sábado, 21 de noviembre de 2020

"MI OBJETIVO ES RESULTAR TAN ATRACTIVO COMO RESULTE POSIBLE", UNA ENTREVISTA CON MICHEL FIFFE (3 DE 4)

Entrevista realizada por Chris Mautner y publicada en la página web de The Comics Journal  (2014). Traducción: Frog2000. Parte 1, parte 2.

La última pregunta alude a lo siguiente: una de las cosas que más me gustan de Copra es que, si bien tus influencias son importantes, nunca parece un pastiche. Siempre tiene pinta de ser algo propio. Me refiero a que Lloyd es claramente una copia de Deadshot, pero nunca parece la copia de otro personaje. Ser consciente de lo que has tomado prestado, pero intentando mantener tu propia entidad, me parece una fina línea por la que caminar. Al empezar a hacer Copra, ¿lo sabías de antemano?

Intento no analizarlo tanto, porque si lo hago me quedaría paralizado. Cuando empecé, fingí medio en broma que el editor me había contratado específicamente para hacer la serie. Pero solo para dar inicio al proyecto y entrar en consonancia con ese estado mental de "la fecha límite lo es todo". Era mejor sentirme como un viejo idiota que saca una serie porque, maldita sea, hay que pagar las facturas y el guión del próximo número está a punto de llegar, y no hay tiempo para pararse ni un minuto, sino seguir, y seguir, y seguir. Tenía que funcionar como una cadena de montaje. Quería usar esa tradición como si fuese una identidad subyacente de la serie. Por eso tenía que sacar números individuales de grapa, serializarlos en 24 páginas de historia y a todo color. Volviendo a tu pregunta, es interesante, porque los lectores dicen que Copra es como un cómic de los 80, pero no era mi intención en absoluto. Me refiero a que muchos de los cómics "mainstream" de los 80 no son tan geniales, ¿sabes? Me influencian los mejores cómics de los 80, absolutamente, pero creo que prefiero no quedarme estancado en un momento específico. Entiendo el significado de lo que dice el lector, leer Copra se parece más a la sensación de leer un cómic en aquel entonces, lo cuál me halaga un montón, por supuesto, porque también valoro esa experiencia.

Curioso, yo no lo considero un cómic de los 80 para nada. Estás claramente influenciado por los cómics de los 80, pero Copra tiene una sensibilidad muy moderna, al menos es lo que me parece.

De hecho, me parece que esa distinción que hacen mis lectores es muy interesante, aunque nunca suela hablar de ello. Otra cosa es cuando los críticos escriben: “Copra es genial. Quiero decir, no es nada innovador, la trama es bastante básica, pero ¡es el mejor cómic de todos los tiempos!" Me parece muy confuso, porque... ¿qué es lo que no es básico? ¿Qué cómic de Marvel o DC no es más básico que la leche? No me refiero a la narración de la historia, que puede ser tan complicada y omnipresente como en cualquier otra cosa, sino a la premisa, el núcleo fundamental de esos cómics. El bien contra el mal, realizan una misión, están en constante lucha. Son los ingredientes básicos. No me malinterpretes, aprecio esas críticas, pero esa crítica específica es un poco rara. O tal tengan razón. Simplemente, si la miramos en el contexto de esta industria no tiene sentido.

¿Cuánto de Copra proviene de tu interés en representar la acción / la violencia / el movimiento en los cómics?

En realidad, no mucho, al menos en un principio. Tenía ganas de desarrollar diferentes formas de dibujar la violencia, de marcar el ritmo de las escenas de pelea, de representar la relación de un objeto con otro de una forma que no tuviese nada que ver con la forma en que ese tipo de cómics se dibujan en la actualidad. En su mayor parte proviene de querer volcarme de verdad en el dibujo, de explotar el hecho de que era un dibujo. Creo que para conseguir que el lector se sumerja en tu mundo ficticio tienes que hacer funcionar todos los aspectos de la historia de una forma armónica, no solo centrándote exclusivamente en lo realista que parezca un cuerpo superheróico en movimiento. Esa fue y es mi principal preocupación, generar una atmósfera donde el lector pueda perderse, aunque solo sea durante unos pocos minutos.

A menudo juegas con las viñetas y rompes la estructura de la página, y haces que el lector sea muy consciente del cómic como dibujo (por así decirlo, casi rompiendo la cuarta pared). En particular, recuerdo la "ceremonia mágica" del segundo número, donde Vincent asoma la cabeza y los brazos a través de las viñetas dibujadas como pequeñas ventanitas.

Es una forma bastante inocua de declarar que esto es un cómic. No es más que un cómic. Ese momento es un gesto pequeño, pero representa algo más grande. Te hace recordar que lo que estás haciendo no es un trampolín, sino el producto final en sí.

Para ser claros, te refieres a "trampolín" hacia otros medios como el cine, ¿no?

Claro, el cómic de Copra no es un lanzamiento reciclado relacionado con un videojuego o algo que los productores de una película puedan revisar. Tampoco algo tan ensimismado en su propio mundo como para que solo lo puedan disfrutar unos pocos. Mi objetivo es ser lo más atractivo posible para todo el mundo. Por lo tanto, los resultados pueden variar enormemente, pero siempre ha de quedar claro que se trata de un cómic. Dicho esto, no me importaría que alguien hiciese un videojuego de lucha de Copra. Puede que no sea la primera vez que me pregunte cómo podría quedar. Pero, por favor, que no se parezca a Mortal Kombat.

