sábado, 7 de noviembre de 2020

"MI OBJETIVO ES RESULTAR TAN ATRACTIVO COMO RESULTE POSIBLE", UNA ENTREVISTA CON MICHEL FIFFE (2 DE 4)

Entrevista realizada por Chris Mautner y publicada en la página web de The Comics Journal  (2014). Traducción: Frog2000. Parte 1.

¿Tenías algún tipo de autoridad o control en cuanto a lo que podías o no hacer en Act-i-vate? ¿Alguna regla o pauta sobre qué tipo de cómics se podían publicar?

No, no, no del todo. En realidad, solo éramos ocho personas intentando mantener una entrega semanal. El contenido no importaba demasiado. Con el tiempo, se siguieron uniendo más miembros y el proyecto cobró impulso, y rápidamente hubo verdadera libertad para todos. Lo mismo que me atrajo al principio fue al final lo que hizo que para mí perdiese atractivo, la ausencia de una visión editorial y estética.

Eso no quiere decir que no me gustaran los cómics que se estaban haciendo. Había muchas historias atractivas y honestas, en ese material se invirtió mucho tiempo y trabajo. Todos echamos nuestras horas, y surgieron algunas historias notables, pero en el grupo no había una verdadera dirección. Es cierto que no hay muchas antologías que la tengan, no es una tarea fácil, pero cuanto más grande era el grupo, más difícil me resultaba identificarme con ellos.

Corrígeme si me equivoco, pero ¿no fue en Act-i-vate donde empezaste a publicar Zegas?

Zegas supuso un doble debut. Lo formaban dos historias diferentes, una era un webcomic que se estrenó el mismo día que la versión impresa llegó a las tiendas. Esa versión impresa era "Act-i-vate Primer", que bajo mi punto de vista estaba un poco más centrada, era más sólida, aunque solo fuese a un nivel superficial. Pero, sinceramente, nunca me he considerado un artista de webcomics. Lo veía más como un paso previo antes de publicar mis cosas en papel. Ese era mi objetivo principal: imprimir. Quería papel, tinta sobre papel. Act-i-vate era a lo que estaba acostumbrado, así que debuté con Zegas. Hace mucho que quité ese material de la red.

He visto que también has eliminado Panorama. O, al menos, no se puede encontrar fácilmente.

Todo se fue por el sumidero. Ya no quería que mis cosas estuviesen online.

¿Por qué? Mucha gente cree que los webcomics son una alternativa de publicación viable, o al menos una forma decente de poner su trabajo bajo las narices de la gente y, tal vez, conseguir llegar a imprimirlo.

No dudo que lo sean, en serio. Y tal vez me pudiera aprovechar, pero no me sentía bien llamando "webcomics" a mi obra. En primer lugar, diseñaba mis páginas teniendo en cuenta la página impresa, teniendo en cuenta que hay que darle la vuelta a la página, con unas dimensiones específicas que determinaban el diseño. Nunca aproveché lo que es o podría ser un webcomic, y en realidad, nunca me impresionó demasiado ningún cómic que aprovechara sus ventajas. En cuanto a lo de que puede ser una forma inmediata de mostrar tus cosas, seguro, es una plataforma asombrosa. Pero no era allí donde dejaría colgado cómodamente el sombrero.

¿Fue bien recibido Zegas en su versión online, o te fue mejor en el "Act-i-vate Primer"?

El "Act-i-vate Primer" pasó bastante desapercibido, y el material de Zegas online tampoco hizo mella. A mis amigos les gustó mucho, pero nunca conseguí muchos más clics. La historia de "Cumpleaños" la relanzaron en la MTV Geek, una web que supuestamente recibía millones de visitas al día. Ni idea de si es cierto o no. Sabía que la plataforma no era necesariamente el problema, sino mi trabajo. Simplemente no conseguía conectar con el público. Durante todo ese período, ocasionalmente también hice páginas de muestra para los principales editores, solo para agotar todas las vías posibles e intentar que me pagasen por hacer esto de los cómics. Tampoco tuve suerte. Una época frustrante.

Entonces, ¿cómo seguiste adelante?

Me dije que igual tenía que hacer un trabajo mejor, pensé que sería mejor hacer un balance de lo que quería sacar del medio del cómic, que eso me llevaría a encontrar una respuesta. Sentía que el tiempo se me estaba agotando, pero todavía quería hacer cómics, y esas ganas no habían disminuido después de todo ese tiempo, así que pensaba que valía la pena. Además, me estaba cansando de afrontar mi paletada de grumo "barge" día a día en el trabajo.

