Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1, parte 2, parte 3, parte 4, parte 5, parte 6, parte 7, parte 8.
ENFERMAR
GROTH: Una vez afirmaste: "Ponerme enferma y hacer cómics está completamente vinculado a quién soy".
DRECHSLER: Supongo que lo que une ambas cosas es que en una ocasión no fui capaz de encontrar la pintura gouache que solía usar siempre.
GROTH: ¿Puedes decirme qué te pasó? Sé que de repente te volviste alérgica a todo tipo de cosas. ¿Cuándo te empezó a ocurrir? ¿Fue a finales de los ochenta?
DRECHSLER: Sí. Me mudé de San Francisco al campo para entrar en comunión con la naturaleza. Empecé a vivir en una pequeña casita reformada que habían cubierto con una alfombra de pared a pared. Estaba rodeada de huertos llenos de manzanos que solían regar todo el tiempo. Para ser justa, antes también estuve sufriendo algunos problemas alérgicos. Incluso de niña. Recuerdo que me pasaron algunas cosas que ahora sé que eran reacciones químicas. Estoy segura de que las sufría de pequeña. Sencillamente, cuando llegué a esa casita las cosas se pusieron peor. Me llevó un tiempo darme cuenta, porque el primer síntoma fue que dejé de dormir. Así que me pasé dos años sin dormir más de tres horas por la noche. En ese momento acudía a terapia, que se centraba más en el incesto, y mi terapeuta me decía: "Oh, no, esto es lo que te está pasando en realidad, bla, bla, bla". Así que me dije: "Ok, así que esto es lo que ocurre cuando vives algo así". En ese momento todavía no había enfermado demasiado.
De todos modos, empecé a investigar qué me ocurría y descubrí que probablemente estaba reaccionando a la casa de una forma negativa, así que me mudé a otra y empecé a dormir de nuevo... Pero para entonces el daño ya estaba hecho, así que empecé a sufrir reacciones por culpa de todo tipo de cosas locas y descabelladas.
GROTH: ¿Sabes qué es lo que provocaba reacciones tan fuertes?
DRECHSLER: Nadie sabe nada sobre esta enfermedad, así que no te puedo responder. Hay más gente que ha estado viviendo en esa cabaña y que nunca ha llegado a enfermar, así que, ¿quién sabe? Todos tienen su propia teoría, pero ninguno ha podido probarla, por lo que es difícil de decir.
GROTH: Pero era bastante duro, ¿no?
DRECHSLER: Es muy duro. No puedo ir a ningún lado, no puedo viajar en absoluto. Mi casa tiene que estar limpia. Tuvimos que quitar todo el papel de la pared, porque tenía fungicidas y otras cosas. Tenemos que usar pinturas especiales. Tampoco puedo tener muchas cosas en la casa. La semana pasada fui al dentista y dos días después me puse enferma por culpa de la lidocaína [novocaína]. Además, el simple hecho de estar en una oficina me puede hacer enfermar. Así que tienes que ir pensando en todo con antelación. Ir al dentista ya no es algo sencillo en plan: "Ok, iré al dentista durante una hora". Tienes que calcular bien los horarios y todo lo demás.
GROTH: Tu y yo nos conocimos en Oakland, y me acuerdo que tenías buen aspecto.
DRECHSLER: Estuve bien mientras estuvimos reunidos. Enfermé al día siguiente, pero esa es una de esas bendiciones-maldiciones de todo esto, porque generalmente no suelo enfermar cuando estoy en un lugar tóxico. No enfermo hasta más tarde.
Además, entonces estaba atravesando por un período muy bueno en el que pude hacer muchas cosas, pero te aseguro que no sé por qué me está ocurriendo esto. Me refiero a que ahora estoy pasando por una mala racha en la que simplemente enfermo conque alguien me mire con los ojos entrecerrados. Es impredecible. En definitiva, paso por rachas buenas y malas.
GROTH: Parece que quedarte prisionera en tu hogar es beneficioso para tu obra artística.
