lunes, 17 de diciembre de 2018

UNA ENTREVISTA CON KAZ, por PETER BAGGE

Una entrevista con Kaz, realizada por Peter Bagge para la página web de The Comics Journal, 2016. Traducida por Frog2000.

Otra entrevista con Kaz: parte 1 y parte 2

Autsaider Comics ha editado en castellano las siguientes recopilaciones de Kaz: Submundo 1, 2 y 3, además de Sidetrack City.

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Conozco a Kaz desde hace mucho tiempo. La primera vez que lo vi (¿1979?), llevaba puesta una camisa de bolos usada con el nombre de otra persona, y eso fue mucho antes de que algo así se pusiera de moda. Me quedé muy impresionado. Ah, ¡y también me gustaron mucho sus cómics!

Durante los años que ambos estuvimos viviendo y trabajando en el relativo aislamiento de Hoboken, nos veíamos a menudo, y teníamos una relación bastante insidiosa, como de rivalidad entre hermanos que compiten por ver quién es más habilidoso (y que a juzgar por la siguiente entrevista nunca hemos superado). Kaz siempre fue más "cool" que yo, en el sentido generalmente aceptado de esa palabra, y nunca ha dejado de recordármelo. También conocía esa ciudad, así como todo el estado de Nueva Jersey, mucho mejor que yo, lo que a menudo me resultó muy útil.

Un buen recuerdo de esos días es un proyecto de “Arte horrísono” que Kaz, su colega caricaturista Ken Weiner (ahora Ken Avidor) y yo hicimos juntos. Básicamente, cogimos y mangamos la idea de las feas pegatinas que Topps puso a la venta durante la década de los sesenta, con horribles retratos con un nombre como "Sue" o "Earl" debajo, y pegamos copias de las mismas por todas partes. Finalmente, conseguimos un par de exposiciones artísticas, una en una galería de Manhattan que pertenece a un chino loco que se llama Kwok, y que puso un gallo vivo en un cubo de basura durante toda la presentación (¡y que más tarde se cenó!), y el otro en bar de mala muerte de Hoboken, cuya clientela lesbiana, en su mayoría marimachos, se ofendió por uno de mis dibujos y lo arrancó de la pared (era jodidamente ofensivo, así que no me opuse mucho a su violenta objeción).
De todos modos, todos decidimos pintar para aquellas exposiciones artísticas, lo cual me parece en sí mismo muy gracioso, ya que ninguno de nosotros sabía pintar (mi esposa Joanne se sintió obligada a "terminar" todas mis pinturas una vez que las acabé de mala manera). Sin embargo, por lo menos Kaz consiguió algo, ya que terminó haciendo una enorme pintura descuidada de dos sofisticados personajes abstractos bebiendo cócteles, y con letras rojas gigantes en el lienzo garabateó "¡EN VENTA, por 200 dólares!" Todavía me río un montón cada vez que pienso en aquella monstruosidad. Y vendió la pintura esa misma noche, ¡por 200 dólares!

Hace poco Fantagraphics publicó una gran recopilación de la tira de cómics Submundo que Kaz lleva dibujando desde hace más de 20 años. Si aún no lo has hecho, deberías hacerte con ella. Su sentido del humor es oscuro y retorcido y... bueno, realmente jodido. Y ninguna otra tira de cómic ha sido tan divertida durante tanto tiempo. Cada tira individual de la recopilación es una verdadera gema, si es que los chistes sobre apuñalamientos y adictos a las drogas se pueden describir como "gemas".

-Peter Bagge
BAGGE: Recuerdo que me contaste algunas historias divertidas sobre cuando eras un niño y vivías en Hoboken, Nueva Jersey. Una es sobre el hecho de que tus padres eran lituanos, pero el resto del bloque estaba habitado en su mayoría por serbios, por lo que tus padres asumieron que la mayor parte de los estadounidenses eran serbios. ¿Lo he recordado bien?

KAZ: La calle alrededor de mi bloque estaba llena principalmente de checos. Recuerdo a las babushkas vestidas de negro. Siempre estaban hablándose a gritos. Si hacíamos mucho ruido mientras estábamos jugando bajo su ventana, nos tiraban una olla de agua. Todos los chicos llevaban el pelo al rape y eran muy malos. Sabía que no eran estadounidenses porque conocía a las otras etnias. Los puertorriqueños parecían muy chungos. Llevaban pantalones negros ajustados y tupés al estilo pompadour, y su música siempre sonaba fuerte y con una síncopa salvaje. Todas las mujeres llevaban peinados de colmena [beehive] y medias negras. Esos chicos eran unos duros y te tiraban piedras y botellas si te acercabas demasiado a su zona. Los italianos se encargaban de los puestos de comida y los clubes sociales (lugares frecuentados por mafiosos de segunda). Los blancos (de quienes durante muchos años me sentí alejado) me parecía como que llevaban ventaja, porque eran policías, bomberos y maestros (y porque estaban presentes en la televisión y en el cine). Ver a una persona negra en Hoboken a principios de los sesenta era muy raro. En aquella época, mi madre temía a los negros por toda la propaganda anti-negra que había escuchado de niña en un campamento de refugiados lituanos en Alemania. Por alguna razón, los alemanes que pululaban a su alrededor contaban historias de terror sobre los negros de Estados Unidos en un esfuerzo por disuadir a su familia de que se mudara a Estados Unidos.

