Entrevista de Grass Green en The Comics Journal nº 104 (1986). Traducida por Félix Frog2000.
De entre todos los artistas underground, pocos parecen vinculados a su época de una forma tan simultánea pero trascendentemente divertida como "Flippy" Skip Williamson. Sus oscuros planos y su sombreado obsesivo, sus historietas enormemente autorreflexivas, la combinación de los cartoons inspirados en Kurtzman, el análisis político alucinógeno y la moral de zona campestre, lo convirtieron en el periodista ideal para el Life in the Hog Butcher alrededor del ´68 al ´74. Williamson, el más político de los humoristas underground (en la ciudad más violentamente política de todas las ciudades americanas), empezó como otro dibujante aficionado en la época en la que muchos fanzines imitaban la MAD, gravitando en torno a la escena de la prensa alternativa de Chicago (primero en la efímera revista de Jay Lynch "Chicago Mirror", más tarde en "Seed", además de dibujar varias obras para "Yippie"). Luego unió fuerzas con Lynch y Robert Crumb para producir Bijou nº 1, uno de los primeros cómics undergrounds más antiguos y de mayor duración.
El estilo underground de Williamson, impregnado de la planitud del Art Decó y repleto de una escatología calculadamente despiadada ("¡Vaca sagrada! ¡Un elefante cagando!"), poseía alegres resonancias similares: el impulso de hacer comix que nadie se hubiese atrevido a hacer 10 años antes que irradiaban los primeros trabajos de Crumb. Pero allí donde el objetivo principal de los cómics de Crumb era una búsqueda introspectiva, obras que tenían más que ver con el carácter de aquellos que vivieron en los años 60 (incluido, por supuesto, él mismo), Williamson echó una mirada más amplia a las cosas, yendo más allá de las tendencias de la izquierda y de la reacción exagerada de la derecha ante una época en la que las tendencias izquierdistas se publicitaban a diestro y siniestro. El enfoque de Crumb podía parecer más personal, más artísticamente "legítimo", pero para aquellos de nosotros que luchábamos por dar sentido al caos socio-político, con frecuencia Williamson nos parecía más divertido.
Bijou nº 1 presentaba por primera vez a Snappy Sammy Smoot, el personaje de mediana edad inocentón de Williamson en plena confrontación con los tiempos que corrían. Un buen tipo compulsivo e ingenuo, lleno de brillantina, Smoot se esforzó por encontrar su sitio entre la volátil contracultura, tan solo para ser mutilado y explotado repetidamente por la gente que creía que estaba de su lado. A pesar de su abierta alineación con la política radical izquierdista de la época (ejemplificada en "Conspiracy Capers", un one-shot editado por Williamson para recaudar dinero para los Siete de Chicago), Williamson mantuvo el escepticismo propio de un guionista satírico ante el prolongado discurso retórico de la llegada de la "era sobre la humanidad". Por ejemplo, en "Sammy Smoot es asesinado", nuestro héroe es asesinado por un hombre del gobierno "demasiado entusiasta", aunque el demonio le da la oportunidad de regresar a la vida tan solo para ser pisoteado por celosos radicales amotinados en protesta por la primera desaparición de Smoot. El camino al infierno está pavimentado de fanatismo, parece advertir Williamson.
Sammy Smoot vivió de todo: experimentación con las drogas, caos revolucionario al estilo de los Weathermen, cristianismo moderno, asesinatos en serie, encuentros intergalácticos, pero siempre manteniendo intacta la inocencia. (Comparado con Sammy, Cándido era un duro intelectual). En números posteriores de Bijou, Williamson presentó a Ragtime Billy, un reflejo de la derecha basado en el comentarista de radio del medio oeste Paul ("Fellow Americans") Harvey. Rapado y bocazas, de inquebrantable dogmatismo, Billy prospera allá donde Sammy no es sino una víctima. Es una forma de comentar la rápida obsolescencia de las tendencias contra-culturales de la época y la columna vertebral inquebrantablemente conservadora de nuestro país. En una de las tiras, Billy aniquila a la mayor parte de los Estados Unidos mediante una transmisión de sus intolerantes diatribas, aunque finalmente queda impune. (Uno no puede evitar pensar en las negativas de nuestro régimen actual a la hora de perseguir a los bombarderos reaccionarios de las clínicas de aborto, incluso a etiquetarlos de "terroristas"). Si alguien desea saber realmente cuándo las promesas de los 60 y principios de los 70 no llegaron a buen puerto, todo lo que tiene que hacer es leer los cómics contenidos en el Bijou de Skip Williamson.
