jueves, 21 de julio de 2022

MICHEL FIFFE, ED PISKOR Y TOM SCIOLI CREAN CÓMICS CORPORATIVOS CON SU PROPIO ESTILO (1 DE 2)

Entrevista de Marcos Peters publicada en la página online de The Comics Journal, 2020. Traducción: Frog2000.

Una entrevista con Michel Fiffe: Mi objetivo es resultar tan atractivo como resulte posible 1, 2, 3, 4.

El concepto de los autores de cómics que trabajan con propiedades corporativas no es nada nuevo. Lleva sucediendo desde los comienzos del medio, y cada semana puedes encontrar docenas de ejemplos en tu tienda de cómics más cercana. ¡Narices!, seguro que puedes encontrar una docena de ejemplos protagonizados únicamente por Batman. Pero tres de estos creadores que trabajan con personajes de otros parecen un poco diferentes. En el cómic mainstream Michel Fiffe, Ed Piskor y Tom Scioli son una rareza: porque en realidad son autores. Cada uno guioniza, hace el lápiz, las tintas, aplica el color y rotula sus propios cómics. En el caso de Fiffe y su serie Copra, también se arroga el cargo de editor (hasta la reciente migración de Copra a Image Comics). Por lo que... ¿qué sucede cuando los creadores acostumbrados a tener libertad y autonomía absolutas trabajan bajo las restricciones de los cómics corporativos?

En una palabra... se producen clásicos.

G.I. Joe vs. Transformers (2014-2016) de Scioli ha sido uno de los cómics artísticos más aventurados del siglo hasta el momento, y su serie actual, Go-Bots, demuestra que incluso las imitaciones de Transformers pueden generar un cómic innovador. X-Men [en EEUU con el subtítulo de "Gran Tapiz"] de Piskor nos brinda una visión singular de la continuidad bizantina y bananera de los X-Men. Fiffe se llevó su frenético estilo a los Bloodstrike de Rob Liefeld, y su serie de tres números, G.I. Joe: Sierra Muerte hizo que los súper soldados de Estados Unidos fueran tan distintivos como Negativeland o alguna otra de sus más salvajes creaciones personales.

Hace poco mantuve una charla con Fiffe, Piskor y Scioli a través de Adobe Connect, una aplicación inusualmente cooperativa. Aquí tenéis una transcripción ligeramente editada de la conversación.

Mark Peters: Muchos creadores de cómics tienden a ser solo guionistas, o dibujantes, o solo abocetan, dan color o rotulan, o lo que sea. ¿Cómo terminásteis vosotros decidiendo eso de: “Me lo voy a guisar yo todo”? ¿Cómo evolucionó la cosa a partir de ese momento?

Ed Piskor: Creo que fui creciendo con la idea en mente, y apostaría que de chavales, seguro que también en vuestro caso, Michel, Tom, decidlo si estáis de acuerdo conmigo, la parte de dibujo de los cómics nos parecía la más atractiva. Seguro que por eso quise ser dibujante de bocetos o algo parecido. De adolescente, cuando cumplí poco más de veinte años, me mantuve en la misma tesitura.

Cuando conocí a Tom y Jim Rugg a los 20 o 21 años, me di cuenta de que si entras en el juego con solo una disciplina en la manga, igual estás dejando demasiado al azar. Igual necesitas tener algún truco de guionista que luego puedas dibujar. No solo poder escribir unos guiones en un fin de semana, sino sacar entre 5 y 10 guiones al mes, y darle muchas vueltas a lo que estás haciendo para ver lo que termina por salir. Si no, puede que te quedes atrapado con un guion de mierda durante todo un mes, y dediques todo tu tiempo, todo tu capital creativo, solo a eso. Por eso tengo que hacer casi de todo como mecanismo de autopreservación. Prefiero mantener el control de todo el proceso porque no quiero dejar ningún componente de mis cómics al azar. Y hasta este punto, cada cosa que he hecho por mi cuenta ha sido nominada, y cualquier colaboración con las otras editoriales ha sido bastante obviada, así que ahí lo tienes.

