sido mejor que hubiese cogido unos cócteles Molotov y
hubiese tomado al asalto el Parlamento, pero era bastante
improbable...
Hasted: ¿Guionizar imaginativas series de cómic se parece a tomarte un éxtasis?
Morrison: Bueno, creo que lo que solemos hacer es crear esos
mundos en los que las cosas que quieres que ocurran, ocurren, y luego las pones
en un cómic. Me parece que... Quiero decir, originalmente escribir era
algo mágico, y William Burroughs sigue creyendo que lo es, y ese es el que me parece el núcleo de mi obra: creo que es capaz de producir verdaderos
cambios. Me parece que existe alguna posibilidad de que lo haga. Si se te ocurren buenas ideas,
esas buenas ideas pueden infectar a otras personas, y así obtendrás más y más
buenas ideas. Prefiero ver muchas buenas ideas en vez de muchas malas ideas.
Así que como guionista eso es todo lo que puedo hacer.
Hasted: ¿No hay como una especie de equilibrio en toda tu
obra?
Morrison: Por supuesto. Sencillamente intento que las buenas
ideas superen a las que son terribles.
Hasted: Creo que a lo largo de toda tu obra se respira como
una especie de verdadero afecto por Inglaterra, aunque puede que algo menos en
“El Misterio Religioso”, ¿me equivoco?
Morrison: No, claro. Me encantan las cosas más ridículas de
este país, como la Blackpool Tower y las nubes de algodón y el “Carry On” de George Formby. Y para mí todas esas cosas parecen resumir exactamente lo
que siento por Inglaterra. Todo el mundo intenta someter esas cosas con la intención de esclavizarlas, pero de alguna forma vuelven a salir a la
superficie, porque siempre nos sacan una sonrisa.
Hasted: “El Misterio Religioso” parece ser un tebeo
verdaderamente diferente. Es otra obra sobre Inglaterra bastante localista,
pero todo parece como que está fuera de temporalidad, creo que es por el dibujo.
Todo parece estático y frío.
Morrison: Bueno, “El Misterio Religioso” era una especie de
cierre de etapa, porque sentía como si no tuviese que volver a hacer ese
tipo de material nunca más, porque era demasiado oscuro. En aquella época
me encantó escribirlo, y cuando lo he vuelto a leer seguía teniendo muchas
cosas que me interesaban, pero también las sentía como si no fuesen mías. Sin embargo,
parecía como si estuviese acabando con algo, porque volví sobre el repetitivo
tema de la muerte de Dios, o de matar a una figura autoritaria. Actualmente prefiero
lo que estoy haciendo en este mismo momento, porque incluye algo más de humor.
Una de las cosas que más me gustan de lo que estoy haciendo
ahora, aunque la gente dice que es superficial, es ese material de Big Dave
para 2000AD. Para mí resume muy bien cómo son las cosas, o cómo podrían llegar
a ser.
Hasted: ¿Te interesa mucho?
Morrison: Bueno, es otra descripción de Inglaterra, pero
también muestra a un triunfante hombre pro-Thatcher (la típica y monstruosa figura
desclasada y desatada.) Además intento sugerir que en Gran Bretaña también se pueden encontrar cosas buenas: aquí hay montones de cosas que deberían ser tomadas más
en cuenta, en vez de permitir que la gente las pisotee. En realidad creo que
es una de las cosas más fundamentalmente serias que he hecho, pero me gusta
porque parece como un revolcón del que nunca había disfrutado antes. Me encanta todo ese grosero humor negro que todavía no había utilizado.
Hasted: ¿Crees que lo entenderá la mayoría de la
gente?
Morrison: Bueno, tampoco me importa mucho, porque de forma
similar podríamos empezar a pensar por qué funciona la política, y por qué le gusta o no a la gente, y por qué las motivaciones políticas de algunos están ocultas. Creo que la gente que lo suele leer se ríe un montón, y además, al mismo tiempo en
la serie aparecen un montón de ideas extravagantes, como cuando masacran a la
Familia Real, o cuando señalamos un montón de cosas oriundas del país. Pero
como el punto de vista es el de este personaje más grande que la vida, entonces
la gente también se ríe mucho, y tampoco creen que les estemos dando ningún
sermón. También intento hacer algo parecido en Los Invisibles de forma que el
lector reciba las ideas sin que se genere ninguna polémica.
Hasted: Creo que Inglaterra es el único sitio en el que tu
trabajo podría provocar algún tipo de conmoción. ¿No te causó “St. Swithin´s Day” algunos problemas?
Morrison: Bueno, The Sun hizo un artículo en el que el
titular era “¡Muerte al Alboroto Provocado por el Tomo de Maggie!” Aparentemente el Tory MP Teddy Taylor se pilló una copia y pensó que era ignominioso que ese tipo de cosas pudiesen estar a la venta, una cosa
en la que se describía cómo se podía asesinar a su amado líder. Finalmente no
ocurrió nada, excepto que vendimos algunas copias más. “Las Nuevas
Aventuras de Hitler” causaron un impacto incluso menor en su época, pero de
nuevo, fue por los motivos equivocados.
Hasted: Creo que cerraron una revista a cuenta de esa obra, ¿verdad?
¿Cómo te sentiste por ello?