¿"Barge"? ¿En qué consistía exactamente tu trabajo?

Construía todo tipo de enseres y vestuario para equipos deportivos y espectáculos de Broadway, también para desfiles. Era un trabajo divertido, creativo y desafiante, pero no era lo que quería hacer más allá de un par de años. Estuve allí hasta siete.

Entonces, ¿cómo llevabas lo del "barge"? Pido disculpas por la traducción, pero ese eufemismo me intriga un montón.

"Barge" es el adhesivo altamente tóxico que usábamos para ensamblar muchas cosas. Usábamos mascarillas y ventiladores y demás, pero a veces era un poco demasiado. También trabajábamos mucho con látex. Hacíamos moldes de goma, esculpíamos marionetas. Definitivamente era un oficio, pero no quería que fuese el mío. Quería que lo fuesen los cómics.

Ya veo. Continúa. ¿Por dónde íbamos?

Quería hacer mejores cómics como remedio a mi confusión interior. Se me ocurrió una historia de Zegas titulada "Arcade". Simplemente bajé la cabeza hasta la página e intenté hacer el mejor cómic posible sin saber si me lo iban a publicar o no. Es decir, quería ser creativo sin preocuparme por si me iban a publicar o si iba a recibir visitas online, sin intentar tener un currículum para que los editores consideraran contratarme o no. Quería ser lo más naif posible y ver qué pasaba sin que me "importase". Lo más importante es que quería hacer algo que solo pudiera ser cómic.

Me rompí el culo y por primera vez en lo que me pareció una eternidad, me quedé orgulloso con los resultados. Luego, un amigo cercano me sugirió que me lo auto-editase, cosa que me parecía imposible. No había forma de que pudiera lidiar con el aspecto comercial. La idea de ir a las tiendas siendo un desconocido parecía una pesadilla, la idea de rellenar hojas de cálculo tampoco parecía muy emocionante y, en realidad, estaba asustado. Parecía mucho trabajo y tuve la sensación de que hacer cómics era un trabajo bastante difícil. Además, no tenía ni idea de cómo pagarlo.

¿Cómo superaste dicho bache económico? ¿Encontraste un benefactor?

Bueno, el mismo amigo que me sugirió que publicase por mi cuenta se ofreció a dejarme el dinero por adelantado para hacer una pequeña, pero decente, tirada. No tenía preparada ninguna excusa para negarme. Todo lo que tenía que hacer era crear el material de un solo número y luego esperar a vender suficientes copias como para poder permitirme la impresión del siguiente. El segundo número de Zegas se financió de forma colectiva, de hecho, eso demuestra lo mal administrado que estaba todo el asunto económico.

Dejando a un lado el lado económico, ¿cómo afrontaste todo eso de tener que llenar los sobres de los envíos y llamar a las tiendas? Sé que esas cosas pueden parecer desalentadoras incluso en el pequeño mundo de los cómics. ¿Se fue haciendo más fácil a medida que las cosas iban progresando?

Si, se fue volviendo un poco más fácil. La tirada fue bastante pequeña, pero me dejó abrumado. En el buen sentido, quiero decir. Disfruté del aspecto editorial, me dio la oportunidad de descansar un poco del dibujo y fue... Creo que hacer ese trabajo por ti mismo, interactuar con los lectores y los comercios, tiene un valor sustancial. Lo aprendí muy rápido. Mucho trabajo duro, mucho trabajo “aburrido”, pero todo fue proporcionándome un "feedback". Todo formaba parte del cuadro, parte del proceso.

Me da la sensación de que Love & Rockets, en particular las primeras historias de Mechanics con esa mezcla de ciencia ficción / fantasía y relaciones y personalidades reconocibles del mundo real, supuso una gran influencia en Zegas. ¿Es cierto?

Si, esa revista fue mi mayor influencia. Específicamente, estaba muy interesado en la época de "Un Americano en Palomar", la de "Flies on the ceiling", historias que iban mucho más allá de lo que habían dejado establecido antes los hermanos Hernandez. “The Way Things Are Going”, de cuatro páginas, es una de mis favoritas. Esa historia tiene una cualidad tan innegable y profundamente hermosa que me cautivó por completo. Me gustaba vivir en su mundo. Así que quería contar más historias con los pies en la tierra, pero la cuestión era que no quería dibujar solo ese tipo de cosas. Quería dibujar cosas coloristas, al estilo de Cliff Sterrett. Tampoco quería explicar o justificar por qué estaba dibujando proporciones extrañas, y modas de todo tipo y gente. La solución pasó por darme cuenta de que solo eran dibujos. Me gustaba su encanto específico, la ventaja específica que me daba mi enfoque. Así que esa mezcla de naturalismo con surrealismo me dejó cautivado. En realidad, no es surrealismo, solo es... en mis manos son garabatos estúpidos que me hacen feliz.

