Artículo de Bill Randall para The Comics Journal nº 250 (2003). Traductor: Frog2000. Parte 1.
TODA LA PSICOLOGÍA NATURAL
Al integrar a sus personajes y su mundo tan estrechamente, Tsuno encara uno de sus temas centrales. En su obra, los aspectos psicológicos de sus personajes poseen una sensibilidad particular, pero también es importante el paisaje que los rodea y la interacción entre ellos. Su biografía lo confirma: Tsuno pasó su infancia con sus padres en la prefectura de Toyama. Situada en el lado norte del centro de Honshu, la isla más grande de Japón, Toyama se abre al Mar de Japón. Sin embargo, está rodeada por sus otros tres lados por cadenas montañosas, por lo que es un lugar relativamente aislado. La autora ha comentado alguna vez que cuando se hizo mayor notó que todo lo que había a su alrededor eran campos, huertos de bambú y granjas, y había poco que hacer excepto pasar el rato en el puerto. En ese entorno fue donde desarrolló los pasatiempos gemelos de criar animales y diseñar sus propios vestidos de estilo occidental. Debido a su aislamiento, su infancia se asemeja a la de muchos creadores de cómics artísticos occidentales. Muchos de los mejores artistas de los cómics se pasaron su juventud aprendiendo a entretenerse, un campo de entrenamiento natural para aquellos que se terminan convirtiendo en escritores.
Debido a su origen, a menudo Tsuno establece sus historias fuera de las ciudades densamente pobladas de Japón. Por lo tanto, suele trabajar con temáticas agrícolas. En "Getting Sore", la acción depende del trabajo de dos hombres jóvenes en el jardín donde cultivan berenjenas y rábanos de daikon; el progreso del jardín refleja su relación. En "Citrine, Citron", la acción se centra en los cítricos cultivados en el patio de la familia. Cuando sus personajes viven cerca de la ciudad, parecen tomarse vacaciones en la playa o en la montaña. Por ejemplo, en "B.S.C." las historias se centran en una tropa de Boy Scouts acampando en las montañas. Cuando se ambientan en un lugar distinto de Japón, a menudo los personajes viven en un ambiente europeo de cuento de hadas bastante común en la cultura pop japonesa, tal vez porque la autora puede intercambiar sin problema los bloques de apartamentos y edificios de hormigón de Japón por pintorescas casas al borde del bosque. Cuando se centra en estas áreas rurales, Tsuno muestra un talento considerable para representar la naturaleza. Aunque nunca intenta ofrecer representaciones de árboles y campos finamente detallados, logra capturar la esencia de la escena en unos pocos trazos. También entiende el efecto calmante que la naturaleza puede tener en una persona, en oposición a la confusión y la tensión característica de las zonas urbanas.
Es más, Tsuno tiene cierta afinidad por los lugares cerrados. En algunas de sus historias, los personajes se arrastran debajo de un puente a pesar de que las aguas todavía fluyan por debajo. Estos estrechos espacios reflejan la separación de sus personajes del resto del mundo. Estos espacios también recuerdan la comodidad de los úteros, y se podría decir que algunos personajes renacerán una vez que vuelvan a salir por el otro lado. En "Lluvia, Princesa, Nieve, Hielo", por ejemplo, Toru se arrastra hasta una alcantarilla en medio de una tormenta para buscar los restos de su amigo muerto, pero al salir veremos que ha quedado profundamente afectado. Después de todo, ha conocido a su fantasma. A pesar de la sensación claustrofóbica de estos recintos, muchas de sus historias terminan con el personaje adentrándose en la vegetación, con un cielo completamente abierto sobre ellos. Al menos les ofrece esa salida. Cada vez más, Tsuno ha elegido alejarse de las narrativas lineales y realistas, aunque todavía basa su trabajo en lo cotidiano. La historia del título de su tercera recopilación de libros, Rinpunyaku, que significa "medicina de pescado en polvo", contiene una serie de escenas conectadas solo de forma asociativa, como si fuesen recuerdos. La viñeta de apertura muestra un primer plano de una chica con una mariposa que entra en su automóvil. Luego se reúne con un joven que estornuda y le da su pañuelo. Más tarde, una serie de cortes abruptos llevan la historia hasta una tienda vacía, donde un globo de helio se llena de agua de repente y explota sobre su cabeza, luego está frente a un baño caliente en la casa de su abuelo, donde le masajea su espalda herida, luego vemos una imagen donde encuentra algunas viejas medicinas que había olvidado. También hay un hombre con un traje de conejito. La historia no termina con los personajes corriendo bajo un cielo despejado, sino en la otra forma meditativa en que Tsuno suele terminar sus historias. La viñeta final muestra el pañuelo empapado en el fregadero de la cocina, mientras que la narración nos indica que el aumento de vapor hace que la imagen del sol en la ventana se debilite. Es evocativo de la memoria y la pérdida, y es un momento sereno.