En años más recientes, Williamson ha mantenido un perfil más convencional (estoy tentado a decir "Yuppie"): aparece en el fallido intento de Denis Kitchen de llegar al público de la Marvel, Comix Book. Trabaja como director de arte para Playboy (una experiencia que llegaría a satirizar en una de sus obras para Comix Book), además de producir una tira para la sección de cómics del Playboy. Pero para aquellos que vivieron el atolladero político y cultural de la era underground, Skip Williamson sigue siendo el artista de comix underground por excelencia.
-Bill Sherman
GRASS GREEN: Bueno, Skip, resulta agradable tenerte de nuevo por la oficina, pero me pregunto, ¿cuántos de tus fans saben que trabajas para Playboy y que llevas trabajando para Playboy durante... cuánto tiempo?
SKIP WILLIAMSON: En octubre de 1984 se cumplirán ocho años. Todo depende de cómo le llegue a la gente mi trabajo. Playboy es una revista masiva, creo que hay más gente que conoce el Playboy de los que conocen los cómics underground. Me refiero a que la tirada de Playboy es mucho mayor que la de Bijou.
GREEN: Veintiocho, treinta millones de ejemplares.
WILLIAMSON: No tantos. Su audiencia es amplia, aunque probablemente sea diferente. También hay mucha gente que no se lee el Playboy. Y algunos de los que leen cómics underground no leen el Playboy. Suelo encontrarme con personas que me dicen: "Oh, no sabía que estabas trabajando ahí, no me compro la revista porque es demasiado cara", o "No me gusta", o por algún otro motivo.
GREEN: Bueno, será ahora cuando la descubran. Porque... tampoco voy a mencionar el nombre de nadie, pero uno de los capitostes de The Comics Journal desconocía que eras director de arte en el Playboy.
WILLIAMSON: Incluso en los primeros días de los cómics underground, siempre mantuve un puesto de algún tipo en un estudio de arte trabajando como diseñador. Incluso llegué a diseñar la caja de cereales Post Raisin Bran. Al principio solo había dibujado el contorno, que es como comienzan todos los proyectos. Mientras tanto, también hacíamos cómics, y me abrí camino en la dirección artística de varias revistas, y luego empecé a trabajar para Playboy. Si nos centramos en la dirección artística de la revista, es un puesto de trabajo bastante ilustre. Prácticamente puedo ponerme en contacto con cualquier artista al que requiera. Para mi forma de pensar conceptual ha supuesto todo un aprendizaje, se parece mucho a guionizar historietas.
GREEN: Sí, y me parece que para cualquiera de los viejos sátiros como yo, con nuestras reflexiones sobre el sexo y todo ese tipo de cosas, la idea de trabajar para el Playboy, por el tipo de cartoons y las cosas que se publican en ella, todavía es una buena salida. Y además, los autores que trabajan en la revista no son considerados pornógrafos al viejo estilo, ¿sabes? Quiero decir, parece que esto no trata solo de dibujar tetas y culos.
WILLIAMSON: Aquí puedes ser tan soft-core como quieras.
GREEN: Me refiero a que no se editan cosas groseras como las que aparecen en otras publicaciones.
WILLIAMSON: ¿Te refieres a Hustler? Pues la verdad es que fui el primer director artístico de esa revista. Estuve trabajando con Larry Flynt durante aproximadamente dos semanas, y lo único de lo que realmente me llegué a encargar para él fue de la portada del primer número, pero luego me marché, lo dejé. Pero históricamente, fui su primer director artístico. Así que llevo en el negocio de las tetas desde hace años. [Risas.] Es cierto, también estuve trabajando de director de arte para la revista Gallery cuando vivía en Chicago, en los últimos seis meses antes de que se mudaran a Nueva York. Además, he trabajado en salones de masajes. Así que ya sabes, he currado en el lado sórdido de la calle.
GREEN: Me parece bien. ¿Necesitas un asistente? Iba a preguntarte si todavía sigues con Snappy Sammy Smoot.
WILLIAMSON: Acabo de empezar una nueva historia de Snappy Sammy. El problema es que sé que no tiene ninguna salida, pero de todos modos, he empezado con el cómic. Es probable que tenga entre 10 y 15 páginas. Snappy Sammy sigue pringado en juicios.