Morrison: Bueno, era una revista llamada “Cut”. El
columnista principal era un tío que se llama Pat Kane, que también tocaba en la peor
banda del universo, “Hue and Cry”. Siempre me pareció que era alguien que
había leído muchos libros en la Universidad y que todo lo que era capaz de
hacer era regurgitar las ideas de otras personas. El se creía una especie
de socialista liberal, y la verdad es que era alguien que no sabía ni de lo que
hablaba. Así que se leyó el título y no continuó, le bastó con eso, dio por sentado que
era una especie de glorificación del fascismo y lo rechazó de inmediato. Le respaldaron el editor de la revista y otro par del personal de
producción. Pero la verdadera historia oculta era que a Pat Kane le habían
ofrecido un trabajo muy bien pagado en el periódico The Scotsman, así que
estaba ansioso por marcharse. Un mes después la revista fue desmontada
al completo. Además, al editor de la revista también le ofrecieron un sueldo
mucho mejor en alguna revista del sur del país. Por lo que básicamente toda esa gente
utilizó la polémica como excusa para mudarse a otro sitio, mientras se atribuían
a sí mismos una especie de superioridad moral. Era algo que no tenía nada que
ver con la obra, porque ni siquiera se la habían leído.
Hasted: ¿Hubo alguna consecuencia más? ¿Hizo
que la gente malinterpretase los temas de la obra, incluso cuando fue
acogida por la revista Crisis? ¿Crees que la gente tenía ideas preconcebidas?
Morrison: Bueno, me parece que cuando la serie terminó en la revista Crisis ya no le importaba mucho a nadie. Los periódicos
también tuvieron su parte de culpa en aquella época. Hubo un montón de personas
que me llamaron por teléfono y me acusaron de ser el líder de los camisas
pardas de 1935, algo ridículo. En realidad, ni siquiera se habían molestado en
leer el tebeo. En la época en que se editó, creo que nadie se molestó en
hacerlo.
Hasted: ¿Crees que gracias a conseguir cierto impacto entre el público se podría lograr lo que
comentaste una vez en el NME el año pasado, que un cómic tuviese la
misma repercusión que "Anarchy in the UK"?
Morrison: Claro, me parece bastante probable.
Hasted: ¿Crees que lo vas a conseguir con Los Invisibles?
Morrison: Obviamente, a mí me gustaría que tuviesen el mismo
éxito, pero no puedo decir nada hasta que se empiecen a editar. No sé. No sé si
la gente realmente estará tan interesada en los cómics como para que llegue a
tener algún tipo de impacto. Pero voy a intentarlo.
Hasted: ¿Es tu mayor anhelo? ¿Es lo que realmente buscas
con Los Invisibles?
Morrison: Claro, esa es la idea. Ahora mismo es lo más
importante de mi vida, es el cómic que siempre he querido hacer. Siento que la
música pop ha abdicado de su responsabilidad de hablar de este tipo
de cosas, y debería ser el foro central. Pero está por ver si hay suficiente
gente interesada en los cómics como para convertir este tebeo en un foro, no lo sé. En la serie he intentado incluir todo aquello en lo que estoy interesado.
Tiene elementos del Prisionero y de todo ese tipo de series británicas. La idea
de tener a ese héroe en concreto, alguien que no tiene particularmente una
buena educación, significa que puedo presentar varias ideas sin ser acusado de
pretencioso y creo que hace que se más fácil tratar con grandes ideas políticas o
filosóficas. Aunque como todo esto está narrado a través de un joven matón de
Liverpool, creo que debería ser un poco más preciso con lo que digo.
Hasted: ¿Crees que lo leerá la gente de Liverpool?
Morrison: Me gustaría pensar que sí. No sé cuánta gente
leerá cómics en esa ciudad, aunque si esto fuese un videojuego... Creo que si hubiese
la suficiente gente interesada, si lograse que los periódicos se indignasen con
este cómic, entonces mucha más gente podría darse cuenta de su existencia. Creo
que es el tipo de producto que la gente podría pillarse para leer.
Hasted: ¿Está hecho deliberadamente de esa forma? Si se te ocurriese
alguna forma de indignar a los periódicos, ¿podrías llevarla a cabo para intentar
cabrearlos?
Morrison: Claro.
Hasted: ¿Lo vas a intentar con Los Invisibles?
Morrison: Bueno, todavía no hemos empezado ninguna campaña
publicitaria, pero la haremos. Y ya veremos qué pasa.
Hasted: ¿Cuál es el mayor efecto que podría tener la
colección?
Morrison: Sencillamente inspirar a la gente a destruir los
pupitres de las escuelas. [Risas.]
Hasted: ¿En serio?
Morrison: No lo sé. Eso es todo lo que espero. No creo que vaya
a tener un gran impacto social, porque no creo que los cómics puedan producirlo en la actualidad. Pero recuerdo cuando tenía 14 años y se editó el “School´s Out” de
Alice Cooper. Sencillamente, en esa canción un tipo decía: “¡No queremos
más profesores ni queremos más colegio!”, y de esa forma tan sencilla nos convirtió en alumnos más
difíciles. Me parece que está bien, porque necesitas dar alguna especie de
salida a todos esos sentimientos. A veces prendíamos fuego a los pupitres y
aterrorizábamos a los profesores y escalábamos por la ventana y desaparecíamos
en mitad de las clases. Si a la larga todo eso ha tenido alguna importancia o
no, no lo sé, pero de nuevo, hacer que la gente sienta algo en lugar de no
sentir nada, que no se queden adormecidos o muertos, creo que es suficiente.
Por lo menos lo es para mí.
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