Michel Fiffe: Esa es la prueba.

Ed: Cierto, tío. Como ocurre con casi todas las personas con las que trabajo, puedo decir que a ellos les importa un carajo. Y también les importa un carajo que me importe un carajo.

Michel: Colaborar con editoriales es algo muy raro, porque agrupan a una buena parte del medio del cómic, especialmente de los cómics que todos amamos, ¿no? Por eso, de alguna manera me parece un poco extraño trabajar en su contra. Mientras crecía me dije que tenía que empezar en el medio como una especie de abeja obrera. Al principio es lo que hice, y luego la recompensa fue poder salir al exterior y dibujar mis propios cómics, tal y como habían hecho los chicos de Image.

Me resultó fácil aprovecharlo, porque de niño ya solía hacer cómics. Simplemente los escribía, luego ponía los diálogos y los dibujaba en papel de máquina de escribir con los lápices que tenía por allí cerca. Haces esas cosas porque te ves impulsado: tampoco esperas que nadie contribuya a tu pasión.

Así que cuando quise meterme de adolescente en la industria se me presentó eso de, tal y como lo ha descrito Ed, convertirme en "trabajador asalariado". Para mí, el dibujo siempre ha sido lo primero. Fue mi supuesto punto de entrada. Es lo que estaba buscando. Pero luego descubres a los autores underground e independientes, que se lo guisan y se lo comen todo, y te planteas: "¿Por qué no?" Me parecía que es lo que tenía más sentido.

Tom Scioli: En mi caso quería dibujar, así que pensé en contactar con un guionista para que se encargara de los guiones, pero pasó el tiempo y no conseguí contactar con nadie. No tenía ningún amigo que me dijera: "Si quieres me pongo a guionizar unas historias y tú te encargas del dibujo". En ese entonces las escribía yo mismo hasta que llegó un punto en que las empezó a escribir algún otro.

E incluso entonces, el hecho de que entintara mis propias cosas me hacía sentir como que estaba entrando en terreno desconocido. “Oh, ¿así que entintas tu propio material? Guau, es una locura." Yo no tenía confianza suficiente en mis propias ideas, en mi forma de escribir del momento. Me decía: “Soy dibujante, no guionista. Pero a medida que pasó el tiempo, la práctica de escribir me hizo darme cuenta de que tengo cosas que decir. Historias que contar. No es que haya alguien con todas las respuestas y que me vaya proporcionando algunos guiones geniales. Es como si todos viajásemos en el mismo barco. Todo el mundo se inventa sus cosas, intenta resolverlas, junta palabras. Pensaba que igual me topaba con algún gurú o alguien, algún genio, y que yo ilustraría sus guiones, pero solo era un deseo infantil, una especie de cosmovisión infantil. Cuando te conviertes en hombre, en adulto, te das cuenta de que todo depende de ti.

Ed: Cuando estaba empezando en Pittsburgh, me llevaba bien con varios tíos que estaban metidos en bandas de punk rock y otras cosas parecidas. Y el engranaje, toda la maquinaria se paraba si alguno de ellos no tenía libre el fin de semana, o si cogía un resfriado o lo que fuese, y recuerdo pensar que vaya mierda tener que confiar en los demás de la misma forma en que lo hacían estos tíos. Una de las principales fortalezas de este medio es que simplemente te sientas y haces algo, y transmites tu visión personal.

Por supuesto, como comprador de cómics de quiosco nacido en 1982 que soy, mientras me hacía adulto leía Marvel, DC, pero en cuanto descubrí cosas como Fantagraphics... Satisfago mi necesidad de leer cómics leyendo series con una visión singular, por lo que en realidad no tiene nada que ver con mis intereses anteriores. Trabajar en el mainstream es divertido, porque te llevas esa energía a las propiedades corporativas y refinas ese material para adaptarlo a tus propios gustos. En gran medida, participar en una entrevista con el Comics Journal me parece casi contradictorio, porque intento trasladar esa energía a personas que no están familiarizadas con los cómics realizados por una sola persona. De hecho, tu amigo Matt Seneca hizo la promoción de mi cómic centrado en los X-Men, y yo me quedé en plan: "Pero si este no es para ti", ¿sabes? Esta mierda no es para ti.