La regla principal en casa para la familia era que teníamos que hablar lituano mientras estuviésemos dentro. Y el hecho de que aparte de mi familia, no conociésemos a ningún otro lituano en Hoboken, me hacía sentir como un extranjero (aunque tenía el pelo rubio y pecas como "Daniel, el Travieso"). Si no queríamos que la gente de alrededor supiera de lo que estábamos hablando, lo hacíamos en lituano. Recuerdo que mi madre siempre se burlaba en lituano de las personas que nos rodeaban.
BAGGE: ¿Todavía sigues hablando lituano?

KAZ: Desde que me marché de casa, he retenido muy poco. Aunque si mis padres me hablaban en lituano, los entendía. Pero el lituano que hablaba estaba compuesto por un vocabulario muy limitado, como de niños. Recuerdo que mi padre escuchaba programas de lengua lituana en la radio y yo solo podía entender la mitad de lo que decían. Practicaba mucho las "erres", porque en ese lenguaje son muy importantes. Mi padre continuaba asegurando con orgullo que el lituano es uno de los idiomas más antiguos del mundo. Para mí no significaba mucho, porque me interesaba más la jerga estadounidense que se estaba desarrollando en ese momento.

BAGGE: También me has contado que tu madre era bastante severa, y que una vez te ordenó pegar a un niño que te había robado la bicicleta. ¿Estoy en lo cierto?

KAZ: Sí, pero ese niño era mucho más grande que yo, así que me pegó él a mí, por lo que mi madre saltó hacia él, le pegó y recuperó mi bicicleta. Las babushkas checas nos vociferaron como burros desde detrás de las cortinas de las ventanas.

Había un bar en la planta baja de nuestro edificio del que solía salir un tipo todas las tardes gritando "¡Mierda!" una y otra vez. Lo llamábamos "Charlie Súper Mierda". Cuando se calmaba, nos acercábamos con cautela donde estaba y le decíamos: "¿Súper Mierda?", y empezaba a gritar de nuevo. ¡Era una época muy divertida!

BAGGE: ¿Llegó a hacer algún cameo en Submundo?

KAZ: No. Pero es cierto que en el cómic aparecen muchos borrachos y vagabundos. Es probable que el hombre de los bajos fondos sea lo más cercano a Charlie que he hecho.

BAGGE: Cuando vivíamos en Hoboken, coincidí algunas veces con uno de tus hermanos. ¿Era Tom? Más alto y fuerte que tú.

KAZ: Es probable que fuese Vincent. En los ochenta Tommy era un niño. Vincent trabaja en un almacén y lo que más le gusta son las películas de terror y el avistamiento de aves. Tal vez debería escribir una película de terror sobre la observación de aves en su honor: La masacre de los observadores de aves.

BAGGE: También tenías una hermana, ¿verdad? ¡Se me ha olvidado!

KAZ: Si, también tengo una hermana gemela, Laima. Es un nombre lituano que significa espíritu del bosque.

BAGGE: Tengo un vago recuerdo de haberla conocido. Supongo que crees que debería acordarme más vívidamente de tu hermana gemela, ¡especialmente si es un espíritu del bosque! ¿Dónde están ahora todos tus hermanos?

KAZ: Todos siguen viviendo en Nueva Jersey.

BAGGE: ¿Cuántos años tenías cuando tu familia se mudó a Rahway? ¿Y por qué te mudaste? ¿Qué hacía tu viejo para ganarse la vida?

KAZ: Mis padres compraron una casa en Rahway cuando yo tenía nueve años. Mi madre estaba harta de vivir en un apartamento de cuatro habitaciones sin agua caliente. Crecí sin agua caliente. Cocíamos agua en la estufa para poder bañarnos. Y cuando no se calentaba lo suficiente, encendíamos la estufa y manteníamos la puerta abierta para poder calentar la cocina. Mi papá trabajaba en una fábrica de enchapado. No estoy seguro de lo que hacía, pero fijo que no eran zapatitos de bebé. Una noche llegó a casa blanco como un fantasma. Al parecer, casi se cae en un tanque, pero lo salvó un compañero de trabajo. Me imaginé cómo sería mi vida con un papá enchapado en la sala de estar al lado del televisor.