El tamaño y el formato de Zegas es similar al de Love and Rockets, la primera tirada es más grande, no es el tamaño de un cómic tradicional.

Es el tamaño con el que me sentía más cómodo, incluso antes de descubrir Love & Rockets o ese formato de revista de Fantagraphics. Todos mis mini-cómics eran hojas de papel de 11 x 17 dobladas por la mitad, lo que se acerca bastante a ese tamaño. Parecía la mejor forma de maximizar el arte sin que se convirtiese en un tomo demasiado grande. Quería que fuese un artículo casual para leer y llevar, pero no tan endeble como para que se pudiera destruir fácilmente.

Basado en lo que has dicho antes, supongo que las experiencias laborales de Emily en el primer número reflejaban las tuyas, ¿verdad?

Claro, solo las de la parte laboral. Me encantaría contar más historias de ese mundo.

El principal impulso de Zegas parece ser la relación filial entre Boston y Emily mientras intentan navegar por el mundo que los rodea. ¿Fuiste consciente de que iban a convertirse en el foco central de tu obra al crearlos?

Quería escribir sobre dos personajes, pero no sobre una pareja o un par de compañeros de habitación. Tenía la idea de jugar con una unidad de dos personajes centrales, con varios satélites. Esos hermano y hermana con un fuerte vínculo entre sí, aunque viven en sus propios y respectivos mundos, apelaban a mi deseo de dejar las cosas realmente abiertas. Quería contar todo tipo de historias con ellos como protagonistas. Pensaba que algún día ni siquiera formarían parte de la serie, que los personajes del título pasarían a un segundo plano en el mundo que los rodeaba. Quería que Zegas se transformara lentamente en una antología completa realizada por una sola persona.

Supongo que ese primer número impreso de Zegas fue un momento decisivo en tu carrera. ¿Sientes lo mismo?

Sin duda, lo fue. Era la primera vez que hacía un cómic exactamente como quería. Suena tan dolorosamente sencillo y, sin embargo, me llevó mucho tiempo entenderlo.

¿Por qué? ¿Qué es lo que te había detenido antes?

La autoedición es... sigue siendo la clave. Mantuvo toda mi idea de querer seguir haciendo cómics, porque de lo contrario, habría tenido que haber retorcido y modificado el concepto, el impulso básico detrás de Zegas, en algo que un editor hubiese querido publicar. Y estaba tan enfermo y cansado de cuestionar todo lo que implicaba algo así, que perdí la noción de todo lo que disfrutaba al hacer cómics en primer lugar: crear con total abandono.

Publicaste tres números de Zegas, los dos primeros y luego una recopilación titulada "cero". ¿Por qué lo dejaste? ¿Absorbió Copra todo ese flujo de trabajo?

Copra domina mi calendario, así que todo lo que no esté relacionado será mejor que valga la pena. Como dormir, comer o pasar tiempo en familia. El mundo de Zegas requiere un poco más de cuidado del que puedo darle. Estaba preparado y listo para continuar con el tercer número de Zegas, pero después del segundo decidí hacer algo completamente diferente para intenta recargar mi entusiasmo. Ese algo me llevó a encontrar Copra, que instantáneamente se apoderó de mi vida.

¿Crees que volverás alguna vez a retomar las aventuras de Emily y Boston?

¡Espero que sí! Me quedan cosas por explorar en esa parte del bosque.

Estoy seguro de que hay otros dibujantes que venden sus historietas en Etsy, pero si se me permite decirlo sin sonar condescendiente, todavía tiendo a pensar en ti como "el chico de Etsy". ¿Qué te hizo elegir Etsy como plataforma online para vender tu trabajo? ¿Y cómo ha sido la experiencia?