¿Tekken, Street Fighter o Soul Calibur?

Street Fighter 2 para siempre.

Soul Calibur es el camino a seguir, tío.

Ni siquiera sé qué es. Estoy viejo.

Eres más joven que yo.

Me conformaría con Double Dragon.

El elenco de Copra es enorme, y la segunda “temporada” del cómic pone de relieve a los diversos miembros del grupo, cada uno en un número. ¿Fue difícil encontrar la voz de cada personaje?

Fue más fácil de lo que pensaba, principalmente porque abordé todos los números de uno en uno. Le presté mucha atención a cada personaje de principio a fin. En cuanto acababa un número, me olvidaba del mismo y pasaba al siguiente. Era complicado, porque no sabía cómo podría ser la experiencia de lectura para los que habían empezado en el número 13. Pero no pareció importarles.

¿Cómo surgió el trato con Bergen Street Press?

Todo empezó cuando vieron que la serie vendía, pero yo no podía satisfacer la creciente demanda de material. Cuando diseñé el presupuesto de Copra Press para todo un año, no me imaginaba el tremendo despegue que tuve. Rezaba para conseguir vender los mismos 200 ejemplares que en el caso de Zegas y Deathzone! y pensaba que los lectores me serían fieles durante un año. Lo que más me preocupaba era crear algo capaz de mantener su interés. Así que no pude permitirme una segunda impresión o una tirada mayor. Me refiero a que eventualmente podría haber alcanzando ese punto, pero no a mediados de mes, mientras intentaba terminar uno de los números. Así que Bergen Street Comics, Tom Adams y Tucker, se lanzaron en picado para lanzar las recopilaciones en tomo donde reimprimían tres números. Aún siendo una tienda minoritaria, el alcance de Bergen era mayor que el de otras tiendas, mucho más que la docena con la que yo estaba en contacto. Fue entonces cuando Copra creció. Los tomos de tres números siempre fueron una especie de marcador de posición de la colección, pero tampoco sustituían a las recopilaciones de verdad como "Copra Round One". Pero sí, nuestra relación se amplió porque me ayudaron a salir del apuro. Todavía sigo auto-editando los números individuales, pero Bergen maneja las cantidades más grandes.

Como esto es para el Journal, una de las preguntas debería ser cómo es tu proceso de trabajo habitual. Sin embargo, me interesa especialmente, porque como has señalado, te has auto-impuesto unos plazos bastante estrechos.

Antes de empezar a escribir el primer número, tenía que asegurarme de tener suficiente historia para rellenar los doce siguientes. Había escrito un puñado de notas, porque intentaba ser más espontáneo, pero se me habían ocurrido algunas ideas básicas. Por dar un ejemplo, para el número cinco todo lo que había escrito era "el número de Japón". Eso es. Pero fue suficiente como para emocionarme y seguir adelante con absoluta confianza. Al final, el argumento me ocupó dos números. Cuando empiezo a escribir, esbozo el guión a mano en hojas de papel que voy cogiendo. A veces plasmo el argumento en el mismo tablero donde estoy rotulando. El proceso no siempre es tan impreciso, pero es mi propia versión de un segundo borrador, un tercer borrador y así sucesivamente. Luego aboceto muy suelto con el lápiz, aunque con mucho cuidado, sin darme mucha prisa. Quiero que elementos como la composición y los perfiles de las figuras más pequeñas, y las perspectivas, sean correctas. El entintado puede ser muy rápido, aunque igual de limpio. Simplemente rápido. Solía ​​hacer un trazo y luego me lo quedaba mirando fijamente y le daba vueltas durante horas, luego hacía el segundo. Ahora ya no puedo. Hay que seguir adelante con la página. ¡Los plazos, tío!

¿Y el color?

El coloreado forma a veces parte del lápiz, lo hago después de entintar. Coloreo las páginas originales porque es más fácil y rápido. Dibujo ciertos fondos a lápiz o con lápiz de color solo para darle mayor dimensión al dibujo. Colorear a un grupo de superhéroes cada mes puede ser enloquecedor. Me descubro ante Glynis Wein y Tom Ziuko. También utilizo acuarelas y pinto siempre que lo necesita el dibujo. Aplico algunos trucos digitales para ayudar a equilibrar la página. Todo para 24 páginas en cuatro semanas, a veces tres si mi horario lo permite. Es un proceso bastante agitado, pero si no estuviera completamente satisfecho con los resultados, no lo haría. Lo cual es gracioso, porque después de que llegue el número ya editado, no soporto mirarlo. Sencillamente espero que el próximo sea mejor.

Eres muy consciente y has reflexionado mucho sobre cómo incorporar influencias a tu trabajo. Me refiero a que has estudiado mucho a ciertos artistas y te has apropiado de cosas muy específicas. ¿Estoy en lo cierto?

