Intento no analizarlo tanto, porque si lo hago me quedaría paralizado. Cuando empecé, fingí medio en broma que el editor me había contratado específicamente para hacer la serie. Pero solo para dar inicio al proyecto y entrar en consonancia con ese estado mental de "la fecha límite lo es todo". Era mejor sentirme como un viejo idiota que saca una serie porque, maldita sea, hay que pagar las facturas y el guión del próximo número está a punto de llegar, y no hay tiempo para pararse ni un minuto, sino seguir, y seguir, y seguir. Tenía que funcionar como una cadena de montaje. Quería usar esa tradición como si fuese una identidad subyacente de la serie. Por eso tenía que sacar números individuales de grapa, serializarlos en 24 páginas de historia y a todo color. Volviendo a tu pregunta, es interesante, porque los lectores dicen que Copra es como un cómic de los 80, pero no era mi intención en absoluto. Me refiero a que muchos de los cómics "mainstream" de los 80 no son tan geniales, ¿sabes? Me influencian los mejores cómics de los 80, absolutamente, pero creo que prefiero no quedarme estancado en un momento específico. Entiendo el significado de lo que dice el lector, leer Copra se parece más a la sensación de leer un cómic en aquel entonces, lo cuál me halaga un montón, por supuesto, porque también valoro esa experiencia.
Curioso, yo no lo considero un cómic de los 80 para nada. Estás claramente influenciado por los cómics de los 80, pero Copra tiene una sensibilidad muy moderna, al menos es lo que me parece.
De hecho, me parece que esa distinción que hacen mis lectores es muy interesante, aunque nunca suela hablar de ello. Otra cosa es cuando los críticos escriben: “Copra es genial. Quiero decir, no es nada innovador, la trama es bastante básica, pero ¡es el mejor cómic de todos los tiempos!" Me parece muy confuso, porque... ¿qué es lo que no es básico? ¿Qué cómic de Marvel o DC no es más básico que la leche? No me refiero a la narración de la historia, que puede ser tan complicada y omnipresente como en cualquier otra cosa, sino a la premisa, el núcleo fundamental de esos cómics. El bien contra el mal, realizan una misión, están en constante lucha. Son los ingredientes básicos. No me malinterpretes, aprecio esas críticas, pero esa crítica específica es un poco rara. O tal tengan razón. Simplemente, si la miramos en el contexto de esta industria no tiene sentido.
¿Cuánto de Copra proviene de tu interés en representar la acción / la violencia / el movimiento en los cómics?
En realidad, no mucho, al menos en un principio. Tenía ganas de desarrollar diferentes formas de dibujar la violencia, de marcar el ritmo de las escenas de pelea, de representar la relación de un objeto con otro de una forma que no tuviese nada que ver con la forma en que ese tipo de cómics se dibujan en la actualidad. En su mayor parte proviene de querer volcarme de verdad en el dibujo, de explotar el hecho de que era un dibujo. Creo que para conseguir que el lector se sumerja en tu mundo ficticio tienes que hacer funcionar todos los aspectos de la historia de una forma armónica, no solo centrándote exclusivamente en lo realista que parezca un cuerpo superheróico en movimiento. Esa fue y es mi principal preocupación, generar una atmósfera donde el lector pueda perderse, aunque solo sea durante unos pocos minutos.
A menudo juegas con las viñetas y rompes la estructura de la página, y haces que el lector sea muy consciente del cómic como dibujo (por así decirlo, casi rompiendo la cuarta pared). En particular, recuerdo la "ceremonia mágica" del segundo número, donde Vincent asoma la cabeza y los brazos a través de las viñetas dibujadas como pequeñas ventanitas.
Es una forma bastante inocua de declarar que esto es un cómic. No es más que un cómic. Ese momento es un gesto pequeño, pero representa algo más grande. Te hace recordar que lo que estás haciendo no es un trampolín, sino el producto final en sí.
Para ser claros, te refieres a "trampolín" hacia otros medios como el cine, ¿no?
Claro, el cómic de Copra no es un lanzamiento reciclado relacionado con un videojuego o algo que los productores de una película puedan revisar. Tampoco algo tan ensimismado en su propio mundo como para que solo lo puedan disfrutar unos pocos. Mi objetivo es ser lo más atractivo posible para todo el mundo. Por lo tanto, los resultados pueden variar enormemente, pero siempre ha de quedar claro que se trata de un cómic. Dicho esto, no me importaría que alguien hiciese un videojuego de lucha de Copra. Puede que no sea la primera vez que me pregunte cómo podría quedar. Pero, por favor, que no se parezca a Mortal Kombat.
