Entrevista de Tessa Jeffers para Premier Guitar (octubre de 2012). Traducida por Frog2000.
Jon Spencer y Judah Bauer, uno de sus conspiradores en Blues Explosion, nos hablan de su reinicio y fusión de punk blues en "Meat and Bone", un
retorno en plena forma deliciosamente sucio y arrogante impulsado por guitarras sacadas de una casa de empeño, sólidos amplificadores de mala muerte y fuzz implacable.
“Uh … play
that ca-ca-cow bell! Ready? Get yo pants off!” canta a grito pelado Jon Spencer al comienzo de la nueva canción
"Get Your Pants Off." Es uno de sus
recuerdos favoritos de las
sesiones de “Meat and Bone”, grabación en estudio
que realiza por primera vez desde hace ocho
años la “Jon Spencer Blues Explosion” al completo.
En este momento de la canción el baterista Russell Simins toma la
delantera con un cierto abandono que parece completamente imprudente, estrangulando su “tom-tom” a ritmo de motor mientras Spencer y su guitarrista
Judah Bauer aceleran la crudeza marca de la casa que los ha convertido en héroes subterráneos durante los últimos veinte
años. Casi parece la secuela de la seminal melodía de
JSBX "Bellbottoms"
[Pantalones de Campana]. Pero seamos realistas:
la Explosion ya no va de ropa.
“Todo va sobre intentar vibrar,” dice Bauer.
Esa vibración (voces punk a lo Elvis que se lamentan sobre las seis cuerdas que se agitan sobre los
contagiosos e indecentes grooves de Simins, sin bajo alguno), nos informa muy bien de sus influencias igualmente
sucias e irresistibles, que van desde enrabietados bluesmen como RL Burnside y
Hound Dog Taylor and the Houserockers
hasta James Brown
y Public Enemy.
Simins, Spencer y Bauer se juntaron a principios de los noventa, cuando los “power tríos” no eran tan comunes en la escena punk de
su nativa NYC. Bauer y Spencer siguen afirmando que la Blues Explosion no ha allanado
ningún camino para otras bandas sin bajo del estilo de los White Stripes y Black Keys
que vendrían más tarde y que han logrado mayor éxito comercial. Pero aún
así, en realidad no hay ninguna otra banda que los iguale en sonido o en actitud:
Spencer (que empuña una guitarra marca Zimgar, prácticamente ya sin tono, de
la que Bauer comenta que "casi me ha marcado de por vida"), es
conocido tanto por su maníaca interpretación de predicador callejero, por sus
patillas con forma de chuleta de cordero, y por sus pantalones de cuero que parecen de
plástico y sus gritos empapados de reverberación y riffs perpetuamente en fuzz.
Así que quizá las cosas finalmente sí que traten un poquito sobre
pantalones de campana.
Spencer y Bauer se ocupan de tantos
proyectos paralelos que es fácil darse cuenta por qué les ha llevado tanto tiempo sacar este disco. Spencer ha tocado últimamente en otras dos bandas (Boss Hog,
junto con su [ex-] esposa, Cristina Martínez, y con su antiguo grupo de
garage-rock Pussy Galore.) Y Bauer se ha pasado
los últimos años desde el anterior disco de estudio de la Blues Explosion (Damaged, 2004) dando conciertos con su banda 20 Miles y de gira con Cat Power.
Pero cuando toca
con la JSBX, Bauer compara
la experiencia a una especie de sorpresivo acto
primaveral improvisado: no zurcen un listado de temas predeterminado, aunque sí que tienen sus señales y apretones de manos al estilo de los del baseball y "canciones que se pueden truncar
de repente y momentos que pueden casi parecer una “medley”,
por lo que hay que estar atento todo el tiempo”. Y añade
con la mayor naturalidad, "es como ponerse de pie en el techo."
Spencer no niega
nada. De hecho, aunque estés bastante familiarizado con sus furiosas “jams” de baja fidelidad, deberías creer que las suele disfrutar un montón. "Lo que hacemos puede
ser un poco salvaje y enloquecido",
dice. "Creo que a algunas personas, la banda le resulta bastante confusa de entender, pero cuando nos ven en directo todo cobra sentido."
Ocho años es una
pausa bastante larga. ¿Qué ha ocurrido entre “Damage”, de 2004, y las sesiones de “Meat and Bone”?