Michel: Bueno, una buena parte del público ya se ha decantado por otra cosa desde hace años. Tampoco es la parte para quien hago estos cómics. Me parece gracioso que estemos sentados aquí discutiendo todo esto al detalle con la esperanza de que alguien saque algo útil de la experiencia.

Ed: Agradezco mucho la oportunidad de poder hablar con vosotros, tío.

Michel: Bueno, yo también estuve en una banda y puedo hablar por experiencia. Si una persona la caga, entonces lo arruina todo, es una dinámica muy frustrante, especialmente al venir de los cómics y estar acostumbrado a hacerlo todo yo solo. Tampoco es que me metiese demasiado en la música, y me alegro de haber duplicado la cantidad de cómics que hago. Hubo un tiempo en que hacía malabarismos entre ambas disciplinas.

Ed: ¿Qué instrumento tocabas?

Michel: La batería.

Ed: Bien.

Michel: Cargarla no es tan divertido. Estaba listo para meterme del todo. Quería hacer una gira. Quería grabar, hacer de todo y tal vez hacer cómics durante el camino. Fue una especie de sueño imposible de adolescente, pero casi que era imposible. No sé si sería factible.

Ed: Sabes, cuando salió la primera edición de Hip Hop Family Tree, y hacía todos esos viajes, me hizo entender por qué en el caso de los músicos, de las bandas en particular, su primer álbum es tan bueno, y luego empiezan a flojear, porque se espera que salgan de gira, sigan de gira, compongan música nueva, y literalmente todo eso te termina quemando, tío. Te termina jodiendo. Su salud se verá comprometida y también el trabajo se verá comprometido porque nunca volverán a dormir bien por la noche ni vivirán en un entorno cómodo. Los Hip Hop posteriores... se hicieron con una energía parecida, aunque el 10 por ciento lo dibujé en Dinamarca. No lo digo en plan fanfarrón. Pero cogí una oportunidad que era mejor aprovechar, aunque seguía teniendo que cumplir con los plazos de entrega y todo eso, y no resultó fácil.

Tom: Pasé por algo parecido: acepté un viaje mientras me comprometía con el trabajo. Y la productividad aumentó mucho, pero mientras viajas, mientras sigues fuera de tu zona de confort, a veces te asaltan ideas increíbles que nunca se te ocurrirían en un entorno familiar, lo cuál también extraño.

Ed: Para eso está el cuaderno de bocetos. Apuntas las ideas y luego, cuando llegas a casa, las reúnes.

Tom, ¿te acuerdas cuando fuimos esa vez a Canadá? Compartimos habitación de hotel. Mi proceso depende mucho de los ángulos de 90 grados, cuadrados, ángulos rectos y la guía de letras Ames, y no pude encontrar un borde recto en toda la puta habitación del hotel. Incluso las mesas tenían lados curvos y toda esa mierda. Tuve que usar la puerta del armario, ¿lo recuerdas, tío? Utilicé la puerta del armario para pegar con celo las malditas páginas, para poder usar mi guía de letras personal en el costado de la puerta. La verdad es que no es la situación más jodidamente ideal.

Tom: Lo mío es un poco más portátil. Puedo hacer cualquier cosa en cualquier lugar.

(Continuará)

viernes, 8 de julio de 2022

¿HAY AMOR EN EROS? EL SELLO ERÓTICO DE FANTAGRAPHICS

¿Editores encubiertos de revistas guarras o idealistas acorralados y en aprietos? Kim Thompson y Gary Groth defienden su honestidad intelectual contra un Grant Morrison con jet-lag. Stuart Green hace las preguntas.

