CEREBUS: ARTE MISANTROPO(Artículo que realicé para la revista
Mofo, nº 1(marzo de2005). Gracias a José Luis Torrelavega por todo.)
Pilar incuestionable del tebeo americano y fuga mental de su polémico responsable, la trascendencia de este apabullante “trabajo en progresión” ha trascendido el mundo del cómic hasta configurarse como una de las más absorbentes manifestaciones de la cultura popular moderna.
SEIS MIL PAGINAS.
Ese ha sido el resultado de los casi treinta años que David Sim ha pasado escribiendo, dibujando y publicando “Cerebus”. Una obra de fe y perseverancia que nació en Diciembre de 1977 cuando Sim, uno de los autores más polémicos de la historia de los tebeos, edito quinientos ejemplares del primer número de lo que finalmente sería una serie limitada de trescientas entregas y eso sin contar los progresivos especiales y las reediciones del personaje. Una labor de obcecada independencia y solipsismo que culminó finalmente a principios de 2004 y que en su momento abrió la brecha más significativa (e indiscutiblemente longeva) en lo que a cómic independiente americano se refiere.
EL COMIENZO
En los ahora muy mitificados setenta, la energía de los creadores casi se podía palpar en el aire. Aunque en otras disciplinas artísticas fuese una década de pocos destellos creativos (salvo honrosas excepciones), en el cómic los logros se multiplicaban sin que hubiera un mes en el que las grandes y pequeñas compañías no pusieran a la venta series que marcaron para siempre la historieta americana. Los fanzines y prozines (inquietos y exigentes fanzines hechos por profesionales) nacían como setas, y el concepto de auto-edición se estableció como la manera más digna con la que dar rienda suelta a las ideas variopintas que en otras circunstancias nunca saldrían adelante o tendrían que lidiar con cortapisas o censuras de todo tipo.
Nuestro protagonista, Dave Sim, es el ejemplo paradigmático, y uno de los más complejos. Nacido el 17 de Mayo de 1956 en Hamilton, Ontario (Canadá), su familia pronto se traslada a otra ciudad del país, Kitchener, que será su base de operaciones desde entonces. Su odio desde adolescente a la asfixiante presencia e influencia de las grandes corporaciones de cómics Marvel y DC no le impide ser un ávido lector y analista de ambas o pasar un período de aprendizaje trabajando en “Epic”, la revista experimental de la Marvel en los años setenta.
Pero Sim, inconformista incansable, necesitaba vertebrar su cada más convulso mundo interior a través de la ya muy extendida auto-edición y comienza a colaborar en varios fanzines y a sumar fracasos, ideas frustradas y proyectos propios que mueren antes de salir a la luz. En 1976 conoce a Deni, la que será su futura esposa (y ex esposa), con la que colaborará en una nueva revista underground que, si bien no llega a publicarse, les recompensará con el nombre de su futura editorial: el hermano de Deni, Michael, sugiere Vanaheim Press y su hermana prefiere Aardvark Press. Juntando ambas acepciones dan con el mítico nombre de la editorial de Sim, “Aardvark-Vanaheim Press”, desde la que también se han publicado otros cómics alternativos como Flaming Carrot o Puma Blues. Sim, defensor feroz de los derechos de los historietistas, se compromete artísticamente desde el mismo comienzo, y no sólo decide ejercer de mecenas de todo aquello que le inspire interés sino que destina el dinero obtenido con la venta de sus originales al fondo del Comic Book Legal Defense Fund, la asociación americana que se encarga de que no se pisoteen los derechos de los creadores de cómic. Como emblema y logo de Aardvark-Vanaheim recrea un cerdo hormiguero al que terminará bautizando nada menos que como Cerebus, una deformación de Cerberus, el aterrador perro de tres cabezas que vigila la entrada del Hades. Contento con el resultado, y utilizando la marca para crear a su personaje, Dave Sim empezará a publicar (vendiendo en librerías especializadas un número de ejemplares concertado de antemano), escribir y dibujar el cómic que le ha hecho famoso con periodicidad bimestral, aunque, muy pronto, y tras ser consciente de la enorme base de fans que la serie acumula con los primeros números, modifica la cadencia de salida a mensual. Como pasa casi siempre que se combinan la perspicacia del aficionado y el talento rupturista, el boca a boca es suficiente para publicitar estruendosamente al oscuro “Cerebus” en el mundillo del tebeo auto-publicado. Dos años después, y a la manera de un reto al público y un absoluto compromiso con su trabajo, Dave Sim publicita a los cuatro vientos la mítica “boutade” que convertirá su vida en loa más parecido a estar en la cárcel: la serie tendrá la odiséica extensión de 300 números. Es por eso que la (segunda) pregunta que más veces ha contestado el autor durante treinta años es si la serie estaba planeada desde el principio. La respuesta no es sencilla, pues aunque Sim nunca tuvo un plan formado de cómo se desarrollarían los acontecimientos número a número sí disponía de un esbozo general de los trescientos ejemplares, y para mayor comodidad, tomó la decisión de subdividir la serie en sagas de diversa extensión. Pero en un alucinante plan de trabajo que unirá su creación a su existencia cotidiana, serán las experiencias vividas por el autor, sus radicales pensamientos o lo que lee, escucha o ve, los que conformarán el camino andado por Cerebus. El propio Cerebus se pierde en ocasiones en sus pensamientos y en sus monólogos para proyectar el estado de ánimo o el interés particular del autor en un determinado momento, lo que varía los tonos, las intenciones, el ritmo de la obra, su temática…
¿QUE ES CEREBUS?