Rahway es una antigua ciudad colonial. George Washington solía dormir allí y toda esas chorradas. El nombre original de la ciudad molaba mucho más: Spanktown [Ciudad Azote]. Hay una historia sobre unos soldados de la revolución que vieron cómo un idiota azotaba a su esposa mientras pasaban por la zona, y eso le dio nombre al lugar.
BAGGE: ¿Era en aquel momento muy diferente de Hoboken?

KAZ: Sí, la verdad es que supuso un gran cambio comparado con vivir en Hoboken. Había grandes parques, lagos y ríos por toda la ciudad. Era una zona residencial con grandes casas antiguas y un viejo cementerio espeluznante con calaveras y tibias cruzadas en las lápidas. Para un niño de 9 años, era como vivir en una película de Hollywood. Correteaba por allí, pescaba, rompía ventanas y montaba en bicicleta por todas partes para vivir todo tipo de aventuras infantiles.

BAGGE: Rahway también es una ciudad de reclusos, ¿verdad? ¿Afectaba la prisión a la cultura local? ¡Es difícil imaginar que sea tan puramente bucólica como la has descrito, si había una prisión tan cerca! Mi ciudad natal estaba cerca de Ossining, Nueva York, hogar de la prisión de Sing Sing. La ciudad se parecía a todas las ciudades vecinas, pero la sabiduría local habitual rezaba: "¡nunca te pases por Ossining!"

KAZ: Curiosamente, la prisión de Rahway (donde encarcelaron al famoso Ruben Hurricane Carter) no estaba en Rahway, sino en Carteret. Le pusieron el nombre de "Rahway" porque era la parada más cercana a la prisión en la vía de tren que pasaba por la Costa Este de Jersey. También estaba al otro lado de la carretera 1-9, por lo que estaba muy separada de la ciudad de Rahway. Así que en realidad no había cultura carcelaria de ningún tipo.

Después del instituto conseguí un trabajo en una fábrica de discos, Springboard Records, que estaba situada cerca de la prisión de Rahway. Me sentaba fuera y observaba cómo los guardias de la prisión escoltaban a los prisioneros hasta una serie de remolques justo afuera de las paredes de la cárcel. Los remolques eran para las visitas conyugales.

Springboard Records fabricó todos los discos de The Chipmunks [Alvin y las ardillas] y un disco titulado "Jimmy Page's Special Early Works", con Sonny Boy Williamson. En realidad era solo un disco de Sonny Boy Williamson en el que Jimmy Page colaboró en la grabación.

Fue mi primer trabajo recién salido del bachillerato. El primer día me dieron una escoba y me dijeron que empezase a barrer el almacén. Me impresionó mucho pensar en que esa iba a ser mi vida a partir de entonces. Después de dos días, los tíos que manejaban los montacargas sintieron pena por mí, y subido en los montacargas, me levantaban hasta las estanterías superiores, donde me ponía a leer y me echaba una siesta hasta la hora de comer, y luego otra hasta la hora de salir. No duré demasiado.

BAGGE: Casi toda tu obra está ambientada en zonas urbanas, residenciales, a diferencia de Hoboken o Jersey, aunque parecen sitios más deprimidos que esos lugares. ¿Podría ser este el Hoboken de tu juventud plasmado permanentemente en tu psique? ¿O quizá sea porque te mudaste allí cuando empezaste a hacer cómics en serio?

KAZ: Sí, Hoboken y Jersey se parecían a los fondos de la Betty Boop de los ´60. Quizá sea un espacio psíquico que refleja mi propia mente descuidada. Pero la verdad es que me gusta dibujar fondos e interiores deprimidos, así como arquitecturas extrañas.
BAGGE: Los interiores siempre incluyen bombillas desnudas, papel de tapiz, papel roto con el yeso por debajo, cortinas rasgadas y suelos que se tambalean. ¡Deberías haber sido decorador de interiores! Je, je. Y los exteriores están formados por terrenos de arena abandonados y personas que entran y salen de las alcantarillas. Cosas que en realidad podrían fascinar a los niños (o al menos si lo siguiésemos siendo).

KAZ: Sí, las alcantarillas me parecen fascinantes. Me encanta la idea de que exista un mundo subterráneo que conecta toda la ciudad. Perdí muchas bolas Spalding en esas alcantarillas. Mi hermano Vincent acusó a nuestra madre de empujar a su perro, Zero, a una alcantarilla después de que se hartase de cuidarlo. Afirma que un amigo la vio hacerlo. Cuando se lo echó en cara, ella lo negó. El perro acababa de desaparecer. Zero, el perro de las alcantarillas.

