miércoles, 1 de enero de 2020

EN "JERUSALÉN", NADA DE LO QUE HAYAS PERDIDO SE HA IDO EN REALIDAD. ENTREVISTA CON ALAN MOORE.

Entrevista realizada por Petra Mayer para la National Public Radio, Weekend Edition Sunday, publicada en 2016 en forma de texto y audio. Traducción: Frog2000

Para algunos fans del cómic, Alan Moore es básicamente un dios.

Es el guionista tímido con los medios y magníficamente peludo de cómics como Watchmen, V de Vendetta y From Hell.

Recientemente, Moore comentó que está dejando los cómics a un lado para centrarse en otros proyectos, como su nueva y épica novela titulada Jerusalén. Está llena de ángeles, demonios, santos y pecadores, visionarios, niños fantasma y escritores errantes, todos deambulando por su ciudad natal de Northampton, Inglaterra.

Moore raramente sale de Northampton, por lo que Petra Mayer, de la NPR, fue a su encuentro.

ALAN: Esto es terreno sagrado para mí.

PETRA: No parece tierra sagrada. Estamos parados encima de una zona cubierta de hierba descuidada junto a una carretera muy transitada; no hay nada excepto una casa solitaria en la esquina. Pero no siempre ha sido así.

ALAN: Eso es. Ese es el pequeño callejón por el que solía corretear por detrás de nuestra hilera de casas. Aquí es donde nací.

PETRA: Estamos en los Boroughs, una parte de Northampton de cerca de media milla que discurre junto a las vías del ferrocarril. Los terrenos baldíos y desolados se asientan junto a las viviendas públicas tapiadas y algún pub ocasional. Pero retrocede el reloj hasta hace cien años y verás que este solitario lugar estaba repleto de gente e historias.

ALAN: Cerca de este lugar había un pub que se llamaba Friendly Arms. Lo llevaba Newton Pratt, que tenía una cebra que creo que compró en Wicksteed Park. Solía atar a la cebra fuera del pub y la daba de beber una pinta de cerveza.

PETRA: Y por eso había una cebra borracha parada en la calle Scarletwell, a la vuelta de la esquina de la casa donde nació Moore en 1953. Por cierto, esa fantástica cebra también aparece en el libro, aunque pensaba que era inventado.

ALAN: Tuve que inventar muy poco para el libro.

PETRA: Aparte de su fisicidad y lo más obvio, resulta difícil describir Jerusalén: tiene más de 1200 páginas y se ha editado en tapa dura, incluso lo puedes usar para flexionar los bíceps. En parte es fantasía, en parte Historia, en parte una pura locura, pero cada página brilla con amor por cómo solía ser este lugar.

ALAN: Todo está ideado a partir de la historia del propio vecindario, y de la historia de mi familia, así que la mayor parte de lo que se cuenta es genuino, aunque no estoy tan seguro sobre las partes sobre los ángeles y demonios, ¿sabes? Me parecía un buen asunto del que hablar.

PETRA: De hecho, se podría decir que más que cualquiera de los cientos de personas que transitan por el libro, en realidad el personaje principal es Northampton. Sencillamente parece una ciudad indescriptible situada en las Tierras Medias británicas. Para Alan Moore es el centro de todo, desde la Guerra Civil Inglesa hasta el nacimiento del capitalismo moderno.

ALAN: Antes de comenzar a escribir Jerusalén tenía la sensación de que era probable que este lugar fuese más importante de lo que la gente solía decir.

PETRA: Nos sentamos en unas chirriantes sillas de madera debajo de una vidriera de aspecto bastante oculto situada en un pequeño estudio de la plaza Abingdon de Northampton. Moore viste básicamente de negro, con pesados anillos plateados ​​en cada dedo; un mago en su día de asueto. Enciende un cigarrillo hecho a mano casi tan grande como el libro, y me cuenta cómo Albert Einstein vislumbró el universo: como una explosión congelada, una bola gigante con principio y final en la que sucede todo a la vez y para siempre.

ALAN: Cada momento que alguna vez ha existido o existirá está suspendido en algún lugar de este gigantesco partido de fútbol del espacio-tiempo, y estará allí para siempre, y no cambiará nunca.

PETRA: Wibbly-wobbly, timey-wimey [alusión a una rima infantil que aparece en la serie del Dr. Who], lo sé. Pero quédate aquí conmigo. Es importante. Porque si todo lo que alguna vez fue todavía sigue presente a nuestro alrededor, entonces nada de lo que has perdido se ha ido en realidad. Los Boroughs se fueron dividiendo en varias fases, comenzando justo después de la Primera Guerra Mundial. La familia de Alan Moore fue expulsada en 1969. Pero en el libro de Moore, al igual que ocurre en el universo de Einstein, todo sigue ahí, incluso la cebra borracha de la calle Scarletwell.

ALAN: Lo encuentro tranquilizador.

PETRA: Lo es, aunque si estás familiarizado con el resto de la obra de Alan Moore es un poco extraño. El autor es más conocido por el terror sobrenatural, los tentáculos, el asesinato, el caos, la distopía. Y si bien Jerusalén posee una buena cantidad de horror, miseria y muerte, Moore dice que le gustaría que el libro ayudase a las personas a repensar la muerte, a tener menos miedo de ella.

ALAN: Sea de su propia muerte, o de la muerte de otra gente, o de la muerte de una cultura. O incluso del hecho de que ya no hagan esos dulces que tanto solían gustarme. Pero sí, está bien. A la vuelta de la esquina todavía hacen Spangles. El programa de Morecambe & Wise todavía aparece en televisión. Todo marcha perfectamente. Tal y como era.

PETRA: Así que Moore dice que no te preocupes por la muerte. Vive tu vida y disfruta del extraordinario cosmos en el que vivimos.

ALAN: Es la historia interminable. Es tu propia narrativa. Esta es la maravillosa y sagrada historia de tu vida. Y va a ser algo igual para siempre.

PETRA: En parte, Jerusalén es la historia sagrada de la propia vida de Alan Moore, y al final del libro, un personaje dice: "Para eso está el arte. Es capaz de rescatarlo todo del tiempo". 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Novela impublicable si no fuera firmada por Alan Moore...

Alex Werden dijo...

Curiosamente, de forma extrínseca a la novela tiene sentido para mí Alan Moore y una cebra borracha. Te debo mil y sumo una sincronicidad de libro :P

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