CORONEL HUGO BANZER
Presidente de Bolivia.
En 1964 el New York Times escribió sobre Bolivia lo siguiente: "No hay ningún país del hemisferio occidental que sea más dependiente de la ayuda de Washington, y en ninguna otra parte la Embajada de los Estados Unidos ha jugado un papel más llamativo para poder establecer este hecho." Así que en 1970, cuando el presidente Juan José Torres nacionalizó las propiedades de la Gulf Oil y de las minas de estaño que en ese momento estaban gobernadas en favor de los intereses de Estados Unidos y trató de establecer relaciones de amistad con Cuba y la Unión Soviética, había empezado a jugar con fuego. El golpe de Estado para derrocar a Torres, dirigido por el oficial entrenado por Estados Unidos y beneficiario de la Gulf Oil, Hugo Banzer, fue directamente apoyado por Washington. Cuando las fuerzas de Banzer sufrieron una avería en sus comunicaciones por radio, Robert Lundin, Comandante de la Fuerza Aérea de EE.UU., puso a su disposición la radio de la Fuerza Aérea de los EE.UU. de inmediato.
Una vez en el poder, Banzer comenzó su reinado de terror. Las escuelas se quedaron cerradas mediante la acusación de ser focos de "agitación subversiva política provocada por los anarquistas que se oponen al nuevo orden institucional", la embajada soviética quedó clausurada y Banzer pidió un préstamo al extranjero para pagar una indemnización a la Gulf Oil. En dos años, 2.000 personas fueron detenidas y torturadas sin ningún juicio de por medio. Al igual que en Paraguay, Argentina y Brasil (ver entregas 12, 8 y 5), los indígenas se vieron obligados a abandonar sus tierras y privados de su identidad tribal. Decenas de miles de sudafricanos blancos fueron tentados a emigrar al país ante la promesa ofertada de explotar las tierras robadas a los indios. El Subsecretario de Emigración, Guido Strauss, le dijo a la ONU que el objetivo era crear una "Bolivia blanca". Cuando algunos clérigos católicos intentaron ayudar a los indios, el régimen, con la ayuda de la CIA, lanzó ataques terroristas en su contra y el "Plan Banzer" se convirtió en todo un modelo para realizar acciones anti-católicas similares en toda América Latina.
Presidente de Bolivia.
En 1964 el New York Times escribió sobre Bolivia lo siguiente: "No hay ningún país del hemisferio occidental que sea más dependiente de la ayuda de Washington, y en ninguna otra parte la Embajada de los Estados Unidos ha jugado un papel más llamativo para poder establecer este hecho." Así que en 1970, cuando el presidente Juan José Torres nacionalizó las propiedades de la Gulf Oil y de las minas de estaño que en ese momento estaban gobernadas en favor de los intereses de Estados Unidos y trató de establecer relaciones de amistad con Cuba y la Unión Soviética, había empezado a jugar con fuego. El golpe de Estado para derrocar a Torres, dirigido por el oficial entrenado por Estados Unidos y beneficiario de la Gulf Oil, Hugo Banzer, fue directamente apoyado por Washington. Cuando las fuerzas de Banzer sufrieron una avería en sus comunicaciones por radio, Robert Lundin, Comandante de la Fuerza Aérea de EE.UU., puso a su disposición la radio de la Fuerza Aérea de los EE.UU. de inmediato.
Una vez en el poder, Banzer comenzó su reinado de terror. Las escuelas se quedaron cerradas mediante la acusación de ser focos de "agitación subversiva política provocada por los anarquistas que se oponen al nuevo orden institucional", la embajada soviética quedó clausurada y Banzer pidió un préstamo al extranjero para pagar una indemnización a la Gulf Oil. En dos años, 2.000 personas fueron detenidas y torturadas sin ningún juicio de por medio. Al igual que en Paraguay, Argentina y Brasil (ver entregas 12, 8 y 5), los indígenas se vieron obligados a abandonar sus tierras y privados de su identidad tribal. Decenas de miles de sudafricanos blancos fueron tentados a emigrar al país ante la promesa ofertada de explotar las tierras robadas a los indios. El Subsecretario de Emigración, Guido Strauss, le dijo a la ONU que el objetivo era crear una "Bolivia blanca". Cuando algunos clérigos católicos intentaron ayudar a los indios, el régimen, con la ayuda de la CIA, lanzó ataques terroristas en su contra y el "Plan Banzer" se convirtió en todo un modelo para realizar acciones anti-católicas similares en toda América Latina.
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