Al igual que muchos de sus personajes, Tsuno vive su vida a un ritmo que permite todos esos momentos de reflexión. En lugar de mudarse a Tokio para trabajar para los editores de manga, ha elegido vivir en Fukuyama, en la prefectura de Hiroshima, donde se gana la vida trabajando en un estudio de diseño gráfico. Por lo tanto, en su carrera de 16 años, ha publicado tres recopilaciones de primera, y continúa publicando regularmente en Garo. Al evitar la rutina despiadada de publicar con las grandes, se puede permitir el tiempo necesario para pensar y crear el tipo de historias que mejor sabe hacer.
"TURBIEDAD"
Todo esto me lleva hasta una historia aún sin recopilar. En noviembre de 2000, Garo publicó un número especial sobre Tsuno, incluida una bibliografía completa, una entrevista y un par de ensayos críticos. También publicaron "Turbidity", una de sus mejores obras. Tiene ocho páginas. "Turbidity" es uno de los cómics más notables que he leído nunca. En ocho páginas, Tsuno es capaz de crear una historia para su mundo particular de una complejidad de varias capas, intensidad metafórica y consistencia absoluta. Personalmente siempre me he sentido más impresionado por los cómics de larga duración, especialmente en el manga, por lo que me resulta aún más notable que sus ocho páginas sencillas y depuradas puedan haberme aturdirdo tanto como lo han hecho. A pesar de que la profundidad metafórica aumenta con cada lectura, su historia nunca se estropea, porque Tsuno nunca se olvida de la importancia de todo el conjunto. La suya es una obra maestra sin pretensiones, tan perfectamente conformada que es como si la hubiese encontrado en algún sitio perdida en lugar de haberla creado ella misma. El objetivo principal de la historia es retomar uno de los temas favoritos de Tsuno: la pérdida de la inocencia. De su protagonista sin nombre, una niña que acaba de entrar en la adolescencia, tiran fuerzas del mundo de los adultos que ella aún no comprende. Al principio la protagonista está sentada en un puente al lado de su casa en la montaña con una mujer de unos 20 años a quien llama Sis, aunque probablemente no sea un pariente consanguíneo. Como la niña está confundida por cómo es su vida, Sis siempre la calma asegurándola que algún día se la llevará al valle. Sin embargo, siempre se marcha sola, así que la chica sigue atrapada en su casa con su primo postrado en cama, por lo que opta por pasar el tiempo mirando vídeos, una consecuencia de vivir tan alejada en la montaña que allí no se recibe ninguna cadena de televisión. Uno de estos vídeos muestra a su tío hablando sobre su "Método de entrenamiento autonómico". Al igual que ocurre con muchos infomerciales a altas horas de la noche, el "Método" que propugna es un montón de palabrería de psicología pop, donde habla sobre sueños, energía espiritual y deseos, por lo que resulta comprensible que esta conversación haga dormir a la niña. A partir de ahí, la historia se bifurca en una extraña colección de imágenes dispares. Primero la niña mata a un insecto con un libro, lo que parece provocar que se colapse una estantería sobre su primo, luego la niña viaja a la cima de la colina y se topa con su tío. Trata de darle una patada para que "saque afuera algo de su insatisfacción contenida", pero él la atrapa en el aire y ella se cae. Las siguientes dos viñetas complican las cosas considerablemente, en la medida en que el tío claramente tiene intenciones perversas. Como sucede a menudo en Tsuno, las relaciones con los hombres son problemáticas, en este caso por culpa de los matices sexuales. De repente, Sis parece llevársela, pero luego una serie de transiciones entre viñetas desunidas nos hacen dudar. Tsuno construye esta historia mediante una serie de contrastes. La confianza de la niña en Sis hace que su ingenuo viaje a la casa del tío resulte mucho más siniestro. La fascinación del primo por los libros acompaña a la obsesión de la niña por los vídeos.
