Entrega nº 20 de la columna “Come In Alone” escrita por Warren Ellis. Aparecida el 14 de abril de 2000 en Comic Book Resources. Traducida por Frog2000. Nota: el título
es una invención, la columna original no disponía de ningún encabezado.
Lo siguiente que más me impresionó fue que estaba ambientado en el Southend, que es donde estaba viviendo entonces y donde estoy viviendo ahora mismo. Porque yo solía fijarme en vosotros, la gente de Nueva York o Los Ángeles, o de cualquier otro de los lugares que suelen aparecer en la ficción, pero en ALEC podía ver el resto de vidas que estaban sucediendo en los mismos lugares que yo conocía, era capaz de ver cómo Alec McGarry se venía a Londres, más allá del desvío que estaba a las afueras de mi pueblo... era muy diferente.
Según esta misma tarde marchaba tambaleándome hacia mi tienda de
cómics habitual mientras pensaba obsesivamente en el futuro, tal y como suelo
hacer, Lee y Alan me pusieron un pedazo de mi pasado en las manos,
remasterizado para el presente y con la intención de que viva mucho tiempo futuro en las estanterías. Era
uno de los cómics que literalmente cambió mi forma de pensar sobre el medio.
Las historias urdidas por Eddie Campbell para ALEC.
Cuando era “adolescente”, durante una época estuve militando en la
enérgica prensa cultural underground que empezó a gravitar alrededor de Paul Gravet y el
“Fast Fiction” de Peter Stanley. “Fast Fiction” era una forma de distribuir prensa underground que montaron después de editar una antología de
historietas del mismo nombre. (Más tarde, FAST FICTION alumbraría ESCAPE, una
importante antología que rompió moldes casi a la misma escala que RAW. Aunque
carecía de un MAUS, sin duda mostraba mucho más y enseñaba mucho más.) FAST
FICTION y algunos otros compañeros suyos, como GEN, de Ed Hillyer, eran las antologías donde publicaba Eddie Campbell cuando no se estaba editando él mismo.
Claro, no lo hacía igual que ahora: se iba a la tienda de la
esquina, pagaba cinco centavos por fotocopia, colocaba las grapas a puñetazos y a toda prisa en las doscientas copias y luego doblaba las grapas con sus propios
pulgares porque no tenía ninguna grapadora de brazo largo.
Descubrí los cómics de Eddie justo cuando estaba leyendo
a los novelistas beat (y a Hemingway, y al serio Moorcock, en oposición al más jodido Moorcock), y me respondieron preguntas que me estaba haciendo sobre los
cómics que mi reciente mayoría de edad me había facilitado conocer. Cosas como: ¿por qué no estaba EN LA CARRETERA buscando más cómics? Más específico
e importante para mí en aquel momento: ¿por qué no estaba EN LA CARRETERA
buscando cómics que se desplazasen por mis mismas rutas y me hablasen con mi propio
lenguaje, directamente relacionados con la cultura que veía como propia?
Una vez Alan Moore comentó que lo que más le gustaba de ALEC
era que se parecía mucho a lo que ocurriría si Jack Kerouac y Neal Cassady se hubiesen agenciado una Ford Transit para irse todo un día de marcha al Southend Pier. Y si no sabes lo que es una Ford Transit o el Southend Pier, estás muy jodido. Es mi opinión. ALEC es romántica ficción “mainstream” para
Gran Bretaña.
Lo siguiente que más me impresionó fue que estaba ambientado en el Southend, que es donde estaba viviendo entonces y donde estoy viviendo ahora mismo. Porque yo solía fijarme en vosotros, la gente de Nueva York o Los Ángeles, o de cualquier otro de los lugares que suelen aparecer en la ficción, pero en ALEC podía ver el resto de vidas que estaban sucediendo en los mismos lugares que yo conocía, era capaz de ver cómo Alec McGarry se venía a Londres, más allá del desvío que estaba a las afueras de mi pueblo... era muy diferente.
Hoy mismo me han pasado en la tienda “ALEC: The King
Canute Crowd”, de Eddie Campbell. Es una novela gráfica que recopila todas las
historias "básicas" de Alec, desde 1981 hasta 1987. Casi todo estos
trabajos ha ido apareciendo en otras partes de forma muy diferente: los tres
delgados álbumes de ALEC que editó Escape en los años ochenta y THE COMPLETE
ALEC que editó Eclipse en 1990. Esta recopilación podría considerarse como la
versión definitiva. Eddie se ha auto-editado este tomo en su propia
editorial, Eddie Campbell Comics, y lo ha hecho como siempre había querido hacerlo, con el título que siempre quiso utilizar para esta recopilación. Este
tomo es el secreto más pequeño y extraño de los cómics británicos (o Brit-com,
como solíamos llamarlo a finales de los enfermizos ochenta. Unos años antes, ESCAPE intentó etiquetarlos como UKBD. BD es la abreviatura francesa de cómic. Más
tarde intentaron que nos refiriésemos a ellos como "tiras de historietas." Ninguna de todas estas acepciones ha triunfado hasta ahora). ALEC estaba, -y sigue estándolo- muy
adelantada a su tiempo. En su interior están las semillas del movimiento del
cómic inglés que se hizo cargo del cómic americano en los años ochenta. Si quitas ALEC del cómic británico, entonces puede que la mayoría de Watchmens y el
resto de importantes obras inglesas que lo acompañaban ni siquiera existiesen. Ni las clásicas formas
narrativas elaboradas de una forma novedosa, o la reinvención de la página por medio de nueve
viñetas, o el naturalismo en los diálogos, o el enfoque decididamente maduro
del medio. Una vez, Eddie Campbell dijo que imaginaba sus estructuras narrativas
como si casi no fuesen estructuras, sino que en su lugar la historia tan solo seguía su
propio camino, dirigiéndose hacia donde tenía que llegar, evocando
una forma orgánica más parecida a una rama de árbol. Esta idea entra directamente en contraste (dando los buenos días y de forma bastante punzante) con un medio
dominado por los Estados Unidos, donde la estructura convencional en tres actos y
las dos escenas de lucha y persecuciones por número parecían marcar los
cerebros de dos generaciones completas de guionistas.