¿Tekken, Street Fighter o Soul Calibur?
Street Fighter 2 para siempre.
Soul Calibur es el camino a seguir, tío.
Ni siquiera sé qué es. Estoy viejo.
Eres más joven que yo.
Me conformaría con Double Dragon.
El elenco de Copra es enorme, y la segunda “temporada” del cómic pone de relieve a los diversos miembros del grupo, cada uno en un número. ¿Fue difícil encontrar la voz de cada personaje?
Fue más fácil de lo que pensaba, principalmente porque abordé todos los números de uno en uno. Le presté mucha atención a cada personaje de principio a fin. En cuanto acababa un número, me olvidaba del mismo y pasaba al siguiente. Era complicado, porque no sabía cómo podría ser la experiencia de lectura para los que habían empezado en el número 13. Pero no pareció importarles.
¿Cómo surgió el trato con Bergen Street Press?
Todo empezó cuando vieron que la serie vendía, pero yo no podía satisfacer la creciente demanda de material. Cuando diseñé el presupuesto de Copra Press para todo un año, no me imaginaba el tremendo despegue que tuve. Rezaba para conseguir vender los mismos 200 ejemplares que en el caso de Zegas y Deathzone! y pensaba que los lectores me serían fieles durante un año. Lo que más me preocupaba era crear algo capaz de mantener su interés. Así que no pude permitirme una segunda impresión o una tirada mayor. Me refiero a que eventualmente podría haber alcanzando ese punto, pero no a mediados de mes, mientras intentaba terminar uno de los números. Así que Bergen Street Comics, Tom Adams y Tucker, se lanzaron en picado para lanzar las recopilaciones en tomo donde reimprimían tres números. Aún siendo una tienda minoritaria, el alcance de Bergen era mayor que el de otras tiendas, mucho más que la docena con la que yo estaba en contacto. Fue entonces cuando Copra creció. Los tomos de tres números siempre fueron una especie de marcador de posición de la colección, pero tampoco sustituían a las recopilaciones de verdad como "Copra Round One". Pero sí, nuestra relación se amplió porque me ayudaron a salir del apuro. Todavía sigo auto-editando los números individuales, pero Bergen maneja las cantidades más grandes.
Como esto es para el Journal, una de las preguntas debería ser cómo es tu proceso de trabajo habitual. Sin embargo, me interesa especialmente, porque como has señalado, te has auto-impuesto unos plazos bastante estrechos.
Antes de empezar a escribir el primer número, tenía que asegurarme de tener suficiente historia para rellenar los doce siguientes. Había escrito un puñado de notas, porque intentaba ser más espontáneo, pero se me habían ocurrido algunas ideas básicas. Por dar un ejemplo, para el número cinco todo lo que había escrito era "el número de Japón". Eso es. Pero fue suficiente como para emocionarme y seguir adelante con absoluta confianza. Al final, el argumento me ocupó dos números. Cuando empiezo a escribir, esbozo el guión a mano en hojas de papel que voy cogiendo. A veces plasmo el argumento en el mismo tablero donde estoy rotulando. El proceso no siempre es tan impreciso, pero es mi propia versión de un segundo borrador, un tercer borrador y así sucesivamente. Luego aboceto muy suelto con el lápiz, aunque con mucho cuidado, sin darme mucha prisa. Quiero que elementos como la composición y los perfiles de las figuras más pequeñas, y las perspectivas, sean correctas. El entintado puede ser muy rápido, aunque igual de limpio. Simplemente rápido. Solía hacer un trazo y luego me lo quedaba mirando fijamente y le daba vueltas durante horas, luego hacía el segundo. Ahora ya no puedo. Hay que seguir adelante con la página. ¡Los plazos, tío!
¿Y el color?
El coloreado forma a veces parte del lápiz, lo hago después de entintar. Coloreo las páginas originales porque es más fácil y rápido. Dibujo ciertos fondos a lápiz o con lápiz de color solo para darle mayor dimensión al dibujo. Colorear a un grupo de superhéroes cada mes puede ser enloquecedor. Me descubro ante Glynis Wein y Tom Ziuko. También utilizo acuarelas y pinto siempre que lo necesita el dibujo. Aplico algunos trucos digitales para ayudar a equilibrar la página. Todo para 24 páginas en cuatro semanas, a veces tres si mi horario lo permite. Es un proceso bastante agitado, pero si no estuviera completamente satisfecho con los resultados, no lo haría. Lo cual es gracioso, porque después de que llegue el número ya editado, no soporto mirarlo. Sencillamente espero que el próximo sea mejor.