Entrevista publicada en la revista Speakeasy nº 115 (noviembre de 1990). Traducción: Frog2000.

Gary Groth fundó Fantagraphics en 1976 tras heredar The Nostalgia Journal, un fanzine con espíritu periodístico que fue mutando lentamente en The Comics Journal. A partir de entonces, The Journal ha apostado y establecido un alto nivel moral para los cómics, siempre buscando una política editorial que aduce que "los cómics deben ser tratados y criticados con el mismo respeto por la excelencia que otras formas de arte". A lo largo de los años, han hecho incesante campaña contra lo que ven como la "prostitución desenfrenada que se está llevando a cabo en la industria [del cómic]", dividiendo al fandom entre quienes denigran al Journal como "un auto-proclamado perro guardián de la industria" y quienes admiran al magazine por su intransigente postura editorial.

Siguiendo esa misma política, Fantagraphics empezó a publicar el cómic Love and Rockets en 1982. Para 1990, Fantagraphics y Love and Rockets en particular, se habían convertido en la piedra angular de todo lo bueno y grandioso de los cómics modernos.

Más tarde, en junio de este año Fantagraphics abandonó su espléndido aislamiento al hacer público el anuncio de una nueva línea de cómics eróticos bautizada como Eros. El mismo fue recibido en la Convención de San Diego con un chasquido de labios por parte de aquellos que habían sido criticados como "Batputas" y escritorzuelos en las páginas del Journal; dondequiera que los expertos en cómics se reuniesen para tomar unas margaritas, arreciaba la acusación de grosera hipocresía. En su típico estilo de bocazas, la columna EMBUSTES de Grant Morrison (en el número 112) fue la que probablemente reflejó con mayor precisión los sentimientos provocados por esta nueva línea erótica de Groth y su compañero Kim Thompson. Groth, "una de las voces editoriales más farisaicas y más-santas-que-tú-de-los-cómics" se había bajado los pantalones en público.

Me entró la curiosidad, así que solicité realizar una entrevista con Groth y Thompson, y después de leer EMBUSTES en San Diego, exigieron su derecho a réplica. "Sí, haremos la entrevista mientras esté Grant presente", me dijeron. Su siguiente demanda fue que la entrevista se llevase a cabo en su habitación de hotel a las 11 de la noche. Era un momento temporal raro, pero "qué diablos", pensé, "unas copas, algunas preguntas..." Pero no iba a ser una charla junto a la chimenea. A las 22.45 me crucé con Groth, y luego con Thompson, en el vestíbulo de mi hotel justo cuando Grant y yo arrancábamos para reunirnos en el suyo. Hmmmm... de esta manera, todo empezó a parecer como una especie de trampa.

HABITACIÓN 101

Finalmente, alrededor de las 22.30 nos preparamos para llevar a cabo la entrevista propiamente dicha.

Por lo que... ¿por qué después de todos sus altisonantes principios, Fantagraphics ha decidido publicar una línea de cómics eróticos?

Thompson: "Bueno, la respuesta corta es financiera. Teniendo en cuenta los cambios en el mercado, no resulta económicamente factible respaldar a una empresa que fabrica solo el tipo de material que nosotros publicamos. Eso nos demostró nuestro contable, quien nos informó que se había producido una pérdida continua en los últimos años. Una pérdida que, si continúa en la misma dirección nos llevaría a la bancarrota esta misma Navidad". A lo largo de las siguientes dos horas, Groth y Thompson, en respuesta a algunas preguntas repetitivas que les hice, expresaron el mismo razonamiento. Que después de doce años de publicación 'ideológicamente sólida' finalmente han llegado a un punto en que el sello Fantagraphics significaba automáticamente ventas menores. Nos los ilustraron en un tono desesperado asegurando que Eightball, fácilmente el nuevo título más celebrado del año, vende actualmente menos de 5.000 copias. También lo corroboraron con un informe aparecido en el último suplemento de la Guía de Precios Overstreet que predecía un "reajuste" del mercado independiente durante el próximo año que haría que muchas empresas se pusieran a temblar. Thompson continuó señalando que "en la actualidad los editores de cómics alternativos están contra la espada y la pared". Last Gasp, Kitchen Sink, Vortex y Rip-Off se han sumergido también en la publicación de material erótico.

