viernes, 9 de febrero de 2018

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 8 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1parte 2parte 3parte 4parte 5parte 6, parte 7.

DIRIGIÉNDOSE HACIA NINGUNA PARTE EN EL VERANO DEL AMOR

Groth: Durante un año estuviste trabajando para el New York Press, aproximadamente en torno a 1990 o 1991. ¿Cómo surgió Nowhere?

Drechsler: Si mal no recuerdo, me tuve que tomar un descanso. Estuve con las cosas de New York Press y acabé un poco harta, así que me quedé un tiempo sin hacer nada. Creo que en esa época también me puse bastante enferma.

Groth: ¿Por qué dejaste de hacer la tira para el periódico?

Drechsler: Para mí, los cómics son el equivalente de un pintor que tiene otro trabajo y pinta los fines de semana. Los cómics son mi disciplina artística más pura, mi arte más especial. Cuando estás haciendo ilustración, tienes que cumplir con unas fechas extenuantes, así que como tienes que llegar a tiempo, debes tomar un montón de decisiones sobre tu obra artística que necesariamente no tienen por qué gustarte. Acabo de caer en la cuenta de que hacer esto en el cómic sindicado debe ser muy parecido, además te pagan menos. El caso es que me gusta la ilustración, pero dibujar de forma comercial hizo que cambiase mi percepción sobre el dibujo para siempre. Lo convierte en algo diferente. Existe una gran diferencia entre sentarte para hacer el dibujo que quieres dibujar y en el momento que te apetece hacerlo, y dibujar para unas personas que tienen ideas determinadas sobre lo que deberías dibujar y cómo y cuándo tienes que hacer la entrega. Así que era algo que no quería que le pasara a mis cómics. Yo quería que mis cómics fuesen míos. Y como obviamente era evidente que las posibilidades de que ganase algún dinero eran realmente escasas, me resultó difícil tener que elegir, aunque siempre había tenido otra forma de ganar dinero. Muchas de las cosas que hacía para el periódico me gustaban un montón, como la sección de correo o que muchas personas viesen mis cosas, pero el cronograma era agotador, y además ese pequeño formato resultó ser más limitado de lo que me hubiese gustado. No podía contar mis historias como me hubiese gustado hacerlo.
Groth: Mientras hacías la tira para el New York Press, ¿estuviste trabajando en algo más para poder llegar a fin de mes?

Drechsler: También dibujaba ilustración. Por las tiras solo me pagaban 30 dólares a la semana. ¡Es criminal! Tienes que conseguir publicar en muchos diarios para poder empezar a ganar una cantidad de dinero decente, y si quieres que te paguen por el copyright de autor tienes que empezar a publicar tu tira en un nuevo periódico. Pero si solo publicas en un periódico, con lo que ganas apenas puedes tomarte un café con leche por la mañana.

Groth: ¿Cómo lograste hacer malabares con los dos trabajos? ¿Tenías una especie de rutina?

Drechsler: Recuerdo que las cosas se pusieron un poco difíciles. En realidad, al principio no lo eran tanto, porque como ilustradora siempre estaba ocupada, aunque más tarde tuve algunos parones durante un tiempo. Eso sí, fue bastante fácil llenar esos espacios sin nada que hacer con los cómics. Pero lo que sucedió fue que los cómics empezaron a parecerme mucho más convincentes que la ilustración, y las cosas se pusieron peor. De hecho, empecé a relajarme más en mi trabajo como ilustradora y empecé a aferrarme y a pulir más mis cómics. Y luego caí enferma y dejé de hacer ilustración por un tiempo. Luego, Greg y yo nos juntamos y nos pusimos de acuerdo para que me intentase ganar la vida con los cómics.

Groth: ¡Oh, chica! ¿Es que eras tan optimista?