Soy consciente y he reflexionado sobre dichas influencias, pero no a la hora de trabajar. Cuando dibujo siento que voy con el piloto automático puesto, y todo es más abstracto de como me lo he planteado. Tampoco creo que mi dibujo esté obviamente influenciado por cosas específicas, pero claro, no debería sorprenderme que cuando aboceto dos figuras saltando desde un tejado, aparezca el lenguaje visual de Frank Miller. No soy capaz de precisar qué más en mi obra se parece a cualquier otro artista, pero Miller es el que siempre se me ocurre.

Pero lo que le has sustraído a Frank Miller tiene mucha chicha. Por ejemplo, esa cara escarpada con cicatrices en la que el rostro del personaje está lleno de líneas desaliñadas al estilo Ronin y "El Regreso del Caballero Oscuro". Nunca he visto a nadie hacer algo similar.

Creo que sé a qué te refieres. ¿Las caras golpeadas a lo bestia? Si, me doy cuenta. El uso que hace Miller del espacio negativo es tremendamente efectivo. Vistas como un todo, sus paginas parecen muy nítidas. Fluyen de una forma excelente.

¿Y Ditko? Parece ser muy importante en tu obra: sé que durante un tiempo incluso llegaste a cartearte con él.

Oh, ¿te refieres a mi amigo por correo Steve? Sí, también es una influencia, pero no tanto como antes. Ni siquiera me he vuelto a fijar. Creo que ahora me influye más Walt Simonson. Realmente adoro su obra y me identifico con la forma en que dibuja cualquier cosa. Su sentido del diseño es increíble, no hay nadie que lo iguale. Y eso es porque no es un puto fanfarrón, solo intenta hacer la mejor historia posible. ¡En cuestión de diseño continúa abriendo caminos, pero nadie habla del tema! Es extraño, Simonson debería ser conocido por algo más que por ser "el tipo más majo del cómic" o por su carrera en Thor. Siento como si en su etapa hubiese estado reprimiendo al pobre Thor. Estoy seguro de que es porque su forma de hacer las cosas no encajaba con el personaje, pero luego mira Manhunter. En su carrera ha hecho los Cuatro Fantásticos, Orion, el Multiverso... ese tipo ha sido la avanzadilla durante más de cuatro décadas.

¿Qué opinas de Ragnarok?

El primer número es bastante bueno, pero los colores le dan un aspecto púdico. Sin embargo, la historia se sitúa definitivamente en su zona de confort. Me recordó mucho a su tomo de Elric, que es el proyecto de Simonson que menos me gusta. Tal vez por la temática o por la forma en que lo escribió, pero es un cómic que prefiero mirar en lugar de leerlo. El tono de Ragnarok parece el mismo, pero es demasiado pronto para saberlo. Al menos son sus guiones. Es gracioso, porque hace aproximadamente un año escuché cómo describía este "proyecto secreto" como una mezcla entre Thor y los Nuevos Dioses. Así que, en cierto modo, Simonson está haciendo su propio analogismo. Por otro lado, la verdad es que ya tocaba.

Pero sí, Simonson siempre me ha parecido uno de los mejores. Pero la verdad es que ni a él ni a nadie más los copio de forma consciente. Lo que intento es imaginar lo que pensaba el artista cuando estaba dibujando su obra. Nunca intento imitarlos, pero me fijo especialmente en artistas como Kevin Nowlan o Tony Salmons. Su trabajo me conmueve tanto que intento ir más allá de su estilo. Nunca podré dibujar como ellos, así que no tiene sentido imitarlos... y dios bendiga a los que lo intentan, ¡buena suerte! Pero, ¿por qué tomaron esas decisiones mientras estaban haciendo el trabajo? Especular sobre ello es más fructífero que copiar la forma en que dibujan la comisura de la boca de un personaje.

¿Y Mike Zeck o Klaus Janson? Sé que están muy altos en tu panteón personal.

Janson sabe hacer absolutamente de todo, comunica tanto como Miller. Sus estilos combinados lograron algo difícil de igualar, realmente especial. Me gusta mucho Zeck, pero si hablamos de panteones, es más probable que mire en dirección a Norm Breyfogle o Kyle Baker. Me parece que esos tipos están en primera línea. Y me refiero a las cosas que entintan, no a las cosas digitales o pintadas. El ritmo cinético de Breyfogle y sus imaginativos diseños son lo que más destaca de todo. Si hablamos del Batman definitivo, el suyo es el segundo después de Aparo. Y Baker es simplemente... todos sabemos que Baker es increíble. Es tan increíble que incluso él mismo lo sabe. Sin embargo, debería intentar experimentar, al menos durante una semana, y dejar de trabajar digitalmente. Que vuelva a utilizar herramientas prehistóricas como la tinta.

De todos modos, me gusta toda esa gente, tal vez ese sea mi estilo. Hay tantos otros que me encantan, como Bernie Krigstein y José Muñoz. Conecto con su estilo. Lo mismo en el caso de George Grosz, Ray Houlihan y Lorenzo Mattotti, estoy seguro de que han influido en mis trazos, en mi estilo.