Eres muy consciente y has reflexionado mucho sobre cómo incorporar influencias a tu trabajo. Me refiero a que has estudiado mucho a ciertos artistas y te has apropiado de cosas muy específicas. ¿Estoy en lo cierto?
Soy consciente y he reflexionado sobre dichas influencias, pero no a la hora de trabajar. Cuando dibujo siento que voy con el piloto automático puesto, y todo es más abstracto de como me lo he planteado. Tampoco creo que mi dibujo esté obviamente influenciado por cosas específicas, pero claro, no debería sorprenderme que cuando aboceto dos figuras saltando desde un tejado, aparezca el lenguaje visual de Frank Miller. No soy capaz de precisar qué más en mi obra se parece a cualquier otro artista, pero Miller es el que siempre se me ocurre.
Pero lo que le has sustraído a Frank Miller tiene mucha chicha. Por ejemplo, esa cara escarpada con cicatrices en la que el rostro del personaje está lleno de líneas desaliñadas al estilo Ronin y "El Regreso del Caballero Oscuro". Nunca he visto a nadie hacer algo similar.
Creo que sé a qué te refieres. ¿Las caras golpeadas a lo bestia? Si, me doy cuenta. El uso que hace Miller del espacio negativo es tremendamente efectivo. Vistas como un todo, sus paginas parecen muy nítidas. Fluyen de una forma excelente.
¿Y Ditko? Parece ser muy importante en tu obra: sé que durante un tiempo incluso llegaste a cartearte con él.
Oh, ¿te refieres a mi amigo por correo Steve? Sí, también es una influencia, pero no tanto como antes. Ni siquiera me he vuelto a fijar. Creo que ahora me influye más Walt Simonson. Realmente adoro su obra y me identifico con la forma en que dibuja cualquier cosa. Su sentido del diseño es increíble, no hay nadie que lo iguale. Y eso es porque no es un puto fanfarrón, solo intenta hacer la mejor historia posible. ¡En cuestión de diseño continúa abriendo caminos, pero nadie habla del tema! Es extraño, Simonson debería ser conocido por algo más que por ser "el tipo más majo del cómic" o por su carrera en Thor. Siento como si en su etapa hubiese estado reprimiendo al pobre Thor. Estoy seguro de que es porque su forma de hacer las cosas no encajaba con el personaje, pero luego mira Manhunter. En su carrera ha hecho los Cuatro Fantásticos, Orion, el Multiverso... ese tipo ha sido la avanzadilla durante más de cuatro décadas.
¿Qué opinas de Ragnarok?
El primer número es bastante bueno, pero los colores le dan un aspecto púdico. Sin embargo, la historia se sitúa definitivamente en su zona de confort. Me recordó mucho a su tomo de Elric, que es el proyecto de Simonson que menos me gusta. Tal vez por la temática o por la forma en que lo escribió, pero es un cómic que prefiero mirar en lugar de leerlo. El tono de Ragnarok parece el mismo, pero es demasiado pronto para saberlo. Al menos son sus guiones. Es gracioso, porque hace aproximadamente un año escuché cómo describía este "proyecto secreto" como una mezcla entre Thor y los Nuevos Dioses. Así que, en cierto modo, Simonson está haciendo su propio analogismo. Por otro lado, la verdad es que ya tocaba.
Pero sí, Simonson siempre me ha parecido uno de los mejores. Pero la verdad es que ni a él ni a nadie más los copio de forma consciente. Lo que intento es imaginar lo que pensaba el artista cuando estaba dibujando su obra. Nunca intento imitarlos, pero me fijo especialmente en artistas como Kevin Nowlan o Tony Salmons. Su trabajo me conmueve tanto que intento ir más allá de su estilo. Nunca podré dibujar como ellos, así que no tiene sentido imitarlos... y dios bendiga a los que lo intentan, ¡buena suerte! Pero, ¿por qué tomaron esas decisiones mientras estaban haciendo el trabajo? Especular sobre ello es más fructífero que copiar la forma en que dibujan la comisura de la boca de un personaje.
¿Y Mike Zeck o Klaus Janson? Sé que están muy altos en tu panteón personal.
Janson sabe hacer absolutamente de todo, comunica tanto como Miller. Sus estilos combinados lograron algo difícil de igualar, realmente especial. Me gusta mucho Zeck, pero si hablamos de panteones, es más probable que mire en dirección a Norm Breyfogle o Kyle Baker. Me parece que esos tipos están en primera línea. Y me refiero a las cosas que entintan, no a las cosas digitales o pintadas. El ritmo cinético de Breyfogle y sus imaginativos diseños son lo que más destaca de todo. Si hablamos del Batman definitivo, el suyo es el segundo después de Aparo. Y Baker es simplemente... todos sabemos que Baker es increíble. Es tan increíble que incluso él mismo lo sabe. Sin embargo, debería intentar experimentar, al menos durante una semana, y dejar de trabajar digitalmente. Que vuelva a utilizar herramientas prehistóricas como la tinta.