Es como si lo primero representase la querencia por las cosas antiguas de confianza, aunque hayan aplastado al primo, mientras que lo segundo, de acuerdo con la persistente confusión de la niña, representa modos nuevos y fragmentados de comunicación. Tsuno también mezcla leche y agua, oscuridad y liviandad, lo antiguo y lo reciente. Nunca se detiene para fijarse en estos contrastes, y emplea lo que honestamente se puede describir como un estilo discreto. Decididamente no intenta arruinar la experiencia del lector. Es mucho más sutil. Una de las técnicas principales que emplea es el uso aparentemente obvio pero bastante sofisticado de la interconexión. Comienza la historia con una escena donde encuadra a la protagonista y a Sis charlando animadamente, y luego vuelve sobre ella, como en la última viñeta de las páginas dos y cuatro. Dado que ambas páginas se centran en la extraña situación con su primo, estas viñetas sirven para anclar esta escena a la narrativa y el mundo más amplio de alrededor. Estas viñetas dan un sentido de realidad a los procedimientos a los que asistimos, a la pregunta que se nos plantea de si estas dos páginas estarán saliendo directamente de la imaginación de la niña, o de si realmente están sucediendo. Y prefigura la revelación de Sis sobre su relación con el tío de la niña. Justo antes de que la niña descubra la casa de su tío, la segunda viñeta muestra un primer plano de la cara de Sis. Cuando la niña le pregunta directamente por qué ella siempre sube la montaña y luego la baja, Sis balbucea: "Es por... es..." Como la mayoría de los adultos, es muy consciente de las cosas que los niños no deberían escuchar, y su negativa a mostrarse clara solo aviva aún más el interés de la niña. Más adelante en la historia, un cambio repentino de escena hace que lo sucedido parezca un sueño, pero luego otro cambio arroja esa idea por la ventana. El último efecto hace que todo lo que ocurre en la historia resulte sospechoso: todo podría ser un sueño, o quizá podría ser real. Lo cierto es que la protagonista, como el lector, está completamente desorientada, y por lo tanto, se muestra más abierta a los cambios que estos eventos tendrán en ella. La niña se convierte en otra persona al final de la historia, y desafortunadamente, ella no ha crecido como persona. En cambio, ha sido expulsada por completo de la comodidad y la calidez del hogar, un proceso que presagiaba la confusión que sintió al comienzo de la historia. A lo largo de la misma, ella se aferra en la creencia de que existe "el camino blanco". Sis le dice que beber su leche de vaca la llevará hasta el lugar correcto. Termina diciendo: "cada vez que te extravíes, si sigues este Camino Blanco, todo irá bien". Ella se refiere bastante ambiciosamente a las comodidades del hogar y todo lo relacionado con la leche, como la infancia, una madre amorosa y el calor familiar. Su consejo evoca el acto de viajar a la ciudad natal de uno para poner las cosas en perspectiva, volviendo a las raíces. La niña, sin embargo, se toma el consejo de forma literal, a lo que sigue un abanico de malentendidos de lo que realmente está sucediendo a lo largo de la historia. Cuando cree que por fin ha encontrado el camino blanco en el clímax de la historia, en absoluto es lo que ella pensaba que sería, y descubre cosas sobre Sis y su tío que irrevocablemente cambiarán sus relaciones. Pero en la última viñeta todavía se aferra a su creencia en el Camino Blanco, mirando por encima de su hombro a su pasado y sus anteriores comodidades. Como suele suceder en la obra de Tsuno, la niña termina cerca del agua cuando cruza por debajo del puente. De nuevo, Tsuno coloca a su personaje en un espacio cerrado, el agua fluye hacia los bordes, la escena recuerda a otra similar de "Lluvia, Princesa, Nieve, Hielo". Una vez más, la protagonista cruza un umbral y sale cambiada. Es un puente hacia una parte diferente de la vida.
