ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA EN THE COMICS JOURNAL Nº 256,
OCTUBRE DE 2003. Parte 1 de 5. Traducida por Frog2000.
Keiji Nakazawa nació en Hiroshima en 1939 y acababa de cumplir seis años
cuando arrojaron la bomba en su localidad. Aunque se encontraba a tan sólo una
milla de distancia de la zona del impacto, sobrevivió milagrosamente con
heridas mínimas, pero perdió a su padre, a su hermano y a su hermana en el
consiguiente holocausto. Creciendo entre la devastación y la pobreza en un
Hiroshima post-guerra, encontró consuelo en los manga de Osamu Tezuka.
Inspirándose también en su padre fallecido, que había sido artista, mostró talento para
el dibujo a una edad muy temprana. Después de dejar la escuela para trabajar
como pintor de señales, empezó a entregar algunos “cartoons” a revistas de manga,
hasta que finalmente se mudó a Tokyo para proseguir su carrera como dibujante a
tiempo completo. En Tokyo dibujó mangas de deporte y aventuras durante varios
años hasta que un editor iluminado le instó para que escribiese y dibujase acerca de su propia experiencia como superviviente
de la bomba atómica. El resultado fueron cincuenta páginas autobiográficas en
forma de cómic, "Ore wa Mita" (I Saw It), donde se describía el bombardeo y sus
consecuencias con un detalle gráfico desgarrador. El trabajo inspiró al editor de
Nakazawa a darle su propio espacio para que crease una épica novela gráfica
que se convertiría en el trabajo de su vida, "Hadashi no Gen" [Barefoot Gen, "Pies
Descalzos", obra publicada por Mondadori].
Protagonizado por un joven, Gen Nakaoka, que está diseñado con el propio autor como molde, Gen es el recuento único y algo novelado de la vida
del propio Nakazawa en Hiroshima durante la época de la guerra, antes, durante
y después del bombardeo. Fue serializado entre 1972 y 1973 en la exitosa revista semanal para chicos Shonen Jump, y luego recogida de forma antológica
en cuatro volúmenes, convirtiéndose en todo un éxito entre los lectores
jóvenes, sus padres, así como entre los profesores. Finalmente Gen llenaría
diez tomos con la crónica de su mundo de posguerra en el que Nakazawa estuvo
viviendo hasta la muerte por leucemia de su madre en 1966.
En 1976, un grupo de jóvenes japoneses activistas por la paz
acudieron a una marcha a Estados Unidos que formaba parte del Transcontinental
Walk for Peace & Social Justice de ese año. Durante los actos les preguntaban bastante frecuentemente acerca del bombardeo de Hiroshima, y uno de ellos se acordó de que llevaba una
copia de “Hadashi no Gen” en la mochila. Los americanos que estaban en la
marcha se quedaron anonadados de que alguien hubiese escrito un cómic sobre el
holocausto nuclear, y les rogaron a sus amigos japoneses que lo tradujeran al
inglés. Después de regresar a Japón, varios de los activistas formaron el
Proyecto Gen, un grupo sin ánimo de lucro y voluntario para convertirlo enrealidad.
En 1977 me topé con "Project Gen" casi por casualidad. Acababa
de llegar a Tokyo para estudiar música japonesa y allí conocí a unos hippies que
vivían en una comuna cerca de mi apartamento. Me instaron a que me pasara por
su casa y les echase una mano en algún tipo de proyecto de traducción en el que
estaban ocupados. Un día me presenté en su casa y descubrí una habitación repleta de jóvenes japoneses y americanos entintando febrilmente letras en inglés
sobre bocadillos blanqueados en las fotos de las páginas completas del
primer tomo de Gen. Solo tuve que leer un poco de la historia para convencerme
de que era un proyecto que iba más allá del voluntariado, y desde entonces también me involucré en la traducción y publicación de Gen.
Además, a lo largo de estos años he tenido la oportunidad de conocer bien a Keiji
Nakazawa. (E incluso le enseñé inglés a su hija cuando estaba en el Instituto.) Es un hombre decidido, terco y de buen corazón que parece
notablemente poco traumatizado por las irreproducibles experiencias de su
infancia. Lo más llamativo es la pasión con la que habla sobre la necesidad de que
la gente de todo el mundo conozca el horror y la injusticia de la guerra. Sin
embargo, también pude sentir su rabia, articulada con calma, aunque también
diluida por el paso del tiempo, contra los que perpetran tales horrores contra
civiles inocentes.