De todos modos, me gusta toda esa gente, tal vez ese sea mi estilo. Hay tantos otros que me encantan, como Bernie Krigstein y José Muñoz. Conecto con su estilo. Lo mismo en el caso de George Grosz, Ray Houlihan y Lorenzo Mattotti, estoy seguro de que han influido en mis trazos, en mi estilo.
Sabes, hace poco recuperé algunas páginas coloreadas por otra persona y, aunque tenían buen aspecto, no pude reconocer mi "estilo", del cual no soy consciente la mayor parte del tiempo, pero este nuevo lote de páginas parecía como si las hubiese dibujado un completo extraño. Me hizo preguntarme si para empezar yo tenía algún estilo propio. Creo que se debe a que cualquiera que sea mi estilo resulta ser la suma de varios, así que no sobrevive a un proceso de descomposición. Tal vez debería dejar de ser un maldito bebé y simplemente succionarlo para siempre en mi interior. ¿Pero cuál es el problema? ¡Oh, no, mi forma de dibujar las rodillas no es única!
No todos podemos ser Fred Hembeck.
Vitas tiene rodillas a lo Hembeck. Y el pelo de Nancy por falda.
De hecho, eso me permite hacer una transición rápida hacia el diseño de tus personajes, uno de tus elementos más poderosos. ¿Cuánto tiempo dedicas a descubrir su aspecto? Pienso específicamente en el equipo de bichos raros de otro mundo de Oliver.
Todo se reduce a que dibujo lo que me gusta dibujar. Me gusta dibujar cosas que me hagan reír. Vitas me hizo reír, todos los malos son muy graciosos. Pero no los dibujo para que sean divertidos, simplemente me divierte dibujarlos. Hacer que alguien que parece tan ridículo sea amenazador es todo un desafío. Pero en cuanto al tiempo que le dedico, a veces la inspiración llega de inmediato, a veces requiere un ligero refinamiento. Los primeros cuatro miembros de Copra que dibujé, que aparecen en la parte posterior de "Round One", fueron una prueba. Me dije que si esos cuatro conceptos para personajes funcionaban bien juntos, si encajaban de inmediato, entonces daría el paso y haría Copra. De lo contrario, me olvidaría de todo.
Copra es un cómic violento, pero su violencia es muy estilizada. Aunque es para adultos, ¿tienes alguna regla sobre lo lejos que puedes llegar y por qué?
Es violento, pero no es sangriento o gratuito, ni nada así, por lo que...
No, no creo que sea gratuito. La historia trata sobre personas violentas con trabajos que regularmente les permiten ser violentos. No es Fukitor.
Pensaba más en Faust, pero sé lo que dices.
Bueno, ya sabes lo que pienso de Faust...
Lo sé. Personalmente, me gusta Faust. Me gusta su nivel de compromiso. Y cuando se trata de sangre, Tim Vigil sabe lo que se hace. Va mucho más lejos. Ni siquiera es comparable a mi forma de encarar la violencia. Utilizo dibujos violentos como un medio para lograr un fin, y por eso no deslumbra tanto. La necesito para contar parte de un todo más grande. Es extraño, porque me da asco la sangre casual en los cómics "mainstream". Un poco está bien, pero ahora parece que lo impregne todo.
Estoy de acuerdo. Hay algo desagradable en la forma en que aparece en cosas como Green Lantern Corps, pero en otros cómics no me molesta. ¿Tal vez porque en ese caso es tan rotundamente complaciente?
Sí, puede ser. ¿Por qué está bien que Beto haga que el cadáver de un hombre se folle la parte de atrás de su cabeza, pero cuando a alguien le arrancan un brazo mensualmente, es asqueroso? Oh, espera, es porque Beto es un maestro del dibujo que se puede desayunar a esos tíos. Y además es gracioso.
Además, cuando lo hace Beto, se supone que te ha de dejar horrorizado (al menos un poco), mientras que cuando ocurre en un cómic de DC, se supone que tienes que decir "cómo mola".
Cierto. Para ser justos, es lo que digo cada vez que sale un nuevo "Pudridero". Joder, ahora sueno como si todo esto me alucinara.
Con eso se termina la entrevista.
Bien, vale. Entonces "Pudridero" apesta.
(Continuará)
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