Jon Spencer: Hemos estado algunos años de parón, aunque la recopilación de algunos de nuestros singles con el título de “Jukebox Explosion” apareció en 2007, después empezamos a recibir ofertas para tocar en distintos shows y festivales. Así que me dije: "¿Por qué no?, intentemos tocar algunos
conciertos." Nos encantó, así que empezamos a tocar cada vez más y regresamos al directo. A continuación, en 2010, hicimos un programa de reediciones muy exhaustivo, sacamos seis
álbumes de los diez primeros años
de la banda. Estábamos tocando y pasando un buen rato y comenzamos
a escribir canciones. Parecía de lo más natural y nos dimos cuenta de que habíamos escrito todo un álbum, así que volvimos al estudio.
¿Fue durante la gira cuando compusísteis las canciones,
o tan sólo fue el catalizador de vuestro regreso después del
parón?
Spencer: Algunas de las veces nos dijimos: “nos vemos en el
estudio, ya compondremos allí alguna cosa,” pero otras empezábamos a ensayar para un “tour” o para dar un bolo (o incluso durante una prueba de
sonido), y surgía la canción. Salía de repente a la luz.
No fue hasta la pasada primavera
cuando nos pusimos en serio con el disco.
Judah Bauer: Durante la gira hicimos un montón de canciones, pero algunas llevaban compuestas hacía tiempo. Creo
que algunas eran “outtakes”
de las sesiones de “Damage”, y el resto
las escribimos muy rápido entre julio y septiembre [de 2011]. Por lo general solemos tener un montón
de material adicional, material suficiente
como para rellenar dos o tres discos más,
pero en éste todo ha sido bastante conciso.
Jon Spencer toca su legendaria guitarra Zimgar (comprada en una tienda de empeños
por su esposa) en tono D. Nos comenta que Russell Simins
le anima a tocar fuerte, fuerte,
fuerte, y más rítmicamente. ¿Fueron estas sesiones muy diferentes a las de los discos
anteriores, por ejemplo por la
forma en la que habéis planeado las dinámicas entre las diferentes partes de guitarra?
Bauer: Todo empezaba con “jams”, tanto
si estábamos en una prueba de sonido
o en un sótano de la Avenida B [en Nueva York].
Cualquiera [de la banda] puede empezar cualquier cosa,
así que más o menos somos como un colectivo
musical. Creo que en este álbum los plazos eran más apretados. Solo teníamos diez días de julio y otros diez en agosto para conseguir
grabar las canciones que habíamos compuesto. Pero en cierto modo, disponer de ese tipo de horarios tan estrictos ha influido un montón en la grabación: es como una especie de
carestía que nos hace crecer para mejor, también se parece a un retorno con la intención de seguir en forma. Definitivamente, la
grabación más compleja fue la del tema "Bootcut". Me pasé una
semana tratando de resolverla. Entonces me di cuenta de que gran parte de la
canción era improvisada. Porque la banda ha estado improvisando durante tanto tiempo que nos resultaba muy
fácil empezar y derribar las paredes. Ocurre lo mismo con las
canciones "Zimgar" y “Black Thought”. Yo seguía
llevando cosas al estudio y el ingeniero se ponía en plan, "¿Otra parte
más de guitarra?" Y yo le contestaba,"¡Claro!"
Spencer: Siempre trabajamos de la misma forma. Componemos
las canciones tocando todos juntos. Entre nosotros tres no hablamos sobre los temas,
ni tampoco discutimos ideas o conceptos o estructuras, sino que simplemente cogemos y nos ponemos a tocar la canción. Las canciones sencillamente van surgiendo. Por supuesto, puede que en un momento dado las editemos y refinemos y jugueteemos un poco con su estructura.
Russell toca la batería, Judah toca la guitarra, yo toco la guitarra y
canto. Como soy el cantante principal, tengo tendencia a conducir las pausas o los cambios, también cuando cantamos los dos o cuando hacemos
esos grandes cambios en las canciones.
Pero mientras tanto, cada uno hace lo que le toca. A lo largo de todos estos años hemos ido desarrollando una especie de lenguaje, pero en realidad no es que lo hayamos discutido anteriormente. Nunca hemos dicho algo en plan: "oye, creo que voy a hacer esto desde aquí hasta el mástil, y luego esto y lo otro." Sencillamente cogemos y lo hacemos.
Suena a que soléis hacer las cosas con verdadero amor.
Spencer:
[Risas.] Supongo que sí. Claro, es como una especie de amor verdadero.
Jon, ¿es “Zimgar,” la última canción del disco, una oda a la
guitarra que te compró tu mujer?