DRECHSLER: Ah, sí. La verdad es que trabajo un montón. Aunque lo peor de todo es que una de las cosas de las que me he dado cuenta es que no hay forma de que pueda escribir sobre el presente, a menos que escriba sobre mi enfermedad, porque no tengo la paciencia suficiente. Tampoco tengo fuerzas como para salir y empezar a hacer cosas. Mi conexión actual con la cultura pop se limita a la radio, la televisión y a mi vecindario. Pero como no salgo ni hago gran cosa, es como si estuviese perdiendo contacto con todo eso.
Me fastidia mucho no poder salir con la gente. Aunque me gusta estar sola, es algo que me encanta, también me gusta mucho socializar. No me importa no estar en sintonía con la cultura pop, pero estoy segura de que no me gustaría dejar de relacionarme con la gente. Esto te hace perder amigos, para la gente es difícil conectar contigo cuando juntarse contigo es tan complicado. Tengo algunos amigos para los que no lo es tanto, porque para empezar son bastante naturales, por lo que su estilo de vida coincide con lo que necesito. Pero si otras personas quieren reunirse conmigo tienen que esforzarse mucho, y si luego enfermo cuando estoy con ellos, me quedo muy angustiada, porque se sienten culpables. Así que estoy perdiendo el contacto con mucha gente. No me parece mal. Pero se me hace difícil no ser capaz de tener amigos como solía tener.
GROTH: ¿Crees que esta condición va a ser permanente?
DRECHSLER: ¡Por supuesto que espero que no! Por otro lado, no he mejorado mucho. Es algo que sufro desde los 12 años. Es bastante alarmante. Por otro lado, tengo mucha suerte, porque soy muy adaptable y me gusta pasar mucho tiempo sola, me pongo a trabajar o lo que sea. Me encantaría que mañana alguien me anunciase que por fin han encontraron la cura y que ha sido muy sencillo descubrirla.
SOAP
GROTH: No eres muy fan de los cómics. Tampoco sueles investigarlos con atención o te compras lo que va saliendo o tienes tu panteón personal de artistas, etc. Por otro lado, te encanta lo que es capaz de lograr y la elocuencia de este arte. Supongo que me gustaría saber cómo encajas esas dos actitudes, porque en realidad, cuando alguien piensa en los cómics como forma de arte tan en serio como lo haces tú suele ser muy obsesivo al respecto.
DRECHSLER: También yo he intentado reconciliar ambas posturas. No sé. Cuando hablo con gente, especialmente con hombres, que participan en el mundillo de los cómics, me doy cuenta de que para ellos es diferente. En cierto modo, para ellos es el cómic por el cómic. No quiero decir un cliché en plan "es algo que me ha pasado con todos los hombres con los que he hablado" o algo así, pero me parece que la tendencia es la de que como han estado dedicando toda su vida a los cómics, por eso están metidos tan profundamente. Mientras que en mi caso se ha convertido en un medio que se adapta completamente a mi sensibilidad y eso es todo. Estoy muy interesada en lo que hacen otros con el medio, pero no tengo ese tipo de devoción en plan "esta es LA forma de arte definitiva". Es magnífica y la amo totalmente, y estoy feliz de que exista, pero para mí es algo muy diferente.
GROTH: Porque no te sientas y empiezas a teorizar al respecto. [Risas.]
DRECHSLER: No, la verdad es que no. De vez en cuando me leo algún foro o algo en el The Comics Journal que me deja atónita. En cierto modo, me recuerda a cuando intentaba ser una buena artista y la gente se sentaba y hablaba ad nauseum sobre el significado de la pintura y todo ese tipo de cosas. Sencillamente no me gusta que se haga en ningún medio.
GROTH: ¿Es que ahorras esa especie de pasión obsesiva para otra cosa?
DRECHSLER: Hmmm.
GROTH: ¿O es tu actitud habitual con todo en general?
DRECHSLER: He sufrido mis obsesiones, pero aparecen y desaparecen. Puede que me ponga obsesiva con algunas cosas, pero luego se me pasa.
GROTH: Obsesiones transitorias.
DRECHSLER: Supongo. Estoy intentando pensar en algo por lo que haya estado obsesionada durante mucho tiempo. Probablemente lo que más me haya obsesionado nunca sean las ideas. Supongo que para algunas personas los cómics son una idea. Bueno, ciertamente mi punto de vista feminista me obsesionó un montón. Más tarde se amplió para pasar a convertirse en una obsesión por los Derechos Humanos. Me obsesionan mucho esas cosas, nuestro loco país y su forma de funcionar. Eso es lo que más me obsesiona.