La metáfora parece obvia cuando se describe, pero al leer la historia, también parece perfectamente natural y nada forzada. Tsuno nunca alcanza sus metáforas, siempre acuden a ella. Desafortunadamente para la niña, esta escena final de transición no tiene nada de optimismo, y así suele ocurrir en muchas de las historias de Tsuno. En su lugar se enfrenta a Sis, sangrando después de destrozar su automóvil. No hay consuelo en este nuevo mundo. Con su utilización de simples metáforas imaginarias, naturales y su ajustada estructuración, Tsuno ha creado una obra maestra de ocho páginas. La historia sirve como una piedra angular para un cuerpo de trabajo que todavía se sigue desarrollando, cada vez más en el filo entre lo ordinario y lo onírico. Recientemente la autora está siendo más prolífica, publicando regularmente su trabajo en Garo. Seguro que ahora estará preparando una cuarta recopilación que puede aparecer en cualquier momento. Sorprendentemente, su producción en los últimos cuatro años equivale a su producción de los 12 anteriores, pero cada vez trabaja en un nivel aún mayor de destreza y sofisticación. El trabajo de Tsuno, por encima del trabajo de cualquier otro artista actual que se me ocurra, debería traducirse al inglés. Es una artista que ofrece maravillas tanto para el lector casual como para el más vehemente, pero sin embargo, solo le han traducido una historia. No me parece suficiente.
TODA LA PSICOLOGÍA NATURAL
Al integrar a sus personajes y su mundo tan estrechamente, Tsuno encara uno de sus temas centrales. En su obra, los aspectos psicológicos de sus personajes poseen una sensibilidad particular, pero también es importante el paisaje que los rodea y la interacción entre ellos. Su biografía lo confirma: Tsuno pasó su infancia con sus padres en la prefectura de Toyama. Situada en el lado norte del centro de Honshu, la isla más grande de Japón, Toyama se abre al Mar de Japón. Sin embargo, está rodeada por sus otros tres lados por cadenas montañosas, por lo que es un lugar relativamente aislado. La autora ha comentado alguna vez que cuando se hizo mayor notó que todo lo que había a su alrededor eran campos, huertos de bambú y granjas, y había poco que hacer excepto pasar el rato en el puerto. En ese entorno fue donde desarrolló los pasatiempos gemelos de criar animales y diseñar sus propios vestidos de estilo occidental. Debido a su aislamiento, su infancia se asemeja a la de muchos creadores de cómics artísticos occidentales. Muchos de los mejores artistas de los cómics se pasaron su juventud aprendiendo a entretenerse, un campo de entrenamiento natural para aquellos que se terminan convirtiendo en escritores.
