martes, 5 de junio de 2012

ENTREVISTA A MARK WAID (y 2), por Warren Ellis

Entrega nº 34 de “Come In Alone” escrita por Warren Ellis. Aparecida el 29 de septiembre de 2000 en Comic Book Resources. Traducida por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no disponía de ningún encabezado. Primera parte de la entrevista.

Esta es la conclusión de la entrevista con Mark Waid. El autor lleva mucho tiempo trabajando en el medio del cómic, ha visto muchos cambios y tiene mucho que contar:

Has dado a entender que cuando a Morrison y a ti os rechazaron la propuesta para Superman, además se os informó que de hecho, nunca se os permitiría escribir ningún título del personaje. En tu caso, ¿qué significó a nivel personal? ¿Cuál es tu relación actual con DC y después de esta decisión, con Paul Levitz?

¿Qué significa para mí a nivel personal? No te puedes ni IMAGINAR mi frustración. No, lo digo en serio. Seguro que crees que puedes, pero no es así. Era el trabajo que llevo esperando hacer durante toda mi vida, y me dijeron a cara perro que no sólo nunca lo iba a poder hacer, sino que además (en su mayoría) las razones que me dieron no eran ni justas ni tenían ninguna lógica detrás. Todo esto ha ocurrido porque alguien de DC me pidió directamente que le enseñase una propuesta, pero luego se negó a decir nada cuando otra persona decidió que esa propuesta estaba realizada con la intención de conseguir un puesto en un trabajo que no estaba disponible en ese momento, violando así el código de los “freelance” y actuando de mala (y punible) fe. No importa que lo que dijese no fuese demasiado cierto, porque ¿desde cuándo la verdad y la política han ido cogidas de la mano? Pues bienvenido al mundo real.

No me malinterpretéis. No dijeron que nunca más iba a poder escribir el PERSONAJE de Superman. De hecho, me comentaron que si quería podía lanzar un “Otros Mundos” o un “one-shot” o lo que fuese que quisiera hacer. Lo que no me dejan hacer es guionizar las aventuras de la serie regular de Superman, ni tampoco guiar al personaje hacia su evolución, ni pulirlo hasta que brille como un diamante, ni devolverle la energía que me ha proporcionado a mí. He empezado a comprender a David Letterman. Me acuerdo cuando se deshicieron de él a pesar de asegurarle que podría conseguir su propio programa en la CBS (aunque no lo quisiera. Lo único que quería era seguir con su “Tonight Show” de siempre.) Y lo que es peor, tampoco soy capaz de conseguir que alguien de DC perciba la diferencia. No, lo peor de todo es que ninguno de nosotros cuatro (Grant, Mark Millar, Tom Peyer y yo) podemos hablar de esta situación porque puede que a día de hoy haga que nuestra vida sea mucho más miserable.

Y aún así...

Creo que pasar por toda esta situación me ha beneficiado y ha estado bien. Ha estado muy bien. Me cogió de las pelotas y puso mi mente en una posición desde la que pude empezar a crear mis propias cosas y realizar algunas incursiones en otros medios de comunicación intentando buscar alguna alternativa. Tan sólo me hizo odiar a la industria -no al medio, sólo a la industria- aproximadamente un cien por cien más en lugar de un perfectamente comprensible 10.000 por ciento más, lo cuál está muy bien, porque gran parte del mejor material suele provenir de la ira, ¿verdad?

En general y hasta donde puedo contar, mi relación con DC sigue siendo razonablemente buena a pesar de todas estas tonterías, gracias en parte al enorme Dan Raspler, que me ofreció La Liga de la Justicia cuando otros editores tenían miedo (totalmente injustificado). Por lo general, creo que todo el mundo en la empresa sabe lo leal que siempre he sido, incluso cuando Marvel estuvo llevando camiones llenos de lingotes de oro a mi puerta para hacerse con mis servicios. Me encanta DC, soy uno de los cuidadores de su historia, y creo que en lugar de perjudicarlos, realmente les soy muy útil a los personajes y empleados. Asumo que esta actitud tiene que contar para algo.

¿Crees que alcanzar una posición en una editorial también es una forma de proteger tus guiones de la depredación de otros editores, como la que tú mismo sufriste en Capitán América y en otros títulos? ¿Cuántas veces has sufrido esa situación desde, por decir una obra tuya, Kingdom Come?

Nah, en realidad no lo es. No voy a decir que me resulte imposible no sufrir una embolia alguna vez después de aguantar a ciertos editores que se han comportado como matones, pero hasta cierto punto eran situaciones que he podido combatir mediante mi estancia en CrossGen, y en mayor medida a base de trabajar sólo con los editores que conozco que no me dan ganas de que embista mi cabeza contra una farola. Francamente, aunque he sufrido mi parte correspondiente de frustración, la oficina X es la única oficina editorial con la que realmente he sufrido de verdad. Por lo general, trabajar con el resto de personas del medio (tanto antes como después de Kingdom Come) me ha resultado bastante fácil, probablemente porque siempre he sabido lo suficiente como para comunicarlo rápidamente, y a menudo, en lugar de limitarse a recoger el material y no decir nada más, mis editores me han sorprendido graznando alguna cosa que me sirva de ayuda.