GROTH: ¿Te gusta mucho alguna cosa actual?
DRECHSLER: He de admitir que estoy extremadamente obsesionada con Buffy the Vampire Slayer, el programa de televisión. [Risas.] Pero quizá sea mejor no decirlo en voz alta, ¿no?
GROTH: [Risas]. Tienes razón. Alguna vez has comentado tu amor por las telenovelas. Eres fan del género.
GROTH: Es que me parece extraño, porque desde mi punto de vista tus cómics son muy certeros, lo más sinceros posible. No me refiero necesariamente al aspecto autobiográfico, sino al componente estético. Las telenovelas me parecen exactamente lo opuesto: en esencia, parece como si lo falsificasen todo.
DRECHSLER: Creo que lo que me gusta de las telenovelas es solo la forma: suelen ser una historia continuada. También me gusta mucho, y creo que lo uso en mis historias, ese momento decisivo. Obviamente, no puedes hacerlo demasiado en la soap opera, pero adoro el momento en el que la trama te está conduciendo hacia algo y te va preparando para todo ese gran alboroto que se va a producir al final, ¡así que mañana tengo que volver a por más! Me encanta la continuidad de los personajes, lo que me lleva a preguntarme por qué me gustaría dejar mi personaje de Lily. Lo estoy pensando mientras estoy hablando contigo, pero es que me gusta mucho. También me gusta la serie televisiva de Buffy, me parece increíble. Creo que muchas de sus raíces están en los cómics. Me encanta que llegues a convivir con estos personajes. Me encantan las películas, pero en los últimos diez o quince años me ha empezado a gustar mucho más el personaje de una serie porque se puede desarrollar más que en una película. Me encanta. Y aunque mucho menos, también en las soap operas suelen potenciar mucho a los personajes. Creo que lo más me gusta de las soap es que parece como si estos personajes siempre fuesen a estar junto a ti. Aunque los interpreten actores diferentes, "La parte de fulano está siendo interpretada por..." Ya sabes, también tienes que tragarte algunos pequeños anuncios.
GROTH: Eso es lo que hace que las soap sean tan confortables, siempre puedes regresar a ellas, y siempre podrás ver a todos estos personajes seguir y seguir y seguir con su vida. Pero en tu caso, gran parte de tu trabajo se basa en la incomodidad.
DRECHSLER: Bueno, tendría que analizarlo. No puedo explicar por qué me gustan las soap y cómo es que se pueden relacionar con mi trabajo. Pero te aseguro que es cierto.
GROTH: Tengo que decirte que los cliffhangers son bastante patéticos como tal.
DRECHSLER: ¿Lo son? Oh, me parece bien.
GROTH: Son demasiado sutiles como para que sirvan como tal.
DRECHSLER: Oh.
GROTH: Apenas son cliffhangers en el sentido melodramático aceptado. No son como si alguien descubriese de repente que tiene cáncer.
DRECHSLER: Sí, lo sé. Pero creo que todavía quiero seguir usándolos, en el sentido de que mis historias son más discretas, pero tú las sigues, lees la historia y al final sucede algo que te hace desear leer el próximo episodio. De acuerdo, tampoco es que se produzca un gran suspense dramático, pero, ¿es que hay alguna ley en contra de poder utilizar un cliffhanger?
GROTH: No, no.
DRECHSLER: Y tal vez es que no soy buena haciéndolos. Me refiero a, ya sabes, que me lo voy a trabajar más.
GROTH: No, lo que intento decir es que si fueses mejor haciéndolos, puede que tu obra fuese más pobre.
DRECHSLER: La mayoría de mis influencias no son de gente del cómic. Ahora me inspiran mucho más los cómics de otras personas, pero la mayoría de lo que más influye en mi trabajo son novelas, televisión, películas, así que es como... no sé. Ahora solo se me ocurren telenovelas que citar, quizá sea porque me siento más cómoda viéndolas, no lo sé. Simplemente es obvio que me gusta esa narración continuada, o si no, no me habría metido en los cómics. Creo que en ese sentido son bastante similares.
