lunes, 18 de junio de 2012

SAN DIEGO CON´, por Warren Ellis

Entrega nº 34 de la columna “Come In Alone” escrita por Warren Ellis. Aparecida el 21 de julio de 2000 en Comic Book Resources. Traducida por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no disponía de ningún encabezado.

Yo no estoy en San Diego.

Es jueves por la noche y estoy en mi casa del Southend después de haber cenado en Canedown con Niki y Lili. Este es el país de las brujas de Canewdon, y creo que la asamblea de brujas local todavía suele bailar desnuda en los campos de trigo todos los Halloween, mientras la policía local mantiene una perímetro de contención para que no entren los sudorosos adolescentes enloquecidos por la vista de los senos al aire libre, intentando dejar a las brujas fuera de su campo de visión. Después de la cena vagamos por los campos de trigo, cediendo algo de espacio a los patos dormidos junto al estanque cercano al campo. Lili cuenta los colores del cielo: en los veranos de Essex se puede disfrutar de unas explosivas puestas de sol llenas de naranjas y plateados, púrpuras y azulados, y rosas y brillantes dorados.

Exactamente al mismo tiempo, mis colegas empiezan a inhalar a diario el sudor de dos mil fans. Empiezan a aspirar sus alientos cargados de enfermedades y las partículas de sus últimas comidas expelidas en el aire. Observan como se va conectado una fina línea entre los mocos que les caen de las fosas nasales y su labio superior, vibrando como si pulsaran una cuerda de violín con cada palabra que dicen, empezando a preguntarse si no será mejor dispararlos directamente a la cara, cuando por fin se liberan de una escena tan hipnótica (recuerdo que cuando estuve en la convención de Nueva Zelanda del año pasado sufrí una visión perfecta muy parecida). Luego se sientan junto a un editor al que probablemente desprecian. Alguno de los “corredores de stands” empiezan a vocear y a chillarlos, quieren saber por qué no estaban allí a las diez, tal y como ponía en el programa. Sus tímpanos son devastados por un millar de niños con dientes afilados como cuchillas que van recogiéndolo todo y se te suben a la chepa gritando: "¿Es esto gratis? ¿puedo coger todo esto?" A continuación son arengados por alguien con un grave caso de hipotiroidismo que viste una podrida camiseta de Spider-Man 2099 tres tallas más pequeña. Quieren enterarse de por qué han matado a un personaje que para ti sólo consistía en un puñado de palabras y algunos dibujos, pero que para él era la mujer a la que amaba, maldita sea.

Ahora ya se ha puesto el sol. Estoy sentado con un whisky escocés de 21 años a mi lado, un filete de trucha ahumada y queso cheddar no pasteurizada que proviene de una granja orgánica. Hace calor, pero no demasiado, ¿entiendes? Estoy comodísimo. El teléfono no suena, me ha llegado un correo electrónico. Ya ves, todo el mundo está en San Diego.

He asistido a algunas convenciones donde me he codeado con actrices. Recuerdo perfectamente que justo después de una convención celebramos una sesión de bebercio a la que se vino una popular actriz de una serie de televisión, se bebió una copa bastante rápido, y luego se dirigió directamente a su habitación para "echarlo fuera de mí." Antes había estado posando todo el día, había sido fotografiada por fans durante aproximadamente ocho horas seguidas. Fans de la ciencia ficción que se emite en televisión del tipo hardcore. Quería preguntarle cómo se sentía posando para algunas personas que más tarde se iban a masturbar con sus fotos en la intimidad de sus casas, pero me dije que sería más amable no hacerlo. En momentos como ese el sentido del humor puede fallarte. Aquí fue donde mi sentido del humor para convenciones lo hizo: fue cuando me enteré de que Claudia Christian había recibido un disparo durante una de esas sesiones de posa-con-un-fan. Su mánager, Damon, me habló sobre el tema. (Por cierto, Damon es un diamante en bruto, y si alguna vez lo ves en una convención, puedes invitarle a un trago.) Un seguidor de la serie se presentó en la convención vestido como Tribble (una gran cosa peluda sin forma) y quiso hacerse una foto con Claudia, que hizo lo habitual: se puso junto a él, le echó el brazo alrededor del cuello, sonrió ampliamente...

…y un arma salió de uno de los lados del Tribble y a continuación Claudia escuchó un disparo.

Todo se quedó en blanco. Un montón de heridas, ella quedó hecha un desastre, pero al final sobrevivió. Y ahora siempre hay un guarda de seguridad a su lado en las convenciones. Y también se toma una copa cuando acaban. Créeme.