Drechsler: En realidad pensaba que nunca lo iba a conseguir, pero me dije: "De acuerdo, intentaré hacer cómics a tiempo completo y veremos qué pasa". De hecho, no me gusta estar haciendo cómics a tiempo completo. Como he dicho, dibujar cómics me parece realmente tedioso y me suelo aburrir. Cuando terminé las cosas de Daddy's Girl y empecé con Nowhere, ya no me parecía tan urgente. La narrativa era verdaderamente diferente. No estoy diciendo que me aburriese de contar historias, pero pasarse todo el día, todos los días, dibujando cómics, me parece aburrido. Simplemente no hay otra forma de decirlo. Es muy repetitivo.
Groth: ¿Necesitabas compaginarlo con la ilustración?

Drechsler: Es lo que hice. Mis ilustraciones son ligeras y más suaves y son como un antídoto muy bueno para mis cómics.

Groth: No he visto muchas de tus ilustraciones, pero de vez en cuando recibo tus tarjetas por correo. Por lo que he visto, el estilo de tus ilustraciones es completamente diferente.

Drechsler: Radicalmente diferente. Es como los dos lados de Debbie Drechsler.

Groth: ¿Crees que las dos disciplinas se retro-alimentan entre sí?

Drechsler: Sí. Antes de hacer cómic hacía ilustración. Cuando empecé a hacer ilustraciones eran mucho más oscuras. Pero empecé a dibujar con un tono más claro. En realidad, no era consciente de lo que estaba sucediendo. Creo que en gran parte, ese cambio tuvo que ver con cómo había estado viviendo mi vida durante tanto tiempo. Siempre he intentado tener una actitud positiva. De hecho, creo que hice un cómic que hablaba sobre el tema: "Hacer amigos", donde todos acuden a ver a la chica con problemas. Ella es nueva en la escuela y un día que está deprimida intenta que alguien la escuche y básicamente el chico que lo hace se cabrea con ella por atreverse a estar deprimida.

Groth: Has dicho que te gustaría llegar a un punto medio entre tu ilustración y tus cómics. Pero, ¿te gustaría hacerlo de verdad?

Drechsler: No lo sé. Puede que no. Tal vez solo quiera hacerlo en la vida real, donde no hay tanta diferencia entre mi personaje público y mi privacidad.

Groth: Bueno, parece que como ha hecho mucha gente antes, fuiste capaz de compaginar tu vida profesional en tu trabajo más comercial, donde tienes que ajustarte a ciertos estándares comerciales, y tu otro trabajo donde básicamente estás intentando contar la verdad lo mejor que puedes.

Drechsler: Sí.
Groth: No estoy tan seguro de que realmente quieras encontrar un término medio entre ambos trabajos, porque supongo que resultaría completamente insatisfactorio.

Drechsler: Sí, puede que tengas razón. Bueno, de hecho, sería muy agradable tener la suficiente libertad como para dejar escapar resquicios de felicidad en el cómic y una oscuridad lo más admisible posible en la ilustración. A veces creo que si alguna vez llego a hacer un cómic que rebose felicidad empezarán a abuchearme. Parece que el mundo del cómic tiene sus propias rígidas reglas, como que toda la vida es solo angustia y más angustia, pero al menos por mi experiencia, ese no es el caso. Me suelen ocurrir cosas que me llenan de felicidad, también algunas cosas angustiosas, a veces al mismo tiempo, a veces no.

Groth: Tu último tomo, "Summer of Love" es una recopilación de Nowhere. Está narrado de forma mucho más pausada que Daddy's Girl. Obviamente es menos incendiario. ¿Puede que fuese más fácil porque no te basaste en un tema tan complicado?

Drechsler: Bueno, en ese sentido fue más difícil. En otras palabras, tuve que esforzarme más para que se me ocurriese toda la historia. Pero me gustó poder contar la historia de una forma más pausada. Lo hizo mucho más sencillo. Fue agradable poder contar la historia en el espacio que quería hacerlo y con el suficiente tiempo.

Groth: Me parece que entre ambas obras diste un gran salto formal. Mientras que la estructura narrativa de Daddy's Girl lo convertía en una obra más compacta, cada viñeta saturada de significado, la historia de Summer of Love es estructuralmente mucho más expansiva. ¿Fue algo deliberado y cuidadosamente pensado?