GROTH: ¿Hay alguna película sobre adolescentes, sobre el tipo de cosas que has explorado en Summer of Love que te haya gustado?
DRECHSLER: Me gustó mucho Ghost World, pero me gustó mucho más el libro. [Groth se ríe.] También un programa de televisión titulado My So-Called Life [Es mi vida], de mediados de los noventa, y Once & Again [Una vez más] de los mismos creadores. Gregory's Girl, Splendor In the Grass [Esplendor en la hierba], My Bodyguard [Mi guardaespaldas], Little Darlings [Faldas revoltosas], Valley Girl [La chica del valle]... ahí tienes un puñado de las cosas que me gustan.
GROTH: ¿Qué hay de "Diner" [1982]?
DRECHSLER: "Diner" se centraba demasiado en los chicos. En realidad, hay una película de los setenta que me encanta titulada "Girlfriends" [Las amigas], con Melanie Mayron. Bueno, en realidad no eran adolescentes. Las protagonistas acababan de salir del Instituto, por lo que no debería contar. Puede que te guste más otra película posterior que se titula "Ordinary People" [Gente corriente]. ¿La has visto?
GROTH: Claro, con Mary Tyler Moore, estaba dirigida por Robert Redford.
DRECHSLER: Es un referente, la verdad. Creo que esa película me impactó mucho. Oh, querido bebé, eres tú. John Sayles. Es una gran película. Siempre me ha gustado. Aunque no me identifico con la protagonista en absoluto. En la película se retrata una especie de post-adolescencia, pero aún así era una película para adolescentes que estaba muy bien hecha. También me gustan todas las películas para adolescentes de mierda. Me encantan. Bueno, las más recientes apestan, pero me gustan mucho las películas de John Hughes. Te aseguro que no tengo gusto alguno. Mi madre se ponía como loca, porque le hubiese gustado que yo fuese alguien verdaderamente intelectual, y ¿sabes?, no lo soy, así que me encantan todas esas películas. Molly Ringwald es genial.
GROTH: ¿Has visto una película titulada "Whatever" [Conflicto de juventud, 1998]?
DRECHSLER: No.
GROTH: Trata sobre una niña de 17 años que se está graduando en el instituto y no sabe lo que quiere hacer con su vida. La estrenaron hace tres años. Era el primer trabajo de la directora. Me parece una película brillante.
DRECHSLER: He visto "Welcome to the Dollhouse" [Bienvenido a la casa de muñecas, 1995], pero no me llegó demasiado. Todo el mundo decía que era fabulosa, pero...
FLIRTEANDO CON NUEVAS IDEAS
GROTH: No sé cuándo salió el último número de Nowhere, hará cerca de dos años.
DRECHSLER: Si, por lo menos.
GROTH: Y desde entonces no has vuelto a hacer ningún cómic. ¿Por qué?
DRECHSLER: Se han mezclado una serie de cosas y ni siquiera estoy segura de si las puedo enumerar todas. Creo que en parte ahora soy más consciente de que la gente se lee mis cosas, por lo que hacerlas resulta un poco más difícil. Antes pensaba: "Bueno, a quién le importa lo que piensen, voy a hacer lo que me de la gana". Ya no tengo la misma actitud. Otra cuestión es: ¿Realmente quiero continuar con Lily? Últimamente he estado escribiendo algo, o por lo menos lo he intentado. Se me han ido ocurriendo algunas ideas, pero hasta el momento ninguna de ellas me ha parecido lo suficientemente digna. También puedo quedarme a esperar ese momento en que la historia me atrape y se empiece a escribir a sí misma. Sé que suena simplista, pero es que no puedo coger y decir: "Ok, necesito una historia. Voy a escribirla pero ya". Eso no me funciona. En mi caso me siento y empiezo a escribir y espero que la historia me diga: "Ok, allá vamos". Pero todavía no ha sucedido.
GROTH: ¿Has coqueteado con muchas ideas?
DRECHSLER: No es que sean muchas, pero hay un par a las que las estoy dando vueltas.
FIN
ENFERMAR
GROTH: Una vez afirmaste: "Ponerme enferma y hacer cómics está completamente vinculado a quién soy".