Conocí a otra actriz de una de esas series de televisión que básicamente se dedicaba a viajar por todo el mundo de convención en convención, dando su sangre para todos los fans de esa serie que se reunían con ella. Les vendía fotos firmadas y otra basura hasta que todo el dinero de los fans terminaba siendo aspirado. Si se olía que uno de sus seguidores llevaba cincuenta dólares en el bolsillo, era capaz de conseguir que los organizadores de la convención la llevasen hasta algún sitio en mitad de la nada. Y luego se apoderaba de ellos. Ese es su trabajo. Su trabajo consiste en ser alguien que aparece en esa serie de televisión. Los fans quieren tocarla, porque tiene la magia de ese pedazo de mierda encima. Ella los hace sonreír y consigue que se sientan conectados a la serie. Es un gran negocio. Damon creó una convención que se llamaba Mujeres de Ciencia Ficción a la que asistieron Claudia y otras dos actrices de Deep Space Nine, además de Alice Krige (una consumada actriz que actuó en una de las películas de Star Trek), porque evidentemente, en Vegas podían aprovechar sin problema haber aparecido en Star Trek. Me explicaron que básicamente todo el asunto les parecía una mierda, por lo que puede que Claudia hiciese una mierda de aparición. Lo que me dijo me acojonó levemente, porque Claudia, además de ser posiblemente la actriz más simpática que he conocido nunca (esto no incluye a aquellas con las que he tenido relaciones. No, espera. Sí, sí que las incluye), es alguien tremendamente capacitada para la actuación. Y ahora su trabajo consiste en ser alguien que actuó una vez en una serie de televisión, en deambular por los alrededores de las convenciones en busca de un poco de sangre que beber. Un productor de Star Trek me dijo que hay un tipo que tenía un hijo que había hecho de Borg en algún episodio de Star Trek: The Next Generation, y que ahora acudía a todas las convenciones sobre la faz de la tierra. Le llaman FRED, EL QUE HIZO DE BORG EN STAR TREK. Solo apareció una vez en la serie. Pero este es su trabajo actual. Ser "Fred Borg" en el circuito de las convenciones.

Una de las cosas más tristes que he visto nunca tuvo lugar en San Diego. Todavía estaba enganchado a los cigarrillos, y en ese momento me encontraba fuera del centro de convenciones fumando mi cigarro número 75 cuando me di cuenta de algo muy extraño. Un hombre muy viejo y delgado, ligeramente encorvado, iba abriéndose camino lentamente entre la multitud de fumadores plantada en la acera. Se paró frente a un grupo y les dijo alguna cosa. Se produjo una extraña y breve pausa. Y luego, asintiendo con la cabeza y sonriendo, todos empezaron a darle la mano, y por un momento el viejo resplandeció de alegría y después se desplazó hasta el siguiente grupo. Así que esperé a que llegase hasta donde me encontraba parado.

Por cierto, lo más triste de todo es que no me acuerdo de su nombre.

Llegó hasta donde estaba yo y me saludó directamente, luego se presentó diciendo: "Yo fui el compañero fallecido de Adam West en “Robinson Crusoe On Mars”.

Y entonces fue cuando caí en la cuenta. Este pobre infeliz había caminado desde Dios sabe dónde hasta llegar a un lugar de la Tierra donde se pudiese concebir que alguien hubiese escuchado hablar de él. La Convención de Cómics de San Diego.

¿Y sabéis lo que hice? Le dije: “Oh, claro, ¡por supuesto que sí!” y asentí con la cabeza, le sonreí y le estreché la mano y le dijo que era muy agradable haberlo conocido. Al igual que todos los demás. Y su rostro se iluminó y me estrechó la mano, y luego se fue arrastrando los pies por la acera. Hasta el siguiente grupo de gente.

Las diez y media. El sol ya se ha puesto. En este momento, en San Diego es el momento más caluroso. El año pasado había cuarenta y cinco mil asistentes. Todos metidos en una gigantesca trampa para ratones humanos de plástico con dos respiraderos, justo en mitad del verano.

Luego abriré de par en par el jardín de invierno, encenderé algunas velas y antorchas, le serviré una copa a Niki, me sentaré junto a las fresas, la madreselva y la lavanda, y disfrutaré de la noche.

Que le jodan a San Diego.

INSTRUCCIONES: Leed “SEIZE THE TIME”, de Bobby Seale (1968, 1970) y escuchad “The BLOOD IS RED EP”, de Gallon Drunk (FM Records, 1999).

La novela gráfica recomendada de hoy es “FORTUNE AND GLORY”, de Brian Michael Bendis (Oni Press, 2000).

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