Spencer: Sí, pero en realidad se la compró para ella misma.
En aquella época estaba tocando en un grupo que se llamaba Honeymoon Killers, así
que ella solía usar esa guitarra. Cuando se marchó del grupo la guitarra estaba por nuestro apartamento y yo la cogí y empecé a tocar con ella. Esa es la guitarra que
estaba usando la primera vez que toqué con Judah y Russell. Tiene un sonido
distintivo, así que me la quedé para mí. A lo largo de estos años he tenido otro
par y todas tenían personalidades diferentes, sonidos diferentes. A veces, si creo que no tienen el empuje suficiente, tengo que rehacer
las pastillas. No estoy seguro de qué tipo de pastillas son. Puede que sean DeArmond, nunca las he cambiado por otra marca, siempre consigo bobinarlas de nuevo.
¿Aún sigue viva esa primera Zimgar?
Spencer:
Oh, claro. Sigue siendo capaz de patear culos.
Bauer: Está bastante abollada,
algunas personas la llaman “el bastón”. En realidad su entonación es algo apagada,
y me ha marcado bastante tocar permanentemente a su lado,
tocar con él y esa guitarra... Finalmente acabo tocando acordes de forma automática por la
parte superior del mástil, para poder igualar el sonido. Me
sorprendí mucho al empezar a hacerlo también en Cat Power. Me quedé estupefacto: "espera un segundo ¡No necesito hacer
esto!" [Risas.] Ahora se ha convertido en un hábito. A veces cojo y doblo una nota porque estoy acostumbrado a esa entonación [la de Spencer y su “Zimgar”] y a veces las cosas suenan
funky, simplemente no hay manera de
evitarlo. Jon me dice, "¿Estás fuera de tono?" Y yo le respondo, "No, yo voy bien, la culpa la tiene tu guitarra."
¿Tocas con esa guitarra en esa canción?
Spencer: Probablemente sí. Quiero decir, en el estudio tenía dos guitarras: cogí la antigua, la original, y otra que es un poco más
pequeña. Tengo tres en condiciones de funcionar.
Bauer: La original no tiene casi nada de pintura, y su sonido es muy
distintivo. Ninguno de los otros sonidos de guitarras “Zimgar” nos gustaba tanto. No estamos
demasiado seguros del motivo. Varias personas han dicho que las pastillas están desfasadas o que el afinador marca algo diferente de lo que lleva en realidad [al medirlo], pero no sé, sencillamente creo que es una combinación de ambas cosas. A mí me da lo mismo, porque creo que suena como un aspirador o algo así.
Spencer: Sencillamente su tono es diferente. No sé si cuando
la sacaron de la caja venía así de fábrica o es el resultado de todos estos años tocando
con ella, pero definitivamente su tono es diferente. Es como si estuviese un
poco más bajo de lo normal. Si fuese un bajo sonaría un poco diferente, creo que sería
como un rango medio, además las pastillas hacen que todo se distorsione.
Jon, ¿qué nos puedes comentar sobre todo ese rollo de “estar
marcado de por vida” que comentaba Judah?
Spencer: Bueno, nuestros estilos son diferentes, y la guitarra
que utilizo no está considerada como una “buena” guitarra. Ciertamente, su entonación tiene algunos problemas, pero es lo que hay. Yo soy quien soy y toco lo que toco.
Realmente “Zimgar”, la canción, tiene un “groove” infeccioso
y profundo, un sonido como el de un bajo. ¿Cómo lo habéis conseguido?
Spencer: Sencillamente es el sonido propio de la guitarra y el
amplificador, también mi forma de tocar tiene la culpa. Utilizo un tono en D, aunque me parece que no se ajusta con holgura a la
canción. Tampoco es como si
estuviese intentando usar cualquier afinación enloquecida, pero desde luego no creo que sea por usar ningún pedal. A lo largo de todos estos
años he aprendido algunos trucos sobre cómo hacer una buena mezcla en estudio en segundo
plano para que resalte más la canción. Además, las
cosas cambian entre una canción y otra, (en "Zimgar") hay una sección hacia el
final donde suena un pedal de órgano.
Pero la mayor parte de la canción está
tocada con esa guitarra.
Por lo que, Judah, ¿realmente tocas tú la mayor parte de los
solos y puentes más limpios de la canción? ¿Es Jon quien toca las partes de
guitarra de tono más bajo y explosivo?