BAGGE: ¡Acabo de escuchar el ladrido fantasmal con eco de Zero! Acabas de mencionar a Betty Boop, supongo que ese tipo de fondos también te evocan historietas y tiras de los años 30 y 40 que claramente supusieron una gran influencia en tu obra. ¿Siempre te atrajeron esas cosas antiguas o en realidad te interesaste después de empezar a vivir por tu cuenta?

KAZ: Creo que me han gustado desde siempre. Nunca las he considerado cosas antiguas. Sólo diferentes. Los cómics underground que más me influenciaron tenían el mismo tono. Robert Crumb y Kim Deitch. Pero sí, me atraen porque se parecían a Hoboken. En ese momento, dibujar casas, fachadas residenciales, y centros comerciales, me parecía muy aburrido.

BAGGE: ¿Eras un solitario en el instituto? ¿O tenías tu propia pandilla de monstruos? Supongo que no te interesaban demasiado los deportes ni tampoco ibas a los bailes de graduación.

KAZ: Tenía algunos amigos. Inadaptados como yo. Aunque no leían cómics ni dibujaban. Eran intereses solitarios. Los otros estudiantes me veían como un artista. Después del colegio iba a trabajar a una tienda local. Una noche, mi jefe me dio un poco de coñac y casi me corto el pulgar con una cortadora de carne. ¡Salió sangre por todas partes! Una niña del piso de arriba solía entrar en la cocina y coqueteaba conmigo. Su padre era enterrador y me dijo que si alguna vez la tocaba, me mataría y luego me embalsamaría.

Hacía deporte con mis primos. Mi tía Ruth tenía cuatro niños de la misma edad y jugábamos al fútbol juntos. Siempre terminábamos con las narices ensangrentadas y la ropa desgarrada. Una vez entré en un equipo de béisbol de la liguilla de la ciudad solo por el gusto de hacerlo. Apestábamos, pero nuestro equipo ganó un campeonato. Participé en algunas obras escolares y, una vez fui el protagonista de "Eres un buen hombre, Charlie Brown". En el instituto tuve algunas novias. Una también era artista y la otra una animadora. ¡Sí, amigos nerds! ¡Llegué a estar con una animadora!
BAGGE: ¿Interpretaste a Charlie Brown en un musical? ¿Cantaste melodías delante del público?

KAZ: ¡Ojalá! No, hicimos el show sin los números musicales. Nadie del elenco era capaz de cantar. Interpretamos la obra de teatro para toda la escuela durante varios días de la semana, de ese modo los estudiantes podían salir de clase para verla. La obra empezaba conmigo interpretando a Charlie solo en el escenario recitando un monólogo. Cuando me fijé en la audiencia, pude ver la expresión de asombro en las caras de mis compañeros de estudios, ya que se dieron cuenta de que estaban viendo una obra protagonizada por aquel niño extraño que dibujaba historieta.

BAGGE: Definitivamente hay dos tipos de nerds de los cómics. Hay personas extremadamente torpes que coleccionan obsesivamente cómics de superhéroes y hacen cola para ver las películas de Star Wars días antes de su estreno, y hablan incesantemente sobre cosas en las que su interlocutor claramente no tiene ningún interés. Y además no consiguen citas por las razones obvias. Y luego están los que simplemente les gusta la mierda rara en general, como Basil Wolverton, o el Sargento Bilko y The Cramps. Sin embargo, también se duchan y son capaces de comunicarse con otros humanos de una forma normal. Obviamente entras en la segunda categoría. Por supuesto, esto no es ninguna pregunta, pero se puede ver una clara distinción que el uso general de la palabra "nerd" ha convertido en borrosa.

KAZ: Sí, en aquellos tiempos nos llamaban "freaks". Los nerds eran los tipos a los que les gustaba la ciencia y todo eso. Nunca me he considerado un nerd. Lo de geek tiene más sentido. Mi amigo Jim Ryan nos llamaba basura en su forma más baja [Lowlife Scum]. 

Mis dos principales amigos en el instituto eran George y el "Loco" Eddie. George trabajaba en un grasiento taller y tienda de piezas, y Crazy Eddie estaba en la clase "especial" y era muy divertido. El hermano de Crazy Eddie era miembro de la pandilla de moteros The Pagans, por lo que siempre había muchos tipejos de la moto y barbudos emborrachándose en su casa. Había otro chaval que se nos pegó como una lapa a quien llamábamos Igor porque estaba dispuesto a hacer todo lo que sugeríamos. Si George le ordenaba a Igor que saltase desde el techo de un garaje, él lo hacía para buscar nuestra aprobación. A menudo, George, el Loco Eddie y yo hacíamos novillos, cogíamos el tren hasta Manhattan y vagabundeábamos por el Greenwich Village y nos divertíamos.

BAGGE: ¿Siempre te ha gustado la música rock? Al menos escuchabas cosas del glam como Bowie y T-Rex antes de que apareciese el punk, ¿no? ¿Algo anterior a esa fecha? ¿Los Stones y Led Zep tal vez?

