miércoles, 22 de mayo de 2024

GARDEN OF FLESH, por Beto Hernandez. Reseña de Roberto Boyd.


GARDEN OF FLESH

Reseña de Roberto Boyd, 2016 para The Comics Journal. Traducción: Frog2000.

¿Es factible conseguir que la Biblia resulte más interesante si se la añade grandes cantidades de sexo explícito? El Jardín Carnoso de Gilbert Hernández nos sugiere una respuesta negativa. 

Lo primero que llama la atención es el hermoso empaquetado y el diseño de la obra. Su tamaño (10,2 x 15,20 centímetros), la hermosa portada en polipiel, el atractivo tipo elegido para la cubierta como si fuese un grabado (el título aparece rodeado por una bonita guirnalda de hojas) parece avisar que estamos ante algo importante. El diseñador se merece nuestros elogios. Su nombre es “J. Feeli Pecker”. ¡Felicidades, señor Pecker!

La historia da comienzo de forma bastante prometedora. Estamos en el Jardín del Edén, donde podemos ver que la primitiva Tierra está siendo horadada: en la página 4, el pene erecto de Adán atraviesa la corteza terrestre para nacer en nuestro mundo. El tumescente Adán anuncia su propia existencia y observa que está solo, careciendo de “una compañera parecida a mí”. Se acuesta boca arriba y se masturba, derramando semen sobre su caja torácica, de donde nace Eva. Lamentablemente, esta es la parte más inteligente de la obra.

Bajo la forma de un demonio cachondo de color rojo brillante, Satanás seduce a Eva, es decir, se la folla. Después del acto, la ordena que coma de la fruta prohibida. Dios no aparece representado, pero una repentina tormenta transforma a Satanás en una serpiente, y de repente Adán y Eva se avergüenzan de su desnudez. (Esta parte no me pareció particularmente creíble dado que, unas páginas más tarde, aparecen nuevamente en porreta viva). 

Hernandez deja de dibujar folleteo durante unas páginas para contar la historia de Caín y Abel. La frente de Caín aparece marcada con una cruz parecida a la de Manson por culpa de su infame asesinato. Hernandez describe a continuación una escena que nunca apareció en la Biblia: Caín se topa con su esposa. Ella es el primer personaje no blanco del libro (y ha sido coloreado con una paleta muy simple por el versátil señor Pecker). Por supuesto, se disponen a tener relaciones sexuales. Eso es todo en cuanto a Caín y como se llame. 

Por supuesto, si quieres una versión de la Biblia en cómic más precisa, Robert Crumb dibujó el Génesis, incorporando un texto tomado en parte de la versión del Rey Jacobo y en parte de la traducción de Robert Alter de 2004. Consta de los 50 capítulos del Génesis, mientras que El Jardín Carnoso termina en el capítulo 9, después de que el diluvio haya tenido lugar, mientras que en la Biblia, Dios instruye a Noé y a sus hijos para que salgan y se multipliquen. Si bien resulta un placer contemplar el dibujo de Crumb, y además aparece un poco de sexo (lo suficiente como para hacer que la obra generase algo de controversia, aunque tampoco contemplamos mucho más sexo del que aparecía en el texto bíblico), el Génesis de Crumb es una tediosa experiencia de lectura. Garden of Flesh es todo lo contrario. De sus 191 viñetas, la mayoría (94 según mis cálculos) están llenas de sexo explícito, y se puede leer en unos minutos.

El siguiente en aparecer es Noé. Hernandez comienza describiéndolo como un joven en busca de esposa. Noé llega a una ciudad pecaminosa parecida a Sodoma. Se encuentra a una bailarina con un velo (pero por lo demás está desnuda) y con pechos enormes (esto es, después de todo, un cómic de Gilbert Hernandez). Noé se la tira y la conduce fuera de la ciudad para que sea su esposa. (Los fans de la Biblia reconocerán que este es un capítulo completamente inventado de su vida).

La esposa anónima de Noé nunca se pone ropa (ni se quita el velo). Luego vemos a los hijos de Noé (sin nombre, pero en la Biblia son Sem, Cam y Jafet) follándose a sus distintas esposas. Una luz brilla sobre Noé otorgándole una revelación divina. Entonces hace el amor con la señora Noé y, sentándose desnudo junto a ella, con el esperma recién salpicado en sus pechos, les dice a sus hijos que tienen que construir un arca.

No hace falta decir que el arca es un verdadero barco del amor. Mientras uno de los hijos de Noé se folla a su esposa, ella comenta: "Espera, ¿ha dejado de llover?" El hijo, con la polla enterrada hasta la mitad en el interior de su mujer, responde: "¡A quién le importa!" La obra termina con una escena de sexo entre dos personajes que no nos habían sido presentados previamente y que exclaman que tienen “Otra oportunidad” y que esto es “Un nuevo comienzo”. 

El dibujo es bastante extraño. Hay dos viñetas uniformes por cada página y las figuras están dibujadas de manera muy simple. Casi no existe variación en el grosor del trazo, y las posiciones de los personajes parecen bastante trilladas. Uno de los aspectos más divertidos de la pornografía es la forma en que los personajes tienen que asumir posiciones sexuales extrañas para que los espectadores podamos verlo todo. Hernandez sigue una lógica parecida y la lleva hasta el extremo: las figuras se dibujan generalmente en al menos una viñeta en cada escena de sexo con el hombre penetrando a la mujer por detrás, pero sosteniendo su cuerpo para que nosotros, los espectadores, podamos ver bien la penetración. Para lograrlo, muchas veces el personaje masculino tiene que levantar la pierna de la mujer, como si nos mostrase la parte frontal de su cuerpo. Es el tipo de acto sexual que alguien que nunca ha tenido relaciones sexuales podría concebir.

Es sexo diseñado para espectadores de pornografía masculinos. Casi todo acaba en penetración y, como he mencionado, siempre está dibujado para que los lectores podamos ver el pene entrando en la vagina o en la boca de las mujeres. Todas las mujeres son atractivas y delgadas, con el vello púbico afeitado como una bola de billar. Si bien en materia de lectura pornográfica los gustos de la gente alcanzan casi una infinita variedad, Garden of Flesh nunca desafía a sus lectores masculinos ni hace ningún esfuerzo aparente por atraer a las lectoras.

Pero es cierto que ya hemos visto otros cómics hardcore realizados por Gilbert Hernandez. El autor dibujó la serie Birdland entre 1990 y 1991. Más recientemente, hizo dos extraños números de Blubber. La diferencia entre esas obras anteriores y Garden of Flesh es que esta última es muy ordinaria. El sexo es todo el rato hetero, oral o vaginal (excepto en un par de escenas centradas en la masturbación), y todo ocurre entre marido y mujer, no hay sexo grupal ni poliamor; en resumen, es jodidamente aburrido y una aburrida jodienda. Birdland desplegaba una amplia variedad de sexo, incluida una interesante inversión de género. Blubber es aún más extraño, con actos sexuales entre superhéroes y varios monstruos parecidos a un Pokémon, con chupadas mutuas de pollas como acto sexual preconcebido. Garden of Flesh parece regresivo en comparación.

La literalidad repetitiva del sexo en Garden of Flesh me hace pensar en una combinación del trabajo de Benjamin Marra cruzado con la pornografía dura, donde cada encuentro es una excusa para hacer que aparezca una escena de sexo. Aunque me parece un enfoque potencialmente interesante, en este Jardín Carnoso la recompensa no vale la pena.


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