Presidente-De-Por-Vida de Paraguay.
Alfredo Stroessner llegó al poder en 1954, aunque los corresponsales europeos que visitaron Paraguay durante su gobierno utilizasen "régimen nazi de un desgraciado" para describir el gobierno paraguayo. Puede que el paralelismo sea más que una simple coincidencia, porque muchos criminales de guerra nazis, como Joseph Mengele, se habían instalado en el país con las bendiciones de Stroessner.
De los nazis, el ejército paraguayo aprendió la técnica del genocidio. Los indios Ache se encontraban en pleno camino del progreso, el progreso representado por las corporaciones estadounidenses y europeas que planeaban explotar los bosques, las minas y las tierras de pastoreo de la nación. Los indios fueron perseguidos, los adultos asesinados y los niños vendidos como esclavos. Los supervivientes fueron conducidos a reservas encabezadas por misioneros fundamentalistas estadounidenses, algunos de los cuales habían participado en la caza.
Entre 1962 y 1975, Paraguay recibió 146 millones de dólares americanos para ayudas por parte de Estados Unidos. Las autoridades paraguayas aparentemente querían más, a pesar de que en 1971 los miembros de alto rango del régimen estaban implicados en la red de narcotráfico de Marsella, siendo Paraguay el punto de transferencia de los envíos desde Francia a los EE.UU. En la década de 1980, Estados Unidos finalmente condenó los abusos en Paraguay contra los derechos civiles y el tráfico de drogas. Stroessner seguía creyendo que iba a acabar siendo dictador de por vida, pero en 1988 uno de sus generales más cercanos, Andrés Rodríguez, un conocido traficante de drogas, se quedó con su cargo mediante un golpe de Estado. Rodríguez se comprometió a restaurar la democracia y el presidente Bush tildó sus elecciones de 1989 de "apertura democrática", pero los opositores lo declararon "un fraude masivo". El Partido Colorado de Rodríguez ganó el 74% de los votos.
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