KAZ: De chaval me gustaba la música pop. Todo lo que se podía escuchar en la radio. Luego seguí con cosas como Elton John y Alice Cooper. Estaba muy influenciado por la colección de discos de mi tío Alex. Me dejaba grabar sus discos: The Rolling Stones, Led Zep, Dr. John, Hendrix, Pink Floyd. Por mi cuenta, también descubrí a David Bowie, T. Rex, Sweet, bandas parecidas. Recuerdo que compré "The Rolling Stone, History of Rock and Roll" y que pillé todo lo que aparecía en el libro, desde Little Richard a Brian Eno. Me puse muy pesado con el art-rock. Luego, en el ´75 me enteré leyendo que existía un pequeño club en el Bowery de Nueva York llamado CBGBs, pero no comencé a ir hasta el ´76, cuando cumplí los diecisiete años. No conseguí que me acompañaran mis amigos, porque la música se llamaba "Punk Rock" y les disgustaba cualquier cosa a la que se llamara "punk". Mis amigos también me decían que esas bandas no eran capaces de tocar sus instrumentos y que parecían maricas (también me lo llamaban mucho). Solo el Loco Eddie estaba lo suficientemente loco como para ir conmigo.
BAGGE: Cuando mis amigos y yo escuchamos por primera vez a los Ramones, pensamos que solo eran un acto cómico, cuyo truco era: "¡mira lo tontos que somos!" Así que me sorprendió lo apasionadamente que a algunas personas les empezaron a gustar de repente y cómo, en reacción, cuántas personas empezaron a odiarlos. Y esas actitudes se extendieron a todo el fenómeno del punk rock. Muchas de las cosas punk más tempranas eran un poco demasiado groseras para mi gusto, pero a medida que las bandas se volvieron un poco más competentes, me metí más en el tema. Y también me encantaba lo mucho que molestaban a los hippies, cuyas actitudes se habían fosilizado para entonces.

KAZ: Siempre me sorprendió que la gente no pillase el humor de los Ramones. En directo eran muy ruidosos, poderosos, y su aspecto era gracioso. Las letras eran hilarantes. Pero parecía existir una regla en el rock que dice que no puedes ser gracioso y que te tomen en serio como artista. Nunca lo entendí. Me sorprende que necesitases que las bandas fuesen más competentes, considerando lo toscos que eran tus dibujos y chistes del momento. Pero tus gustos musicales fueron siempre más "mainstream" que los míos. En mi caso me parece que cuando las bandas punk se volvieron más competentes, también se volvieron aburridas. ¿Quién empezó en el punk y consiguió su culmen artístico en el quinto álbum? ¿The Clash? ¿Blondie? Yo creo que nadie.


BAGGE: En aquel entonces yo no quería conscientemente que mi arte fuese tan crudo. ¡Sencillamente apestaba! ¡Como los Dead Boys! Pero creo que la mayoría de esos grupos punk y new wave alcanzaron su pico con su tercer LP. ¡Para el quinto se habían acabado! También conseguí aquel libro de la Rolling Stone. Sin embargo, a mí me molestaba la forma en que los editores hicieron encajar sus propias preferencias, porque me parecían bastante obvias.

KAZ: ¿La misma forma en que hiciste evidente cuáles eran tus preferencias cuando estabas editando Weirdo? ¿Crees que los críticos de música tienen que ser justos y equilibrados?

BAGGE: Pero ese libro se vendía como una enciclopedia.

KAZ: Bueno, todavía tengo el libro. Veamos. The Rolling Stone Illustrated History of Rock and Roll. Copyright de 1976. En su mayoría está desglosado por artistas. Cada capitulo lo escribe un crítico musical diferente. Puede que ese fuese el problema. Seguro que Robert Palmer no estaba necesariamente de acuerdo con Dave Marsh o Greil Marcus. En la parte posterior del libro indica que es "Una historia crítica", no una enciclopedia.

BAGGE: Supongo que simplemente toleraba poco que alguien tuviese una opinión diferente a la mía. Pero imagina un libro titulado "La historia de los cómics" que dijese: "Nancy era una banda totalmente insólita, pero a muchos idiotas parecía gustarles". ¿Qué te habría parecido?

KAZ: Leí que el propio Bushmiller describió Nancy como algo hecho para los "mascadores de chicle". ¡Pensaba que sus lectores eran idiotas!

BAGGE: ¡Bushmiller era un idiota!

Una vez me dijiste que tu y tu antigua novia Kathy os conocisteis cuando uno de vosotros publicó una carta en Cream o Circus Magazine en la que se decía: "¿Hay alguien en mi lado de Jersey al que le gusten The Stooges o Lou Reed?" Y el otro dijo: "¡Yo!"