GREEN: He pasado por eso.
WILLIAMSON: Yo también. Todos los años me solicitan alguna cosa. En la tira, Smoot acude a un juicio y luego se marcha a casa, donde le espera Ragtime Billy. Ahora viven con él sus tres sobrinos. Se parecen a Snappy Sammy Smoot, excepto que lucen cortes de pelo punk, y sus nombres son Huey, Dewey y Newton. Y uno de ellos es negro. Estoy dibujando esta tira solo porque me apetecía. No sé dónde, o incluso si se llegará a publicar, pero por ahora he empezado con el guión. En ella, Ragtime Billy le sugiere a Smoot que acuda a un campamento "survival" para escapar de su embrollo fiscal.
GREEN: ¿Crees que el mercado underground volverá alguna vez? ¿Aunque sea con más limitaciones, de una forma menos hostil, menos cruda?
WILLIAMSON: Creo que de una u otra forma, el mercado undeground sigue presente, aunque sin el vigor inicial. Cuando se te ocurre una nueva forma de hacer las cosas como el underground, se genera mucha energía creativa y mucha emoción. Por supuesto, aparecieron un grupo de buenos artistas, gente como Crumb y Shelton, y Jay Lynch, y todos los demás que participaron en la primera oleada de cómics underground. Creo que en la segunda oleada no hay el mismo tipo de vitalidad, y tampoco en los cómics "new wave". Simplemente no existe la misma intensidad y energía que había en esos primeros días, a finales de los 60 y principios de los 70. Es una progresión, las cosas evolucionan, continúan, se idean otras formas de llevar a cabo los cómics para que los artistas den rienda suelta a su obra, por ejemplo en lugares como Playboy. Ya sabes, aquí tenemos las Playboy Funnies. También están las revistas Lampoon, Heavy Metal, RAW, Weirdo. Hay muchas direcciones diferentes. Pero pocos de esos mercados disponen de la libertad creativa del movimiento original.
GREEN: Pero hoy en día hay muchos artistas. Clay Geerdes está con esas pequeñas cosas llamadas mini-cómics, una buena salida para la gente que no puede dibujar pero tiene la necesidad de expresarse ante quien sea, aunque sean 10, 15 o 20 personas.
WILLIAMSON: Y ahí tienes la Weirdo. Weirdo publica algunos artistas que no había visto nunca. Y luego, por supuesto, tenemos la RAW Magazine.
GREEN: He escuchado hablar mucho sobre RAW, pero no creo que...
WILLIAMSON: RAW son Art Spiegelman y Francoise Mouly. Art fue uno de los componentes originales de Bijou. RAW está más centrada en el Arte con "A" mayúscula, es un poco más seria que algunas de las cosas idiotas que hago yo. Pero está bien realizada y utiliza a nuevos artistas, publica una buena cantidad de arte innovador y tiene un formato experimental de páginas grandes. Es muy bonita. Una revista con clase.
GREEN: Entre otros, has mencionado a Jay Lynch. Lo conoces desde hace tiempo, ¿verdad?
WILLIAMSON: Jay es un viejo amigo. Comenzamos juntos haciendo fanzines, enviándonos nuestro material por correo. Fue cuando tenía 15, 16 años, y la única razón por la que me mudé a Chicago fue para juntarme con Jay y empezar una revista de algún tipo. Alrededor de 1963, antes de la llegada de los periódicos clandestinos, Jay tuvo la idea de publicar algo apodado Old Town Underground Newspaper. Nunca llegamos a hacerlo. Cuando finalmente me mudé a Chicago en 1967, entramos los dos en el Chicago Mirror, una especie de revista que se situaba en algún lugar entre Realist y Mad. También con muchos elementos psicodélicos. Después de tres números, nos dijimos: "Oye, deberíamos estar haciendo nuestros propios cómics". Robert [Crumb] había editado Zap y Gilbert [Shelton] estaba a punto de publicar Feds 'n' Heds, por lo que transformamos el Mirror en un cómic, lo titulamos Bijou, y así es como todo empezó. De todos modos, Jay siempre ha sido una gran influencia y un compañero. Ahora nos vemos menos, pero siempre hablamos por teléfono.