Bauer: Ambos tocamos los solos, pero definitivamente él hace
las partes más fuzzies. Su sonido es más crudo, que creo que es el motivo de que yo
gravite alrededor utilizando la Telecaster, intentando que los sonidos queden
más separados. No necesitamos que el sonido de ambos sea como una explosión.
¿Has tocado otras guitarras en “Meat and Bone”?
Bauer: Solo he tocado una guitarra, la Tele. Solía tener un
montón de juguetitos, pero ahora utilizo esta exclusivamente. La he estado usando durante los
últimos cuatro o cinco años, quizá más. Es una Tele “sunburst” de una pieza que llevo a todas partes, porque la verdad es que tengo un montón
de guitarras antiguas, pero no me las puedo
llevar de gira. Así que mis “técnicos”
de guitarra midieron y pesaron todo, y básicamente tengo varias piezas Fender que pueden ajustarse en el mismo cuello. Además me lijaron algunas cosas para que encajasen entre sí.
¿Quiénes son tus “técnicos” de guitarra?
Bauer: Son
Imai Guitars [de Nueva York]. Son unos genios. Es una empresa
japonesa. Mi técnico personal (Norio Imai) lo sabe todo sobre la guitarra,
así que sabe bien lo que quiero. Me construyó esa [la Tele “sunburst”], así que mi
’66 se ha quedado en la funda. Me está fabricando otra, porque he llegado a un
punto en el que no me gustaría perderla, ya que suena mejor cuanto más la
tocas. Así que me daba miedo de que llegase un día en el que una compañía de
aviones me dijera: “Lo siento, hemos perdido tu guitarra.” Solía pasar con mis
guitarras de los ’50 y no me importaba mucho, pero a veces la compañía aérea
estaba detrás mío uno o dos pasos durante la gira, para devolverme la guitarra,
y no conseguían contactar conmigo. Así que cuando estoy de gira no me las llevo
demasiado lejos, por lo que acabo utilizando copias de las guitarras originales que construyo con partes de varias Fender
¿Qué amplificadores usaste en las sesiones?
Spencer: Definitivamente lo intenté con viejos
amplificadores. Al estudio no llevé ningún nuevo amplificador. Bill Skibbe
y Jessica Rubbins [ingenieros del Key Club Studio en Benton Harbor, Michigan]
tienen una colección de instrumentos antiguos, y eso incluye un montón de
amplificadores. Lo que más me atraía era
que había un montón de agradables
y sólidos “amplis” (una pareja de
Heathkit y un Kustom o dos.) Por lo general me atraen las
cosas más sólidas. No sólo los Heathkits
parecían muy interesantes, porque
algunos de ellos forman parte de un “kit”, sino
que también sonaban genial.
Bauer: Mi amplificador
principal es mi Fender
Twin blanco del ´61 que he tenido siempre. Sin embargo en el disco no lo he utilizado, porque en el estudio
no me gusta usar amplificadores
muy ruidosos, sino que suelo utilizar amplificadores más pequeños. Tengo unos Magnatone 412 del '61 o
'62 que me gustan mucho, y un Tweed
Deluxe del 59 que suena mejor porque le puse unos altavoces de 150
vatios JBL, porque alguien
me dijo que es el “ampli” más limpio del país y quería
conseguir un poco más de sonido por el estilo. Con suerte puedo utilizarlo
en la mayoría de los shows. Pero sin embargo, creo que no me
lo llevaré a Europa. Antes solía hacerlo, valía la pena, pero es
bastante caro.
¿Sigue sonando el Twin tan magníficamente como la primera
vez?
Bauer: Si, ese amplificador es fantástico. No he
cambiado nada de él, pero los altavoces son Kendricks que alguien había cambiado antes de pasar a ser de mi propiedad. No
sé si ayudan o fastidian el sonido, pero el resto viene todo de serie. En realidad no suelo prestarles demasiada atención. Creo que todo
aquello que haga que suenen con menor claridad es positivo. He estado tocando
con otros Twins blancos, con sus altavoces originales, pero para mí los Kendricks
suenan mejor, o quizá es que ya me he acostumbrado a ellos.
¿Qué micros usas y cómo sueles situarlos?
Spencer: [En los estudios Key Club] tenían una pequeña
habitación de madera, otra de tamaño mediano, y una habitación enorme. Así que
hicimos algunas canciones en cada sala para intentar obtener sonidos diferentes. Probamos diferentes amplificadores y diferentes micrófonos y formas de procesar
el sonido. Todo con la intención de conseguir sonidos interesantes que se
adaptasen a cada canción en particular.