Por otra parte, empecé a trabajar en un momento muy bueno con un editor muy bueno: Brian Augustyn. Últimamente he empezado a escuchar algunas historias de terror contadas por Devin, por Brian Vaughan, por Jay Faerber y por Todd Dezago, y por tantos otros, y estoy seguro de que si me hubiesen sometido a la mitad de las humillaciones que han tenido que soportar ellos, ahora mismo estaría en la cárcel por homicidio. Habrían encontrado a los Jason Liebigs de este mundo flotando boca abajo en el río Hudson con mis huellas dactilares por toda su garganta.

¿Confías mucho en tu talento? Pasar de hacer KINGDOM COME a X O Manowar me pareció el acto de un hombre que no entendía todo lo que era capaz de hacer, ni tampoco lo que se le podía llegar a pedir.

Sí, también me suelen tocar asientos de mierda cuando voy a comer a un restaurante. Y habitaciones para no fumadores en el Hyatt. Pero no todo el mundo es tan temible como tú, amigo mío. Además, nunca, nunca vas a saber lo que estaría bien "pedir" en un sitio determinado. ¿M&Ms rojos? ¿Una animadora de dieciocho años? (No siempre, pero sí a veces) el mismo acto de negociación para pedir una serie puede parecer peligrosamente arrogante, y bajo mi punto de vista, tal vez la arrogancia sea el rasgo de personalidad más repugnante de cualquier ser humano. Yo nunca lo he respetado en los demás, y por lo tanto soy muy cuidadoso de no caer yo mismo en sus garras. Si voy a cometer un error, prefiero pecar por exceso de timidez que por culpa de un ego terriblemente arrogante.

No voy a decir nada demasiado específico, pero me han adjudico un buen número de trabajos que me he tomado como favores personales. Algunos han sido bastantes desagradables, y se suponía que otros iban a ser el trabajo ideal y finalmente han terminado dándome bastantes quebraderos de cabeza. Sólo una vez, y nunca, nunca más, he cogido un trabajo por el dinero que me ofrecían. Tom Brevoort me pidió que escribiese Spider-Man Team-Up número 1 con los X-Men como estrellas invitadas, y para serte brutalmente honesto, mi sentido arácnido empezó a temblar en cuanto me dieron el cheque. Escribí la historia (junto a Tom Peyer). La devolví y la pude ver impresa con solo un interesante incidente de por medio: EL MERCADO SE DERRUMBÓ EN ESE MOMENTO. Gasté mis derechos de autor en un parquímetro. Por lo menos me sirvieron para hacer algo bueno. Si quieres dar un concierto, el dinero es inexcusable, ¿verdad, Warren? ¿VERDAD, Warren?

Por otra parte, coger ciertos trabajos para hacer la vida de alguien más fácil o para ofrecerle cobertura a un amigo durante los tiempos difíciles... eso, para mí, es más defendible. ¿Supondrá cometer una estupidez en tu carrera? Probablemente sí. Pero al menos, cuando he seguido ese camino, por la noche he podido dormir un poco mejor. Ayudar a un tío a poner comida sobre su mesa es más importante que el puesto en el que te encuentres en el Top Ten de la Wizard.

¿Confío en mi propio talento? Asombrosamente, he de decir que no. Creo que hay cosas que hago muy bien, pero la mayoría de ellas no parecen ser demasiado visibles. Tampoco creo que se puedan poner ejemplos de lo que he hecho aquí o allí que falseen lo que voy a decir, pero creo que soy bueno haciendo que los hechos que ocurren en mis historias suenen de una forma natural. Me gusta pensar visualmente, no suelo pedirle al dibujante que llene la página con demasiadas cosas y tampoco escribo algo que no se puede dibujar. Todo esto no se suele contar abiertamente a los lectores, y tampoco deberíamos hacerlo. Más allá de esto, creo que por lo general mis diálogos son divertidos e ingeniosos (al contrario que los de mi vida real), e incluso estoy dispuesto a invertir parte de mi personalidad en personajes de los que no soy propietario, y aunque el cínico que hay en mí está de acuerdo en que es una soberana estupidez, mi parte romántica sabe que es la única forma de hacer bien las cosas. Por otro lado, mi prosa es cualquier cosa menos lírica, mi capacidad de escribir más de una personalidad femenina se encuentra bajo sospecha, y cuando he creado villanos, sé que cojean un poco, excluyendo (esperemos) los que aparecen en EMPIRE. Pero me esfuerzo mucho para reparar esas deficiencias. Soy honesto. Y no suelo pasar el tiempo sentado frente al televisor.