Drechsler: Sé que me moría de ganas de hacer algo a un ritmo más pausado, sin tener que explicar punto por punto todo lo que sucedió, así que supongo que sí, se podrías decir de esa forma.
Groth: Cuando empezaste Nowhere, ¿tenías planeados ya los cinco números?

Drechsler: No, pero nunca volveré a trabajar como lo hice.

Groth: ¿Los escribiste uno tras otro?

Drechsler: Si, y fui rellenando todos estos pequeños agujeros de la trama que luego tenía que resolver en el siguiente número. Fue como una pesadilla.

Groth: ¿Es un cómic autobiográfico?

Drechsler: Es bastante autobiográfico. Supongo que depende de lo que estemos hablando. Ciertamente da la sensación de que es 1967, cuando estaba en... La verdad es que no pude tomar ninguna decisión definitiva. En uno de los números estoy en octavo curso y en otro estoy en noveno, pero creo que la idea general se entiende bastante bien.

Groth: Al leerlo tuve la impresión de que durante la mayor parte del cómic estabas en noveno curso.

Drechsler: Sí. Y en cuanto a la historia, uno de los muchachos de clase de la Elysian Fields se puso en contacto conmigo este año y recordó a la Debbie Drechsler con la que solía ir a la escuela, porque estaba seguro de que era yo. Fue muy divertido.

Groth: ¿Cuánto tuviste que reconstruir imaginativamente y cuánto tuviste que tirar de recuerdos? Supongo que habrá muchos detalles que tuviste que reconstruir, porque igual no los recordabas y supongo que intentaste más capturar un sentimiento que rememorar un momento específico.
Drechsler: ¿Te refieres a los detalles concretos de los hechos?

Groth: Sí, a captar la esencia en lugar de lo específico.

Drechsler: De hecho, hice toneladas de reconstrucción. De nuevo, lo encaré de la misma forma que siempre: empiezo con el germen de una idea, algo que recuerdo, y luego básicamente invento todo lo que no soy capaz de recordar. Para mí, esa es una de las cosas realmente divertidas de ponerte a hacer una obra autobiográfica que no es realmente autobiográfica. ¿A quién le importan los hechos? Pero las emociones y los sentimientos... eso es lo más difícil de recordar. Me esforcé mucho para recordar mi yo adolescente y cómo solíamos actuar y lo que sentíamos mis amigos y yo.

Groth: ¿Crees que es importante que la gente entienda que lo que está leyendo es autobiográfico? En mi caso no me parece tan importante.

Drechsler: Sí. También creo que no es tan importante. En un sentido estricto, no es un cómic autobiográfico. No sé dónde se podría trazar la línea. Es una de las razones por las que me gustaría dejar de escribir a Lily, porque me da un poco de miedo ponerme en su lugar. Puede que mucha gente me diga: "Sé que esto te pasó y es lo que tú viviste", y yo pienso: "En realidad no es así. Me lo he inventado".
Groth: ¿Alguna vez te has sentido bloqueada porque intentas hacer algo autobiográfico y preciso sobre tu vida tal y como la recuerdas, pero obviamente tienes que inventarte cosas y no crees que vayas a poder hacerlo?

Drechsler: Bueno, no fue hasta el final de Nowhere cuando me empecé a sentir bastante constreñida, justo cuando empecé a intentar pensar en una nueva historia en la que ponerme a trabajar. Parte del problema se debe a que me inventé muchas cosas o bien las había modificado, y si continuaba escribiendo autobiográficamente y trabajando con Lily, creo que las cosas podrían empezar a ponerse bastante difíciles. Sin embargo, hasta ahora he fracasado al intentar idear cosas que no sean autobiográficas, por lo que es posible que esa sea mi vocación, no estoy segura. Pero si continúo, podría meterme en problemas, porque si estás haciendo algo realmente autobiográfico, tampoco deberías tener que preocuparte tanto por meter algunos detalles inventados. Básicamente, las cosas sucedieron cuando sucedieron y tú tienes que narrarlas en consecuencia. En su lugar, yo he estado jugueteando con todo esto, lo que puede que no sea tan malo. El caso es que para mí, lo autobiográfico funciona muy bien como base para poder contar historias. Pero me resulta difícil crear nuevos personajes, así que no sé.