DRECHSLER: Supongo que lo que une ambas cosas es que en una ocasión no fui capaz de encontrar la pintura gouache que solía usar siempre.
GROTH: ¿Puedes decirme qué te pasó? Sé que de repente te volviste alérgica a todo tipo de cosas. ¿Cuándo te empezó a ocurrir? ¿Fue a finales de los ochenta?
DRECHSLER: Sí. Me mudé de San Francisco al campo para entrar en comunión con la naturaleza. Empecé a vivir en una pequeña casita reformada que habían cubierto con una alfombra de pared a pared. Estaba rodeada de huertos llenos de manzanos que solían regar todo el tiempo. Para ser justa, antes también estuve sufriendo algunos problemas alérgicos. Incluso de niña. Recuerdo que me pasaron algunas cosas que ahora sé que eran reacciones químicas. Estoy segura de que las sufría de pequeña. Sencillamente, cuando llegué a esa casita las cosas se pusieron peor. Me llevó un tiempo darme cuenta, porque el primer síntoma fue que dejé de dormir. Así que me pasé dos años sin dormir más de tres horas por la noche. En ese momento acudía a terapia, que se centraba más en el incesto, y mi terapeuta me decía: "Oh, no, esto es lo que te está pasando en realidad, bla, bla, bla". Así que me dije: "Ok, así que esto es lo que ocurre cuando vives algo así". En ese momento todavía no había enfermado demasiado.
De todos modos, empecé a investigar qué me ocurría y descubrí que probablemente estaba reaccionando a la casa de una forma negativa, así que me mudé a otra y empecé a dormir de nuevo... Pero para entonces el daño ya estaba hecho, así que empecé a sufrir reacciones por culpa de todo tipo de cosas locas y descabelladas.
GROTH: ¿Sabes qué es lo que provocaba reacciones tan fuertes?
DRECHSLER: Nadie sabe nada sobre esta enfermedad, así que no te puedo responder. Hay más gente que ha estado viviendo en esa cabaña y que nunca ha llegado a enfermar, así que, ¿quién sabe? Todos tienen su propia teoría, pero ninguno ha podido probarla, por lo que es difícil de decir.
GROTH: Pero era bastante duro, ¿no?
DRECHSLER: Es muy duro. No puedo ir a ningún lado, no puedo viajar en absoluto. Mi casa tiene que estar limpia. Tuvimos que quitar todo el papel de la pared, porque tenía fungicidas y otras cosas. Tenemos que usar pinturas especiales. Tampoco puedo tener muchas cosas en la casa. La semana pasada fui al dentista y dos días después me puse enferma por culpa de la lidocaína [novocaína]. Además, el simple hecho de estar en una oficina me puede hacer enfermar. Así que tienes que ir pensando en todo con antelación. Ir al dentista ya no es algo sencillo en plan: "Ok, iré al dentista durante una hora". Tienes que calcular bien los horarios y todo lo demás.
GROTH: Tu y yo nos conocimos en Oakland, y me acuerdo que tenías buen aspecto.
DRECHSLER: Estuve bien mientras estuvimos reunidos. Enfermé al día siguiente, pero esa es una de esas bendiciones-maldiciones de todo esto, porque generalmente no suelo enfermar cuando estoy en un lugar tóxico. No enfermo hasta más tarde.
Además, entonces estaba atravesando por un período muy bueno en el que pude hacer muchas cosas, pero te aseguro que no sé por qué me está ocurriendo esto. Me refiero a que ahora estoy pasando por una mala racha en la que simplemente enfermo conque alguien me mire con los ojos entrecerrados. Es impredecible. En definitiva, paso por rachas buenas y malas.
GROTH: Parece que quedarte prisionera en tu hogar es beneficioso para tu obra artística.
DRECHSLER: Ah, sí. La verdad es que trabajo un montón. Aunque lo peor de todo es que una de las cosas de las que me he dado cuenta es que no hay forma de que pueda escribir sobre el presente, a menos que escriba sobre mi enfermedad, porque no tengo la paciencia suficiente. Tampoco tengo fuerzas como para salir y empezar a hacer cosas. Mi conexión actual con la cultura pop se limita a la radio, la televisión y a mi vecindario. Pero como no salgo ni hago gran cosa, es como si estuviese perdiendo contacto con todo eso.