KAZ: Era Rock Scene Magazine y era una columna para hacer amigos por correspondencia. Indiqué que me gustaban Ramones, Richard Hell y The Dead Boys. Acababa de salir del instituto y en ese momento estaba trabajando en varios trabajos sin futuro. Tengo un montón de cartas. En Long Island había una joven pandilla de punk rockers que solían juntarse. Recibí una carta de una chica que vivía en Texas y que se refería a sí misma como Sheena. Era muy divertido que te llegasen esas cartas y responderlas. ¡Era la época pre-Internet! Kathy era la que más cerca vivía, iba a Rutgers, y eso estaba en la línea de tren del norte de Jersey. Así que hicimos planes para ir al CBGBs juntos y nos convertimos en novios rápidamente. Ahora tenía una novia punk rock con la que poder ir a los shows.
BAGGE: ¡Rock Scene Magazine! Me había olvidado. La que más me gustaba era Circus, aunque no recuerdo por qué. Pero la historia de cómo encontraste a tu propia novia punk rock me parece adorable.

KAZ: Sí, hicimos migas de inmediato y nos divertimos mucho juntos. Fuimos a ver muchas bandas. Patti Smith, Devo, Johnny Thunders, The Jam, una y otra vez. Rock Scene era una estúpida revista de fotos con subtítulos. Pero fueron los primeros en capturar la escena del centro del Nueva York punk. Leía Circus de vez en cuando, pero su forma de escribir era bastante superficial y adoraban a Jethro Tull. No fue hasta que conocí la prensa musical británica, como el NME y el Melody Maker que empecé a profundizar y descubrir la música que me había perdido. Había una tienda de discos en Rahway llamada Sound-A-Rama que la llevaba un hippie de mediana edad. Me fui comprando todos mis discos allí hasta que se negó a pedir las cosas que quería, porque pensaba que eran una mierda (cosas como Iggy and the Stooges y The Velvet Underground). Así que empecé a ir hasta Manhattan para comprar mis discos.

BAGGE: ¿Cómo terminaste en Hoboken? ¿Fue porque te inscribiste en la School of Visual Arts? Nunca habías vivido antes en Nueva York, ¿verdad?

KAZ: Kathy y yo nos mudamos a Hoboken después de terminar la universidad. Los alquileres eran más baratos y los apartamentos más grandes de lo que podríamos haber conseguido en Manhattan. Y en aquel entonces, Hoboken era divertido. Las mismas bandas que tocaban en Manhattan también lo hacían en el Maxwells (a la vuelta de la esquina, como ya sabes). El cine local de Hoboken proyectaba las mismas películas "grindhouse" que en Times Square. El metro de Hoboken hasta Manhattan (se llamaba The Tubes) costaba solo treinta centavos. Después de unos años tú mismo te mudaste a Hoboken. Luego Patrick McDonnell (Mutts) también lo hizo. Estuve pinchando en la WFMU durante un tiempo. Recuerdo muchas noches de verano sentados en los muelles desmoronados del río Hudson bebiendo cerveza barata, mirando el horizonte de Nueva York y contando historias divertidas con los amigos.

Viví en Nueva York después de que Kathy y yo lo dejásemos, y entonces conocí a Linda (con quien me casé). Vivíamos en el Upper West Side (primero en la 88th y Broadway y luego en la 109th y Broadway). Viví en Manhattan con Linda durante dieciocho años hasta que nos mudamos a Los Ángeles porque entonces estaba trabajando en animación para televisión. Me encantaba vivir en Manhattan, pero al final pude ver cómo estaba cambiando por culpa de la gentrificación y me di cuenta de cómo el alcalde Giuliani limpiaba Times Square y todo eso.

BAGGE: ¿En qué año volviste a Hoboken? Debes haber visto muchos cambios durante la época que pasaste allí. En los tres años que yo estuve viviendo en la zona, el sitio se convirtió en una ciudad totalmente diferente.

KAZ: Creo que me mudé a Hoboken en 1982 o 1983. Recuerdo que en esa época los propietarios quemaban sus edificios para conseguir el pago del seguro. Todas las semanas íbamos a ver un incendio como si fuese otro acto de entretenimiento más.

Sí, era totalmente diferente, y estuve allí para ver cómo el profesional yuppie multiétnico (en su mayoría blancos europeos y puertorriqueños) cambiaba por uno simplemente blanco. Todo cambia.

BAGGE: Me mudé allí en enero del ´82, así que en esa fecha seguro que vivías por allí. Pero cuando me mudé, los propietarios ya sabían que la ciudad iba a cambiar. ¡Los que incendiaron sus edificios no tenían demasiada visión! Y sí, los barrios se estaban gentrificando por todas partes, pero nunca vi otro lugar que cambiase tan rápido.