Groth: ¿Cómo hiciste para estirar tus piernas artísticas, por así decirlo, para Nowhere? Decidiste usar un formato más grande y más alargado, un ritmo más pausado, y así sucesivamente. ¿Crees que mientras estabas haciendo esta obra seguías aprendiendo?

Drechsler: Si te fijas en cada capítulo, verás cómo voy aprendiendo a cada paso. Especialmente si miras las entregas originales, porque las he toqueteado un poco para la recopilación. El dibujo cambia radicalmente de la primera a la última, y creo que la narración también lo hace.

Groth: Supongo que a lo largo de los cinco números la narración tampoco es que cambie demasiado. Utilizas una técnica concreta, que creo que es deliberada, de cinco viñetas por página donde una de las viñetas es del doble de tamaño de cualquier otra, generalmente en vertical. La usas a menudo, desde el primer número y no la varías hasta el último.

Drechsler: Lo hago así por mis estudios de diseño gráfico. Solo es un truco de composición. Como he estudiado diseño, me resulta muy fácil componer la página de esa forma, ni siquiera es algo en lo que me tenga que esforzar en pensar. Es como una segunda naturaleza.

Groth: Pero parte de la gramática de los cómics consiste en saber cuándo utilizar una viñeta silenciosa. Me parece que en tu caso lo entendiste enseguida. Es algo así como la síncopa en la música. Necesitas un ritmo determinado, y de nuevo, desde el primer número sabías cómo hacerlo.

Drechsler: Mientras estaba escribiendo la historia, el dibujo parecía salir solo. Creo que eso es más o menos lo que se puede ver al leer la obra. Cuando empiezo a escribir, sé cuándo hay que incluir o no palabras.
Groth: ¿Cómo describirías la transición estética de Daddy's Girl a Nowhere?

Drechsler: Es lo que requería la historia. Ni siquiera recuerdo haber experimentado mucho con el estilo. Obviamente, hice lo que ha quedado plasmado, pero todavía estaba intentando encontrar mi voz visual. Sabía que tenía que ser diferente, porque era una historia diferente.

Groth: Una de las facetas más importantes, una de las cosas que le otorga tanta verosimilitud a la historia, es que estos personajes adolescentes posan y gesticulan perfectamente. Si hubieses hecho una historia protagonizada por adultos, creo que el dibujo debería haber sido completamente diferente. ¿Estudiaste alguna figura adolescente en concreto?

Drechsler: Básicamente las que acababa de recordar. Tuve que trabajarme un poco esos dibujos. Sabía lo que quería dibujar y luego tuve que seguir dibujándolo y dibujándolo hasta conseguir lo que quería. Nunca he dibujado a partir de modelos.

Groth: En las figuras hay como como una especie de torpeza que no es una torpeza propia del dibujo.

Drechsler: Recuerdo que cuando era adolescente, era consciente de cada uno de mis movimientos. Así que simplemente los plasmé en el cómic. También recordaba más a los chicos. Obviamente, las posturas de un chico son diferentes de las de una chica, pero si eres una adolescente que está loca por los chicos, aunque fuese muy mala en todo eso de emparejarme, te fijas mucho en ellos. Intenté recordar qué aspecto tenían todos esos chicos.

Groth: ¿Hasta qué punto cada número o capítulo estaba escrito de antemano?

Drechsler: Fue muy parecido a como hice Daddy's Girl. Lo que hago es escribir una historia en primera persona. Normalmente suelo hacer algunos borradores. Puede que en el primero indique: "Dijo que no me quería", y luego lo expanda o lo comprima como lo considere oportuno, y mientras lo estoy haciendo, el tipo de imágenes y dibujos que tengo que empezar a dibujar se van haciendo cada vez más presentes. Luego empiezo con los guiones gráficos, básicamente para tener una idea de cómo voy a diseñar la página, qué va a aparecer en cada viñeta, qué diálogos irán incluidos. Luego paso a los bocetos, las líneas azules y más tarde al entintado.
Groth: Entonces, ¿creas el diálogo mientras estás dibujando?