Aunque tengamos que entrecomillarlo, podría describirse ALEC como ficción
romántica. Y lo es. Es la vida romántica de un hombre. Eddie Campbell es el
creador de un terrible romántico. “El Rey Canuto”, un pub profundamente
ordinario administrado (cuando yo solía ir por allí) por un ciclista que había
envejecido mal por beber el bitter más barato que había a mano mientras raspaba
el aceite de motor de su barba. Alguien que se había hecho de oro gracias a las páginas
de Eddie, al igual que su amigo y suplantador de Neal Cassady, Danny Grey.
Conozco a personas que han aparecido en las páginas de Eddie y que describen a
Danny Grey como un gamberro, un matón o, fundamentalmente, un conductor de
camión medio brillante con cierto lado violento. Eddie se parece mucho a Kerouac en
el sentido de que protagoniza escenas de arrebatadores cielos perfectos que hablan sobre estar jodidos en la parte trasera de una camioneta.
Estas son las historias de la vida de Eddie en el Southend, cuando solía beber en “King Canute”. Eddie es Alec McGarry. El verdadero nombre de Danny
Grey es Bob Grey. Es ficción auto-biográfica con los nombres cambiados, algo que
parece que consiga que Eddie se distancia un poco para poder evocar las cosas correctamente. Es capaz de bordear todas las trampas habituales de la ficción
autobiográfica. Muestra cómo se vive la vida. Puede que sea mejor que todo esto se lo expliquen a los genios del cómic autobiográfico norteamericano. No es lo
mismo que las pajas de Chester Brown, o que el patetismo de Julie Doucet, o el
sencillamente pavoroso espectáculo de Harvey Pekar enseñando nada que merezca
la pena contarse durante años y años. Y no es lo mismo que el material
autobiográfico de Dennis Eichhorn, que realmente era bastante interesante y
atractivo, pero que en realidad nunca llegó a hacer un buen uso del medio. Campbell es uno de los grandes Maestros instintivos del medio, alguien capaz de coger la vida cotidiana y enseñar cómo se vive, desvelando los
triunfos y pérdidas, los cambios vitales y el amor y el odio, enseñando que
vivir la vida resulta tan glorioso como fascinante, “vida” tal y como la recordamos cuando miramos hacia nuestro pasado.
Hace mucho que me he dado cuenta de que Eddie era un romántico. Creo
que desde que se ha mudado a Australia y se ha casado y establecido una familia, se ha quitado las gafas de color de rosa. Porque desde que vive en
Australia ha estado revisando el antiguo material de ALEC. Lo que provoca un
raro “jamais vu” en aquellos que lo conocen bien: de repente nunca vamos a volver a disfrutar de una de nuestras frases favoritas, porque se ha perdido para siempre, o una de nuestras
secuencias favoritas, porque ha sido reestructurada. Penny Moore, uno de los
grandes amores de Alec, era una atractiva y esbelta rubia de unos treinta años,
pestañas de media noche y labios perfectos. Mientras crecía, fue haciéndose más dura:
su envejecimiento, su alineación, los efectos del accidente de
coche que sufrió, el peso que conlleva criar sola a un niño y cómo te va marcando la ácida amargura que finalmente surge a la superficie de una forma
explosiva durante el último cuarto de obra. Sonriendo, con una distancia de
casi veinte años entre una frase y su reconsideración, se inclina con el ceño
fruncido o con sombrío ensimismamiento. Entonces y ahora, Eddie prepara el
pasado para el presente y el futuro, y hace que mientras tanto las rosas florezcan un poco.
Necesitas esta obra. Necesitas este tomo porque es una de
las cosas más raras capaz de enseñar la verdadera capacidad del medio del cómic. Y es
muy divertido. Cuenta historias convincentes, las personas les dan palizas a otras
o son mutiladas, hay un montón de escenas sexuales, hay un abuso vicioso de la
cerveza, hay policías y hay gente meándose dentro de bolsos.
Por el amor de Dios, es la vida.
INSTRUCCIONES:
Leed “THE RINGS OF SATURN”, de WG Sebald (The Harville Press, 1998), escuchad "THE
PIXIES AT THE BBC", de los Pixies (4AD, 1998) y entrad en la web de The Mars Society. La novela gráfica recomendada de
hoy es EL REGRESO DEL CABALLERO OSCURO, de Frank Miller, Lynn Varley y
Klaus Janson (ECC COMICS). [ALEC está editado en dos volúmenes por Astiberri.]
Ahora, marcháos.
Ahora, marcháos.
2 comentarios:
La verdad es que me encanta Campbell y me tira leer más cosas suyas, aunque este "Alec" suponga un buen desembolso de pasta. La idea me resultó un poco "Ulises" en comic, por eso me tiraba para atrás. Pero claro, si Ellis lo recomienda ya me lo pienso.
Yo creo que también picaré...
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