Sabes, hace poco recuperé algunas páginas coloreadas por otra persona y, aunque tenían buen aspecto, no pude reconocer mi "estilo", del cual no soy consciente la mayor parte del tiempo, pero este nuevo lote de páginas parecía como si las hubiese dibujado un completo extraño. Me hizo preguntarme si para empezar yo tenía algún estilo propio. Creo que se debe a que cualquiera que sea mi estilo resulta ser la suma de varios, así que no sobrevive a un proceso de descomposición. Tal vez debería dejar de ser un maldito bebé y simplemente succionarlo para siempre en mi interior. ¿Pero cuál es el problema? ¡Oh, no, mi forma de dibujar las rodillas no es única!

No todos podemos ser Fred Hembeck.

Vitas tiene rodillas a lo Hembeck. Y el pelo de Nancy por falda.

De hecho, eso me permite hacer una transición rápida hacia el diseño de tus personajes, uno de tus elementos más poderosos. ¿Cuánto tiempo dedicas a descubrir su aspecto? Pienso específicamente en el equipo de bichos raros de otro mundo de Oliver.

Todo se reduce a que dibujo lo que me gusta dibujar. Me gusta dibujar cosas que me hagan reír. Vitas me hizo reír, todos los malos son muy graciosos. Pero no los dibujo para que sean divertidos, simplemente me divierte dibujarlos. Hacer que alguien que parece tan ridículo sea amenazador es todo un desafío. Pero en cuanto al tiempo que le dedico, a veces la inspiración llega de inmediato, a veces requiere un ligero refinamiento. Los primeros cuatro miembros de Copra que dibujé, que aparecen en la parte posterior de "Round One", fueron una prueba. Me dije que si esos cuatro conceptos para personajes funcionaban bien juntos, si encajaban de inmediato, entonces daría el paso y haría Copra. De lo contrario, me olvidaría de todo.

Copra es un cómic violento, pero su violencia es muy estilizada. Aunque es para adultos, ¿tienes alguna regla sobre lo lejos que puedes llegar y por qué?

Es violento, pero no es sangriento o gratuito, ni nada así, por lo que...

No, no creo que sea gratuito. La historia trata sobre personas violentas con trabajos que regularmente les permiten ser violentos. No es Fukitor.

Pensaba más en Faust, pero sé lo que dices.

Bueno, ya sabes lo que pienso de Faust...

Lo sé. Personalmente, me gusta Faust. Me gusta su nivel de compromiso. Y cuando se trata de sangre, Tim Vigil sabe lo que se hace. Va mucho más lejos. Ni siquiera es comparable a mi forma de encarar la violencia. Utilizo dibujos violentos como un medio para lograr un fin, y por eso no deslumbra tanto. La necesito para contar parte de un todo más grande. Es extraño, porque me da asco la sangre casual en los cómics "mainstream". Un poco está bien, pero ahora parece que lo impregne todo.

Estoy de acuerdo. Hay algo desagradable en la forma en que aparece en cosas como Green Lantern Corps, pero en otros cómics no me molesta. ¿Tal vez porque en ese caso es tan rotundamente complaciente?

Sí, puede ser. ¿Por qué está bien que Beto haga que el cadáver de un hombre se folle la parte de atrás de su cabeza, pero cuando a alguien le arrancan un brazo mensualmente, es asqueroso? Oh, espera, es porque Beto es un maestro del dibujo que se puede desayunar a esos tíos. Y además es gracioso.

Además, cuando lo hace Beto, se supone que te ha de dejar horrorizado (al menos un poco), mientras que cuando ocurre en un cómic de DC, se supone que tienes que decir "cómo mola".

Cierto. Para ser justos, es lo que digo cada vez que sale un nuevo "Pudridero". Joder, ahora sueno como si todo esto me alucinara.

Con eso se termina la entrevista.

Bien, vale. Entonces "Pudridero" apesta.

(Continuará)

sábado, 7 de noviembre de 2020

"MI OBJETIVO ES RESULTAR TAN ATRACTIVO COMO RESULTE POSIBLE", UNA ENTREVISTA CON MICHEL FIFFE (2 DE 4)

Entrevista realizada por Chris Mautner y publicada en la página web de The Comics Journal  (2014). Traducción: Frog2000. Parte 1.

¿Tenías algún tipo de autoridad o control en cuanto a lo que podías o no hacer en Act-i-vate? ¿Alguna regla o pauta sobre qué tipo de cómics se podían publicar?

No, no, no del todo. En realidad, solo éramos ocho personas intentando mantener una entrega semanal. El contenido no importaba demasiado. Con el tiempo, se siguieron uniendo más miembros y el proyecto cobró impulso, y rápidamente hubo verdadera libertad para todos. Lo mismo que me atrajo al principio fue al final lo que hizo que para mí perdiese atractivo, la ausencia de una visión editorial y estética.

Eso no quiere decir que no me gustaran los cómics que se estaban haciendo. Había muchas historias atractivas y honestas, en ese material se invirtió mucho tiempo y trabajo. Todos echamos nuestras horas, y surgieron algunas historias notables, pero en el grupo no había una verdadera dirección. Es cierto que no hay muchas antologías que la tengan, no es una tarea fácil, pero cuanto más grande era el grupo, más difícil me resultaba identificarme con ellos.