KAZ: Si lo recuerdas de esa forma, seguro que entonces me mudé en el verano de 1981. Todavía estaba en el SVA en 1980, y vivía en mi casa. Tú y yo formamos parte de ese cambio, porque éramos profesionales blancos. Aunque probablemente ganásemos menos dinero que las familias de clase trabajadora que nos rodeaban.


BAGGE: ¿Estabas familiarizado con los cómics underground antes de comenzar a acudir al SVA?

KAZ: Oh, claro. Había empezado a coleccionar cómic underground cerca de los 14 años. Antes solía leer principalmente cómics como Mad, Plop, Spider-man, Batman y colecciones locas de Jack Kirby como Los Nuevos Dioses. Una vez que cogí un catálogo para pedir cómics como Not Brand Echh y S.H.I.E.L.D., vi anuncios de algunos comics underground que parecían una locura. Así que escribí: "Tengo 18 años" y empecé a comprar todos los undergrounds del catálogo de Bud Plant. Me dejaron alucinado, porque me parecían una forma de hacer cómics artísticos completamente liberada de cualquier otra publicación o control editorial. Eran cómics tratados como arte y me enamoré de ellos, así que decidí que iba a ser dibujante underground. Recuerdo que una vez en el instituto tuvimos que escribir el nombre de una persona que admirásemos en una etiqueta para usarla durante la clase, y yo escribí R. Crumb.

BAGGE: ¿Entonces ya sabías que querías ser dibujante cuando te inscribiste?

KAZ: En ese momento quería ser muchas cosas. Durante un tiempo estuve coqueteando con la idea de ser animador, luego pintor, más tarde fotógrafo y cineasta. En el segundo año nos vimos obligados a elegir una especialización, y me ofertaron hacer dibujos animados, así que me inscribí en esas clases. Pensé que aunque fuese cualquier otra cosa, en el fondo siempre sería dibujante.

BAGGE: ¿Afectaron las clases de Art Spiegelman tu forma de ver los cómics, o incluso tu propio trabajo? ¿Te valió de algo el SVA aparte de las clases que daba Art?

KAZ: Sí, la clase de Art me obligó a pensar más a fondo sobre el cariz artístico de los cómics. Me inspiró para intentar conseguir nuevas formas de expresar cosas en los cómics. Mis cosas siempre habían sido divertidas, pero pude juguetear con muchos enfoques diferentes. Nos alentó a usar todos los diferentes estilos y herramientas de arte que tuviésemos a nuestra disposición. Ya estaba empezando a hacerlo, porque me pasaba horas en el Museo de Arte Moderno y en todas las galerías de Manhattan.
BAGGE: ¿Cómo te empezaste a ganar la vida cuando saliste de la escuela de arte? No recuerdo que tuvieras trabajo. Siempre estabas trabajando en tus cómics, durante todo el día.


KAZ: Bueno, la verdad es que no me ganaba la vida. Durante un tiempo estuve trabajando haciendo encuestas por teléfono. Pillé unos cuantos dólares aquí y allá, principalmente haciendo trabajos de ilustración. Mi novia pagaba la mayoría de facturas. Me prestaba dinero. Usé una tarjeta de crédito. Con el tiempo empecé a conseguir más trabajo. Empecé a publicar de forma casi regular en la revista Details. Hice trabajos de publicidad por lo menos una vez al año. Me estaba haciendo un nombre como historietista, pero no ganaba mucho dinero porque no se podía ganar dinero con esto. Mi novia y yo nos separamos. Me fui a vivir a los barrios bajos de Jersey City con mi amigo pintor Alexander Ross. Tomé ácido, me puse malo. Entonces conocí a Linda. Me mudé a Nueva York con ella. Comencé a dibujar mi tira semanal. Conseguí más trabajos. Pero todavía estaba esperando mi gran triunfo en la historieta, algo que nunca llegó.

Luego, a finales del 2000, recibí una llamada del equipo de Bob Esponja, me preguntaron si estaría interesado en escribir para ellos. Era dinero de verdad que podía ganar haciendo dibujos animados y todavía podía dibujar mi tira de cómic semanal. Era una oferta que no podía rechazar.

BAGGE: ¡Acabas de cubrir los últimos 30 años de tu vida en la última respuesta! Nunca tuve la sensación de que tuvieses dificultades financieras. Siempre estuviste tan concentrado en tu trabajo que nunca hablabas de ese tipo de cosas.

KAZ: Con mis amigos nunca hablaba de dinero. Mientras crecía en mi hogar, había muchas peleas por el dinero, así que es algo que siempre me ha resultado estresante. Cuando era niño, mi madre se enfadaba conmigo si enfermaba y necesitaba ver a un médico o un dentista. No podíamos pagar el médico y ella me culpaba por caer enfermo.