Retirado ahora de la creación de manga, Nakazawa vive con su
esposa en la zona residencial de Tokyo, pero sigue pasando mucho tiempo al año
en su pueblo natal. Su más reciente proyecto ha sido una película con actores
reales que ha escrito y dirigido sobre los niños que crecieron en Hiroshima
después de la guerra. Actualmente está trabajando en otra obra fílmica.
Finalmente “Project Gen” llegó a traducir al inglés cuatro tomos de Barefoot
Gen, uno o más de los que a continuación han sido publicados al
francés, alemán, italiano, portugués, sueco, noruego, ruso, coreano, indonesio, tagalo y esperanto. La traducción de los diez volúmenes sigue actualmente en proceso. Gen también se ha convertido en una trilogía en imagen
real, una película de animación, una ópera y un musical que fue estrenado en
Nueva York, siendo aplaudido por la crítica.
—Alan Gleason
[Esta entrevista se llevó a cabo en dos sesiones diferentes,
una en persona el 11 de enero de 2003, y otra a través de conversación
telefónica el 28 de marzo del mismo año. La entrevista fue transcrita y
traducida por el señor Gleason, que la copió y editó con la ayuda de Milo
George. Todas las imágenes son propiedad de Keiji Nakazawa.)
NOTA DEL TRADUCTOR: esta traducción al castellano está
realizada sin ánimo de lucro y con enorme alegría porque tengamos la oportunidad de volver a leer
esta obra en nuestro idioma. La anterior edición fue en 2002 por parte de Otakuland, en siete volúmenes y con el título de Hiroshima. Por supuesto, está completamente agotada.
ALAN GLEASON: Entre el manga que se ha traducido al inglés, "Pies
Descalzos" (Barefoot Gen) destaca por varios motivos. No solo porque sea el
primer manga extenso traducido a dicho idioma (en 1978), sino porque su importante temática ha atraído la
atención de lectores y críticos de fuera del medio del cómic. Los lectores saben que Gen es primordialmente biográfico y que se basa en tus propias experiencias mientras crecías en Hiroshima en
tiempos de guerra y durante la posguerra, además de tu experiencia directa con la bomba
atómica. ¿Puedes hablarnos sobre cómo era tu infancia antes de la bomba?
KEIJI NAKAZAWA: Nací en Hiroshima en 1939, a menos de una
milla del epicentro de la bomba. Era el cuarto de cinco hijos. Mis primeros
recuerdos tienen mucho que ver con que estábamos en mitad de la guerra. No teníamos comida
suficiente: recuerdo que siempre estábamos hambrientos, siempre estábamos buscando comida.
GLEASON: ¿Así que tus primeros recuerdos son de una época en
guerra?
NAKAZAWA: Fue hacia el final de la Guerra. Estábamos hambrientos,
las incursiones de la aviación eran lo cotidiano, nos escondíamos en los refugios. Esa era nuestra vida cotidiana.
GLEASON: ¿Te parecía normal entonces?
NAKAZAWA: De niño pensaba que era normal. No recuerdo
sentir miedo, no conocía una vida diferente.
GLEASON: A pesar de la Guerra, ¿erais chicos que vivían normalmente, solíais jugar y divertiros?
NAKAZAWA: Sólo éramos chicos normales. Jugábamos a juegos basados en la Guerra, Japón contra el Enemigo. ¡Más o menos es lo que hacíamos durante
todo el santo día!
GLEASON: ¿Cuál era la ocupación de tu padre durante la guerra?
NAKAZAWA: Era artista, un verdadero excéntrico. Cuando era
joven se había marchado a Kyoto y había estudiado trabajo con laca y Nihonga (pintura tradicional japonesa en la que se usan pigmentos naturales). También
pertenecía a una compañía de teatro underground, donde también estaban los actores Osamu
Takizawa y Eitaro Ozawa. Se inventaron un montón de obras de drama contemporáneo.