Corrígeme si me equivoco, pero ¿no fue en Act-i-vate donde empezaste a publicar Zegas?

Zegas supuso un doble debut. Lo formaban dos historias diferentes, una era un webcomic que se estrenó el mismo día que la versión impresa llegó a las tiendas. Esa versión impresa era "Act-i-vate Primer", que bajo mi punto de vista estaba un poco más centrada, era más sólida, aunque solo fuese a un nivel superficial. Pero, sinceramente, nunca me he considerado un artista de webcomics. Lo veía más como un paso previo antes de publicar mis cosas en papel. Ese era mi objetivo principal: imprimir. Quería papel, tinta sobre papel. Act-i-vate era a lo que estaba acostumbrado, así que debuté con Zegas. Hace mucho que quité ese material de la red.

He visto que también has eliminado Panorama. O, al menos, no se puede encontrar fácilmente.

Todo se fue por el sumidero. Ya no quería que mis cosas estuviesen online.

¿Por qué? Mucha gente cree que los webcomics son una alternativa de publicación viable, o al menos una forma decente de poner su trabajo bajo las narices de la gente y, tal vez, conseguir llegar a imprimirlo.

No dudo que lo sean, en serio. Y tal vez me pudiera aprovechar, pero no me sentía bien llamando "webcomics" a mi obra. En primer lugar, diseñaba mis páginas teniendo en cuenta la página impresa, teniendo en cuenta que hay que darle la vuelta a la página, con unas dimensiones específicas que determinaban el diseño. Nunca aproveché lo que es o podría ser un webcomic, y en realidad, nunca me impresionó demasiado ningún cómic que aprovechara sus ventajas. En cuanto a lo de que puede ser una forma inmediata de mostrar tus cosas, seguro, es una plataforma asombrosa. Pero no era allí donde dejaría colgado cómodamente el sombrero.

¿Fue bien recibido Zegas en su versión online, o te fue mejor en el "Act-i-vate Primer"?

El "Act-i-vate Primer" pasó bastante desapercibido, y el material de Zegas online tampoco hizo mella. A mis amigos les gustó mucho, pero nunca conseguí muchos más clics. La historia de "Cumpleaños" la relanzaron en la MTV Geek, una web que supuestamente recibía millones de visitas al día. Ni idea de si es cierto o no. Sabía que la plataforma no era necesariamente el problema, sino mi trabajo. Simplemente no conseguía conectar con el público. Durante todo ese período, ocasionalmente también hice páginas de muestra para los principales editores, solo para agotar todas las vías posibles e intentar que me pagasen por hacer esto de los cómics. Tampoco tuve suerte. Una época frustrante.

Entonces, ¿cómo seguiste adelante?

Me dije que igual tenía que hacer un trabajo mejor, pensé que sería mejor hacer un balance de lo que quería sacar del medio del cómic, que eso me llevaría a encontrar una respuesta. Sentía que el tiempo se me estaba agotando, pero todavía quería hacer cómics, y esas ganas no habían disminuido después de todo ese tiempo, así que pensaba que valía la pena. Además, me estaba cansando de afrontar mi paletada de grumo "barge" día a día en el trabajo.

¿"Barge"? ¿En qué consistía exactamente tu trabajo?

Construía todo tipo de enseres y vestuario para equipos deportivos y espectáculos de Broadway, también para desfiles. Era un trabajo divertido, creativo y desafiante, pero no era lo que quería hacer más allá de un par de años. Estuve allí hasta siete.

Entonces, ¿cómo llevabas lo del "barge"? Pido disculpas por la traducción, pero ese eufemismo me intriga un montón.

"Barge" es el adhesivo altamente tóxico que usábamos para ensamblar muchas cosas. Usábamos mascarillas y ventiladores y demás, pero a veces era un poco demasiado. También trabajábamos mucho con látex. Hacíamos moldes de goma, esculpíamos marionetas. Definitivamente era un oficio, pero no quería que fuese el mío. Quería que lo fuesen los cómics.

Ya veo. Continúa. ¿Por dónde íbamos?

Quería hacer mejores cómics como remedio a mi confusión interior. Se me ocurrió una historia de Zegas titulada "Arcade". Simplemente bajé la cabeza hasta la página e intenté hacer el mejor cómic posible sin saber si me lo iban a publicar o no. Es decir, quería ser creativo sin preocuparme por si me iban a publicar o si iba a recibir visitas online, sin intentar tener un currículum para que los editores consideraran contratarme o no. Quería ser lo más naif posible y ver qué pasaba sin que me "importase". Lo más importante es que quería hacer algo que solo pudiera ser cómic.

Me rompí el culo y por primera vez en lo que me pareció una eternidad, me quedé orgulloso con los resultados. Luego, un amigo cercano me sugirió que me lo auto-editase, cosa que me parecía imposible. No había forma de que pudiera lidiar con el aspecto comercial. La idea de ir a las tiendas siendo un desconocido parecía una pesadilla, la idea de rellenar hojas de cálculo tampoco parecía muy emocionante y, en realidad, estaba asustado. Parecía mucho trabajo y tuve la sensación de que hacer cómics era un trabajo bastante difícil. Además, no tenía ni idea de cómo pagarlo.