¿Pero no erais vosotros un caso especial en contra de todos esos? Thompson: "atendiendo al hecho de que hemos sido escandalosos y bulliciosos cuando hemos defendido ciertos valores... Se nos ha acusado de que es hipócrita por nuestra parte publicar una línea de cómics eróticos. Bueno, me parece hipócrita hasta cierto punto".

Como era de esperar, no ha sido una decisión que tomasen a la ligera. Thompson: "Nos resultó bastante difícil. Llevábamos elaborando nuestra posición moral desde hace mucho tiempo y de una forma llamativa... He de decir que la idea se empezó a fraguar cuando Gilbert nos propuso Birdland. Pensamos que si nuestra vanguardia era un cómic erótico de Gilbert Hernández, eliminaría muchas posibles críticas".

Entonces, si nos referimos al grado de compromiso, ¿podría Eros Comics dejar intacta la reputación de Fantagraphics?

Grant responde: "Es mejor ser una puta que una virgen que se deja follar", lo cual no es la cosa más sabia que decir en estas circunstancias, además de ser algo que realmente no puede defender, pero empezamos a divagar por un momento cuando Groth nos pregunta: "¿Por qué es preferible publicar cómics racistas?" Grant responde que en lo que a él respecta, los cómics sexistas se encuentran al mismo nivel. Como era de esperar, los aludidos niegan aquello de lo que se les acusa y, dado que Grant no ha leído realmente ninguna de las obras de Eros y basa todas sus suposiciones en el material promocional, tampoco está en posición de poder ganar la discusión con sus argumentaciones.

Es muy parecido a la acusación de plagio que se lanzó contra Richard Forg, excepto que este intercambio llevó a que los contendientes revisaran varios escalones entre Borges y Burroughs acerca de lo que es plagio y lo que no.

Groth volvió sobre el tema de las creencias filosóficas de Grant y empezó un típico intercambio plasmado en las treinta páginas transcritas que tengo ante mí.

Groth: "Si llevamos esto hasta su conclusión más lógica, llegaremos a un mundo en el que no existe una conducta moral con un propósito detrás. Me parece una visión filosóficamente repugnante. ¿No será la tuya?"

Grant: "No del todo".

Groth: "No es del todo tu punto de vista. ¿Cómo no podríamos lógicamente inferir que esa es tu preferencia filosófica? Si prefieres un mundo sin principios que un mundo con principios de los cuales las personas se puedan desviar, ¿cómo podríamos no inferir desde un punto de vista lógico que, de hecho, esa es tu verdadera preferencia?"

Grant: "Nunca sabré por qué estamos aquí a las 11 en punto de la noche".

Thompson: "Creo que te está acusando de bullying intelectual".

Groth: "Oh, ¿de eso me estás acusando?"

Grant: "No acuso a nadie de nada".

Groth: "Bien, mi pregunta sigue pendiente de respuesta".

Y quedó pendiente mientras nos adentrábamos en alguna otra infructuosa vía de debate sin movernos de los presupuestos centrales de la conversación: que Grant había sido un bocazas al señalar sin leer los cómics de Eros o tener conocimiento que Fantagraphics estaba a punto de quebrar, por todo lo cual se disculpa en alguna otra parte de este palpitante mamotreto. Para Groth, decidido a defender su integridad, el tema central en cuestión es el siguiente: "¿es importante que los editores tengan integridad o incluso que se sientan comprometidos, o deberíamos simplemente buscar editores que no tengan ningún principio para que publiquen buenas obras por chiripa o basándose en alguna abstrusa teoría económica centrada en el beneficio, pero sin verdaderos principios artísticos o morales que los guíen?" A lo cual, a la fría luz del día, es fácil responder afirmativamente, pero la entrevista barrió incesantemente adentrarnos en este gélido terreno con una acumulación de detalles cada vez mayor. Detalles de los que no tengo espacio suficiente para aburriros.