Debido a su origen, a menudo Tsuno establece sus historias fuera de las ciudades densamente pobladas de Japón. Por lo tanto, suele trabajar con temáticas agrícolas. En "Getting Sore", la acción depende del trabajo de dos hombres jóvenes en el jardín donde cultivan berenjenas y rábanos de daikon; el progreso del jardín refleja su relación. En "Citrine, Citron", la acción se centra en los cítricos cultivados en el patio de la familia. Cuando sus personajes viven cerca de la ciudad, parecen tomarse vacaciones en la playa o en la montaña. Por ejemplo, en "B.S.C." las historias se centran en una tropa de Boy Scouts acampando en las montañas. Cuando se ambientan en un lugar distinto de Japón, a menudo los personajes viven en un ambiente europeo de cuento de hadas bastante común en la cultura pop japonesa, tal vez porque la autora puede intercambiar sin problema los bloques de apartamentos y edificios de hormigón de Japón por pintorescas casas al borde del bosque. Cuando se centra en estas áreas rurales, Tsuno muestra un talento considerable para representar la naturaleza. Aunque nunca intenta ofrecer representaciones de árboles y campos finamente detallados, logra capturar la esencia de la escena en unos pocos trazos. También entiende el efecto calmante que la naturaleza puede tener en una persona, en oposición a la confusión y la tensión característica de las zonas urbanas.
Es más, Tsuno tiene cierta afinidad por los lugares cerrados. En algunas de sus historias, los personajes se arrastran debajo de un puente a pesar de que las aguas todavía fluyan por debajo. Estos estrechos espacios reflejan la separación de sus personajes del resto del mundo. Estos espacios también recuerdan la comodidad de los úteros, y se podría decir que algunos personajes renacerán una vez que vuelvan a salir por el otro lado. En "Lluvia, Princesa, Nieve, Hielo", por ejemplo, Toru se arrastra hasta una alcantarilla en medio de una tormenta para buscar los restos de su amigo muerto, pero al salir veremos que ha quedado profundamente afectado. Después de todo, ha conocido a su fantasma. A pesar de la sensación claustrofóbica de estos recintos, muchas de sus historias terminan con el personaje adentrándose en la vegetación, con un cielo completamente abierto sobre ellos. Al menos les ofrece esa salida. Cada vez más, Tsuno ha elegido alejarse de las narrativas lineales y realistas, aunque todavía basa su trabajo en lo cotidiano. La historia del título de su tercera recopilación de libros, Rinpunyaku, que significa "medicina de pescado en polvo", contiene una serie de escenas conectadas solo de forma asociativa, como si fuesen recuerdos. La viñeta de apertura muestra un primer plano de una chica con una mariposa que entra en su automóvil. Luego se reúne con un joven que estornuda y le da su pañuelo. Más tarde, una serie de cortes abruptos llevan la historia hasta una tienda vacía, donde un globo de helio se llena de agua de repente y explota sobre su cabeza, luego está frente a un baño caliente en la casa de su abuelo, donde le masajea su espalda herida, luego vemos una imagen donde encuentra algunas viejas medicinas que había olvidado. También hay un hombre con un traje de conejito. La historia no termina con los personajes corriendo bajo un cielo despejado, sino en la otra forma meditativa en que Tsuno suele terminar sus historias. La viñeta final muestra el pañuelo empapado en el fregadero de la cocina, mientras que la narración nos indica que el aumento de vapor hace que la imagen del sol en la ventana se debilite. Es evocativo de la memoria y la pérdida, y es un momento sereno.
Al igual que muchos de sus personajes, Tsuno vive su vida a un ritmo que permite todos esos momentos de reflexión. En lugar de mudarse a Tokio para trabajar para los editores de manga, ha elegido vivir en Fukuyama, en la prefectura de Hiroshima, donde se gana la vida trabajando en un estudio de diseño gráfico. Por lo tanto, en su carrera de 16 años, ha publicado tres recopilaciones de primera, y continúa publicando regularmente en Garo. Al evitar la rutina despiadada de publicar con las grandes, se puede permitir el tiempo necesario para pensar y crear el tipo de historias que mejor sabe hacer.