Ahí estaba yo con cajas repletas del primer número de Zegas, y la verdad es que no se movían demasiado. Enviaba correos electrónicos a las tiendas de cómics y pequeñas librerías, e intentaba que compraran mi cómic. Muchas lo hicieron, la mayoría en depósito. Así que no ganaba dinero con ninguna de las unidades que se distribuían. Mi novia Kat tenía una tienda en Etsy donde vendía varias de sus joyas hechas a mano, así que le pregunté si le parecía bien que publicara allí mi cómic, como una forma de facilitar que la gente lo comprase online. Creo que Big Cartel ya existía entonces, pero ciertamente yo no lo sabía. Y aunque la tirada de Zegas era grande, en su mayor parte estaba doblado y grapado a mano. Esa ha sido mi plataforma hasta el día de hoy, y no veo por qué voy a cambiar.

Me preguntaba si crees que te ofrece alguna ventaja concreta, como quizá atraer a lectores más allá de la escena de los cómics independientes, algo que otras tiendas online no tienen, ya que Etsy es tanto una comunidad online de todo tipo como una tienda digital.

Esa teoría de que es una comunidad que no forma parte del cómic es bastante cierta. Empuja a la gente hacia los libros, lejos del cómic. No creo que se traduzca en grandes cifras de venta, pero tampoco me perjudica. Mis ventas, al menos en su mayoría, se las hago a personas que ya son lectores de cómics. Lo que logro con esto es eliminar a varios intermediarios. No tengo que vivir o morir según los vaivenes de la política de pedidos y el interés de las tiendas, o por las estrictas pautas que imponga un distribuidor. Vender un puñado de cómics a una docena de tiendas en depósito no es un modelo de negocio, es un pasatiempo. Así que descubrí qué tipo de cómic me hacía feliz llevar a cabo. Fue cuestión de averiguar cómo convertir todo esto en mi medio de vida.

¿Crees que en este momento ya lo has resuelto?

Tengo mi propio sistema y me siento cómodo operando con él. Cuando todo era una cuestión de administrar correctamente los gastos mientras construía una relación con los lectores, los dos primeros números de Zegas funcionaron como una curva de aprendizaje. Pero sí, en este punto, siento que la naturaleza directa de Copra Press y sus clientes se relaciona directamente con mi situación como creador y mi relación con los lectores. Todas estas distinciones son sutiles e importantes. Todas le sirven a esta pequeña empresa que dirijo. Así que mientras dure, esta va a ser mi forma de vida.

Pasemos entonces a hablar sobre Copra. Me da la impresión de que surgió de Deathzone!, tu tributo al Escuadrón Suicida. ¿Puedes hablarnos un poco sobre el "Suicide Squad" y por qué estabas tan enganchado?

Es una de mis series favoritas de cuando era niño que vuelvo a visitar de vez en cuando. Y ya sabes cómo va todo esto, siempre parecía mejor en su momento. Muy pocas veces lo que te gustaba de niño resulta ser genuinamente brillante. En los últimos tiempos me ha alegrado confirmar que "Suicide Squad" se mantiene bastante bien. Con lo que más conecto es con sus guiones. Creo que lo que hizo John Ostrander en solitario, y más tarde como co-argumentista con Kim Yale, era la forma de hacer las cosas por definición que ha de llevar a cabo un guionista moderno de cómic mainstream. Cogió una nueva serie justo después de un importante evento de la compañía, y la convirtió en su propio pequeño mundo, y aún así resultaba accesible. Tenía varias capas, matices, era divertida y oscura y, sin embargo, estaba tan cristalinamente contada que incluso un niño de nueve años podía disfrutarla. Manejaba los cruces obligatorios editoriales con ingenio y corazón, y ataba los cabos sueltos de otras series y, sin embargo, todo cobraba sentido. Es cierto que nunca la leyó mucha gente. Tenía muchos personajes de gran riqueza, un elenco formado en su mayoría por personajes de serie B desechables que anteriormente no tenían casi vida, y Ostrander los convirtió en personas de verdad.

Me hace gracia, porque en mi caso recuerdo que era obvio que "Squad" estaba un escalón por encima del material habitual de DC, pero por alguna razón, no me interesaba comprarlo más que de forma ocasional. De algún modo, me daba cuenta más o menos de las cualidades que has descrito, pero había algo que se me seguía escapando. O puede que "Legends" me dejase mal sabor de boca, no sé.

Oh, tío, me encantaba "Legends". ¡Y también "Millenium"! Pero pensaba que era el único al que le gustaba el cómic del Escuadrón Suicida.

En aquella época, era muy fácil sentirlo al leer tu serie favorita. A menudo parece que eres el único que aprecia "X", sea "X" un cómic, una película o lo que sea.