También he de decir que el concepto de las Bijou Funnies no ha terminado todavía. Llevo hablando con Jay desde hace tiempo y un día me soltó: "Hagamos un Bijou parecido a una revista de humor". Tengo otra tira más de Snappy Sammy Smoot. Quizás hagamos otro número. Será lo más probable. Es un proyecto abierto. Ha pasado mucho tiempo desde el último número, pero, ¿y qué? Es un formato flexible y si queremos, podemos hacerlo.
GREEN: Cuando la gente lea esto último, deberías darles algo que esperar.
WILLIAMSON: Eso espero.
GREEN: Estoy seguro de que tienes montones y montones de fans preguntándose: “¿Qué le pasó a Skip Williamson? Me muero por ver algo nuevo suyo."
WILLIAMSON: Aún sigo por aquí. Siempre estoy con cosas nuevas. Algunas tiras de Playboy Funnies, aunque la verdad es que me he desilusionado un poco. Las encuentro consistentemente poco divertidas, y el proyecto parece como atrasado. Me he ido alejando. Estuve haciendo una serie llamada Neon Vincent's Massage Parlor, el vehículo perfecto para Skip Williamson, porque el protagonista parece un insecto. Es una especie de operador realmente sórdido.
GREEN: Tiene una boca alargada y un cigarrillo sobresaliéndole.
WILLIAMSON: Es como una especie de oso hormiguero.
GREEN: ¡Sí! si, exacto.
WILLIAMSON: Nunca se quita el cigarrillo de la boca. También he estado haciendo una serie titulada Nell 'n' Void que me gustaba mucho. Nell 'n' Void eran una pareja de la new wave, pero Playboy decidió no volverla a usar. Me dijeron: "Todo esto de la nueva ola se ha acabado". Fue hace tres años, y creo que la nueva ola sigue impregnando la cultura. Me irrita su falta de humor. Les ayudé a empezar los Funnies. Playboy contactó conmigo por mi conocimiento del medio de los cómics, y me dijo: "¿Podrías diseñar una sección de historietas?" Así que viajé hasta Nueva York y allí reuní un grupo de artistas con Michelle Urry, y montamos la oficina de historietas. Empezamos los Playboy Funnies, que desde entonces siguen saliendo en la revista todos los meses. Pero cuando me quedo en un proyecto por un tiempo, me suelo aburrir. No quiero quedarme atrapado en la rutina, especialmente acatando una serie de reglas.
GREEN: Es cierto, se supone que como muchas de las tiras diarias, las Playboy Funnies deberían ser divertidas, pero no lo son. Sin embargo, de vez en cuando Playboy saca cosas que te hacen reír de verdad.
WILLIAMSON: Creo que la excepción son las Funnies. Desafortunadamente, se parecen demasiado a los dominicales del periódico. Las tiras son consistentemente flojas. Algunas son interesantes, pero por lo general, la oficina de historieta de la Playboy es un factor que te inhibe. Pero he seguido dibujando y he empezado a negociar con Denis Kitchen, de Kitchen Sink, para publicar una recopilación de mis cuadernos de bocetos para cómics. He guionizado muchas series que no han pasado a la etapa final, pero están acabadas y bien escritas. También llevo pintando en lienzo durante cerca de nueve años. Empezó a ser algo prioritario después de ver las pinturas de patos de Carl Barks. Cuando las vi por primera vez, me dije: “¡Guau! Es una gran idea. Cartoons sobre lienzo." Creo que voy a montar una exposición con mis pinturas. Otra cosa en la que he estado trabajando es una historia cartoon junto a Hugh Hefner. [Risas.]
Se trata de unos 32 dibujos animados separados en forma de tira. Yo puedo llegar a ser muy flexible, y a Hefner le interesa mucho el proyecto. Se llama "Hefner para principiantes", y está diseñado como una historieta de seis páginas para la revista. Será muy interesante, completamente a todo color. Cuando presenté la idea, los editores se pusieron un poco nerviosos con mi sentido del humor. A veces tiendo a ser un poco vicioso. Tenían miedo de presentarle el proyecto a Hefner. Pero en cuanto lo vio, Hefner dijo: "Estáis dejando que este tío se contenga demasiado. Si lo quiere así, dadle mayor libertad, que sea más incisivo, porque ese es su estilo". Hefner es muy comprensivo, porque es un dibujante frustrado. Admira mucho a los historietistas. La primera vez que conocí a Hefner, nos sentamos y estuvimos charlando un buen rato sobre cómics. Hablamos sobre Jack Cole, sobre autores que le gustaban, autores que me gustan a mí, y fue muy agradable y sincero.