¿Cómo superaste dicho bache económico? ¿Encontraste un benefactor?

Bueno, el mismo amigo que me sugirió que publicase por mi cuenta se ofreció a dejarme el dinero por adelantado para hacer una pequeña, pero decente, tirada. No tenía preparada ninguna excusa para negarme. Todo lo que tenía que hacer era crear el material de un solo número y luego esperar a vender suficientes copias como para poder permitirme la impresión del siguiente. El segundo número de Zegas se financió de forma colectiva, de hecho, eso demuestra lo mal administrado que estaba todo el asunto económico.

Dejando a un lado el lado económico, ¿cómo afrontaste todo eso de tener que llenar los sobres de los envíos y llamar a las tiendas? Sé que esas cosas pueden parecer desalentadoras incluso en el pequeño mundo de los cómics. ¿Se fue haciendo más fácil a medida que las cosas iban progresando?

Si, se fue volviendo un poco más fácil. La tirada fue bastante pequeña, pero me dejó abrumado. En el buen sentido, quiero decir. Disfruté del aspecto editorial, me dio la oportunidad de descansar un poco del dibujo y fue... Creo que hacer ese trabajo por ti mismo, interactuar con los lectores y los comercios, tiene un valor sustancial. Lo aprendí muy rápido. Mucho trabajo duro, mucho trabajo “aburrido”, pero todo fue proporcionándome un "feedback". Todo formaba parte del cuadro, parte del proceso.

Me da la sensación de que Love & Rockets, en particular las primeras historias de Mechanics con esa mezcla de ciencia ficción / fantasía y relaciones y personalidades reconocibles del mundo real, supuso una gran influencia en Zegas. ¿Es cierto?

Si, esa revista fue mi mayor influencia. Específicamente, estaba muy interesado en la época de "Un Americano en Palomar", la de "Flies on the ceiling", historias que iban mucho más allá de lo que habían dejado establecido antes los hermanos Hernandez. “The Way Things Are Going”, de cuatro páginas, es una de mis favoritas. Esa historia tiene una cualidad tan innegable y profundamente hermosa que me cautivó por completo. Me gustaba vivir en su mundo. Así que quería contar más historias con los pies en la tierra, pero la cuestión era que no quería dibujar solo ese tipo de cosas. Quería dibujar cosas coloristas, al estilo de Cliff Sterrett. Tampoco quería explicar o justificar por qué estaba dibujando proporciones extrañas, y modas de todo tipo y gente. La solución pasó por darme cuenta de que solo eran dibujos. Me gustaba su encanto específico, la ventaja específica que me daba mi enfoque. Así que esa mezcla de naturalismo con surrealismo me dejó cautivado. En realidad, no es surrealismo, solo es... en mis manos son garabatos estúpidos que me hacen feliz.

El tamaño y el formato de Zegas es similar al de Love and Rockets, la primera tirada es más grande, no es el tamaño de un cómic tradicional.

Es el tamaño con el que me sentía más cómodo, incluso antes de descubrir Love & Rockets o ese formato de revista de Fantagraphics. Todos mis mini-cómics eran hojas de papel de 11 x 17 dobladas por la mitad, lo que se acerca bastante a ese tamaño. Parecía la mejor forma de maximizar el arte sin que se convirtiese en un tomo demasiado grande. Quería que fuese un artículo casual para leer y llevar, pero no tan endeble como para que se pudiera destruir fácilmente.

Basado en lo que has dicho antes, supongo que las experiencias laborales de Emily en el primer número reflejaban las tuyas, ¿verdad?

Claro, solo las de la parte laboral. Me encantaría contar más historias de ese mundo.

El principal impulso de Zegas parece ser la relación filial entre Boston y Emily mientras intentan navegar por el mundo que los rodea. ¿Fuiste consciente de que iban a convertirse en el foco central de tu obra al crearlos?

Quería escribir sobre dos personajes, pero no sobre una pareja o un par de compañeros de habitación. Tenía la idea de jugar con una unidad de dos personajes centrales, con varios satélites. Esos hermano y hermana con un fuerte vínculo entre sí, aunque viven en sus propios y respectivos mundos, apelaban a mi deseo de dejar las cosas realmente abiertas. Quería contar todo tipo de historias con ellos como protagonistas. Pensaba que algún día ni siquiera formarían parte de la serie, que los personajes del título pasarían a un segundo plano en el mundo que los rodeaba. Quería que Zegas se transformara lentamente en una antología completa realizada por una sola persona.

Supongo que ese primer número impreso de Zegas fue un momento decisivo en tu carrera. ¿Sientes lo mismo?

Sin duda, lo fue. Era la primera vez que hacía un cómic exactamente como quería. Suena tan dolorosamente sencillo y, sin embargo, me llevó mucho tiempo entenderlo.

¿Por qué? ¿Qué es lo que te había detenido antes?

La autoedición es... sigue siendo la clave. Mantuvo toda mi idea de querer seguir haciendo cómics, porque de lo contrario, habría tenido que haber retorcido y modificado el concepto, el impulso básico detrás de Zegas, en algo que un editor hubiese querido publicar. Y estaba tan enfermo y cansado de cuestionar todo lo que implicaba algo así, que perdí la noción de todo lo que disfrutaba al hacer cómics en primer lugar: crear con total abandono.