“¿Por qué un Aardvark?” Esa es la curiosidad que más veces ha tenido que responder Dave Sim en toda su vida. A veces la respuesta puede ser tronchante o lógica como aquélla vez que contestó con otra pregunta: “…¿le preguntaron a Kafka que por qué una cucaracha?”.
Y es que lo que más sorprende de Cerebus es su aspecto. Es un animal antropomórfico, un Aardvark, un cerdo hormiguero humanizado para que nos entendamos. Pero también es una representación de algunos de los roles más execrables que el ser humano ha producido a lo largo de su corta existencia: bárbaro y asesino, mercenario, corrupto gobernante… Incluso ha llegado a ser el títere de un movimiento religioso sectario en el que ejerció como Papa Supremo. Cerebus es un personaje avaricioso, violento y mujeriego. Un borracho que sólo tiene un interés en su vida: él mismo. Todas las acciones del protagonista estarán orientadas a llenar sus arcas, su ego o ambos sin preocuparse más de lo estrictamente necesario por sus semejantes. En realidad Cerebus es más hombre que animal, por mucho que su piel de cerdo informe de lo contrario. Su aspecto lo acerca a las contradicciones y pasiones enfrentadas que atribuimos a la humanidad. Así que Dave Sim nos arroja un desafío descomunal: que nos identifiquemos como lectores con la vida de este Rey de Anti-Héroes (algo complicado), pero lo consigue porque nos conduce de manera agotadora pero magnética por la retorcida psique del Aardvark, ofreciéndonos de manera magistral sus más bajas pasiones, todos los comos y porqués de sus actuaciones, para que el lector llegue a comprender su esencia. Echando un vistazo a la caracterización del personaje principal y a la del resto de figurantes no podemos más que ensalzar a “Cerebus” como una de esas raras (y bellas) obras maestras del noveno arte…
EL COMIC
Todas las ideas que bullían en el interior del autor de “Cerebus” tuvieron salida a través de este tebeo, realizado para lectores adultos, y pródigo en evoluciones e involuciones a lo largo de sus tres décadas de existencia. El vacilante arranque de los primeros números dio paso a una profunda reflexión no exenta de humor acerca de la naturaleza humana y la sociedad moderna que habitamos. Un vanidoso Sim ha comparado su epopeya con obras maestras de la literatura como “Los hermanos Karamazov” o “Guerra y Paz” y aunque al menos en volumen sí que llega a las mismas cotas, a partir del número doscientos de la saga las críticas de revistas tan asentadas como la respetada “The Comics Journal” arreciaron, alegando que el autor ya no se ofrecía a su público (el fin mismo de toda creación) sino sólo a sí mismo.
Dave Sim ha presumido siempre de escribir el cómic que le gustaría leer, y sus declaraciones son consecuentes e inherentes a su megalomanía, a su laberíntica personalidad.
Aunque Sim es el amo absoluto del protagonista, las ganancias las dispone a partes iguales con el semi-desconocido Gerhard, el dibujante encargado de los fondos de la serie, dando el magistral ambiente de decadencia por donde se desenvuelve el personaje, pues la obra, sin la barroca arquitectura dibujada por Gerhard (aparte del nombre, los demás aspectos biográficos del mismo son desconocidos) nunca hubiera sido tan brillante.