Me fastidia mucho no poder salir con la gente. Aunque me gusta estar sola, es algo que me encanta, también me gusta mucho socializar. No me importa no estar en sintonía con la cultura pop, pero estoy segura de que no me gustaría dejar de relacionarme con la gente. Esto te hace perder amigos, para la gente es difícil conectar contigo cuando juntarse contigo es tan complicado. Tengo algunos amigos para los que no lo es tanto, porque para empezar son bastante naturales, por lo que su estilo de vida coincide con lo que necesito. Pero si otras personas quieren reunirse conmigo tienen que esforzarse mucho, y si luego enfermo cuando estoy con ellos, me quedo muy angustiada, porque se sienten culpables. Así que estoy perdiendo el contacto con mucha gente. No me parece mal. Pero se me hace difícil no ser capaz de tener amigos como solía tener.
GROTH: ¿Crees que esta condición va a ser permanente?
DRECHSLER: ¡Por supuesto que espero que no! Por otro lado, no he mejorado mucho. Es algo que sufro desde los 12 años. Es bastante alarmante. Por otro lado, tengo mucha suerte, porque soy muy adaptable y me gusta pasar mucho tiempo sola, me pongo a trabajar o lo que sea. Me encantaría que mañana alguien me anunciase que por fin han encontraron la cura y que ha sido muy sencillo descubrirla.
SOAP
GROTH: No eres muy fan de los cómics. Tampoco sueles investigarlos con atención o te compras lo que va saliendo o tienes tu panteón personal de artistas, etc. Por otro lado, te encanta lo que es capaz de lograr y la elocuencia de este arte. Supongo que me gustaría saber cómo encajas esas dos actitudes, porque en realidad, cuando alguien piensa en los cómics como forma de arte tan en serio como lo haces tú suele ser muy obsesivo al respecto.
DRECHSLER: También yo he intentado reconciliar ambas posturas. No sé. Cuando hablo con gente, especialmente con hombres, que participan en el mundillo de los cómics, me doy cuenta de que para ellos es diferente. En cierto modo, para ellos es el cómic por el cómic. No quiero decir un cliché en plan "es algo que me ha pasado con todos los hombres con los que he hablado" o algo así, pero me parece que la tendencia es la de que como han estado dedicando toda su vida a los cómics, por eso están metidos tan profundamente. Mientras que en mi caso se ha convertido en un medio que se adapta completamente a mi sensibilidad y eso es todo. Estoy muy interesada en lo que hacen otros con el medio, pero no tengo ese tipo de devoción en plan "esta es LA forma de arte definitiva". Es magnífica y la amo totalmente, y estoy feliz de que exista, pero para mí es algo muy diferente.
GROTH: Porque no te sientas y empiezas a teorizar al respecto. [Risas.]
DRECHSLER: No, la verdad es que no. De vez en cuando me leo algún foro o algo en el The Comics Journal que me deja atónita. En cierto modo, me recuerda a cuando intentaba ser una buena artista y la gente se sentaba y hablaba ad nauseum sobre el significado de la pintura y todo ese tipo de cosas. Sencillamente no me gusta que se haga en ningún medio.
GROTH: ¿Es que ahorras esa especie de pasión obsesiva para otra cosa?
DRECHSLER: Hmmm.
GROTH: ¿O es tu actitud habitual con todo en general?
DRECHSLER: He sufrido mis obsesiones, pero aparecen y desaparecen. Puede que me ponga obsesiva con algunas cosas, pero luego se me pasa.
GROTH: Obsesiones transitorias.
DRECHSLER: Supongo. Estoy intentando pensar en algo por lo que haya estado obsesionada durante mucho tiempo. Probablemente lo que más me haya obsesionado nunca sean las ideas. Supongo que para algunas personas los cómics son una idea. Bueno, ciertamente mi punto de vista feminista me obsesionó un montón. Más tarde se amplió para pasar a convertirse en una obsesión por los Derechos Humanos. Me obsesionan mucho esas cosas, nuestro loco país y su forma de funcionar. Eso es lo que más me obsesiona.
GROTH: ¿Te gusta mucho alguna cosa actual?
