DICTADORES AMISTOSOS 10: ROBERTO SUAZO CORDOVA por Dennis Bernstein, Laura Sydell y Bill Sienkiewicz.

ROBERTO SUAZO CORDOVA.
Presidente de Honduras.

Honduras fue la "República Bananera" original gracias a su historia entrelazada indisolublemente con la de la United Fruit Company, con sede en EE.UU., pero en 1979, cuando Anastasio Somoza fue derrocado en Nicaragua (véase la entrega 7), Honduras se había ganado un nuevo apodo: "La República del Pentágono". En 1978 Honduras recibió 16,2 millones de dólares de ayuda por parte de EE.UU., mientras que en 1985 consiguió 231,1 millones de dólares, principalmente porque el presidente Suazo Córdova, en colaboración con el embajador de Estados Unidos, John Dimitri Negroponte, y el general hondureño Gustavo Alvarez, permitieron que Honduras se convirtiese en un centro formativo de los EE.UU., una especie de base de la Contra nicaragüense. El General Alvarez, quien afirmó en Newsweek: "no me importa si los funcionarios son ladrones, siempre y cuando sean virulentos anti-comunistas", ayudó en los programas de formación y fundó un "escuadrón de la muerte" especial, los Cobras. Las víctimas de los Cobras eran desnudadas, atadas y arrojadas dentro de fosas y torturadas. La Administración de Reagan pretendió ignorar estas violaciones de los Derechos Humanos, pero los asesores estadounidenses admitieron que las conocían.

Alvarez, que también se hizo enemigos entre sus tropas porque se embolsó la ayuda de EE.UU., además de pertenecer a la "secta Moon", un culto religioso de extrema derecha de Corea del Sur, fue derrocado por los militares en 1984. Los lazos de Suazo con Alvarez le costaron la candidatura al primero en las siguientes elecciones, pero la actividad de los escuadrones de la muerte y de la ayuda de EE.UU. a Honduras continuaron. Muchos funcionarios gubernamentales de alto rango y los militares que estaban durante y después del mandato de Suazo eran traficantes de drogas, y aunque el gobierno de EE.UU. niega tener conocimiento, tampoco hay pruebas de lo contrario. De hecho, la embajada de Estados Unidos se había dedicado a alquilar varios espacios a conocidos narcotraficantes.