Pregunto qué principios se aplican al publicar el material de Eros. ¿Hay algún tipo de material erótico que nunca llegarían a publicar?

Groth: "Sí, claro. Hemos rechazado algunas propuestas. Resulta arriesgado porque no habíamos publicado antes material erótico, así que es una disciplina completamente nueva... Seguimos buscando a tientas y formulando nuestra política sobre lo que vamos a publicar y lo que no".

A lo largo de la entrevista, Groth y Thompson nunca defienden el material de Eros por su valor artístico, aunque en un momento dado, Thompson afirma que estaría orgulloso de poder publicar a Frank Thorne como parte de la línea regular de Fantagraphics. Responden a la sugerencia de Grant de que Dan Clowes lleve a cabo un cómic erótico con un simple "no es viable económicamente". Así que seguimos hablando de los principios generales de los cómics de Eros.

Thompson: "En cuanto te metes a publicar material erótico, te das cuenta de que existe un paradigma completamente novedoso para poder distinguir lo que estás haciendo... los problemas que se producen en las relaciones entre sexos, por ejemplo. Cuando se trata de material érotico, entran en juego cómo te afecta lo que lees y otras preguntas similares."

¿No utilizáis principios parecidos en Fantagraphics?

Groth: "Hasta cierto punto sí, pero han empezado a surgir nuevos principios. Llevamos mucho tiempo sin darle una vuelta, así que no estoy seguro de si puedo concretar más".

¿Tienes miedo de cruzar la línea?

Groth: "Diría que estoy asustado. Lo peor que puede pasar si cruzas la línea es que saques un mal cómic. No es que me haga perder el sueño, pero nos preocupa bastante. No es algo que nos tomemos a la ligera".

Hablamos sobre la necesidad de producir material erótico para hombres y mujeres. Groth y Thompson dicen que les gustaría producirlo para ambos sexos, con la única condición de que quizá exista cierta controversia sobre si las mujeres disfrutan del estímulo visual en la misma medida que los hombres. También señalan que hay muy pocas mujeres haciendo cómics extensos y solo les ha llegado una petición por parte de una mujer interesada en contribuir a la línea Eros.

Groth y Thompson esperan poder publicar una línea de cómics eróticos con los que "puedan vivir". Pero al final, Eros nace de una profunda sensación de desilusión y un deseo desesperado por preservar la independencia de una línea de cómics que probablemente ha tenido más que decir sobre la vida tal como se vive, en lugar de imaginarla, que cualquier otra en el mundo durante los últimos diez años.

Al final de un arduo enfrentamiento de dos horas que ninguno de nosotros disfrutó demasiado, en un sorprendente speech Groth nos confiesa lo que ha significado exactamente para él adoptar los colores de un "editor de revistas guarras encubierto": 

"Recientemente, a lo largo del año pasado, llegamos a la conclusión de que cada vez es menos posible que los seres humanos con un agudo sentido de la conciencia vivan una existencia sin compromisos, pero también creo que la naturaleza de ese compromiso no es igual para todos. Sin duda, es algo muy a tener en cuenta al emitir un juicio de valor sobre dicho compromiso".

"Uno de los motivos por los que empezamos la línea erótica es porque con Fantagraphics podemos mantener cierta independencia. Podemos publicar obras que creemos que se deberían publicar, que sentimos que valen la pena, que aportan algo a este medio y a las personas que las leen. Sin eso, probablemente estas obras serían absorbidas por grandes corporaciones que no tienen principios en absoluto... y cuyas decisiones se toman casi en su totalidad sobre una base económica. A lo largo de doce o catorce años, Fantagraphics nunca ha hecho algo parecido. De hecho, creo que podemos asegurar sin temor a equivocarnos que en realidad nunca hemos intentado ganar dinero".

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