Bauer: Normalmente no suelo prestar mucha atención a los micrófonos
y su colocación. Me gustan los micrófonos “ribbon”, de nuevo, porque me gusta que el sonido tenga menos claridad. Cuando se usa una Fender con
amplificadores Fender siempre se consigue mayor claridad y fragilidad, así que
todo lo que minimice esa claridad es positivo. Ponemos un micrófono en la
parte delantera y otro en la parte posterior [de los amplificadores] y luego lo
sacamos todo fuera de fase, por lo que todo lo que necesito son dos micrófonos
fuera de fase. Suena muy bien: a lo largo de mi carrera siempre me he recordado que ese sonido fuera de fase me gusta mucho.
Hablemos de pedaleras. ¿Qué efectos utilizáis?
Bauer: Cuando estoy de gira suelo usar “delays”. Los uso
cada vez menos, porque me he dado cuenta de que empezaban a saturar el sonido.
Muchas veces los efectos hacen que la guitarra suene un poco menos, aunque
depende del lugar donde estemos tocando. Si se trata de una pequeña habitación
recubierta de madera, usaré menos el “delay”. En el disco utilizo un Echoplex
en un par de canciones, y creo que en “Black Mold” he usado algún tipo de fuzz.
Tengo un montón de delays y trémolos. Es casi todo lo que necesito, pero antes
solía usar el fuzz con moderación, aunque no puedo recordar cuál era. Era uno
de esos pedales de fuzz donde tienes que tener el pie posado en un lado...
Spencer: Solía usar un [Jennings] Growler, que tiene
un pedal que puedes girar de izquierda a derecha, es una cosa muy rara. Tengo
un fuzz llamado Fuzz-Stang que alguien me regaló una vez en Portland de buenas a primeras. En realidad es un fuzz fantástico. Me gustan los fuzzes, porque si quieres, de repente puedes
ahogar la nota. Además tengo dos pedales de órgano diferentes, un
“Chorus X3”, y una copia eléctrica de un Hammond ochentero.
¿Suena algún bajo en el álbum? ¿Cómo habéis conseguido que parezca que suenen unas pistas
de bajo?
Bauer: En el disco no suena ningún bajo. O bien hay teclados de
bajo, o suena una de las guitarras a través de un filtro de gama baja (que es
lo que solemos hacer en directo. Pasamos las guitarras a través de un “crossover” que
aumenta los niveles más bajos y la gente se piensa que está sonando un bajo,
pero tan sólo es una guitarra pasada por un filtro “low-end”). Casi es como un
componente más de la banda, es un viejo “crossover” Ashly que no nos costó nada
y que llevamos usando desde siempre, cuando tocamos en
directo suena en primera línea, y Jon también lo ha utilizado allí [en el estudio] cuando ha estado mezclando.
Por lo general, ¿eres tú quien hace la parte que
cubre las frecuencias de bajo?
Bauer: Depende de la canción, depende de... Si toco la línea de
bajo, la guitarra irá pasada por el “crossover”. No sé si se le podría
llamar "línea de bajo"... bueno... porque tocar el bajo me sigue desconcertando.
¿Cuál fue tu primera experiencia con la guitarra? ¿Cuando
decidiste: "Realmente quiero hacer esto en la vida?”
Bauer: Una vez vi en televisión a Bruce Springsteen tocando una
canción realmente larga, “Rosalita,” y observé que corría por todo el escenario
y se subía encima del piano y saltaba arriba y abajo y yo me quedé en plan,
"esto parece un buen trabajo. Quiero hacer eso para ganarme la
vida." No es que fuese fan de Bruce Springsteen en absoluto, porque a mí
me gustaba sobre todo el punk y el hardcore. Más bien era como ver a alguien
que se lo estaba pasando muy bien.
Spencer: En realidad no empecé a tocar rock ’n’ roll hasta los
17 años, que para alguna gente es algo que le parecerá muy tarde. Antes de
meterme a aprender la guitarra, estuve tocando el bajo. Pero no hubo ningún punto de
inflexión que resultase crucial.
¿Por qué dejaste el bajo?
Spencer: La guitarra es más “cool”, es lo que suelo
decirle a la gente.
¿Por qué empezar en 1991 con una formación avant-garde, de doble
guitarra y sin bajo?
