Ahí van unas reseñas de un número (inédito) del difunto ´zine Fuck You, We Are The Best!.
World Domination Enterprises
Let´s play domination, 1990.
!Vaya pintas que gastan estos tipos en las fotos y en el vídeo que corre por el Tubo!. Y vaya sonido que consiguieron en su mejor disco “Let´s Play Domination” (1990, Product Inc): parecen los verdaderos herederos del espíritu que animó al mutado Alan Vega a implotar el rock and roll en su grandiosa trilogía Jukebox Babe/ Collision Drive / Saturn Strip. Un atolondrado cruce de noise proletario con el garage de siempre que, fíjate tú, me produce más cosquilleos en el córtex que la mayor parte de discos novedosos que he escuchado últimamente por lo fresco que todavía parece hoy en día y por lo a tan hazlo-tu-mismo que aún suena en este S. XXI de grandes producciones. También tendrán algo que ver los pequeños toques dub y rap que colorean alguna canción (versión de “I can´t live without my radio” de LL Cool J al canto), que si en su día quedaría moderno, hoy puede ser escuchado con agradable nostalgia.
Las letras, topicazos alejados del espíritu del capitalismo actual ( ese que sólo quiere que produzcamos y nos aburramos frente a las miles de series que nos duermen actualmente), nos animan a drogarnos, follar y gastar nuestro dinero alegremente sin pensar en el mañana. Y si todo lo anterior no te ha convencido para que busques el LP en el mercado de segunda mano, el monstruoso temazo industrial “Asbestos Lead Asbestos”, incluido en toda suerte de recopilatorios post-punk actuales, lo hará por sí sólo.
Billy Bao.
Según la leyenda y la promoción del grupo, el músico nigeriano Billy Bao se trasladó de Lagos a Bilbao, quedándose prendado de la escena punk que inundaba la ciudad.
Su propósito desde entonces será el de combatir un sistema que se nos traga a todos.
Este subterfugio es la excusa perfecta para que el músico experimentado en mil batallas ruidosas Mattin, junto a Alberto López (Yogur, Atom Rhumba, La Secta) formen un combo incómodo, Billy Bao.
Radicales desde su concepción (definidos no sin sorna como post Rock Radical Vasco por críticos de amplio recorrido) el primer single que se sacan de la manga es un artefacto que entretiene y apasiona. La cortante sopa de melaza que formulan no es nada nuevo para el coleccionista bregado, pero no hay que quitar mérito a propuestas como las realizadas, ya que se producen con cuenta gotas. Oscuro y ruidoso punk de castigo grabado en los estudios Chocablock (que es lo mismo que decir calidad) es lo que encierran las canciones de “Bilbo´s incinerator”. Como ellos mismos dicen en una de sus letras aullada en inglés “this is a fucking pop song, give them virus”.
Su segunda referencia busca ese más difícil todavía que muchos grupos intentan en cada nueva referencia. Billy Bao lo consiguen. Innovador es una pobre palabra para definir lo que ha logrado parir la nueva formación del grupo: el omnipresente Mattin, Xabier Erkizia y Alan Courtis y Pablo Reche (estos dos últimos forman dos tercios de los aberrantes Reynols, grupo argentino que ejemplifica por sí mismo lo que el underground nunca debió perder, la diversión).
En el nuevo trabajo la electrónica forma parte importante de cada tema, mientras las escasas guitarras sirven para apuntalar unas canciones reducidas a la misérrima expresión. Aquí se practica un demencial juego con el oyente, no por desconocido menos inquietante: sacarlo de quicio, incomodarlo. ¿Tomadura de pelo?. Sin duda alguna, pero (otro tópico) la sarna con gusto no pica. Quiero más.
World Domination Enterprises
Let´s play domination, 1990.
!Vaya pintas que gastan estos tipos en las fotos y en el vídeo que corre por el Tubo!. Y vaya sonido que consiguieron en su mejor disco “Let´s Play Domination” (1990, Product Inc): parecen los verdaderos herederos del espíritu que animó al mutado Alan Vega a implotar el rock and roll en su grandiosa trilogía Jukebox Babe/ Collision Drive / Saturn Strip. Un atolondrado cruce de noise proletario con el garage de siempre que, fíjate tú, me produce más cosquilleos en el córtex que la mayor parte de discos novedosos que he escuchado últimamente por lo fresco que todavía parece hoy en día y por lo a tan hazlo-tu-mismo que aún suena en este S. XXI de grandes producciones. También tendrán algo que ver los pequeños toques dub y rap que colorean alguna canción (versión de “I can´t live without my radio” de LL Cool J al canto), que si en su día quedaría moderno, hoy puede ser escuchado con agradable nostalgia.
Las letras, topicazos alejados del espíritu del capitalismo actual ( ese que sólo quiere que produzcamos y nos aburramos frente a las miles de series que nos duermen actualmente), nos animan a drogarnos, follar y gastar nuestro dinero alegremente sin pensar en el mañana. Y si todo lo anterior no te ha convencido para que busques el LP en el mercado de segunda mano, el monstruoso temazo industrial “Asbestos Lead Asbestos”, incluido en toda suerte de recopilatorios post-punk actuales, lo hará por sí sólo.
Billy Bao.
Según la leyenda y la promoción del grupo, el músico nigeriano Billy Bao se trasladó de Lagos a Bilbao, quedándose prendado de la escena punk que inundaba la ciudad.
Su propósito desde entonces será el de combatir un sistema que se nos traga a todos.
Este subterfugio es la excusa perfecta para que el músico experimentado en mil batallas ruidosas Mattin, junto a Alberto López (Yogur, Atom Rhumba, La Secta) formen un combo incómodo, Billy Bao.
Radicales desde su concepción (definidos no sin sorna como post Rock Radical Vasco por críticos de amplio recorrido) el primer single que se sacan de la manga es un artefacto que entretiene y apasiona. La cortante sopa de melaza que formulan no es nada nuevo para el coleccionista bregado, pero no hay que quitar mérito a propuestas como las realizadas, ya que se producen con cuenta gotas. Oscuro y ruidoso punk de castigo grabado en los estudios Chocablock (que es lo mismo que decir calidad) es lo que encierran las canciones de “Bilbo´s incinerator”. Como ellos mismos dicen en una de sus letras aullada en inglés “this is a fucking pop song, give them virus”.
Su segunda referencia busca ese más difícil todavía que muchos grupos intentan en cada nueva referencia. Billy Bao lo consiguen. Innovador es una pobre palabra para definir lo que ha logrado parir la nueva formación del grupo: el omnipresente Mattin, Xabier Erkizia y Alan Courtis y Pablo Reche (estos dos últimos forman dos tercios de los aberrantes Reynols, grupo argentino que ejemplifica por sí mismo lo que el underground nunca debió perder, la diversión).
En el nuevo trabajo la electrónica forma parte importante de cada tema, mientras las escasas guitarras sirven para apuntalar unas canciones reducidas a la misérrima expresión. Aquí se practica un demencial juego con el oyente, no por desconocido menos inquietante: sacarlo de quicio, incomodarlo. ¿Tomadura de pelo?. Sin duda alguna, pero (otro tópico) la sarna con gusto no pica. Quiero más.