He estado escribiendo un montón. Ahora estoy trabajando, produciendo, dirigiendo, además de haber co-guionizado una película titulada "TV Dinner". Si la quieres ver, puede que se estrene por cable en la cadena de Playboy. Es muy graciosa, muy visual. Es diferente a la mayoría de las comedias de situación, o incluso a Saturday Night Live u otras parecidas. Es más visual. Te darás cuenta de que está muy influida por el cómic. Es muy rápida, y tiene personajes y situaciones exageradas y muchos colores brillantes. Así que he estado haciendo un montón de cosas. También bastante ilustración a lo largo de los años. Me gustaría montar un recopilatorio. ¿Pero habrá mercado para él? ¿Habrá personas dispuestas a gastar dinero en una colección artística de Skip Williamson?
GREEN: ¿Es este el libro que estás montando? ¡Guauu! Es un verdadero montón de obras de Skip, amigos. Es en blanco y negro, muy bonito.
WILLIAMSON: También tiene algunas ilustraciones a color. De cuando estaba en la universidad: ya sabes, historietas, bocetos y algunas cosas para publicidad... carteles, caricaturas. Aquí tienes una de Slim Whitman. Slim Whitman es genial, porque parece como si se hubiese sentido atraído hacia mi estilo. Es como un verdadero personaje de Skip Williamson, ¿sabes?
GREEN: Cuando trabajas, ¿te gusta más hacerlo temprano por la mañana, o casi cuando está anocheciendo? ¿Cuándo es la mejor hora para hacerlo?
WILLIAMSON: Justo después de haberme fumado un porro. [Risas]. En realidad, no importa. Mi horario es el mismo de los que tenemos bebés, así que me acuesto temprano y me levanto temprano.
GREEN: Y tienes que vigilar dónde te fumas el peta.
WILLIAMSON: La primera regla para ser padre es no dejar el canuto en la cuna, pero estoy divagando. Ya no trabajo tanto de noche.
WILLIAMSON: Es una larga historia, no sé si habrá tiempo de contarla en esta entrevista. Es un proyecto completamente diferente. Estoy escribiendo un libro sobre el tema. Llevo un tiempo con ello, una historia real. Sucedió en 1965... es la historia de cómo fui secuestrado por lesbianas mafiosas que conducían camiones "Good Humor" por Kansas City.
GREEN: Si estás escribiendo un libro, entonces mejor no lo cuentes.
WILLIAMSON: No, no te lo voy a regalar alegremente. Todo lo que puedo decir es que durante aquel verano, estuve trabajando en publicidad para una revista de travestís en Cripple Creek, Colorado. Todavía iba al colegio, era un trabajo de verano, y aún vivía con mis padres. Durante el proceso que desencadenó las cosas que fueron sucediendo, el FBI, la Comisión de Juventud de Illinois y la Policía Estatal de cinco estados me estuvieron buscando, y el FBI les dijo a mis padres que había sido asesinado.
GREEN: Es suficiente, me gustaría leer el libro. ¿Es cierto que llevas en Playboy ocho años?
WILLIAMSON: Sí. Te diré algo más sobre Playboy. Si quieres aprender dirección artística, es un buen sitio en el que trabajar.
GREEN: En realidad podrías trabajar casi en cualquier sitio, ¿no?
WILLIAMSON: Este año he ganado dos premios de Communication Arts, un premio silver de The Society of Illustrators y uno de Print, y también el golden de este año del Art Directors Club, en Nueva York. Como he mencionado antes, es un trabajo que tiene que ver con los conceptos. Se parece mucho a las historietas. Por ejemplo, hice un diseño sobre las guerras de noticias periodísticas, las guerras de noticias de la televisión. Y se me ocurrió dibujar una granada de mano. Cada uno de los pequeños segmentos de la granada de mano es una pantalla de televisión, con un presentador de noticias diferente. Y acabo de hacer una obra junto a Boris Vallejo.
Me encantaría trabajar con Don Martin de la revista Mad. Me gustaría hacer una obra en colaboración con él. Me envió un muestrario de páginas, y en cuanto encuentre hueco, le asignaré cualquier cosa, porque siempre ha sido uno de mis favoritos. Uno de los dibujantes de la MAD original, ya sabes.
(Continuará)