Drechsler: No. Me invento los diálogos mientras estoy con los guiones gráficos. Bueno, en realidad empiezo a crearlo cuando estoy con los borradores, supongo que se le podría llamar el segundo y tercer borrador del guión. No finalizo el diálogo hasta estar muy cerca del final del proceso de guión y todavía lo sigo modificando mientras lo estoy dibujando. Muchas veces, el dibujo cambia el guión o el tamaño de las viñetas: "Oh, igual esto no queda tan bien, probemos esto otro". Ese tipo de cosas.

Groth: Alteraste el color y la elaboración del cómic para convertirlo en una novela gráfica.

Drechsler: Sí, aparentemente, a algunos no les ha sentado tan bien. Cuando empecé a trabajar en la obra, estaba tan cansada de escuchar bromas sobre que había que leerla con gafas 3-D que me dije: "Ok, voy a cambiar esos malditos colores". Entonces, lo que sucedió es que tuve tantos problemas con la impresión que no presté tanta atención a los colores como debería haberlo hecho, porque estaba muy ocupada vigilando el resto de mierda que estaba yendo mal. Entonces, cuando salió el tomo me dije: "Oh, debería haberme quedado con los colores originales". ¿Pero qué podía hacer? Ya estaba hecho. No es que odie los nuevos colores, pero no me gustan tanto como cuando decidí usarlos por primera vez. Creo que el verde azulado es muy brillante y el marrón y el verde evocan mucho mejor esa especie de sensación veraniega. Pero ya sabes, tomamos nuestras decisiones y tenemos que vivir con ellas.

Tampoco es que cambiase demasiado las páginas originales del cómic, en su mayoría solo revisé la primera parte: hice un esfuerzo por deshacerme del estigma en 3-D. Fue lo peor de ese número, y ​además creo que ​el dibujo no era tan fabuloso, así que intenté limpiarlo un poco. Tuve que volver a colorear la tercera parte porque la primera vez la había hecho en la resolución incorrecta. Solo volví a tocar lo que me parecía que estaba mal, porque odio revisar las cosas que ya he hecho.

Groth: Me temo que la gente todavía puede hacer bromas tridimensionales sobre el color.

Drechsler: Sí. Chris Oliveros me envió un enlace, creo que eran varios mensajes del foro del Comics Journal. Debía ser una especie de charla sobre el tomo donde estaban lloriqueando mucho sobre el color y haciendo bromas sobre el 3-D.

Groth: Por supuesto.
Drechsler: Supongo que estaré maldita. La gente se quejaba del marrón y el verde.

Groth: Para empezar, ¿por qué decidiste usar esos dos colores?

Drechsler: Yo no provengo del mundillo del cómic, sino del diseño. ¿Por qué simplemente voy a hacer algo en blanco y negro si se puede hacer con un par de colores? Pero lo que no tuve en cuenta, porque simplemente no formaba parte de este mundillo, es que la gente iba a pensar que el color era demasiado impuro: "¡Color! ¿En qué estabas pensando?" Así que fue como juntar los dos mundillos en una forma que no parecía tan grandiosa. Pero a la mayoría de la gente le gustó. Recibí cartas donde me decían: "La verdad es que cuando vi la obra recopilada en tomo, la odié un montón, pero ahora creo que funciona muy bien". Así que supongo que era una obra diferente de lo habitual y eso le molestaba mucho a algunas personas.

Groth: Supongo que aplicaste los colores por ordenador.

Drechsler: Más o menos. Los hice como si hicieses la técnica del rubylith por ordenador. En ese momento, Photoshop no era compatible con el color directo, que es lo que son esos colores, así que básicamente los hice en escala de grises y luego Ronald imprimió pequeñas muestras de los colores que había elegido.

Groth: ¿Dibujaste las áreas de color en el ordenador?

Drechsler: Sí, sobre todo porque ya no puedo utilizar rubylith, porque me parece demasiado tóxico.

(Finalizará)

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