"TURBIEDAD"
Todo esto me lleva hasta una historia aún sin recopilar. En noviembre de 2000, Garo publicó un número especial sobre Tsuno, incluida una bibliografía completa, una entrevista y un par de ensayos críticos. También publicaron "Turbidity", una de sus mejores obras. Tiene ocho páginas. "Turbidity" es uno de los cómics más notables que he leído nunca. En ocho páginas, Tsuno es capaz de crear una historia para su mundo particular de una complejidad de varias capas, intensidad metafórica y consistencia absoluta. Personalmente siempre me he sentido más impresionado por los cómics de larga duración, especialmente en el manga, por lo que me resulta aún más notable que sus ocho páginas sencillas y depuradas puedan haberme aturdirdo tanto como lo han hecho. A pesar de que la profundidad metafórica aumenta con cada lectura, su historia nunca se estropea, porque Tsuno nunca se olvida de la importancia de todo el conjunto. La suya es una obra maestra sin pretensiones, tan perfectamente conformada que es como si la hubiese encontrado en algún sitio perdida en lugar de haberla creado ella misma. El objetivo principal de la historia es retomar uno de los temas favoritos de Tsuno: la pérdida de la inocencia. De su protagonista sin nombre, una niña que acaba de entrar en la adolescencia, tiran fuerzas del mundo de los adultos que ella aún no comprende. Al principio la protagonista está sentada en un puente al lado de su casa en la montaña con una mujer de unos 20 años a quien llama Sis, aunque probablemente no sea un pariente consanguíneo. Como la niña está confundida por cómo es su vida, Sis siempre la calma asegurándola que algún día se la llevará al valle. Sin embargo, siempre se marcha sola, así que la chica sigue atrapada en su casa con su primo postrado en cama, por lo que opta por pasar el tiempo mirando vídeos, una consecuencia de vivir tan alejada en la montaña que allí no se recibe ninguna cadena de televisión. Uno de estos vídeos muestra a su tío hablando sobre su "Método de entrenamiento autonómico". Al igual que ocurre con muchos infomerciales a altas horas de la noche, el "Método" que propugna es un montón de palabrería de psicología pop, donde habla sobre sueños, energía espiritual y deseos, por lo que resulta comprensible que esta conversación haga dormir a la niña. A partir de ahí, la historia se bifurca en una extraña colección de imágenes dispares. Primero la niña mata a un insecto con un libro, lo que parece provocar que se colapse una estantería sobre su primo, luego la niña viaja a la cima de la colina y se topa con su tío. Trata de darle una patada para que "saque afuera algo de su insatisfacción contenida", pero él la atrapa en el aire y ella se cae. Las siguientes dos viñetas complican las cosas considerablemente, en la medida en que el tío claramente tiene intenciones perversas. Como sucede a menudo en Tsuno, las relaciones con los hombres son problemáticas, en este caso por culpa de los matices sexuales. De repente, Sis parece llevársela, pero luego una serie de transiciones entre viñetas desunidas nos hacen dudar. Tsuno construye esta historia mediante una serie de contrastes. La confianza de la niña en Sis hace que su ingenuo viaje a la casa del tío resulte mucho más siniestro. La fascinación del primo por los libros acompaña a la obsesión de la niña por los vídeos.
Es como si lo primero representase la querencia por las cosas antiguas de confianza, aunque hayan aplastado al primo, mientras que lo segundo, de acuerdo con la persistente confusión de la niña, representa modos nuevos y fragmentados de comunicación. Tsuno también mezcla leche y agua, oscuridad y liviandad, lo antiguo y lo reciente. Nunca se detiene para fijarse en estos contrastes, y emplea lo que honestamente se puede describir como un estilo discreto. Decididamente no intenta arruinar la experiencia del lector. Es mucho más sutil. Una de las técnicas principales que emplea es el uso aparentemente obvio pero bastante sofisticado de la interconexión. Comienza la historia con una escena donde encuadra a la protagonista y a Sis charlando animadamente, y luego vuelve sobre ella, como en la última viñeta de las páginas dos y cuatro. Dado que ambas páginas se centran en la extraña situación con su primo, estas viñetas sirven para anclar esta escena a la narrativa y el mundo más amplio