Si te cogían durante la Guerra haciendo obras subversivas como
esas, te podían arrestar. Bueno, ellos eran partícipes del movimiento en
contra de la Guerra y por eso arrestaron a toda la troupe. Cogieron a mi padre y lo
encerraron en prisión durante un año y medio. Cuando nos preguntaban dónde
estaba, mi madre mentía y decía que se había alistado en el Ejército. Lo
encerraron en la prisión de la prefectura de Hiroshima. Aparentemente también lo
torturaron.
GLEASON: De niño, ¿qué pensabas de la policía, del Gobierno, de los militares?
NAKAZAWA: Mi padre siempre decía que la Guerra era un error,
que estaba seguro de que Japón iba a perder y que quizá entonces y solo
entonces, al país le iría mejor. Fue una de las personas que hicieron que cambiase mi
punto de vista sobre la Guerra.
GLEASON: ¿Hizo eso que te metieras en problemas en la
escuela o con el resto de chicos? ¿Te dabas cuenta de que tus puntos de vista eran
diferentes del de otras personas?
NAKAZAWA: Estaba en primer curso, así que todavía no era
capaz de juzgar nada, pero pude darme cuenta de que mi padre pensaba de forma diferente
que cualquiera sobre la Guerra. Puede que me sintiese un poco orgulloso.
GLEASON: ¿Por qué tu padre se posicionó en contra de la Guerra?
NAKAZAWA: Supongo que le influyeron sus amigos y colegas. Cuando estuvo en
Kyoto, un montón de sus amigos eran gente de izquierdas que se oponía a la Guerra. Mi madre se preocupó terriblemente al escucharlo criticar al Emperador.
Mi padre decía que el sistema imperial era peligroso, y que había dado lugar a
la creación de la institución militar que nos estaba arrastrando hacia la Guerra. Solía decir: "¡Abajo el sistema imperial!"
GLEASON: ¿Y eso le preocupaba a tu madre?
NAKAZAWA: Oh, si. Mi madre intentó que sus puntos de vista
no se conocieran en el vecindario. Hasta después del conflicto nunca pude entender lo radicales que
eran sus opiniones.
GLEASON: Así que no entendiste su punto de vista hasta que
fuiste un poco más mayor.
NAKAZAWA: Si, puede que me dijese: “¡así que es de esto de lo
que hablaba siempre mi padre!” En su momento no lo entendía.
GLEASON: ¿Crees que el hecho de vivir en el Hiroshima de posguerra hizo que te calasen más los puntos de vista de tu padre sobre la Guerra?
NAKAZAWA: No, todavía era un niño. No era capaz de pensar tan profundamente en
esas cosas. Pero puede que pensara algo en plan: “tal y como decía mi padre, todo esto debe ser un error del Emperador. Que no tengamos suficiente comida y que tengamos
que buscarla cada día debe ser un fallo del sistema imperial.” Es lo primero
que aprendí de él.
También tenía un tío, el hermano de mi madre, que se llamaba
Miyake Yoshio, y que era oficial en un submarino de la Armada. Participó en el
ataque a Pearl Harbor. Cuando acabó la guerra vino a nuestra casa y me dijo: “tu
padre estaba en lo cierto.” Me dijo que en su momento estaba listo para ir a la guerra y morir por el Emperador. Justo antes de embarcarse para ir a Pearl Harbor, vino
a ver a mi padre. Estuvieron hablando, pensando que era la última vez que se verían. Pero justo cuando el ataque estaba a punto de empezar, su submarino
golpeó contra algo en el fondo del mar y se quedó averiado. Finalmente consiguieron
arreglarlo, pero cuando salieron a la superficie el ataque había
terminado. Después de la Guerra vino a vernos y nos contó lo que había hablado con mi
padre antes de que él partiese hacia Pearl Harbor. “¿Crees que Japón puede ganar esta guerra? Eso es absurdo. Estoy seguro de que perderemos. Vuelve con vida. No te hagas matar por
ningún motivo. ¡Abajo con el sistema imperial!”
Cuando lo escuchó, mi tío me dijo que casi se le paró el
corazón. Pero Japón perdió, exactamente como había predicho mi padre. Eso es lo
que mi tío quería decir cuando me comunicó que mi padre tenía razón. Así fue como me crió mi padre hasta el 6 de agosto 1945.
GLEASON: Cuéntame qué es lo que ocurrió ese día.
(Continuará)