Aparte de la historia principal, con unos argumentos y una composición de página experimentales y muy influyentes, con un prodigioso sentido de la estética (esas portadas…), y un magistral uso del blanco y negro, cada ejemplar de Cerebus se fue completando con la publicación de páginas de autores desconocidos provenientes del mundo de la auto-edición y la polémica columna de opinión de Dave Sim, una de las razones de que se haya puesto en entredicho al propio cómic, haciendo más fuerte la identificación entre creación y creador…
EL POLEMICO
Dave Sim es una persona con ideas muy claras pero bizarramente radicales. Un misantrópico bocazas que grita lo que piensa, argumentándolo de forma intrincada, alborotada y crítica. Un ideólogo del machismo más misógino que escupe delirantes barbaridades sin cortarse un pelo, jugando muchas veces a la contra. Sus opiniones sobre la humanidad, la visión pesimista acerca del devenir del mundo o sus iracundas críticas a los que deciden traer niños a un mundo en el que hay “…demasiado nacimiento y no tanta muerte” merecen tener cuadro de honor entre los nihilistas: “Veo la existencia humana como un tipo de acné en la cara del planeta azul”, afirma de manera menos vehemente (y sin dejar de tener algo de razón). Seguramente ese inconformismo y visión crítica se debe a la convivencia con una madre y hermana ferozmente feministas, combativas y contestatarias, lo que, paradojas de la vida, generó en nuestro autor un odio visceral precisamente al… feminismo. No hay entrevista o declaración en la que no emita un alegato en su contra o no arremeta contra el voto femenino, o no escupa perlas del estilo de “…creo que una de las cosas que está haciendo hundirse a nuestra sociedad es el que la mujer pueda trabajar” o “…la importancia de lo emocional en las mujeres por encima de lo racional fue el motivo por el que a éstas se les denegó acertadamente el voto durante tanto tiempo”, provocando el rechazo incluso de racionalistas con ganas de polémica. Otro dato: en Internet hay una página llamado The Dave Sim Misogyny Page.
Su columna más bruta, publicada en un número de Cerebus (localizable en la página web del Comics Journal) es un ensayo en el que condena el “eje feminismo-homosexualidad”, una postura que sólo podría defender un reaccionario convencido.
Y sin embargo, Dave Sim se contradice muchas veces (las personalidades mejor definidas en sus tebeos son las femeninas) y su diferenciación de sexos e ideologías (no se le podría llamar simpatizante de la izquierda precisamente) no pocas veces son defendidas y argumentadas según le dé el aire. En otras ocasiones, su combatividad en el tema de los derechos y la comprometida militancia a favor del cómic alternativo y su rechazo a las “grandes” y a sus tejemanejes nos lo representan como un buen tipo. Si quieren ver un buen ejemplo de esto último acudan a uno de los poquísimos tebeos que se han publicado en nuestro país del autor: Spawn número 10 (Planeta deAgostini), donde aparece Cerebus como invitado especial. Poco más podrá consultarse en castellano: la serie no ha sido editada aún en nuestro país, lo que conociendo a Dave Sim no es sorprendente: siempre reacio a trabajar con editores extranjeros, lo justifica por su pánico atroz a perder el férreo control que mantiene sobre “el producto”, es decir, “SU producto”, con todas las consecuencias que ello genere. La enorme extensión de la obra, los numerosos y complicados experimentos fonéticos con los que Sim juega ocasionalmente, o las citas o apariciones de diversas celebridades norteamericanas, unas populares en nuestras tierras y otras no tanto, dificultan aún más la publicación en España de una obra fundamental en la cultura popular moderna.
PHONEBOOKS
La saga de Cerebus está reeditada en tomos llamados Phonebook (guía telefónica) según el arco argumental y es una de las formas más fiables de hacerse con una colección donde cada tomo es parte de un todo: la vida del protagonista. Además de la colección central se han generado docenas de pequeños capítulos que tienen que ver con la saga en magazines tan diversos que sólo un metódico Monje Cartujo sería capaz de hacerse con absolutamente todo el material. Los checklists y líneas temporales que pueden verse en Internet son de infarto, y los velados homenajes que aparecen en tebeos del mainstream inabarcables. El más divertido puede encontrarse en el número 52 de Generación-X (Marvel Comics) donde un título en la portada rezaba “…y en Marvel el invitado más insospechado de éste año”. En el interior dos de los protagonistas se visten con disfraces del Dr. Muerte y Spiderman, sólo que parece que el que lleva puesto ambos trajes sea el propio Cerebus.