Bauer: Nosotros proveníamos de una escena de la que formábamos parte pero que no nos influía de ningún modo. Me refiero a que Hound
Dog Taylor era nuestra mayor influencia, pero también nos gustaban los Cramps. Desde mi punto de vista era de lo más normal. Nunca tuve bajista, ni siquiera en las bandas que había estado cuando era un chaval. Todo el mundo parecía tener guitarras, pero nadie utilizaba el bajo.
Eso es lo que ocurrió, ¿sabes? No necesitábamos bajo. En algunos discos en los que
he tocado, Jon tocaba el bajo o el contrabajo por aquí y por allá, aunque
tampoco demasiado, pero definitivamente no lo hacemos en este disco.
Spencer: Antes de nosotros había otras bandas sin bajo. Estaban los Cramps, los más famosos, y Electric Eels. Una de nuestras mayores inspiraciones fueron Hound Dog Taylor and The Houserockers, una
formación de dos guitarras, sin bajo.
No hemos sido los primeros, pero creo que la Blues Explosion no
es muy tradicional o lineal. Somos un poco punk, y tal vez seamos algo
confrontacionales, y sí, somos avant garde. Ese siempre ha sido el rollo de
esta banda. Somos diferentes... no somos la banda habitual de rock 'n' roll.
Pero has asegurado que tampoco sois una banda de blues.
Spencer: No, no lo somos.
Entonces, ¿por qué incluir el término en el nombre de la
banda?
Spencer: Me pareció un buen nombre, un nombre loco, una
especie de nombre confuso. Como una especie de declaración.
¿Por qué la Blues Explosion trata casi por entero acerca de tu persona?
Spencer: Porque por supuesto, es un proyecto muy personal. Un vehículo
mediante el que puedo dar rienda suelta a mis diferentes ideas, sentimientos, emociones, pero
también es una asociación.
No podría existir si no nos complementásemos los tres.
Bauer: Para
alguien que ama la música, la Blues Explosion tiene un montón de referencias
interesantes. Cuando toco con Cat Power no me parece que los fans sean muy
amantes de la música. Podría tocar un solo de guitarra impresionante en Cat
Power y a nadie le importaría mucho. Se parecen más a los fans de Chan Marshall
y no reconocen los ritmos de James Brown o de todos los diferentes géneros que
tocamos o el sabor country. Gran cantidad de los seguidores de la Blues
Explosion sí que se dan cuenta de esas cosas. Creo que las mezclamos muy bien. A veces rendimos homenaje, a veces cortamos las cosas por la
mitad, y a veces hacemos algo gracioso... y muchas veces todo tan sólo forma parte
de una buena influencia que nos hemos inventado nosotros mismos.
Entonces, ¿me dices que ser fan de la Blues Explosion es
algo mental?
Bauer: Ellos saben un montón sobre música, un montón de
nuestros fans. Algunos nos escuchan para beber y ponen nuestra música en sus fiestas. Pero los otros (los coleccionistas de discos, los fans de la música), para
ellos es como si formásemos parte de la historia de la música.
Sencillamente, no
creo que haya muchas bandas que puedan decir lo mismo.
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El Taller de Judah Bauer
Guitarras
Telecaster de los ’50 y ’60 reformadas con partes de Fender,
Barítono Danelectro, Gretsch 6121
Amplificadores
Fender Twin del ´61 con altavoces Kendrick, combo magnatone
412 1x12 del ´61 ó ´62, Fender Deluxe del ´59 con altavoz de 150 vatios JBL,
Amplificador Fender Vibroverb marrón (para los “overdubs”)
Efectos
Echoplex,
Delay Honda Sound Works Fab, Audio Kitchen “The Big Trees”, heathkit fuzz,
Fender bass fuzz
Cuerdas y Púas
DR Tite-Fit .011–.052 set, Púa Jim Dunlop 1 mm
El Taller de Jon Spencer
Guitarras
“Zimgar”
Amplificadores
Varios amplificadores solid-state y otros de vávulas
propiedad de Key Club Studio (Sesiones “Meat and Bone”), Cabezal Kustom 200,
Vox 2x12 con altavoces “heavy-metal” (para el directo en U.S.A), Cabezal Kustom
100 y FAD 2x12, un combo Peavey Bandit 65 (para el directo en Europa), Sunn
2x12 combo, SG/CMI combo, Marshall JCM800, Mesa/ Boogie MkIII, Mesa/ Boogie
MkIV
Cuerdas y Púas
Juego personalizado de GHS Boomers (.011, .015,
.018, .028, .036, .050), Púa Jim Dunlop .73 mm Tortex