De adulto vivía con muy poco. Compraba mi ropa en tiendas de segunda mano, comía principalmente pizza y comida rápida. Los utensilios para hacer historietas eran baratos en comparación con los de pintura. Conseguir fotostáticas de mis originales resultaba caro.

BAGGE: A principios de los ochenta estabas muy interesado en hacer cómics experimentales "artísticos": historias más largas con fondos y personajes surrealistas y diseños poco convencionales. Pero recuerdo que un día me preguntaste si me gustaría colaborar en una tira paródica contigo para presentarla en Playboy (en esa época tenían una pequeña sección de cómics. Según recuerdo, Spiegelman tenía algo que ver con el diseño). La idea era que tú lo dibujarías (eras mejor dibujante) y yo escribiría los gags. Para echar a rodar la bola, se te ocurrieron algunos gags propios que eran mucho más divertidos que cualquier cosa que se pudiese encontrar en un formato de 2 a 3 viñetas, así que ambos acordamos que deberías hacerlo por tu cuenta. ¿Podría haber sido ese el comienzo de tu carrera como dibujante de cómics? ¿Describirías tu página completa de tiras para el New York Rocker como "gag strips"?

KAZ: Siempre tuve un pie en el campo de arte y el otro en el campo más mainstream. Honestamente, disfruto con ambos. Recuerdo que fue algo que me contagiaron algunos de tus amigos historietistas, porque me publicaron en Raw. Pero Spiegelman también estaba haciendo lo mismo. Por la noche hacía cómics artísticos y durante el día escribía chistes de Wacky Packs. En SVA animaba a sus estudiantes a publicar en cualquier lugar. Me dijo de que la revista de pornografía High Society estaba buscando gente para una sección de cómics, así que fui a una entrevista y les vendí una tira de cuatro viñetas sobre una pareja sexy que se estuvo publicando durante casi un año.

Sabía que mis cómics artísticos eran más difíciles de vender que mis tiras de humor. Mientras estaba en la escuela de arte, le vendí a The New York Rocker una tira de media página sobre una banda de punk rock formada por insectos. Cuando se cansaron, la desecharon. Por capricho, decidí enseñarles los cómics artísticos a página completa que había estado haciendo en la clase de Art Spiegelman. Les encantaron, así que empezaron a publicarlos mensualmente. Esas tiras se recogieron en mi primera recopilación, Buzzbomb. El humor de esas obras era bastante oscuro.
BAGGE: Después, recuerdo que publicaste varias tiras en periódicos alternativos como Real Fun y The East Village Eye que eran prototipos de Submundo. Pero parece que hubo un impasse entre esas y el debut de Submundo.

KAZ: Si, uno muy grande. En medio me metí de lleno en la co-edición de Glenn Head, Snake Eyes, que había evolucionado a partir de un cómic para estudiantes llamado Bad News. Editorialmente estaba en algún lugar entre Raw y Weirdo. Me llevó tanto tiempo armarlo, y algunos historietistas se ofendieron por nuestra interferencia editorial, que consideré seriamente dejar los cómics y convertirme en ilustrador. Me llevó un tiempo aprovechar lo que había estado haciendo con los cómics artísticos y casarlo con mis tiras de humor. Ese proceso empezó con los cómics a página completa que hice para National Lampoon, cuando Drew Friedman era el editor de los cómics.

BAGGE: Me gustaría preguntarte una última cosa: cuando vuelvo a leer Submundo, me sorprende lo influenciado que estás por cómics e historietistas específicos de antaño: los hermanos Fleischer, Elzie Segar, Cliff Sterrett, Milt Gross, Bill Holman, etc. En años más recientes, incluso has hecho homenajes o te "has quitado el sombrero" frente a ellos en algunas de tus tiras. ¿Te influyeron estos artistas desde el principio, o ha sido algo que se ha ido desarrollando? ¿Todavía te sientes inspirado por ellos, quizás ahora más que nunca?

KAZ: El libro Smithsonian Collection of Newspaper Comics tuvo un gran impacto en mi trabajo. He seguido revisando ese libro en busca de inspiración. A lo largo de los años, se han publicado más cómics del período de 1890 hasta la década de 1930 y me encanta casi todo. Creo que en esas obras hay una gran energía que me deja absolutamente aturdido: una especie de abierto optimismo y una gran alegría por las posibilidades que tiene esta forma de arte. ¿Tienes el libro de Sunday Press, Society Is Nix? Esas páginas me parecen impresionantes.

No creo que el arte se mueva en línea recta. Zigzaguea, y a menudo, se retuerce sobre sí mismo antes de saltar hacia adelante. En cincuenta años el arte actual nos parecerá antiguo. Ahora Picasso y Warhol ya parecen viejos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial entrevista, gracias por la tradu!!

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