Pasemos sin más a desgranar el núcleo de tan recomendable saga:
Cerebus (números 1-25)
El origen de todo. Funciona como una parodia del Conan de Barry Smith y el mismísimo Howard el Pato de Steve Gerber y Gene Colan en la que Cerebus es un bárbaro que trabaja como mercenario y acumula oro y poder mientras deambula por Estarcion, la extravagante tierra donde trascurren sus aventuras. Se presentan muchos personajes importantes que harán aparición a lo largo de la colección: Jaka, el verdadero amor del protagonista, Red Sophia (la Red Sonja de Frank Thorne), Lord Julius, tío de Jaka y un homenaje visceral a Groucho Marx, calcando la personalidad del mismo hasta el punto que hace que nos preguntemos si el autor no llegó a conocer al gran actor cómico alguna vez. También encontramos parodiados entre muchos otros al guionista Chris Claremont, al Hombre-Cosa de la Marvel, el Elric de Moorcock convertido en Elrod de Melvinbone o al super-héroe Roach, una forma como cualquier otra de meter el dedo en el ojo de las grandes compañías que editan masificados meta-humanos donde Roach cambiará su aspecto y su personalidad dependiendo de cómo aparezca en sucesivas ocasiones: Moonroach (Caballero Luna), PunishRoach (el Castigador), etc.
High Society (números 26-50)
Cerebus llega a Lest, la ciudad más cosmopolita de Estarcion. La trama podría ser resumida como un “bárbaro en un hotel de cinco estrellas”. Cerebus pasa de las divertidas pero inocuas parodias de espada y brujería a tratar sobre el poder en una hábil reflexión sobre los entresijos de la política que termina con unas elecciones en las que el cerdo será elegido primer ministro. En High Society cuaja el talentoso saber hacer del autor y el dibujo se transforma hasta hacerse reconocible y propio: el preciosista estilo Dave Sim.
Church and State I (números 52-80)
Church and State II (números 81-111)
Aunque divididas en dos partes, las escalofriantes mil doscientas y pico páginas de Church and State funcionan como un todo. Los tejemanejes políticos llevarán a Cerebus a obtener el título de Papa de la Eastern Church de Tarim, pero mientras los anteriores detentadores de dicho papel no eran otra cosa sino marionetas, Cerebus querrá mantenerse en el poder a través de su propia influencia. El radical enfrentamiento entre los Kelvinist (hombres) y Cirinist (mujeres) en el seno de tan peculiar iglesia es una clara alegoría de los mismos pensamientos del creador. Durante la saga un pervertido Cerebus declara que “el poder absoluto corrompe absolutamente” y violará sin ninguna traba moral a su aliada y enemiga Astoria (una representación de la primera esposa del autor, Demi). Aunque en la serie se cruzan elementos sobrenaturales con acciones claramente sacadas a partir de la observación del mundo real, están tan meticulosamente dispuestas que el conglomerado no chirría por ningún lado. Se trata de la obra de un creador en vena. Y aún resuenan las proféticas, terribles palabras que The Judge (un ser extremadamente poderoso) le dedica a Cerebus cuando finaliza la historia: “Vivirás sólo unos años más. Y morirás sólo. Sin nadie que te llore. Y sin amor.”
Jaka´s story (números 114-136)
La historieta de Jaka es uno de los mejores y más emotivos capítulos no sólo en la trayectoria del personaje sino en la del Cómic en general. Dave Sim se lía la manta de la vanguardia a la cabeza y dibuja ilustraciones a página completa prescindiendo de los diálogos en muchas de ellas. Lejos de ser una acumulación de pin-ups sin sentido, ninguna es prescindible, funcionando todas como parte de la narración. El reencuentro entre la bailarina Jaka (el gran amor de Cerebus) y el anti-héroe no podrá consumarse ya que ésta está casada con Rick (otro de los personajes). Sorprendentemente, Oscar Wilde será el supuesto narrador de la infancia de Jaka.