Publicaste tres números de Zegas, los dos primeros y luego una recopilación titulada "cero". ¿Por qué lo dejaste? ¿Absorbió Copra todo ese flujo de trabajo?

Copra domina mi calendario, así que todo lo que no esté relacionado será mejor que valga la pena. Como dormir, comer o pasar tiempo en familia. El mundo de Zegas requiere un poco más de cuidado del que puedo darle. Estaba preparado y listo para continuar con el tercer número de Zegas, pero después del segundo decidí hacer algo completamente diferente para intenta recargar mi entusiasmo. Ese algo me llevó a encontrar Copra, que instantáneamente se apoderó de mi vida.

¿Crees que volverás alguna vez a retomar las aventuras de Emily y Boston?

¡Espero que sí! Me quedan cosas por explorar en esa parte del bosque.

Estoy seguro de que hay otros dibujantes que venden sus historietas en Etsy, pero si se me permite decirlo sin sonar condescendiente, todavía tiendo a pensar en ti como "el chico de Etsy". ¿Qué te hizo elegir Etsy como plataforma online para vender tu trabajo? ¿Y cómo ha sido la experiencia?

Ahí estaba yo con cajas repletas del primer número de Zegas, y la verdad es que no se movían demasiado. Enviaba correos electrónicos a las tiendas de cómics y pequeñas librerías, e intentaba que compraran mi cómic. Muchas lo hicieron, la mayoría en depósito. Así que no ganaba dinero con ninguna de las unidades que se distribuían. Mi novia Kat tenía una tienda en Etsy donde vendía varias de sus joyas hechas a mano, así que le pregunté si le parecía bien que publicara allí mi cómic, como una forma de facilitar que la gente lo comprase online. Creo que Big Cartel ya existía entonces, pero ciertamente yo no lo sabía. Y aunque la tirada de Zegas era grande, en su mayor parte estaba doblado y grapado a mano. Esa ha sido mi plataforma hasta el día de hoy, y no veo por qué voy a cambiar.

Me preguntaba si crees que te ofrece alguna ventaja concreta, como quizá atraer a lectores más allá de la escena de los cómics independientes, algo que otras tiendas online no tienen, ya que Etsy es tanto una comunidad online de todo tipo como una tienda digital.

Esa teoría de que es una comunidad que no forma parte del cómic es bastante cierta. Empuja a la gente hacia los libros, lejos del cómic. No creo que se traduzca en grandes cifras de venta, pero tampoco me perjudica. Mis ventas, al menos en su mayoría, se las hago a personas que ya son lectores de cómics. Lo que logro con esto es eliminar a varios intermediarios. No tengo que vivir o morir según los vaivenes de la política de pedidos y el interés de las tiendas, o por las estrictas pautas que imponga un distribuidor. Vender un puñado de cómics a una docena de tiendas en depósito no es un modelo de negocio, es un pasatiempo. Así que descubrí qué tipo de cómic me hacía feliz llevar a cabo. Fue cuestión de averiguar cómo convertir todo esto en mi medio de vida.

¿Crees que en este momento ya lo has resuelto?

Tengo mi propio sistema y me siento cómodo operando con él. Cuando todo era una cuestión de administrar correctamente los gastos mientras construía una relación con los lectores, los dos primeros números de Zegas funcionaron como una curva de aprendizaje. Pero sí, en este punto, siento que la naturaleza directa de Copra Press y sus clientes se relaciona directamente con mi situación como creador y mi relación con los lectores. Todas estas distinciones son sutiles e importantes. Todas le sirven a esta pequeña empresa que dirijo. Así que mientras dure, esta va a ser mi forma de vida.

Pasemos entonces a hablar sobre Copra. Me da la impresión de que surgió de Deathzone!, tu tributo al Escuadrón Suicida. ¿Puedes hablarnos un poco sobre el "Suicide Squad" y por qué estabas tan enganchado?

Es una de mis series favoritas de cuando era niño que vuelvo a visitar de vez en cuando. Y ya sabes cómo va todo esto, siempre parecía mejor en su momento. Muy pocas veces lo que te gustaba de niño resulta ser genuinamente brillante. En los últimos tiempos me ha alegrado confirmar que "Suicide Squad" se mantiene bastante bien. Con lo que más conecto es con sus guiones. Creo que lo que hizo John Ostrander en solitario, y más tarde como co-argumentista con Kim Yale, era la forma de hacer las cosas por definición que ha de llevar a cabo un guionista moderno de cómic mainstream. Cogió una nueva serie justo después de un importante evento de la compañía, y la convirtió en su propio pequeño mundo, y aún así resultaba accesible. Tenía varias capas, matices, era divertida y oscura y, sin embargo, estaba tan cristalinamente contada que incluso un niño de nueve años podía disfrutarla. Manejaba los cruces obligatorios editoriales con ingenio y corazón, y ataba los cabos sueltos de otras series y, sin embargo, todo cobraba sentido. Es cierto que nunca la leyó mucha gente. Tenía muchos personajes de gran riqueza, un elenco formado en su mayoría por personajes de serie B desechables que anteriormente no tenían casi vida, y Ostrander los convirtió en personas de verdad.