Si, es verdad, y en cuanto al Escuadrón Suicida, tuve esa sensación hasta hace unos años. Me refiero a que no conocía a nadie que hablase del tema. Es una serie que nunca se ha considerado de obligada lectura, ni siquiera ha sido un "sleeper". Si alguien ha hablado alguna vez de ella, me lo he perdido, pero a escala más grande, sigue sin estar considerada como lectura esencial. Así que cuando conocí a Tucker Stone y empezamos a charlar un buen rato sobre los cómics que nos gustaban, y me dijo que también era su cómic favorito, pensé que me estaba gastando una broma. Pero luego citó una frase de uno de mis números preferidos, y supe que no era un vacile.

Entonces, ¿cómo es que retomar "Suicide Squad" te llevó a "Deathzone!"? ¿Y luego hasta Copra?

Necesitaba tomarme un descanso de Zegas. Con el segundo número me vacié por completo. Necesitaba algo que me diese más libertad, sin preocupaciones. "Suicide Squad" rondaba mis recuerdos, y acababa de terminar mi entrevista "Wasteland" con John Ostrander para la web de Tucker, Factual Opinion. Así que me dije que sería genial homenajearle con algo. Tal vez iniciar un blog o un Tumblr revisando la serie número a número, al estilo de Douglas Wolk. Entonces pensé que me divertiría más dibujando algún pin-up del Escuadrón. Bueno, sabía que terminaría por aburrirme también. De todos modos, no soy fan de los pin-ups. Pero, ¿y si hiciese un pequeño cómic? Una historia corta, un cómic hecho por un fan. Josh Simmons había publicado un cómic de Batman, así que, ¿qué problema podía haber en hacer una historia corta que tal vez solo se iban a leer doscientas personas? Lo digo porque esa era mi cantidad de lectores entonces. Era todo lo que había conseguido esforzándome todo lo que había podido en el proyecto de Zegas.

Vale, pero es obvio que "Deathzone!" despertó suficiente interés como para que dieses inicio a Copra.

Bueno, sí, ¡la verdad es que me lo pasé increíblemente bien haciendo "Deathzone!" en mi tiempo libre! Me sentía como si estuviese haciendo una “broma interna” cariñosa y muy personal que solo le iba a hacer gracia a mis amigos, excepto que era una broma en un 0%. No era una parodia ni tampoco una declaración irónica. Odio la mayor parte de ese tipo de material. "Deathzone!" era directamente un homenaje. Se suponía que iba a ser algo de poca extensión, pero cuando lo terminé, todavía seguía con el subidón. En realidad, no le llegó a mucha gente, así que creí que eso era todo. ¡Me lo saqué del sistema! Excepto que no era verdad. Tenía ganas de continuar. Obviamente, DC no me iba a contratar para remodelar completamente al Escuadrón Suicida bajo mi visión y sin injerencias, con absoluta libertad creativa. Nadie recibe ese tipo de cheque en blanco. Así que empecé a coquetear con la idea de hacer mi propia versión del "Squad". Quiero decir, los cómics tienen una rica historia de ideas prestadas detrás. Las analogías son nuestra moneda de cambio.

Muy cierto. Bien, en cuanto tomaste la decisión de hacer tu propia versión del "Escuadrón", ¿cómo te las arreglaste para crear el elenco y la trama inicial? ¿Puedes explicar un poco cómo pasaste de la concepción a su ejecución?

Lo primero que pensé es en si debería hacer esta serie o no, fue mi mayor obstáculo. Mi mayor inspiración creativa no eran los cómics de acción violenta, aunque algunas de mis mayores influencias son cómics de acción violenta. Me parecía que no encajaba conmigo. En ese momento, todas las obras que se intentaban parecer a otras me parecían un poco cursis. A veces veo series o personajes que son una analogía de otros, y simplemente es doloroso. Despiden una especie de tristeza. Pero como he dicho, a nuestra cultura del cómic, a nuestra cultura en general, no le importa una mierda. Y eso es lo que quería que fuese este cómic, una vía de escape donde nada me importara un carajo. Si a Stan y Jack no les preocupaba cuando estaban haciendo los Cuatro Fantásticos o la mayoría de los cómics de Marvel, ni Alan Moore se preocupa por cualquiera de las cosas que suele hacer, entonces, ¿quién soy yo para no rendirme ante la llamada de mi musa?

(Continuará)

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