ALTA SOCIEDAD

CEREBUS: ALTA SOCIEDAD

Al igual que hice con Iglesia y Estado I, y esperando sentado la futura recopilación de las portadas de la colección de Cerebus en un tomo, ya que la mayoría son maravillosas, subo todas las correspondientes al arco "Alta Sociedad", en el que Dave Sim cogió carrerilla, mejoró el dibujo casi a cada trazo, y empezó a estructurar su saga de forma más compleja que en los veinticinco primeros números de la serie. El regreso de algunos de los personajes de ese primer arco argumental y la incoporación de otros nuevos ampliarán el trasfondo de una de esas series-odisea que no sólo hay que tener, sino que hay que leer. Muchos imaginarían, por la leyenda que carga a cuestas, que Cerebus era otra cosa, pero Dave Sim es alguien tan peculiar, uno de esos creadores tan personales, que se atreve a relizar una saga centrada en la ascensión política del anti-héroe protagonista, y que, parafraseando una de las reseñas de Pepo Pérez (la de Ultimates, en un "U, el hijo de Urich"), en ocasiones es tan espectacular como espectacularmente aburrida. Pero aún así, en su conjunto, por su osado atrevimiento, la obra se instala en el pelotón de cabeza junto con otras producciones de la época (Sim fue un árduo lector de la Marvel setentera, una de las mejores, y eso se nota) y consigue que, después de que sobrevenga el hartazgo tras leer cien páginas seguidas del Aardvark y se deje el mamotreto descuidadamente encima de la mesa, al rato se vuelva a coger para ver cómo demonios continúa la trama y con qué golpe de humor aliviará el autor sus enrarecidos mazacotes de texto.