DRECHSLER: He de admitir que estoy extremadamente obsesionada con Buffy the Vampire Slayer, el programa de televisión. [Risas.] Pero quizá sea mejor no decirlo en voz alta, ¿no?
GROTH: [Risas]. Tienes razón. Alguna vez has comentado tu amor por las telenovelas. Eres fan del género.
DRECHSLER: Tampoco es que sea lo único que veo. Ahora estoy viendo Days of Our Lives [1965]. Pero las telenovelas ya no me parecen tan atractivas, porque como la televisión tiene tantos canales alternativos, hay un montón de buenas series para ver. Todavía me gusta mucho el formato.
GROTH: Es que me parece extraño, porque desde mi punto de vista tus cómics son muy certeros, lo más sinceros posible. No me refiero necesariamente al aspecto autobiográfico, sino al componente estético. Las telenovelas me parecen exactamente lo opuesto: en esencia, parece como si lo falsificasen todo.
DRECHSLER: Creo que lo que me gusta de las telenovelas es solo la forma: suelen ser una historia continuada. También me gusta mucho, y creo que lo uso en mis historias, ese momento decisivo. Obviamente, no puedes hacerlo demasiado en la soap opera, pero adoro el momento en el que la trama te está conduciendo hacia algo y te va preparando para todo ese gran alboroto que se va a producir al final, ¡así que mañana tengo que volver a por más! Me encanta la continuidad de los personajes, lo que me lleva a preguntarme por qué me gustaría dejar mi personaje de Lily. Lo estoy pensando mientras estoy hablando contigo, pero es que me gusta mucho. También me gusta la serie televisiva de Buffy, me parece increíble. Creo que muchas de sus raíces están en los cómics. Me encanta que llegues a convivir con estos personajes. Me encantan las películas, pero en los últimos diez o quince años me ha empezado a gustar mucho más el personaje de una serie porque se puede desarrollar más que en una película. Me encanta. Y aunque mucho menos, también en las soap operas suelen potenciar mucho a los personajes. Creo que lo más me gusta de las soap es que parece como si estos personajes siempre fuesen a estar junto a ti. Aunque los interpreten actores diferentes, "La parte de fulano está siendo interpretada por..." Ya sabes, también tienes que tragarte algunos pequeños anuncios.
GROTH: Eso es lo que hace que las soap sean tan confortables, siempre puedes regresar a ellas, y siempre podrás ver a todos estos personajes seguir y seguir y seguir con su vida. Pero en tu caso, gran parte de tu trabajo se basa en la incomodidad.
DRECHSLER: Bueno, tendría que analizarlo. No puedo explicar por qué me gustan las soap y cómo es que se pueden relacionar con mi trabajo. Pero te aseguro que es cierto.
GROTH: Tengo que decirte que los cliffhangers son bastante patéticos como tal.
DRECHSLER: ¿Lo son? Oh, me parece bien.
GROTH: Son demasiado sutiles como para que sirvan como tal.
DRECHSLER: Oh.
GROTH: Apenas son cliffhangers en el sentido melodramático aceptado. No son como si alguien descubriese de repente que tiene cáncer.
DRECHSLER: Sí, lo sé. Pero creo que todavía quiero seguir usándolos, en el sentido de que mis historias son más discretas, pero tú las sigues, lees la historia y al final sucede algo que te hace desear leer el próximo episodio. De acuerdo, tampoco es que se produzca un gran suspense dramático, pero, ¿es que hay alguna ley en contra de poder utilizar un cliffhanger?
GROTH: No, no.
DRECHSLER: Y tal vez es que no soy buena haciéndolos. Me refiero a, ya sabes, que me lo voy a trabajar más.
GROTH: No, lo que intento decir es que si fueses mejor haciéndolos, puede que tu obra fuese más pobre.
DRECHSLER: La mayoría de mis influencias no son de gente del cómic. Ahora me inspiran mucho más los cómics de otras personas, pero la mayoría de lo que más influye en mi trabajo son novelas, televisión, películas, así que es como... no sé. Ahora solo se me ocurren telenovelas que citar, quizá sea porque me siento más cómoda viéndolas, no lo sé. Simplemente es obvio que me gusta esa narración continuada, o si no, no me habría metido en los cómics. Creo que en ese sentido son bastante similares.