de alrededor. Estas viñetas dan un sentido de realidad a los procedimientos a los que asistimos, a la pregunta que se nos plantea de si estas dos páginas estarán saliendo directamente de la imaginación de la niña, o de si realmente están sucediendo. Y prefigura la revelación de Sis sobre su relación con el tío de la niña. Justo antes de que la niña descubra la casa de su tío, la segunda viñeta muestra un primer plano de la cara de Sis. Cuando la niña le pregunta directamente por qué ella siempre sube la montaña y luego la baja, Sis balbucea: "Es por... es..." Como la mayoría de los adultos, es muy consciente de las cosas que los niños no deberían escuchar, y su negativa a mostrarse clara solo aviva aún más el interés de la niña. Más adelante en la historia, un cambio repentino de escena hace que lo sucedido parezca un sueño, pero luego otro cambio arroja esa idea por la ventana. El último efecto hace que todo lo que ocurre en la historia resulte sospechoso: todo podría ser un sueño, o quizá podría ser real. Lo cierto es que la protagonista, como el lector, está completamente desorientada, y por lo tanto, se muestra más abierta a los cambios que estos eventos tendrán en ella. La niña se convierte en otra persona al final de la historia, y desafortunadamente, ella no ha crecido como persona. En cambio, ha sido expulsada por completo de la comodidad y la calidez del hogar, un proceso que presagiaba la confusión que sintió al comienzo de la historia. A lo largo de la misma, ella se aferra en la creencia de que existe "el camino blanco". Sis le dice que beber su leche de vaca la llevará hasta el lugar correcto. Termina diciendo: "cada vez que te extravíes, si sigues este Camino Blanco, todo irá bien". Ella se refiere bastante ambiciosamente a las comodidades del hogar y todo lo relacionado con la leche, como la infancia, una madre amorosa y el calor familiar. Su consejo evoca el acto de viajar a la ciudad natal de uno para poner las cosas en perspectiva, volviendo a las raíces. La niña, sin embargo, se toma el consejo de forma literal, a lo que sigue un abanico de malentendidos de lo que realmente está sucediendo a lo largo de la historia. Cuando cree que por fin ha encontrado el camino blanco en el clímax de la historia, en absoluto es lo que ella pensaba que sería, y descubre cosas sobre Sis y su tío que irrevocablemente cambiarán sus relaciones. Pero en la última viñeta todavía se aferra a su creencia en el Camino Blanco, mirando por encima de su hombro a su pasado y sus anteriores comodidades. Como suele suceder en la obra de Tsuno, la niña termina cerca del agua cuando cruza por debajo del puente. De nuevo, Tsuno coloca a su personaje en un espacio cerrado, el agua fluye hacia los bordes, la escena recuerda a otra similar de "Lluvia, Princesa, Nieve, Hielo". Una vez más, la protagonista cruza un umbral y sale cambiada. Es un puente hacia una parte diferente de la vida.
La metáfora parece obvia cuando se describe, pero al leer la historia, también parece perfectamente natural y nada forzada. Tsuno nunca alcanza sus metáforas, siempre acuden a ella. Desafortunadamente para la niña, esta escena final de transición no tiene nada de optimismo, y así suele ocurrir en muchas de las historias de Tsuno. En su lugar se enfrenta a Sis, sangrando después de destrozar su automóvil. No hay consuelo en este nuevo mundo. Con su utilización de simples metáforas imaginarias, naturales y su ajustada estructuración, Tsuno ha creado una obra maestra de ocho páginas. La historia sirve como una piedra angular para un cuerpo de trabajo que todavía se sigue desarrollando, cada vez más en el filo entre lo ordinario y lo onírico. Recientemente la autora está siendo más prolífica, publicando regularmente su trabajo en Garo. Seguro que ahora estará preparando una cuarta recopilación que puede aparecer en cualquier momento. Sorprendentemente, su producción en los últimos cuatro años equivale a su producción de los 12 anteriores, pero cada vez trabaja en un nivel aún mayor de destreza y sofisticación. El trabajo de Tsuno, por encima del trabajo de cualquier otro artista actual que se me ocurra, debería traducirse al inglés. Es una artista que ofrece maravillas tanto para el lector casual como para el más vehemente, pero sin embargo, solo le han traducido una historia. No me parece suficiente.