Me hace gracia, porque en mi caso recuerdo que era obvio que "Squad" estaba un escalón por encima del material habitual de DC, pero por alguna razón, no me interesaba comprarlo más que de forma ocasional. De algún modo, me daba cuenta más o menos de las cualidades que has descrito, pero había algo que se me seguía escapando. O puede que "Legends" me dejase mal sabor de boca, no sé.

Oh, tío, me encantaba "Legends". ¡Y también "Millenium"! Pero pensaba que era el único al que le gustaba el cómic del Escuadrón Suicida.

En aquella época, era muy fácil sentirlo al leer tu serie favorita. A menudo parece que eres el único que aprecia "X", sea "X" un cómic, una película o lo que sea.

Si, es verdad, y en cuanto al Escuadrón Suicida, tuve esa sensación hasta hace unos años. Me refiero a que no conocía a nadie que hablase del tema. Es una serie que nunca se ha considerado de obligada lectura, ni siquiera ha sido un "sleeper". Si alguien ha hablado alguna vez de ella, me lo he perdido, pero a escala más grande, sigue sin estar considerada como lectura esencial. Así que cuando conocí a Tucker Stone y empezamos a charlar un buen rato sobre los cómics que nos gustaban, y me dijo que también era su cómic favorito, pensé que me estaba gastando una broma. Pero luego citó una frase de uno de mis números preferidos, y supe que no era un vacile.

Entonces, ¿cómo es que retomar "Suicide Squad" te llevó a "Deathzone!"? ¿Y luego hasta Copra?

Necesitaba tomarme un descanso de Zegas. Con el segundo número me vacié por completo. Necesitaba algo que me diese más libertad, sin preocupaciones. "Suicide Squad" rondaba mis recuerdos, y acababa de terminar mi entrevista "Wasteland" con John Ostrander para la web de Tucker, Factual Opinion. Así que me dije que sería genial homenajearle con algo. Tal vez iniciar un blog o un Tumblr revisando la serie número a número, al estilo de Douglas Wolk. Entonces pensé que me divertiría más dibujando algún pin-up del Escuadrón. Bueno, sabía que terminaría por aburrirme también. De todos modos, no soy fan de los pin-ups. Pero, ¿y si hiciese un pequeño cómic? Una historia corta, un cómic hecho por un fan. Josh Simmons había publicado un cómic de Batman, así que, ¿qué problema podía haber en hacer una historia corta que tal vez solo se iban a leer doscientas personas? Lo digo porque esa era mi cantidad de lectores entonces. Era todo lo que había conseguido esforzándome todo lo que había podido en el proyecto de Zegas.

Vale, pero es obvio que "Deathzone!" despertó suficiente interés como para que dieses inicio a Copra.

Bueno, sí, ¡la verdad es que me lo pasé increíblemente bien haciendo "Deathzone!" en mi tiempo libre! Me sentía como si estuviese haciendo una “broma interna” cariñosa y muy personal que solo le iba a hacer gracia a mis amigos, excepto que era una broma en un 0%. No era una parodia ni tampoco una declaración irónica. Odio la mayor parte de ese tipo de material. "Deathzone!" era directamente un homenaje. Se suponía que iba a ser algo de poca extensión, pero cuando lo terminé, todavía seguía con el subidón. En realidad, no le llegó a mucha gente, así que creí que eso era todo. ¡Me lo saqué del sistema! Excepto que no era verdad. Tenía ganas de continuar. Obviamente, DC no me iba a contratar para remodelar completamente al Escuadrón Suicida bajo mi visión y sin injerencias, con absoluta libertad creativa. Nadie recibe ese tipo de cheque en blanco. Así que empecé a coquetear con la idea de hacer mi propia versión del "Squad". Quiero decir, los cómics tienen una rica historia de ideas prestadas detrás. Las analogías son nuestra moneda de cambio.

Muy cierto. Bien, en cuanto tomaste la decisión de hacer tu propia versión del "Escuadrón", ¿cómo te las arreglaste para crear el elenco y la trama inicial? ¿Puedes explicar un poco cómo pasaste de la concepción a su ejecución?

Lo primero que pensé es en si debería hacer esta serie o no, fue mi mayor obstáculo. Mi mayor inspiración creativa no eran los cómics de acción violenta, aunque algunas de mis mayores influencias son cómics de acción violenta. Me parecía que no encajaba conmigo. En ese momento, todas las obras que se intentaban parecer a otras me parecían un poco cursis. A veces veo series o personajes que son una analogía de otros, y simplemente es doloroso. Despiden una especie de tristeza. Pero como he dicho, a nuestra cultura del cómic, a nuestra cultura en general, no le importa una mierda. Y eso es lo que quería que fuese este cómic, una vía de escape donde nada me importara un carajo. Si a Stan y Jack no les preocupaba cuando estaban haciendo los Cuatro Fantásticos o la mayoría de los cómics de Marvel, ni Alan Moore se preocupa por cualquiera de las cosas que suele hacer, entonces, ¿quién soy yo para no rendirme ante la llamada de mi musa?

(Continuará)

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