GROTH: ¿Hay alguna película sobre adolescentes, sobre el tipo de cosas que has explorado en Summer of Love que te haya gustado?
DRECHSLER: Me gustó mucho Ghost World, pero me gustó mucho más el libro. [Groth se ríe.] También un programa de televisión titulado My So-Called Life [Es mi vida], de mediados de los noventa, y Once & Again [Una vez más] de los mismos creadores. Gregory's Girl, Splendor In the Grass [Esplendor en la hierba], My Bodyguard [Mi guardaespaldas], Little Darlings [Faldas revoltosas], Valley Girl [La chica del valle]... ahí tienes un puñado de las cosas que me gustan.
GROTH: ¿Qué hay de "Diner" [1982]?
DRECHSLER: "Diner" se centraba demasiado en los chicos. En realidad, hay una película de los setenta que me encanta titulada "Girlfriends" [Las amigas], con Melanie Mayron. Bueno, en realidad no eran adolescentes. Las protagonistas acababan de salir del Instituto, por lo que no debería contar. Puede que te guste más otra película posterior que se titula "Ordinary People" [Gente corriente]. ¿La has visto?
GROTH: Claro, con Mary Tyler Moore, estaba dirigida por Robert Redford.
DRECHSLER: Es un referente, la verdad. Creo que esa película me impactó mucho. Oh, querido bebé, eres tú. John Sayles. Es una gran película. Siempre me ha gustado. Aunque no me identifico con la protagonista en absoluto. En la película se retrata una especie de post-adolescencia, pero aún así era una película para adolescentes que estaba muy bien hecha. También me gustan todas las películas para adolescentes de mierda. Me encantan. Bueno, las más recientes apestan, pero me gustan mucho las películas de John Hughes. Te aseguro que no tengo gusto alguno. Mi madre se ponía como loca, porque le hubiese gustado que yo fuese alguien verdaderamente intelectual, y ¿sabes?, no lo soy, así que me encantan todas esas películas. Molly Ringwald es genial.
GROTH: ¿Has visto una película titulada "Whatever" [Conflicto de juventud, 1998]?
DRECHSLER: No.
GROTH: Trata sobre una niña de 17 años que se está graduando en el instituto y no sabe lo que quiere hacer con su vida. La estrenaron hace tres años. Era el primer trabajo de la directora. Me parece una película brillante.
DRECHSLER: He visto "Welcome to the Dollhouse" [Bienvenido a la casa de muñecas, 1995], pero no me llegó demasiado. Todo el mundo decía que era fabulosa, pero...
FLIRTEANDO CON NUEVAS IDEAS
GROTH: No sé cuándo salió el último número de Nowhere, hará cerca de dos años.
DRECHSLER: Si, por lo menos.
GROTH: Y desde entonces no has vuelto a hacer ningún cómic. ¿Por qué?
DRECHSLER: Se han mezclado una serie de cosas y ni siquiera estoy segura de si las puedo enumerar todas. Creo que en parte ahora soy más consciente de que la gente se lee mis cosas, por lo que hacerlas resulta un poco más difícil. Antes pensaba: "Bueno, a quién le importa lo que piensen, voy a hacer lo que me de la gana". Ya no tengo la misma actitud. Otra cuestión es: ¿Realmente quiero continuar con Lily? Últimamente he estado escribiendo algo, o por lo menos lo he intentado. Se me han ido ocurriendo algunas ideas, pero hasta el momento ninguna de ellas me ha parecido lo suficientemente digna. También puedo quedarme a esperar ese momento en que la historia me atrape y se empiece a escribir a sí misma. Sé que suena simplista, pero es que no puedo coger y decir: "Ok, necesito una historia. Voy a escribirla pero ya". Eso no me funciona. En mi caso me siento y empiezo a escribir y espero que la historia me diga: "Ok, allá vamos". Pero todavía no ha sucedido.
GROTH: ¿Has coqueteado con muchas ideas?
DRECHSLER: No es que sean muchas, pero hay un par a las que las estoy dando vueltas.
FIN
1 comentario:
¡Muy interesante! Gracias por compartir. Una entrevista a Debbie Drechsler no es algo que se encuentre todos los días.
Saludos.
Publicar un comentario