Digamos que me parece que tengo un muy especializado (y críticamente falto de respeto) talento para escribir cómics de superhéroes. En un mundo en el que una gran cantidad de personas no tienen talento para hacer NADA, estoy adecuadamente orgulloso de ello. Puede que esté intentando ampliar mis propios horizontes con lejanos elementos del pasado, pero (para mí) la historia más influyente que he leído nunca era una historia de superhéroes: apareció en los ADVENTURE 369-370. Era una historia de la Legión escrita por Jim Shooter que quedó impresa para siempre en mi ADN. (El estudioso Waid suele volver sobre esas dos partes una y otra vez, observando con prístina claridad que es el modelo de todo aquello que ha escrito. Me he dado cuenta de ello hace tan sólo un año más o menos.)

Hay rumores de que después de tus declaraciones sobre Bob Harras en mi foro, en Marvel ya no eres bienvenido. ¿Cuál es tu opinión sobre la etapa de Bob en Marvel?

Sí, es cierto, al menos de forma temporal. Al parecer, que Bob fuese despedido por las razones injustas un septiembre en lugar de por los cientos de razones CORRECTAS con las que se le podría haber sacudido durante los ÚLTIMOS siete años, le produjo un repentino cambio de sentimientos a una gran cantidad de empleados. Increíble. Durante una sola noche se olvidaron de lo que había hecho un hipócrita, mentiroso y cobarde Bob y toda la mierda que ellos habían tenido que tragar por culpa de sus defectos gestionando Marvel. En su lugar, todo el mundo empezó a encender velas por él. Jesús. ¿Quieres saber la verdad? En mi humilde opinión, Koff Koff, Bob hizo más para ayudar a destruir la industria del cómic durante la década de los noventa que cualquier otro ser humano vivo. Sí, incluso más que Gareb. Sería capaz de sacar del Infierno a Ron Perlman antes que perdonar a Bob. Durante años y años y años, la filosofía editorial en Marvel ha sido hacer que todos y cada uno de sus cómics fuesen tan laberínticos y confusos como creativamente fuese posible. Marvel era la propietaria de la serie de cómic con mayores ventas de todo el hemisferio occidental -X-MEN- y Bob hizo todo lo imaginable para que fuese totalmente incomprensible e inaccesible para los nuevos (o para los ocasionales) lectores. Para todos ellos.

"Pero, Mark...", oigo gemir. "Pero, Mark, Bob mantuvo al máximo las ventas de los títulos X durante su estancia." Técnicamente es cierto, pero mejor echad un vistazo a las ventas de los juguetes. Durante los últimos seis años, el margen de ventas entre las series X y sus más cercanos competidores se ha reducido hasta llegar a unos estables tres a uno y han terminado por convertirse en unos desastrosos 1,5 a uno. Woo-hoo. Cigarros para todo el mundo.

Explicado con pocas palabras: ¿Viste ese estúpidamente atroz pedazo de mierda que se regalaba con la TV Guide bajo la forma de un “sampler” de los X-Men? No hay palabras para describir mi ira. Fue un ejemplo clásico de cómo no se ha de escribir y dibujar algo para que un lector primerizo pueda entenderlo o disfrutarlo y volver a por más. Diablos, llevo leyendo cómics desde hace 34 años y tuve que leérmelo tres veces para averiguar lo que estaba sucediendo en él. En la TV GUIDE. Ocho millones de hogares. Una oportunidad única en la vida para exponernos a nuevos mercados. Y todo el mundo relacionado con el tema terminó fracasando miserablemente. Despídelos. Dispáralos a todos. Aquí nos estamos MURIENDO. No podemos darnos el lujo de perder CUALQUIER oportunidad de encontrar nuevos lectores.

Ghaah. Gracias por dejarme hiper-ventilar, amigo. "Mark Waid como nunca lo habías visto." Por favor. "Mark Waid, visto como cualquiera que se pase hora y media en su compañía. Alguien que ya está harto." Recientemente, Tom Peyer me ha dicho que por qué digo cosas como las que acabo de decir aquí. Su pregunta fue: "¿qué ganas haciéndolo?", y mis facciones se quedaron congeladas, porque no tenía una respuesta automática que darle. Por lo demás, ahora tampoco tengo una respuesta demasiado clara: no gano nada. Pero ser un voceras apasionado de los temas que afectan al medio me encanta, porque son los temas que afectan a la carrera de otros, no sólo a la mía, a la de otros muchos que no tienen un buen bate con el que conseguir un “swing”: haciéndolo no intento beneficiarme personalmente o intentar evolucionar de alguna forma. En realidad, intento gritarles algo a aquellos que nos están haciendo daño o que hacen que nuestras vidas y nuestros trabajos sean más difíciles de realizar por su culpa, porque quiero que sepan que nosotros también los estamos observando.

No parece que vaya a valer de mucho, pero también tengo derecho a soñar.

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