Melmoth (números 139-150)
Centrado en los cambios sociales originados por el mandato de los Cirinists y ¡en los últimos días de Oscar Wilde!, con Melmoth concluye la primera parte de la gigantesca saga de Cerebus. Sim se atreve a utilizar el cómic como una herramienta de crítica literaria (el título mismo se inspira en el clásico gótico de Charles Robert Maturin) y hará aparecer en sucesivas entregas a Ernest Hemingway y a Scott Fitzgerald.
Mothers and Daughters
Se divide en cuatro guías de teléfonos:
Flight (números 151-162)
Women (números 163-174)
Reads (números 175-186)
Minds (números 187-200)
Según el autor las cuatro partes de Mothers and Daughters son una alegoría de los primeros 150 números. Flight lo es sobre Cerebus, Women de High Society, Reads de Church and State y Minds de Jaka´s Story. Dave Sim presenta varias conclusiones, cierra argumentos y bucea otra vez en la capacidad del cómic como medio del que apenas se ha arañado la superficie al hacer que en Minds aparezcan sus propios sueños y reuniendo a Cerebus con el mismísimo Dios. También destruirá para siempre su reputación de autor respetable al incluir en Reads la narración “Female Void and Male Light” (Vacío femenino y Luz masculina), otro malicioso ataque contra la mujer.
Guys (números 201-219)
Rick´s Story (números 220-231)
El número 204 es uno de los favoritos de Gerhard, pero las críticas negativas hacia la serie aumentan por su supuesta pérdida de calidad y también porque es vista como mero vehículo de los pensamientos misóginos del autor. Sin embargo, los fans de la serie jalean esta etapa como un regreso al Cerebus de los inicios. Guys es una especie de metáfora de la amistad entre hombres y la relación de estos con las mujeres. Se desarrolla en un bar propiedad de los Cirinists en el que los personajes van apareciendo y desapareciendo. En Rick´s Story, el ex-marido de Jaka reaparece, al igual que otros personajes secundarios que parecían ya olvidados.
Going Home (números 232-250)
Form and Void (números 251-265)
El reencuentro y posterior viaje con Jaka para buscar a la familia de Cerebus es intimista y aburrido a partes iguales, con los protagonistas viajando, comiendo, bebiendo… Parece que a Sim se le hayan acabado los recursos y por eso “Going Home” es uno de los peores capítulos, aunque reaparezca el mejor personaje de Sim: Lord Julius y en su cuarta parte se haga un caluroso homenaje a uno de los pilares del tebeo americano, Bernard Krigstein. Realmente puede hacerse cargante que alguien quiera inculcar a otro una idea en la cabezota y más si el meollo de lo propuesto es que las mujeres son arpías que devoran la creatividad y la vida de los hombres. En “Form and Void”, con la crítica aparición de Ernest Hemingway y su esposa e historias tan bien hilvanadas (Jaka y Cerebus no se verán más a partir de aquí) se nos hace increíble que Dave Sim no haya desfallecido en la construcción de una de las mayores y más importantes epopeyas del cómic. El anterior “Going Home” sólo fue un paso en falso.
Latter Days (números 266-288)
Cambiar a Groucho por una mezcla rara y divertida de los Three Stooges, La Biblia (con una metódica disección del Génesis) y Woody Allen es una forma como otra cualquiera de acabar el trabajo comenzado años atrás. Dave Sim sigue experimentando con la ayuda inestimable de Gerhard y aunque queda poco para el final, no se duerme en los laureles. Los lectores agradecemos mucho que el humor característico de la serie no haya desaparecido entre tanta trascendencia.
The Last Day (números 289-300)
Se acabó. Finito. En marzo de 2004 por fin “Cerebus” está completo. El personaje muere y los lectores no sabemos muy bien si va al cielo o al infierno, otra ambigüedad en una obra repleta de ellas. Atrás quedan años y años de belleza en forma de tebeo, de miserias dichas con la boca grande y descubrimientos pregonados con la boca chica.
Quizá ahora Dave Sim pueda dedicarse a novelas gráficas de un tamaño menos excesivo, como hizo uno de sus padres espirituales reconocidos, Will Eisner, que después de trabajar exclusivamente durante años y años en su serie “The Spirit” y de disfrutar de un sabático período de descanso alumbró la obra maestra “Contrato con Dios” (Norma ed.). ¿Hará Dave Sim algún día algo parecido? No hay motivos para dudarlo.